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UNIDAD 15: TRASTORNOS EMOCIONALES Y DE LA CONDUCTA 1.- INTRODUCCIÓN. A lo largo de la historia aparecen multitud de comportamientos anómalos o desviaciones de la conducta. En la Biblia, Caín mató a Abel por cuestiones de celos. También se habla de numerosos casos de posesión. Casos de posesión igualmente se dan en la antigua Grecia. 2.- ¿QUÉ ES LA PSICOPATOLOGÍA? La psicopatología se ha venido definiendo como una rama de la psicología que estudia la enfermedad mental. Pero, ¿qué es la mente?, ¿cómo puede llegar a enfermar? Y ¿en qué grado podemos decir que está enferma? Actualmente, se ha reformulado esta definición como el estudio de los trastornos psicológicos, lo cual es algo más concreto. Estos trastornos pueden ser de la inteligencia y de la percepción, así como del lenguaje, de la conducta y de la personalidad. Se suelen excluir aquellos que tienen su etiología en una base fisiológica o médica. En definitiva, la psicopatología es la especialidad de la psicología encargada de valorar todas estas circunstancias y aportar el tipo de terapia más adecuado a cada caso, para evitar que los trastornos, que en principio pueden ser leves, se conviertan en problemas graves. 3.- CRITERIOS PARA DELIMITAR LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS No hay ningún criterio que resulte plenamente válido, por lo que son varios los que se siguen, compensados unos con otros. Podemos distinguir los cuatro siguientes: 1) Criterio social. Cada cultura tiene asociadas ciertas pautas de comportamiento con conductas desviadas. 2) Criterio biológico. Cualquier trastorno físico, y especialmente los del cerebro, puede conducir a conductas desviadas. 3) Criterio subjetivo. Centrado en el sujeto, pues este suele ir a la conducta del psicólogo cuando se encuentra mal. 4) Criterio estadístico. Quizá el más objetivo, aunque no lo es tanto cuando se trata de delimitar las conductas de los genios. 4.- LAS ETIQUETAS DE LA PSICOLOGÍA Cuando en psicopatología se utilizan ciertos términos, en ningún caso es para etiquetar, sino para facilitar, dentro del contexto de la misma ciencia, la inclusión de las patologías en uno u otro lado, con el fin de delimitar la procedencia del mismo mal. Aunque hay una infinidad de psicopatología se suelen utilizar dos: tratados acerca de los trastornos mentales, en 1) el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades), que recoge las patologías conforme a la Organización Mundial de la Salud; 2) el DSM, de la Asociación Americana de Psiquiatría, que se va actualizando en función de los nuevos descubrimientos o necesidades. 5.- TRASTORNOS DEL LENGUAJE. Los trastornos del lenguaje no son materia específica de la psicopatología, pero suelen deberse a problemas que sí lo son, por lo que es preciso adquirir un buen conocimiento de los mismos. Podemos dividirlos en dos grandes grupos: 1) Trastornos del lenguaje oral, y 2) Trastornos del lenguaje escrito. 1) Trastornos del lenguaje oral o habla: Afasias, que, a su vez, pueden ser: puras, ausencia o enorme dificultad de comprensión y expresión en el lenguaje oral que suelen ser debidas a traumatismos craneales fluidas, en las que el habla puede ser fluida, pero existen dificultades de comprensión, y no fluidas, la dificultad no está en la comprensión, sino en la expresión. Disfasia, parecidas a las afasias, pero en la que la capacidad de habla no ha llegado a desarrollarse. Dislalia, que es la dificultad de pronunciación de los diferentes sonidos y formas expresivas. Disfemia o tartamudez, que consiste en la dificultad de hablar de manera fluida, con paradas súbitas, dificultad para comenzar el discurso o de la repetición de sonidos. Dentro de las disfemias, caso aparte es el farfulleo, o habla excesivamente rápida que, al resultar confusa, imposibilita la correcta comprensión por parte del oyente. Afonía y disfonía. La primera es la ausencia total de la voz, mientras que la segunda es la alteración de la misma: ronquera, voz chillona, nasal, etc. Mutismo, que consiste en la ausencia de lenguaje, ya de forma selectiva (el sujeto no habla en ciertas situaciones pero sí en otras), o total, como en el caso del autismo, en el que el sujeto no habla nunca. Hipoacusia o sordera, producida por la pérdida del sentido del oído, y suele venir acompañada de trastornos en el lenguaje y causa lo que se conoce como sordomudez. 