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SAN ISIDRO LABRADOR Buenos días. Escuchamos esta historia de San Isidro, cuya fiesta celebramos hoy. La vida de Isidro es un buen ejemplo de que para ser santo basta con amar en todo momento. No hay más. Lo que llama la atención en él desde hace siglos fue que, inmediatamente después de morir, fue aclamado por las gentes que habían visto en su conducta cotidiana los rasgos de la santidad. Como ha ocurrido con Juan Pablo II. San Isidro es el patrono de Madrid y de los agricultores. Lo verás en muchas iglesias y lo distinguirás porque a su lado hay dos ángeles que dirigen a unos bueyes. Nació Isidro en Madrid a finales del siglo XI, en una humilde casa cercana a la iglesia de San Andrés. Sus padres eran cristianos mozárabes. Entonces Madrid era una modesta Villa. Isidro, al llegar a la localidad madrileña de Torrelaguna, comenzó a ganarse la vida como agricultor. Era un hombre humilde y sencillo, de gran corazón, que enamoró a María Toribia, con la que se desposó. Ella, también canonizada, es conocida con el nombre de santa María de la Cabeza. Isidro retornó al campo si bien no poseía tierras que cultivar, sino que estaba al servicio de Juan de Vargas. En casa de Vargas nacería Illán, hijo de Isidro y de María, y en ella fue objeto de uno de los numerosos milagros que se atribuyen al santo. El niño era muy pequeño cuando en un descuido se cayó al pozo, con la natural conmoción de su madre. Conocedor del hecho su padre, al regresar de su trabajo suplicó a la Virgen de la Almudena su mediación. Entonces el agua subió llegando casi a rebasar el borde del pozo, lo cual le permitió extraer a Illán sin rasguño alguno. Isidro era especialmente devoto de la Eucaristía y de la Virgen. Seguramente fuera analfabeto. Pero la paciencia, el tesón, la generosidad, la constancia, la esperanza, la honestidad…, todas las virtudes brotaban de su corazón como de un manantial. Todo era imagen de Dios. Su camino hacia la santidad lo efectuó desde el anonimato y la sencillez de una vida colmada del amor a Dios, Todos se percataban de su piedad, bondad y caridad con los pobres. San Isidro fue canonizado el 15 de Mayo de 1622. Así se convirtió en el patrón de Madrid y, simultáneamente, el santo campesino, por su profesión. Damos gracias a Dios por la vida de tantas personas sencillas, humildes, que seguramente no serán muy conocidas, no saldrán en los programas de la prensa rosa, pero que hacen nuestro mundo más habitable. Pensamos en personas así que conocemos…