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“Consecuencias sanitarias CUANDO LA FAUNA NO ES TAN SILVESTRE COMO PARECE” Marzo 2008, Jara y Sedal Fauna Silvestre y Salud En un ecosistema natural en equilibrio, la mayoría de las poblaciones animales sobreviven con bajos niveles de enfermedad, o con epidemias periódicas que tienden a autocontrolarse. Sin embargo, pocos son hoy en día los lugares en que se pueda decir que existen ecosistemas completamente naturales en sentido estricto. En nuestro país, aunque nos duela admitirlo, ni siquiera aquellos espacios que nos empeñamos en llamar “naturales”, y que pretendemos “conservar”, pueden considerarse en equilibrio. Sus mecanismos de regulación han sido heridos de muerte o simplemente suprimidos, y el mantenimiento del “espacio natural” no puede ya producirse sin intervención humana. En definitiva, todo está sujeto en mayor o menor medida a nuestro manejo. Al estudiar las enfermedades de los animales silvestres, suelen tomarse como punto de partida una serie de factores que hacen que la transmisión de éstas sea muy diferente a la que puede tener lugar entre los animales domésticos. El mas importante, sin duda, es la baja densidad habitual en especies silvestres, que dificulta los contagios. Pero también otras como el comportamiento, o la alimentación, influyen de manera notable. NATURAL VERSUS ARTIFICIAL En la actualidad, la mayor parte de la fauna vive sometida a diversos grados de influencia humana, y eso repercute en las enfermedades que padece. A medida que se produce fragmentación del territorio como consecuencia de infraestructuras (carreteras, embalses, vallados, etc), menor es la capacidad de los ecosistemas para amortiguar los efectos de las agresiones que recibe, y se hace imprescindible la intervención humana para su conservación. Autores en extremo pesimistas consideran que en realidad estamos en el inicio de un camino hacia la conversión de toda la naturaleza en reservas de seres 2008 marzo, Jara y Sedal Página 1 de 9 vivos en cautividad. Reservas, de mayor o menor extensión, y de mayor o menor belleza, pero en definitiva Zoos y Jardines. Pueden compartirse o no estos planteamientos, pero hemos de admitir que a veces resulta complejo determinar el punto exacto en que se sitúa el límite entre animales silvestres y animales cautivos. Y, como veremos, si hablamos de enfermedades transmisibles, ser silvestre o cautivo, vivir en condiciones naturales o mas o menos artificiales, no es una cuestión baladí. Los conocimientos y las medidas de prevención establecidas, de acuerdo con las posibilidades de transmisión de patógenos que se dan en animales de vida libre, pueden resultar absolutamente insuficientes e ineficaces, si estas posibilidades se han visto incrementadas de forma artificial. Y no hay que olvidar que nuestra capacidad de control es siempre limitada y no aumenta ni mucho menos en la misma proporción que los riesgos. Las repercusiones pueden ser muy graves para la propia supervivencia de la fauna silvestre, para la sanidad ganadera y la economía, e incluso para la salud humana. TUBERCULOSIS EN ESPECIES CINEGÉTICAS.Tomemos como ejemplo la tuberculosis en especies cinegéticas. Probablemente se trata del grupo de enfermedades cuyo estudio resulta mas apasionante. Pueden mostrar rasgos de identidad propios en cada especie, cada lugar, y cada individuo; no se dan dos casos iguales, y por mucho que se conozcan continúan sorprendiendo. Vamos a referirnos aquí únicamente a la producida por Micobacterium bovis; las debidas a otras micobacterias del mismo grupo tienen menor repercusión sobre la fauna, y las incluidas en el grupo avium merecen considerarse de forma independiente. La susceptibilidad a la infección es variable dependiendo de las especies. Por ejemplo, es elevada en el ciervo o en el gamo, y menor en el muflón. El jabalí, aunque pueda parecer contradictorio, es una especie muy susceptible ya que enferma con facilidad, y a la vez muy resistente, pues la reacción de su organismo rara vez permite infecciones de gravedad, y si no se producen nuevas captaciones de bacilos el animal puede terminar eliminando la infección. 2008 marzo, Jara y Sedal Página 2 de 9 La vía de infección puede también ser diferente: mientras que el jabalí se infecta principalmente por vía digestiva, el ciervo o el gamo (como la vaca doméstica y el hombre), lo hacen por vía respiratoria. No es que no pueda infectarse el jabalí por vía respiratoria, y las otras especies por vía digestiva; se trata de que empleando la vía adecuada en cada especie los bacilos encuentran “facilitado” su camino para infectar el organismo. Existen también otras vías de contagio, con mucha menor repercusión en especies cinegéticas, como la contaminación de heridas, que sin embargo son relativamente frecuentes en felinos. A su vez, dependiendo de la vía de entrada, intensidad de la infección, y de la reacción del organismo, las lesiones y la sintomatología serán diferentes, y determinarán si el animal diseminará la enfermedad a otros animales, y de qué modo. Si el animal tiene lesiones “cerradas”, como sucede