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11 11-12-11 MIRADAS20111211DOM Página SIETE Domingo 11 de diciembre de 2011 /11 Viaje al CORAZÓN L A BOLIVIA de R E V I S T A 24 La ruta andina El Equipo Equipo Azul del Viaje al Coraz ón de Bolivia hace Corazón un emotivo recuento recuento de los lugares lugares visitados visitados y de la gente que ha conocido. En Chipay Chipaya, en una de las construcciones con la arquitectur a de la zona. arquitectura zona. 12-13 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 12 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Liliana Carrillo V., periodista Noelia Zelaya C., fotógrafa Tania Sossa, investigadora social Las integrantes del Equipo Azul -Liliana Carrillo, Noelia Zelaya y Tania Sossa- vivieron irrepetibles momentos en su recorrido por la zona andina y los valles mesotérmicos de Yungas; conocieron a muchos compatriotas y lugares de ensueño. Apuntaron, en un diario, lo más importante del viaje. A proximarse a Bolivia, por lo menos a su trozo altiplánico, es, me imagino, como habitar el sueño de un dios andino: formas amenazantes surgen de las montañas de piedra y corroídas miran hacia arriba, de reojo, desde las minas potosinas; auquénidos lanudos corretean libres en medio del inacabable altiplano orureño y pueblos enteros se equilibran entre simas verdes surcadas de caprichosas sendas en los Yungas paceños. Durante siete semanas, nos hemos deslizado por el pasadizo de un sueño: hay nieve en las montañas, también flores que le ponen color a la tierra y un sol impiadoso se yuxtapone al viento de esta primavera. Estas notas dispersas de la aventura de este viaje. TIERRA DE MINEROS 21 de septiembre. Una tropa de desmontes nos da la bienvenida a Llallagua y la flota se va partiendo el aire plomizo y dorado. Ay, se quejó Gabriela, me he cansado dijo y se vació una cascada de chicles a la boca. Gabriela había abordado “La minera” en Oruro, con nosotras. Era una joven morena, de larga cabellera, lacia y oscura, y volvía a su ciudad. “Yo he nacido aquí –le gusta hablar-. Ahora estudio psicología en la Universidad de Siglo XX. Mi papá es minero, mi abuelo también fue. Aquí todos somos mineros”. 22 de septiembre. Conocimos a Juan Flores, dirigente de la Federación de Coopera- Viaje al CORAZÓN BOLIVIA de Página Siete DIRECTOR: Raúl Peñaranda Undurraga Jefe de Redacción: Cándido Tancara Castillo Jefe de Informaciones: Martín Zelaya Sánchez VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS El Tío de la Mina, en Llallagua, dotado de una chuspa de coca. Bitácora de viaje Vagones abandonados en Llallagua; revelan un pasado minero de riqueza y gran esplendor. tivistas Mineros, que aún explotan las entrañas del cerro Juan del Valle. Don Juan tiene 45 años, guardatojo, sonrisa franca y un recuerdo indeleble, como su tradición en Siglo XX: “Era el 67, yo tendría cuatro años y era San Juan, había fiesta, fogatas. De repente nomás se han entrado los milicos y han empezado a disparar. Mi madre me ha abrazado fuerte y me ha tapado con su manta, sólo escuchaba gritos, gemidos… después silencio”. 23 de septiembre. Madrugamos para ir a la mina Cancañiri. Gracias a don Juan, viajamos en una camioneta repleta de mineros que hacen bromas en quechua. En la bocamina, hay vendedoras de coca, gente que llega y se va, un comedor y, entre una multitud de guardatojos, algunas mujeres mineras. Entramos al socavón, donde la luz es tan escasa como el aire. “Cuidado con los cables de alta tensión”, nos advirtió el guía y sólo entonces tomamos conciencia de que estábamos en un mundo ajeno e inviolable. 24 de septiembre. Julio Condori es un minero de 35 años, líder entre sus compañeros, “ ’’ “Cuidado con los cables de alta tensión”, advirtió el guía y sólo entonces tomamos conciencia de que estábamos en un mundo ajeno e inviolable. “hualaycho”. Nos habla de su pueblo, Uncía, “donde vivía Patiño, donde había teatro, cine y trabajo”. “Dicen que los mineros somos tristes...¡Mentira! Vivimos con la muerte cada día y por eso cuando podemos nos alegramos, reímos. Ya hay mucho tiempo para amargarse y la vida es corta para ser valiente”. Y se despide con risas. 