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1 1. Información sobre la posición taxonómica de la especie Cymodocea nodosa (Ucria) Ascherson Familia Cymodoceaceae Orden Alismatales Clase Liliopsida Division Magnoliophyta Reino Plantae Cymodocea nodosa es una planta herbácea perenne; el tallo es de tipo rastrero (rizoma), que a intervalos regulares (entre 1 y 6 cm) presenta nudos, de los cuales parten hacia abajo las raíces (de color blanquecino) y hacia arriba pequeños tallos, de donde surgen los haces de hojas y las flores. El rizoma tiene sección cilíndrica, con un diámetro de 2 a 4 milímetros y presenta color rosado a rojizo. La planta tiene dos tipos de rizomas: los rizomas plagiotrópicos (crecimiento horizontal) y los rizomas ortotrópicos (crecimiento vertical); los primeros son, en general, más largos que los segundos y favorecen la extensión de las praderas. Las hojas aparecen agrupadas en haces, que se sitúan en los extremos de los rizomas. Cada haz está formado por un número variable de hojas, dependiendo de la época del año, casi siempre 3, a veces 2 ó 4. Las hojas son acintadas, alargadas y estrechas; su longitud en Canarias puede variar desde los 10 cm hasta más de 70 cm, mientras que la anchura habitual es de 2 a 3 mm. Las hojas son dísticas y en su zona basal están rodeadas por una vaina que mide entre 2,5 y 7 cm de longitud. Presentan un color verde claro y tienen de 7 a 9 nervios longitudinales. El ápice muestra una forma redondeada con el margen ligeramente dentado. Al morir las hojas, éstas se desprenden, dejando una marca en el rizoma llamada cicatriz foliar, que da lugar a un nudo. El número de estas cicatrices foliares puede ser utilizado para datar la edad de la planta, sabiendo que ésta produce una media de 13 hojas nuevas por haz al año. 2. Información sobre los hábitats característicos de la especie Cymodocea nodosa es una especie propia de la franja infralitoral que suele colonizar los fondos arenosos y fangosos desde unos 2 a unos 35 m de profundidad, en costas parcialmente protegidas del oleaje. En Canarias, la planta recibe el nombre de "seba" y de "sebadal" o "manchón" cada pradera que forma. La distribución y estructura de las poblaciones canarias de Cymodocea dependen de los factores ambientales, tales como la batimetría, tipo e intensidad de las corrientes, oleaje dominante, tipo de substrato, cantidad de materia orgánica y nutrientes, turbidez, salinidad y temperatura del agua. En relación con la profundidad, C. nodosa puede aparecer en charcos de la zona intermareal, llegando excepcionalmente a quedar parcialmente expuesta durante la bajamar. En los fondos infralitorales someros, puede aparecer desde los 2 a los 35 metros, siendo la distribución batimétrica más frecuente entre los 10 y 15 metros de profundidad (Barquín et al., 2005). 2 Cymodocea nodosa crece en áreas costeras con substratos blandos, arenosos o arenosofangosos. No prefiere ningún tipo de sedimento concreto en contenido en materia orgánica, tolerando ciertas condiciones de anoxia. Requiere una buena iluminación, ya que un exceso de turbidez afecta negativamente su actividad fotosintética por falta de luz, y es sensible también a incrementos de salinidad por encima de 41‰. Debido a la marcada estacionalidad del crecimiento vegetativo de las plantas, las poblaciones de Cymodocea nodosa tienen un aspecto diferente a lo largo del año. Los valores medios máximos en densidad de pies, altura de las plantas, número de hojas y cobertura se alcanzan en primavera y verano, que es cuando tienen su mejor aspecto, apareciendo frondosas, con muchas hojas nuevas de color verde intenso. Por el contrario, durante el período otoño-invierno las poblaciones pierden muchas hojas y las que quedan son más pequeñas, disminuyendo también el número de haces. Durante estos meses muestran un aspecto más pobre. Además de estabilizar el sustrato con su sistema radicular, esta fanerógama sirve como soporte para una gran cantidad de algas filamentosas e invertebrados que se instalan sobre sus hojas, y como lugar de desarrollo