2) Trastornos del lenguaje escrito (en la producción y en la lectura): Dislexia, generalmente es el término en que se agrupan los trastornos de este grupo, pero específicamente lo que designa es la dificultad en la lectura. Disgrafía, que se refiere a las dificultades en la escritura, debidas tanto al grafismo como a la producción de lo escrito. Disortografía, que consiste en la dificultad en el aprendizaje y en el uso de las reglas ortográficas. 6. LA DEPRESIÓN Junto al estrés, es uno de los trastornos más comunes que sufren las personas. Beck definió el malestar que sufre el depresivo como una tríada de elementos: 1) una visión negativa de sí mismo, 2) visión negativa de su entorno, 3) visión negativa de su futuro. El depresivo suele entrar en una suerte de circularidad: sus ideas negativas generan emociones negativas, y estas, a su vez, pensamientos negativos, que, naturalmente, redundan en emociones aún más negativas. Ahora bien, al entrar en juego las emociones, el organismo emite una serie de sustancias que resultan perjudiciales, y, por otro lado, deja de emitir sustancias imprescindibles para su buen funcionamiento, de manera que se produce lo que se ha venido en llamar un desequilibrio dinámico. A) CLASIFICACIÓN DE LA DEPRESIÓN Suele haber dos tipos de depresión, exógena y endógena, y, a su vez, estos dos tipos pueden adquirir dos maneras de presentarse: monopolar y bipolar. Depresión exógena. Se produce por causas externas al propio individuo, tales como la pérdida de un ser querido, empleo, u otras circunstancias de índole psicológica. Depresión endógena. Su origen está en aspectos genéticos o neurológicos, o en el déficit de minerales como el litio. Cuando los tipos anteriores de depresión se presentan de manera única con síntomas depresivos, se que es monopolar. Si los síntomas depresivos alternan con otros de carácter maníaco, se habla de depresión bipolar. En psicología, la manía es un estado afectivo intenso, caracterizado por una aparente euforia, es decir, una enorme alegría, hiperactividad y gran expansión anímica (en este sentido, su opuesto es la melancolía). El lenguaje del maníaco suele ser rápido y locuaz. En el estado bipolar, alternan la melancolía y la manía. B) SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA Destacan los siguientes síntomas en la depresión: Síntomas físicos. Habitualmente aparece insomnio y falta de apetito; desaparece el deseo sexual, y se producen cambios hormonales que pueden afectar a la erección en el varón y a la menstruación en la mujer. Síntomas cognitivo-conductuales. Aparte de la tríada de Beck, suele aparecer la falta de interés, de ánimo y concentración, todo ello acompañado de una gran tristeza e irritabilidad; en muchos casos se suma la escasa o nula capacidad de reaccionar ante estímulos. Síntomas sociales. La persona deprimida manifiesta una gran dificultad de relación, y en su entorno genera situaciones conflictivas. La depresión tiene un peligro añadido: el riesgo del suicidio. 7. ESTRÉS, ANSIEDAD Y NEUROSIS. Los tres términos se refieren al mismo trastorno psicológico. El estrés puede ser considerado como una primera manifestación ante las situaciones conflictivas o preocupantes; la ansiedad se puede situar en un nivel superior (también denominada angustia); y, por último, la neurosis engloba a los dos trastornos anteriores A) EL ESTRÉS Suele ser generado por circunstancias que rodean al sujeto. Ante un exceso de estímulos, a los que el sujeto es incapaz de hacer frente, genera una serie de respuestas emocionales y físicas, en las que el organismo emite una serie de sustancias nerviosas que van degenerando su sistema circulatorio y neuronal. Hay un estrés endógeno que se produce en etapas o circunstancias difíciles de la vida: adolescencia, envejecimiento, una enfermedad… El estrés produce una serie de cambios físicos: las pupilas se abren y se agudiza el oído, el corazón bombea la sangre con mayor ritmo hacia el cerebro y las manos y los pies se enfrían. Si no se libera al organismo de estos cambios, se puede entrar en un estrés crónico. Otra fuente de estrés son nuestros propios pensamientos; el modo de interpretar y catalogar nuestras experiencias y la manera de encarar el futuro pueden servir tanto para relajarnos como para estresarnos. B) LA ANSIEDAD La ansiedad ocupa un estatus superior al estrés; consiste