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Dirección de Medios de Comunicación
INFORMA
No. 214
Fecha: 23 de agosto de 2015
Con 30 años de vivir para la fotografía
ARTURO FUENTES ‘EL CHATO’ RECIBIRÁ LA MEDALLA AL MÉRITO
FOTOGRÁFICO
*** El jurado que este año evaluó los perfiles de los candidatos reconoce en su obra una
propuesta vanguardista y personal que retoma los procesos antiguos
*** Compartirá con Alicia Ahumada y Elsa Medina la distinción que otorga el Sistema Nacional de
Fototecas del INAH
“Mi vida es perderme en el espacio”, dice Arturo Fuentes a modo de sentencia que resume 30
años de vivir para la fotografía. Desde antes ostentaba el apodo del “Chato”, probablemente por
su nariz roma que recuerda la de un chucho y porque comparte con éste tres cualidades:
curiosidad, atracción por el camino y una visión periférica mejor que la de una persona promedio.
Este maestro de la lente, que nació en la víspera del Día de la Independencia de 1953, ha
sido un “pata de perro” de siempre: “Andar por la calle, por toda la Ciudad de México, era ver sus
panorámicas sin haber pensado nunca que iba yo a captarlas años más tarde. A lo mejor ya
estaban ahí guardaditas para cuando llegara la fotografía”.
Rebeca Monroy y Ernesto Peñaloza, investigadores y críticos de la imagen, y el fotógrafo
Rubén Pax, otro maestro de este quehacer artístico, reconocen en la obra del “Chato” una
propuesta vanguardista y personal que retoma los procesos antiguos. Razón de peso para el
jurado que este año evaluó los perfiles de los candidatos a recibir la Medalla al Mérito Fotográfico.
El jueves 27 de agosto, en Pachuca, Hidalgo, ahora conocida como “Ciudad de Luz y
Plata”, acompañarán al “Chato” dos colegas por las que manifiesta una particular admiración:
Alicia Ahumada y Elsa Medina. Con ellas compartirá la distinción que otorga el Sistema Nacional
de Fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Grandes bodegas en construcción estorbarán para siempre una de las panorámicas
favoritas del fotógrafo Arturo Fuentes. Desde el quinto piso donde está su refugio-estudio-cuarto
oscuro, aprovecha el tiempo y recrea su mirada con la vista que aún le queda del suroeste de la
ciudad y su imponente límite, la Sierra del Ajusco.
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Tel (55) 4040-4300 y 4040-4690
Ext. 417 565 y 417 511
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Entra a su laboratorio y lo primero que hace es quitarse el sombrero de fieltro gris y
coronar con él una de las doce cámaras panorámicas que ha ido coleccionando con el tiempo.
“Son una belleza”, comenta como un hombre enamorado mientras toma entre sus manos su Alvista favorita.
Cada una de ellas es una rara avis de la tecnología fotográfica. Inmersos en la vorágine de
disparos propia de la era digital, los tesoros de Arturo Fuentes, cámaras del siglo XIX de un solo
tiro, son un recordatorio de que la maestría requiere paciencia.
“Esa es la cosa: todos miramos a nuestro alrededor, pero no todos vemos”, dijo Josef
Koudelka —uno de los gurús del “Chato”— en una entrevista a Letras libres. Ése es otro orgullo
del “Chato”, no sabe cómo le hizo, pero consiguió que Koudelka visitara su estudio. “Aquí estuvo
viendo mi trabajo y regañándome.
“La lección más importante que me ha dado la fotografía es que el negativo se hace
positivo”, frase también de Koudelka aplicable a la vida de Arturo Fuentes, quien sucesivamente
dejó una posible vida como investigador (estudió sociología), un trabajo en la UAM y la relativa
seguridad que podría haberle dado ser fotógrafo de un periódico.
En sus estantes de libros prioritarios —donde figuran Le passé composé, que reúne
panorámicas tomadas por Jacques-Henri Lartigue, y varios más de autores como Robert
Mapplethorpe o el omnipresente Koudelka—, se sostienen retratos en los que “el Chato”, bohemio
de vocación, aparece sonriente y relajado con grandes del fotoperiodismo o la imagen a secas:
Carlos Jurado, Enrique Bordes Mangel, Rubén Pax, Héctor García.
Autodidacta riguroso en este campo, aprendió echando a perder rollos de sus compañeros
y forzado por la exigencia de ellos. Sus fotos de migrantes en la frontera México-Estados Unidos,
de cholos y chavos banda, del levantamiento del EZLN, de manifestaciones de trabajadores y
globalifóbicos llegaron a las páginas de diarios nacionales, colaboró para Reuters, AP, The New
York Times, El País…
Sin embargo, “hay un momento en que te das cuenta que la fotografía no es nada más 35
mm, revelar e imprimir: hay un camino grande por conocer. Todo ha sido picando piedra. La vida
te da muchos trancazos en la fotografía, pero los asumes y sigues adelante si te gusta”.
“El Chato” quería seguir los senderos inciertos y casi olvidados de la fotografía: “No me
preocupa la jubilación, sólo pienso en buscar imágenes cotidianamente. He encontrado cosas
bellas. Aprender estas técnicas del siglo XIX, los procesos antiguos del heliograbado, el
daguerrotipo, la cianotipia, el Van Dyke, Paladio/Platino… ¡Es increíble!”.
Desde hace diez años es un asistente asiduo al Taller de Gráfica y Heliograbado, de la
asociación Izote. El maestro Byron Brauchli le ha compartido los secretos de este proceso que lo
tiene “perplejo”. Para hacer una pieza fotográfica en esta técnica que emplea una aguatinta de
brea sobre placas de cobre, “te llevas casi dos semanas y para ver los resultados, un mes. Implica
siete u ocho pasos de revelado”.
“El Chato” muestra una panorámica donde el mundo privado de un departamento se revela
durante una tarde de luz transparente, su halo espectral es producto de la delicadeza y rango
tonal que hacen único el proceso heliográfico. Otra más y no menos irreal por su atmósfera, es el
panorama de una línea de playa interrumpida por la silueta de un caballo solitario.
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Arturo Fuentes es un maestro que mantiene la humildad y la disposición del buen alumno;
además de Byron Brauchli, ha aprendido de otros grandes como John Goodman y Sandy King. Y
él mismo es profesor, paradójicamente, de fotografía digital. Al Faro de Oriente acuden personas
de todo tipo que tienen ese “gusano” por hacer “fotos con intención” y ahí interviene “el Chato”
para encaminarlos y “para que se ahorren los tropiezos que uno ha tenido”.
Los resultados son buenos y quien quiera constatarlo tiene la oportunidad de ver el trabajo
de 25 alumnos suyos en la exposición Miradas fotográficas, en el Centro Cultural de España en
México, que finalizará el 11 de octubre.
Arturo Fuentes todavía no sabe cómo explicarse la llegada de la foto a su vida, pero con
ella se fueron perdiendo los miedos y se encontró con el placer y la risa. “Fue un suceso muy
espontáneo y fuerte que me llenó interiormente”. “El Chato” tomará la Medalla al Mérito
Fotográfico con la entereza de quien sabe que se gana la vida haciendo lo que le gusta.
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