de una gran cantidad de alevines y juveniles de peces propios de los fondos rocosos, que encuentran aquí un ambiente propicio, con abundancia de alimento y sin los depredadores de las zonas rocosas. Cymodocea nodosa es la especie dominante de una comunidad con una elevada importancia ecológica, al igual que el resto de fanerógamas marinas. Una de las principales aportaciones de estas praderas a los ecosistemas marinos es su contribución en la productividad de los océanos. Además, interviene en muchos otros procesos, como pueden ser: (1) proporcionar estabilidad al sedimento, (2) favorecer la sedimentación y, por tanto, la claridad de las aguas, (3) generar detritus in situ, (4) atenuar la erosión costera, (5) proporcionar una fuente neta de nutrientes, materia orgánica y oxígeno, (6) canalizar la producción primaria a niveles tróficos superiores, (7) incrementar la heterogeneidad del paisaje submarino, y (8) constituir un hábitat rico en especies. 3. Información sobre la distribución y número de individuos de la especie, subespecie o población afectada y sobre el área de distribución natural. Cymodocea nodosa se distribuye ampliamente en el Mar Mediterráneo. En el Atlántico, se encuentra en las costas del sur de la Península Ibérica (costas de Portugal, Bahía de Cádiz, etc.) y en las costas del noroeste de África hasta Mauritania, alcanzando su límite meridional en Senegal. Esta presente también en los archipiélagos macaronésicos de Madeira y Canarias. En Canarias, las praderas de C. nodosa se localizan, principalmente, en las bahías protegidas de la zona este, sureste, sur y suroeste de casi todas las islas. Sin embargo, es más abundante en las islas orientales y centrales, con una plataforma insular de mayores dimensiones y mayor cantidad de sedimentos, al ser las más antiguas y erosionadas. Estas características geográficas hacen de La Graciosa, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife, un emplazamiento más favorable para el asentamiento y desarrollo de estas praderas. En las islas occidentales los fondos son más rocosos y abruptos, con menor plataforma insular y menor cantidad de sedimentos. El número y extensión de praderas 3 disminuye en La Gomera, siendo su presencia puntual en El Hierro y está por confirmar la persistencia de praderas en La Palma. Los datos existentes sobre la distribución geográfica de la seba en Canarias se han obtenido con diferentes metodologías aplicadas a cada isla, por lo que para compararlos y considerarlos en su totalidad hay que tener en cuenta esta circunstancia. El número de individuos de las poblaciones es difícil de establecer al tratarse de una especie cespitosa cuyos individuos crecen mezclados. En Canarias, a diferencia del Mediterráneo donde las poblaciones son mayoritariamente clónicas, la reproducción sexual es habitual. La densidad de haces es importante para establecer el estado de conservación. A partir de los datos de densidad (que es la variable más importante) se puede establecer una clasificación, por la cual se determina grosso modo cuál es el estado de conservación de cada población. En un sebadal medio de Canarias la densidad de haces varía entre 1000 haces/m2 (invierno) y 2000 haces/m2 (verano). Una clasificación equivalente a la creada por Giraud para determinar el estado de la pradera de Posidonia oceanica en el Mediterráneo puede ser de utilidad. Esta clasificación sería la siguiente para las condiciones estivales: • nº haces/m2 > 2000 ! Muy buen estado de conservación • 2000 > nº haces/m2 > 1500 ! Buen estado de conservación • 1500 > nº haces/m2 > 1000 ! Regular estado de conservación • 1000 > nº haces/m2 > 500 ! Mal estado de conservación En la actualidad, gran parte de las poblaciones de Cymodocea de Canarias muestran Regular o Mal estado de conservación. 