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VIII Reunión de Economía Mundial Título: “CHINA EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL: EL CASO DEL TEXTIL Y LA CONFECCION” Autores: Elena Martínez, (eupmatoe@bs.ehu.es; tlfno:946013795); Efren Areskurrinaga (euparmie@bs.ehu.es; tlf:946013880); Xabier Barrutia (eupbaetx@bs.ehu.es; 946013797) Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea Departamento de Economía Aplicada I (fax: 946013888) 1 CHINA EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL: EL CASO DEL TEXTIL Y LA CONFECCION 1. Introducción La evolución de la economía china en las últimas décadas ha sido objeto de especial interés por dos motivos diferentes. Desde el punto de vista del desarrollo, que el país más poblado de la tierra (1.300 millones de habitantes) esté inmerso en un proceso de crecimiento económico calificado como “milagroso” debe considerarse una buena noticia. Sin embargo, este crecimiento no afecta por igual al conjunto del territorio sino que se concentra en la costa Este del país. Además, aunque la renta per cápita y las condiciones de vida de la población están mejorando, existen grandes desigualdades en la distribución de la renta así como en el acceso a servicios básicos que evidencian que el progreso social avanza en menor medida que el progreso económico. Desde el punto de vista de las economías occidentales o ricas, el despegue de la economía china se percibe más como una amenaza que como una oportunidad. Su modelo altamente intervencionista hace cuestionarse las recomendaciones que emanan desde hace tres décadas de los gobiernos e instituciones occidentales, todas ellas favorables al mercado, la liberalización, apertura comercial, etc. La entrada masiva en los mercados occidentales de productos de procedencia china hace que los países ricos vean peligrar los puestos de trabajo y producción manufacturera en los sectores donde la competencia china se hace más evidente. La primera señal de alarma se ha producido para la industria del textil y, más concretamente, para la de confección. Tras más de cuatro décadas de proteccionismo las economías occidentales se han revelado incapaces de reestructurar el sector del textil y la confección para paliar los efectos de la entrada de este tipo de productos procedentes de China. Si su economía sigue creciendo y diversificándose en la manera que lo ha hecho desde los años 80, otros sectores manufactureros seguirán la misma pauta. Los países del entorno del Pacífico también observan con recelo la creciente industrialización y capacidad exportadora de manufacturas china. Los dragones asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Norte) encuentran grandes oportunidades de negocio en la dinámica expansiva de la economía china pero, al mismo tiempo, observan preocupados cómo el ascenso en el valor añadido de las exportaciones chinas pone en 2 peligro su cuota en el mercado internacional. Otras economías del Sur que han basado su capacidad exportadora en industrias intensivas en mano de obra, en concreto textil y vestido, ven que su capacidad competitiva en el mercado internacional disminuye a pasos agigantados, sobre todo en el escenario liberalizado para el comercio de este tipo de productos que se da tras el vencimiento del Acuerdo sobre el Textil y Vestido de la Organización Mundial del Comercio en enero de 2005. Por otro lado, el modelo de desarrollo seguido en China no está exento de contradicciones. Entre ellas que podemos destacar el desequilibrio regional y la dicotomía campo/ciudad, los costes medioambientales del modelo expansionista o las condiciones laborales sobre las que se asienta el modelo de producción. Desde la perspectiva macroeconómica también se escuchan cada vez más voces que hablan de un recalentamiento de la economía, fuertes ineficiencias del sector bancario y los posibles problemas asociados a la entrada de capitales a corto plazo y a la reestructuración de las empresas estatales, entre otros. En este artículo se analizan algunas de las cuestiones antes mencionadas. En una primera parte, se estudiarán algunas de las características principales de la economía china desde la década de los 80, analizando las desigualdades regionales y el papel jugado por la inversión extranjera directa y las exportaciones, pilares de la estrategia de diversificación económica y apertura de su economía. En la segunda parte, se presentan las bases de la ventaja competitiva de los productos textiles y de confección así como las características de los mismos en este país. El tratamiento de estos sectores presenta varias cuestiones que consideramos interesantes. Por un lado, porque ha supuesto el reconocimiento por parte de las economías occidentales de su incapacidad para hacer frente a la mayor competitividad de los productos chinos a pesar de haber implementado estrategias proteccionistas de amplio calado. Por otro lado, porque al tratarse de un sector estratégico para el proceso de industrialización de los países del Sur, la creciente cuota de mercado alcanzada por los productos chinos pone en entredicho las capacidades de avanzar en esta línea por parte de los países del Sur así como la involución en los procesos de industrialización ya presentes en algunos de estos países. 3 2. Evolución de la economía china a partir de la década de los 80: desarrollo regional desigual La tasa de crecimiento de la economía china en las últimas décadas ha sido muy superior a la tasa de crecimiento de las economías en desarrollo y también a la de los países desarrollados, que desde mediados de los 70 presentan tasas de crecimiento muy discretas. En los primeros años del siglo XXI, mientras que en las economías desarrolladas la tasa de crecimiento es especialmente baja la economía china ha crecido a una tasa media del 9% y las predicciones para los próximos años son igualmente optimistas (OCDE, 2005). El crecimiento del PIB se caracteriza por ser muy elevado y mantenido en el tiempo lo que ha hecho que se acorten distancias respecto a las economías más desarrolladas y que 250 millones de personas hayan conseguido salir de la pobreza. Por parte de las autoridades el objetivo para el año 2050 es que el país tenga una renta per cápita similar a la actual de Estados Unidos (Bustelo, 2005). Sin embargo, las desigualdades entre distintos grupos de renta, entre distintas zonas del país y entre el campo y la ciudad han aumentado en este periodo de crecimiento económico lo que evidencia que el mayor dinamismo económico no afecta a todo el país por igual y que se encuentra concentrado en la zona costera y en las ciudades. Si atendemos a la distribución de los ingresos entre la población, el índice de Gini ha aumentado un 50% entre 1982 y 2002, lo que refleja la configuración de una sociedad profundamente desigual (PNUD, 