en la respuesta emocional que afecta a nuestro organismo a un nivel fisiológico, cognitivo y motor. En un nivel fisiológico, aumenta la presión sanguínea, aparecen palpitaciones y cambios respiratorios. Como consecuencia, se producen dolores de cabeza y de estómago (fundamentalmente en el plexo solar). En cuanto al nivel cognitivo, el organismo se siente incapaz de enfrentarse a todos los estímulos que se le presentan y se ve desbordado, esto le genera miedo y tensión emocional, debidos a las ideas o pensamientos automáticos irracionales que se le representan. En cuanto a las conductas motoras, también se ven afectadas, pues la respuesta inmediata ante las situaciones de estrés suele ser la de huida o de escape y la evitación, así la reacción motora se traduce en paralización y en la incapacidad transitoria de la emisión de lenguaje. C) LA NEUROSIS El concepto de neurosis hace referencia a todas las enfermedades mentales menores, no alienantes, en las que el sujeto que las padece es consciente de su alteración patológica. Las neurosis se pueden clasificar en tres grandes bloques, y se añade un cuarto: 1) Fobias 2) Trastornos obsesivo-compulsivos 3) Estrés postraumático 4) Histeria La histeria es el trastorno más antiguo de tipo neurológico que se conoce, y uno de los más estudiados por Freud y el psicoanálisis. Su etimología (hystéra) hace referencia al útero, porque los primeros investigadores pensaban que solo se manifestaba en la mujer. Se puede definir como una neurosis cuyos síntomas reflejan conflictos inconscientes, y que engloban manifestaciones somáticas y pseudoneurológicas como parálisis, trastarnos del equilibrio y de la marcha, anestesias, sorderas y muchas otras. En la actualidad se prefiere hablar de trastornos somatoformes y psicosomáticos. Estos engloban a la hipocondría, que consiste en una excesiva preocupación por la salud y por el miedo a enfermar. La psicología actual explica la histeria en términos cognitivos, por la influencia de las emociones en los procesos corporales, y por la correlación existente entre los procesos psicológicos y fisiológicos. En este sentido, Émile Coué, afirmaba que el poder de la imaginación es superior al de la voluntad, y que todos nuestros pensamientos acaban haciéndose realidad: “Uno es lo que piensa que es”, por lo que hay que concentrar la mente en imágenes positivas para alcanzar sus efectos curativos. Teniendo en cuenta la psicomatización, también es un hecho comprobado que mediante técnicas de relajación se pueden controlar los procesos fisiológicos internos. Las fobias son miedos excesivos, persistentes, irracionales situaciones u objetos, o a ciertas actividades, como subir en avión. y desproporcionados a El sujeto fóbico desarrolla una conducta de evitación, quien en lugar de escapar, huye del peligro potencial, y lo evita. Las fobias pueden ser específicas, provocadas por estímulos externos, pero también lo pueden ser por causas internas, no fácilmente explicables. Entre estas últimas hay que tener en cuenta la claustrofobia, la agorafobia y las fobias sociales. La claustrofobia es el miedo intenso e irracional a los lugares cerrados, justo lo contrario de la agorafobia. En ambos casos, el curso del trastorno es el mismo, y puede generar ataques de pánico. En cuanto a las fobias sociales, el miedo consiste en ser observado por los demás, temiendo realizar alguna conducta inadecuada, o hacer algo impropio. Las obsesiones se caracterizan por las ideas obsesivas, es decir, parásitas, absurdas e inoportunas que de forma reiterativa ocupan el primer plano de la consciencia, de manera que, aunque el sujeto luche por eliminarlas, éstas siempre salen victoriosas. Las ideas obsesivas conducen a los impulsos obsesivos, que corresponden a acciones contenidas. Cuando realmente se pasa a la acción, se cometen los actos obsesivos, también denominados ritos o ceremonias obsesivos. Se trata de comportamientos mágicos cargados de simbolismo, mediante los cuales la persona obsesiva se tranquiliza. Estas conductas también se llaman compulsiones, y su combinación con los pensamientos obsesivos es lo que se conoce como neurosis obsesivo-compulsiva. Los ataques de pánico se producen de manera súbita. Se trata de un miedo desaforado a perder la vida, a sufrir un ataque cardiaco o cerebral. El estrés postraumático consiste en el recuerdo casi real de una situación catastrófica vivida por el sujeto con anterioridad, que le genera continuas pesadillas, irritabilidad y embotamiento afectivo, y rechazo consciente a recordar. 