4. Determinación y análisis de los factores que inciden negativamente sobre su conservación o sobre la de sus hábitats Cymodocea nodosa puede considerarse como una especie indicadora de la calidad ambiental, pues es sensible a diferentes tipos de alteración de los parámetros ambientales. La degradación de estos ecosistemas debida principalmente al desarrollo urbano y a las obras costeras, que suponen el aporte de sedimentos finos y periodos prolongados de turbidez en las aguas, conlleva una acumulación de fango en los fondos, la regresión de las praderas, su sustitución por especies más oportunistas y la reducción de la fauna asociada. La principal causa de la pérdida de praderas marinas a nivel mundial es la reducción de la transparencia del agua, sobre todo como consecuencia del incremento de la carga excesiva de nutrientes y de la turbidez. Entre las actividades humanas que afectan negativamente sobre la conservación de la especie hay que señalar la construcción de puertos (comerciales, industriales y deportivos), los diques de abrigo, las playas artificiales, los emisarios submarinos, los vertidos de aguas residuales y de salmueras procedentes de plantas desaladoras, el anclaje de embarcaciones, las instalaciones de cultivos marinos mal ubicadas, determinadas modalidades de pesca (arrastre) y la introducción de especies invasoras. Cada una de estas actividades puede 4 generar por si sola, o bien de forma indirecta, el deterioro y la pérdida de poblaciones de Cymodocea nodosa. Es importante señalar que estas actividades generan una perturbación permanente del medio, pues se trata de obras de gran envergadura, que suponen el vertido de muchas toneladas de materiales sólidos sobre una gran extensión de terreno y que son, por tanto, muy difíciles de eliminar una vez construídas. Por este motivo, estas amenazas han de ser contempladas con una perspectiva histórica, pues el tiempo que tardan en desaparecer se mide en miles de años. Las obras costeras destruyen a los sebadales tanto por el enterramiento -cuando las obras cubren la superficie ocupada por las praderas- o de forma indirecta, bien sea durante la construcción por el vertido de sedimentos finos o en los años siguientes, a medida que van cambiando las condiciones hidrográficas y se establece un nuevo equilibrio. Los efectos a largo plazo de una obra portuaria sobre las praderas de Cymodocea son difíciles de prever, pues se deben a los cambios que estas intervenciones provocan en las condiciones hidrográficas de la zona, algunos de los cuales solo se pueden observar al cabo de varios años, pues los producen variaciones de pequeña magnitud pero mantenidas durante mucho tiempo. Deben de transcurrir varias épocas de crecimiento y de regeneración natural de la pradera para que se puedan notar los efectos de las nuevas condiciones. Igualmente, las afecciones se harán notar con mayor intensidad en la zona situada a favor de las corrientes dominantes que en la zona opuesta. No obstante, la gran sensibilidad de Cymodocea a las condiciones ambientales que afecten a la transparencia del agua y la cantidad de sedimentos en suspensión, hace que el impacto de las obras se pueda notar a centenares de metros de distancia corriente abajo, incluso desde los primeros meses de iniciadas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los sebadales canarios, al igual que en el resto de su distribución mundial, tienden a ocupar los mismos fondos que se buscan cuando se pretende ubicar un muelle, una escollera o un refugio pesquero, es decir, los situados a profundidades que oscilan entre los 5 y los 35 m, de poca inclinación y en plataformas de poca profundidad, condiciones que se observan en las plataformas insulares y, en menor medida, en la desembocadura de los barrancos. A este motivo de conflicto provocado por la coincidencia entre las obras portuarias y el hábitat de los sebadales, hay que añadirle la escasa o nula plataforma insular que tienen las islas, pues salvo La Gomera y parte del perímetro de Gran Canaria y, en menor medida, Fuerteventura y Lanzarote, en el resto de las islas apenas existe un pequeño escalón antes de llegar al talud y a los fondos batiales. Por este motivo, la pugna entre la actividad humana y la comunidad biológica se acrecienta aun más, pues las zonas adecuadas para la construcción portuaria, al igual que los sebadales, son cada vez más escasas. El avance de la ingeniería portuaria y el desarrollo de las infraestructuras que rodean a este tipo de actividad, ha permitido la construcción de puertos cada vez más baratos, mayores y en puntos del litoral que hasta entonces se habían descartado. En Canarias, este desarrollo ha supuesto que los sebadales hayan perdido cada vez más terreno y se encuentre, en este momento, amenazados por más y mayores obras. 