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Determinantes de la Productividad Total de los Factores en las Regiones Españolas Marta Bengoa. Departmet of Economics. City College of New York (CUNY), Universidad de Cantabria y Colin Powell Center for Policy Studies. Patrico Pérez. Deparmento de Economia. Universidad de Cantabria∗ Abstract: En este trabajo se estudia la contribución de los factores tradicionalmente reconocidos en la literatura teórica como determinantes de la productividad total de los factores –capital humano, capital tecnológico y diversos índices de especialización- de las regiones españolas para el periodo que comprende desde 1980-2003. El análisis se basa en la utilización de funciones de producción, utilizando un marco neoclásico, para el análisis desagregado de la PTF por CCAA utilizando la metodología de datos de panel. Los resultados preliminares indican que el capital humano ha desempeñado un papel destacable en el impulso de la productividad, sin embargo, los efectos de las actividades de I+D resultan dispares. El gasto privado en actividades de investigación incide directamente en el estímulo de la productividad de forma significativa, junto con la diversificación de las actividades productivas. Sin embargo, la financiación de actividades investigadoras con recursos públicos resulta no concluyente, debido, probablemente a la utilización de medidas que capturan los inputs y no el output innovador. JEL: C23, O47 Keywords: productividad, progreso técnico, datos de panel ∗ El estudio forma parte del proyecto ECO2009-09569/ECON financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y se debe entender como un trabajo en curso. Marta Bengoa Department of Economics City University of New York at City y Colin Powell Center for Policy Studies. Patricio Pérez. Departmento de Economía, Universidad de Cantabria. E-mail: mbengoa@ccny.cuny.edu patricio.perez@unican 1. Introducción. Los mecanismos que utilizan las economías para acelerar el crecimiento económico constituyen un tema de gran relevancia para toda la comunidad internacional. Las estrategias propuestas han ido evolucionando conforme el complejo proceso de crecimiento y desarrollo económico avanzaba. Así, en la década de los cincuenta y sesenta se promovieron las inversiones en infraestructuras y capital físico; demostrado el hecho de que la sola acumulación de capital es necesaria pero no suficiente para el crecimiento, la década de los setenta estuvo marcada por una toma de conciencia sobre la importancia de otro tipo de capital, el humano, y la necesidad de mejorar los sistemas de salud, asignatura pendiente de la mayoría de los países en desarrollo. Entre las causas del crecimiento, los economistas subrayan el papel que desempeñan los procesos de innovación y de transferencia tecnológica en las economías. No obstante, algunos países son capaces de innovar y producir su propia tecnología y otros, en cambio, carecen de las habilidades y medios para generarla. Estos países, los menos desarrollados, tienen que recurrir a la tecnología que se genera en otras economías. Por tanto, los procesos de transferencia tecnológica entre países cobran una importancia crucial en el proceso de desarrollo. La caracterización de una u otra forma de progreso técnico tendrá implicaciones diversas en el proceso de desarrollo económico e incidirá en la instrumentación de políticas económicas. Por este motivo, resulta esencial conocer los fundamentos y conclusiones de cada una de las diferentes variedades de capital tecnológico presentes en la literatura, en el desarrollo regional cuestión que aborda de forma específica en este trabajo. España se ha caracterizado por un bajo crecimiento de la productividad desde principios de los años 90, no obstante, existen diferencias territoriales notables, por lo que el estudio de los determinantes del progreso técnico regional y los factores que han influido en sus diferencias cobra especial relevancia, especialmente, en un entorno económico actual en el que se hace necesario la definición de un nuevo modelo productivo. En los años noventa, la estrategia para impulsar el desarrollo se ha basado, nuevamente, en dos pilares básicos; el fomento de la inversión en infraestructuras y el suministro de servicios básicos de salud y educación. La identificación de los factores que impulsan la productividad en la CCAA españolas resulta clave para la definición de una nueva estrategia tanto a nivel regional como nacional. Las implicaciones territoriales de la evolución de la productividad adquieren una especial importancia en el marco y definición de la nueva estrategia de competitividad dentro del marco de la UE. Los esfuerzos se centran en la provisión de capital público, incremento del capital humano y la inversión en nuevas tecnologías. Existe un alto consenso en la literatura económica en lo referente a las fuentes del crecimiento de la productividad, identificándose cómo factores clave, la inversión en infraestructuras, el capital humano y el capital tecnológico. Sin embargo, pese a la existencia de una amplia literatura teórica al respecto y la publicación de aplicaciones empíricas por países, los estudios regionales todavía son escasos en parte por la falta de disponibilidad de datos en los que se pueda imputar y medir la efectividad de medidas de política económica de impulso de la productividad de la economía española y sus regiones. La estructura del estudio es la siguiente, en primer lugar se presenta el estudio teórico de los determinantes de la productividad, en la sección tercera se analiza con detalle la metodología aplicada para realización de las estimaciones y el análisis de datos, en la 2 sección cuarta se presentan los resultados más relevantes y la última sección ofrece las conclusiones y recomendaciones de política económica. 