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BUDISMO Y VIDA COTIDIANA PARA DIALOGAR Al ritmo de la oración ¿Cómo que no puedo más? A veces llegan esos tediosos y traicioneros momentos de estancamiento, de agobio, de ese ¡¡no puedo más y aquí me quedo!!, nadie está libre de ello pero una manera de renovarnos es abrir la página 1.289 de Los Escritos de Nichiren Daishonin y profundizar con el Glosario ¿Qué es Nammyoho-rengue-kyo? Dice así: Nam-myoho-rengue-kyo es la Ley o verdad fundamental que impregna y abarca todos los fenómenos del universo. También se llama así al daimoku o recitación que se practica en el budismo de Nichiren Daishonin. 14 Civilización Global Nam-myoho-rengue-kyo no es un mantra con elementos mágicos y extraños a nuestro entendimiento, porque si vamos a la página 1.283 de Los Escritos de Nichiren Daishonin dice que Mantra (sánscrito) es: fórmula constituida por palabras o sílabas secretas que, según la creencia, manifiestan poderes místicos. Los mantras son elementos habituales en la práctica y los rituales del budismo esotérico, que les atribuye el poder de lograr la unión con el buda Mahavairochana. La palabra sánscrita “mantra” se tradujo al chino como “palabra verdadera” (japonés.: shingon). Nam-myoho-rengue-kyo sin embargo es por donde podemos partir para actuar, para saltar la barrera del estancamiento, el agobio el ¡no puedo más y aquí me quedo! Cuando repetimos esta oración estamos alimentando en nuestra vida la conciencia y la determinación de vivir basados en la ley. Es un acto y una responsabilidad de uno, porque el tener esperanza, el no dejarse vencer jamás, el transformar nuestra vida, todo ello es para el que más necesidad e interés tiene, o sea, uno mismo. Al ritmo de la oración El secreto de la victoria Cuando nos encontramos frente a situaciones difíciles, ponemos en funcionamiento todos los recursos que conocemos y no dudamos en recurrir a quienes pensamos que pueden ayudarnos. Esta actitud, de recurrir a alguien para que nos ayude, a veces también la trasladamos al modo en que oramos. Sin embargo, tanto ante una situación extrema como ante cualquier deseo que queramos ver cumplido, si nuestra manera de orar es buscando soluciones en algo o en alguien externo a nosotros, corremos el riesgo de vivir en un constante desasosiego ante la incertidumbre de si seremos o no complacidos. Además, si esperamos que las soluciones vengan de afuera, inconscientemente, estamos obstruyendo el desarrollo de nuestro potencial y haciendo dejación de nuestra responsabilidad y, por tanto, nos veremos obligados a aceptar triste y resignadamente cualquier resultado con un muy poco convincente “ por algo será”. P o r supuesto, esta clase de oración, que nos conduce a vivir en el sufrimiento de la expectativa, no es a la que nos alienta el budismo de Nichiren Daishonin, pues él nos asegura, sin dudar, que todas las oraciones basadas en el Sutra del loto tienen respuesta. A veces, nuestros deseos y objetivos nos parecen tan inalcanzables que percibimos entre ellos y su materialización un abismo imposible de salvar, pero cuando oramos basados en el Sutra del loto, con la convicción en la victoria, tomamos contacto con nuestra fuerza vital; la esperanza se instala en nuestro corazón; nuestra sabiduría se despliega, permitiéndonos reconducir nuestro actuar; tomamos conciencia de actitudes que debemos transformar; en definitiva, día a día vamos construyendo ese puente que une las dos orillas. Y esto es así porque el propósito de la oración basada en el Sutra del loto es despertar y potenciar nuestras aptitudes y habilidades en vez de suplicar a fuerzas exter- nas. Por eso, cuando nuestros objetivos se van concretando y confirmamos la verdad de las palabras de Nichiren, hasta nos sorprendemos de la manera tan “normal” de cómo sucedieron las cosas: sin trucos ni magias, pero sí con la constante y asidua oración como nos invita Nichiren Daishonin: “Cuanto más poderosa es la fe, mayor es la protección de las deidades”. Esto significa que la protección de las deidades depende de la fortaleza de nuestra fe. El Sutra del loto es una filosa espada, pero su poder depende de quien la esgrime”. (Gosho: El General tigre de Piedra) Civilización Global 15 BUDISMO Y VIDA COTIDIANA PARA DIALOGAR Una sólida base Son muchas las causas externas que nos pueden influir negativamente, pero la enseñanza budista postula la victoria o la derrota, según el espíritu que sustenta las acciones de una persona. Cuando despertamos la naturaleza de buda en nuestra vida, modificamos al mismo tiempo nuestras circunstancias ya que no hay separación alguna con el ambiente. La naturaleza de Buda surge desde dentro de la persona y se manifiesta, impregnando la vida como un incienso que perfuma el ambiente. “Es muy extraordinario nacer como ser humano. Pero cuando uno, habiendo nacido como tal, no se empeña en discernir las doctrinas correctas de las incorrectas para poder así lograr la Budeidad en el futuro, no está desarrollando el auténtico valor de la vida humana.” 16 Pero si nos limitamos a buscar nuestro beneficio solamente, estamos basando nuestra felicidad en logros externos, no en la creación de valor para todos los seres humanos. Tsunesaburo Makiguchi, fundador de la Soka Gakkai, habló del Bien como aquel valor social que repercute en la existencia colectiva de los seres humanos: “La dicha genuina sólo existe compartiendo los éxitos y las dificultades de las demás personas […] por esto es esencial que todo concepto sobre la felicidad incluya el compromiso de una total dedicación a la vida de la sociedad.“ (Tsunesaburo Makiguchi, Educación para una vida creativa, Editorial UFLO, pág. 24) Por eso, sabemos que las oraciones de un practicante del Sutra del loto serán respondidas tal como el eco acompaña el sonido, como la sombra sigue a un cuerpo, como la luna se refleja en el agua límpida, como el rocío se condensa sobre un espejo, como el imán atrae al hierro, como el ámbar adhiere el polvo o como un espejo bruñido refleja el color de los objetos. (Escritos de Nichiren Daishonin, (LEDND pág.369) Podemos crear auténtico valor cuando nuestra vida se basa en el gran deseo del Buda de que todas las personas sean felices, el mismo deseo que está en la base de la relación entre mentor y discípulo. Creamos valor cuando nos dedicamos a la búsqueda constante de la felicidad nuestra y de los demás, recorriendo un camino que enriquece nuestras relaciones humanas y nos permite desarrollar plenamente nuestra humanidad. “Si el practicante carece de méritos, si su sabiduría es insuficiente, si su persona es impura o no posee virtudes derivadas de observar los preceptos, esto no hace diferencia alguna: mientras entone Nammyoho-rengue-kyo, será protegido Civilización Global Gosho pág. 359) sin falta. Nadie desecha el oro tan solo porque tenga un sucio envoltorio; nadie desprecia a los árboles de sándalo porque, a su alrededor, los erandas emanen un olor ofensivo; nadie deja de recoger flores de loto porque crezcan en un sucio estanque del valle.! (LEDND pág.364)