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10 13 de febrero de 2014 ACADEMIA Manuel Urbina, René Millán y Rolando Cordera. Fotos: Víctor Hugo Sánchez. Patricia López L a pobreza y la desig ualdad prevalecientes en el país son problemas estructurales que retan a las políticas públicas de salud y afectan el acceso a la atención clínica y a los medicamentos, reducen las posibilidades de prevención y alteran las condiciones básicas de vida de millones de habitantes, señalaron expertos reunidos en el Tercer Seminario de Salud Pública, efectuado en la Facultad de Medicina. Organizado por el Departamento de Salud Pública de esa entidad académica y moderado por el rector José Narro Robles, el evento trató los determinantes sociales de la salud, condiciones extra sanitarias que inciden directamente en el bienestar de la población. Diagnóstico de colectivos La perspectiva social de la salud distingue entre un diagnóstico médico y otro del estado de un colectivo, sea un grupo o una sociedad; es decir, se refiere a las condiciones de salud que guardan las poblaciones más allá de lo clínico, expuso René Millán Valenzuela, sociólogo, académico del Instituto de Investigaciones Sociales e integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM. El pensamiento social, ahondó, establece rutas de acción para este tema al combinar cuatro factores: las características de las poblaciones, sus relaciones con el entorno interno o social y con el ambiente externo o ambiental y la situación de las instituciones, que incluye las formas con las que se atiende a la gente. “Entender desde este punto de vista a la salud significa darle coherencia a esos cuatro niveles”, destacó. Desde la perspectiva colectiva es posible la construcción de políticas públicas. “Los determinantes sociales, afirma la Organización Mundial de la Salud, son factores extra clínicos, circunstancias en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema en este ámbito”, dijo. Por ello, mejorar las condiciones de vida con acceso a la alimentación y a la educación, así como minimizar la Seminario en Medicina Pobreza y desigualdad, retos en salud pública Los determinantes sociales inciden directamente en el bienestar de la población, señalan expertos violencia y el estrés, son factores a tomar en cuenta para reducir la enorme desigualdad que se vive en la nación. Una asignatura pendiente en México es la salud pública, que requiere de la interacción del conocimiento, pues no se puede hacer política social sin transdisciplina, sostuvo Rolando Cordera Campos, profesor emérito de la Facultad de Economía y coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo. “La salud y la enfermedad de una persona o un grupo social dependen mucho de donde se nace, de si hay o no condiciones de pobreza”, subrayó. Este análisis la ubica como un gran negocio, tanto en la investigación biomédica como en la atención a los pacientes. Estados Unidos dedica 16 por ciento de su Producto Interno Bruto a este rubro, por los altos costos que representa, mientras que México invierte seis por ciento, del cual dos por ciento lo gasta el Estado y el restante cuatro se invierte en automedicación y farmacia, apuntó. El otro plano de análisis, añadió, es la economía del desarrollo, que estudia estos determinantes sociales con la suposición de que su entorno tiene que ver con la economía; con el nivel de ingreso de las familias, las regiones y los países; con la cantidad y calidad del empleo; el acceso a la educación y la distribución de bienes como agua, alimentación y vivienda. “Desde este punto de vista, el principal reto es la atención a los grupos más pobres”. De lo individual a lo poblacional En su oportunidad, el médico Manuel Urbina Fuentes, profesor de la Facultad de Medicina, consideró que los determinantes sociales de las desigualdades consideran tres megatendencias: la transición demográfica y epidemiológica, la migración y el crecimiento urbano acelerado que afecta a las poblaciones. “Diseñar políticas públicas en la materia referida es difícil porque influyen los escenarios económicos y sociales. Nos hemos centrado en lo individual, a ver la medicina a nivel persona; y no debemos olvidar, como médicos, que tenemos que avanzar desde el punto de vista poblacional”, planteó. En México existen 56.3 millones de pobres y dicha cifra sumará en 2018 cinco millones de personas que estarán en condiciones de precariedad si no se trabaja en el control de natalidad, especialmente en las esferas más marginadas, reconoció Javier Guerrero García, subsecretario de Desarrollo Comunitario y Participación Social de la Secretaría de Desarrollo Social. Influir e impactar Finalmente, José Narro expresó "que en la medida en que no se tomen en cuenta los determinantes sociales, nos equivocaremos en cuanto a las condiciones que generan las mayores posibilidades de tener salud en una colectividad y de inf luir e impactar en las políticas públicas".