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SIMEL Nodo NOA Instituto de Investigaciones Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Jujuy Jujuy – República Argentina DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 20 Comunidades campesinas y economía de subsistencia. Una mirada desde las ciencias sociales. Gilberto Arturo Prinzio Sly SIMEL NOA – Facultad de Ciencias Económicas - UNJu http://www.fce.unju.edu.ar/simel ISSN 1853-4562 2014 1 SIMEL Nodo NOA Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas Facultad de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Jujuy Editor Responsable: SIMEL Nodo NOA Otero 369 (CP 4600) San Salvador de Jujuy Provincia de Jujuy República Argentina Teléfono: 54-388-422-1541 E-mail: simel@fce.unju.edu.ar Coordinadoras editoriales: Liliana Bergesio y Laura Golovanevsky Diseño de Tapa: Lucía Scalone ISSN 1853-4562 2014 Documento de Trabajo Nº 20 “Comunidades campesinas y economía de subsistencia. Una mirada desde las ciencias sociales”. Sumario: Resumen (página 3); Introducción (página 4); Economías de alcance local (página 5); Sobre las economías de subsistencia (página 9); Desarrollo económico, bienestar y mercado de trabajo (página 11); Consideraciones finales (página 14); Bibliografía (página 16). 2 COMUNIDADES CAMPESINAS Y ECONOMÍA DE SUBSISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES. Gilberto Arturo Prinzio Sly Resumen En este documento se aporta un enfoque sobre la economía de sociedades que son diferentes y que por tal motivo pertenecen a estructuras políticas y socioculturales distintas, que se encuentran en un nivel de análisis que se ubica fuera de las economías occidentales o capitalistas, como se podría llamar a las economías formales que dominan el mundo actual, como el planteo que aquí se desarrolla sobre grupos sociales originarios o indígenas de América Latina. La economía se define de diferentes maneras, pero en términos generales cuando se habla de economía se está haciendo referencia al comportamiento y la administración de los recursos (bienes y servicios) de individuos y sociedades. La economía como ciencia busca entender el comportamiento y la distribución de tales recursos en el orden de plantear sistemas económicos, con los cuales poder determinar costumbres y procedimientos que permitan a individuos y sociedades intercambiar y manejar esos recursos. Los campesinos o miembros de aquellas comunidades, o sociedades más sencillas, entienden la economía como aquellos medios y espacios necesarios para sentirse bien, lo que de manera muy simple pero profunda revela el propósito fundamental detrás de la economía. En ese orden y al contrario de lo que se piensa, la economía no solo se entiende con el dinero, los recursos son también conocimiento, diversión, tiempo, salud, etc. Las culturas y los grupos humanos que adhieren a esos modos y formas diferentes son una realidad que no pudo ser cambiada hasta el presente, a pesar de que muchos de ellos desaparecieron. Mientras esa realidad siga existiendo, los grupos sociales diferentes y sus particulares sistemas de organización social, política, lenguajes, salud, educación, religión y economía, seguirán reproduciendo sus culturas y sus propios modos de vida en el mundo. Palabras clave: Campesinos, Comunidad, Subsistencia, Economía Una versión preliminar de este escrito fue presentada como trabajo final del Seminario Economía Regional, dictado por los Dres. Laura Golovanevsky y Jorge Paz, en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy (marzo de 2014). Gilberto Arturo Prinzio Sly es Licenciado en Antropología (UNSa), Especialista en Derechos Humanos (UNSa) y Doctorando en Ciencias Sociales (UNJu). Docente de las Carreras de Antropología y de Educador Sanitario (UNSa). Investigador CIUNSa. Consultor Individual en la Secretaria de Política Ambiental de Salta. Evaluador sociocultural en la Municipalidad de la Ciudad de Salta. Perito Antropólogo de la Corte de Justicia de Salta y de la Cámara Federal de Apelaciones (Salta). 