2005b). Estas desigualdades también se reproducen en el acceso a los servicios sociales, sanidad y educación. Por ejemplo, se estima que en la actualidad entre el 70 y el 80% de la población del campo no tiene en la actualidad ningún tipo de cobertura sanitaria debido al proceso de privatización de la salud en el país (PNUD, 2005a). Es necesario remontarse a 1979 para entender el extremo diferencial en las tasas de crecimiento de las distintas regiones dentro de China. La política de apertura del gobierno chino iniciada en ese año se caracterizó por la gradualidad y la experimentación (Bustelo y otros, 2004). Solamente se abrieron al capital extranjero cuatro zonas determinadas del país, las denominadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), las cuales estaban dotadas de incentivos financieros y fiscales especiales para el asentamiento de los inversores extranjeros. Estas ZEE contenían un gran número de actividades, que no sólo incluían los principales sectores económicos sino también educación, actividades de investigación y 4 desarrollo (I+D), turismo, cultura, entretenimiento y residencia, aunque el sector industrial se encontraba en el centro de la estrategia (Ge, 1999). La localización concreta de las mismas es lo que va a determinar la pauta de crecimiento territorialmente desequilibrado del país. Así, se crearon tres ZEE en la provincia de Guangdong frente a Hong Kong y una frente a Taiwán, en la provincia de Fujian (ver mapa 1). La localización de estas zonas no fue casual, puesto que perseguía la entrada de capital procedente de Hong Kong y Taiwan y además se trataba de zonas costeras con la apropiada infraestructura portuaria para la exportación de mercancías. Desde un primer momento las autoridades chinas fueron conscientes de la importancia estratégica que iban a tener las interrelaciones con estas dos economías y se buscaba especialmente su participación en la estrategia de apertura. Además, esta estrategia coincidía perfectamente con la evolución de Hong Kong y Taiwán, que se encontraban inmersos en un proceso de industrialización muy potente que presionaba al alza los salarios y el precio del suelo, así como el tránsito hacia actividades manufactureras de mayor valor añadido. De esta manera se da una coincidencia con los intereses de deslocalización de las actividades manufactureras más intensivas en mano de obra y de menor valor añadido, entre las que desataca el caso de la confección, industria básica para el proceso de industrialización de Hong Kong. Esta primera fase de apertura se van a consolidar las relaciones entre las economías que conformaran la Gran China (República Popular China, Hong Kong y Taiwán) y que va a explicar en gran medida la elevada competitividad de los productos de confección chinos que se abordará en la segunda parte del presente trabajo. 5 Mapa 1: Provincias de la República Popular China Zona Interior Zona Costera El éxito obtenido por estas primeras ZEE en cuanto a atracción de inversión extranjera y aumento de las exportaciones y diversificación productiva hizo que esta estrategia se consolidase y el gobierno chino fuese abriendo su territorio progresivamente a la iniciativa privada y capital extranjero. La forma que adoptó esta política en la década de los 80 fue el establecimiento de una quinta ZEE es la isla de Hainan y la apertura de 14 ciudades costeras a lo largo de la costa Este y varios cientos de zonas de desarrollo económico y tecnológico en varios lugares de estas áreas abiertas. Todo ello hace que la práctica totalidad de la costa Este del país se encuentre en la actualidad abierta al exterior y se haya establecido una gran diferencia en las pautas de crecimiento y desarrollo entre estas regiones costeras y las regiones del interior. En las regiones costeras la renta per cápita es muy superior a la de las regiones del interior, destacando el caso de Shanghai como capital económica del país, Beijing como capital administrativa y las provincias de Fujian y Guangdong antes mencionadas (ver tabla 1 anexo). En la tabla 2 se recogen los datos correspondientes al Indice de Desarrollo Humano para las distintas provincias chinas y se observa que las pautas para la esperanza de vida y la educación son similares que las obtenidas para la renta per cápita. Estos datos vienen a confirmar la idea de que existen dos realidades sociales y económicas dentro del país: por 6 una parte la región costera con unas tasas de crecimiento económico muy elevadas y esperanza de vida y educación similares a las de algunos países desarrollados mientras que la región interior del país se encuentra hoy por hoy bastante alejada de esta realidad y donde las tasas de educación y la esperanza de vida son muy inferiores a la media de las regiones costeras. También es necesario señalar que estas desigualdades presentan pautas diferenciadas por género. Para el caso de la educación, la tasa de analfabetismo para las mujeres se sitúa en torno al 16% mientras que para los hombres sería de un 6%, además este diferencial es muy superior en las provincias más atrasadas. Tabla 2: Indice de desarrollo humano por provincias. 2003 Zona costa Indice PIB Provincia Zona Interior Indice esperanz a IDH vida Heilongjiang Jilin Xinjiang Hubei Shanxi Hunan Chongqing Henan Inner Mongolia Jiangxi Guangxi Shaanxi 0.786 0.776 0.757 0.755 0.753 0.751 0.745 0.741 0.738 0.732 0.731 0.729 0.821 0.804 0.788 0.795 0.786 0.794 0.783 0.800 0.762 0.753 0.810 0.769 0.850 0.874 0.827 0.827 0.861 0.843 0.845 0.809 0.807 0.847 0.808 0.829 0.686 0.650 0.656 0.644 0.612 0.615 0.607 0.615 0.643 0.594 0.575 0.589 Sichuan 0.728 0.782 0.813 0.587 Anhui 0.727 0.800 0.793 0.588 Ningxia Qinghai Gansu Yunnan Guizhou Tibet 0.712 0.684 0.675 0.657 0.639 0.586 0.783 0.730 0.730 0.690 0.694 0.680 0.759 0.713 0.749 0.715 0.731 0.478 0.594 0.608 0.547 0.567 0.491 0.599 Provincia IDH Indice Indice esperanza educació vida n Shanghai Beijing Tianjin Zhejiang Liaoning Guangdong Jiangsu Fujian Shandong Hebei Hainan Guangxi 0.909 0.882 0.855 0.817 0.808 0.807 0.805 0.784 0.776 0.766 0.761 0.731 0.901 0.864 0.849 0.835 0.823 0.833 0.843 0.821 0.817 0.794 0.846 0.810 0.908 0.926 0.890 0.836 0.881 0.836 0.823 0.801 0.796 0.834 0.806 0.808 0.919 0.856 0.824 0.778 0.721 0.752 0.748 0.729 0.714 0.670 0.631 0.575 China 0.746 0.773 0.819 0.646 Indice educació n Indice PIB Fuente: Informe de Desarrollo Humano para China, PNUD, 2005 Un factor determinante a la hora de entender la creciente desigualdad en ingreso entre los grupos de población y entre hombres y mujeres está relacionado con el estatus de las personas que abandonan el campo y las regiones interiores para ir a trabajar a las grandes ciudades. Estas personas no son consideradas como residentes y, por lo tanto, ven limitado su acceso a los servicios de salud, educación y