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¿QUÉ ES COMPARTIR? EXPLICADO
Charla N°1
COMPARTIR ES regalarnos a los demás, pues manifestamos con sinceridad
nuestro estado de ánimo, nuestras alegrías y tristezas, nuestros fracasos y
triunfos, nuestras luchas y esperanzas. Es frecuente que sintamos temor al
hacerlo, pero debemos esforzarnos, ya que al compartir tomamos la decisión de
confiar en quienes nos aman y se interesan por nosotros, pues todos estamos
verdaderamente deseosos de crecer en espíritu y amor.
Explicación: Probablemente ya habremos escuchado que es importante expresar lo que siente
nuestro corazón; sin embargo, vamos a ir más allá, viéndolo desde el punto de vista científico, por
que se ha demostrado que cuando vivimos una experiencia cualquiera, esta provoca sentimientos;
que si no se expresan, con frecuencia van a manifestarse a través de una enfermedad. Por ejemplo,
si escuchamos algo muy desagradable y no lo externamos, esto nos genera acidez en el estómago
y así, hay muchos ejemplos más. Lo más recomendable para evitar que nuestro cuerpo se afecte,
es darle valor a nuestras emociones y expresarlas, pues al reprimirlas nuestro cuerpo va a buscar
cómo sacarlas y puede hacerlo a través de una enfermedad. Por eso para EMM es tan importante
que tomemos conciencia de nosotros mismos y dejemos que en nuestro compartir sea nuestro
corazón el que tenga la palabra.
COMPARTIR en comunidad es similar a compartir en el diálogo con nuestro
cónyuge. Es el momento más apropiado de hablar y escuchar con el corazón.
Al compartir no debemos aconsejar, ni comentar, ni juzgar, ni tratar de ayudar o
enseñar, pues de esta manera rechazamos y cortamos el compartir de nuestros
hermanos.
Explicación: En nuestro diálogo diario cuando expresamos un sentimiento, esperamos que el
cónyuge nos escuche con paciencia, con respeto y sin juzgarnos; como cuando una esposa, le
expresa a su esposo que con una actitud que tuvo se sintió desilusionada; y este de inmediato la
interrumpe para decirle: “¿cómo desilusionada?, ¿no valoras todo lo que hice hoy?..” y se nos olvida
que el sentimiento surge, no es algo que provoquemos para molestar al otro.
En cada compartir que tengamos se espera que simplemente expresemos lo que hay dentro de
nuestro corazón y escuchemos lo que el corazón de los demás expresa. Si cuando alguien externa
sus sentimientos intentamos ayudarle con frases como: “pobrecito, no se sienta así”, “vea, lo que
tiene que hacer es esto o lo otro…”, o juzgar al que comparte diciéndole: “¿cómo es posible que
hagan un problema tan grande de algo tan sencillo? ¡eso no es para tanto!” Este tipo de comentarios
o juicios cortan y rechazan el compartir del otro y no va a tener la tranquilidad de expresarse la
próxima vez. Tal vez nuestra intención original era ayudar al que nos cuenta lo que lleva dentro, sin
embargo, lo importante aquí es recordar que LO QUE A ESA PERSONA LE VA A AYUDAR A
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INICIAR UN PROCESO DE SANACIÓN, ES SIMPLEMENTE EL HECHO DE COMPARTIR SUS
SENTIMIENTOS CON TOTAL LIBERTAD.
EL COMPARTIR es para que escuchemos atenta y respetuosamente.
NUNCA POR NINGÚN MOTIVO INTERRUMPAMOS EL COMPARTIR DE
NUESTROS HERMANOS. Es necesario que reprimamos ese impulso de hacer
comentarios, de discutir, polemizar o tratar de sanar.
Explicación: Hay varias razones por las que el compartir del otro NUNCA se interrumpe. Primero
se trata de llevar un orden y de que cada quién espere su turno de participar. Otra razón es para
respetar al que está compartiendo hasta que termine. A veces el compartir en comunidad es el
momento que más esperamos para expresar todas las cargas que llevamos dentro y si alguien nos
interrumpe en ese momento, o nos corta el hilo, o nos vamos a guardar lo que sentimos por falta de
libertad para expresarnos. Además, si interrumpimos al que comparte, este puede interpretarlo como
rechazo y podría pensar que no nos interesa lo que está expresando.
