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LA CONTAMINACION CEMENTERIOS PRODUCIDA POR LOS Por: Osvaldo Carlos Sidoli TUESDAY, SEPTEMBER 05, 2006 Un tema novedoso en materia de medio ambiente es la contaminación producida por la instalación de cementerios privados en todo el país, fundamentalmente en el Gran Buenos Aires. Las necrópolis deben cumplir con una normativa provincial y con disposiciones municipales para ser habilitadas. Tienen que reunir condiciones de instalación, realizar evaluaciones de impacto ambiental, contar con la debida autorización de la autoridad del agua, etc. Muchas veces sucede que, pese a no reunir las condiciones requeridas por el plexo legal, se habilitan cementerios, ya sea de manera definitiva o precaria. Esto que, en principio parece no traer consecuencias ambientales, puede desembocar en situaciones calamitosas para el ecosistema que rodea a dichos predios. Los problemas surgen, fundamentalmente, por contaminación de aguas por bacterias cadavéricas, afectación de los suelos por materiales radioactivos existentes en los cuerpos, polución atmosférica por incineración de cadáveres, etc. En nuestro país, no existen investigaciones sobre este tema. Brasil es un país que ha estudiado intensamente, mediante diversos informes, este tipo de contaminación. Uno de esos trabajos refiere que “MULDER (1954) en Bower (1978), registró algunos casos históricos sobre la contaminación de aguas subterráneas por líquidos humorosos, que eran destinadas al consumo humano. Se destacaba la incidencia de la fiebre tifoidea entre las persona que vivían en las proximidades de la ciudad de Berlín, en el período de 1863 a 1867, y, sin mención de fecha, lo ocurrido en la ciudad de París, donde las aguas subterráneas de mal color y de sabor ácido, en especial en épocas calurosas, fueron captadas en pozos situados en la proximidad de cementerios. Como efecto, aquellos fluidos pueden entrar en contacto con las napas freáticas. En áreas con intensa precipitación pluviométrica y con napas freáticas próximas a la superficie, esta agua resultan mucho más vulnerable a este tipo de contaminación. Los organismos susceptibles de dar lugar a enfermedades transmitidas por las aguas son Clostridium (tétano, gangrena e infección tóxico-alimentaria), Mycobacterium (tuberculosis), las enterobacterias Salmonella typha (fiebre tifoidea)m Salmonella paratyphi (fiebre paratifoidea), Shigella (disenteria bacilar) y el virus de la hepatitis A. Según higienistas franceses, algunas ciudades de Francia deben su endemia de fiebre tifoidea a la posición de los cementerios en relación a las aguas de abastecimiento (PERSON, 1979). De acuerdo con los informes científicos, las bacterias esporaladas anaerobias del género Clostridium no son peligrosas cuando son ingeridas en la bebida. No obstante, son patogénicas cuando penetran en el organismo a través de los ácidos y pueden permanecer por un largo período de tiempo en el suelo, a pesar de las condiciones difíciles de supervivencia. En lo que concierne a los virus, el de la hepatitis A merece especial atención. Estos patógenos que habitan en las aguas subterráneas pueden migrar hacia los pozos situados en las proximidades de fuentes contaminadoras y, de este modo, causar serios daños a la salud de quienes consuman esta agua (BOWER, 1978). En verdad, los organismos patogénicos tienen poca resistencia en condiciones de oxigenación y ausencia relativa de humedad de los suelos, desapareciendo de inmediato en zonas no saturadas. No obstante, cuando se incorporan a las aguas superficiales o subterráneas, pueden mantenerse activos por un tiempo mayor o menor, dependiendo de la oxigenación de las aguas y de su velocidad de desplazamiento. Dentro de las preocupaciones del poder contaminante de los cementerios, se encuentra el enterramiento de cuerpos cuya “causa mortis” fue una enfermedad contagiosa o epidemia y con los cadáveres de personas que fueron tratadas con elementos radioactivos. Considerando que alguno de estos elementos pueden tener una vida relativamente prolongada, los suelos y las aguas podrían estar expuestos a una contaminación radioactiva de difícil previsión y tratamiento”[1]. También, en lo que hace a la ubicación geotopográfica de los cementerios, se ha señalado que “La falta de terrenos disponibles en áreas urbanas, el nivel de las napas freáticas sub-aflorantes, suelos inadecuados, topografía irregular y proyectos deficientes de localización e implantación de cementerios, son los problemas que colocan a esas construcciones como factor de riesgo potencial para las aguas de