5 Como ejemplos de los efectos negativos que tienen las obras portuarias sobre Cymodocea nodosa, se puede citar la desaparición de los sebadales de los fondos sobre los que se construyeron algunos de los principales puertos canarios a mediados del siglo XX, como el de La Luz y Las Palmas, en Gran Canaria, el de Santa Cruz de Tenerife y el de Santa Cruz de La Palma. Si bien no se tienen datos concretos sobre la extensión de estos sebadales, toda vez que se construyeron cuando no existía ningún tipo de cartografía de las comunidades biológicas, por testimonios orales dignos de confianza se sabe de la existencia de estas praderas antes de que se terminaran de construir los muelles más modernos. La desaparición del sebadal existente en los fondos ahora ocupados por el muelle de Santa Cruz de La Palma supuso la desaparición del único que existía en toda la isla. Un caso documentado, del que se dispone de cartografía bionómica fiable, es el del sebadal de Las Galletas, en la costa sur de Tenerife, del que se pudo constatar una reducción del 97 % entre 2002 y 2003, coincidiendo con la ampliación del muelle (Fig. 1) (Aliaga et al., 2002; Gil-Rodríguez & Barquín, 2003). Otro ejemplo es la desaparición del sebadal de la Bahía de Formas, en la costa este de Gran Canaria, por la construcción del cercano Puerto de Arinaga. Foto 1.- Ejemplo de reducción del área de distribución de la seba por la ampliación, en 2002, del muelle de Las Galletas, Tenerife. En este caso, la reducción fue del 97 % en el año siguiente de la construcción del muelle. 6 El enterramiento por acumulación excesiva de sedimentos es otra de las causas de desaparición de Cymodocea nodosa. Se ha estudiado la respuesta a la erosión y al enterramiento de esta especie y se ha observado que la planta tiene cierta capacidad de compensar el enterramiento. Esta compensación se consigue aumentando la tasa de crecimiento de los rizomas verticales. Sin embargo, tanto esta acción como la erosión aumentan la tasa de mortalidad, que llega a ser total en plántulas con enterramientos de más de 7 cm. Las desaladoras para abastecimiento de agua potable utilizando agua marina afectan a Cymodocea al modificar de forma acusada los parámetros físico-químicos del agua. En las plantas desaladoras se extrae el agua marina y después de varios procesos se obtiene agua potable, pero por otro lado se genera un líquido con concentraciones elevadas de sales, entre 60 y 70‰, la llamada salmuera. Además, este producto tiene valores de pH y temperatura diferentes a los del agua de mar y contienen determinadas sustancias químicas utilizadas durante el proceso de desalación. Las salmueras suelen evacuarse al mar mediante vertidos. La mayor salinidad y densidad de estos vertidos hacen que se vayan al fondo marino. La salmuera produce impactos sobre las comunidades marinas bentónicas, entre los que se encuentra la mortalidad de fanerógamas marinas o de algas como Caulerpa prolifera, común en praderas de Cymodocea nodosa. Esta última es muy sensible a los cambios de salinidad, con un 100% de mortalidad a 56‰. Los cultivos de peces en jaulas marinas situadas sobre o cerca las poblaciones de Cymodocea provocan daños importantes. El aumento de la turbidez en la columna de agua que provoca una disminución de la penetración de la luz, el aporte excesivo de materia orgánica y el aumento de la concentración de nutrientes en la columna y en el sedimento, son los principales factores que afectan a las praderas marinas. La entrada de mayor cantidad de nutrientes inorgánicos (P y N) y de materia orgánica, favorece el crecimiento de epífitos