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La Vida que Existe en el Suelo: Conocimiento y Uso de la Biodiversidad Debajo del Suelo L a reciente celebración de una conferencia sobre lo que alguien ha llamado “la vida que existe en el suelo” no pudo haberse dado en un mejor momento, puesto que estamos en el 2010, declarado por la Organización de las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Biodiversidad. La conferencia celebrada recientemente en la sede del Centro Mundial de Agroforestería en Nairobi, Kenia, atrajo a 70 expertos y marcó el exitoso fin de esa iniciativa, que fue financiada principalmente por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). Organizado por el Área de Investigación en Fertilidad de Suelos Tropicales (TSBF) del CIAT, el evento de una semana de duración examinó las valiosas funciones de las innumerables especies de plantas y animales que viven debajo del suelo. Resulta ser que estas especies tienen mucho que ofrecer a la investigación agrícola para el desarrollo en todo el mundo, en la medida en que se lucha con el cambio climático mundial, la vacilante seguridad alimentaria y nutricional, la continua degradación del medio ambiente y el empeoramiento de la pobreza. Esta Hoja Informativa resume los resultados claves de dicha conferencia, después de hacer una breve descripción de la biodiversidad debajo del suelo y las consecuencias de su pérdida. Gran parte de la investigación que se hace sobre suelos trata su contenido mineral y su estructura física, pasando por alto la función que desempeña la biodiversidad debajo del suelo para mantener importantes servicios ecológicos, como la fijación de carbono y la provisión de nutrientes a las plantas. Para remediar el descuido pasado, el CIAT y sus socios nacionales en siete países tropicales emprendieron, hace 8 años, una importante iniciativa mundial, encaminada a encontrar maneras para mejorar la productividad agrícola mediante el manejo sostenible de este valioso recurso del suelo. También invirtieron mucho en fortalecer la capacidad local para la investigación mediante la capacitación y los intercambios Sur a Sur. La rica y abundante comunidad de organismos del suelo La vida que existe en el suelo consta de una comunidad extremadamente diversa de organismos, que incluye bacterias, hongos, protozoos e invertebrados. Los primeros dos grupos desempeñan papeles muy importantes para mantener la salud del suelo. Las bacterias conforman gran parte de la biomasa del mundo. Un mililitro de agua dulce contiene normalmente un millón de células bacterianas, mientras que un gramo de suelo puede contener 40 millones. Sin embargo, las bacterias contribuyen, de manera importante, al reciclaje de nutrientes —por ejemplo, fijando nitrógeno de la atmósfera. No obstante, la mayoría de ellas no han sido caracterizadas, y muchas, inclusive, no pueden cultivarse en los laboratorios. Aunque los hongos abundan en todo el mundo, son pequeños e imperceptibles, excepto cuando fructifican Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) Agricultura Eco-Eficiente para Reducir la Pobreza www.ciat.cgiar.org como setas o mohos. Se presentan en el suelo, a menudo en relaciones simbióticas con plantas, animales y otros hongos, desempeñando funciones fundamentales en la descomposición de la materia orgánica y en el ciclo biogeoquímico. Durante mucho tiempo, los hongos han sido utilizados como fuente directa de alimentos; por ejemplo, las setas y las trufas; como levadura en productos de panadería y como agente de fermentación en productos como la cerveza, el vino y la salsa de soja. En las últimas décadas, también se han utilizado para producir antibióticos y otros productos industriales como el jabón. Oportunidades para el desarrollo desaprovechadas La biodiversidad debajo del suelo empieza a disminuir cuando se introducen prácticas agrícolas en los bosques y otros ambientes naturales, y en la medida en que se intensifica la producción agrícola. Debido al papel tan decisivo que desempeñan estas especies en la prestación de servicios ecológicos, su pérdida reduce la sostenibilidad