abastecimiento. (…) Específicamente, la ubicación de los cementerios está relacionada con: a) Tipo de suelo El tipo de suelo constituye un factor importante en proyectos de construcción de cementerios, ya que el proceso de transformación de un cuerpo depende, más allá de las circunstancias intrínsecas, relativas al cadáver y a la “causa mortis”, de circunstancias extrínsecas, donde los elementos son la naturaleza del medio en que se encuentra el cuerpo (tierra, agua y aire).. Los suelos preponderantemente impermeables propician un ambiente pantanoso, dificultando el proceso de putrefacción normal del cuerpo. b) Napa freática En la mayoría de los cementerios, en las zonas bajas, el nivel de las napas freáticas situadas en profundidades inferiores a un metro, aflorando, en algunos casos, durante los períodos lluviosos. Cuerpos sepultados en estas condiciones no se descomponen, propiciando el riesgo de contaminación de la zona saturada. (…) c) Topografía La implantación de cementerios en áreas de topografía irregular con declividades acentuadas, da lugar a situaciones sanitarias y ambientales graves.”[2]. En cuanto a las afecciones al suelo y a las aguas, otro trabajo analizado establece que las consecuencias pueden ser nefastas. ”Las conclusiones de nuestra investigación son las siguientes: a) Los cementerios, a semejanza de los demás sitios de disposición final de residuos sólidos, aún son imprescindibles para nuestro contexto socioeconómico-cultural-religioso. En un futuro, se deberá adoptar la solución de la incineración. b) Dependiendo de las condiciones geológicas e hidrológicas locales, los cementerios podrán constituirse en una fuente puntual de degradación del subsuelo (tierra y agua subterránea). c) En el ámbito de la investigación realizada, se observó que cerca del 20% de los casos analizados contaminaban el subsuelo, a causa de la descomposición de los cuerpos y de los efluentes cadavéricos. d) La presencia de los cementerios, en condiciones propicias para la polución de las aguas subterráneas, contribuyen francamente en el incremento de las concentraciones totales de iones (STD). e) Las aguas subterráneas presentarán condiciones excesivas de productos nitrogenados, causadas por los procesos de descomposición de los cadáveres con la participación efectiva de la contaminación bacteriológica. f) Esta influencia de los cementerios en los acuíferos freáticos es corroborada por la presencia de colífagos en algunos de los casos analizados. Tales colífagos son virus parásitos de las bacterias del grupo Coniforme. g) En términos de localización, los ubicados en zonas topográficamente más elevadas, debido al alejamiento y posición profunda de la napa freática, prácticamente no presentan problemas de degradación del subsuelo. h) Los procesos de destrucción de los cuerpos enterrados son predominantemente de oxidación, donde actúan estratégicamente los microorganismos aeróbicos. i) En algunos cementerios del área de Sao Paulo y de la región Sur se constató una alta concentración anómala de arsénico en las aguas subterráneas, motivada por el sepultamiento de cuerpos embalsamados (cada cuerpo, al ser preparado, consumía cerca de 1,50 kg. De arsénico). j) En los cementerios donde se sepultaran cuerpos de personas que en vida fueran sometidos a radioterapia o recibieran marcapasos se constató un nivel elevado de radiactividad en las aguas subterráneas. k) Es imprescindible que la selección de la ubicación de cementerios nuevos sea precedida por la ejecución de un estudio hidrogeoambiental adecuado. l) Debe ser incentivado el uso de ataúdes con materiales de fácil descomposición desprovistos de piezas metálicas innecesarias. Debe ser evitada la utilización de tintas, barnices, etc. que no sean biodegradables. m) Debe ser incentivada e igualmente reglamentada, la cremación de los cuerpos de las personas fallecidas en virtud de enfermedades infectocontagiosas o de cáncer, así como también las que en vida hubieran sido sometidas a radioterapia. Aquellas que tuvieran marcapasos, los mismos deberán ser retirados antes del entierro. n) En situaciones hidrológicas desfavorables de napas freáticas a nivel, y siempre que la instalación del cementerio resulte imprescindible, podrá implementarse un sistema para disminuir el nivel del agua.”