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ENCUENTRO Y DIÁLOGO CON LA PALABRA
Mc 4,26-34: “La semilla germina y va creciendo”
1. PREPARARSE PARA EL ENCUENTRO:
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3. ACOGIENDO LA PALABRA COMO DISCÍPULO:
“Limpia y purifica, Señor, mi mente, mis labios y mi
corazón”
El reino de Dios está ya aconteciendo. Abrir los
sentidos y el corazón para acoger la presencia y la
gracia de Dios
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“Es bueno dar gracias al Señor”. Vivir desde el
agradecimiento y la gratitud a Dios
Estas dos imágenes que te presenta Jesús, ¿te hablan
de cómo Dios se hace presente en tu vida, de cómo actúa
en tu corazón?
2. TEXTO: Mc 4,26-34
Dijo Jesús a la gente:
-El reino de Dios se parece a un hombre que
echa simiente en la tierra. El duerme de noche
y se levanta de mañana; la semilla germina y va
creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va
produciendo la cosecha ella sola: primero los
tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando
el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha
llegado la siega.
Dijo también:
-¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿qué parábola
usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es
la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que
las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros
pueden cobijarse y anidar en ellas.
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra,
acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas,
pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Recoge lo más significativo de este momento como petición o acción de gracias:
4. ANUNCIANDO LA PALABRA COMO APÓSTOL:
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Descentrarme de mi mismo y ponerme en el lugar del
otro. Desde su momento, sensibilidad, lenguaje, ¿cómo
puedo anunciarle la Buena Noticia de Jesús?
Renovar la fe en al fuerza de la gracia. Nada es
imposible para Dios. La semilla de la fe puede germinar
y crecer en toda persona
Un propósito que llevar a la vida:
11º Tiempo Ordinario (cicloB): 17 de junio 2012
Para cualquier cosa que necesites o desees compartir: laoracionvirtual@hotmail.com
ENCUENTRO Y DIÁLOGO CON LA PALABRA
Mc 4,26-34: “La semilla germina y va creciendo”
Mc 4, 26-34
Después de un tiempo pascual intenso y varios domingos de grandes fiestas,
volvemos a ese tiempo ordinario que nos invita a vivir lo sencillo de nuestra vida con el poso
que haya dejado en nosotros haber renovado nuestra fe.
El tiempo ordinario es el tiempo de lo sencillo y lo concreto.. Es un tiempo donde lo
ordinario y cotidiano de nuestra vida está llamado a vivirse con hondura y fidelidad. Es el
tiempo de construir desde la perseverancia, dejando que se consoliden nuestras opciones.
Este domingo viene precedido de dos días muy especiales, celebrados el viernes y el
sábado: el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado corazón de María… Ojala nosotros
afrontemos este nuevo tiempo con un corazón renovado, atraído por la manera de amar del
mismo Dios, y también de María.
El evangelio de este domingo nos lleva de nuevo al camino de seguimiento de los
discípulos, que recorren los caminos y aldeas junto a Jesús. Jesús los instruye, educa sus
corazones, les abre posibilidades nuevas… pero también les hace partícipes de su manera de
mirar, de acoger, de amar.
Ponte en camino con Jesús. En esta semana siente su compañía en medio de tus
propios caminos, de lo que cada día tus ojos contemplan (cuando vas al trabajo, cuando te
encuentras con las personas, cuando te fijas en algún elemento de la naturaleza…). Abre tus
sentidos, y escucha tu interior. Quizá también Jesús tenga alguna palabra o parábola que
desea susurrarte.
ACOGIENDO LA PALABRA COMO DISCÍPULO:
1.- El salmo de esta semana (salmo 91) nos invita a proclamar juntos como comunidad: “Es
bueno dar gracias al Señor”. Te invito a que te adentres en este encuentro y diálogo con el
Señor y su palabra desde esta actitud del corazón. Reconoce todo lo bueno que hay en tu
vida: en ti mismo como persona, en lo que te rodea, en aquellos con los que convives… Todo
es don gratuito, un regalo que se te ha entregado. Gusta en tu corazón el don de la
gratitud, experiméntate afortunado y dichoso. Aunque también haya dificultades y
contratiempos, seguro que encuentras muchos motivos por los que dar gracias a Dios. ¿De
qué te sientes especialmente agradecido? De aquello que forma lo sencillo y cotidiano de tu
vida, ¿qué experimentas con más alegría y gratitud? ¿Reconoces la mano del Señor
bendiciendo tu vida?