de los sistemas agrícolas y los hace menos resilientes ante el clima adverso, los brotes de plagas y otras amenazas. Otro resultado indeseable es la erosión de la vasta diversidad genética representada por los microorganismos del suelo. Los actuales usos de estas especies (por ejemplo, como agentes de control biológico de malezas y plagas) ya demuestran su valor. Pero miles de especies están por descubrirse, las cuales podrían tener usos económicamente importantes en procesos químicos, por ejemplo, con una extensa aplicación en la agricultura y en la industria farmacéutica, entre otros. La pérdida de organismos del suelo es otra oportunidad desaprovechada que incluye el secuestro de carbono, lo cual es esencial para mitigar el cambio climático. La materia orgánica del suelo es uno de los tres principales vertederos naturales para el dióxido de carbono; los otros son los océanos y las plantas y algas fotosintéticas. Las bacterias y los hongos son los descomponedores más activos y eficaces de la materia orgánica del suelo y, por este motivo, influyen mucho en la dinámica del secuestro de carbono. No obstante, se ha prestado poca atención a las posibilidades para mejorar bastante este proceso mediante el manejo más sostenible de la biodiversidad debajo del suelo. Un mosaico de soluciones Para mostrar cómo pueden recuperarse esas oportunidades, el CIAT-TSBF explora maneras de hacer que los sistemas agrícolas sean menos dependientes de los insumos químicos, más sostenibles y resilientes, y más eficaces en la captura de carbono mediante un mejor manejo de los organismos del suelo. Tel.: +57 2 4450000 ciat-comunicaciones@cgiar.org En el proceso, los científicos del proyecto elaboraron y publicaron métodos estándares para evaluar esta biodiversidad, incluyendo indicadores para medir su pérdida. Utilizando tales herramientas, hicieron un inventario de los organismos del suelo en 11 sitios que representaban una amplia gama de ecosistemas y usos de la tierra. El CIAT-TSBF también investigó diferentes prácticas, junto con sistemas de apoyo y políticas, para el mejor manejo de la biodiversidad debajo del suelo. Sus socios hicieron demostraciones de estas prácticas en los campos de agricultores en diferentes lugares. Entre las opciones más favorables están las que se basan en métodos agrícolas tradicionales que retienen altos niveles de biodiversidad, tales como prácticas agroforestales, cultivos intercalados, rotaciones de cultivos y sistemas integrados de producción animal y cultivos. Por el contrario, el monocultivo intensivo basado en el uso considerable de insumos químicos es la opción que menos conduce a la preservación de la biodiversidad en el suelo. Los científicos del proyecto encontraron mucha evidencia de que los mosaicos de diferentes sistemas, incluyendo algunos intensivos, pueden mantener altos niveles de biodiversidad debajo del suelo. También demostraron que dentro de tales combinaciones, los microorganismos del suelo pueden ayudar a controlar las enfermedades de las plantas, al permitir un uso más eficaz de los fertilizantes inorgánicos, reduciendo por tanto los gastos de los agricultores en insumos químicos. El uso, por ejemplo, de bacterias Rhizobium como biofertilizante, en combinación con fertilizante superfosfato triple, puede dar una relación de costo-beneficio de dos a tres, que se traduce en beneficios netos avaluados en US$253 por hectárea mediante la reducción de costos. Cada vez serán más necesarias estas ganancias, en la medida en que aumenten las demandas en la agricultura (alimento para consumo humano y animal, fibra y combustible) y en la medida en que los impactos del cambio climático dificulten más la satisfacción de dichas demandas. Quizás no sea una exageración decir que la calidad de vida futura en la Tierra dependerá, de manera sorprendente, del mejor manejo de la vida en el suelo. Para más información sobre la conservación y el manejo sostenible de la biodiversidad debajo del suelo, ver www.bgbd.net Contactos: Peter Okoth, p.okoth@cgiar.org Jeroen Huising, j.huising@cgiar.org CIAT Hoja Informativa No. 14 Octubre 2010