2. Revisión de la literatura. El estudio de la evolución y determinantes de la productividad tiene su origen en el seminal trabajo de Solow (1957). En el modelo neoclásico el crecimiento económico se explica, en su gran mayoría, debido al crecimiento de la productividad y no se basa en la acumulación de los inputs tradicionales. De esta forma, La forma presentada por Solow (1957) para estimar el progreso tecnológico se basa, denominada productividad total de los factores (PTF) por lo tanto, en el supuesto de que cada factor de producción se remunera mediante su contribución marginal a la producción, dado que el proceso de acumulación de capital es independiente del proceso de acumulación tecnológico. De esta forma, la aparición de mejoras tecnológicas, determinadas por la contribución de otros factores, resulta crucial a la hora de explicar los diferentes procesos de crecimiento económico entre países o regiones. Las aplicaciones empíricas de los modelos neoclásicos atribuyen una parte importante del crecimiento a la tasa de crecimiento de la productividad total de los factores (PTF) o al llamado progreso tecnológico. Solow (1957) llegó a la conclusión de que el 87.5% del crecimiento de la producción por hora trabajada en Estados Unidos durante el periodo 19091949 se debió al progreso técnico. La importancia del residuo de Solow como factor explicativo del crecimiento ha dado lugar a numerosos trabajos empíricos que, empleando la contabilidad del crecimiento, trataron de explicar si el crecimiento experimentado por diferentes países respondía al patrón neoclásico2. El punto de partida de los trabajos nace del carácter público de la tecnología, de la presencia de rendimientos decrecientes en el factor capital y de la existencia de una economía competitiva sin externalidades. Posteriores avances en el campo de los determinantes de la productividad han llegado a un consenso en el corpus teórico que ha permitido explicar el incremento de la tasa de crecimiento del producto a través de una combinación de factores específicos de cada país o región y de otros más universales, entre los que destacan la innovación tecnológica, el capital humano y la acumulación de capital (Baumol, Blackman y Wolff, 1989; Barro, 1991; Sala-i-Martín, 1994). Algunos ejemplos de los trabajos empíricos más relevantes se presentan en la Tabla siguiente tabla A.1 del anexo3. En definitiva, la lectura de los resultados no debe indicarnos que los trabajos empíricos realizados no son válidos; al contrario, nos han permitido ir avanzando en el conocimiento de los determinantes del crecimiento, y se ha ahondado en un campo fructífero en el que queda mucho por investigar. 2 Para estudiar extensiones del trabajo de Solow (1957) ver Deninson (1967). Las extensiones más comunes consisten en considerar diferentes variedades de capital y trabajo y ajustarlos por cambios en la calidad de los inputs, o en considerar el cambio técnico como incorporado en los bienes de capital. (Solow, 1962; Jorgenson y Griliches, 1967 y Young, 1995). 3 Para un análisis más detallado ver Durlauf y Quah (1999). 3 En lo referentes a los estudios en los que se analiza la contribución del progreso técnico al crecimiento de la productividad, caben destacar los realizados por Eaton y Kortum (1996), Maudos, Pastor, y Serrano (1998), Maudos, Pastor y Serrano (2000) y Escribá y Murgui (2009a, b). En ellos se destaca que no existe un proceso de convergencia entre las regiones españolas si se analiza la evolución de la productividad del trabajo, debido a que las regiones ricas han experimentado mayores tasas de crecimiento del progreso técnico, durante el periodo que comprende desde 1964-91. Por otra parte, el trabajo de Gumbau-Albert, M. (2000), demuestra que al analizar el efecto de del progreso técnico sobre la eficiencia sectorial y regional, existen diferencias substanciales entre regiones y sectores productivos. El trabajo de Pedraja, Salinas, y Salinas (2002), analiza el crecimiento de la productividad total de los factores experimentado por las regiones españolas entre 1965 y 1995. Con esta finalidad, se construyen unos índices de productividad de Malmquist, calculados mediante técnicas no paramétricas de programación lineal, descomponiendo dicho crecimiento en ganancias de eficiencia y cambio técnico. De esta forma, se muestra que el progreso técnico ha propiciado la convergencia entre sectores, excepto en el sector de la construcción. En cambio, Boscá, Escribá, y Murgui (2004) estiman la productividad total de los factores, siguiendo el modelo tradicional de Solow-Swan, y concluyen que bajo esta estimación la mayoría de las regiones españolas muestran una sobreutilización de la capacidad de los componentes tecnológicos instalados. Asimismo, Mas, Maudos, Pérez, y Uriel (2005) utilizan el modelo de Solow como marco de referencia en el estudio de la eficiencia productiva de las regiones españolas durante 1964–93, incluyendo el efecto del capital público sobre el proceso de convergencia regional. Por último, Puig-Junoy y Pinilla (2008) investigan las principales Fuentes de heterogeneidad que afectan a la eficiencia regional durante el periodo que cubre desde 1964 hasta 1996. Sus resultados confirman que la ineficiencia técnica está positivamente correlacionada con la ratio capital público en proporción al privado. Concluyen que el capital público destinado a la provisión de infraestructuras de transporte, la especialización industrial y los spillovers derivados de la situación de frontera con regiones más desarrolladas, contribuye significativamente a mejorar la eficiencia regional. Escribá y Murgui (2009ª,b) destacan que las regions españolas se encuentran entre las de menor productividad de Europa. Utilizan datos por Industria a nivel regional para analizar el proceso de pérdida de productividad. En su trabajo concluyen que las regiones españolas que exhiben niveles más altos de productividad total de los factores, han sufrido las caídas