25 de septiembre. Ha llovido todo el día y vemos en las noticias la represión a la marcha del TIPNIS. “El cielo está llorando”, nos dice don Félix Torres, director de la radio Pío XII y recuerda otro día triste en 1987: “La sirena lloraba, lloraaaba… Serían las dos de la tarde cuando miles de mineros regresaron a Siglo XX después de la intervención a la Marcha por la Vida. El campamento se vació para recibirlos y todos los familiares penábamos, pero ellos no. Los mineros estaban derrotados, pero todavía con ganas de pelear”. La pena es más triste en Llallagua. 27 de septiembre. Catavi es un recuerdo de fósiles de gloria. 28 de septiembre. En Siglo XX, nos despedimos de “Lui” Lisandro, quien nos ha abri- Viaje al corazón de Bolivia es un proyecto conjunto de Página Siete y Naciones Unidas. Revista Miradas Editor: Marco Zelaya. Redactora: Amancaya Finkel. Diseño: Edmundo Morales, Ariel Aldana y Marcelo Mamani. gado con clásicos rockeros todos los días en su café “La obertura de Siglo XX”. Hijo de minero, migró a El Alto con su hermano después de la relocalización. Allí formó su banda de rock, fue disc jockey y estudiaba cuando en una visita a su pueblo se enamoró de una paisana. “Así nomás había sido el amor de los mineros”, se confiesa. POCOATA, DEL TINKU Y EL CHARANGO NNUU Bolivia Con la colaboración de: “Lui” Lui” Lisandro, rockero ero y disc jocke jockey en El Alto, Alto, en su local. 1 de octubre. Conocimos a doña Arminda en el minibús que nos llevó al vallecito verde. Fue la primera en bajarse y empujar el vehículo en un plantón cerca a un precipicio. Después, nos invitó habas y hasta nos ofreció su casa para quedarnos. Nuestro primer amigo en el pueblo es un perrito negro que en cuanto vio a Noelia se acercó moviendo la cola. Lo bautizó como “Feliz” y ahora nos acompaña en todas las idas y venidas (y no deja de mover la cola). 2 de octubre. El padre Juan Pastor Zavala es el párroco de un templo cuya iglesia colonial, convertida en un esqueleto de adobe, espera restauración hace medio siglo. Gran conversador, nos regala sus historias una larga tarde endulzada con vino y galletas: “Yo digo que el Señor me escogió para ser su sacerdote desde el vientre de mi madre. Mi mamita vivía en Llallagua, donde mi padre era minero, pero se fue a la capital para que yo nazca, el 38. Sucede que cuando me esperaba le cayó un rayo. Entonces no faltaron las amigas que le dijeron ‘Antuquita (Antonia se llamaba ella) ¿por qué lloras tanto? Va- CONTINÚA EN LA PÁGINA 14 13 12-13 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 12 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Liliana Carrillo V., periodista Noelia Zelaya C., fotógrafa Tania Sossa, investigadora social Las integrantes del Equipo Azul -Liliana Carrillo, Noelia Zelaya y Tania Sossa- vivieron irrepetibles momentos en su recorrido por la zona andina y los valles mesotérmicos de Yungas; conocieron a muchos compatriotas y lugares de ensueño. Apuntaron, en un diario, lo más importante del viaje. A proximarse a Bolivia, por lo menos a su trozo altiplánico, es, me imagino, como habitar el sueño de un dios andino: formas amenazantes surgen de las montañas de piedra y corroídas miran hacia arriba, de reojo, desde las minas potosinas; auquénidos lanudos corretean libres en medio del inacabable altiplano orureño y pueblos enteros se equilibran entre simas verdes surcadas de caprichosas sendas en los Yungas paceños. Durante siete semanas, nos hemos deslizado por el pasadizo de un sueño: hay nieve en las montañas, también flores que le ponen color a la tierra y un sol impiadoso se yuxtapone al viento de esta primavera. Estas notas dispersas de la aventura de este viaje. TIERRA DE MINEROS 21 de septiembre. Una tropa de desmontes nos da la bienvenida a Llallagua y la flota se va partiendo el aire plomizo y dorado. Ay, se quejó Gabriela, me he cansado dijo y se vació una cascada de chicles a la boca. Gabriela había abordado “La minera” en Oruro, con nosotras. Era una joven morena, de larga cabellera, lacia y oscura, y volvía a su ciudad. “Yo he nacido aquí –le gusta hablar-. Ahora estudio psicología en la Universidad de Siglo XX. Mi papá es minero, mi abuelo también fue. Aquí todos somos mineros”. 