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Visión general de la circulación Características físicas de la circulación La circulación está dividida en la pulmonar y la sistémica. Y sus componentes funcionales son: - Arterias: transportan sangre hacia los tejidos con presiones altas, sus paredes son fuertes. Arteriolas: controlan el flujo sanguíneo en cada lecho tisular en respuesta a sus necesidades, tienen paredes fuertes y se contraen y dilatan según el estímulo. Capilares: median el intercambio nutricional, de líquidos; sus paredes son finas y permeables a moléculas pequeñas. Vénulas. Venas: transportan la sangre al corazón, sirven de reserva sanguínea. Sus paredes son finas, con baja presión y flujo sanguíneo rápido. La circulación es un circuito completo. Los vasos sanguíneos son distensibles, cada vez que el corazón se contrae los vasos distienden; mientras que cuando el corazón esta relajado, los vasos se retraen. Como el flujo sanguíneo recorre siempre los mismos vasos, cualquier cambio del flujo en una zona aislada del circuito altera transitoriamente el flujo en las demás zonas. Por ejemplo, una constricción intensa de las arterias en la circulación sistémica puede reducir transitoriamente el gasto cardíaco total, en cuyo caso el flujo sanguíneo hacia los pulmones disminuye en la misma medida que el flujo sanguíneo hacia los pulmones disminuye de igual manera que el flujo en la circulación sistémica. El volumen de sangre no puede modificarse con rapidez ni la sangre puede comprimirse, lo que se traduce en que si un vaso sanguíneo se constriñe, otro debe dilatarse. El volumen de sangre se modifica gracias al intercambio con el líquido intersticial o por cambios en la excreción renal. El mayor volumen sanguíneo se distribuye en las venas de la circulación sistémica. La velocidad del flujo sanguíneo es inversamente proporcional a la superficie transversal vascular total. Las superficies totales transversales aproximadas de los vasos sistémicos en una persona normal son: Las presiones varían en las distintas partes de la circulación. Como el bombeo es pulsátil, la presión arterial aórtica aumenta hasta su punto máximo (presión sistólica) durante la sístole y desciende hasta su punto más bajo (presión diastólica) al final de la diástole. En el adulto sano, la presión sistólica es de 120 mmHg y la diastólica es de 80 mmHg. La diferencia entre la presión sistólica y la diastólica se conoce como presión de pulso. En las venas cavas y la aurícula derecha del corazón, la presión se ha reducido hasta 0 mmHg. En los capilares las presiones varían en el extremo arteriolar es de 35 mmHg y en el extremo venoso llega a los 10 mmHg. http://ocw.unican.es/ciencias-de-la-salud/fisiologia-humana-2011-g367/material-de-clase/bloque-tematico-1.-fisiologiadel-aparato/tema-6.-circulacion-arterial.-presion-arterial/tema-6.-circulacion-arterial.-presion-arterial. Principios básicos de la función circulatoria - - - El flujo sanguíneo hacia cada tejido del organismo se controla en función de las necesidades del tejido. La microvasculatura controla el flujo sanguíneo local hasta el nivel requerido para la actividad tisular, el control nervioso y hormonal de la circulación también colabora en la regulación. El gasto cardíaco es la suma de todos los flujos tisulares locales. El corazón responde automáticamente al regreso de sangre bombeándola inmediatamente hacia las arterias. La regulación nerviosa también se ve involucrada en el proceso. La regulación de la presión arterial es generalmente independiente del control del flujo sanguíneo locas o del control del gasto cardíaco. Si la presión arterial cae, se desencadenan reflejos nerviosos que elevan la presión hasta la normalidad a través del aumento de la fuerza cardíaca, la venoconstricción y constricción arteriolar. Bajo la situación anterior crónica, el riñón desempeña un papel hormonal, regulando la presión y el volumen sanguíneo. Interrrelaciones entre la presión, el flujo y la resistencia El flujo sanguíneo en un vaso está determinado por el gradiente de presión y la resistencia vascular, este principio se expresa bajo la siguiente fórmula: 𝐹= ∆𝑃 𝑅 Donde F es flujo sanguíneo, ∆P es la diferencia de presión entre un vaso y R es resistencia. La presión arterial se expresa en mmHg y el flujo sanguíneo se expresa en mL/min; la resistencia en mmHg/mL por minuto. En la circulación pulmonar, el gradiente de presión es mucho menor que en la circulación sistémica, mientras que el flujo es el mismo, porque la resistencia vascular pulmonar total es mucho menor que la resistencia vascular sistémica. La ley de Poiseuille establece que el diámetro de un vaso tiene un gran efecto en la resistencia al flujo sanguíneo, con la fórmula: 𝑅𝑒𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 ∝ (𝐶𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 × 𝑉𝑖𝑠𝑐𝑜𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑 × 𝐿𝑜𝑛𝑔𝑖𝑡𝑢𝑑) 𝑅𝑎𝑑𝑖𝑜4 El descenso del radio de un vaso sanguíneo aumenta muchísimo la resistencia vascular. En un sistema de vasos sanguíneos en paralelo, como la circulación sistémica, en el que cada órgano está irrigado por una arteria que se divide en múltiples vasos, la resistencia total se puede expresar como: 1 1 1 1 1 = + + +⋯ 𝑅 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙 𝑅1 𝑅2 𝑅3 𝑅𝑛 Donde R1, R2, R3 y Rn son las resistencias de los distintos vasos sanguíneos de cada uno de los lechos vasculares en la circulación. La resistencia total es menor que la resistencia de cualquiera de los lechos vasculares individuales. Para un grupo de vasos organizados en serie, como sucede en un tejido en el que el flujo sanguíneo atraviesa las arterias, arteriolas, capilares y venas, la resistencia total es la suma de las resistencias individuales: 𝑅 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙 = 𝑅1 + 𝑅2 + ⋯ 𝑅𝑛 La conductancia es una medición de la facilidad con la que el flujo sanguíneo atraviesa el vaso, y es el recíproco de la resistencia. 𝐶𝑜𝑛𝑑𝑢𝑐𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎 = 1 𝑅𝑒𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 El aumento del hematocrito y el aumento de la viscosidad elevan la resistencia vascular y disminuyen el flujo sanguíneo. La viscosidad de la sangre es tres veces mayor a la del agua. El principal factor contribuyente de viscosidad en la sangre son los eritrocitos suspendidos, los cuales ejercen un arrastre por fricción sobre las células adyacentes y contra la pared del vaso. El hematocrito, o proporción de sangre que corresponde a células es de 40%. Cuanto mayor sea el hematocrito, o sea, la viscosidad de la sangre, mayor será la resistencia. La autorregulación atenúa el efecto de la presión arterial en el flujo sanguíneo tisular. El incremento de la presión arterial normalmente inicia incrementos compensadores de la resistencia vascular en pocos segundos mediante mecanismos locales. La capacidad de cada tejido de ajustar sus resistencia vascular y mantener el flujo normal durante cambios de presión arterial entre 70 y 175 mmHg se denomina autorregulación del flujo sanguíneo. Bibliografía: Hall J E, Guyton A C. Compendio de Fisiología médica. 12ma edición. Barcelona: Elsevier; 2012. Por: Lidia Hjartaker, estudiante de la Facultad de Medicina.