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CALOR NATURAL Y TURMALINA
IONES NEGATIVOS
Las paneles de ECOSOL son ecológicas ya que utiliza una de las tecnologías más
avanzadas para la purificación del aire: El ión negativo.
La superficie de la placa contiene componentes minerales como la turmalina
perteneciente al grupo de los silicatos cuyas propiedad, entre otras, más importante es
la de proporcionar altas concentraciones de Iones Negativos.
Un ambiente saludable, es una ambiente con aire cargado negativamente. Ejemplos
de ambientes cargados negativamente son la montaña y la playa.
Los ambientes actuales se encuentran cargados positivamente debido a la
contaminación, iluminación de descarga (fluorescentes, lámparas de bajo consumo),
electrodomésticos, etc.…; los iones negativos se unen a las partículas cargadas
positivamente (cargas eléctricas contrarias se atraen) que se encuentran en el
ambiente, creándose otras partículas inocuas provocando la limpieza del aire, transformando el recinto en el que está instalada la placa en un ambiente natural y saludable,
eliminando partículas volátiles como aerosoles, impurezas, humos del tabaco, polvo y
otras partículas que pueden afectar las vías respiratorias.
Estos iones negativos también influyen en nuestro organismo a través de la
respiración, ya que al encontrarnos con un aire limpio, con un oxigeno ionizado
negativamente, favorece una mayor absorción de este, tanto en la cantidad al no haber
ya otros elementos, como por la diferencia de carga eléctrica con la sangre, la cual es
positiva. Todo esto permite que respiremos un aire más puro al limpiarlo de polución y
polvo. En definitiva, mejoran la calidad del aire.
Los iones negativos no son favorables únicamente para nuestra salud física, sino
para la salud anímica de los seres humanos.
Entre sus efectos favorables encontramos la reducción del stress ya que los iones
negativos reducen la denominada hormona del stress, la Serotonina, calma los nervios,
transforma el aire haciéndolo transparente y limpio.
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IONES EN EL AIRE
Cuando en Alemania sopla el Föhn, aumentan los crímenes y accidentes de
tránsito. Es tan importante el fenómeno, que en algunas legislaciones como la Suiza, el
efecto Föhn o Favogn, se considera una atenuante para ciertos delitos.
La relación entre cierto tipo de viento y el comportamiento del ser humano no es
nada nuevo, y en la historia se encuentran múltiples referencias. Este es el caso del
Sharav y su relación con la fiebre y desencuentro entre las personas, descrito en el
Talmud.
Hace 2.500 años, Hipócrates describía al Auro, como un viento que por su calor y
humedad “entorpece los oídos, oscurece la vista, carga la cabeza y deja el cuerpo
lánguido y perezoso”.
Científicos en países como Alemania, Suiza, EEUU, Israel o Japón, llevan años
estudiando los efectos del clima y como sus cambios bruscos influyen en la salud
mental de las personas. Los resultados indican que una parte de la población es
meteoro-sensible, provocando en ellos, estados psicopatológicos que se desencadenan como consecuencia de cambios y variaciones en la actividad neurotransmisora
central. Por otra parte, desde 1975, la OMS y la OMM, están revisando con atención los
procesos de ionización atmosféricos por sus posibles repercusiones en la salud de los
seres humanos.
Estas afirmaciones están documentadas en múltiples estudios durante las últimas
décadas por diferentes autores. Faust, V., Neuwirth, R. y Sarrither, P, estudiaron durante
13 años a 17.268 pacientes psiquiátricos hospitalizados, y correlacionan sus
comportamientos con el clima imperante [1]. Soyka, F. y Edmonds, en 1977, se refieren
en sus estudios sobre la influencia de la ionización ambiental en la salud mental [2].
En distintas oportunidades, Jesús San Gil, estudia en la isla de Tenerife, la relación
entre urgencias psiquiátricas, destacando la influencia del Siroco con las tentativas de
suicidio [3], [4] y [5] Así como el Sharav o Hamsin, el auro o el Föhm, cada región tiene
vientos que causan síntomas similares.
Este es el caso del Chinook de las Rocallosas o el Puelche en los Andes Chilenos. Estos
vientos tienen como característica común su predominio de iones positivos (+) respecto
a los iones negativos (-), es decir, estamos hablando de vientos cargados positivamente
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El aire de las ciudades y sus ambientes son cada vez más insalubres por la carencia
de iones negativos, influida por la escasa vegetación, la contaminación vehicular, los
materiales sintéticos, las pantallas de televisión y computadores, entre otras.
Una atmósfera cargada positivamente puede generar electro-estrés y contribuir al
Síndromedel Edificio Enfermo (SEE), causando fatiga y cefaleas, sensación de agobio,
pesadez y claustrofobia.
De modo contrario, después de la tormenta, el efecto benéfico de la lluvia y sus
iones negativos, descargan y refrescan la atmósfera permitiendo el relax y el descanso
profundo. La capacidad de defensa del cuerpo humano depende en gran parte de
respirar en una atmósfera con un buen porcentaje de iones negativos, que aumentan el
rendimiento corporal y psíquico.
De esta forma, se considera que los iones negativos
tienen potenciales beneficios para la salud, existiendo múltiples estudios en ese
sentido.
Pfeiffer y Sulman en su estudio sobre los efectos del aire ionizado en los niveles de
serotonina en la sangre de pacientes sensibles al clima, concluye que la ionización
positiva aumenta la concentración de Serotonina (hormona del estrés) en la sangre, y al
contrario, la presencia de iones negativos hace volver a los niveles normales [6]
Científicos de la Universidad de Columbia, en experiencias publicadas en 1995,
llegan a la conclusión que el tratamiento con una alta densidad ionizador negativo
parece actuar como un antidepresivo específico para pacientes con trastorno afectivo
estacional.[7]
En 2005, científicos de la “Universidad de la ciudad de Yokohama” y del “Centro
Kanagawa del Cáncer” realizaron un estudio en ratones, en donde concluyen que los
iones negativos en el aire activan las células NK (natural killers) e inhiben la
carcinogénesis. Estos científicos indican en su estudio que los resultados obtenidos
justifican mayores estudios sobre los iones negativos. [8]
Por otra parte, en estudios realizados en 2006 en el Reino Unido, por un equipo
multidisciplinario, en una unidad de tratamiento intensivo de adultos, concluyó que el
aire ionizado negativamente puede tener un papel en la prevención de las infecciones
por Acinetobacter [9]
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Existen muchos investigadores alrededor del mundo que han estudiado los efectos
de los iones en el aire. Este es el caso de científicos como Tchijewsky, Lapitsky, Stark,
Stoyka, Krueger, Sulman, Finley, Kornbleuh, Minkh, Wehner, Boguslaw, Maczynski,
Falkiewicz, entre otros. Los resultados siempre apuntan a los efectos positivos de los
iones negativos en el ambiente.
En la siguiente figura, se muestra esquemáticamente los efectos de las concentracionesde iones negativos en el ambiente.
EFECTOS DE LA IONIZACIÓN
Los Paneles ECOSOL, incorporan dentro de su proceso de fabricación la
Turmalina, cristal perteneciente a los silicatos, y que dentro de sus características, se
encuentran la “piroelectricidad” y la “piezoelectricidad”.
Estas propiedades de la turmalina, hacen que los paneles Ecosol tengan la capacidad
de generación de iones negativos en el ambiente, trayendo a su hogar todos sus beneficios.