sobre las hojas de la seba, dificultando su actividad fotosintética, lo que a su vez produce una disminución en la tasa de producción primaria. En general, se produce un gradiente de afección desde las jaulas de engorde hacia el exterior, la amplitud del cual depende de varios factores: tamaño de las instalaciones, capacidad de producción, método de cultivo, calidad de los piensos, condiciones oceanográficas, etc. La contaminación producida por los vertidos en el litoral es una de las principales amenazas sobre C. nodosa, dado que se producen numerosos vertidos de aguas residuales, tanto directos (en la costa) como a través de emisarios submarinos a mayor distancia de la línea de costa (Foto 16). Estos vertidos, en los que gran parte del agua vertida no tienen un tratamiento adecuado, introducen en exceso nutrientes y materia orgánica al medio marino (tanto a la columna de agua como a los sedimentos cercanos) produciendo efectos regresivos. En los puntos de emisión, Cymodocea desaparece y se observa un claro gradiente conforme nos alejamos de dichos puntos. El halo de influencia del emisario (pluma) lo determinan diferentes parámetros oceanográficos, entre los que destacan las corrientes marinas que diluyen el caudal de agua vertida, así como las características del propio vertido (caudal, tipo, tratamiento previo, frecuencia, etc.). Determinadas modalidades de pesca, como la de arrastre con chinchorro, produce el deterioro y arranque de rizomas y hojas de Cymodocea. Además, elimina gran cantidad de peces en estadios alevines y juveniles. El fondeo de embarcaciones, tanto de recreo como 7 profesionales, sobre poblaciones de seba puede provocar marcados impactos mecánicos. Las anclas y las cadenas arrastradas por el fondo durante las maniobras de fondeo y leva, producen surcos donde los rizomas son arrancados. 5. Medidas legales de protección: ! El Convenio de Berna en su anexo I protege las poblaciones de Cymodocea nodosa en el Mediterráneo. ! La Directiva Hábitats incluye en su Anexo I, el hábitat con código 1110 denominado “Bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina poco profunda”. En Canarias este hábitat incluye a los sebadales. Pero hasta el momento, aún no ha sido catalogado como un hábitat prioritario por la Directiva. ! En cuatro islas T, GC, F y L existen LIC declarados por la red Natura 2000 para proteger a los sebadales. ! En la legislación canaria, Cymodocea nodosa es una especie catalogada como “Sensible a la alteración del hábitat” por el Decreto 151/2001 por el que se crea el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias. ! La Ley 17/2003 de Pesca de Canarias establece en el artículo 10.3 la protección de las comunidades de fanerógamas marinas especialmente los sebadales. ! Proposición de ley del catálogo canario de especies protegidas 7L/PPL-0011. Categoría “De interés para los ecosistemas canarios”. Sólo estarán protegidas las poblaciones dentro de espacios naturales protegidos. En la actualidad en vías de publicación. ! La especie se ha incluido en el anejo del Convenio de Barcelona (noviembre de 2009). 6. Propuesta, en su caso, de catalogación o cambio de categoría, y sobre las medidas específicas que requerirá su conservación. Criterios Orientadores para la inclusión de taxones y poblaciones en Catálogos de Especies Amenazadas: La definición actual de las categorías del Catálogo Español de Especies Amenazadas figura en el Art. 55 de la Ley 42/2007. Teniendo en cuenta que la definición de las categorías es general y no incluye criterios concretos ni objetivos, resulta evidente la necesidad de disponer de unos criterios orientadores que puedan ser utilizados de forma práctica en los trabajos de catalogación de taxones y poblaciones. A la vista de lo cual, el Comité de Flora y Fauna Silvestres (CFFS), reunido en La Laguna (Tenerife) y Valsaín (Segovia), ha elaborado unos criterios, concretos y objetivos, que se presentan en este documento y que tras su aprobación serán los que se aplican en los trabajos de inclusión o modificación de taxones y poblaciones en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. 