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LA PALABRA PROFÉTICA Por Roshi Joan Halifax -Traducción Santiago Avilés LeeTomado de, Upaya Zen Center weekly Newsletter, enero 13, 2015. www.upaya.org En las enseñanzas del Terevadan, en el precepto correspondiente a la palabra, hay ciertos aspectos de la palabra que se han identificado como aquellos que deben ser evitados, incluyendo el no mentir. Estamos para hablar con la verdad. Otra dimensión, está relacionada con el aspecto destructivo del chisme y de la calumnia. Otro comportamiento relacionado con la palabra, que hiere, es el uso de palabras crueles y duras, el uso de un lenguaje rudo, o incluso de un lenguaje escéptico. El cuarto tipo de palabra que se considera dañino, es aquel del discurso trivial y la palabra frívola. Estos aspectos del comportamiento de la palabra son importantes para ser considerados en el mundo actual. En la medida en que uno se mueve alrededor del mundo, uno escucha tanta palabra tóxica que sale de la boca de las personas, uno escucha charlas en los lugares de comidas rápidas de los aeropuertos, y uno se da cuenta de lo que están hablando y se pregunta a sí mismo: ¿Es esto lo que se está enviando a la comida? El Buda identificó cinco condiciones que nosotros tenemos que explorar con relación a la palabra. 1. ¿Hablo en el momento correcto, o no? ¿Es este el momento apropiado? Realmente dando un paso atrás para examinar si este es el momento correcto. 2. ¿Hablo de lo que es real, o no? ¿Estoy mencionando lo que es realmente cierto? 3. ¿Estoy hablando bruscamente, o de manera gentil? 4. ¿Mis palabras benefician a los otros seres, o no? 5. ¿Cuál es mi motivación? ¿Hablo con un buen corazón, o es mi corazón malicioso? Cuando los maestros Zen de Norteamérica, como una comunidad de sacerdotes Budistas, comenzamos a explorar la función de la palabra en nuestras comunidades, acordamos utilizar las cinco precauciones en el uso de la palabra: ¿Es cierto? ¿Es bondadoso? ¿Es benéfico? ¿Es necesario? y ¿Es el momento correcto? El Buda articuló estos preceptos hace 2.500 años. Dogen Zenji, quien trajo la escuela Soto al Japón al comienzo de los 1.200s, reconoció el impacto de la comunicación en las relaciones. El puso de Manifiesto las Cuatro Acciones Benéficas. La primera fue la acción de dar, que se refiere a dar tu energía, tus recursos, tu vida, a la verdad. De estar realmente sentado en el Dharma, en la verdad, en la realidad como experiencia no-dual. La segunda fue, la importancia de la palabra amable. Se requiere de una enorme cantidad de disciplina para no engancharse en una palabra que es dañina, sino involucrarse en una palabra que es benéfica para los otros. Luego, él hablo acerca de la acción identidad . Esto es algo muy importante en nuestro mundo hoy en día y en nuestra comunidad Budista, que significa tratar a cada individuo con respeto, tratando a todos los individuos con suprema consideración, tratándolos a todos igualmente bien. El cuarto es la acción benéfica. ¿Cómo encarnamos la bondad básica?, ¿Cómo la manifestamos mediante nuestro cuerpo a través de nuestras acciones en el mundo? Dogen escribió en su libro 'Luna en la Gota de Rocío', la palabra amable significa que cuando tu vez seres sintientes, tu despiertas la mente de la compasión y ofreces palabras de amor y cuidado . Es lo contrario de la palabra cruel y violenta. Deberías mantener el deseo de practicarla por toda tu vida presente. No te rindas. Mundo tras mundo, vida tras vida. La palabra amable es la base para la reconciliación y contener a los enemigos. Debes saber que la palabra amable surge de una mente amable, y una mente amable, surge de la semilla de una mente compasiva. Dogen continúa diciendo: la palabra amable no solamente es alabar el mérito de los otros, tiene el poder de cambiar el destino de la nación. La mayoría de nosotros ha estado en contacto con lo que está sucediendo en el mundo hoy en día y de cómo el destino del mundo reside en la palabra. La palabra amable, significa hablar con la verdad para beneficiar a los otros. Significa hablar con la verdad para empoderar, como diría Ghandi, cómo hablar con la verdad para empoderar un camino que es benéfico y no servil o agresivo . Pienso que el precepto de la palabra correcta se debería llamar comunicación correcta . En los tiempos de Buda, el Buda hablaba directamente a sus estudiantes y a aquellos que venían a pedir consejo. Pero ahora, estamos tratando con un enorme rango de medios de comunicación, incluyendo, los mensajes de texto, los correos electrónicos, los anuncios comerciales, la radio, las revistas, los periódicos, el cine, la televisión y demás ¿Cómo podemos, de hecho, crear un contexto donde pueda sucederse la comunicación correcta? ¿Una comunicación que es acerca verdaderamente de beneficiar al mundo? La palabra, también tiene sus efectos en el campo de la práctica que denominamos Budismo comprometido, un Budismo de acción social y servicio social. Acción social, significa la transformación de aquellas instituciones que están involucradas en la violencia estructural. Servicio social, significa el servicio directo a las poblaciones en necesidad o a los ambientes que han sido marginados. Chris Queen, quien ha escrito acerca de el Budismo Comprometido, habla de una ética que involucra disciplina, virtud, altruismo y compromiso. Cuatro expresiones diferentes de una profunda ética Budista. La ética de la disciplina, quiere decir que nos abstenemos de involucrarnos en una palabra que es dañina, trivial, falsa o no basada en los hechos. Y esta disciplina de abstención o renunciación es una parte importante de lo que significa vivir en una sociedad sana y ética. Chris Queen dice que, una