3 COMUNIDADES CAMPESINAS Y ECONOMÍA DE SUBSISTENCIA. UNA MIRADA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES. Gilberto Arturo Prinzio Sly Introducción La idea de este ensayo es tratar de realizar un enfoque sobre la economía de sociedades que son diferentes y que por tal motivo pertenecen a estructuras políticas y socioculturales distintas, que se encuentran en un nivel de análisis que se ubica fuera de las economías occidentales o capitalistas, como se podría llamar a las economías formales que dominan el mundo actual, como el planteo que aquí se desarrolla sobre grupos sociales originarios o indígenas de América Latina. Para estos casos, desde las ciencias sociales como la Antropología, resulta un tanto difícil producir un análisis recurriendo a la ciencia económica propiamente dicha, ya que existe una serie de parámetros que estudian y codifican todos los movimientos económicos de sociedades occidentales, que no se pueden aplicar a aquellas economías de tipo sencillas como las que practican diversos grupos humanos que se reconocen y son reconocidos como campesinos y/o indígenas. Puede ser, que a veces intervenga en este tipo de sociedades y economías sencillas el mecanismo del intercambio o trueque, lo que las hace más particulares todavía en su perspectiva de estudio, aunque el uso de la moneda corriente del mundo moderno se alterna con tipos de intercambios que se realizan entre grupos de puesteros y comerciantes que conforman diversos mercados no occidentales. Puestos de ventas indígenas en poblaciones de El Alto y La Paz, en Bolivia (Fotos de archivo). El aporte del módulo de “Economía Regional”, en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales (UNJu), ha sido importante en el sentido de que puso en discusión la visión de la economía clásica y sus diferentes autores, sumando diversos análisis que 4 resultan propicios para comparar las cosmovisiones que se presentan desde sociedades que piensan, viven y se reproducen de forma diferente, simplemente porque sus tradiciones económicas y socioculturales han avanzado en distintos sentidos, pasando por estadios donde la valoración de sus producciones han alcanzado particulares niveles de consideración. Dentro de este tipo de sociedades o comunidades, se puede visualizar a los grupos sociales étnicos u originarios, como también a grupos criollos que procuran su subsistencia a través de actividades relacionadas con el campo que se vinculan con la agricultura, la ganadería y la posteior venta o intercambio de sus productos en sitios destinados a tales efectos como lo es una plaza de mercado. En este sentido, el economista y antropólogo Karl Polanyi, opina: “Un pensador de la talla de Adam Smith sugirió que la división del trabajo en la sociedad dependía de la existencia de mercados, o de “la propensión del hombre a intercambiar una cosa por otra”. Esta frase generaría más tarde el concepto del “Hombre Económico”. A posteriori podemos decir que ninguna mala apreciación del pasado resultó resultó jamás tan profética del futuro. Porque hasta la época de Smith, esa propensión no había aparecido en una escala considerable en la vida de ninguna comunidad conocida, y en el mejor de los casos había sido un aspecto subordinado de la vida económica; pero 100 años más tarde estaba en su apogeo un sistema industrial en la mayor parte del planeta, lo que en la práctica y en la teoría implicaba que la humanidad se veía arrastrada por esa propensión particular en todas las actividades económicas, si no es que también en sus aspiraciones políticas, intelectuales y espirituales” (Polanyi, 1992.Ob. Cit.:54). Al utilizar la palabra mercado, se corre a menudo el riesgo de malinterpretar la acepción, ya que muchas veces se generaliza en ella a diferentes tipos de instituciones que en realidad no representan la misma cosa. Por otro lado, no se trata sólo del lugar de intercambios de productos, el mercado es sobre todo e históriamente el lugar privilegiado donde se cruzan y confrontan culturas, hábitos y lenguas diferentes. Al suponer que en cada mercado existe un ordenamiento relacionado con el sistema moderno del mercado creador de precios, se puede aplicar en forma incorrecta la teoría económica, ya que se encuentran diversas sociedades históricas y primitivas que poseen alguna forma de mercado que no coincide con lo que define una economía moderna de mercado. Los economistas formalistas consideran al mercado una institución con leyes propias y estructura de análisis, pero para los antropólogos e historiadores suele ser un lugar de reunión para intercambio de productos, tal como se lo define desde la teoría sustantivista. Economías