seguridad social. También ven recortado su 7 acceso a los empleos de mayor cualificación, reciben salarios inferiores que los estipulados para la población residente y los beneficios sociales relacionados con el empleo también son menores. Este tratamiento discriminatorio afecta a las 140 millones de personas que han abandonado el campo en busca de un empleo en la ciudad y contribuye a mantener los bajos costes salariales en la industria (PNUD, 2005b). Estos movimientos migratorios no parece que vayan a detenerse habida cuenta del mayor desarrollo económico de las zonas costeras y urbanas y se espera que los próximos veinte años 200 millones de jóvenes campesinos y campesinas sigan la misma pauta (El País , 2005). Las mujeres jóvenes representan una buena parte de estos desplazamientos y se encuentran ante un mercado laboral altamente segmentado que les aboca a emplearse en aquellas actividades de menor cualificación y retribución. El gobierno chino en reconocimiento de estos desequilibrios regionales ha implementado una serie de medidas de política que se denomina “Go West” o “Plan Oeste” que buscan el desarrollo de las áreas del interior a través del desarrollo de infraestructuras, política de incentivos para la atracción de inversiones así como la promoción de zonas de desarrollo económico y tecnológico. Además, esta política trata de deslocalizar actividades desde la costa hacia el interior del país para intentar paliar la pérdida de competitividad derivada de los mayores costes salariales y productivos en estas áreas costeras. Sin embargo, este tipo de iniciativas por el momento no se han mostrado demasiado exitosas y las tasas de crecimiento siguen siendo muy superiores en las regiones costeras (Bustelo, 2005). También se han tomado algunas medidas dirigidas a la población migrante y que buscan garantizar una equiparación en derechos y oportunidades respecto a la población residente. Las bases del crecimiento de la economía china El crecimiento de la economía china se sustenta en el sector industrial donde se han centrado los esfuerzos políticos y donde se han recogido las principales inversiones y de ahí que una de las críticas que se le hacen al modelo chino es la poca atención prestada al sector servicios. Así en la actualidad China es considerada la “gran fábrica del mundo”. Entre los sectores industriales desarrollados destaca el gran dinamismo de los sectores intensivos en mano de obra, pero los últimos datos disponibles para 2004 destacan que China se reveló como el primer exportador mundial de bienes relacionados con las 8 Tecnologías de la Información y la Comunicación así como el cuarto fabricante mundial de vehículos para el año 2005. No obstante, estos datos agregados sobre exportaciones y fabricación están relacionados con las estrategias de las grandes empresas transnacionales con implantación en el país y también con un gran volumen de importación de componentes. En el modelo de crecimiento de esta economía ha jugado un papel principal la inversión, tanto nacional como extranjera. La inversión nacional ha sido muy elevada y supone más del 90% de la inversión total, aunque destaca la escasa rentabilidad de algunos de los proyectos acometidos (Cacho, 2004). Sin embargo, centraremos nuestro interés en la inversión extranjera directa en lo que transferencia de tecnología y diversificación industrial se refiere. Existen dos datos cruciales a este respecto que deben tenerse en cuenta: es a partir del año 1992 cuando la inversión extranjera directa (IED) en China adquiere una dimensión importante y las principales economías inversoras serán Hong Kong y, en general, las economías del sudeste asiático. La entrada de flujos de IED en China comenzó en 1979 y hasta 1991 fueron de escasa cuantía. Provenían fundamentalmente de pequeñas y medianas empresas con sede en Hong Kong y se dirigían a las ZEE situadas en la provincia de Guandong (Pingyao, 2002). El año 1992 marca un punto de inflexión en entrada de flujos de IED y se debe principalmente a las medidas tomadas por el gobierno chino en cuanto al tratamiento de la misma. Para esa fecha se consolida un marco legal más favorable a la inversión extranjera, se minimizan los requerimientos para el establecimiento de empresas de capital extranjero, son admitidas las empresas con 100% capital extranjero en diversos sectores y, además, se permite el acceso al mercado interior de este tipo de empresas en sectores como telecomunicaciones, transporte, banca y seguros. Un marco legal de referencia más estable y atractivo así como el acceso al mercado interior supuso para las empresas de los países occidentales las condiciones deseables para la inversión en este país. Esta política de atracción de IED tuvo un gran éxito: los flujos de IED en 1993 (26 billones de $) superaron los flujos acumulados de los trece años anteriores (23 billones de $ entre 1979 y 1991) (Zhang, 2002). Por otro lado, Hong Kong es el principal origen de la IED que llega a China desde 1979 hasta la actualidad y conjuntamente con la procedente de Taiwán (relevante a partir de 1987) supone el 56% de IED acumulada en China entre 1979 y 2001 (Zhang, 2005). Su 9 importancia relativa disminuye a partir de 1992 cuando la IED procedente de los países de la Triada comienza a hacerse más importante (tabla 3). Estas relaciones se explican por varios factores, entre los que destacan la política de apertura del gobierno chino orientada a estos países que se ha comentado anteriormente; y lo que ha venido a denominarse la “conexión china” que haría referencia a los lazos familiares, sociales y culturales que unen a estos países y que facilitan el establecimiento de relaciones comerciales entre las dos economías. Tabla 3 Stock de IED acumulada en China por país de origen (%) 1983-1990 1991-1995 1996-1998 1983-1998 60,67 73,86 62,82 67,48 Hong Kong 58,53 58,85 45,22 52,42 Taiwan 1,06 9,84 7,30 7,85 Singapur 1,08 3,21 6,20 4,42 Corea del Sur 0,00 1,96 4,10 2,78 ASEAN 4 0,45 1,87 1,92 1,76 Japón 13,68 6,87 8,60 8,30 Estados Unidos 12,07 7,40 7,96 8,09 Unión Europea 6,56 4,46 8,72 6,65 Otros países desarrollados 1,32 1,13 1,42 1,28 Otros Asia 0,70 1,88 1,22 1,46 Europa del Este 0,14 0,13 0,11 0,12 América Latina 0,12 0,51 5,51 2,82 Africa 0,02 0,06 0,18 0,12 Total 100 100 100 100 Nuevos Países Industrializados Fuente: MOFTEC Nota: ASEAN 4: Tailandia, Malasia, Filipinas e Indonesia La inversión procedente de Hong Kong y Taiwán se diferencia de la proveniente de las economías occidentales en varios aspectos. Desde el punto de vista estratégico, mientras que la primera busca la exportación de la producción la segunda busca el mercado interior. La inversión procedente de Hong Kong y Taiwán se concentrará en sectores intensivos en trabajo y, geográficamente, se dirigirá a las regiones costeras con mayores