8. TRASTORNOS PSICÓTICOS. Se definen como psicosis los trastornos que incluyen elevada desviación de la normalidad, violencia y desorganización de la personalidad. No tienen ninguna etiología orgánica conocida. En este apartado incluimos los siguientes trastornos: 1) Esquizofrenia 2) Psicopatía 3) Psicosis tóxicas: toxicomanías A) ESQUIZOFRENIA Suele manifestarse al final de la adolescencia o al comienzo de la vida adulta. Se caracteriza por una serie de experiencias heterogéneas y plenamente conscientes de los enfermos, que creen que sus pensamientos más íntimos, sus sentimientos y sus acciones son conocidos por los demás, o compartidos por ellos. Estas experiencias se acompañan de ideas delirantes, cuya responsabilidad se atribuye a la vida, a las organizaciones, a las fuerzas naturales o sobrenaturales. El esquizofrénico sufre alucinaciones de tipo auditivo, cree oír voces que le impelen a realizar ciertas acciones. Su lenguaje es musitado y casi incomprensible. Sus pensamientos son confusos y sus razonamientos se rigen por una lógica insólita. En cuanto al aspecto motor puede presentarse hiperactividad o, por el contrario, estupor, con movimientos estereotipados. Además, descuidan su aseo personal. El desajuste más frecuente en la esquizofrenia es la forma paranoide, cuyas características fundamentales son la ausencia de alucinaciones, incoherencia, pérdida de capacidad asociativa e ideas delirantes y extrañas (con frecuencia ideas persecutorias) y difusión del pensamiento. En la forma ebefrénica, predominan extravagancias, como el reír sin sentido. los trastornos del pensamiento y las B) PSICOPATÍA La psicópata (o sociópata) es un individuo impulsivo, sin sentido de la responsabilidad, hedonista bidimensional, incapaz de vivir los componentes normales de las relaciones interpersonales (no conoce la culpa y el arrepentimiento). No se identifica con los demás, no siente afecto por ellos, no se interesa por su bienestar. Su capacidad de juicio está limitada y se muestra incapaz de reprimir la satisfacción de sus necesidades momentáneas, sin tener en cuenta las consecuencias que se deriven para él mismo y para los otros. Son siempre mentirosos en busca de compasión, confían en su extraordinaria locuacidad y en un cierto encanto personal, y adoptan un papel de necesitar ayuda para lograr sus propósitos. La presencia de un psicópata es potencialmente peligrosa, por la imprevisibilidad de sus reacciones. Su sadismo, y, a veces su inclinación a la pederastia pueden producir situaciones extremadamente arriesgadas. C) PSICOSIS TÓXICAS: TOXICOMANÍAS Las sustancias químicas neurótropas producen síntomas psíquicos; en dosis elevadas, provocan estados semejantes a la psicosis. Entre estas drogas cabe señalar, entre otras, el alcohol y el tabaco, el hachís, las drogas de diseño y el ácido lisérgico. Todas ellas ocasionan dependencias, que puede ser física o psicológica. Por otro lado, la tolerancia del drogadicto, suele ser cada vez mayor, por lo que necesita mayor cantidad de droga para alcanzar el efecto deseado. Las psicosis de tipo tóxico, tienden a ir en aumento. 9. TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN. En la infancia suelen aparecer algunas alteraciones en la alimentación, como la pica (comer insistentemente sustancias no nutritivas) y la coprofagía (comer las propias heces), que suelen deberse a un alto grado de deterioro y abandono del niño por parte de sus progenitores, y son, además, síntomas de trastornos graves como psicosis infantiles o carencias afectivas. Pero, como tales, los trastornos de la alimentación son la anorexia y la bulimia. La anorexia, también conocida como anorexia mental, consiste en la negativa a comer y en el vómito autoprovocado de la comida ingerida. Suele aparecer en la pubertad. Las causas son varias; en las niñas, como rechazo a la madurez sexual, a carencias afectivas o, más comúnmente, a problemas de autoestima. Es difícil de descubrir por la familia, pues la persona anoréxica finge comer; en otros casos, comen y vomitan. Es una enfermedad grave, en chicos como en chicas, pero en éstas tiene efectos más evidentes porque afecta a la menstruación y a la fijación de los músculos del pecho. Más adelante, se genera lentitud del pulso, edemas, falta de vitalidad y cansancio, y finalmente, se convierte en un mal irreversible que puede provocar incluso la muerte. La bulimia consiste en el absoluto descontrol en la ingestión de alimentos. Sus causas son variadas;: puede aparecer como reacción compensatoria a una situación frustrante. El desarreglo alimenticio puede llevar a quien lo padece a alternar periodos de ingestión inmoderada de alimentos, con otros en los que no come o vomita lo ingerido porque su aspecto le resulta poco atractivo. 