Download 8 diciembre Fiesta Inmaculada

Salve, lucero que el sol nos anuncia;
Salve, regazo del Dios que se encarna.
Salve, por Ti la creación se renueva;
Salve, por Ti el creador se hace niño.
Salve, ¡Virgen y Esposa!
Del Evangelio de San Lucas
Canto
G: No hay alabanza digna de Ti, virginidad inmaculada y santa.
T: Porque en tu seno has llevado al que ni el cielo puede contener.
G: Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
T: Porque en tu seno has llevado al que ni el cielo puede contener.
Himno a María:
Salve, milagro primero de Cristo;
Salve, compendio de todos sus dogmas..
Salve, celeste escalera que Dios ha bajado;
Salve, oh puente que llevas los hombres al cielo.
Salve, inefable, la Luz alumbraste;
Salve, a ninguno dijiste el secreto.
Salve, del docto rebasas la ciencia;
Salve, de fiel iluminas la mente.
Salve, Tú eres de veras
el trono del Rey;
Salve, Tú llevas en Ti
al que todo sostiene.
«María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él
miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho
en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!»
Oración de gratitud a Santa María:
Gracias por ser Santa María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra,
desde siempre.
Gracias por haber acogido
en tu seno purísimo
a quien es la Vida y el Amor.
Gracias por haber mantenido
tu "Hágase" a través de todos
los acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos
dignos de ser acogidos y vividos.
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Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad,
por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia, por tu fidelidad,
por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes
que te hacen hermosa y que Dios
nos permite contemplar.
inmaculada. El Espíritu Santo la cubrió con su sombra y se convierte
en Madre de Dios.
Del Evangelio de San Lucas:
«Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha
favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por
nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al
Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?”.El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre
ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño
será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel
concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril,
ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para
Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se
cumpla en mí lo que has dicho”.Y el Ángel se alejó.»
Gracias por tu mirada maternal,
por tus intercesiones, tu ternura,
tus auxilios y orientaciones.
Gracias por tantas bondades.
En fin, gracias por ser Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra.
Amén.
G. María cantó lo que el Señor ha realizado en Ella y también
nosotros contemplamos agradecidas lo que Dios hizo en María.
Dime quién eres
G. Oh Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra,
Oraciones espontáneas y gesto.
G. «Grandes cosas» ha obrado Dios en María. Renovamos nuestra
comunión con Ella, mujer de nuestra estirpe, hermana en la fe. En
María, la historia de Dios se hace nuestra historia. Gracias a este Sí
se hace nuestro único Salvador y camina con la Madre a lo largo de
las sendas de nuestra humanidad. Dios Padre elige a María desde la
eternidad. Antes que el mundo existiese. Cristo la amó y se entregó
así mismo por Ella y la quiso presentar santa, resplandeciente e
T. Sé que soy indigno de acercarme a ti, de venerarte;
pero porque te amo, te suplico que me digas quién eres.
G. Deseo ardientemente conocerte, para amarte más plenamente.
T. Deseo hacerte conocer para que sean muchos los que te amen.
Deseo que cuanto antes, reines en todos los corazones
presentes y futuros.
G. Algunos no conocen tu nombre, otros, oprimidos por sus pecados,
no se atreven a elevar su mirada hacia ti;
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T. Otros piensan que tu presencia no es necesaria para alcanzar la
finalidad de la vida.
G. Muchos te aman, te veneran, pero son pocos los que están
dispuestos a dar todo por tu amor; el trabajo, el sufrimiento,
hasta sacrificar la propia vida.
T. Que todos los hombres te reconozcan como Madre, y que todos,
a través tuyo, se sientan hijos de Dios y se amen como hermanos.
Amén.
T. María queremos tener nuestra mirada fija en tu mirada, para
escuchar, descubrir y realizar el sueño que Dios pensó para cada
uno de nosotros.
L 1. María tu corazón es como el altar sobre el cual todo lo que
somos y hacemos es ofrecido, quemado y consumado por tu
amor.
T. ¿María qué podemos ofrecerte? ¿Qué te puedo ofrecer?
Canto:
De los escritos de Maximiliano:
“Ámala como Madre, con toda generosidad; Ella te ama hasta
sacrificar al Hijo de Dios; en la anunciación te acogió como Hijo, Ella
te hará semejante a sí misma, te hará cada vez más inmaculado, te
nutrirá con la leche de su gracia. Déjate sólo guiar por Ella, déjate
plasmar cada vez más libremente por Ella.” (E.K. 1334)
G. Nos unimos a sus mismos sentimientos y renovamos nuestra
consagración.
L 1. Nos dice el Padre Kolbe: “No temas recibir a María, no temas
escucharla, no temas hacer todo lo que Ella te dice, no temas
amarla, porque nunca llegarás a amarla como la amó Jesús”.
T.
Madre, para que su maternidad conquiste nuestro ser, hasta que
nos lleve al encuentro del Señor”.
María queremos recibirte en nuestro corazón, queremos que
camines con nosotros en nuestra vida, y sentir que nos llevás de
la mano.
L 2. Nos dice el Padre Kolbe: “Pongamos nuestra mano en la mano de
María, apretémosla fuerte porque es la mano de nuestra
Te ofrecemos lo que somos y lo que hacemos, nuestro
espíritu, con todas sus aspiraciones y deseos, nuestra mente con
todos sus pensamientos, intuiciones, angustias.
Te ofrecemos nuestro cuerpo con todas sus facultades y
sufrimientos; nuestro corazón con todos sus afectos, sentimientos,
la capacidad de amar, las tristezas y las alegrías; todo lo que
hacemos, nuestro trabajo.
Te ofrecemos nuestra vida consagrada, nuestra obediencia,
nuestra castidad, nuestra pobreza para que nos ayudes a alcanzar la
plenitud de los místicos esponsales.
Recibe todo esto en tus manos, y entrégalos al Padre, y así
ofrecido sea medio de salvación para toda la humanidad para ser
como Vos misioneras del amor y la misericordia de Dios.
Canto:
De los escritos de Maxilimiano:
La Inmaculada: éste es nuestro ideal.
«Acercarnos a Ella, asemejarnos a Ella, permitirle que posea
nuestro corazón y todo nuestro ser, que viva y obre en nosotros y
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por medio nuestro, que ame a Dios con nuestro corazón y que
nosotros le pertenezcamos sin restricciones: Éste es nuestro ideal!
Insertarnos activamente en nuestro ambiente, llevar a todos los
hombres a Ella... Éste es nuestro ideal.»
G. El ideal nos hace uno. Queremos renovar nuestra adhesión al
ideal y nuestro compromiso de continuar creando comunión entre
nosotras y con los demás nos damos el saludo de la paz.
Canto final.
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