facilidades para la exportación. Por su parte, la inversión proveniente de los países de la Triada se centra en sectores intensivos en capital y tecnología tales como la energía, electrónica e industria pesada, entre otras, y se concentra en las grandes áreas urbanas tales como Beijing, 10 Shanghai, Guangzhou o Nanjing que constituyen centros comerciales para los mercados regionales (Zhang, 2005). En coherencia con los datos de renta per cápita, son las regiones costeras las principales receptoras de los flujos de IED y es en ellas donde se concentra la actividad productiva (tabla 4 del anexo 1). Se aprecia que las regiones costeras reciben el 86,5% de los flujos de IED, lo que contribuye a profundizar las diferencias entre las dos zonas del país. La ubicación cercana a las principales economías inversoras, la presencia de fuertes economías de aglomeración, la consolidación de grandes mercados de consumo y el desarrollo de grandes infraestructuras hacen de esta zona el principal foco de crecimiento y desarrollo de la economía china (Bustelo, 2005). 3. La ventaja competitiva china en los sectores del textil y la confección El estudio del sector del textil y de la confección ofrece la posibilidad de analizar las características del crecimiento económico chino y a la vez observar las oportunidades y amenazas que supone para los países desarrollados. También tiene claras implicaciones en las economías de los países del Sur, las cuales se verán resentidas por la irrupción de un competidor a escala internacional con bajos costes laborales y grandes capacidades técnicas. Los países desarrollados han mantenido protegidos sus mercados y sus puestos de trabajo en estos sectores tradicionalmente. A pesar de la progresiva liberalización de los intercambios comerciales de manufacturas en el seno de la Organización Mundial del Comercio, este sector se ha conseguido mantener fuera de sus reglamentaciones hasta enero de 2005. Los países desarrollados observaron que la libre competencia en el sector llevaría a una entrada cada vez más importante de estos productos en sus mercados por lo que impusieron un sistema de cuotas que suponían un límite a las importaciones de ciertos productos procedientes de determinados países en desarrollo. De esta manera, la capacidad exportadora de países como China se ha visto artificialmente limitada durante décadas. En 1995 en el seno de la OMC se acuerda el final progresivo de este sistema de protección por lo que a través del Acuerdo sobre Textil y Vestido se contempla la disminución de estas cuotas en 10 años, hasta su total desaparición en enero de 2005. Este tipo de proteccionismo ha sido selectivo y se centrado en los países que contaban con mayores 11 ventajas competitivas en el sector como ha sido el caso de China o India. Por otro lado, y como resultado del mismo proteccionismo selectivo, otros países se han visto indirectamente beneficiados (Bangladesh, Sri Lanka o Camboya, entre otros) y han desarrollado un floreciente sector dedicado a la exportación que ahora se ve en peligro. Factores de competitividad de los sectores textil y de la confección El marco regulador impuesto por los países desarrollados derivó en la creación de ventajas competitivas artificiales para algunos países en desarrollo y contribuyó a la dispersión de la producción a escala internacional. Son muchos los factores que han determinado la capacidad competitiva de estos países en el mercado internacional y su permanencia en el mismo dependerá de su habilidad para adaptarse a un nuevo escenario marcado por la gran capacidad exportadora de la economía china. A continuación se exponen algunos de los aspectos claves sobre los que se asentará este nuevo escenario internacional: 1. Los costes laborales: a menudo se aduce que son los bajos costes laborales los que determinan las pautas de producción y localización de los sectores del textil y la confección. Sin embargo, el sector textil es menos dependiente de los costes laborales y más intensivo en tecnología que el sector de la confección, y es por ello por lo que los países desarrollados tienen una mayor capacidad competitiva. A su vez, el sector de la confección abarca diversas actividades de alto valor añadido como son el diseño, el marketing o la distribución y también diferentes tipos de productos. Algunos de ellos, los productos de diseño y más dependientes de la moda exigen una serie de capacidades productivas diferentes a la de los productos básicos y de menor calidad, lo que también les hace menos dependientes de los costes laborales. Así pues, el tipo de producto es relevante a la hora de calibrar la importancia relativa de los costes laborales y encontramos con países con altos costes laborales que son líderes en la producción y exportación de los mismos. Esto nos lleva necesariamente a la consideración de la productividad, la innovación y cualificación de la mano de obra como factores igualmente relevantes a la hora de analizar la localización de las actividades productivas. 2. Otros costes de producción como el suministro de energía y agua, el precio de los inputs importados, almacenaje…. Existen una serie de requerimientos mínimos para que las empresas puedan realizar las labores de producción con cierta garantía. En muchos países 12 en desarrollo la provisión de este tipo de servicios, que no son generales en todo el territorio, se garantizan para las empresas asentadas en las denominadas zonas francas o zonas de procesamiento de exportaciones, donde las empresas del textil y la confección se ubicarán preferentemente debido, por una parte, a los servicios e infraestructuras de los que se disponen y, por otra parte, por una gran gama de beneficios fiscales y financieros de los que gozarán en las mismas. En estos lugares se instalan las actividades productivas más intensivas en mano de obra y de menor valor añadido, en concreto las labores de ensamblaje o cosido de prendas de vestir. Los bajos costes laborales en estos lugares son un factor importante para las empresas del sector, sin embargo otros costes de producción también deben tenerse en cuenta. Para muchos países del Sur, sobre todo para los Países Menos Adelantados, la rebaja de estos costes no laborales y la rebaja del tiempo de entrega será fundamental para garantizar su permanencia en los mercados internacionales (Nordas, 2005). 