de alcance local Tal vez se podría decir de que estas economías sencillas o de subsistencia son sólo tipos locales y que no están en la cosmovisión de un mundo globalizado que utiliza de 5 manera permenente y cotidiana, una economía de tipo convencional y estandarizada, tal el caso de comunidades campesinas de América Latina aquí enfocadas, constituidas mayoritariamente por grupos étnicos u originarios. Su alcance se supedita a contextos reducidos, reproduciendo de manera cotidiana una práctica económica de tipo ancestral que se encuentra arraigada de forma muy profunda y sostenida por una tradición que fue pasando de generación en generación y conservando a través del tiempo aquellos modelos primigenios de esas reproducciones socioculturales. Muchas sociedades constituyen un circuito económico de subsistencia que se ha consolidado como muy estable, por ello se mantienen a través del tiempo y pueden seguir aún en la actualidad con esas estrategias económicas que hace muchos años atrás les diera resultado a sus ancestros, además de sostener sus identidades y modos de vidas tradicionales como particulares, desarrollando en sus generaciones venideras arraigados sentimientos, como formas de ver y ser en el mundo en que habitan. Parentesco, compadrazgo y comunidad son la base de la organización local donde los emprendimientos son hechos por parientes que comparten un territorio. El compadrazgo permite formar alianzas a cortos plazos y es más flexible que el parentesco, sobre todo permite extender las relaciones fuera de la comunidad. El parentesco y compadrazgo reciben alta estima en contraste con la relación entre amigos, si se lo mide en la importancia que se considera. Campesinos peruanos trabajando en el campo y en la feria con la venta de sus productos (Fotos de archivo). La organización dominante sigue siendo la comunidad, que se organiza alrededor de la ocupación de un determinado territorio con sus autoridades, que hoy en día ocupan formalmente carteras sindicales, pero que de hecho tienen la función de representar a la comunidad en ritos y ceremonias, frente a deidades y autoridades del Estado. Por ello los atributos de idoneidad para un dirigente son los antecedentes de los cargos ocupados en la 6 jerarquía comunal ascendente y los turnos realizados entre estancias y familias, más que la calidad de función en la sociedad nacional. La mano de obra es el recurso imprescindible para poder sobrevivir en la comunidad, las familias precisan del apoyo mutuo en ciertos trabajos (preparación de la tierra, cosecha de los tubérculos o el pastoreo de animales). El trabajo suele organizarse bajo las normas de la comunidad, preferentemente basado en las relaciones estrechas entre parientes (Schulte-1999). Los Aynis, mink´as y otros arreglos (ayni: ayuda mutua- mink´a: ayuda retribuida en producto o dinero, ambas se realizan en un contexto ritual y festivo) para conseguir mano de obra, siguen siendo de gran importancia. El acceso a la mano de obra no se logra mediante el dinero, que es un bien escaso para cualquiera, y que no regula ni el acceso a la tierra ni las relaciones laborales en la comunidad. Las normas comunales exigen que un miembro tenga su grupo informal de ayuda mutua, que se observen ciertos ritos al pedir ayuda y que remunere mediante la invitación a una buena comida, a mascar coca, fumar cigarrillos y el regalo de una parte de la cosecha para quienes lo ayudan. La base para que las relaciones económicas puedan ser posibles suelen ser el parentesco y el compadrazgo. Las herramientas y los insumos son producidos en la región, las semillas son apartadas de la cosecha e intercambiadas entre las comunidades, el abono proviene de ovejas que casi exclusivamente se crían con esta finalidad, o también de alpacas. Las herramientas se construyen en la región y los animales de trabajo también se crían con el forraje del lugar, es decir que la producción agrícola y la ganadera se apoyan en la tecnología local y no dependen de recursos externos, así el dinero no interviene en el proceso. Esta economía logra rendimientos por superficie, comparativamente altos y estables gracias a una excelente adaptación a las condiciones específicas de la región. La ayuda mutua, el trueque y la redistribución permiten el abastecimiento seguro aunque en nivel cuantitativamente menor- de