22 de septiembre. Conocimos a Juan Flores, dirigente de la Federación de Coopera- Viaje al CORAZÓN BOLIVIA de Página Siete DIRECTOR: Raúl Peñaranda Undurraga Jefe de Redacción: Cándido Tancara Castillo Jefe de Informaciones: Martín Zelaya Sánchez VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS El Tío de la Mina, en Llallagua, dotado de una chuspa de coca. Bitácora de viaje Vagones abandonados en Llallagua; revelan un pasado minero de riqueza y gran esplendor. tivistas Mineros, que aún explotan las entrañas del cerro Juan del Valle. Don Juan tiene 45 años, guardatojo, sonrisa franca y un recuerdo indeleble, como su tradición en Siglo XX: “Era el 67, yo tendría cuatro años y era San Juan, había fiesta, fogatas. De repente nomás se han entrado los milicos y han empezado a disparar. Mi madre me ha abrazado fuerte y me ha tapado con su manta, sólo escuchaba gritos, gemidos… después silencio”. 23 de septiembre. Madrugamos para ir a la mina Cancañiri. Gracias a don Juan, viajamos en una camioneta repleta de mineros que hacen bromas en quechua. En la bocamina, hay vendedoras de coca, gente que llega y se va, un comedor y, entre una multitud de guardatojos, algunas mujeres mineras. Entramos al socavón, donde la luz es tan escasa como el aire. “Cuidado con los cables de alta tensión”, nos advirtió el guía y sólo entonces tomamos conciencia de que estábamos en un mundo ajeno e inviolable. 24 de septiembre. Julio Condori es un minero de 35 años, líder entre sus compañeros, “ ’’ “Cuidado con los cables de alta tensión”, advirtió el guía y sólo entonces tomamos conciencia de que estábamos en un mundo ajeno e inviolable. “hualaycho”. Nos habla de su pueblo, Uncía, “donde vivía Patiño, donde había teatro, cine y trabajo”. “Dicen que los mineros somos tristes...¡Mentira! Vivimos con la muerte cada día y por eso cuando podemos nos alegramos, reímos. Ya hay mucho tiempo para amargarse y la vida es corta para ser valiente”. Y se despide con risas. 25 de septiembre. Ha llovido todo el día y vemos en las noticias la represión a la marcha del TIPNIS. “El cielo está llorando”, nos dice don Félix Torres, director de la radio Pío XII y recuerda otro día triste en 1987: “La sirena lloraba, lloraaaba… Serían las dos de la tarde cuando miles de mineros regresaron a Siglo XX después de la intervención a la Marcha por la Vida. El campamento se vació para recibirlos y todos los familiares penábamos, pero ellos no. Los mineros estaban derrotados, pero todavía con ganas de pelear”. La pena es más triste en Llallagua. 27 de septiembre. Catavi es un recuerdo de fósiles de gloria. 28 de septiembre. En Siglo XX, nos despedimos de “Lui” Lisandro, quien nos ha abri- Viaje al corazón de Bolivia es un proyecto conjunto de Página Siete y Naciones Unidas. Revista Miradas Editor: Marco Zelaya. Redactora: Amancaya Finkel. Diseño: Edmundo Morales, Ariel Aldana y Marcelo Mamani. gado con clásicos rockeros todos los días en su café “La obertura de Siglo XX”. Hijo de minero, migró a El Alto con su hermano después de la relocalización. Allí formó su banda de rock, fue disc jockey y estudiaba cuando en una visita a su pueblo se enamoró de una paisana. “Así nomás había sido el amor de los mineros”, se confiesa. POCOATA, DEL TINKU Y EL CHARANGO NNUU Bolivia Con la colaboración de: “Lui” Lui” Lisandro, rockero ero y disc jocke jockey en El Alto, Alto, en su local. 1 de octubre. Conocimos a doña Arminda en el minibús que nos llevó al vallecito verde. Fue la primera en bajarse y empujar el vehículo en un plantón cerca a un precipicio. Después, nos invitó habas y hasta nos ofreció su casa para quedarnos. Nuestro primer amigo en el pueblo es un perrito negro que en cuanto vio a Noelia se acercó moviendo la cola. Lo bautizó como “Feliz” y ahora nos acompaña en todas las idas y venidas (y no deja de mover la cola). 