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EL ARTE FUNERARIO EN CHIHUAHUA “Cuando se muere la carne el alma busca su sitio adentro de una amapola o dentro de un pajarito” Desde los inicios de la humanidad, dos acontecimientos de la cotidianeidad han sido reflejo de preocupación y cuidados: el nacer y el morir. Si bien el primero es le festejo a la vida en si, el segundo es al que se le ha dedicado mayores ceremonias, rituales y esfuerzos para guardar la memoria de aquél cuya existencia física ha llegado a su fin. Una creencia que compartimos la mayoría de las culturas occidentales, es aquella relacionada con el tesón del existir aún después de desaparición corpórea. Por lo anterior se han dedicado esfuerzos estéticos, artísticos y de ingeniería para crear la última morada de quien ha fallecido; ejemplo de dichos esfuerzos son las pirámides. Una de las primeras cosas que indican algunas de las creencias cristianas, es que hay que apartar de la vista de Dios al cuerpo sin vida, y dejarlo bajo la tierra en En México el arte funerario se ha venido desarrollando desde el tiempo precolombino. Gracias a la arqueología sabemos que las tumbas de nuestros ancestros iban desde vasijas decoradas de barro hasta grandes construcciones con soluciones estructurales sorprendentes. En particular el estado de Chihuahua cuenta con manifestaciones funerarias, propias de la cultura occidental, de toda índole. Las cuales van desde tumbas ligeramente ornamentadas en los atrios de los templos virreinales hasta expresiones eclécticas del periodo Porfirista y postrevolucionario. Una de los monumentos artísticos que representa dignamente el arte fúnebre en Chihuahua se encuentra en el antiguo Panteón de Dolores de Hidalgo del Parral; es conocida como la Capilla Torres, misma que se encuentra a unos cien metros de la tumba original del Gral. Francisco Villa. Dicha capilla pertenece al periodo arquitectónico que se ha denominado “culturista”, ya que en el diseño y proyección de la misma participaban los dueños del inmueble con especificaciones artísticas de lo que veían durante sus viajes a Europa. La edificación está compuesta de dos cuerpos, la capilla y la cripta; se encuentra constituida de mampostería de ladrillo y mortero de cal-arena, así como de un relevante trabajo de cantera en sillares, sillarejos, lambrines, balaustres y columnas. Lo elementos estéticos y de ornato como flores, remates y capiteles son de una calidad comparable a los realizados en el Palacio de Alvarado, lo que hace pensar que tienen un mismo origen en cuanto a su fabricación. Iconografía del edificio. Para comprender el lenguaje simbólico del edificio, es necesario establecer relaciones semióticas con algunos de los íconos más utilizados en el arte funerario cristiano, a) Figuras de ángeles Al interior y formando parte del altar se encuentra la figura de un ángel, la cual tiene como fin la representación de estos seres como intermediarios entre Dios y los hombres, entre el cielo y la tierra. b) Figuras de Flores Las flores de cinco pétalos, probablemente violetas, simbolizan el jardín de los Bienaventurados. Así mismo el que sea de cinco pétalos doblados en sus orillas, también tiene una connotación sobre la fragilidad de los 5 sentidos y la fugacidad de la vida. Flores de cuatro pétalos, si bien no están identificadas, éstas también juegan el papel de la representar el jardín de los Bienaventurados, así cómo la potencialidad de abrirse de extenderse del centro hacia fuera, sugiriendo la representación de un origen común. Rosas, se encuentran en el dintel superior de la puerta de acceso a la capilla y en las coronas de la fachada principal. Las rosas tienen variantes en su significado, sin embargo encontrarlas en la capilla, abiertas y en botón, puede ser indicio del misterio de la vida y la muerte, el corazón de la vida. También es considerada como la sangre de Cristo derramada para ser salvos de pecado. Sin duda dicho símbolo tiene que ver con María o Cristo, ya que no tiene espinas, pudiendo ser “la Rosa Mística”. c) Figuras de vegetación Corazón vegetal, se encuentra únicamente en la portada de acceso a la capilla, el cual da origen a una serie de hojas de acanto que se entrelazan con violetas y rematan el parte posterior con las rosas. La vegetación en su mayoría es acanto, por lo que se simboliza el dolor de los deudos de los difuntos, así mismo se va entrelazando con flores y con conchas. d) Corona funebris Es representación de la muerte y el luto del sacrificio, sin embargo el hecho de que se componga de rosas, puede inclinarse a representar el final de la vida anterior y el comienzo de una nueva vida. e) Conchas Las conchas dentro de los ritos funerarios tienen relación de resurrección y el bautismo. d) Triángulos Cerrando los vanos de puerta y ventanas, se encuentra un semitriángulo, cuyos vértices rematan en adornos de acanto, lo cual representa la naturaleza triple del universo: el cielo, la tierra y el hombre. En la parte posterior, en el centro del triángulo, se encuentra la cruz la cual tiene sobre puestas flores de cinco hojas cerrándose, indicando el descanso en cristo. Una particularidad más de dicha cruz es su ubicación con respecto a los ejes cardinales, ya que se encuentra situada en la fachada sur, punto relacionado con la vida eterna, debido a que el sol siempre incide en esta cara. Se puede concluir que la riqueza artística, cultural e histórica de la que es propietaria la Capilla Torres merece los mayores esfuerzos de conservación, restauración e investigación, para proyectar el arte mexicano forjado en cada piedra componente de las tumbas; de nuestras innumerables capillas, lápidas y epitafios, ya que a través de ellos se nos juzga como sociedad. Dejamos a manera de epílogo las palabras del político inglés William Ewart Gladstone (1809-1898) “el respeto de la gente por sus leyes y su tierra se podía medir con precisión matemática por la forma en que ésta se ocupaba de sus muertos” Para mayor información comunicarse a Misiones Coloniales de Chihuahua, A.C., Teléfono (614) 424-02-25 o al correo raholguin@misionescoloniales.org Autor: Ramón Holguín Salas Área de Arquitectura