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ANALITICA INTERNACIONAL Grupo Coppan SC Marzo 12, 2007 Incongruencia en el tema migratorio en Estados Unidos En el mes de febrero observamos diversos sucesos relacionados con el tema migratorio que reflejan la complejidad del fenómeno en Estados Unidos. Por un lado, se presenta el Informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en el que se reconocen los beneficios económicos y la contribución positiva de los inmigrantes; por otro, el Departamento de Seguridad Interior lleva a cabo redadas en varios estados, que han resultado en la detención y expulsión de varios cientos de indocumentados. Por las mismas fechas se anunció la introducción de una nueva propuesta de reforma migratoria integral en el Senado y se llevó a cabo la primera audiencia en el Comité de Asuntos Judiciales en esa Cámara. Se espera que el Senado pueda contar con una nueva iniciativa aprobada antes de agosto, para después pasarla a la Cámara de Representantes. De nuevo, en 2007, hay más incertidumbres que certezas respecto a la reforma migratoria. Informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca El Informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca (12/1/07) dedica un capítulo a la inmigración en Estados Unidos y recomienda que “para mejorar la seguridad fronteriza, reducir el número de trabajadores indocumentados y mantener los beneficios económicos de la inmigración se debe buscar una reforma migratoria integral”. En el informe se destacan las contribuciones positivas de los inmigrantes a la economía y se reconoce que el “actual sistema de inmigración ha resultado difícil de aplicar y de servir adecuadamente a la economía estadounidense”. También reconoce el informe que “la política migratoria juega un papel fundamental en determinar el volumen y la composición de la fuerza laboral extranjera” y recomienda una reforma migratoria integral que pueda ayudar a asegurar “un flujo ordenado de trabajadores extranjeros, cuya presencia continúe beneficiando a la economía de Estados Unidos”. Sin embargo, a la par del informe de la Casa Blanca, otras oficinas del ejecutivo intensifican las acciones para la detención y expulsión de trabajadores extranjeros indocumentados. Pareciera que el presidente Bush mantiene un doble juego: en el discurso reconoce y apoya la necesidad de una reforma migratoria integral; en la práctica, sus acciones parecen orientadas a satisfacer al ala más conservadora de su partido y a todos aquellos que 2 Analítica Internacional rechazan la legalización de los inmigrantes y proclaman medidas más estrictas a partir de los paradigmas de seguridad nacional. Intensificación de redadas en contra de indocumentados En lo que suponía ser un operativo resultado de una larga investigación en contra de tres ejecutivos de una empresa de servicios de limpieza acusados por delitos de evasión fiscal, actividades fraudulentas con documentos de identidad e irregularidades en la contratación de sus trabajadores, se llevaron a cabo redadas en 17 estados y el Distrito de Columbia (19-24/02). La Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) anunció el arresto de 200 trabajadores indocumentados en 63 establecimientos que fueron contratados por la empresa Rosenbaum-Cunnigham internacional; entre los arrestados se encontraban nacionales de México, Honduras, Haití y El Salvador. Existen incongruencias en las razones que motivaron las detenciones, pues si bien el operativo se inicia presuntamente a raíz de las acusaciones en contra de la citada empresa por violar leyes federales y por evasión de impuestos, las autoridades aseguran que estos operativos estaban dirigidos en contra de individuos con órdenes de deportación y otros problemas con la ley. Al final, todo indica que las autoridades actuaron sobre cientos de empleados de la compañía de limpieza, y no contra los empleadores. El secretario de Justicia, Alberto González, argumentó que su obligación era hacer cumplir la ley. Sin embargo, líderes comunitarios, representantes de diversas organizaciones pro inmigrantes y estudiantes, han denunciado los hechos y han solicitado se detengan las redadas por considerarlas una aplicación discriminatoria de las leyes y violatorias de los derechos humanos de los trabajadores extranjeros. El Senado de Estados Unidos retoma la reforma migratoria Mientras esto sucede, el 28 de febrero se llevó a cabo la primera audiencia en el nuevo Congreso sobre el tema migratorio. Los secretarios Carlos Gutiérrez (Comercio) y Michael Chertoff (Seguridad Interior), hablaron frente a la Comisión Judicial del Senado y destacaron la necesidad de un programa de trabajadores temporales y de aplicar la ley a los empleadores. No se hizo mención a los 12 millones de indocumentados en el país. Se espera que en el mes de marzo el senador Edward Kennedy (S-D, MA) presente una propuesta de reforma integral a las leyes de inmigración. La iniciativa se basa en la propuesta Kennedy-McCain, que fue rechazada en 2006 por la Cámara de Representantes, aparentemente por la inclusión de vías para la legalización de 12 millones de indocumentados. Para los republicanos duros, la nueva ley no debe contener nada que suponga una amnistía. El argumento central: no se debe premiar a quienes han 3 Analítica Internacional violado la ley. Sin embargo, hay al menos siete millones de indocumentados trabajando en Estados Unidos, lo que supone que existen al menos siete millones de contrataciones fuera de la ley. En este contexto, el argumento jurídico en contra de las regularizaciones para quienes