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Creadores y consumidores: todos
somos cultura
La polémica Ley Sinde ha llenado muchas hojas de prensa, pero nosotros
decidimos buscar en el núcleo de la controversia y preguntamos a la
Ministra de Cultura.
Llevamos un tiempo preocupados
y preocupadas por la famosa Ley
Sinde. ¿Qué va a pasar ahora con
nuestras descargas? Sí, claro,
porque nosotros y nosotras
hacemos descargas de Internet.
Nunca hemos comprendido la
importancia de este hecho.
Queremos acceder a la música y
queremos disfrutar los últimos
estrenos de cine, sin que con ello
se nos agote la paga semanal.
Representamos a un colectivo
con
grandes
limitaciones
económicas, dada la situación en
la que vivimos la mayoría de
nosotros y nosotras. Somos
estudiantes,
dependemos
económicamente de nuestras
familias y por tanto, existe una
barrera material evidente que nos
impide acceder a una gran parte
de las actividades culturales que
nos gustan, nos motivan y nos
interesan.
¿Cómo
podemos
valorar
comparativamente la importancia
de preservar los derechos de
propiedad intelectual y nuestras
necesidades culturales?
La respuesta seguramente será
compleja, pero debemos ceñirnos
a nuestra realidad.
Los adultos tienen una fuente de
ingreso fija, un salario mensual
que pueden distribuir de la forma
que creen más conveniente entre
sus diferentes necesidades, pero
la situación financiera los
adolescentes, es muy diferente.
Los ingresos son mucho más
reducidos pero no por ello
desaparecen nuestras demandas.
Es decir, como cualquier adulto.
Aquí surge un problema, ya que
un precio que para una persona
con un salario determinado
puede resultar irrisorio, a
nosotros
nos
parece
desmesurado. Contamos con
ciertas ayudas como puede ser el
Carnet Jove, un tarjeta bancaria
que ofrecen algunas de las
entidades de nuestra Comunidad,
que nos proporciona pequeños
descuentos en algunos de los
espectáculos
(
conciertos,
cine...), aunque el precio, en
comparación
con
nuestros
ingresos,
continua
siendo
demasiado elevado.
En nuestro caso disponemos de
una paga semanal aproximada de
10 euros y con este dinero
debemos acceder a la cultura y al
ocio.
Cada uno de nosotros accede a
una media de 40 CD's
anualmente. Sería un total
aproximado de 500 euros al año,
lo que equivaldría a 50 semanas.Y
esto sin contar las películas.
Por otra parte, desde el colegio se
nos anima a leer o también a ver
ciertas películas sobre las que
después tenemos que hacer un
trabajo o alguna otra actividad
relacionada.
Teniendo en cuenta nuestra
situación cotidiana y sin dejar de
estimar la importancia de velar
por aquellos creadores y
creadoras que construyen con
sus obras nuestro ámbito cultural
y de ocio, decidimos entrevistar a
la persona que se encarga de
velar por los intereses culturales
de este país, Ángeles González
Sinde.
Tras habernos informado acerca
de la Disposición Final Segunda
del Proyecto de Ley de Economía
Sostenible y de su predecesora,
retamos a la Ministra a resolver
nuestras dudas.
Pregunta.- ¿Cómo se puede estar
por una parte incitando al
consumo de cultura y ocio
cuando por otra se nos dificulta
el fácil acceso? ¿Y de qué forma
podemos satisfacer nuestras
inquietudes culturales?
Respuesta. La ley no pretende
dificultar el acceso. No tenemos
un problema con lo digital, sino
con lo ilegal. Por eso, lo que se
pretende es perseguir a webs que
permiten descargas ilegales de
contenidos que no son de su
propiedad, ganando dinero a
costa de los legítimos dueños de
esos contenidos. Hay muchas
páginas webs en las de se
pueden descargar legalmente
música, cine y literatura a un
buen precio.
P. ¿Qué le llevó a formular la
modificación de la Ley de
Economía Sostenible? ¿Por qué
ahora? ¿Ha influido su anterior
trabajo
como
directora
y
guionista?
R. El problema de las descargas
ilegales afecta a todos los
creadores, a los profesionales y a
las industrias culturales. Y no
sólo del mundo del cine, de
donde provengo. Es verdad que
la industria debe modernizarse y
adaptarse al mundo digital y de
Internet, y que debe hacerse más
visible la oferta lícita de
contenidos a precios asequibles.
de la propiedad intelectual de
otros. Nada de detenciones
preventivas (…).
P. ¿Seguiremos pagando un
canon digital, tras la reciente
sentencia de la Audiencia
Nacional?
R. Es muy importante entender
que esta sentencia en modo
alguno anula la compensación
por copia privada. Y también que
esta compensación existe para
que los ciudadanos podamos
hacer copias para uso privado de
obras protegidas. Si los autores
no recibieran una compensación,
no podríamos hacer copias para
uso privado. Así lo mandan las
normas de la unión europea.
Ángeles González Sinde
Pero también es verdad que es
necesario
proteger
a
los
creadores y a las industrias para
que
sigan
produciendo
contenidos culturales. Es un tema
muy complejo y que no afecta
sólo a España; todos los países
de nuestro entorno están
desarrollando leyes para proteger
la propiedad intelectual en
Internet.
Nosotros
no
perseguimos al usuario que se
baja ilegalmente contenidos,
como en Francia, por ejemplo;
sino sólo a las páginas que
quieren ganar dinero ofreciendo
contenido ajeno sin permiso.
Así pues, las cosas quedan más
claras. La industria cultural
representa el 4% del PBI de
nuestra economía, una cifra
significativa,
por
la
que
deberíamos colaborar.
Una de las soluciones que nos
ofrece la Ministra es hacer uso de
paginas de descargas legales
tanto de música, películas y
libros,
aunque
para
los
adolescentes, en muchos de los
casos, pagar de uno a tres euros
por cada canción sigue siendo
desmesurado.
Por último, Sinde nos anuncia
que pese a no poder seguir
haciendo uso de descargas
gratuitas
tendremos
que
continuar pagando un canon
digital en todos los productos de
almacenamiento que adquiramos.
¿Sabéis que la industria cultural
aporta a este país en torno al 4%
del PIB?
P. Con este cambio, está
condenando delitos antes de que
estos se hayan cometido. ¿No
cree que su medida guarda
ciertos paralelismos con la
tomada por los policías de
‘Minority report’?
R. No. Entiendo que pueda
resultar atractiva la comparación
con esta interesante película,
pero como ya os he dicho, se
persigue con garantías jurídicas
a aquellos que se benefician
Al
margen
de
realidades
individuales debemos saber
valorar el esfuerzo de aquellos
que son capaces de crear.
Confiamos pues, en que esta
polémica modificación nos aporte
más de una ventaja en el futuro.
M. Vila. E. Iranzo