[3] Las aguas, tanto superficiales como subterráneas, son el medio mas propenso a ser contaminado por los elementos provenientes de los cementerios. Los virus, las bacterias, los materiales radioactivos son los principales contaminantes de las cuencas hídricas. “El impacto físico más importante está en el riesgo de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por microorganismos que proliferan durante el proceso de descomposición de cadáveres y el posterior uso de esta agua por las poblaciones respectivas. Se considera, de manera general, que los cementerios, en virtud de construcciones inadecuadas pueden constituirse en un factor de elevado riesgo de contaminación para las aguas. El objetivo fundamental lo constituye el hecho de discutir si los cementerios constituirán una altamente probable fuente de contaminación, lo que, por sí solo, coloca como incuestionable la necesidad imperiosa de discutir la ubicación, construcción y utilización de las necrópolis. Por otro lado, se procura demostrar que los riesgos de contaminación de las aguas a partir de los cementerios son perfectamente controlables a través de estudios geológicos e hidrológicos previos y del uso de técnicas sanitarias y de construcción modernas”. [4]. Muchas enfermedades se transmiten a través de las aguas contaminadas. “La contaminación microbiológica de las aguas subterráneas constituye un serio problema para la salud pública, en especial donde los manantiales del subsuelo son utilizados para el abastecimiento humano. La contaminación se efectúa por el ingreso, diseminación e ingestión de bacterias y virus. Las bacterias del grupo de las Salmonellas, por ejemplo, son las causantes más frecuentes de las endemias por vehiculación hídrica. La mayoría de los microbios patogénicos presentes en aguas contaminadas desencadenan dolencias humanas tales como: disturbios gastrointestinales violentos, vómitos, diarreas, deshidratación, cólicos, etc. Los virus son los más peligrosos, dada su extrema pequeñez, su capacidad de sobrevivir a lo largo del tiempo y espacio, su capacidad de mutar de manera concomitante a cualquier modificación ambiental, etc. Los más encontrados en las aguas subterráneas contaminadas por los cementerios son los que causas la poliomelitis, la hepatitis, la gangrena, el tifus, etc. En la historia, resulta común oír hablar de “maldiciones” que recaen sobre los violadores y ladrones de tumbas. Estas “maldiciones” fueron causadas por virus patogénicos preservados en el interior de las tumbas cerradas desde hace muchos años (hasta 2000 años atrás), los que ingresan al organismo humano mediante ingestión o inhalación, se incubarán y se desarrollarán en endemias de resultado fatal. A lo largo del último decenio, pudimos verificar el transporte de virus por las aguas subterráneas a lo largo de, por lo menos, dos kilómetros y hasta una profundidad de quince a cuarenta metros, emitidos por los cementerios y captados por los pozos de abastecimiento, lo que se constituye en una verdadera “Espada de Damocles” para el mantenimiento de una buena salud pública. La capacidad de depuración natural del macizo de suelos, depende fundamentalmente de su historial geológico, de su constitución mineralógica y del posicionamiento espacial de la superficie en relación a las napas freáticas. Para una descomposición segura y global de los cuerpos sepultados, deben evitarse los suelos muy permeables, los suelos constituidos por material de granulado muy fino, etc. De la misma forma, para mantener la capacidad de depuración natural de los suelos, el nivel de las napas freáticas debe ser lo más profundo posible, a fin de garantizar la aireación y la predominancia de las condiciones aeróbicas y con oxidación activa. Así las cosas, los cadáveres, aunque parezca mentira, resultan agentes “vivos” de contaminación. "Pocos imaginan que los muertos son capaces de volverse contaminantes peligrosos. Es que el proceso de descomposición de un cuerpo da origen a un líquido llamado neccrochurume. Este compuesto es eliminado durante el primer año posterior a la inhumación. Se trata de un líquido viscoso, con coloración gris, que. Con la lluvia, puede afectar el acuífero freático, esto es, agua subterránea de poca profundidad. El geólogo y profesor de la Universidad de San Judas Tadeo de Sao Paulo, Lezíro Marques Silva, que hace cerca de 30 años que se dedica a las investigaciones sobre el tema, verificó la situación en 600 cementerios de Brasil y constató que cerca del 75% de los mismos contaminan el medio ambiente. Ora por no tener el debido cuidado con el enterramiento de los cadáveres, ora por la localización en terrenos inapropiados. Ello apunta, por ejemplo, al límite de dos metros por encima de la napa freática para el entierro de un muerto. El nechrochurume está formado por 60% de agua, 30% de sales minerales y 10% de substancias orgánicas, dos de ellas altamente tóxicas: la putresina y la cadaverina. "En Sao Paulo hay vectores transmisores de poliomelitis y hepatitis en las personas que no tienen acceso a la red pública de abastecimiento de agua y utilizan pozos que se encuentran afectados. Si en Sao Paulo la situación ya es grave, cómo será en el interior del país?” se pregunta el investigador.".