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LOS NEMATODOS DE LA PIÑA Las raíces de la piña son frágiles y mayormente superficiales, condiciones estas que favorecen el ataque de los nematodos, los cuales son usualmente el principal problema del cultivo en la mayoría de los países productores, especialmente en aquellos que están situados en las regiones tropicales. Los nematodos parásitos de la piña son organismos en forma de gusanos que viven en el suelo y se alimentan de sus raíces. Las especies más importantes son: el nematodo de las agallas (Meloidogyne incognita), el nematodo de la lesión (Pratylenchus brachyurus), el nematodo reniforme (Rotylenchulus reniformis) y el nematodo de espiral (Helicotylenchus dihystera). SÍNTOMAS Y DAÑOS Cuando los nematodos atacan las raíces de la piña las hojas cambian el color verde y se tornan amarillas o rojizas (clorosis) (Fig.1). También se observan hojas pequeñas y estrechas, comienza la muerte del follaje, y además, las raíces no crecen (Fig.2). A B Figura 2. Efectos del daño que ocasionan los nematodos a las raíces de la piña. A: Raíces sanas, B: Raíces infectadas. Estos efectos negativos en la planta traen como consecuencia el retardo de la producción y la aparición de frutos pequeños. Todos estos síntomas suelen ser confundidos con los que causa la cochinilla (Dismicocus brevipes) y otros parásitos. Generalmente, las heridas o lesiones provocadas por los nematodos en las raíces, facilitan el ataque de otros patógenos como son los hongos y las bacterias, causando severas pudriciones. Por otro lado, cuando el nematodo de la lesión se asocia con la cochinilla causa mayores daños al cultivo. Figura 1. Plantación de piña con clorosis causada por nematodos. Nótese la ausencia por muerte de algunas plantas en las hileras. MANEJO ECOLÓGICO Para evitar la penetración de los nematodos en la plantación o mantenerlos en bajas poblaciones se recomienda combinar las siguientes medidas de manejo. 1. Medidas preventivas y sanitarias Antes de plantar el cultivo, el campo debe ser muestreado y analizado por los especialistas. Se aconseja que el terreno sea llano y que el trazado de los canteros se haga perpendicular a la pendiente de mayor nivel. El agua de riego, el suelo y la materia orgánica que se usen tienen que estar libres de nematodos, o en muy bajas poblaciones. El suelo debe disponer de los nutrientes indispensables para la planta. Es necesario eliminar las malas hierbas, las cuales pueden albergar nematodos en sus raíces. Después de la cosecha se debe retirar todo el material vegetal de un campo contaminado. Finalmente, es aconsejable construir un sistema de drenaje para facilitar la evacuación del agua que puede contaminar la plantación por arrastres de suelo. 2. Rotación de cultivos La rotación con cultivos resistentes es una medida eficaz para bajar las poblaciones de los nematodos. El manejo del nematodo de las agallas y del nematodo reniforme se logra, rotando con plantas como el comino sabanero (Stylosanthes gracilis), la maromera, maruga o cascabelillo (Crotalaria spectabilis o Crotalaria juncea), el maní (Arachis hypogaea) variedad cascajal, el maíz (Zea mays), el sorgo (Sorghum vulgare) y la damasquina o cajigal (Tagetes patula). 3. Enmiendas orgánicas Se basa en la aplicación de materia orgánica al suelo, la cual se descompone en compuestos gaseosos que causan la muerte de los nematodos, de las semillas de malas hierbas y de los hongos del suelo. Los mejores resultados se logran, cuando la materia orgánica no está descompuesta. Durante la transportación y el almacenamiento de la materia orgánica, es necesario evitar las pérdidas de gases, cubriendo las pilas con un plástico hasta el momento de su aplicación. La materia orgánica se aplica a una dosis de 100 toneladas por hectárea y debe ser distribuida uniformemente en el campo. Finalmente el área debe ser nivelada y humedecida antes del tratamiento, que debe durar como mínimo dos semanas. Se recomienda el empleo de estiércol vacuno, de oveja o de carnero, gallinaza, cachaza o cascarilla de arroz; combinado con la rotación de cultivos y el uso de cubiertas de vegetales para el control del nematodo de las agallas. 4. Biofumigación (Abono verde) Consiste, en aplicar enmiendas con ciertas plantas que al descomponerse en el suelo se convierten en sustancias nematicidas. Se aconseja el uso de la pangola (Digitaria decumbens), la maromera, maruga o cascabelillo (Crotalaria usaramoensis), la col (Brassica oleraceae) y el nabo (Brassica napus), empleando el mismo procedimiento de las enmiendas orgánicas. 5. Plantas de cobertura Estas plantas tienen la capacidad de producir en sus raíces sustancias nematicidas. Además, mejoran la fertilidad, conservan la humedad del suelo, controlan el crecimiento de las malas hierbas y pueden ser utilizadas como abono verde. Se siembran directamente en el campo como un cultivo más o se pueden intercalar con la piña. Entre las más utilizadas para combatir el nematodo de las agallas se encuentran la flor de muerto (Tagetes erecta), la damasquina o cajigal (Tagetes patula) y la maromera, maruga o cascabelillo (Crotalaria spectabilis o Crotalaria juncea) y la maromera (Crotalaria retusa). La maromera es una planta apropiada para intercalar con la piña por su bajo porte. Se puede sembrar a chorrillo en el medio, cada dos hileras de piña. 6. Micorrizas arbusculares El uso de hongos micorrizas como biofertilizante, permite reducir el empleo de fertilizantes minerales, aumentar los rendimientos y conservar los recursos del suelo y el agua. Cuando se aplican a las raíces de la planta desde la siembra, la población de nematodos disminuye, porque los hongos micorrizas compiten con los nematodos por espacio y nutrientes. Se debe aplicar Micofert® 50g por planta, en las vitroplantas o en la plantación. El suelo se debe humedecer antes de la aplicación. 7. Preparación del suelo Es de gran importancia sobre todo en el período seco y caliente (junio-septiembre). Se recomienda realizar pases de grada y araduras sucesivas a 2540 cm de profundidad, para que los nematodos queden expuestos a los rayos del sol. Se puede combinar con enmiendas orgánicas y biofumigación. Esta medida debe ser utilizada con precaución, porque contribuye a la erosión del suelo. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN FRUTICULTURA TROPICAL Los nematodos parásitos de la piña. Opciones para el manejo ecológico Proyecto: “Producción orgánica de piña y papaya” del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical, financiado por el Programa Ramal de Producciones Orgánicas del Ministerio de la Agricultura de Cuba, para la capacitación de los productores agrícolas de piña. Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical Calle 7ma. No. 3005, entre 30 y 32, Miramar, Playa, La Habana, 11 300, Cuba Tel: (53–7) 202 5526 al 29 Fax: (53–7) 204 6794 E-mail: biblioteca@iift.cu 2009