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¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas (Por: Elvin T. Ventura) Después de esta corta reflexión, considero que ya no queda excusa alguna para volver a decir: “yo no canto porque no tengo buena voz” o “yo no canto porque Dios no me ha dado el don del canto” Usted está a punto de leer, no un tema más que trata sobre la música, con opiniones o posiciones personales y controversiales, sino que en este capítulo ofrezco una meditación reflexiva en las implicancias eternas y cósmicas de la adoración y, también un breve vistazo a la música, porque es parte de ella. Para esto he tenido a bien desarrollarlo por partes planteando e intentado dar respuesta a algunas preguntas fundamentales y principistas, como: ¿Para qué creó Dios a los ángeles? ¿Para qué creó Dios al hombre? ¿Para qué creó Dios a la naturaleza? ¿Para qué llevará Dios al cielo a los redimidos? ¿Qué papel cumple la música en el plan de Dios? ¿Quiénes deberían practicar el canto? Y finalmente, aunque no quisiera tocar este punto, intentaré sustentar en párrafos concisos las respuesta a la -para algunos- tan controversial pregunta ¿Qué música sí y, que música no? Basado siempre en la Palabra del mismo Creador y Receptor de la Adoración verdadera. 1. ¿Para qué creó Dios a los ángeles? Dios creó a los ángeles para que le glorifiquen y le adoren. 1 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas “…Vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” (Isaías 6:1-3) “Los tales deberían recordar que están ante la vista de Aquel a quien los serafines adoran, y ante quien los ángeles cubre su rostro.” (Patriarcas y profetas p. 257). En el cielo todos los ángeles creados daban gloria a su Creador, liderados y dirigidos por ex ángel de luz, Luzbel. Pero cuando el orgullo entró en su corazón, este también quiso recibir la misma adoración que nuestro Señor Jesús. (Isaías 14:11-14). Por lo que sedujo a la tercera parte de ángeles para rebelarse en contra de la adoración al Creador. Convenciéndoles que el Señor exigía adoración sin merecerlo, que era una adoración autoritaria. Pero en el fondo, ese no era el verdadero deseo del otrora “lucero de la mañana” sino que él también anhelaba recibir adoración. Así es como empieza la Gran Batalla, el Conflicto Cósmico, la lucha entre el Bien y el mal, por causa de la Adoración. El primer desenlace fue que el engañador tuvo que ser arrojado del cielo con todas sus huestes. (Apocalipsis 12:7-13). Luego entra en escena el primer hombre, la raza humana, entonces surge la segunda pregunta. 2. ¿Para qué creó Dios al hombre? Aunque puede haber muchas explicaciones a esta pregunta, fundamentaré sólo una, ciñéndome al tema y en base a los escritos inspirados: “Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus 2 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas mandamientos; a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para [su] loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.” (Deuteronomio 26:18,19) ha hecho todo lo necesario que debió, para demostrar su infinito Amor. Tanto así que el mismo en persona, vino a vivir, sufrir y morir por nosotros. “Dios creó al hombre para la gloria divina, para que después de pasar por la prueba y la aflicción la familia humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial. El propósito de Dios era repoblar el cielo con la familia humana, si hubiera demostrado obediencia a cada palabra divina.” (Carta 91, 190 / CBA) “Dios creó al hombre para su gloria. No soportará, no puede soportar la presencia del pecado en su dominio.” (Manuscrito 2, del 2 de enero de 1900) Como vemos, Dios nos creó para rendirle gloria y loor, para adorarle, desde aquí en la tierra y cuando repoblemos el cielo. El no nos pide ni exige otra cosa más que nuestra absoluta adoración, íntegra y genuina. De este fundamento emana todas las otras razones de nuestra existencia. 3. ¿Para qué creó Dios la naturaleza? La repuesta es la misma: Para que le rindan adoración y loor. Así lo declara su Santa Palabra: “Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.” (Isaías 44:23) “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 5:13) Aunque el propósito principal, inicial y final por la cual el Señor nos creó es para adorarle, existe también un propósito intermedio, y es que nuestra creación y existencia era necesario para que nuestro Padre Amante pueda vindicarse de la falsa acusación de parte de Satanás. Ahora la humanidad debía ser el “teatro de Su Gracia”, “Su obra maestra” en la que pueda manifestar y reflejar su infinita Gloria, Majestad, Justicia e incalculable Amor para que sus criaturas e hijos le rindamos Adoración y Hosannas. Para tal vindicación, adjudicó al hombre algo muy especial, el libre albedrío, para que tenga absoluta libertad de adorarle o no. Por eso, ahora, si alguien decide adorarle y servirle genuina y voluntariamente, así sea sólo uno en toda la faz de la tierra, ya no le quedan argumentos al Acusador para decir que al Señor le adoramos por miedo o porque así lo exige, autoritariamente. ¡No! Ahora el enemigo no puede hacer tal acusación como sí lo hizo en el cielo, ya que nuestro Padre Eterno “Alégrense los cielos, y gócese la tierra; Brame el mar y su plenitud. Regocíjese el campo, y todo lo que en él está; Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento.” (Salmos 96:11,12) 3 4 “Jehová reina; regocíjese la tierra, Alégrense las muchas costas. Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de su trono.” (Salmos 97:1,2) ¿Increíble verdad? Ahora ya conocemos la razón por la que Dios también incluyó en su maqueta divina a la naturaleza. Vemos cuan primordial es para el Señor la adoración y a veces nosotros olvidamos de hacerlo. Quizá hasta hemos olvidado y descuidado esta razón tan importante de nuestra existencia. Es hermoso saber que todo lo que Dios ha creado le adora y glorifica, ¿Cuándo fue la última vez que cantó una alabanza especial en su iglesia, en su hogar o en otro lugar? ¡Vamos! ¡Adoremos a nuestro Supremo Rey ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas con todo nuestro corazón, mente y alma! Seguro que lo hará después de analizar la siguiente pregunta. “Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas.” (2 Crónicas 29:25). 4. ¿Para qué llevará Dios al cielo a los redimidos? La respuesta sigue siendo la misma, desde el principio hasta el fin: Para adorarle y rendirle alabanzas y hosannas por siempre, sin cesar, por los siglos de los siglos los redimidos adoraremos, ahora sí presencialmente, a nuestro Creador, Redentor y Salvador. “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.” (Apocalipsis 14:3) “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 19:1-7) “Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.” (Isaías 66:22) ¿Nota la relevancia y las implicancias eternas de la Adoración? ¿Ya había meditado en esto? ¡Bendito y Alabado sea nuestro Padre Eterno! Ahora veamos cuál es la función de la música en la Adoración, que por cierto también fue creada por el Señor. 5. ¿Qué papel cumple la música en el plan de Dios? Lo que más deseo es que entendamos ¿Por qué y para qué creó Dios la música? 5 “Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” (Apocalipsis 5:9-10) Dios creó y estableció la música para su adoración, en el cielo y en la tierra, desde el principio hasta la eternidad. Ahora, sabiendo que nuestra adoración debe ser integral y genuina, también es necesario recordar que aquí en la tierra existen más canales o medios de adoración que en el cielo. Desde aquí podemos adorar al Señor cantando, orando, estudiando y obedeciendo su Palabra, predicando, testimoniando, visitando a los necesitados, etc.; pero todos estos medios de adoración, incluso la oración, ya no serán útiles allá en las mansiones celestiales.“Tan sólo el día cuando esté con Cristo en la celeste Sión, entonces me despediré feliz, de ti, dulce oración.” dice la letra del hermoso himno “Dulce Oración” (Nº 344). Sin embargo, sólo uno de estos medios permanecerá por la eternidad, y ese es el canto, la alabanza, la música. Tal como ya hemos visto en la respuesta anterior, este medio de adoración será sempiterno. Será por eso que la hermana Elena G. de White escribió muchísimo sobre la música y adoración. En un acápite menciona: “Como parte del servicio, el canto no es menos importante que la oración. En realidad más de un canto es una oración. Si se enseña al niño a comprender esto, pensará más en el significado de las palabras que canta y será más sensible a su poder” (La Educación p. 163, 164) No es mi propósito exagerar la relevancia del canto o alabanza más de lo que dice la Palabra de Aquel que lo inventó. 6 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas Sólo anhelo que meditemos en este aspecto tan trascendental de nuestra vida cristiana, ya que es la forma más expresiva y específica de adoración a nuestro Creador. Para entender mejor este argumento, le invito a meditar en la siguiente pregunta. 6. ¿Quiénes deben practicar el canto? Después de esta corta reflexión, considero que ya no queda excusa alguna para volver a decir: “yo no canto porque no tengo buena voz” o “yo no canto porque Dios no me ha dado el don del canto”. Mi apreciado hermano (a) quizá el timbre de voz sí sea un don especial de parte del Señor. Quizá el oído para la música profesional también lo sea; pero el cantar así como el orar no es cuestión de dones especiales otorgados sólo a algunos, recordemos que hasta la naturaleza toda alaba a Dios y ellos no tienen buena voz, es más, no tienen voz. El cantar así como el orar no es una opción, es una necesidad, es nuestro deber. “Vi que debemos estar elevándonos diariamente y mantener nuestra supremacía sobre los