[5] Un informe auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ya señalaba en 1988 que “…(m) Los cementerios en que los cadáveres son enterrados en el suelo, son una adicional fuente potencial de contaminación patógena del agua subterránea en áreas residenciales y deberían ser incluidos en el listado de actividades contaminantes (Pacheco, 1986).”. [6] También debe hacerse referencia a un artículo publicado el 13 de Agosto de 2001: “Impacto ambiental de los cementerios. Varios grupos científicos están estudiando el situado en Wolverhampton, Gran Bretaña, y han declarado que los acuíferos están siendo contaminados por las bacterias procedentes de los cadáveres. Hace dos años este cementerio sufrió unas graves inundaciones, debido a un enorme temporal de lluvias que asoló gran parte del sur de Gran Bretaña. El grupo de científicos que se encuentra realizando este estudio pertenece al British Geological Survey (BGS), al que se ha encargado averiguar cómo se está produciendo la contaminación. Para ello han establecido varios puntos de sondeo, en los cuales se recoge agua a unos 10 metros de profundidad. En esas muestras aparecieron bacterias muy distintas; entre ellas destacaron las bacterias fecales del grupo de los estreptotocos, lo cual indica una fuente humana. Las aguas subterráneas también contienen Staphylococcus aures , una bacteria que se encuentra comúnmente en la piel humana y que es responsable de la mayoría de las infecciones hospitalarias. El descubrimiento de esta especie es inusual, puesto que no suele encontrársela en las aguas subterráneas. Uno de los aspectos que más ha sorprendido a los científicos es que este tipo de bacteria no sobrevive habitualmente en el ambiente, y la profundidad a la que ha sido encontrada supondría una traslación de más de cinco años. Pero diversos modelos informáticos muestran que a través de las fracturas encontradas en las rocas del subsuelo las bacterias podrían haber alcanzado las aguas subterráneas en menos tiempo. No obstante, los científicos del BGS declaran que es poco probable que las aguas se extiendan a zonas alejadas del cementerio sin que hayan perdido su carga bacteriana. Dicha investigación ha preocupado a la industria del agua embotellada de la zona, la segunda en importancia de Gran Bretaña. Es más, cerca del citado cementerio se encuentra una estación embotelladoras, pero afortunadamente se encuentra en un nivel superior al cementerio. Los resultados de esta investigación será usados en los países en desarrollo, en los cuales los cementerios se encuentran próximos a los manantiales. Además servirá a los ayuntamientos para escoger el terreno ideal cuando se estén buscando nuevos emplazamientos para cementerios”.[7] La posibilidad de que las necrópolis afecten el hábitat es concreta. “Los cementerios pueden ser fuentes generadoras de impactos ambientales. La ubicación y operación de manera inadecuadas de necrópolis en medios urbanos pueden provocar la contaminación de manantiales hídricos por microorganismos que proliferan en el proceso de descomposición de los cuerpos. Si el acuífero freático fue contaminado en el área interna del cementerio, esta polución podrá fluir hacia las regiones próximas, aumentando el peligro en la salud de las personas que utilicen agua de pozos. Las muestras de agua del acuífero freático del cementerio de Vila Nova Cachoeirinha presentaba, principalmente, bacterias heterotróficas (53 x 103 UFC/mL), bacterias proteolíticas (31 NMP/100 mL) e clostrídios sulfito-reductores (45 NMP/100 mL). También fueron encontrados enterovírus e adenovírus en dichas muestras. Las principales fuentes de contaminación de las aguas subterráneas en los cementerios son las inhumaciones de menos de un año, localizadas en las cotas más bajas, próximas al nivel freático. En estos lugares, es mayor la aparición de bacterias en general. Hay un gran consumo del oxígeno existente en las aguas. Las bacterias son transportadas pocos metros, disminuyendo en concentración con el aumento de la distancia desde la fuente contaminante. Los virus parecen tener una movilidad mayor que las bacterias”[8]. Queda claro, entonces, que los cementerios constituyen una clara fuente de contaminación, por lo que deben extremarse los recaudos en lo que se refiere a su instalación y a la medición del impacto