las familias, con alimentos, herramientas, viviendas y servicios básicos. Sin embargo, el ingreso proveniente de la producción no es suficiente para cubrir las necesidades cuya satisfacción requiere de dinero, por esta razón se busca ingresos adicionales en actividades como el trabajo asalariado, el pequeño comercio o las changas ocasionales, las que sirven para mantener una relación con la economía occidental o capitalista. El dinero es un bien escaso para las comunidades campesinas de regiones andinas y otros sistemas ecológicos que se necesita cada vez más, por ello desde hace un tiempo atrás 7 existen importantes vínculos entre la economía regional, la economía nacional, la latinoamericana y la mundial. La vida en las comunidades se apoya en la tierra, el trabajo propio con la ayuda mutua y el intercambio no monetario de los productos de las regiones. La producción e intercambio de bienes son organizados en las estructuras de parentesco, en las de compadrazgos y comunitarias. La relación con el mundo externo y con el mercado es instrumentalizada para fortalecer la economía local, así varios de los productos comprados como alcohol, coca y cigarrillos, tienen una función importante en los ritos y las relaciones sociales. El trabajo asalariado permite comprar lo indispensable y lo que da prestigio: los alimentos y bebidas de procedencia industrial, pero el ingreso monetario no se utiliza como capital económico, sino frecuentemente se invierte en fiestas y cargos para ser reconocidos como gente de bienestar, en definitiva el mercado está al servicio de la subsistencia. La sociedad y la economía regional se caracterizan por mantener normas y reglas propias que utiliza la economía de mercado, pero que no forman parte de ella. Se puede decir que un sistema económico es de subsistencia porque puede proveer de seguridad alimentaria y de la satisfacción de otras necesidades básicas materiales como ropa, vivienda, obligaciones sociales, educación para los hijos y ritos ceremoniales. Sin embargo, la producción local no alcanza o no es suficiente para poder cubrir las necesidades de los nuevos productos y servicios para una población en crecimiento, por lo tanto se acude a la economía de mercado para complementar los ingresos, pero bajo las reglas de la economía de subsistencia. La finalidad del sistema de economía de subsistencia no es entrar en un circuito de acumulación de bienes, ya que dentro del sistema nadie puede ser empresario ni pequeño empresario, pocos lo desean ser, ya que prevalece el perfil y la actitud ancestral de producir sólo para satisfacer necesidades básicas. 8 Plaza de mercado, Santa Fe-Colombia. Ganadería pastizales naturales, Formosa-Arg. (Fotos de archivo). La economía de subsistencia garantiza una seguridad básica y proporciona ingresos adicionales a través de sus vínculos con el mercado. Si bien el mercado en lugares como Bolivia no es libre y mucho menos social, ofrece posibilidades para complementar las limitaciones productivas de la economía de reciprocidad. La economía de mercado es un elemento esencial de la economía regional del noroeste argentino y de muchas regiones de Latinoamérica desde hace mucho tiempo, es imprescindible para el bienestar de la gente en general, entonces se debe intentar y se podría lograr un tipo de complementariedad entre los sistemas económicos de subsistencia y el de mercado. Sobre las economías de subsistencia La economía de subsistencia se basa en la agricultura y/o en la ganadería con explotaciones, generalmente familiares, que sólo alcanza para la alimentación y vestido de la propia familia o grupo social, en la que no se producen excedentes que permitan el comercio (si se los produce son escasos) y se destinan de forma inmediata al trueque con otras familias o grupos sociales. El análisis de economías campesinas de subsistencia combina el esfuerzo laboral medido en días hombre (jornales), dedicados a una actividad durante un año o estación con 9 rentabilidad en términos de valor agregado, con la producción derivada de dicha actividad medida a precios locales de mercado. Las economías campesinas de subsistencia son un complejo variable de cultura a cultura, de año a año y aún de una estación hacia otra. Estas economías combinan actividades productivas (agricultura y cría) con actividades extractivas (aserrío, leñateo, caza, pesca, recolección de frutos, semillas, fibras silvestres, hierbas y otros productos no cultivados, minería de aluviones auríferos, etc.) con trabajo remunerado ya sea en dinero (jornaleo) o como canje por vivienda, por acceso a tierra de cultivo o por producción agrícola o pecuaria. Guatemala: agricultor subsistencia-cosecha afectada - Colombia: Campesino cosechando (Fotos archivo). En todas las economías campesinas se dan actividades artesanales de manufactura como: tejidos, cerámica, talla de madera, etc. para producir enseres, utensilios y herramientas para autoconsumo, trueque y el comercio. Igualmente, en todas las economías de subsistencia se busca una comercialización de los excedentes de las diversas actividades. En referencia a estas economías, el economista ruso A. Chayanov dice: “La primera característica fundamental de la economía del campesino consiste en que es una economía familiar. Toda su organización está determinada por la composición de la familia del campesino, el número de miembros que integra, su coordinación, sus demandas de consumo, y el número de trabajadores con que cuenta. Esto explica por qué la concepción de beneficio en la economía del campesino difiere de la que tiene en la economía capitalista, y por qué la concepción capitalista del beneficio no puede ser aplicada a la economía del campesino. El beneficio capitalista es un beneficio neto calculado sustrayendo todos los gastos de producción del resultado total. El cálculo del beneficio en este sistema es inaplicable a la economía del campesino, a causa de que, en esta última, los elementos que entran en los gastos de producción están expresados en unidades que no tienen correlación con los de la economía capitalista” (Chayanov, A., en Wolf, Eric, 1975:25, Ob. cit.). El vector de composición de las actividades de una economía campesina puede cambiar en el corto plazo y en general está sujeto a ciclos, mediados por los pulsos intraanuales del clima (temperatura, lluvias, vientos) que definen la fenología (germinación, 10 floración, fructificación, defoliación, etc.) de las plantas silvestres y de cultivo, y en menor grado las de producción animal (nacimiento, crecimiento y reproducción). El economista inglés David Ricardo, consideró que el valor de cambio de las mercancías venía determinado por la cantidad de trabajo necesaria para su producción, que Adam Smith consideró exacto en sociedades primitivas pero no en aquellas en donde la producción de bienes requería a su vez capital y trabajo. La postura de estos dos importantes pensadores económicos no coincide entre sí, en el punto donde aparece el trabajo asalariado como un complemento más para una economía de subsistencia. En ese sentido, se podría considerar que el trabajo al que recurren los agricultores de subsistencia para complementar esa economía es sólo por alguna temporada y que no funciona como una práctica permanente, el capital al que recurren es sólo para adquirir elementos necesarios para reciclar su modelo cultural de reproducción económica y no para realizar una real acumulación que les permita crecer y mantenerse acorde a una economía de tipo capitalista. Así, Polanyi aporta que: “La relación entre la economía formal y la actividad económica humana es, en efecto, contingente. Fuera de un sistema de mercados creadores de precios el análisis económico pierde buena parte de su importancia como método de investigación de los mecanismos económicos, Un ejemplo claro lo tenemos en las economías planificadas centralmente, que se basan en precios no determinados por el mercado” (Polanyi, K., Ob. Cit.1976: 293). Desarrollo económico, bienestar y mercado de trabajo Hablar de cómo y cuándo se desarrolla económicamente un grupo social es tener en cuenta una serie de situaciones que se van dando para lograr ese estado, que muchas veces depende de su grado de relacionamiento para la consecución de sus alimentos y bienes materiales. La visión de “desarrollo” es muy particular en numerosas comunidades que no responden a la economía occidental, por lo que no puede abordarse este concepto desde una idea general o un modelo que puede adoptar el mundo actual. Para muchas comunidades campesinas u originarias desarrollarse puede ser llegar a un nivel de satisfacción de sus necesidades primordiales, como colmar expectativas de alimentos, vestimentas, atención de salud, crear las condiciones suficientes para reciclar sus cosechas, ganados y expectativas de trabajo diario. Estas sociedades no consideran el desarrollo como aquella acción ilimitada de acumulación de bienes y capitales, en donde el crecimiento depende de la consecución de más tecnología, obtención de créditos, sistemas de financiación y la inserción plena en un tipo de economía más compleja y organizada. 