Cultiva en esta semana este don o fruto de la gratitud. Deja que alcance tu corazón, que se
prolongue en tu mirada, que se exprese en tus manos…. Contempla a Jesús, dando gracias
siempre al Padre, encontrando siempre lo bueno en los otros. ¿Deseas ser cada día un poco
más agradecido? ¿Qué te puede ayudar a ello?
2.- En esta parábola, Jesús nos habla del Reino de Dios. Desea mostrarnos cómo emerge,
cómo está ya cerca de nosotros. Para ello, se vale de imágenes sencillas. Son imágenes que
El ha dejado pasar primero por su corazón. Con ellas ha gustado que el reino de Dios esta
cerca… que actúa en la historia y en la vida de las personas.
Vete imaginando y contemplando lo que nos muestra Jesús. El reino de Dios se parece a una
semilla que va creciendo, poco a poco, misteriosamente.. más allá del día y la noche, de la luz
y la oscuridad, del sol y del fío… El reino de Dios se parece a un grano de mostaza, pequeño,
insignificante, pero portador de una fuerza transformadora.. Imagina estas semillas de las
11º Tiempo Ordinario (cicloB): 17 de junio 2012
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ENCUENTRO Y DIÁLOGO CON LA PALABRA
Mc 4,26-34: “La semilla germina y va creciendo”
que habla Jesús, semillas que están ocultas en la tierra… que actuando en lo escondido
fecundando todo de vida según van creciendo. ¿Qué sentimientos o sensaciones evocan en
ti? ¿Te hablan de cómo Dios se hace presente en tu vida, de cómo actúa en tu corazón?
¿Cómo crees que estas imágenes pueden iluminar tu vida?
ANUNCIANDO LA PALABRA COMO APÓSTOL
1.- En el evangelio de hoy se muestra de manera preciosa la pedagogía de Jesús. El se pone
en el lugar de aquellos que le escuchan, y busca las imágenes y palabras con las que puedan
comprender su mensaje.
Jesús hace el ejercicio de descentrarse de sí mismo. Coloca en el centro el mensaje del
que se experimenta portador y aquellos que han de recibirlo. Se muestra como un
instrumento, como aquel que es transmisor de una buena noticia que busca ser escuchada.
Haz también tú, como aprendiz de apóstol este ejercicio de descentrarte de ti mismo.
Reconócete portador de un mensaje que es la buena noticia del evangelio. Dios te ha
confiado que pueda alcanzar a otros. Para ello cuenta contigo. Sabe de tu debilidad pero
desea contar con la generosidad de tu corazón en esta tarea que fue y sigue siendo la suya.
Pero mira también a todos aquellos que te rodean. Reconoce la diversidad de sus
sensibilidades, momentos vitales, de fe… Siendo el mensaje igual para todos, a cada uno
puede llegarle de una manera diferente.
Preséntale al Señor a una persona en concreto. Haz tuyo su momento vital y de fe. Intenta
conectar con su sensibilidad, gustos, lenguaje… Pídele a Dios hacer este ejercicio de
ponerte en su lugar. ¿Qué imagen, sencillo gesto, palabra… crees que puede transmitirle
algo de esta buena noticia que es el evangelio y Jesús mismo? ¿Te animas a plasmarlo de
alguna manera esta semana, a tener el coraje y la valentía para dar un paso?
2.- Las dos parábolas del evangelio de esta semana nos invitan a creer en la fuerza de la
gracia. Igual que la semilla crece de manera misteriosa, aun en lo oculto, cuando
aparentemente nada está aconteciendo.. igual que la pequeñez de la semilla no es
impedimento para crecer.. igual que hay algo que pertenece al misterio y no depende de la
voluntad del hombre…. igual pasa con la gracia, con el don de la fe.
Quizá en tu vida apostólica te has encontrado con personas con fuertes impedimentos o
resistencias para creer. Por su manera de pensar, por su historia o experiencias pasadas,
porque apenas conocen al Dios de Jesús… parece una utopía o un imposible que puedan dar
el salto a la fe, encontrarse cara a cara con Jesús
En esta semana renueva en tu corazón de apóstol la fe en la fuerza de la gracia. Pídele a
Dios que te ayude a descubrir esas capas de increencia que también a veces anidan en
nuestro corazón. Háblale de aquellas personas que percibes así, en esta distancia grande.
Háblale de tus dificultades, impotencias, deseos…. Y repite con fe, varias veces: “Señor,
creo en la fuerza de tu gracia. Sé que la semilla de la fe puede germinar y crecer en toda
persona. Dame confianza en ti”
11º Tiempo Ordinario (cicloB): 17 de junio 2012
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