poderes de las tinieblas. Nuestro Dios es poderoso. Vi que cantar para la gloria de Dios a menudo ahuyenta al enemigo, y que alabar a Dios mantiene a éste en retirada y nos da la victoria.” (Manuscrito 5, 1850). Como ya mencioné, aunque existen otros medios de adoración, el canto es el más expresivo y específico. También es vital para obtener victorias cotidianas sobre el pecado. Ahora que conocemos la importancia y primordialidad del canto. ¡Hagamos propósitos sagrados para alabar a nuestro Padre cada día! Finalmente y como mencioné al comienzo, aunque no quisiera tocar este punto, intentaré sustentar en párrafos concisos las respuesta a la -para algunos- tan controversial pregunta ¿Qué música sí y, que música no? Basado siempre en la Palabra del mismo Creador y Receptor de la Adoración verdadera. 7 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas 7. ¿Qué música sí y, que música no? Este punto para la mayoría de personas es controversial; pero para mi modesto entender no lo es. Aunque “Satanás convertirá la música en una trampa debido a la forma como es dirigida. Dios exhorta a su pueblo, QUE TIENE LA LUZ ANTE SÍ EN LA PALABRA Y LOS TESTIMONIOS, a que lea y considere, y luego que obedezca. Se han dado INSTRUCCIONES CLARAS Y DEFINIDAS a fin de que todos comprendan.” (Mensajes selectos t.2 pp. 43). Note que el Señor, como en todos los aspectos de nuestra vida, también ha dejado “Luz” e “instrucciones claras y definidas”. A nosotros nos queda solamente “leerlas y obedecerlas”; Sin embargo, la sierva del Señor en el mismo párrafo también advierte lo siguiente: “Pero la comezón que experimentan ciertas personas por originar alguna cosa nueva, determina el surgimiento de DOCTRINAS EXTRAÑAS y DESTRUYE EN GRAN MEDIDA LA INFLUENCIA de aquellos que podrían ser un poder para realizar el bien, si mantuvieran firme su confianza en la verdad que el Señor les ha dado.” (Mensajes selectos, t. 2, pp. 43) Bueno, como sabemos, el enemigo nunca se quedará con los brazos cruzados, más aun si se trata de la música y la adoración, por la que él tanto ha batallado desde el principio. Entonces introduce sus miles de argumentos pero fundamentados sólo en los gustos que él ha pervertido. ¿Que música sí y, que música no? Cada vez que alguien me consulta o plantea una pregunta similar suelo contestar, procurando siempre con una sonrisa y de la forma más amablecon otras preguntas: ¿Domingo o Sábado? ¿Frutos o Cordero? ¿Batería o Arpas? Las respuestas a estas repreguntas las encontramos en la Palabra del Inventor de la Adoración verdadera. Por tanto si en verdad deseamos ofrecerle una ofrenda cantada o musical, pretendiendo que sea aceptada por el Señor, debe 8 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas cumplir indefectiblemente los parámetros o principios que él mismo ha establecido. De lo contrario nos sucederá lo mismo que a Caín, si es que no lo que les sucedió a Nadab, Abiu o Uza por ofender a Dios. (2 Samuel 6; Levítico 10) “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible…” (Romanos 1:21-23) los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, [no cantamos en tu nombre] y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23) ¿Que música sí y, que música no? Así como el verdadero reposo en el Señor no es cuestión de sólo qué hacer y que no hacer en Sábado; sino que debemos esmerarse por elegir y hacer lo mejor para su gloria, todo lo que agrade y sea aceptado por él. Así también en este tema no se trata de qué música sí y que música no, que instrumentos sí y que instrumentos no. El tema va más allá, es mucho más cósmico, tal vez la pregunta correcta sería ¿Qué Adoración sí y, que adoración no? Cuando lo analicemos de esta manera, seguramente que cambiará nuestras opiniones y posiciones al respecto, porque si sólo tratamos el tema como simple música, se suele tomar como un aspecto más de la vida cristiana terrena, importante sí, más no la consideramos con la debida trascendencia, relevancia e implicancia eterna. Tendemos a basar nuestras elecciones sólo en nuestros gustos auditivos, en las circunstancias o en la influencia cultural. En cambio, si en vez de sólo elegir uno u otro estilo de música, pensamos en elegir uno de los dos tipos de adoración existentes, ya sea la verdadera y/o la falsa, de acuerdo a los requerimientos del Señor y/o de acuerdo a los ritmos inventados por el ex director del coro de ángeles, no dudaremos en elegir la primera opción, a menos que conscientemente no queramos que nuestra ofrenda sea aceptada por el único Receptor de nuestra Adoración. Considero pertinente evocar y reflexionar en las palabras sentenciadoras del Divino Maestro: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de 9 ¿Qué música sí? Mi respuesta es muy simple y sencilla, pero la considero bien fundamentada: Que sea tal cual la música que Dios estableció para su Adoración, la del pasado