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¿LEGALIZAR O NO LEGALIZAR?
Efraín Villanueva Arcos
“Lo mismo que la tutela, la protección del Estado va dirigida a utilidad no de quien la ejerce, sino de los que están
sometidos a ella. Los que se ocupan de una parte de los ciudadanos y no atienden a la otra, introducen en la Patria una
gran calamidad, la sedición y la discordia”. Cicerón, Sobre los Deberes.
El Presidente Felipe Calderón participará hoy en la reunión de los Líderes de América del
Norte, lo que implica que se reunirá con Barack Obama, Presidente de Estados Unidos de
Norteamérica, y con Stephen Harper, Primer Ministro de Canadá. El Subsecretario para
América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Julián Ventura Valero, ha
afirmado, en entrevista con “El Universal” publicada ayer domingo, que en dicha Cumbre
el Presidente Calderón abordará con sus colegas el tema de la posible “legalización del
comercio de droga con el resto de los países del hemisferio”; agregando que el tema es
parte de la agenda de seguridad, pero tiene que verse “desde una perspectiva integral,
estratégica, regional”, lo que debe incluir un fortalecimiento de “la cooperación trilateral y
bilateral”, además de considerar la reducción en el tráfico de armas y en el consumo de
drogas, como parte fundamental del esquema.
En efecto, parece ser que el debate por el tema de las drogas se abordará tanto en la Cumbre
de los líderes de Norteamérica como en la próxima Cumbre de las Américas a celebrarse en
Colombia. A este respecto, considero interesante explorar qué dice la prensa internacional
en relación al tema. La revista inglesa The Economist ha reseñado en su publicación del 17
de marzo pasado el contexto en el que se dará dicho debate: la hoja de coca, de la cual se
extrae la cocaína refinada, solamente se produce en las planicies de los Andes, en América
del Sur, donde Perú ha desplazado a Colombia como el principal productor de coca. En
México se produce hoy tanta heroína como la que se obtiene en Afganistán, lo mismo que
mariguana. Además, de acuerdo con Naciones Unidas, 8 de los 10 países más violentos del
mundo están en Latinoamérica y el Caribe. El tema de la despenalización parece avanzar
inconteniblemente, sobre todo en las altas esferas de la política. En otra cumbre reciente,
siete países Centroamericanos, además de México, Colombia y República Dominicana, han
declarado conjuntamente que si la reducción de la demanda no es factible, como lo
demuestran las experiencias recientes, las autoridades de los países consumidores deben
explorar otras opciones, incluida la regulación. Agrego aquí que en México el consumo y la
portación de droga, en personas adictas, está ya despenalizado, esto es, no amerita pena de
cárcel.
Sin embargo, lo que hay es una verdadera ausencia de consensos con respecto al tema, pues
mientras una encuesta realizada por “El Periódico” en Guatemala, demostró que 79% de los
encuestados está en contra de la despenalización de las drogas, en Bolivia se ha buscado
otorgar protección legal al consumo tradicional de hojas de coca y té. Incluso, Evo Morales
autorizó el incremento de cultivo de coca para fines tradicionales de 12 a 20 mil hectáreas,
lo que para algunos observadores extranjeros fue injustificado. Por otro lado, Joe Biden,
vicepresidente de EEUU, recién señaló en México que la legalización se está discutiendo,
pero que no hay posibilidad de abandonar la postura en contra por la administración
norteamericana, la que por cierto está reduciendo la ayuda para el combate a las drogas.
The Economist incluso especula si las posturas sobre legalización son solamente una
estrategia para obtener mayor ayuda financiera.
Desde otra perspectiva el periódico español “El País” publicó un artículo el 15 de mayo de
2010 con el sugestivo título “Qué sería de México sin drogas”. En dicho artículo, suscrito
por Sabino Bastidas Colinas, se hizo referencia a un informe de la consultora Stratfor,
agencia especializada en estudios de inteligencia global, cuyas estimaciones son que
anualmente ingresa a México un monto de 40 mil millones de dólares por concepto de
drogas, dato que es difícil de probar. Lo que nadie puede negar es que el negocio ilícito de
las drogas representa “ingresos extraordinarios y un flujo de capital para los países
comercializadores y productores de drogas, y que si se quiere combatir realmente el
narcotráfico es necesario atender dos frentes: primero una clara y frontal estrategia para
combatir el lavado de dinero, y segundo, una estrategia social y económica para sustituir el
negocio ilícito del narcotráfico por negocios productivos lícitos”.
Las preguntas que formula “El País” son pertinentes: ¿Qué pasaría con la economía
mexicana si el dinero de las drogas dejara de entrar? ¿Qué pasaría con la economía de
cientos de familias, pueblos, comercios y negocios que viven gracias a esos ingresos? ¿Cuál
es la estrategia para sustituir la economía del narcotráfico? La conclusión del periódico es
que antes que la guerra desatada por Calderón, sin inteligencia y sin resultados, la estrategia
elemental debió ser: “Follow the Money”, seguir la pista del dinero.
La manzana envenenada está, según “El País”, en que el negocio de las drogas significa
muerte, veneno y destrucción para una sociedad, pero también representa ingresos, empleos
y ventas, porque “el dinero que sale de los bolsillos del consumidor en Nueva York o
California, se convierte en circulante en Ciudad Juárez, Morelia o la ciudad de México” o,
quizá, en algún otro pueblo del sureste de México.
Hace algunos meses, un grupo de amigos de Cancún y Chetumal decidimos visitar la costa
sur de la reserva de la Biosfera “Sian Ka’an”. A este efecto, acordamos reunirnos en el
poblado de “Limones” e hicimos escala en una pequeña fonda de una señora veracruzana
que nos vendió unas ricas empanadas. Para pasar el tiempo, le preguntamos sobre la
situación económica del pueblo y sobre algunos hechos recientes de presencia de narcos en
la región. Su respuesta fue contundente: que si los narcos decidían invertir en el pueblo, ella
los apoyaría, porque la situación económica era desesperante. Urge pues, una estrategia
para generar empleos lícitos cuya fuente financiera no sea el dinero proveniente del negocio
de las drogas. Allí hay también un debate pendiente.
Correo-e: niarf4949@gmail.com