11 Vistas de agricultura familiar en Jujuy, Argentina (Fotos de archivo). El bienestar de estos grupos humanos depende, en gran medida, de cuáles son los elementos que se consideran necesarios para la viabilización cotidiana de sus comunidades, en la obtención de los productos claves para su reproducción tanto económica, como social y cultural. El “estar bien” significa entonces poder completar sus ciclos de actividades anuales, que les proveen de lo esencial para su subsistencia, la idea de la acumulación material de bienes y dinero no está presente en su visión económica del mundo. Este bienestar del grupo redundará en muchas otras situaciones que los coloca en un estado de equilibrio y que tiene que ver con seguir produciendo en un lugar y períodos de tiempo determinados. Esto se refleja claramente cuando los grupos sociales, criollos u originarios, pueden mantener su residencia y no se ven obligados a migrar hacia otras regiones para reproducirse dentro de las tradiciones económicas, sociales y culturales que los caracterizan. El nivel de vida que requiere una escala para considerar que estamos frente a una situación de pobreza, seguramente varía cuando se trata de analizar o mirar las sociedades no capitalistas como pueden ser las originarias o campesinas. Hay muchos grupos sociales que no tienen los bienes y los valores que caracterizan a las sociedades occidentales de consumo. Tal vez, porque no los necesitan para desarrollarse en su vida cotidiana, donde la satisfacción de sus necesidades sólo se ajusta a la reproducción de sus costumbres y tradiciones ancestrales, sin llegar a comprometerse con el uso de bienes que son considerados importantes en una sociedad de consumo más compleja, pero que para ellos sólo significan productos que pertenecen a una necesidad extraña a su cotidiano. De ello resulta que lo que para algunos puede ser un estado de pobreza, para otros es una parte de su realidad diaria, ya que no necesitan la incorporación de elementos materiales occidentales que consideran no son de vital importancia para su estructura económica y sociocultural. 12 De esta manera, la desigualdad que se pretende analizar donde existen estas sociedades diferentes a las del mundo occidental puede resultar no ser tal, ya que los valores que rigen sus comportamientos cotidianos son distintos. Las oportunidades son diferentes cuando los objetivos que se buscan conseguir están definidos por otro tipo de intereses. La situación cambia en realidad, cuando los grupos económicos poderosos del mundo occidental logran intervenir rompiendo el equilibrio de reproducción económica y sociocultural de las sociedades de subsistencia, situación que ocurre cuando son desplazadas de sus territorios y ámbitos cotidianos por la aparición de inversiones capitalistas que los privan de sus tierras y por lo tanto de sus recursos naturales, obligándoles en consecuencia a la pérdida de los elementos cotidianos que sostienen sus tradiciones y costumbres ancestrales, que son en definitiva el soporte identitario de sus propias culturas. Entonces, se podría decir que se está frente a una situación de desigualdad económica y sociocultural, porque se produce una expropiación de tierras y una descontextualización de sus espacios cotidianos, provocando un profundo daño a esas culturas al ponerlas en inferioridad de condiciones. Aquí se desploma el mercado de trabajo de estas sociedades diferentes, porque desaparece aquella relación de producción y venta propia, acabando con sus estrategias sociales y económicas. La creación de sus recursos económicos depende de las oportunidades para intercambiar o vender sus productos por otros tantos que necesitan, deja de funcionar la retroalimentación que se produce entre el trabajo-esfuerzo puesto en la producción campesina, como también los lugares y puestos de venta que conforman su particular mercado de trabajo. Mercados campesinos en localidades de Perú y Bolivia (Fotos de archivo). 