2 de octubre. El padre Juan Pastor Zavala es el párroco de un templo cuya iglesia colonial, convertida en un esqueleto de adobe, espera restauración hace medio siglo. Gran conversador, nos regala sus historias una larga tarde endulzada con vino y galletas: “Yo digo que el Señor me escogió para ser su sacerdote desde el vientre de mi madre. Mi mamita vivía en Llallagua, donde mi padre era minero, pero se fue a la capital para que yo nazca, el 38. Sucede que cuando me esperaba le cayó un rayo. Entonces no faltaron las amigas que le dijeron ‘Antuquita (Antonia se llamaba ella) ¿por qué lloras tanto? Va- CONTINÚA EN LA PÁGINA 14 13 14-15 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 14 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS 15 “ ’’ Una pobladora delvalle andino de Luribay. Aquí también vivió casi toda su vida el padre español Amador Merino, que regaló agua al pueblo que no lo olvida”, cuenta Eloy Choque. Imagen de Jesús, en la iglesia de Pocoata. VIENE DE LA PÁGINA 13 ra hace cinco años y descubrió un templo con murales coloniales únicos. “La iglesia estaba completamente abandonada, descuidada, sucia. Desde 2007 busco soluciones y hemos podido restaurarla y promocionarla. La iglesia Santiago de Curahuara de Carangas es uno de los tesoros más importantes, pero un tesoro que nadie conocía y que se estaba deteriorando”, nos cuenta. Más tarde lo vemos dando misa y ahí no caben dudas: el templo revive con sus murales. 20 de octubre. Viaje a Sajama en medio de manadas de alpacas y vicuñas. Guardián de este pueblo de postal, entrada al parque nacional, se levanta imponente el nevado Sajama. No hay duda: él es tata y doctor. mos a cancharnos a Copacabana y tu hijo va a nacer sanito’. Ni corta ni perezosa, se fue al santuario en tren, a lomo de bestia, como pudo. Y cuando llegó ante la virgencita, de rodillas le prometió que si yo nacía bien me iba a consagrar a la iglesia”. 3 de octubre. En ayunas, doña Maura Choque nos invita una tutuma de chicha. En su chichería, tres campesinos grandotes beben desde la noche anterior; empiezan a ponerse agresivos, Feliz les ladra. 4 de octubre. Noelia quiere llevarse a Feliz. Un minibús nos saca de Pocoata y nos deja en el cruce, donde esperamos una flota a Potosí. LOS VALLES SEDIENTOS EL MUNDO CHIPAYA 9 de octubre. De Potosí a Oruro, de Oruro a Huachacalla y de Huachacalla a Chipaya. No hay transporte público y durante horas esperamos bajo el sol de mediodía. Finalmente viajamos por una pampa inmensa y solitaria, como el verso de Óscar Cerruto: “Altiplano rayado de caminos y de tristeza/como palma de minero”. 10 de octubre. No hay ni un alma en este pueblo de suelo salitroso y pasado remoto, hasta que aparece un líder comunitario con ropas tradicionales en su moto. Nos da los precios de los paseos y entrevistas y nos deja en el albergue comunitario de lindas chozas tradicionales (waluchas) pero sin luz. Es una noche bajo la inmensidad de otro universo… Chipaya no es un lugar de este país, ni siquiera un lugar de este mundo. 11 de octubre. Guías chipayas en motos nos llevan a la laguna y las comunidades próximas. Comemos asadito de llama que El templo pocoateño en actual restauración. Es el núcleo de la vida del pueblo. nos prepara a pedido don Francisco Lázaro y hablamos con doña Sebastiana Quispe, la protagonista del filme de Jorge Ruiz: “Triste estoy. A mi yerna le ha caído el rayo y la ha matado; después mi esposo se ha finado, solita estoy”, nos ha contado. 12 de octubre. El cielo se ha oscurecido, es lo más parecido que he visto a un huracán. Vuelan las trenzas menudas de las mujeres, vuelan la paja de los putunkus, vuela el sombrero de Tania… el pueblo entero vuela. 13 de octubre. Don Alcides ha aceptado sacar su vieja camioneta para llevarnos a Huachacalla. Salimos aún de noche y en el camino amanece el último paisaje de los pu- tunkus chipayas. EL TEMPLO ESCONDIDO 17 de octubre. De Oruro a Patacamaya y de allí a Curahuara de Carangas. Llegamos en un minibús repleto, con dos ovejas en la parrilla. En el corazón del pueblo todo gira en torno a la plaza, el cuartel, que fue campo de concentración, y el templo, que es mucho más que un templo. 