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La historia Las dos víctimas de León se unen a una mujer madrileña que falleció en julio de 2005 y que se había contagiado seis años antes Las dos víctimas fallecidas a causa de la dolencia de ‘Creutzfeld-Jakob’, variable en humanos de la enfermedad de las ‘vacas locas’, y que este lunes ha dado a conocer la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, se unen a una mujer madrileña de 26 años que falleció en julio de 2005 y que se había contagiado seis años antes. El trastorno de esta única víctima que se conocía hasta ahora en España por el mal de las ‘vacas locas’ se relacionó con el consumo de carne de reses con encefalopatía espongiforme bovina. De hecho, los científicos advertían en esa fecha y tras conocer este primer caso que había posibilidades de que no fuera la única muerte en humanos en España por la dolencia de ‘Creutzfeld-Jakob’. La causa es que los controles intensivos de los animales enfermos se instauraron en 2000, y el periodo que tarda la enfermedad en manifestarse puede llegar a los 10 años. Los expertos recuerdan, por tanto, que es posible la aparición de nuevos enfermos hasta 2010, fecha en la que sitúan el límite de seguridad. La encefalopatía espongiforme bovina se descubrió en Gran Bretaña a mediados de los años 80 y puede transmitirse a los humanos como la dolencia de ‘Creutzfeld-Jakob’, que ha causado unas 150 muertes de 167 casos (la mayor parte en ese país europeo) desde su diagnóstico en 1996. El primer caso se registró en Gran Bretaña en 1986. Desde entonces se han confirmado afectados en Japón, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Irlanda, Italia, Canadá y España. Periodo de incubación El periodo de incubación de la enfermedad suele ser de 10 a 20 años. En los animales, el mal de las 'vacas locas' se transmite a través del pienso para el alimento de las reses preparado a partir de compuestos procedentes de los huesos, médula y cerebro de animales infectados. Las vías de transmisión de la enfermedad a las personas no están claras, según reconocen los expertos. Los agentes responsables de las encefalopatías producidas por priones, versiones 'dañadas' de proteínas presentes en el cerebro, son distintos en humanos y animales, por lo que algunos investigadores sostienen que las personas no pueden contraer encefalopatías animales mediante la ingesta de carne infectada. La transfusión de sangre infectada también se considera una posible vía de contagio, aunque el riesgo estimado es bajo. España es uno de los países donde se han detectado más vacas con encefalopatía espongiforme bovina (EEB) con 721 casos. Castilla y León registra una cuarta parte de los mismos (184), los dos últimos detectados en Ávila y Zamora en enero de este año. En su día, el director del Laboratorio Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, Juan José Badiola, aseguró que a mayor número de casos de ‘vacas locas’, más posibilidades de aparecer en humanos. Los priones de la EBB son un tipo de proteínas capaces de transmitir la enfermedad al hacer que otras proteínas del cerebro se plieguen de una manera errónea. Los priones dañinos no pueden ser metabolizados, y se acumulan en el cerebro, causando la muerte del enfermo en un periodo de entre seis meses y un año. A pesar de ello, las autoridades y expertos siempre han coincidido en que no hay motivo de alarma sobre el consumo de carne actualmente, ya que los controles son exhaustivos, y más a partir de que se conocieran los primeros casos de animales enfermos en España, donde se analizan todos los mayores de 24 meses, cuando en la UE estos controles son obligatorios a partir de los 30 meses. Este factor juega, según explicó la anterior ministra de Sanidad, Elena Salgado, hace tres años, a favor de que en España la enfermedad pueda tener menor repercusión que fuera, ya que no existe tanta costumbre de comer carne de vaca adulta y se prefiere la ternera. Tampoco es habitual la importación de productos precocinados con carne. En cambio el consumo de los llamados materiales específicos de riesgo (sistema nervioso central, tuétano de los huesos, cerebro, bazo, aparato digestivo), sí que era común. Estos productos están ahora prohibidos. La anterior ministra comentó en aquella fecha que la barrera de aparición de posibles casos está en 2010, si bien todo el que haya comido mucha carne de vaca antes de 2000, y si el animal era viejo, ha podido estar expuesto a los priones. Esto no quiere decir que todos vayan a tener la enfermedad porque hay muchos otros factores, como la cantidad o la predisposición genética, para que se desarrolle la encefalopatía. “Tampoco se ha demostrado que la leche la transmita, y las transfusiones de sangre o sus derivados hace años que son seguras”, subrayaba la ahora ministra en funciones de Administraciones Públicas. ‘Creutzfeld-Jakob’ La enfermedad de ‘Creutzfeld-Jakob’, que es la dolencia causada en humanos por el mal de las ‘vacas locas’, es, según fuentes especializadas un raro trastorno degenerativo del cerebro que tiene una evolución progresiva hacia la muerte antes de un año. Afecta a una persona por cada millón de habitantes, principalmente e individuos mayores de 60 años. Los primeros síntomas de la enfermedad incluyen, normalmente, demencia, cambios de personalidad, deterioro de memoria, problemas de coordinación muscular, insomnio, depresión o sensaciones inusitadas, contracciones musculares involuntarias, posibilidad de ceguera o pérdida del control de la vejiga, pérdida de la capacidad de movimiento y hablar, hasta entrar en coma. Además, dolencias como la pulmonía y otras infecciones ocurren a menudo en este tipo de pacientes y pueden conducir a la muerte.