han violado la ley no tiene sustento político. En el proceso de elaboración de la nueva propuesta, algunos republicanos como Sam Brownback, (S-R, KS) y Arlen Specter (S-R, PA), han comentado que no se les ha tomado en cuenta y que desconocen los detalles de la iniciativa. Sin embargo, los demócratas han declarado que la iniciativa cuenta con apoyo bipartidista. Es un hecho innegable que lo demócratas requieren que así sea. El senador Harry Reid, líder de la mayoría del Senado, manifestó que el proyecto de reforma de inmigración daría su primer paso el 22 de marzo, ya que se espera el informe del Comité de Asuntos Jurídicos y para “antes del receso de agosto” pueda entrar a debate en el plenario senatorial. Posteriormente tendría que ser negociada en la Cámara de Representantes. Perspectivas de la reforma migratoria en Estados Unidos en 2007 Con este panorama resulta difícil esperar avances importantes en 2007. Por un lado, tenemos a los senadores demócratas tratando de rearmar una iniciativa –como lo hicieron en 2007- pero ahora sin la presión del presidente Bush sobre los senadores republicanos. Incluso si logran un acuerdo en el Comité Judicial, la iniciativa no pasaría a pleno del Congreso antes de agosto. El ejecutivo no da muestras de mayor interés, más allá del tema de los trabajadores temporales, lo que de alguna manera sitúa de nuevo el debate en donde se encontraba en 2004. El presidente Bush cuenta ahora con mucho menos capital político y es poco probable que por este tema se arriesgue a perder el apoyo del ala conservadora, que le resulta imprescindible para terminar su segundo mandato. La aplicación de la ley –que hasta ahora ha sido esencialmente a los trabajadores y no a los empleadores- y las medidas para fortalecer la seguridad de la frontera para impedir la entrada de ilegales –sean terroristas o trabajadores extranjeros- parece ser la única línea de acción con la que cuenta el presidente Bush. En 2004 estaba lista la iniciativa conocida como Ag-Jobs, que significaba la regularización de al menos un millón de trabajadores agrícolas. Después de arduas negociaciones se había logrado un acuerdo bipartidista en ambas Cámaras. Sólo faltaba la palabra del presidente. Nunca llegó. La iniciativa se estancó. De hecho en el único momento en que la Casa Blanca se pronunció abiertamente a favor de una iniciativa, fue en diciembre de 2005 para apoyar la Ley Sesembrener, producto de la iniciativa de uno de los congresistas que más trabajó para que el proceso de reforma se estancara en 2006. La iniciativa Ag-Jobs se introdujo de nuevo en 2007. ¿Correrá la misma suerte que en 2005? Muy probablemente. 4 Analítica Internacional Como en cualquier otro tema, los cálculos de los políticos están en el costobeneficio de apoyar o impulsar una determinada iniciativa. La reforma migratoria se ha convertido en un tema ciertamente polémico. Avanzar hacia una reforma en 2007 representaría una gran inversión de capital político cuando ambos partidos tienen como principal agenda la elección de 2008. ¿Estarán los demócratas dispuestos a ello? ¿Habrá un número suficiente de republicanos que vean en esto una buena inversión con miras a las elecciones? Incierto. De no pasar la iniciativa en 2007, es muy probable que se traslade a la campaña lectoral en 2008 y que no sea sino hasta 2009 cuando entre de nuevo a debate en el Congreso. ¿Estarán el resto de los actores dispuestos a esperar los tiempos de los políticos para dar salida a un problema real, cada vez más acuciante y conflictivo en la agenda política y económica estadounidense? Consecuencias para México El día de hoy el presidente Felipe Calderón recibirá al presidente Bush en la hacienda Tomonzón, en Yucatán. Esta visita es el final de un periplo del mandatario estadounidense por cinco países de América Latina. Sin lugar a dudas uno de los temas que habrá de tocar el presidente de México es la situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. La reacción del presidente Bush es totalmente predecible. Le dirá a su contraparte mexicano que comparte plenamente su preocupación, que desde 2004 ha sido el principal promotor de esta reforma, que desafortunadamente el Congreso no ha logrado avanzar, que los tiempos políticos no son fáciles, pero que pondrá el mayor empeño en que la reforma migratoria avance antes de dejar la presidencia. El presidente de México agradecerá la buena disposición del presidente Bush, externará su interés en que la reforma avance y entre salbutes y papatzules la conversación se moverá hacía otros temas. En otras palabras, sería ingenuo esperar que esta visita cambiará la situación de los migrantes mexicanos, de las dificultades de cruce en la frontera, de la obsesión del presidente Bush con el tema de la seguridad y de los reducidos espacios de cooperación que han prevalecido en años recientes entre los dos gobiernos en este tema. Frente a este panorama el gobierno de Calderón enfrenta el gran reto de elaborar propuestas sobre el tema que permitan avanzar la posición de México, sin esperar una reforma migratoria en el corto plazo, ni que la retórica del presidente Bush se traduzca en acciones a favor de México. Esta situación exige, más que ningún otro momento, una política estructurada del gobierno de México en el tema migratorio, y una coordinación, mucho más eficiente, entre los actores mexicanos involucrados en el tema. Sentarse a esperar que las cosas se muevan en Estados Unidos a favor de México, hasta ahora no parece haber resultado la mejor estrategia. Con la colaboración especial de Susana Montaño de la Concha.