3. Procesos de producción y proximidad: la capacidad que tienen las empresas de un país para avanzar en la cadena del valor, realizar actividades cada vez más complejas, enlazar distintas fases del proceso productivo dentro del mismo país y entrar en la fase de paquete completo1 es cada vez más importante a la hora de determinar las ventajas competitivas de un país o tipo de producción. Por ello, las ventajas derivadas de la proximidad a los grandes mercados de consumo (EEUU y la Unión Europea) se ven recortadas por la mayor capacidad productiva de algunos países más lejanos como es el caso de algunos países del sudeste asiático y China. Los países de la Cuenca del Caribe, así como Marruecos, se han especializado en labores de ensamblaje de productos previamente importados que les ha llevado a especializarse en labores de bajo valor añadido. Por su parte, las intensas relaciones entre productores, el eslabonamiento de actividades productivas así como la incursión en la fase de paquete completo, hace que la producción china entre en competencia en una gama creciente de productos. El gran reto para los países próximos a los mercados de consumo descansa en su habilidad para entrar en esa fase de producción, capacidad no desarrollada hasta la fecha en la mayoría de ellos, con la excepción de Turquía. 1 En el paquete completo, un fabricante local recibe del comprador especificaciones detalladas para las prendas de vestir y el proveedor es responsable de las compras de los componentes así como de coordinar las etapas del proceso productivo 13 4. Transporte y distribución: los costes y tiempo de transporte se revelan como fundamentales y se deben analizar conjuntamente con la ventaja de proximidad así como con la capacidad para entrar en la fase de paquete completo. Tradicionalmente se ha asumido que algunos países por encontrarse próximos al mercado de consumo gozaban de una “renta de proximidad” imposible de imitar o reproducir. No obstante, la reciente evolución del textil y la confección nos lleva a considerar que la ventaja derivada de la proximidad se encuentra cada vez más amenazada por la capacidad desarrollada por países más lejanos para producir productos de igual calidad pero bajo procesos productivos más sofisticados. Valga como ejemplo el caso mexicano, donde el escaso desarrollo del paquete completo ha hecho que sus ventajas de proximidad y acceso preferencial al mercado estadounidense se vea recortado por los productores asiáticos capaces de producir una gama cada vez mayor de productos y enviarlos a la costa oeste americana en un plazo de entre 12 y 15 días. De esta manera, los productores asiáticos son capaces de entrar en segmentos de producción dependientes de la moda, aquellos que se suponía que iban a quedar anclados en su entorno más inmediato debido al imperativo del tiempo de distribución. Esta evolución nos lleva a considerar la importancia relativa que tiene la dotación de infraestructura y la logística de transporte en la capacidad competitiva. Los nuevos desarrollos en estas áreas serán fundamentales para aquellos países que quieran recortar distancias respecto a sus competidores asiáticos y más concretamente, al tándem ChinaHong Kong. 5. IED y las alianzas estratégicas. La inversión extranjera directa y las alianzas estratégicas juegan un papel fundamental en estos sectores, sobre todo para los países en desarrollo. En el sector del textil y de la confección la IED ha jugado un papel secundario frente a otro tipo de relaciones comercial-productivas. Para el caso europeo destaca el tráfico de perfeccionamiento pasivo entre los países de la UE15 y los países de nueva adhesión y del Mediterráneo, para el caso estadounidense la producción compartida con México y los países de la Cuenca del Caribe y, para el caso asiático, también han sido fundamentales las relaciones de procesamiento de exportaciones entre Hong Kong y China. Este tipo de relaciones se basan en la previa exportación de telas y complementos por parte de los países con un sector más desarrollado y la posterior re-importación de las prendas de vestir elaboradas bajo regímenes fiscales ventajosos (en general se grava el valor añadido 14 incorporado en la labor de cosido o ensamblaje). Para las empresas exportadoras esta relación supone una rebaja importante en costes que ha contribuido a mantener unos precios competitivos para sus productos, mientras que para los países receptores ha supuesto la especialización en las actividades de menor valor añadido. Este hecho es especialmente relevante para los países del entorno EEUU y Unión Europea, puesto que las empresas con sede en Hong Kong han tendido a deslocalizar y contratar actividades de mayor valor añadido, lo que le ha permitido retener los servicios relacionados con la producción. El sector textil y de la confección en China El desarrollo de este sector en China debe explicarse atendiendo al espacio geográfico más amplio, en concreto Hong Kong ha jugado un papel principal. El sector del textil y la confección había sido de gran importancia en el desarrollo de su economía y cuando en 1979 se pone en marcha la política de puertas abiertas las empresas de Hong Kong ven la posibilidad de deslocalizar la parte más intensiva en mano de obra a China, de manera que las actividades de mayor valor añadido se mantengan en Hong Kong. Sin embargo, a lo largo del tiempo las actividades que se han deslocalizado a China han sido cada vez más complejas y se han ido elaborando partes del proceso productivo de mayor valor añadido. Cuenta con una cadena productiva muy integrada y completa y sus principales debilidades se concentran en la fase de diseño y en la maquinaria anticuada, ámbitos en los que está haciendo grandes esfuerzos de mejora, sobre todo en lo que a importación de maquinaria se refiere (Condo y otros, 2005). Por su parte, Hong Kong se convierte en un centro de contratación regional para productos de confección, centralizando las actividades de mayor rango y de servicios relacionados con esta industria como son el desarrollo de producto, provisión de materiales, control de calidad, financiación de actividades comerciales y logística de transporte y distribución (USIC, 1999). Dentro de China y a lo largo de las últimas décadas también se ha dado un cambio importante en la distribución de las actividades productivas más intensivas en mano de obra: desde la zona sur de la costa hacia el norte y más tarde hacia el interior del país. En las últimas dos décadas, y a pesar de las medidas proteccionistas implementadas por los países del Norte, China se ha convertido en el primer exportador mundial de productos de 15 confección y el segundo para productos textiles. Además, en parte debido a las cuotas que le eran impuestas, ha ido aumentando la calidad y valor de los productos de exportación así como ha conseguido establecer importantes eslabonamientos productivos que van desde la materia prima hasta el producto terminado, de forma que se instala en el nivel productivo denominado paquete completo. Es precisamente esta capacidad productiva la que le permite entrar en competencia con otros países del Sur que se encuentran más próximos a los mercados de consumo más importantes pero que se encuentran anclados en las actividades más sencillas como es el