13 Polanyi define el mercado campesino de la siguiente forma: “Para el economista el mercado es una institución con leyes propias sobre las cuales se ha construido una sólida estructura analítica. Para el historiador y el antropólogo, el mercado suele ser un lugar de reunión para el intercambio de productos de unas manos a otras, lugar que no tiene por qué ser la base de la teoría económica que los economistas han creado. Existe el peligro de que, al adoptar los términos corrientes de la teoría económica, las implicaciones peor entendidas que los economistas atribuyen a estos términos se introduzcan en la descripción de sociedades diferentes de la nuestra y, por consiguiente, la utilización inadecuada de los términos de la teoría económica oculte al investigador los verdaderos mecanismos institucionales de la sociedad que está analizando” (Polanyi, 1976. Ob. Cit.:405). Consideraciones finales La economía se define de diferentes maneras, pero en términos generales cuando se habla de economía se está haciendo referencia al comportamiento y la administración de los recursos (bienes y servicios) de individuos y sociedades. La economía como ciencia busca entender el comportamiento y la distribución de tales recursos en el orden de plantear sistemas económicos, con los cuales poder determinar costumbres y procedimientos que permitan a individuos y sociedades intercambiar y manejar esos recursos. Los campesinos o miembros de aquellas comunidades, o sociedades más sencillas, entienden la economía como aquellos medios y espacios necesarios para sentirse bien, lo que de manera muy simple pero profunda revela el propósito fundamental detrás de la economía. En ese orden y al contrario de lo que se piensa, la economía no solo se entiende con el dinero, los recursos son también conocimiento, diversión, tiempo, salud, etc. El dinero es solo uno de los innumerables recursos que la economía estudia y aun así, se cree que el dinero es el único recurso económico y por lo tanto se olvida incluir en las contabilidades el valor del bienestar humano cotidiano. Las comunidades con economías no capitalistas, o sencillas, se pueden incluir dentro de esta línea de pensamiento del valor del bienestar, ya que se inscriben como economías sencillas que sólo pretenden entender y ocuparse de la subsistencia de los grupos sociales campesinos, rurales, suburbanos u originarios. Estos grupos viven apartados de los grandes mercados y sistemas que producen capitales de acumulación y producción a grandes escalas, planteando estrategias de intercambios de productos y de trabajos, en muchos casos usando y recurriendo a la reciprocidad comunal como un método de apoyo permanente en sus vidas cotidianas, visto desde la visión capitalista, como una manera informal de intercambio de bienes y de trabajo. 14 La idea de si estas comunidades pueden integrarse a la vida global, que ofrece el llamado mundo occidental y el capitalismo, sin perder su identidad, es reformulada por muchos pensadores de la economía y de las ciencias sociales, pero lo cierto es que su manera de integrarse hasta hoy en día ha sido sólo en los casos que se necesita reciclar la actividad a través del uso de dinero, que utilizan de forma ocasional y medida, sin convertirlo en elemento esencial en su estructura económica de subsistencia diaria. De igual forma, las comunidades con economías de subsistencia realizan algunas ventas por dinero o mercaderías varias, a pequeños empresarios que se encargan de llevar la producción campesina hasta los puestos de ventas en las grandes ciudades. Así también, los campesinos realizan ferias en las ciudades en determinadas épocas del año, para ofrecer sus productos y derivados, tal vez es esta la forma que eligen para complementarse con el mundo global, ya que si lo hacen de manera continua corren el riesgo de abandonar sus prácticas de trabajo cotidiano y dejar atrás esos lazos de pertenencia identitaria que tienen con sus culturas ancestrales. Igualmente, el mundo propone una diversidad sociocultural a través de sus sociedades y grupos humanos diferentes, diversidad que debe ser respetada aún por los más acérrimos partidarios de un mundo globalizado y uniforme, donde se pretende imponer un paradigma universal por sobre la existencia de los diferentes modos y formas de mirar y hacer en el mundo. A Agricultura comunitaria familiar en Perú y en Puerto Rico (Fotos de archivo). Las culturas y los grupos humanos que adhieren a esos modos y formas diferentes son una realidad que no pudo ser cambiada hasta el presente, a pesar de que muchos de ellos desaparecieron. Mientras esa realidad siga existiendo, los grupos sociales diferentes y sus particulares sistemas de organización social, política, lenguajes, salud, educación, religión y economía, seguirán reproduciendo sus culturas y sus propios modos de vida en el mundo. 