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LA UNAM presenta el quehacer de los científicos al alcance de nuestros lectores
El
Entrenadas para sobrevivir
regreso
de
la
Para saber si las guacamayas son portadoras de algún patógeno, los
especialistas les realizan pruebas de diferentes enfermedades que
pudieran contagiar a otras especies una vez liberadas en la selva.
Además, estudian su material genético para comprobar que efectivamente
pertenecen a la subespecie Ara macao; así, evitar la hibridación.
Una vez concluidos esos estudios, las aves son llevadas al lugar donde
serán liberadas. Allí las mantienen en aviarios de preliberación para
aclimatarlas al que será su nuevo hogar. ¡De regreso a casa!
ROJA
Para evitar que sean capturadas y lograr que sobrevivan por sí mismas, las
guacamayas reciben un entrenamiento antidepredador que les enseña a
no permanecer en el piso, porque allí son más vulnerables a los ataques de
otros animales. También se les expone al follaje del lugar y se les enseña a
buscar comida, detalla la doctora Patricia Escalante.
Durante décadas permaneció extinta y ahora
es entrenada para regresar a vivir a su antiguo
hogar, la selva de Veracruz.
Ya liberadas, las aves son monitoreadas por medio de radio collares, un
anillo cerrado que las acompaña toda su vida y un chip de identificación
que permite saber su localización.
L
“
a destrucción de la selva de Los Tuxtlas,
la cacería y el comercio ilegal provocaron
la muerte de muchos de los seres vivos
que habitábamos en ese lugar o bien, que
desapareciéramos por completo, como nos
ocurrió en 1975, cuando nos declararon
extintas”.
“Hoy, después de varias décadas de mantenernos alejadas
de nuestro hogar y bajo crianza en cautiverio, por fin hemos
vuelto a volar sobre el cielo de la selva veracruzana por el
que alguna vez volaron nuestros antepasados.”
En lo que va de este 2015, 85 guacamayas rojas han sido liberadas en la
selva veracruzana de Los Tuxtlas, pero solo 72 continúan con vida, siete
murieron y no se sabe lo que ocurrió con otras seis.
“Todos podemos habitar aquí. Nuestra reintroducción a la selva nos da una
nueva oportunidad. El proyecto coordinado por la doctora Escalante
contempla la sensibilización y concientización de los humanos frente
a nuestra situación; ellos nos ayudan evitando que seamos
capturadas para ser vendidas y nosotras contribuimos al
desarrollo del ecoturismo en la zona.”
Si las guacamayas rojas hablaran, quizás este sería el
testimonio sobre su pasado y futuro marcado por la
posibilidad de volver a poblar la selva veracruzana.
Si las guacamayas rojas hablaran, seguramente así nos
expresarían su deseo de garantizar su sobrevivencia.
De hecho, ese sueño es ya una realidad, gracias al trabajo
de la doctora Patricia Escalante Pliego, del Instituto de
Biología de la UNAM, en colaboración con especialistas del
parque ecológico Xcaret, y dependencias del gobierno local
y estatal.
Ara macao
Nombre científico
Para poder regresar a la selva, explica la investigadora,
las guacamayas rojas han tenido que pasar por una serie
de pruebas, desde nacer en el parque quintanarroense
de Xcaret, lugar donde se ha perfeccionado la técnica de
crianza en cautiverio de la especie bajo un extremo cuidado
de la alimentación y la salud de las aves.
Vucub-Caquix
Nombre maya
Su colorido plumaje es
igual en ambos sexos:
rojo escarlata en la
mayoría del cuerpo con
plumas cobertoras de las
alas color amarillo, verde,
y azul; aunque carece de
plumas en el rostro.
Su alimentación se basa principalmente
en frutas, semillas, brotes nuevos de hojas,
flores y algunas larvas de insectos.
Construyen sus nidos en árboles muertos
donde albergan hasta tres huevos, los
cuales son incubados por un lapso que
oscila entre los 26 y los 28 días.
Texto: Laura García
Diseño: Susana Tapia
La semejanza de su
plumaje con el Sol y
el fuego hizo que los
antiguos mayas las
consideraran aves
sagradas.
Miden entre 85 y los 96
cm de la cabeza a la cola;
su peso aproximado
es de 1 kg.
Fuente:CONABIO
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