más significativas en las tasas de crecimiento, pero aún así, el efecto nivel ha frenado el descenso de la productividad. En definitiva, parte del efecto de pérdida de productividad se debe a la desigualdad en los patrones de crecimiento económico entre las diferentes comunidades autónomas españolas desde 1995. Entre los trabajos que analizan el efecto del progreso técnico en la economía regional en otros países, destaca el realizado por Casetti (1982) en EEUU. Es uno de los primeros trabajos que estudia los efectos de la creación de empleo y el crecimiento de la población sobre en el aumento de la productividad. En definitiva, se trata de contrastar la Ley de Verdoorn: se observa un aumento destacable en la productividad en las áreas o zonas geográficas en dónde se ubican sectores de rápida expansión. Los estudios de Fingleton (2003) y Kahn y Lim (2008) inciden en el papel que juegan los trabajadores que poseen mayores conocimientos y técnicas en el incremento de la productividad y el desarrollo económico. En especial se analiza el caso de la industria manufacturera en Europa. Por último, la concentración de diferentes industrias en áreas geográficas cercanas, muchas de las cuáles incorporan un alto desarrollo tecnológico y necesitan trabajadores especialmente 4 cualificados, incide en la existencia de disparidades en la acumulación tecnológica regional. Un estudio reciente de Zhu, Lai y Fu (2008) explora este efecto en las diferentes regiones de China y encuentran evidencia a favor de la existencia de convergencia en la llamada “Nueva región del Este”, no así, en el resto de las provincias de otros grupos o regiones. 3. Datos y fuentes. El análisis se lleva a cabo para el sector productivo privado, agregado éste que excluye las ramas residencial y público, tanto en lo que se refiere al valor añadido bruto a coste de factores (VABcf) –del que se excluyen alquileres imputados y servicios no destinados a la venta–, como respecto del empleo y el capital –de los que se excluyen el residencial y el público4–. En estos dos sectores la PTF no está exenta de problemas conceptuales y de cómputo5. Las fuentes de datos usadas en este trabajo se facilitan en el Anexo. El nivel de PTF de cada año se obtiene a partir del nivel del año anterior y la tasa de crecimiento del año en curso. Bajo la hipótesis de competencia perfecta y retribución a los factores de producción por su productividad marginal, α y (1-α) representan en la ecuación (5) tanto las participaciones del capital y el trabajo en el VABcf como las elasticidades del producto respecto de los factores. Los valores de alfa se calculan como ratio de las rentas del trabajo al VABcf (ambos en valores corrientes). Ahora bien, los valores de αi son distintos entre sectores, por lo que, bajo el supuesto de neutralidad de Hicks, pequeñas diferencias en las unidades de medida de la productividad del trabajo y del capital pueden dar lugar a cambios en el ranking intersectorial (Bernard y Jones, 1996). Para evitar el sesgo que pudieran resultar de la utilización de αi específicos para cada región y sector, el nivel del año base, en este caso 1980, se obtiene normalizando la productividad del trabajo y el capital (igualando ambas a 100 en el agregado nacional, con lo que la PTF inicial agregada nacional será también 100). Esto permite obtener un ranking regional, en función de las productividades relativas del trabajo y el capital en cada región respecto de los correspondientes valores nacionales (Escribá y Murgui, 1998). El gráfico 1 muestra la evolución de los niveles de las PTF, utilizando un alfa específico cada año. Las series regionales presentan acusadas discrepancias de partida –con las comunidades de Madrid y Baleares destacando por arriba, y Extremadura por abajo– y una suave tendencia creciente de la PTF nacional hasta 1988 (tasa del 1%). Después hay un proceso de convergencia de las PTF regionales, junto con una tendencia decreciente de la PTF nacional (tasa de -0,48%). Fruto de esta evolución, la desviación estándar de las series regionales se reduce desde 20,2 en 1980 hasta 10,7 en 2003. Sin embargo, cuando se utilizan valores de alfa promedio del periodo muestral, como es bastante usual en la literatura, el perfil evolutivo de las PTF cambia. El gráfico 2 muestra que la PTF nacional crece a tasa del 1,96% entre 1980 y 1995, y permanece estancada después, o más precisamente retrocede a tasa del 0,4% anual. Sólo en las regiones más rezagadas (como Extremadura, Asturias y Galicia) crece algo la PTF, mientras permanece prácticamente invariable en las demás CCAA, salvo en Baleares que se reduce de forma notable. 4 Los resultados no difieren sensiblemente si se restringe el agregado al sector productivo privado nofinanciero. 5 Véase Escribá y Murgui (1998). 5 Gráfico 1: Evolución de la Productividad Total de los Factores por CCAA (α α anual) 160.0 140.0 120.0 100.0 80.0 60.0 20 03 20 02 20 01 20 00 19 99 19 98 19 97 19 96 19 95 19 94 19 93 19 92 19 91 19 90 19 89 19 88 19 87 19 86 19 85 19 84 19 83 19 82 19 81 19 80 40.0 AND ARA AST BAL CAN CANT CYL CLM CAT VAL EXT GAL MAD MUR NAV PV RIO TOTAL CC.AA. Fuente: Elaboración Propia a partir de BDMORES. Gráfico 2: Evolución de la Productividad Total de los Factores por CCAA (α α promedio) 180.0 160.0 140.0 120.0 100.0 80.0 60.0 20 03 20 02 20 01 20 00 19 99 19 98 19 97 19 96 19 95 19 94 19 93 19 92 19 91 19 90 19 89 19 88 19 87 19 86 19 85 19 84 19 83 19 82 19 81 19 80 40.0 AND ARA AST BAL CAN CANT CYL CLM CAT VAL EXT GAL MAD MUR NAV PV RIO TOTAL CC.AA. Fuente: Elaboración Propia. 