cosido de prendas de vestir a partir de inputs previamente importados. Según datos del gobierno chino estos dos sectores darían empleo a 19 millones de personas (la mayoría mujeres jóvenes) y cerca de 80 millones dependerían indirectamente de estas industrias (OIT, 2005). La estructura del sector textil difiere en gran medida de la del sector de prendas de vestir, siendo este último más competitivo a escala internacional. En la tabla 5 se indican algunas de las principales distinciones entre los dos sectores para las empresas que facturan más de 5 millones de yuan, por lo que quedarían fuera el gran número de pequeñas y medianas empresas que también participan en el sector. El sector del textil aún conserva una gran presencia de empresas estatales las cuales funcionan con pérdidas, lo que responde al compromiso con el empleo de este tipo de empresas así como su consideración como sector estratégico. No obstante, este sector está inmerso en una profunda reestructuración que está dando como resultado una creciente modernización del mismo. Para el caso de la confección, la presencia de empresas con financiación extranjera es muy superior así como su rentabilidad. Tabla 5: Indicadores de los sectores textil y del vestido en China, 1999 Empresas con financiación extranjera 3.032 88,3 Todas las empresas 10.981 414,8 Sector textil Empresas de propiedad estatal 3.011 148,2 6.611 184,7 Sector del vestido Empresas de propiedad estatal 792 13,5 Empresas con financiación extranjera 2.864 90,9 100,0 35,7 21,3 100,0 7,3 49,2 24,7 26,9 24,2 24,8 28,4 24,9 21.900 15.300 38.500 24.500 16.800 25.800 3,90 -0,14 1,29 6,20 0,13 2,64 1,46 3,36 0,96 2,90 Todas las empresas Número de empresas Ventas (miles de mill yuan) Participación porcentual en el total de las ventas del sector Valor añadido, como % producción Valor añadido por trabajador (yuan por año) Beneficios (miles de mill de yuan) Beneficios, % ventas -0,09 0,94 Fuente: Trade and Development Report, UNCTAD, 2002 16 A menudo se considera que la principal ventaja competitiva de China para el sctor textil y de la confección descansa en sus bajos costes laborales. Esta apreciación, sin embargo, debe ser matizada, puesto que en las regiones costeras en las que se asienta prioritariamente este tipo de industria los costes laborales exceden a los costes de otras zonas del país así como a los de otros países del entorno. Por ello, aunque estos costes explican un parte de la ventaja competitiva de los productos chinos son otros factores relacionados los que marcan la diferencia respecto a otros países del Sur. En concreto, entre los principales factores considerados estarán la elevada productividad, economías de escala, calidad final de los productos, la fiabilidad de los proveedores en tiempo de entrega, la capacidad para entrar en la fase de paquete completo y la infraestructura y logística de transporte que rebaja los tiempos de entrega. También como factor fundamental destaca las interrelaciones con las grandes empresas intermediarias con sede en Hong Kong que organizan la producción para los grandes distribuidores de los países del Norte. De hecho, en los últimos años las partes de proceso productivo más intensivas en mano de obra se están subcontratando a países del entorno con menores costes laborales, dando lugar a la producción triangular entre Hong Kong y China y otros países de menores costes laborales. 4. Consideraciones finales y perspectivas futuras El Acuerdo sobre el Textil y Vestido (ATV), sucesor del Acuerdo Multifibras, y su reparto de cuotas y contingentes entre los países en desarrollo, ha determinado en gran manera la estrategia de localización de las empresas de estos sectores en los últimos tiempos. La desaparición de este acuerdo a partir del 1 de enero de 2005, tendrá como consecuencia que muchas empresas que se han localizado en ciertos países únicamente por este motivo se desplacen a otros lugares donde otros factores adquirirán más relevancia (menor coste de mano de obra, mejor infraestructura, y proximidad a los mercados, por ejemplo). No obstante, la protección y el escalamiento arancelario siguen vigentes en el sector y conforman otra realidad importante a la hora de fijar las localizaciones productivas del sector. Pero, ¿hasta qué punto puede influir la expiración de este acuerdo en la evolución futura del sector? Según estimaciones existentes realizadas con modelos de equilibrio general (Francois et al., 1997), las exportaciones de productos textiles van a aumentar entre un 17 17,5% y un 72,5% según se utilice un modelo estático ó dinámico, mientras que en el caso de la confección este aumento es muy superior y se cifra entre el 70% con el modelo estático y un 190 % con el modelo dinámico. Ahora bien, los estudios más recientes (IFM, 2004; Mayer, 2004; Nordas, 2004 y 2005; OCDE, 2004; Buelens, 2005, Ernst, Hernández y Zult, 2005; OIT, 2005 y UNCTAD, 2005) indican que además de un aumento de las exportaciones se va a producir una transformación importante del panorama de localización de las empresas de este sector, que tendrán una fuerte incidencia en la distribución mundial de la producción y el empleo. Estos estudios coinciden en señalar que China y la India, economías de bajos costos y enorme potencial laboral, van a ser los principales beneficiarios de este reajuste productivo a nivel internacional. A su vez se señalan perdedores natos como los países industrializados y los países en desarrollo beneficiarios del anterior sistema de cuotas. Si bien este ajuste tendrá efectos negativos en términos de empleo y producción para los países del Norte, el ajuste será mucho más dramático en aquellos países como Bangladesh, Camboya, Nepal o Sri Lanka, en los que el sector textil y de la confección creció amparado por la restricciones impuestas a otros países más competitivos, en concreto China e India (PNUD, 2005:140). Finalmente tenemos otro grupo de países, donde destacan el resto de países del Sudeste Asiático, que cuentan con potencialidad para beneficiarse del nuevo contexto, ya sea por su nivel de competitividad, su proximidad a los países de destino, o como consecuencia de relaciones comerciales preferentes. Así, los estudios referidos, señalan también que la alta integración vertical existente en el sector textil y la importancia del suministro flexible en tiempo real en el sector de la ropa, junto con un escenario de protección y escalamiento arancelario selectivo, y el papel preponderante de unas pocas Empresas Transnacionales (ETNs) en la producción y distribución mundial de este tipo de productos, configuran unas características específicas que hacen que los resultados efectivos esperados del escenario post-cuotas en el medio y largo plazo sean más matizados que la esperada huida masiva de este tipo de localizaciones hacia China y la