15 Bibliografía CHAYÁNOV, Aleksandr (1985). La Organización de la Unidad Económica Campesina. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. POLANYI, Karl (1976). Comercio y mercado en los imperios antiguos. Barcelona: Ed. Labor Universitaria. POLANYI, Karl (1992). La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica. REGISTROS FOTOGRÁFICOS (2013). Las fotografías presentadas en este trabajo monográfico se seleccionaron del archivo de la cátedra Relaciones Interétnicas. UNSa, Salta. RICARDO, David (1993). Principios de economía política y tributación. Colombia: Fondo de Cultura Económica. SCHULTE, Michael (1999). Llameros y caseros. La economía regional kallawaya. La Paz: Ed. PIEB. SMITH, Adam (2011). La riqueza de las naciones. Barcelona: Alianza Editorial. WOLF, Eric (1975). Los campesinos. Barcelona: Editorial Labor universitaria. Para citar este texto: PRINZIO SLY, Gilberto Arturo (2014) Comunidades campesinas y economía de subsistencia. Una mirada desde las ciencias sociales. Documento de Trabajo Nº 20. San Salvador de Jujuy: SIMEL Nodo NOA/FCE/UNJu; en: www.fce.unju.edu.ar/simel 16 Documentos anteriores de la serie “Documentos de Trabajo SIMEL Nodo NOA” Nº 1: BERGESIO, Liliana (2010) Antropología y Economía. Encuentros y distanciamientos a partir de la obra de Pierre Bourdieu. Nº 2: GOLOVANEVSKY, Laura (2010) Algunos debates de la sociología contemporánea en “La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado” de Robert Castel. Nº 3: LÓNDERO, María Eugenia y CABRERA, César (2010) Regulación de la actividad turística en la República Argentina y la Provincia de Jujuy. Nº 4: GOLOVANEVSKY, Laura (2010) Breve historia de la economía andina. Principales temas y debates teóricos. Nº 5: BERGESIO, Liliana (2010) Historias debidas. Instancias personales y afectivas del trabajo de campo como vías para el conocimiento. Nº 6: GOLOVANEVSKY, Laura (2011) La economía de la papa andina. Principales debates teóricos. Nº 7: BERGESIO, Liliana (2011) Las tecnologías rurales andinas de América Latina desde los estudios de la Filosofía de la Cultura. Nº 8: CARRILLO, Ivone, COLQUE, Fernanda y LÓNDERO, María Eugenia (2011) Generación de riqueza en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy-Argentina). Un análisis de los problemas fundamentales de la economía. Nº 9: CABRERA, Raúl Hernán (2011) Superficie implantada y mano de obra en el sector tabacalero de la Provincia de Jujuy. Avances y retrocesos de la frontera de posibilidades de producción agrícola. Nº 10: BERGESIO, Liliana y GOLOVANEVSKY, Laura (2011) La agroindustria rural en la economía andina. Principales debates teóricos. Nº 11: CABRERA, César (2012) Instrumental aplicable al estudio del sector agropecuario de la Provincia de Jujuy. Nº 12: GUZMAN, Gustavo Damián Fernando (2012) Juventud: origen, visiones y debates en torno a su definición. Nº 13: GOLOVANEVSKY, Laura (2012) Individualismo metodológico, racionalidad y economía. Nº 14: BERGESIO, Liliana (2012) Malabaristas en la crisis. Las organizaciones no gubernamentales de la provincia de Jujuy en la década de 1990. Nº 15: SCALONE, Lucía (2013) Imágenes del trabajo y el trabajador. Aproximaciones al análisis de contenido de la propaganda oficial en Jujuy. 17 Nº 16: GONZÁLEZ, Natividad y LÓNDERO, María Eugenia (2013) Análisis de incentivos para la economía de la puna jujeña. Nº 17: MONTIAL BERGESIO, Lara (2013) Pobreza en Jujuy – Entrevistas. Nº 18: GOLOVANEVSKY, Laura (2013) Reflexiones sobre El trabajo. Un valor en peligro de extinción de Dominique Méda (Gedisa, 1998). Nº 19: GARCÍA VARGAS, Alejandra (2014) Narrativas identitarias, trayectorias laborales y memoria política: Entrevista a un ex trabajador de Altos Hornos Zapla durante la huelga de hambre de 2011 (Jujuy). 18