8 PROPUESTA Cymodocea nodosa (Ucria) Asch. . VU A2ace; B2b(i,ii,iii,iv)c(i,ii,iii,iv) * Vulnerable (V) Definición: Un taxón o población debe ser considerado "Vulnerable" (V), cuando corre el riesgo de pasar a la categoría "En peligro de extinción" o cuando por su rareza se enfrenta a un riesgo de desaparición en la naturaleza, y cumple al menos, uno de los siguientes criterios: A. Declive de población ajustándose a alguno de los siguientes subcriterios: 2. Una vez evaluado científicamente el efecto de los factores actuales de amenaza y teniendo en cuenta las medidas de conservación adoptadas, se estima que su regresión en el futuro puede ser al menos del 20% en los próximos 20 años o 5 generaciones. B. Área de distribución: El área de presencia estimada ha disminuido, al menos, en un 50% en los últimos 50 años, o su área de ocupación se ha reducido en un 25% en el mismo periodo y cumpliendo además, al menos, uno de los siguientes subcriterios: 2. Descenso continuo de su b) área de ocupación Disminución continua, observada, inferida o proyectada, en cualquiera de las siguientes: (i) extensión de la presencia (ii) área de ocupación (iii) área, extensión y/o calidad del hábitat (iv) número de localidades o subpoblaciones c) superficie y/o calidad del hábitat fluctuaciones extremas de al menos uno: (i) extensión de la presencia (ii) área de ocupación (iii) número de localidades o subpoblaciones (iv) número de individuos maduros. 9 BIBLIOGRAFIA AFONSO CARRILLO, J. & M.C. RODRIGUEZ 1980. Cymodocea nodosa (Ucria) Ascherson (Zannichelliaceae) y las praderas submarinas o sebadales en el Archipiélago Canario. Vieraea 8: 365-376. ALIAGA, V., A. BELMONTE, J. M. GUTIÉRREZ, A. PERÁN, M. I. SANCHEZ, S. ÁLVAREZ, E. GARCÍA, T. SENABRE, F. LÓPEZ, M. ESPINO, J. PUIDEFÁBREGAS, A. BRITO, J. BARQUÍN, J. M. FALCÓN, O. MONTERROSO, A. CRUZ, J. C. PÉREZ HERNÁNDEZ, N. GARCÍA, J. NÚÑEZ, M. C. BRITO, Y. PADILLA, R. RIERA, G. VIERA, G. HERRERA & A. 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Su campo de investigación se ha centrado en el estudio de la fauna marina (principalmente peces y corales) de Canarias y la Macaronesia, en la organización de los ecosistemas marinos insulares y las estrategias de conservación de la biodiversidad y los recursos litorales (reservas marinas, arrecifes artificiales, control de la plaga de erizos, etc.). Prof. Dr. Julio Afonso Carrillo Catedrático de Universidad del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Especializado en la biología de vegetales marinos bentónicos, sus investigaciones se han centrado sobre la morfología, la reproducción y la distribución de algas y hierbas marinas, y de sus comunidades, principalmente en las islas Canarias, con particular interés en los aspectos biogeográficos y fenológicos. Prof. Dr. Jacinto Barquín Diez. Doctor en Biología, Profesor Titular de Zoología, adscrito al Departamento de Biología Animal (Unidad de Zoología) de la Universidad de La Laguna, donde actualmente imparte docencia en las asignaturas de Zoogeografía, Fauna de Canarias y Zoología Marina. Su campo de investigación se centra en la ecocartografía marina y la bionomía bentónica de las costas canarias, en la organización de los ecosistemas bentónicos insulares y en las estrategias de conservación de la biodiversidad y de los recursos litorales de Canarias (reservas marinas, etc.). Prof. Dr. Wolfredo Wildpret de la Torre Dr. Honoris Causa por la Universidad Leibniz de Hannover, Alemania. Licenciado y Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Catedrático y Profesor Emérito de la Universidad de La Laguna donde viene ejerciendo su labor docente e investigadora desde 1967. Su principal campo de investigación ha sido la creación de diversas líneas enfocadas al estudio taxonómico y sintaxonómico de la Flora y Vegetación de Canarias. Ha dirigido 47 Proyectos de investigación financiados por instituciones u organismos públicos o privados. Ha publicado más de 200 trabajos de investigación en revistas nacionales y extranjeras.