India señalada por los modelos de equilibrio general. Nordas (2004) señala que localizaciones más próximas a los mercados de destino, como México, el Caribe, Europa Central y Oriental y Norte de Africa, y aquellos países con acuerdos comerciales preferentes con la Unión Europea y Estados Unidos, podrán retener con mayor éxito parte 18 de las instalaciones productivas de este tipo sitas en su territorio, al compensar su menor competitividad con la reducción de los costes de transporte o las menores tarifas arancelarias. Eso sí, no hay mejoras automáticas. El resultado efectivo va a depender, por una parte, de las decisiones de estas grandes ETNs de la distribución respecto a sus proveedores y sus exigencias de calidad y suministro rápido y flexible y las decisiones de inversión de las principales ETNs productivas, y por otra parte, de las medidas que se adopten en estos países para poder aumentar su producción en niveles competitivos, adaptándose a las nuevas necesidades de estos agentes principales y del mercado y así poder afrontar con éxito el nuevo escenario, tanto a nivel institucional como industrial como en mejora de infraestructuras de todo tipo transporte, comunicaciones, etc. (Nordas, 2005; UNCTAD, 2005) Pero sin duda la previsión compartida más importante es la irrupción de la India y sobre todo, China. Estos países van a experimentar aumentos significativos tanto en la producción y el empleo como en las exportaciones de estos productos. En efecto, la ausencia de trabas y contingentes para este tipo de exportaciones permitirá a estas economías expandir de forma importante producción y superar con creces sus cuotas de mercado actuales, que han estado artificialmente limitadas por el sistema de cuotas anterior2. Las mejoras esperadas son mayores en el mercado de la confección que en los textiles. Así, se estima que China obtendrá un aumento de su cuota de importaciones en el mercado estadounidense de ropa superior a un 300 %, pasando del 16 % al 50 % de las importaciones de este mercado. La India, por su parte, pasa a ser el segundo exportador mundial experimentando un incremento superior, pasando de una cuota del 4 % al 15 %. En el ámbito europeo los incrementos son más modestos, pero en la misma dirección. China y la India se perfilan como los principales países exportadores de ropa a la Unión, pero con un peso menor (del 19 al 32 % para China y del 6 al 10 % para la India) y una variedad mayor de países relevantes. Destacan, por su proximidad, países de Europa Central y Oriental y del Norte de 2 La desaparición de las cuotas para China en 11 productos de confección el año 2001 supuso un incremento promedio de las importaciones de estos productos del 66 % durante 2002 (Buelens, 2005:14) 19 Africa3.Como se puede apreciar en el gráfico 2 el aumento más espectacular se produce para China en el mercado de importaciones de Estados Unidos, lo cual es reflejo por, una parte, de la mayor protección llevada a cabo frente a China con el sistema de cuotas y, por la otra, al mejor acceso a este mercado por las mejores comunicaciones marítimas existentes entre ambas (Nordas 2004: 27-30). Estas excelentes previsiones se están quedando cortas si tenemos en cuenta algunos de los pocos datos reales disponibles respecto a la entrada de productos textiles chinos en los mercados de Occidente tras la efectiva desaparición del ATV. Los incrementos han sido tales que han dado origen al estudio de posibles medidas de salvaguarda y antidumping para estas importaciones tanto por parte de los Estados Unidos como de la Unión Europea4. Así, según datos de la Comisión Europea, en el primer trimestre de 2005, los aumentos acumulados para algunos productos de confección procedentes de China respecto al mismo periodo de 2004 han sido muy importantes, destacando el aumento del 164% de las camisetas, el 415% de los pantalones ó el 534% de los jersey5. No obstante, esta tendencia no se ha consolidado en los trimestres siguientes donde los incrementos han sido mucho más moderados. De hecho, el comportamiento de los principales distribuidores de productos de confección a nivel mundial ha sido decisivo en este resultado. Estos distribuidores han retrasado mucho de los pedidos previstos para el último trimestre del 2004 al primer trimestre, sin cuotas, de 2005 y han concentrado una parte de las importaciones previstas para el segundo semestre del 2005 también en el primer trimestre de 2005 por temor a las previsibles cláusulas de salvaguarda por parte de la UE y EEUU, concentrándose en ese trimestre un volumen excepcional de pedidos (OIT, 2005:27). 3 Nordas (2004: 27-30). 4 Si bien en el caso europeo el 10 de junio se ha alcanzado un acuerdo entre las dos partes para la limitación de las exportaciones de China - crecimiento máximo del volumen de exportaciones actuales entre el 8% y 12,5 %-hasta fines de 2007 en diez categorías sensibles donde se ha producido ese alza repentino (Comisión Europea, 12 de junio). 5 CE, nota de prensa del 24 de abril de 2005 20 Gráfico 1: Cuotas de los diferentes países en el mercado de importaciones del sector de la confección en la Unión Europea y Estados Unidos antes y después del ATV. Unión Europea antes del ATV Estados Unidos antes del ATV China 19% Resto del Mundo 33% Resto del Mundo 24% China 16% Turquía 10% Otros PECOs 10% Bangladesh 3% Indonesia 3% India 6% Marruecos 5% Otros Norte Africa 6% Polonia 5% Bangladesh 4% India 4% Indonesia 4% Filipinas Taipei 4% Chino Unión 4% Europea 5% Resto de America 16% México 10% Hong kong, China 9% Unión Europea después del ATV Estados Unidos después del ATV Resto del Mundo 26% Tailandia (3%) China 32% Sri lanka 2% Resto del M... Bangladesh ... angladesh 4% India (15%) Indonesia 3% Turquía 6% Marruecos 4% Polonia 4% Otros PECOs 6% India 10% Otros Norte Africa 5% China (50%) Indonesia (2%) Filipinas (2%) Taipei Chino... Hong kong, C... Resto de Ame... Fuente: elaboración propia en base a Nordas (2004) 21 Así, los primeros datos de Eurostat disponibles sobre el aumento conjunto de las importaciones de productos textiles y de confección hacia la UE25 del periodo post-cuotas (hasta septiembre de 2005) se recogen en el gráfico 2. Los mismos confirman un aumento significativo de las importaciones de estos productos, respecto al mismo periodo de 2004, prevenientes de China (45%) y la India (16%), y en menor medida Turquía (3%). Los aumentos en las categorías más restringidas ha sido muy superior (un 73% para China). China alcanza ya una cuota del 30 % de las importaciones. El resto de suministradores, en su mayoría, han perdido mercado, si bien los países que conforman la PANEUROMED han experimentado un descenso menos pronunciado y permanecen entre los principales exportadores a la Unión. Gráfico 2. Evolución de las importaciones de textil y confección de la UE-25 en