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MERCADO LABORAL Y DESARROLLO PRODUCTIVIDAD, DIVINO TESORO (I) La próxima Ronda de Consejos de Salarios brinda la oportunidad insoslayable de incorporar realmente el concepto de productividad al debate laboral. Cómo hacerlo es clave. Prejuicios y recelos. Quizás porque son minoría los que asumen la tarea de saber y entender, basta mencionar algunas palabras para predisponer, a favor o en contra, a los diversos actores. Al decir PRODUCTIVIDAD se disparan los prejuicios en empresarios y sindicalistas. Aunque pocos conocen en profundidad el contenido implícito de la palabra en la actualidad, todos creen intuir sus efectos más inmediatos. sube gracias al esfuerzo renovador de determinadas empresas y pese al conservadurismo de las demás, aumentar los salarios en todas las empresas, según la productividad superior de las exitosas, resultará socialmente calamitoso. El aumento de los costos no resultará absorbible para las compañías menos dinámicas y acelerará su desaparición. Parece apropiado vincular los salarios en cada empresa en función de la evolución de su propia productividad. Una oportunidad imperdible. ¿Quién será el adivino? Porque si Ahora se abre una oportunidad decisiva de allanar los prejuicios y enriquecer el mercado. El Gobierno, de cara a la próxima Ronda de Consejos de Salarios, colocó la productividad sobre la mesa y, dado el vigor de los planteamientos, sería insensato para todos dejar pasar esta oportunidad histórica de incorporarla a la negociación colectiva. De qué se trata. Una definición eco- nómica de Productividad es la cantidad de bienes y servicios producidos por unidad de factores utilizados. En el caso de la productividad del trabajo, por ejemplo, se mediría en forma global como PBI/horas trabajadas. Las fuentes de productividad pueden ser muy diversas: educación, capacitación, esfuerzo del trabajador, tecnología, innovación, mejora de procesos, economías de escala, entre otros. Medir objetivamente las fuentes de mejora de la productividad es complejo, pero además no es relevante para determinar el salario agregado. Atar los salarios a la productividad. Sería bueno, sí. Pero en concreto, en la práctica, qué productividad vincularemos directamente a cada salario, ¿la de quién? ¿De la economía? ¿De un sector económico? ¿Empresa a empresa? ¿A cada trabajador? Así, por ejemplo, si la productividad agregada del sector X un empresario paga hoy salarios más altos, sin proporción con la riqueza que su compañía va crear en el futuro, perderá rentabilidad. Por eso, parece conveniente que pueda equivocarse o acertar con su propio criterio, pactando la relación salarios/productividad con los trabajadores de su empresa. Ni el PIT-CNT ni el Gobierno pueden anticipar la productividad de una empresa. ¿Quiénes tienen mayor incentivo y conocimientos para establecer la productividad real de una empresa que el empresario y sus empleados? En una economía de mercado, sin restricciones como las que imponen los Consejos de Verónica Raffo vraffo@ferrere.com Salarios, lo que ocurre es que las empresas con mejor productividad pueden pagar mejores salarios y por ello contratar al personal más capaz y motivado. Esto mejora su propia productividad e impacta negativamente sobre su competencia. Distribuir Ingresos. Esta lógica de compartir los ingresos que genera una mayor productividad, por más que no se vincule a empleados más productivos, es lo que sugiere la teoría, pero, sobretodo, es lo que ocurre en mercados más avanzados. Y esto es lo que más le cuesta digerir conceptualmente al empresariado local. Encarar la negociación con este postulado inicial, sin embargo, debería tener el efecto de desarticular gran parte de los argumentos esgrimidos por los sindicatos en contra de la incorporación de este factor a la estructura de ajustes de sueldos. Pero incorporarla a sabiendas y con sabiduría. Porque entender los claros y oscuros de lo que hablamos es la única forma de construir un diálogo transparente y productivo. n CONTINÚA EN UN SEGUNDO ARTÍCULO LA PRÓXIMA SEMANA Por qué debemos apostar Las razones importantes y de largo plazo para apostar a la productividad, tienen la virtud de beneficiar al país, los sindicatos y los empresarios: • Es la base de la competitividad genuina • Es clave para el crecimiento a largo plazo • Es vital para que las empresas bajen costos y mejoren su rentabilidad • Es la única forma de asegurar aumentos sostenidos del salario real.