ética de la virtud, es el compromiso con la palabra que promueve un profundo entendimiento, comprensión y armonía en la sociedad. Una ética de altruismo, que como él dice, es saber cuándo es correcto hablar con la verdad. Saber cuándo es el momento correcto, incluso cuándo esto podría producir una dificultad de corto plazo. Sally Taylor, también erudita Budista, habla de otro tipo de palabra amable. La llama palabra profética ésta es muy importante en el Budismo Comprometido, porque la forma en que frecuentemente los Budistas se han involucrado en la palabra ha sido narcotizante y no necesariamente resulta en una transformación. Ella dice que la palabra profética evita violencia psíquica o vilipendio interpersonal, por un lado; además de que no se compromete en un discurso narcotizante y no-dualista que hace ver como si el perpetrador de la violencia no fuese culpable o responsable por sus acciones. Es una palabra que mantiene a los individuos o a las instituciones profundamente responsables. Este es el tipo de palabra que tiene un mayor nivel de responsabilidad. De hecho, en el Canon Pali, el Buda enseña que mientras la palabra esté basada en la compasión y sea cierta y oportuna, está bien reprender profundamente a individuos y gobiernos por las heridas que han causado. Sin embargo, los Budistas más nerviosos no se sienten tan cómodos con esto. De hecho, desde el punto de vista de la responsabilidad social, la justicia y la sanidad mental, aunque yo creo que los budistas mantienen un buen corazón en este sentido, con frecuencia las voces Budistas están bastante mudas y no están reclamando la responsabilidad de gobiernos e individuos. Algunos de nosotros sentimos que esto es absolutamente necesario, hablar. Yo no creo que esto refleje la falta de recursos dentro del Budismo porque, ciertamente, en las enseñanzas centrales del Budismo acerca de la no violencia, la paciencia, la generosidad, la compasión y la interdependencia sugieren que cuando estas cosas están presentes en la mente de un individuo, tenemos que ayudar a que estén presentes, no solamente a través de las acciones, sino también a través de la comunicación, pero más que eso, muchos de los Budistas Comprometidos sentimos que tenemos que condenar de manera activa a aquellas instituciones que están involucradas en comportamientos criminales y en comportamientos inmorales como lo son la piratería, la prostitución, la exclavitud o el mercado o la explotación violenta de mujeres y niños. No podemos tan solo mirar dentro del sufrimiento del perpetrador. No es suficiente; tenemos que comprometernos en un comportamiento hacia lo que es correcto, basados en la percepción del perpetrador, sino que de hecho, involucrarnos en una palabra y en actividades que promuevan el cambio social. Martin Luther King fue una persona que no se contuvo. El dijo: Nuestras vidas comienzan a terminar el día en que permanezcamos silenciosos acerca de algo que nos importa. Al final, recordaremos no las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos y Elie Wiesel dijo: Siempre tenemos que tomar partido . Esto pareciera contrario al Budismo. Uno creería que uno no quisiera polarizarse, que uno no toma partido. Sin embargo Elie Wiesel dice: Debemos siempre tomar partido, la neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima, el silencio anima al atormentador, nunca al atormentado . Gandhi lo dijo de otra manera: No cooperar con el mal es tanto un deber, como cooperar con el bien . Podríamos esperar que nuestra palabra profética sea incómoda para las personas, para nuestros líderes, para algunos de nuestros líderes religiosos, pero pensemos en ella como una píldora amarga. Es difícil de tragar, pero, ojalá, produzca un buen efecto. Lo que hace la diferencia en la palabra profética es si tu logras dejar caer lo discursivo y lo discriminatorio, a un lugar donde la comunicación íntima se encuentra presente. ¿Tenemos una forma de hacerlo?, -para detener el 'asrava', la salida de energía que se produce en una mente sobreactivada y compulsiva- ¿Tenemos alguna forma de retirarnos a un lugar donde podamos entrar en contacto con nuestra motivación fundamental? ¿Por qué realmente estoy aquí? ¿Qué servicio voy a hacer aquí? ¿Cómo puedo hacer lo mejor? ¿Cómo puedo ser de beneficio para los demás? ¿Qué hará la diferencia cuando yo abra esta boca? ¿Cómo puedo ser más habilidoso? ¿Cómo puedo utilizar palabras que no sean solamente sanadoras, sino que transformen a los individuos, así como a las instituciones? En este sentido, espero que podamos considerar la importancia de examinar e indagar en la función de la palabra y la comunicación en nuestras vidas. Pienso que no importa qué tipo de personas se encuentren en una sociedad o una comunidad. Más difícil que lidiar con los tóxicos, o más difícil que el sexo, lo más difícil de los lineamientos que nos orientan, es el de la palabra. ¿Cómo podemos utilizar la palabra para beneficio? ¿Cómo podemos utilizar la palabra para transformar? ¿Cómo podríamos no enredarnos en una relación que es irrespetuosa y difamatoria? ¿Cómo podríamos no involucrarnos en una palabra que es simplemente estúpida y trivial? Y ¿Cómo podríamos comprometernos en una comunicación, unos con otros, que esté basada en la profunda consideración de la verdad y su momento oportuno. Y finalmente, preguntarnos ¿Realmente es necesario? Y si lo es, entonces, ¿Es tanto benéfico, como transformador? Es muy importante conocer nuestra intención, nuestra motivación. Esto surge del silencio, de la profunda serenidad interior del silencio. Espero que podamos adentrarnos en la quietud interior para verdaderamente ver lo que es realmente necesario, para ver lo que es cierto.