6 El gráfico 3 muestra la evolución de la desviación estándar de las PTF calculadas a partir de ambos valores de alfa (anual y promedio del periodo). Tras un aumento de la dispersión hasta 1987, las disparidades decrecen de forma sostenida. Sin embargo, la convergencia resulta de escasa magnitud cuando se utiliza un alfa medio del periodo muestral, pues la desviación estándar en 2003 (17,6) es sólo un 13% inferior a la de 1980 (20,2). La ausencia de convergencia en este caso se ve reforzada por el gráfico 4, que contiene la distribución de las PTF regionales en 1980 y 2003, medidas en desviaciones respecto de la media nacional. Las observaciones están agrupadas en el centro, en el primer y tercer cuadrante, con la excepción de Madrid (en la esquina superior derecha) y Extremadura (en la esquina inferior izquierda). El R2 de la línea de regresión ajustada es igual a 0,66. Es decir, las CCAA con mayor productividad al comienzo del periodo muestral son prácticamente las mismas que al final, y viceversa; sólo se apartan de esa tendencia Galicia (que ha mejorado su posición relativa) y Baleares (que la empeoró). En lo que sigue centraremos el análisis en las series de PTF que se obtienen a partir de un alfa medio del periodo. Gráfico 3: Desviación estándar de las PTF regionales 26 22 18 14 10 1980 1982 1984 1986 1988 1990 Alfa anual 1992 1994 1996 1998 2000 2002 Alfa medio Fuente: Elaboración Propia. 7 Gráfico 4: Nivel relativo de PTF en 1980 y 2003 El análisis descriptivo de datos permite observar un estimable grado de correlación entre las PTF y los principales inputs tecnológicos. El capital humano es una de las variables que se supone tiene mayor influencia sobre la productividad. El gráfico 5 muestra que la productividad aumenta con el nivel educativo. Utilizando datos correspondientes al promedio del periodo 1980-2003, el coeficiente de determinación entre ambas variables, medidas en desviaciones respecto de la media nacional, es de 0,482. Se puede observar que las regiones líderes se sitúan en el primer cuadrante, con la Comunidad de Madrid ocupando una posición muy destacada respecto de todas las demás, mientras que las regiones más rezagadas (como Extremadura y Castilla La-Mancha) se sitúan en el tercer cuadrante6. El resto de CCAA se agrupa en torno a la media, por encima y por debajo de la línea de tendencia. Asimismo, se ha intentado captar la contribución del empleo cualificado mediante un índice de especialización. Algunos autores han contrastado positivamente que la distinción entre trabajadores manuales y no-manuales responde a la diferente cualificación de ambas categorías (Cameron, 2003). 6 La relación estadística entre PTF y educación es prácticamente la misma si se toma como expresión del nivel educativo el número medio de años cursados en 1980. 8 Gráfico 5: Nivel relativo de PTF vs. Educación. Otro de los principales inputs tecnológicos es el stock de capital I+D. Con el fin de contrastar mejor su eficiencia, se consideran por separado el capital privado y el capital público. Expresado como porcentaje del valor añadido bruto a precios de mercado (VABpm), el capital I+D privado muestra un rápido crecimiento en los años 80, seguido de un estancamiento / desaceleración después. En los últimos años han aumentado las diferencias entre las regiones líderes y el resto en términos del stock de capital I+D privado. Mientras que Madrid, País Vasco, Cataluña y Navarra superan el 4% del VABpm, las demás regiones apenas llegan al 2%. En cuanto al capital I+D público, la evolución de la ratio es más moderada al principio, pero también más sostenida en el tiempo. En conjunto, Madrid es la CCAA que más destaca por su capacidad para acumular recursos tecnológicos, tanto privados como públicos (5,1% y 4,5%, respectivamente, en promedio). Le siguen el País Vasco respecto de capital I+D privado (5%), y Andalucía y Aragón respecto del capital público (2.3%).También es usual en la literatura expresar la dotación de capital I+D como ratio del stock de capital físico (Alatas y Cameron, 2003). 9 Gráfico 6: Nivel relativo de capital I+D privado vs. PTF El gráfico 6 permite apreciar una correlación positiva entre el capital tecnológico privado y la PTF, medidos como desviaciones respecto de la media española. No obstante, la correlación crece significativamente cuando se considera la ratio del capital I+D público sobre el stock de capital físico, ya que el coeficiente de determinación de la linea ajustada aumenta hasta 0,36. Las observaciones regionales se agrupan en torno al origen de coordenadas, que representa la meda nacional, con las excepciones de Madrid y Extremadura (y en menor medida Baleares). 10 Gráfico 7: Nivel relativo de capital I+D público vs. PTF. Otros inputs tecnológicos usados son el personal investigador, el capital social y la estructura productiva. La relación del progreso técnico con la intensidad investigadora está ampliamente constatada por la literatura. El capital social es un activo que reduce los costes de transacción, mejora la eficiencia y aumenta la productividad del trabajo y el resto de activos productivos. Con el fin de captar externalidades vinculadas a la concentración de la actividad, se utiliza el índice de no-diversidad de Herfindahl-Hirschman. Un signo negativo del mismo se relaciona con externalidades dinámicas tipo Jacobs (1969), que atribuyen a la diversificación de las actividades una incidencia favorable sobre la productividad. Un entorno urbano diversificado facilita la búsqueda y experimentación de la innovación. 