el periodo post-cuotas (en millones de €) 18,00 16,00 14,00 12,00 10,00 Ene-Sep 04 8,00 Ene-Sep 05 6,00 4,00 2,00 In di a um a n Ba n g ia la de sh Tú ne M z ar ru ec os Pa ki st H an on g Ko ng In do ne si a S C u or ea iza de lS ur Bu lg ar ia EE U Ta U ila nd ia Sr iL an ka R C hi na Tu rq ui a 0,00 Fuente: Eurostat, Comisión Europea 28 de noviembre. Estos datos manifiestan claramente la importancia de China en este sector en el nuevo escenario post-cuotas. Los países desarrollados se encuentran preocupados por la pérdida de empleos y dejan claro que los 10 años de transición no se han utilizado adecuadamente para la reestructuración del sector. Por ello, se intenta seguir protegiendo los mercados a través de otros mecanismos, claúsulas de salvaguardia, contempladas en el documento de adhesión de China en la OMC en 2001. Esta preocupación no sólo viene por parte de los países desarrollados, sino que existe todo un conjunto de países que se han visto beneficiados indirectamente por un sistema de cuotas que les dotaba de unas ventajas artificiales. Por una parte, tenemos a países en desarrollo para los que las cuotas no eran vigentes y por tanto las empresas transnacionales del sector se instalaban en ellos para poder introducir los productos en los mercados de EEUU y Europa libre de cuotas. Y, por otro lado, tenemos a ciertos países próximos a los mercados de consumo que se han venido beneficiando de acuerdos comerciales específicos, y que ha posibilitado que las labores de ensamblaje de las prendas de vestir se realicen en sus territorios, pero que ahora se enfrentan a serios problemas. Nos 22 referimos sobre todo a los países de la Cuenca del caribe y los países Mediterráneos y de Europa Oriental. No obstante, para el caso de China, parece improbable que su estrategia de industrialización se vaya a basar en este sector, habida cuenta de que ahora la intención del gobierno es implementar estrategias “hacia la innovación y tecnología”. Si esta estrategia se consolida podría suponer un “respiro” para ciertos países del Sur que han basado en el sector del textil y la confección su actividad exportadora. De hecho, el desarrollo del mercado interior para estos sectores así como la creciente importancia relativa de otros productos dentro de sus rublos de exportación podría suponer un cambio en el panorama internacional para los próximos años. Por último, cabe destacar la importancia que siguen teniendo las medidas proteccionistas en forma de cláusulas de salvaguardia y normas de origen utilizadas por la Unión Europea. En virtud al acuerdo firmado por China en su acceso a la OMC, la Unión Europea ha negociado un nuevo plan de cuotas que seguirá rigiendo hasta 2008 los intercambios comerciales con China para los productos textiles y de confección. Además, parece constatarse que la estrategia de industrialización del gobierno chino no pasaría por especializarse en este tipo de productos intensivos en mano de obra sino en sectores manufactureros que requieren una mayor cualificación (UNCTAD, 2005). De hecho en 2004 China emerge como el primer exportador mundial de productos tales como teléfonos móviles, ordenadores portátiles y cámaras digitales, superando a EEUU en estos rublos (OCDE, 2005) Los países del Sur próximos a los grandes mercados de consumo se encuentran también ante una situación comprometida. Al haber aprovechado al máximo su proximidad geográfica y la firma de acuerdos comerciales preferenciales se han hecho dependientes de las condiciones impuestas por las economías de destino, lo que les ha abocado a especializarse en las labores de ensamblaje de menor valor añadido. Su futuro vendrá determinado por su capacidad para avanzar hacia actividades de mayor valor añadido y complejidad, así como en el aprovechamiento de los nichos de mercado más dependientes de la moda y, por tanto, de los plazos de entrega. En el caso de algunos países del Sur alejados tanto del área de influencia China como de los grandes mercados (Leshoto, Madagascar, Mauricio, entre otros) se presentan como grandes perdedores (OIT, 2005). Un tema abierto a la especulación es el impacto que tendrá la apertura y desarrollo del mayor mercado potencial mundial. El mercado chino para el textil y la confección es un mercado que ofrece grandes oportunidades a las empresas del sector. Desde la venta de maquinaria y materias primas hasta la de productos terminados, y pasando por servicios de asesoría, comercialización distribución, etc. se abren numerosas oportunidades de negocio para las que los países del entorno del Pacífico se encuentran por el momento mejor situadas. No obstante, para los productos que compiten en diseño y calidad, así como para las marcas más prestigiosas, el mercado chino supone un reto a futuro. 23 Bibliografía Buelens, C. (2005): “Trade adjustments following the removal of textile and clothing quotas” CEPS Working Paper nº 222, Mayo 2005 Bustelo, P. (2005): “Las bocas del dragón: Las regiones costeras de China y las economías de aglomeración”, en Claves de la Economía Mundial, Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) Bustelo, Pablo; García, Clara y Olivié, Iliana (2004): Estructura económica de Asia Oriental. Ed. Akal Cacho Quesada, L. 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(2002): “Why Does China Receive So Much Foreign Direct Investment?”, en China&World Economy, nº3, pp.49-58 Zhang, K.H.(2005): Why does so much FDI from Hong Kong and Taiwan go to Mainland China?”, en China&World Economy, nº 16, pp. 293–307 25 Anexo 1 Tabla 1: Indice de renta per capita por región. 2003 Zona costa Zona interior Beijing Tianjin Hebei Liaoning Shanghai Jiangsu Zhejiang Fujian Shandong Guangdong Guangxi Hainan 271,01 224,28 88,87 120,52 394,91 142,09 170,30 126,62 115,48 145,50 50,46 70,30 Shanxi Inner Mongolia Jilin Heilongjiang Anhui Jiangxi Henan Hubei Hunan Chongqing Sichuan Guizhou Yunnan Tibet Shaanxi Gansu Qinghai Ningxia Xinjiang 62,85 75,86 78,93 98,18 54,56 56,45 63,99 76,17 63,85 60,94 54,25 30,46 47,86 58,08 54,78 42,45 61,51 56,56 81,99 Fuente: elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico Chino 2004 Tabla 4: Inversión extranjera driecta realizada, por región. 2003 Región Total IED Región Total IED Beijing 219.126 Shanxi 21.361 Tianjin 153.473 Inner Mongolia 8.854 Hebei 96.405 Jilin 19.059 Liaoning 282.410 Heilongjiang 32.180 Shanghai 546.849 Anhui 36.720 Jiangsu 1.056.365 Jiangxi 161.202 Zhejiang 498.055 Henan 53.903 Fujian 259.903 Hubei 156.886 Shandong 601.617 Hunan 101.835 Guangdong 782.294 Chongqing 26.083 Guangxi 41.856 Sichuan 41.231 Hainan 42.125 Guizhou 4.521 Zona costa 4.580.478 Yunnan 8.384 Tibet - Shaanxi 33.190 Gansu 2.342 Qinghai 2.522 Ningxia 1.743 Xinjiang 1.534 Zona interior 713.550 Fuente: elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico Chino 2004 26