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2 EJECUTIVOS Bolivia, del 3 al 9 de agosto de 2010 Samuel Doria Medina La riqueza proviene del trabajo Ivone Juárez Samuel Doria Medina es el empresario boliviano de los $us millones. Tiene 52 años. A sus 31 (1989) asumió la propiedad y dirección de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), desde donde se convirtió en el “Rey del Cemento”. H abló con Nueva Economía sobre Bolivia, sobre cómo la imagina de acá a 50 años. Cree que el país no debe perder de vista a sus vecinos, aprender de su experiencia pasada, lograr y respetar consensos para terminar con su carrera desenfrenada de destruir y construir país al mismo tiempo. Nueva Economía (NE).¿Cómo ve Samuel Doria Medina a Bolivia de acá a 50 años? Samuel Doria Medina (SDM).- En primer lugar, es importante que salgamos de la lógica de que sólo los recursos naturales dan riqueza. Los países que más avanzaron en el mundo son aquellos que parten de la premisa de que la riqueza proviene del trabajo. Suiza y Japón no cuentan Creo que lo que nos falta a los bolivianos es entender que no podemos estar en la lógica de destruir y construir al mismo tiempo el país. Entra un gobierno y llega a destruir lo que hizo el anterior. Estamos en una carrera de construir y demoler el Estado de manera permanente. Ese es uno de los problemas más serios de Bolivia. con recursos naturales, pero cuentan con gente que trabaja y que genera riqueza. Si nosotros podemos dar ese salto y pensar que el trabajo da riqueza en 50 años podremos gozar de los adelantos importantes que se vienen, de las nuevas fuentes de energía, por ejemplo. Hace 50 años Bolivia, prácticamente, no contaba con infraestructura, tenía una industria muy incipiente, buena parte de la población rural estaba marginada, contaba con un eje central más o menos en construcción. La Bolivia que tenemos ahora, después de 50 años, es diferente, tenemos un mercado activo de cinco millones de habitantes en el eje. Tenemos un país integrado, a excepción del norte, pero contamos con comunicación área permanente. En los últimos años hemos avanzado en integrar a una buena parte de la población. Hemos salido de esa trampa de más de 20 años de $us 1.000 millones de exportación. Ahora estamos por los $us 5 y 6.000 millones, lo cual nos permite tener un intercambio más importante con el resto del mundo. Lo que preocupa en el futuro es cuánto nos acercamos o alejamos de nuestros vecinos. Creo que en los últimos años nos hemos alejado y que ellos dieron pasos muy importantes. Chile, por ejemplo, acaba de soportar un terremoto, pero, a diferencia de Haití, se está reconstruyendo, está generando empleo. Brasil tiene un plan de inversiones de acá al 2014 de $us 700.000 millones. Sólo para el mundial de fútbol invertirá $us 22.000 millones. Perú crece a un ritmo del 10%. En fin, creo que todos nuestros vecinos se han ido alejando de nosotros. En materia económica, en los últimos cuatro años el crecimiento de Bolivia ha alcanzado un promedio similar al que se tuvo en los años neoliberales. Se habla tanto de cambios, pero los resultados de la tasa de crecimiento son similares a los que se tuvo en otros años. Si en los próximos 50 años podemos resolver el tema del desarrollo tendremos un país que podrá resolver los problemas de sus habitantes. Me imagino que en 50 años llegaremos a contar con unos 25 millones de habitantes, lo que nos puede convertir en un mercado interesante para algunas actividades. Si de acá a 50 años logramos un ingreso per cápita cercano a los $us 10 mil, con el poder adquisitivo actual, podríamos decir que la generación que tiene su iniciativa adelante ha cumplido su rol, pero si continuamos en el juego del péndulo entre estatizaciones, nacionalizaciones, privatizaciones, nacionalizaciones, y capitalizaciones; si seguimos pensando que los recursos naturales son todo, y si no nos ponemos de acuerdo y no cohesionamos a la sociedad boliviana en los temas fundamentales y seguimos confrontando, seguramente en los próximos 50 años continuaremos lamentándonos de cómo se alejaron nuestros vecinos o cómo hacemos la maquila para la industria vecina. Son tres elementos fundamentales que determinarán el futuro de Bolivia en los próximos años: primero, tenemos que aceptar que la riqueza viene del trabajo, no de los recursos naturales; segundo, tenemos que entender los miles de años de experiencia de la humanidad nos muestran la necesidad de complementar sector público, sector privado, que no son excluyentes. Tercero, tenemos que buscar la cohesión de la sociedad boliviana y no su confrontación. Si resolvemos estos tres desafíos en los próximos años podemos esperar que esos 25 millones de bolivianos y bolivianas puedan lograr un ingreso per cápita de $us 10 mil, con lo cual podrán satisfacer sus necesidades, no sólo de alimentación y de vivienda, sino también de salud y educación, etc. (NE).- Hoy, ¿cómo analiza a Bolivia? (SDM).- Bolivia es un país donde estamos en una espiral, dando vueltas sobre los mismos temas. Muchas veces escuchamos que se habla de cambios, pero vemos que se hacen las mismas cosas viejas que se hicieron en la historia. En el sector hidrocarburos, por ejemplo, en los 1920 sale la primera disposición que era demasiado generosa con la inversión extranjera, y aparece la Standard Oil que con un oleoducto clandestino sacaba petróleo a Paraguay, y así origina la Guerra del Chaco, que lleva a la nacionalización de esa transnacional y a la creación de YPFB. Después viene una etapa demasiado estatista que se acaba con el MNR en los años 50, cuando se lleva adelante el Código Davenport, que, otra vez, fue muy favorable para la inversión extranjera, hasta que llegan el general Ovando y Marcelo Quiroga Santa Cruz que, en 1969, nacionalizan otra vez a la Standard Oil. Luego, en los 90, llega nuevamente el MNR capitaliza y entrega demasiado a las transnacionales. Y ahora, nuevamente, llega una tercera nacionalización. Y esto no se da sólo en el área de los hidrocarburos, sino en varios sectores de la economía, cuando está comprobado en la experiencia del mundo que los extremos no funcionan. Tenemos que buscar un equilibrio razonable entre lo público y lo privado, entre mercado y Estado, y no irnos a los extremos. Tenemos que ser más creativos y aprender de nuestra experiencia. Tenemos que aprender que si precisamos inversión extranjera, tiene que venir, pero con un plazo fijo, invertir, ganar e irse, porque habrá gente boliviana aprendiendo, absorbiendo tecnología, de manera tal que cuando los extranjeros se vayan nosotros continuemos con el proceso como Bolivia, ¡pero no! seguimos cometiendo los mismos errores.