4. Metodología Con el fin de estimar la contribución de las variables proxies del capital humano y de los inputs tecnológicos, además de los efectos de los índices de especialización productiva para el cómputo de las externalidades tipo Jacobs (1969), se ha utilizado la metodología de datos de panel, aplicada a las 17 CCAA españolas desde 1980-2003. Suponemos que la tecnología viene representada por una función de producción CobbDouglas, se parte de una función de producción agregada del tipo Cobb-Douglas con rendimientos constantes a escala, en una economía en la que existe competencia perfecta y no se producen externalidades: (1) Yit = Ait F(Kit, Lit) 11 la función de producción depende del factor capital (K), del trabajo (L), y de la tecnología (A)7, presentando todos los inputs acumulables productividad marginal decreciente. Derivando la expresión anterior con respecto al tiempo obtenemos: • (2) Y = ∂Y • ∂Y • ∂Y • K + L + A ∂K ∂L ∂A donde un punto sobre la variable denota su derivada con respecto al tiempo. Dividiendo ambas partes de la expresión por Y, y ordenando términos resulta: • • • (3) definimos α = ∂Y K , como la elasticidad de sustitución del factor capital, y ∂K Y (1-α) = ∂Y L ∂L Y K L ∂Y + K Y ∂L • Y K ∂Y = Y Y ∂K L A + L A la elasticidad de sustitución del factor trabajo. Si sustituimos la expresión resultante adopta la forma: • (4) • • • Y K L A = α + (1 − α ) + Y K L A de donde la tasa de crecimiento de la productividad total de los factores (PTF) vendrá determinada por la expresión: (5) • • • A Y K = − α A Y K • L + (1 − α ) L La expresión 5 está basada en el supuesto de que cada factor de producción se remunera mediante su contribución marginal a la producción y que el proceso de acumulación de capital es independiente del proceso de acumulación tecnológico. Partiendo de la ecuación (5), nuestro principal objetivo consiste en la estimación de los factores que afecta a la PTF de las regiones españolas para el periodo que comprende desde 1980 hasta el 2003, y para ello, realizaremos estimaciones utilizando la econometría de datos de panel. La principal ventaja en la utilización de una estructura basada en datos de panel, según Hsiao (1986), Solon (1989), Arellano y Bover (1990) y Baltagi (2001), reside en el control de la heterogeneidad inobservable. El empleo de datos de panel hace posible estimar modelos en los que se puede tener en cuenta el comportamiento individual regional y las diferencias en la función de producción de cada una de las economías de la muestra junto con la información que aporta la longitud temporal (Islam, 1995). La utilización de datos de sección cruzada o series temporales no pueden controlar esta heterogeneidad, lo que puede conducir a estimaciones sesgadas. 7 El progreso técnico se considera neutral en sentido de Hicks, los desplazamientos en la función de producción no alteran la relación marginal de sustitución entre factores. 12 Adicionalmente, la utilización de datos de panel permite aprovechar mejor la información temporal que contienen los datos, obtener más variabilidad, reducir los problemas de multicolinealidad entre las variables, ganar grados de libertad y llegar a estimaciones más eficientes (Baltagi, 2001). Dado que nuestra muestra está formada únicamente por 17 regiones y empleamos cierta variedad en el número de variables explicativas, los datos de panel proporcionan más grados de libertad y ofrecen resultados más robustos de los que obtendríamos mediante un estudio cross-country. Como ventaja añadida, nos permite especificar modelos dinámicos, esto es, que incluyan retardos de las variables exógenas o endógenas. El estudio de los determinantes mediante un análisis con datos de sección cruzada por regiones no permite modelizar respuestas dinámicas, precisamente porque suprime la dimensión temporal. Partiendo de la especificación general: (6) yit = η i + xit β + ε it donde y es la variable dependiente, x es un vector de NT × k variables, β es un vector de parámetros k × 1 y ε it es un término de perturbación. Intuitivamente, y aplicándolo a nuestro trabajo, se estaría suponiendo que el modelo económico que subyace es el mismo para todos los países. La variación entre países está recogida en η i . Para contrastar correctamente este modelo, estimamos β por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) obteniendo el estimador β̂ denominado estimador de covarianza o intra grupos. Si partimos de la expresión (6), en el caso en el que exista correlación entreη i y las variables explicativas xit , es decir: (7) Cov(η i , xit ) ≠ 0 la aproximación más adecuada utiliza inferencia condicional y el modelo puede considerarse de efectos fijos: Si por el contrario, los efectos latentes o individuales no están correlacionados con las variables observables, esto es: (8) Cov(η i , xit ) = 0 el modelo se puede considerar de errores compuestos o modelo de efectos aleatorios. Por lo tanto, en el modelo de efectos aleatorios supone que η i es una variable aleatoria inobservable independiente de las variables explicativas del modelo, y los efectos individuales pasan a formar parte del término error, de forma que: (9) yit = α + xit β + uit siendo uit = η i + ε it El tratamiento de efectos aleatorios, en nuestro ejemplo, permite que el modelo económico subyacente a la estimación cambie a lo largo del tiempo, y supone la idiosincracia de cada uno de los países como independiente de las variables explicativas escogidas. La estimación del modelo, en este caso, se realiza por mínimos cuadrados generalizados (MCG), obteniendo el estimador de Balestra y Nerlove (1966). 13 El tipo de modelo especificado en la ecuación (10) también se denomina modelos de errores compuestos. Aunque, sin pérdida de generalidad, se puede considerar el modelo descrito como de efectos aleatorios, lo que resulta crucial en este modelo es conocer la relación existente entre los efectos individuales y las variables observables (Mundlak, 1978 y Chamberlain, 1980). En términos prácticos, para contrastar la ecuación (10) y de este modo, optar por el modelo de efectos fijos o aleatorios, debemos conocer si las variables explicativas están o no correlacionadas con los efectos latentes de cada uno de los países; para ello, empleamos el test de Hausman (1978). La hipótesis nula está basada en el supuesto de ausencia de correlación entre los efectos latentes y las variables observables, es decir Cov(η i , xit ) = 0 . El test de Hausman sigue una distribución χ k2 , donde k representa el número de regresores. Si aceptamos la hipótesis nula de ausencia de correlación entre η i y xit , el estimador intra grupos (estimador within groups)8 sería un estimador de β consistente pero no asintóticamente eficiente, mientras que el estimador MCG sería un estimador consistente y eficiente. Por tanto, bajo la hipótesis nula, las dos estimaciones no deberían diferir sistemáticamente. Por el contrario, si rechazamos la hipótesis nula, el estimador MCG resulta inconsistente mientras que el estimador intra grupos es consistente. A continuación, se presentarán los resultados obtenidos tras la contrastación de los modelos especificados en esta sección. 