18 de octubre. -“Buscamos al padre”. – “Yo soy el padre”. –“¿En serio, joven? … Más o menos así conocimos al padre Gabriel Antequera. Tiene 32 años, pinta de militar y energía inagotable. Nos cuenta que llegó a Curahua- 23 de octubre. De Sajama a Patacamaya; de Patacamaya a El Alto; de El Alto a Sapahaqui. Este valle es famoso por su fruta pero no vemos ninguna, ni gente ni alcalde, pues éste “atiende en La Paz”. No hay agua potable en el pueblo, todos se quejan. Sapahaqui tiene sed. 24 de octubre. Doña Nieves Raldes, la primera alcaldesa de Sapahaqui en 1994, cuenta que nunca quiso irse de su pueblo: “Yo nací en Sapahaqui pero en el original, el que se llevó el río en 1947”. Después vemos los vestigios de la tragedia: ruinas de una iglesia y casas camufladas entre los sembradíos. 25 de octubre. Un minibús nos deja en Chivisivi y en puertas a la comunidad, aún en pie, está la hacienda de Ballivián. Enormes habitaciones, gradas imperiales, una falca, pasillos con mosaicos azules… ¿Cuándo la gloria y el boato de estos valles se convirtió en un fósil? Nos adentramos a las chacras por sende- Una anciana, en la zona altiplánica, gana su subsistencia con la venta de caramelos. ros ensombrecidos. Siguiendo sus silbidos, encontramos a don Aurelio, pionero en la fabricación de vinos y singanis artesanales. Nos lleva a su falca y compartimos con este señor de 83 años, fuerte como un toro, sus sabrosas bebidas famosas en la región. “El singanito te mantiene joven”, confiesa entre salud y salud. 26 de octubre. Esperamos horas por un minibús que sí llegó, pero no tenía espacio, para ir a Caracato… Frustradas, recogemos las mochilas y volvemos al alojamiento. 27 de octubre. Caracato es también un pueblo valluno en lucha constante con el río. “Aquí nació Bartolina Sisa, la mujer de Julián Apaza, Túpac Katari. Aquí también vivió casi toda su vida, que acabó con un accidente automovilístico, el padre español Amador Merino, que regaló agua al pueblo que no lo olvida”, cuenta don Eloy Choque, presidente de la junta de vecinos, un señor alegre, de 70 años, que nos canta huayñitos. 28 de octubre. Ha ido imposible atravesar los 38 kilómetros que separan a Caracato de CONTINÚA EN LA PÁGINA 16 Un niño resguarda el sombrero de su madre; hay pocos menores en los pueblos.. 14-15 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 14 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS 15 “ ’’ Una pobladora delvalle andino de Luribay. Aquí también vivió casi toda su vida el padre español Amador Merino, que regaló agua al pueblo que no lo olvida”, cuenta Eloy Choque. Imagen de Jesús, en la iglesia de Pocoata. VIENE DE LA PÁGINA 13 ra hace cinco años y descubrió un templo con murales coloniales únicos. “La iglesia estaba completamente abandonada, descuidada, sucia. Desde 2007 busco soluciones y hemos podido restaurarla y promocionarla. La iglesia Santiago de Curahuara de Carangas es uno de los tesoros más importantes, pero un tesoro que nadie conocía y que se estaba deteriorando”, nos cuenta. Más tarde lo vemos dando misa y ahí no caben dudas: el templo revive con sus murales. 20 de octubre. Viaje a Sajama en medio de manadas de alpacas y vicuñas. Guardián de este pueblo de postal, entrada al parque nacional, se levanta imponente el nevado Sajama. No hay duda: él es tata y doctor. mos a cancharnos a Copacabana y tu hijo va a nacer sanito’. Ni corta ni perezosa, se fue al santuario en tren, a lomo de bestia, como pudo. Y cuando llegó ante la virgencita, de rodillas le prometió que si yo nacía bien me iba a consagrar a la iglesia”. 3 de octubre. En ayunas, doña Maura Choque nos invita una tutuma de chicha. En su chichería, tres campesinos grandotes beben desde la noche anterior; empiezan a ponerse agresivos, Feliz les ladra. 