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PROTOCOLO DE INDICACIONES DE LA RESONANCIA MAGNÉTICA EN LA PATOLOGÍA RAQUÍDEA SOCIEDAD BOLIVIANA DE NEUROLOGIA Presidente Dr. Mario Camargo Vicepresidente Dr. Alejandro Peralta Tesorero Dr. Walter Arias Secretario Dr. Carlos Mercado Vocales Dra. Yanet Laguna Dr. Jose Cuellar Comisión de Redacción Dr. Mario Camargo Dr. Alejandro Peralta Dr. Walter Arias Dr. Carlos Mercado Dra. Yanet Laguna Dr. Jose Cuellar Dr. Carlos Laforcada Dr. Gunter Paz Dr. Juan Carlos Duran Dr. Marcelo Aramayo Dr. Federico Fortún Dr. Henry Nuñez Aspectos técnicos y características de la imagen por RM La obtención de imágenes mediante resonancia magnética (RM) ha mejorado enormemente el diagnóstico y manejo clínico de las enfermedades neurológicas. Este indudable avance en la tecnología del diagnóstico por imagen ha supuesto una verdadera revolución en lo que a patología medular se refiere, pues este área adolecía de importantes limitaciones1 . La mielografía fue, hasta la llegada de la tomografía axial computarizada (TAC), la técnica hegemónica en el diagnóstico de las enfermedades medulares. Además de ser una técnica invasiva, la mielografía sólo proporciona imágenes del espacio 1 subaracnoideo perimedular y perirradicular, demostrando signos indirectos de la lesión sin aportar información sobre su naturaleza. La otra prueba de imagen clásica es la TAC, que en la columna aporta una buena imagen del marco óseo pero define mal el tejido medular y partes blandas. La TAC tiene la desventaja de que sólo permite hacer cortes axiales y somete al paciente a radiación. El estudio debe estar dirigido a un nivel concreto que incluya pocos segmentos vertebrales, por lo que la orientación clínica debe ser muy precisa. Por el contrario, la RM es una técnica inocua que permite rastrear la longitud de la columna vertebral y su contenido en poco tiempo, y proporciona imágenes de alta calidad anatómica de diversos tejidos. Se utilizan distintas secuencias de RM para realzar unas u otras estructuras. La secuencia T1, con alta relación señal-ruido, es la de elección para el estudio anatómico. Esta secuencia diferencia la sustancia gris medular de la sustancia blanca, más rica en mielina, y delimita el espacio subaracnoideo perimedular y el origen de las raíces. La RM se ve superada por la TAC sólo en la definición de tejidos ricos en calcio, como la cortical de los cuerpos vertebrales o el anillo discal calcificado. Esta limitación es relativa ya que las secuencias T1 actuales resaltan la señal grasa de la médula ósea de los cuerpos vertebrales y apófisis e identifican los ligamentos y cartílagos articulares, proporcionando en su conjunto una excelente reproducción de la anatomía y lesiones de la columna vertebral. Como en el tejido encefálico, la utilización de contraste paramagnético sobre un estudio T1 puede realzar lesiones medulares poco visibles y diferenciarlas del edema circundante. La RM potenciada en T2 sirve para resaltar lesiones con alto contenido en agua como las inflamatorias o isquémicas. La llamada secuencia fast-spin-echo hace brillar el líquido cefalorraquídeo (LCR), consiguiendo un efecto mielográfico. El rendimiento de la RM raquimedular progresa continuamente, superando algunas de sus limitaciones iniciales, como los artefactos por el propio LCR o el movimiento2 . El tiempo y condiciones de la exploración también han mejorado utilizando protocolos técnicos específicos como secuencias stir, echo de gradiente, supresión de agua o grasa, RM difusión, CISS, trasferencia de magnetización, etc. La angio-RM, secuencia que resalta el árbol vascular, puede confirmar malformaciones vasculares, aunque por ahora no sustituye a la angiografía convencional. Indicaciones de RM Son escasos los estudios sobre el impacto diagnóstico, terapéutico y económico que ha supuesto el, ya extendido, uso de la RM en patología raquimedular3,4 . Es por ello que no se puede elaborar una guía de indicaciones de la RM basada estrictamente en información científica rigurosa. En la figura 1 proponemos un protocolo de utilización de las pruebas diagnósticas útiles en esta patología en el que la RM es la técnica sobre la que pivotan el resto de las exploraciones. Algunos trabajos han observado un impacto muy favorable respecto al estudio de los pacientes con afectación neurológica4 , hecho que la práctica clínica parece corroborar. Se ha establecido que desde el advenimiento de la RM se evitan el 90% de las mielografías y el 50% de las TAC, obteniendo además mayor sensibilidad y especificidad diagnóstica de forma inocua3 . La RM está contraindicada sólo en aquellos pacientes portadores de implantes metálicos ferromagnéticos, como marcapasos, estimuladores o material quirúrgico metálico. Los clips quirúrgicos modernos están diseñados para evitar este problema. No existe información sobre el efecto del campo 2 magnético sobre la mujer embarazada. En general se tiende a posponer la exploración en mujeres embarazadas si la situación clínica lo permite. Los estudios experimentales no han demostrado riesgo para el feto o la madre ni se han comunicado efectos teratógenos humanos. En la tabla 1 se enumeran las contraindicaciones absolutas y relativas aceptadas en la actualidad. Las ventajas de la RM en patología radiculomedular son tales que toda sospecha