5. Resultados Empíricos. Se han realizado estimaciones utilizando la metodología de datos de panel, con el fin de estudiar cuáles son las principales variables que afectan a la productividad total de los factores a escala regional. Tal y como se identificó en el repaso de la literatura, existe consenso teórico sobre los determinantes de la productividad, esto es, se trata de analizar si las actividades de investigación llevadas a cabo por organismos públicos, la investigación privada, el capital humano y el capital social han generado, en el caso español, aumentos de la productividad e identificar las fuentes del progreso productivo. En definitiva se trata de estimar una ecuación que se deriva de la expresión anterior, que puede transformarse en una expresión lineal tal como: (13) ln(TFPit ) = α + β1 ln(HCit ) + β2 ln( Skillsit ) + β3 ln(R & Dprivit ) + β4 ln(R & Dpubit ) + β5 ln(Researchers)it β6 (Herphindex it ) + β7 (Gsit ) +ηi + εit siendo uit = η i + ε it La tabla 1 ofrece los resultados de las estimaciones básicas de la ecuación 13 para el modelo de datos de panel OLS en dos etapas el periodo que abarca desde 1980-2003 y desde 1986-2003 cuando se analizan los efectos del capital social y del número de investigadores en la productividad9. Las tres primeras estimaciones ofrecen los resultados del modelo básico en el que se trata de analizar el impacto de la inversión en I+D en la productividad de 8 El estimador intra grupos (efectos fijos) estima el modelo una vez que se ha depurado el elemento de heterogeneidad individual sustrayendo la media del panel para cada variable. El estimador entre grupos (between groups) estima a partir de las medias del periodo para cada panel. El estimador de primeras diferencias elimina la heterogeneidad individual estimando el modelo una vez que se ha tomado primeras diferencias. Para más detalles ver Hsiao (1986) o Baltagi (2001). 9 Los datos publicados sobre capital social se encuentran disponibles a partir de 1983, http://www.ivie.es/ivie/. Con respecto al número de investigadores los primeros datos son del 1986 www.ine.es. 14 las CCAA españolas, se han introducido dummies regionales y controlado los efectos temporales. Tal y como se puede observar en las estimaciones, el total de los recursos utilizados para I+D, tanto públicos como privados, aunque su influencia es positiva, no resulta significativa en la determinación de la productividad. La influencia de los fondos privados destinados a la investigación es positiva y significativa al 90%, y cabe destacar el resultado negativo y significativo que ofrece la relación I+D pública sobre la productividad. Se han utilizado otra medida input del capital tecnológico, como el número de investigadores, cuya influencia resulta positiva pero no significativa. Table 1. Resultados modelo de MCO Dependent Variable: ln(TFPi,t) Independent Pooled OLS Basic Model Variables Constant R&D total Model 1 1.776* (0.106) Model 2 4.392* Model 3 2.453* (0.228) (0.228) Model 4 2.478* (0.214) Model 5 2.342* (0.222) Model 7 1.835* 0.233 (0.012) 0.0195 (0.015) 1.610* (0.146) 1.430* (0.116) 0.001* (0.000) 0.001* (0.000) (0.303) 1.962 (1.414) R&D private 0.399** (1.320) R&D public 0.457* (0.011) -0.054* (0.012) -0.050* (0.010) Nº Researchers HC Domenech & de la Fuente Model 6 1.473* (0.361) 1.556* (0.577) 0.879* (0.121) 1.207* (0.087) HC IVIE 1.302* (0.093) 1.390* (0.097) Specialization -0.112* (7.51) Social Capital Herfindahl Index -0.945* (0.252) Gs Index -0.546* (0.166) 1994 Dummy -0.029* (0.162) -0.017* (0.158) -0.031* (0.178) -0.028* (0.159) -0.012* (0.146) -0.019* (0.178) -0.022* (0.162) 1995 Dummy -0.032* (0.163) -0.035* (0.160) -0.038* (0.175) -0.025* (0.156) -0.028* (0.165) -0.037* (0.159) -0.034* (0.170) Number of obs 408 408 408 408 408 289 289 0.756 0.651 0.635 0.773 0.878 0.732 0.727 631.51 650.94 690.3 348.06 377.62 143.97 170.46 Adjusted R-squared F test (n-1, n-K) Notes: Time dummies and Regional dunmmies are included but not reported. Standard errors in parenthesis. Coefficients with * are significant at 5% level ** at 10% level. All variables are expressed in LN. White´s heroskedasticity covariance matrix estimat El resultado más satisfactorio lo ofrecen las diferentes medidas utilizadas para el capital humano. Tanto la medida de capital humano extraída de la base de datos de De la Fuente y Domenech como el índice de capital humano que ofrece la fundación BBVA-IVIE resultan significativos y con coeficientes que se mantienen en el rango entre 0.87-1.6, es decir la 15 influencia del capital humano en la productividad regional parece ser la variable clave para el incremento y estímulo de la misma. La medición de las externalidades, a su vez, ofrece los resultados deseados, significativos y negativos, lo que confirma la teoría económica sobre los efectos de la diversificación de la actividad productiva en el territorio. Por otra parte, el capital social resulta significativo y su influencia pese a ser positiva, resulta muy residual, con un coeficiente del 0.001 que se mantiene estable en todas las estimaciones. La tabla 2 ofrece las estimaciones del modelo base y ampliado tanto para la metodología que utiliza efectos fijos como efectos aleatorios. Como se puede comprobar por los valores del test de Hausman, cuya probabilidad supera el 0.05, la estimación consistente y eficiente es la