EL COMPARTIR es un regalo para la comunidad, y como tal debe ser
recibido, con profundo respeto y especialmente con mucho amor.
Explicación: Cada testimonio que escuchemos en la comunidad se convierte en un regalo que nos
dan, pues muchas veces las experiencias que otros viven nos ayudarán en algún momento de
nuestra vida. Ese compartir las emociones que llevamos más adentro en nuestra intimidad, lo
expresamos con el corazón y por eso se convierte en un regalo. ¿A quién damos un regalo? A
alguien que apreciamos mucho. Por eso recibimos ese compartir de los demás, con profundo respeto
y mucho amor. Piensen cuando damos un regalo con amor y qué desagradable que es, que esa
persona nos diga: “¡qué feo que está! o ¡eso no me gusta! Imagínense... ¿cómo nos sentimos?
Por eso el momento de compartir nuestras vivencias en un guión, es un momento tan sagrado como
el momento de la consagración del Pan y el Vino en la Eucaristía; es una ocasión tan importante de
valorar y respetar, que debemos cuidarnos, de que mientras un matrimonio comparte su testimonio
de vida, no respondamos el celular, o levantarnos a hacer otra cosa, o dar rienda suelta al cansancio
que sentimos y dejar que el sueño nos domine. En otras palabras es comportarnos con el respeto
que nos gustaría que los demás recibieran nuestros sentimientos más íntimos expresados en ese
compartir. Al finalizar el compartir de cada compañero decimos GRACIAS como muestra de que
valoramos su apertura y agradecemos el aporte valioso de su testimonio a la comunidad.
EL COMPARTIR de otros nos ayuda a reconocer nuestros propios
sentimientos y actitudes. Debemos concentrarnos en escuchar. Evitar preparar
mentalmente nuestro compartir mientras otro está en el uso de la palabra, tal
actitud nos aleja de la comunidad y dejamos de ser honrados con nosotros
mismos y nuestros hermanos.
Explicación: Es común que al escuchar una pregunta de un compartir de matrimonios, nos preocupe
qué voy a decir, o de qué les voy a hablar y por eso, tal vez sin querer, empezamos a maquinar lo
que vamos a responder nosotros y nos alejamos de lo que está compartiendo el que tiene la palabra.
A veces nos preocupa que si lo que el otro dijo fue muy bonito, puedo tener la tentación de querer
preparar algo mejor para quedar bien; olvidando que cuando dejamos que el corazón se exprese,
esto no tenemos que planearlo con anticipación. Recordemos la regla de NO INTELECTUALIZAR.
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Al concentrarnos y lograr escuchar con el corazón, estamos permitiendo que el testimonio de un
compañero impacte nuestro ser y es probable que en el futuro nos ayude su experiencia. Si mientras
escuchamos, vamos preparando lo que queremos decir, nos perderemos de la riqueza del compartir
de nuestros hermanos y por ende no nos servirá tanto esfuerzo que hicieron por expresar lo que
llevan dentro y peor aún, esto será una forma de rechazar el valioso regalo que nos están ofreciendo.
Puede que los demás no se den cuenta que ni estamos poniendo atención, pero nosotros somos los
que al dejar de ser honrados nos perjudicamos a nosotros mismos.
AL COMPARTIR nos solidarizamos, nos abrimos y nos fortalecemos como
comunidad.
Explicación: Hay una realidad que ejemplifica en la naturaleza, dónde radica nuestra fuerza y
permanencia. Los árboles de secoya han logrado sobrevivir en un lugar del planeta a través de miles
de años. Han sido resistentes a tempestades, huracanes y hasta incendios forestales. Una
particularidad que los caracteriza a diferencia de las otras especies; es que a pesar de que sus raíces
son relativamente cortas, las entrelazan unos con otros, permitiendo que cuando uno está en peligro
de caer; los otros lo sostienen. Por lo que su fortaleza está en sus raíces.
Por eso, compartir es solidaridad, cuando nos abrimos unos a otros y expresamos lo que creemos y
sentimos, esto genera confianza y esperanza, cercanía e intimidad. Y así, entrelazar nuestras raíces,
significa entrelazar todos estos valores, lo que logrará que nuestra comunidad permanezca a través
de los años.
“Una pena compartida es media pena y una
felicidad compartida es doble felicidad”.
Como yo los he amado.
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