ambiental que pueden generar. Debe estudiarse con minuciosidad la distancia a las aguas subterráneas, la orografía del terreno y la forma de disposición de los cadáveres, a fin de determinar si se afecta o no el medio ambiente. Para ello, resulta necesario poner en marcha los mecanismos previstos por la normativa ambiental vigente. Para el caso de la provincia de Buenos Aires (lugar donde se instalan la mayor cantidad de nuevos cementerios privados), debe darse estricto cumplimiento a lo dispuesto por los artículos 1 (“protección, conservación, mejoramiento y restauración de los recursos naturales y del ambiente en general en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, a fin de preservar la vida en su sentido más amplio; asegurando a las generaciones presentes y futuras la conservación de la calidad ambiental y la diversidad biológica”), 2 (“El Estado Provincial garantiza a todos sus habitantes los siguientes derechos: c) A participar de los procesos en que esté involucrado el manejo de los recursos naturales y la protección, conservación, mejoramiento y restauración del ambiente en general, de acuerdo con lo que establezca la reglamentación de la presente… d) A solicitar a las autoridades la adopción de medidas tendientes al logro del objetivo de la presente ley, y a denunciar el incumplimiento de la misma”) y 5 (“El Poder Ejecutivo Provincial y los municipios garantizarán, en la ejecución de las políticas de gobierno la observancia de los derechos reconocidos en el artículo 2°, así como también de los principios de política ambiental que a continuación se enumeran: … b) Todo emprendimiento que implique acciones u obras que sean susceptibles de producir efectos negativos sobre el ambiente y/o sus elementos debe contar con una evaluación de impacto ambiental previa”) de la ley provincial Nº 11.723, así como también con lo reglado por el artículo 11 de la Ley Nº 25.675 (“Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea susceptible de degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad de vida de la población, en forma significativa, estará sujeta a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental, previo a su ejecución”), en lo que se refiere a la obligatoriedad de realización de un estudio de impacto ambiental, con participación de los habitantes del lugar. Asimismo, frente al caso de resultar negativa la evaluación del impacto ambiental del proyecto o de seguirse adelante con el emprendimiento sin el estudio en cuestión, los afectados podrán impugnar, la misma, de manera preventiva, mediante una medida autosatisfactiva[9], o bien reclamar judicialmente por la carencia de dicho informe (o también por resultar el mismo técnicamente impropio), utilizando la figura del “amparo ambiental”, contemplado en el artículo 30 de la Ley Nº 25.675. En síntesis, los cementerios son agentes potencialmente contaminantes. Ante esta situación, deben extremarse los requisitos técnicos en su instalación. En el mismo sentido, debe realizarse la evaluación de impacto ambiental requerida tanto por la normativa provincial como nacional. Por último, cualquier incumplimiento de la normativa ambiental por parte del propietario de una necrópolis privada puede ser denunciado mediante la figura del “amparo ambiental”, obligando a recomponer la situación al estado anterior. BIBLIOGRAFIA [1] “O PROBLEMA GEO-AMBIENTAL DE LOCALIZAÇAO DE CEMITERIOS EN MEIO URBANO”, PACHECO, Alberto, MENDES, José Milton Benetti y BASSUDA, Seiju, Mimeo, Biblioteca del Istituto Nacional del Agua, Argentina, pág. 208-209. [2] Op.cit,, pág. 211 [3] “OS CEMITERIOS NA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL”, Leziro MARQUES SILVA, Sao Paulo, 1995, Biblioteca del Istituto Nacional del Agua, Argentina, pág. 208-209 [4] “CEMITÉRIOS COMO RISCO POTENCIAL PARA AS ÁGUAS DE ABASTECIMENTO”, Alberto PACHECO, 1986, Internet. [5]«Cemitérios-Fonte de Contaminação »,http//:www.terra.com.br/istoe/Reportagens/cemiterio.htm [6]“Determinación del riesgo de contaminación de aguas subterráneas: una metodología basada en datos existentes”, FOSTER, Stephen y HIRATA, Ricardo /OPSCEPIS,1988, http://www.cepis.opsoms.org/eswww/fulltext/repind46/ riego/riego.html [7] http://www.ayaba.es/diario/noticia.asp?Id=2767 Ç[8] “Como os cemitérios podem contaminar as subterrâneas“,www.igc.usp.br/subsites/cemiterios/cemit.php. águas [9] “EVALUACION DE IMPACTO AMBIENTAL Y MEDIDA AUTOSATISFACTIVA. DOS VECTORES DE LA TUTELA AMBIENTAL PREVENTIVA”, ESAIN, José, pág. 175 y ss. en obra colectiva “DERECHO AMBIENTAL”, Ed. EDIAR, 2004. Publicado en el suplemento ambiental de www.eldial.com.