de efectos aleatorios, por lo tanto la idiosincrasia regional es un efecto que se ha tenido en cuenta en la estimación y que resulta relevante en el caso de las CCAA españolas. Los resultados, aún así, son muy parecidos, se observan pocas variaciones y se mantienen la estabilidad de los coeficientes, pese a las diferentes metodologías empleadas. El test F que nos indica la calidad de la especificación del modelo en el caso de los efectos fijos y el Wald Chi2 -en el caso de los efectos aleatorios-, en la cuál todos los coeficientes son diferentes a cero, en todos los casos la probabilidad es menor que 0.05, lo que indica que nuestro modelo es correcto. Con respecto a la influencia de la I+D en la productividad, los resultados preliminares, no aparecen significativos los recursos totales destinados a financiar actividades de investigación. De hecho, únicamente los recursos de carácter privado mantienen su impacto, pese a las distintas estimaciones, y resultan significativos al 95%. El coeficiente varía en un entorno entre 0.17 y 0.46 aproximadamente. Los resultados de las estimaciones por efectos fijos y aleatorias confirman los resultados previos por MCO en los que el efecto de la inversión en I+D pública queda inconcluso. La inexistencia de medidas adecuadas a escala regional que puedan captar el output innovador, resulta una limitación en este caso, por lo que únicamente podemos establecer que se destaca la baja tasa de progreso técnico en las regiones españolas y la existencia de importantes diferencias en los niveles de investigación y evolución temporal de la capacidad científica por sectores y CCAA (Maudos, Pastor y Serrano; 2000). El impacto destacado del capital humano en la productividad de las regiones española, se mantiene estable, positivo y significativo en todas las estimaciones con independencia del índice utilizado para medir el capital humano. Se han utilizado otros índices como el de especialización que mide el porcentaje de asalariados autónomos sobre el empleo total, cuyo impacto resulta negativo y significativo. El Capital Social aparece como un determinante de la productividad pero con un impacto muy moderado, resultados similares aparecen en otros estudios como el de Ascari y Di Cosmo (2004) para las regiones italianas. Los índices que miden los efectos de la diversificación productiva, como el índice de Herfindahl, resultan altamente significativos y con el signo deseado en todas las estimaciones. 16 Table 2. Resultados del modelo de efectos fijos y aleatorios Dependent Variable: ln(TFPi,t) Independent Fixed Effects Model Variables Constant R&D total Model 1 1.618* (0.887) 0.871 (2.552) R&D private Model 2 5.507* (0.072) Model 3 1.759* (0.113) 0.174** (0.842) R&D public Model 4 2.478* (0.214) Random Effects Model Model 5 2.342* (0.222) -0.598* (0.7233) 1.331* (0.532) 1.733* (0.0432) Model 3 1.660* (0.075) 1.390* (0.097) Model 4 1.624* (0.765) 0.329* (0.040) 1.668* (0.0414) Model 7 2.238* (0.255) 0.052* (0.018) 0.007 (0.014) 1.543* (0.878) 1.210* (0.128) 1.514* (0.093) 0.005* (0.000) 0.001* (0.000) -2.933* (0.373) 1.200* (0.138) 1.688* (0.041) -0.112* (7.51) -0.154* (0.041) 0.005* (0.000) Herfindahl Index Gs Index Model 6 2.997* (0.361) -0.17350* (0.016) 0.081 (0.014) 1.639* (0.050) 1.610* (0.146) Model 5 1.865* (0.230) 0.319* (0.664) -0.579* (0.674) 1.302* (0.093) Social Capital Adjusted R-squared Hausman Test (Prob>chi2) F test Model 2 5.508* (0.094) -0.050* (0.010) Speciatlization Number of obs Model 1 1.622* (0.901) 0.962 (2.373) 0.316** (0.843) 0.064* (0.018) 1.641* (0.532) Model 7 2.324* (0.241) 0.457* (0.011) Nº Researchers HC Domenech & de la Fuente HC IVIE Model 6 2.997* (0.361) 0.001* (0.000) -3.995* (0.382) -0.605* (0.386) -0.661* (0.333) 408 408 408 408 408 289 289 408 408 408 408 408 289 289 0.897 0.534 0.740 0.807 0.791 0.8425 0.894 0.897 0.534 0.740 0.807 0.791 0.8425 0.894 0.8985 0.8399 0.0938 0.147 0.549 0.111 0.401 0.8985 0.8399 0.0938 0.147 0.549 0.111 0.401 1703.93 412.54 396.31 495.09 759.53 344.09 169.69 Wald Chi2. 3436.70 141.68 2261.67 3665.19 2467.20 1011.67 1677.26 (Prob>chi2) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) Notes: Time dummies are included but not reported. Estimations use White´s heteroskedasticity consistent covariance matrix. Standard errors in parenthesis: Coefficients with * are significant at 5% level ** at 10% level. Hausman test null hypothesis: 6. Conclusiones. El estudio de los determinantes de la productividad en las regiones españolas que se ha llevado a cabo desde 1980 hasta 2003, confirma ciertas hipótesis teóricas para el caso español, además, es una herramienta indispensable para la aplicación de políticas económicas regionales. El avance de la productividad regional difiere substancialmente, apreciándose grandes diferencias entre regiones. Por un lado destacamos la existencia de regiones líderes, más cercanas a los niveles de productividad de otros países o regiones europeas, y por el otro lado, un grupo de regiones para las que se aumenta la distancia con respecto a las economías líderes. De forma tentativa podemos establecer que la cantidad de recursos destinados a la inversión por parte del sector privado, junto con la dotación de capital humano se muestran como determinantes para el avance de la productividad total de los factores. Resulta necesario resaltar la importancia del capital humano en la explicación de la productividad total de los factores en la economía española. El avance de la productividad se ha beneficiado substancialmente de la mayor formación de los trabajadores. Sin embargo, el impacto de la inversión pública resulta inconcluso, y se debe seguir avanzando en el estudio de su impacto a escala regional con el fin de contribuir a la mejora de la distribución de los recursos. En nuestro análisis no se han podido incluir proxies de output para la actividad investigadora, ya que no se disponen de datos