4 de octubre. Noelia quiere llevarse a Feliz. Un minibús nos saca de Pocoata y nos deja en el cruce, donde esperamos una flota a Potosí. LOS VALLES SEDIENTOS EL MUNDO CHIPAYA 9 de octubre. De Potosí a Oruro, de Oruro a Huachacalla y de Huachacalla a Chipaya. No hay transporte público y durante horas esperamos bajo el sol de mediodía. Finalmente viajamos por una pampa inmensa y solitaria, como el verso de Óscar Cerruto: “Altiplano rayado de caminos y de tristeza/como palma de minero”. 10 de octubre. No hay ni un alma en este pueblo de suelo salitroso y pasado remoto, hasta que aparece un líder comunitario con ropas tradicionales en su moto. Nos da los precios de los paseos y entrevistas y nos deja en el albergue comunitario de lindas chozas tradicionales (waluchas) pero sin luz. Es una noche bajo la inmensidad de otro universo… Chipaya no es un lugar de este país, ni siquiera un lugar de este mundo. 11 de octubre. Guías chipayas en motos nos llevan a la laguna y las comunidades próximas. Comemos asadito de llama que El templo pocoateño en actual restauración. Es el núcleo de la vida del pueblo. nos prepara a pedido don Francisco Lázaro y hablamos con doña Sebastiana Quispe, la protagonista del filme de Jorge Ruiz: “Triste estoy. A mi yerna le ha caído el rayo y la ha matado; después mi esposo se ha finado, solita estoy”, nos ha contado. 12 de octubre. El cielo se ha oscurecido, es lo más parecido que he visto a un huracán. Vuelan las trenzas menudas de las mujeres, vuelan la paja de los putunkus, vuela el sombrero de Tania… el pueblo entero vuela. 13 de octubre. Don Alcides ha aceptado sacar su vieja camioneta para llevarnos a Huachacalla. Salimos aún de noche y en el camino amanece el último paisaje de los pu- tunkus chipayas. EL TEMPLO ESCONDIDO 17 de octubre. De Oruro a Patacamaya y de allí a Curahuara de Carangas. Llegamos en un minibús repleto, con dos ovejas en la parrilla. En el corazón del pueblo todo gira en torno a la plaza, el cuartel, que fue campo de concentración, y el templo, que es mucho más que un templo. 18 de octubre. -“Buscamos al padre”. – “Yo soy el padre”. –“¿En serio, joven? … Más o menos así conocimos al padre Gabriel Antequera. Tiene 32 años, pinta de militar y energía inagotable. Nos cuenta que llegó a Curahua- 23 de octubre. De Sajama a Patacamaya; de Patacamaya a El Alto; de El Alto a Sapahaqui. Este valle es famoso por su fruta pero no vemos ninguna, ni gente ni alcalde, pues éste “atiende en La Paz”. No hay agua potable en el pueblo, todos se quejan. Sapahaqui tiene sed. 24 de octubre. Doña Nieves Raldes, la primera alcaldesa de Sapahaqui en 1994, cuenta que nunca quiso irse de su pueblo: “Yo nací en Sapahaqui pero en el original, el que se llevó el río en 1947”. Después vemos los vestigios de la tragedia: ruinas de una iglesia y casas camufladas entre los sembradíos. 25 de octubre. Un minibús nos deja en Chivisivi y en puertas a la comunidad, aún en pie, está la hacienda de Ballivián. Enormes habitaciones, gradas imperiales, una falca, pasillos con mosaicos azules… ¿Cuándo la gloria y el boato de estos valles se convirtió en un fósil? Nos adentramos a las chacras por sende- Una anciana, en la zona altiplánica, gana su subsistencia con la venta de caramelos. ros ensombrecidos. Siguiendo sus silbidos, encontramos a don Aurelio, pionero en la fabricación de vinos y singanis artesanales. Nos lleva a su falca y compartimos con este señor de 83 años, fuerte como un toro, sus sabrosas bebidas famosas en la región. “El singanito te mantiene joven”, confiesa entre salud y salud. 26 de octubre. Esperamos horas por un minibús que sí llegó, pero no tenía espacio, para ir a Caracato… Frustradas, recogemos las mochilas y volvemos al alojamiento. 27 de octubre. Caracato es también un pueblo valluno en lucha constante con el río. “Aquí nació Bartolina Sisa, la mujer de Julián Apaza, Túpac Katari. Aquí también vivió casi toda su vida, que acabó con un accidente automovilístico, el padre español Amador Merino, que regaló agua al pueblo que no lo olvida”, cuenta don Eloy Choque, presidente de la junta de vecinos, un señor alegre, de 70 años, que nos canta huayñitos. 28 de octubre. Ha ido imposible atravesar los 38 kilómetros que separan a Caracato de CONTINÚA EN LA PÁGINA 16 Un niño resguarda el sombrero de su madre; hay pocos menores en los pueblos.. 