10. LA PSICOTERAPIA. La función de la psicología es triple: 1) Discernir que el trastorno sea psicológico y no médico, para lo cual debe ser descartada cualquier causa de tipo físico, 2) Establecer un diagnóstico apropiado, y 3) Solucionar el problema. Los dos primeros pasos son propios del psicodiagnóstico, y solamente el tercero formaría parte de la psicoterapia en sí. Toda la terapia psicológica va encaminada al fin de reestablecer el equilibrio interno de la persona. En psicología, la terapia supone una interrelación entre el terapeuta y el cliente, y actualmente, la tendencia es que dicha relación sea lo más breve y eficaz posible. Para conseguirlo se han ideado una serie de técnicas terapéuticas, basadas principalmente en el cognitivismo, en el conductismo y en la combinación de ambas teorías. Estos son los casos de: - Albert Ellis, con su terapia racional-emotiva - Donald Michenbaum, con su inoculación contra el estrés - Wolpe, con su inhibición recíproca - Carl Rogers, con su terapia centrada en el cliente, también conocida como no directiva Por otro lado, los profesionales de la psicología han tendido en los últimos años ha especializarse en el tratamiento de un trastorno concreto. Es el caso de Beck, que se centró en la depresión. 10.1. UNA TEORÍA HUMANISTA: LA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE. Debemos esta técnica terapéutica a Carl Rogers, quien no veía pacientes, sino clientes, en el sentido de que, para él, todas las personas gozaban de buena salud. Su terapia se basa en ser no directivo, esto es, en dejar que el cliente vea en el terapeuta a su guía, no a un tirano, y en darle plena libertad de expresión, con el fin de que sea él mismo quien diga lo que está bien y lo que está mal. Explicaba su teoría poniendo el ejemplo del niño que aprende a montar en bicicleta. Solamente hay una técnica en la terapia de Rogers: la reflexión. El terapeuta refleja lo que ve en el paciente, y repite sus palabras para que las escuche como si fuera un espejo en el que pudiera ver sus propias acciones. Rogers explicaba que es importante hacer ver al paciente lo que dice, frente a lo que quiere decir. Las condiciones que Carl Rogers ponía como fundamentales para un buen terapeuta eran tres: 1) Congruencia. Es la honestidad con el paciente y el hecho de ser genuino. 2) Empatía. Se trata de la habilidad para sentir lo que siente el paciente. 3) Respeto. Consiste en la aceptación incondicional y visión positiva del paciente. 10.2. LA INOCULACIÓN CONTRA EL ESTRÉS Se trata de una de las terapias más características del ámbito cognitivo. Aunque con una serie de precedentes, los que realmente la diseñaron fueron Michenbaum y Cameron, en un programa terapéutico que denominaron inoculación contra el estrés en 1974. El modelo teórico de esta terapia se fundamenta en que el hecho de hallarse ante una situación estresante no significa necesariamente sentirse nervioso y distorsionado. Lo que ocurre es que hemos aprendido a reaccionar de este modo. Las técnicas de afrontamiento nos permiten aprender otra respuesta: relajarnos mediante la distensión muscular progresiva, de modo que siempre que se experimente estrés, se pueda liberar la tensión. Para conseguirlo, en primer lugar, se elabora una lista de elementos estresantes y, en segundo, se idea todo un arsenal privado de comentarios de afrontamiento del estrés, que se utilizan para vencer aquellas situaciones que generan pensamientos como “NO puedo hacerlo” o “No soy suficientemente fuerte”. El objetivo fundamental es asumir estos comentarios como algo habitual en las situaciones estresantes, de manera que llegue un momento en que no se produzcan respuestas de estrés. Los comentarios de afrontamiento de estrés deben aparecer en cuatro momentos: 1) Preparación 2) Afrontamiento 3) Afrontamiento del miedo 4) Reforzamiento del éxito