clínica debe ser estudiada mediante esta técnica. En la tabla 2 se enumeran algunas pistas útiles que sugieren radículo o mielopatía e indican la necesidad de un estudio de imagen. El protocolo RM para columna se inicia con un estudio sagital que rastrea diferentes niveles para luego centrar los cortes axiales en la región donde se sospecha la patología. Este rastreo inicial se limita por razones técnicas y operativas a una de las tres regiones: cervical, dorsal y lumbosacra. El clínico debe intentar delimitar una de estas regiones, lo que en ocasiones no es fácil de determinar. La mielopatía cervical puede manifestarse predominantemente en miembros inferiores, haciendo sospechar un origen dorsal e indicando el estudio RM a ese nivel, que será falsamente negativo. Algo similar puede ocurrir en la afectación de cono medular, en que la RM lumbar puede ser demasiado baja para demostrar completamente la lesión. Conviene recordar aquí que la médula termina a nivel L1, por lo que en una paraparesia piramidal no está indicado realizar una RM lumbar sino dorsal. Indicaciones de TAC Como hemos apuntado anteriormente, la radiología simple y TAC son técnicas complementarias a la RM, especialmente útiles en el estudio de patología discal y ósea por tener una mayor resolución sobre estructuras calcificadas como los osteofitos y hernias discales. La RM puede tener dificultades para discernir si una raíz está comprimida por material discal u óseo. Incluso a veces puede ser necesario realizar TAC realzada con contraste intratecal para confirmar una compresión o engrosamiento equívocos en RM o TAC simple. La RM con contraste ha supuesto un avance sustancial en el seguimiento de la hernia discal intervenida por ser capaz de diferenciar entre recidiva herniaria y fibrosis postquirúrgica. Algunos autores consideran que en la sospecha de radiculopatía lumbar por hernia discal la TAC es superior a la RM y debe ser la técnica de elección. También en el estudio de los síndromes de estenosis de canal, la TAC es más fiel en las medidas del estuche óseo que la RM. En el estudio de la transición cérvico-dorsal, la TAC es insuficiente por el artefacto que producen los hombros, por lo que en esta región la técnica de elección es siempre RM. No existe en este momento una indicación específica de estudio mielográfíco, aunque se sigue realizando en casos concretos y pacientes seleccionados, por ejemplo para la evaluación prequirúrgica de la estenosis de canal. La arteriografía medular estará indicada cuando la imagen RM sea sospechosa de malformación vascular intra o extramedular. 3 Estudio de líquido cefalorraquídeo Otras pruebas complementarias no radiológicas ayudan a la RM a establecer el diagnóstico etiológico y la afectación funcional de médula y raíces. Debe realizarse punción lumbar y análisis de LCR siempre que se sospeche una causa inflamatoria o infiltrativas, y analítica sanguínea cuando se indague sobre una enfermedad sistémica con repercusión medular. Pruebas neurofisiológicas Entre las pruebas neurofisiológicas, la electromiografía (EMG) es muy útil para confirmar y cuantificar el daño de la raíz motora estableciendo el nivel o niveles lesionales. Los potenciales evocados somatosensoriales exploran la vía sensitiva ascendente cordonal posterior y la estimulación magnética la vía piramidal descendente. Estas exploraciones están indicadas incluso cuando no se observen alteraciones en la RM, pues hay enfermedades que pueden no mostrar lesión estructural pero sí disfunción de un sistema. Esto puede ocurrir por ejemplo en los síntomas sensitivos de una lesión cordonal posterior por una lesión desmielinizante no visible en la RM convencional, o en la mielopatía por VIH con RM normal. En la tetraparesia flácida de rápida instauración los estudios de conducción nerviosa periférica y la estimulación repetitiva intermitente diferenciarán una mielopatía en fase inicial de shock medular de una polineuropatía motora aguda o una crisis miasténica. La neurofisiología nos ayuda a objetivar estas disfunciones y a discriminar a los pacientes con quejas "funcionales" de valoración clínica difícil como los síntomas sensitivos o torpeza motora. Consideración final La RM nos facilita enormemente el trabajo aunque, como toda técnica diagnóstica, tiene sus limitaciones, e incluso puede inducir a errores diagnósticos y terapéuticos por la demostración de lesiones incidentales mal interpretadas como causantes del problema médico. Esto ocurre en el estudio del dolor en raquis, con o sin irradiación por extremidades. En la resonancia de estos pacientes con frecuencia se observan signos degenerativos osteodiscales. No se ha establecido la correlación clínico-radiológica de estos hallazgos, por lo que su interpretación es difícil. Por ejemplo algunos estudios han establecido que hasta un 20% de las personas asintomáticas de edad media tienen imágenes en su RM de protusión o hernia discal. Este porcentaje se eleva hasta un 50% en mayores de 65 años3,5 . Lamentablemente esta alta sensibilidad de la RM se asocia a un alto porcentaje de hallazgos falsos positivos. Es por ello que la técnica diagnóstica debe mantenerse dirigida e interpretada por el contexto clínico. Ello es especialmente cierto en la valoración del gran número de pacientes con signos degenerativos en su columna vertebral. 4