16-17 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 16 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Doña Sebastiana , en Chipay Chipaya, con sus nietos. Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Rumbo a un ignoto pueblo en el inmenso altiplano. VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS “ ’’ Tiempo de viaje: siete semanas. Pueblos visitados: 12. Kilómetros recorridos: más de 5.000. Fue un viaje inolvidable. Pobladores de Chipay Chipaya, en las cercanías cercanías de una lagulaguna. Es Es un sitio turístico. Azul VIENE DE LA PÁGINA 15 Luribay y tenemos que viajar 200 kilómetros hasta El Alto, para de allí viajar otros 200 a Luribay. 29 de octubre. Orgulloso de sus duraznos, Luribay es un valle de ensueño con clima amable y gente cálida. Por primera vez nos buscan, todos quieren contar sus vidas. Conocemos a doña Julia, de 83 años, quien además de cosechar sus campos, recitar en cuanto evento haya y dibujar el mapa del pueblo antiguo, ese que también se comió el río, es la memoria viva de un tiempo de haciendas y patrones: “Aquí había dos hermanas: las señoritas Clara y Elvira Santa María, eran dueñas de casi todo. Mi mamá vivía con la señorita Elvira, que tenía su casota en el pueblo. Cuando iba a su finca, yo era chiquita, los campesinos la recibían con bañadores de duraznos, de uvas… Después, con la Reforma todo ha cambiado, ha decaído. Las patronas ya no tenían ni para su colorete”. 30 de octubre. En la iglesia se guardan cuadernos de bautizo y matrimonio que datan del siglo XVI… Tania los lee cariñosamente durante horas. Tiene razón: aquí se van a perder. Vemos haciendas, campos, el centro turístico La Cabaña y sus falcas, pero ni un durazno en la capital del durazno. No Actualmente en viaje Liliana Carrillo, periodista. es su tiempo, nos consuelan antes de emprender viaje. Nos sigue la imagen del río de agua salada, de nombre cambiante, que se ha comido pueblos y que, egoísta, no brinda su caudal a los valles paceños. Noelia Zelaya, fotógrafa. Tania Sossa, investigadora social. LOS YUNGAS DIVERSOS 2 de noviembre. La flota que nos llevaba a Irupana, en los Yungas, se ha encunetado y llegamos al pueblo en camión. El paisaje reverdece con el clima de montañas sembradas de coca. Ha empezado a llover. 3 de noviembre. Fue pueblo de afrobolivianos y ahora Chicaloma es diversidad de razas y culturas. Doña Martina Barra, una morena alta y erguida de 50 años, es representante municipal, dirigente cocalera e integrante de la Saya de Chicaloma: “Soy agente cantonal pero pude haber sido concejal del municipio. A último momento han hecho perder mis papeles porque sabían que si entraba ya estaría en la silla. Esa vez, más que nunca, he sentido discriminación por ser mujer y por ser negra”, nos ha contado. 4 de noviembre. Los chicalomeños se quejan de que “la raza se está perdiendo”. “Los jóvenes ya no tienen orgullo de ser negros. La mezcla nos va a matar”, lamenta Natividad Barra. Nosotras nos vamos con la lluvia. Rojo 6 de noviembre. En un viaje accidentado, hemos atravesado los Yungas de sur a norte. Estamos en Caranavi, una ciudad pujante que huele a café. Últimos apuntes. Tiempo de viaje: siete semanas. Pueblos visitados: 12. Kilómetros recorridos: más de 5.000. Sándwichs de huevo ingeridos: 1.026. Entrevistas registradas: 203. Amigos conocidos: decenas, cientos… Gracias a todos, toditos. CONTINÚA EN LA PÁGINA 18 Un niño de la mina de Llallagua. Las nuevas generaciones se van del pueblo en busca de un mejor futuro. Alex Ayala, periodista. Juan Gabriel Estellano, fotógrafo. Daniel Platt, investigador social. Verde Benjamín Chávez, escritor y periodista. Manuel Seoane, fotógrafo. Robin Mamani, investigador social. 17 16-17 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 16 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Doña Sebastiana , en Chipay Chipaya, con sus nietos. Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Rumbo a un ignoto pueblo en el inmenso altiplano. VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA MIRADAS “ ’’ Tiempo de viaje: siete semanas. Pueblos visitados: 12. Kilómetros recorridos: más de 5.000. Fue un viaje inolvidable. Pobladores de Chipay Chipaya, en las cercanías cercanías de una lagulaguna. Es Es un sitio turístico. Azul VIENE DE LA PÁGINA 15 Luribay y tenemos que viajar 200 kilómetros hasta El Alto, para de allí viajar otros 200 a Luribay. 29 de octubre. Orgulloso de sus duraznos, Luribay es un valle de ensueño con clima amable y gente cálida. Por primera vez nos buscan, todos quieren contar sus vidas. Conocemos a doña Julia, de 83 años, quien además de cosechar sus campos, recitar en cuanto evento haya y dibujar el mapa del pueblo antiguo, ese que también se comió el río, es la memoria viva de un tiempo de haciendas y patrones: “Aquí había dos hermanas: las señoritas Clara y Elvira Santa María, eran dueñas de casi todo. Mi mamá vivía con la señorita Elvira, que tenía su casota en el pueblo. Cuando iba a su finca, yo era chiquita, los campesinos la recibían con bañadores de duraznos, de uvas… Después, con la Reforma todo ha cambiado, ha decaído. Las patronas ya no tenían ni para su colorete”. 30 de octubre. En la iglesia se guardan cuadernos de bautizo y matrimonio que datan del siglo XVI… Tania los lee cariñosamente durante horas. Tiene razón: aquí se van a perder. Vemos haciendas, campos, el centro turístico La Cabaña y sus falcas, pero ni un durazno en la capital del durazno. No Actualmente en viaje Liliana Carrillo, periodista. es su tiempo, nos consuelan antes de emprender viaje. Nos sigue la imagen del río de agua salada, de nombre cambiante, que se ha comido pueblos y que, egoísta, no brinda su caudal a los valles paceños. Noelia Zelaya, fotógrafa. Tania Sossa, investigadora social. LOS YUNGAS DIVERSOS 2 de noviembre. La flota que nos llevaba a Irupana, en los Yungas, se ha encunetado y llegamos al pueblo en camión. El paisaje reverdece con el clima de montañas sembradas de coca. Ha empezado a llover. 3 de noviembre. Fue pueblo de afrobolivianos y ahora Chicaloma es diversidad de razas y culturas. Doña Martina Barra, una morena alta y erguida de 50 años, es representante municipal, dirigente cocalera e integrante de la Saya de Chicaloma: “Soy agente cantonal pero pude haber sido concejal del municipio. A último momento han hecho perder mis papeles porque sabían que si entraba ya estaría en la silla. Esa vez, más que nunca, he sentido discriminación por ser mujer y por ser negra”, nos ha contado. 4 de noviembre. Los chicalomeños se quejan de que “la raza se está perdiendo”. “Los jóvenes ya no tienen orgullo de ser negros. La mezcla nos va a matar”, lamenta Natividad Barra. Nosotras nos vamos con la lluvia. Rojo 6 de noviembre. En un viaje accidentado, hemos atravesado los Yungas de sur a norte. Estamos en Caranavi, una ciudad pujante que huele a café. Últimos apuntes. Tiempo de viaje: siete semanas. Pueblos visitados: 12. Kilómetros recorridos: más de 5.000. Sándwichs de huevo ingeridos: 1.026. Entrevistas registradas: 203. Amigos conocidos: decenas, cientos… Gracias a todos, toditos. CONTINÚA EN LA PÁGINA 18 Un niño de la mina de Llallagua. Las nuevas generaciones se van del pueblo en busca de un mejor futuro. Alex Ayala, periodista. Juan Gabriel Estellano, fotógrafo. Daniel Platt, investigador social. Verde Benjamín Chávez, escritor y periodista. Manuel Seoane, fotógrafo. Robin Mamani, investigador social. 17 18 11-12-11 MIRADAS20111211DOM 18 MIRADAS VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA Domingo 11 de diciembre de 2011 Página SIETE Un árbol se af aferra erra al huraño huraño suelo de la puna. Tr Trata de recibir recibir sol. Un remolino en la altipampa de las proximidades de Chipaya. Son cada vez más frecuentes. “ ’’ El Equipo Azul viajó durante siete semanas por la región andina del país. En Chipay Chipaya, en la lagulaguna habilitada para para visivisitas de los turistas. Un puente colgante en la localidad yungueña de Irupana. Una tienda de pueblo con los gatos de rigor, dormidos, de la dueña.