de patentes u otros indicadores por comunidades autónomas. Otras medidas utilizadas como el capital social o los índices de especificación y diversificación, influyen claramente en la mejora de la productividad aunque su impacto resulta limitado. La baja productividad de la economía española y sus diferencias regionales ocupan la agenda económica actual, por lo que resulta imprescindible la determinación de los factores que la afectan con el fin de aplicar las políticas adecuadas para promover su impulso. La mejora del sistema educativo en el que se introduzca una mayor competencia por recursos, estudiantes y profesores, el impulso de la creatividad y rigor en la enseñanza, sin duda serán clave en el futuro económico nacional. Su especial vinculación con la actividad investigadora, y la discusión sobre la financiación de la actividad tecnológica y aplicación de la innovación ocupan la agenda del futuro económico. Se requiere por lo tanto, un esfuerzo en adecuar las políticas públicas sobre investigación, para complementar las del sector privado siguiendo criterios de eficiencia. Por último, este trabajo plantea múltiples retos de futuro como el análisis sectorial y la incidencia de las actividades de I+D por sectores e industrias, así como su aportación al crecimiento de la productividad. 7. Bibliografía Alatas, Vivi and Cameron, L. (2003), “The Impact of Minimum Wages on Employment in a Low Income Country: An Evaluation using the Difference-in-Differences Approach” World Bank PolicyResearch Working Paper 2985, March 2003. Álvarez, I, y Delgado, M.J (2005), “Difusión tecnológica y convergencia económica: un análisis de las regiones y los sectores productivos españoles” Economía, Sociedad y Territorio, Vol. 5, Nº. 18, pp. 301-322. Anderson, T.W. y Hsiao, Ch. 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Monetaria Relaciones Comerciales y Apertura al Exterior Kormendi y Meguire (1985), Fischer (1992), Sánchez-Robles (1997), Andrés y Hernando (1997). Kormendi y Meguire (1985), Edwards (1998), Romer (1990), Krueger (1997), Durlauf y Quah (1999), Rodrik y Rodrigo (1999). De Gregorio (1992), Blomstrom et al. (1992), Borensztein et al. (1998) De Mello (1999), Bengoa (2000). Inversión Extranjera Educación y Capital Humano Ciencia y Tecnología Baumol et al (1989), Romer (1989), Becker et al. (1990), Barro (1991), Benhabib y Spiegel (1994), Barro y Lee (2000), De la Fuente y Domènech (2000), Mulligan et al. (2000). Griliches (1986), Busom (1994), Coe y Helpman (1995), Verspagen (1995), Gittleman y Wolff (1995). Políticas Estructurales Infraestructuras Aschauer (1989), Barro (1990), De Long et al. (1991), Bajo y Sosvilla (1993), Mas et al. (1993), Sánchez-Robles (1998). Barro (1990), Lynde y Richmond (1993). Inversión Pública Sma. Legal Sala i Martín (1997), Barro (1996). Entorno Institucional 21 Sma. Financiero Estructura Productiva Greenwood y Jovanovich (1990), King y Levine (1993), De la Fuente y Marín (1994), Demetriades y Hussein (1996), Sánchez-Robles (1997), Beck et al. (2000). Actividad Empresarial Schimitz (1989), Argandoña (1997). Estabilidad Social y Política Kormendi y Mequire (1985), Barro (1990, 1996), Barro y Lee (1994), Caselli et al. (1996), Sala i Martín (1997), Acemoglu et al (2006) Aspectos Socio-Políticos Libertades Civiles, Religión y Diversidad Étnica Fertilidad Otros Aspectos Kormendi y Mequire (1985), Barro y Lee (1994), Sala i Martín (1997), Easterly y Levine (1997), Lian y Oneal (1997), Collier (2000). Becker et al. (1990), Brander y Dowrick (1994), Galor y Zang (1997), Morand (1999). Desigualdad Deininger y Squire (1997), Barro (2000), Bengoa y SánchezRobles (2001). Catch-up Abramovitz (1986), Dowrick y Nguyen (1989), Verspagen (1991), Wolff (1991), Fagerberg (1994), Raymond (1995, 1999), De la Fuente (1995), Bajo y Sosvilla (1995), Papadas (2004) Fuente: elaboración Propia. En este trabajo se utiliza la base de datos BD.MORES b-2000 (De Bustos et al., 2010), que cubre el periodo 1980-2003, en lo que hace referencia a la mayor parte de las variables (véase Dabán et al., 1998).En dicha base, las variables están desagregadas sectorialmente en 20 ramas de actividad, y territorialmente en las 17 comunidades autónomas. Productividad total de los factores (PTF). Se ha calculado a partir del VAB a precios de mercado en valores constantes de 2000, descontando la participación del trabajo y el capital productivo. Se restringe el agregado al concepto de productivo privado, esto es deduciendo los servicios de no venta y la aportación del sector público. Capital humano. Se utilizan como proxy las series de años medios de escolarización de la población mayor de veinticinco años, estimadas por De la Fuente y Domenech (2006). Stock de capital I+D+i. La variable utilizada en las estimaciones es la ratio del stock de capital I+D productivo privado (calculado por método de inventario permanente) sobre el stock de capital físico. Con el fin de medir el efecto de los input tecnológicos sobre la PTF, se han separado los capitales tecnológicos público y privado. 22 Investigadores I+D. El Instituto Nacional de Estadística (INE) facilita información sobre el número de investigadores equivalentes a dedicación plena (EDP) en empresas, administraciones públicas y enseñanza superior, así como personal en EDP, desde 1987. Los datos de 1994 y 2002 se obtienen por interpolación entre los años adyacentes. Capital social. Se trata de un índice proxy, que recoge el papel de la cooperación y la confianza en la obtención de los resultados sociales y económicos. Los datos están disponibles en base 100 desde 1983 en adelante; proceden de Pérez, Serrano y Fernández (2008), en un estudio elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Índice de especialización. Se calcula como ratio de trabajadores no-asalariados sobre el empleo total. El índice capta, fundamentalmente, el peso de los trabajadores autónomos. 23