y la del futuro, la música que aceptó, acepta y aceptará por siempre, la que no cambia al ritmo de la moda. ¡La música con tonos angelicales! Con la que le adoró su pueblo en el Santuario terrenal la cual no tenía instrumentación excesiva sino que solamente era acompañada por arpas y liras. (1 Crónicas 15:16; 16:5,6). La música que cantan los ángeles y que cantaremos los redimidos en el Santuario Celestial, acompañados por sólo un conjunto de arpas. (Apocalipsis 5:8; 14:2) Tal vez usted se esté preguntado en este momento ¿Por qué?... La respuesta es: Porque así lo estableció el Señor, el Autor de la verdadera música sagrada. Seguro que hay miles de objeciones y explicaciones pero son humanas, basadas en gustos no santificados, más a lo largo de mi vida cristiana, una de las cosas fundamentales que he debido aprender es que: Si el Señor así lo dice, así será. ¿Discutiría yo al Gran YO SOY? ¿Quién soy yo para cuestionar a mi Señor? “…porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Romanos 9:19-20). No me imagino cuestionando a mi Creador, pues recordemos que el propiciador de los cuestionamientos al Señor y a su Palabra fue arrojado de su presencia junto con sus secuaces, (los que le siguieron los pasos). ¿Qué música sí? La que esté acompañada por el menor número de instrumentos, de preferencia instrumentos de cuerdas 10 ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas ¿Música o Adoración? y sus implicancias eternas (pero no electrónicos), y que estos sean tocados de forma hábil, apropiada y sagradamente. La que armonice con la música angelical. "La voz humana que canta la música de Dios con un corazón lleno de gratitud y agradecimiento, es para él mucho más agradable que la melodía de todos los instrumentos musicales que han sido inventados por manos humanas." (El evangelismo, p.369). en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque nada de lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos [los deseos de los oídos] y la vanagloria de la vida no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2: 15-17). ¿Qué música no? La música con instrumentación excesiva, la música rítmica y golpeante, la música ruidosa y estresante. Recordemos que el Señor no permitió instrumentos de percusión para su santo templo. (1 Crónicas 15:16; 16:5,6) y -probablementeElena de White los catalogó como instrumentos satánicos. (Mensajes selectos, t. 2, pp. 41-43) Tales como tambores, panderos, panderetas, castañuelas, baterías, etc. Sin duda, sería necesario otro estudio más detenido sobre este punto específico, pero basta con decidir sacralizar nuestra adoración, eligiendo lo más sublime y lo mejor para nuestro Creador. Mi apreciado hermano, le extiendo una sincera invitación a alabar y adorar a nuestro Creador y Redentor, hoy más que ayer, mañana más que hoy, pues no es una opción, no es cuestión de dones especiales, es nuestra necesidad, ¡es nuestro deber! para eso nos creó, y para eso nos llevará al cielo, no tenemos otra cosa más que ofrecerle, al menos nuestra adoración íntegra, sincera y genuina, ¡de acuerdo a su requerimientos! También le invito aquí en la tierra a practicar la “adoración anticipada”, que sea tal semejante a la adoración angelical, ¡imaginemos cómo será nuestra adoración allá en las mansiones celestiales! Cuanto más se aproxime a ella, más acepta será por el Señor. Ya es tiempo de emanciparnos de los ritmos terrenales, que tuvieron su origen aquí en la tierra y sólo servirán para esta tierra. Que tienen como autor y propiciador al “Gobernador de este siglo”, sabemos quién ha creado esos estilos de adoración y también sabemos para qué los creó. “No améis al mundo ni las cosas que están 11 Ahora sí, terminaré con la última instrucción inspirada: “¡Cómo ha sido prostituido este don! Santificado y refinado haría un gran bien quebrantando las barreras del prejuicio y la incredulidad empedernida, y SERÍA el medio de convertir almas. No es suficiente entender los rudimentos del arte de cantar, sino que junto con la comprensión y el conocimiento debe haber tal conexión con el cielo que los ángeles puedan cantar por intermedio nuestro.” (Mensajes selectos, t. 3, pp. 379-383) De hoy en adelante cuando tenga que elegir una música con la que desea adorar a nuestro Creador, piense en algo muy sencillo pero contundente, piense en “que los ángeles puedan cantar por intermedio de usted.” ¡Que el Señor nos ayude a ser completamente íntegros en nuestra Adoración! Es mi deseo y oración sincera. _____________________________________________________ Elvin T. Ventura, es actual miembro y líder de la IASD Nueva Jerusalén, Satélite, Chiclayo, Perú. Ingeniero Civil de profesión; pero se considera un amante de la música sacra y de los temas referentes a ella. Agradece al Señor por brindarle clara luz respecto a este tema tan trascendental. Se le puede escribir a: elvin.vent@hotmail.com 12