habitualmente en el jabalí en ganglios mandibulares, rara vez se produce liberación al medio de bacilos, ya que además no es frecuente que estos recios animales sean predados, y menos aún que el predador ingiera precisamente unos ganglios linfáticos muy poco accesibles. En estos casos, se considera que se trata de un hospedador final, o “fondo de saco”, ya que padece pero no disemina la enfermedad* (ver nota a pie de página). Por el contrario, si existen lesiones abiertas, el animal enfermo eliminará bacilos al medio, principalmente mediante las heces en caso de que se trate de tuberculosis digestiva, o a través de expectoraciones si la tuberculosis es respiratoria (en este caso también una pequeña parte de bacilos deglutidos pueden eliminarse por heces). Cuando el animal muere, los bacilos estarán disponibles para sus depredadores y carroñeros, pero mas o menos accesibles y abundantes, según la localización y extensión de sus lesiones. La tuberculosis es, en definitiva, una enfermedad que no se transmite con facilidad, pero que en cambio es insidiosa, de curso crónico, el agente es muy resistente a las condiciones adversas… Las especies mas sensibles se infectan por contacto directo o por inhalación a partir de expectoraciones o de polvo con restos de excrementos, y por ello la proximidad entre animales es determinante. El número de animales por unidad de superficie no es el único factor a tener en cuenta: la edad (a mas edad, mas contactos de riesgo), el sexo (los machos dominantes tienen mayores posibilidades de enfermar ya que 2008 marzo, Jara y Sedal Página 3 de 9 contactan con varias hembras), o si se trata de animales gregarios o no influyen también de forma notable. FACILITAR LOS CONTAGIOS La intervención humana puede aumentar de forma artificial el número de contactos entre animales, y por ende las probabilidades de diseminación. En los últimos años, se ha generalizado como práctica habitual el aporte alimenticio en fincas cinegéticas, lo que no solo conduce a mantener mayor número de animales por superficie de lo que sería “natural”, sino que además modifica los hábitos de pastoreo y concentra a los animales en los alrededores de los puntos de alimentación o bebida. De esta forma, las probabilidades de contagio se multiplican, hasta alcanzar niveles próximos a los de explotaciones ganaderas intensivas. Pero nuestra capacidad de diagnóstico y control, continuará siendo la correspondiente a la fauna silvestre, es decir muy reducida. Las especies depredadoras y carroñeras, pueden tener acceso a los tejidos infecciosos. En el caso de las aves, la tuberculosis que padecen está producida por otros agentes (micobacterias del grupo avium), pero no ocurre lo mismo con los mamíferos. El abandono de animales muertos en el campo, o de restos infecciosos procedentes de monterías, aumenta los riesgos de diseminación por esta via, agravados por la enorme capacidad del bacilo para sobrevivir en condiciones ambientales adversas durante meses o años. Si, es cierto que “toda la vida se ha hecho así y no ha pasado nada”, y que en lugares poco intervenidos por el hombre, es parte del ciclo natural. Pero si la proporción de animales infectadas (en este caso por tuberculosis) es elevada, se debe precisamente a que lo hemos propiciado de forma artificial (lo que no puede decirse que se haya hecho “toda la vida”), y por tanto no cabe esperar que “no pase nada”. Entre los mamíferos, sin duda es el jabalí el que con mayor frecuencia se infecta por esta vía, por sus costumbres carroñeras y oportunistas, llegando a alcanzar prevalencias próximas al 100% cuando se dan la circunstancias apropiadas. El riesgo para los pequeños 2008 marzo, Jara y Sedal Página 4 de 9 herbívoros cinegéticos (liebre, conejo) es remoto en el caso de la liebre y prácticamente nulo en el conejo. En carnívoros se dan algunos casos, aunque tampoco es frecuente. Una excepción son los leones, porque sus hábitos sociales favorecen la transmisión dentro del grupo familiar. Se infectan de forma primaria por vía respiratoria, se cree que por inhalación de bacilos de las presas mientras comen. En España se conocen varios casos en Lince ibérico, probablemente originados al consumir ciervos o gamos capturados por ellos mismos, o hallados muertos; incluso, durante un tiempo se proporcionaron como alimentación suplementaria para el lince ungulados capturados con este fin, sin control sanitario. La infección primaria parece ser respiratoria, como en los leones, y posteriormente evoluciona hacia otros órganos y sistemas de forma muy variable. Algunos de estos casos, han tenido lugar en animales muy jóvenes, lo que podría indicar elevados riesgos de contagio. AVES SILVESTRES/CAUTIVAS A raíz de la difusión, desde el sudeste asiático, de la variante H5N1 de alta patogenicidad de la influenza aviar, la Unión Europea ha diseñado y ejecutado numerosas medidas de prevención y de vigilancia, de aplicación en aves domésticas y silvestres. La normativa únicamente permite diferenciar entre aves domésticas o silvestres, sin admitir situaciones intermedias. A medida que esta normativa se aplica, y se llevan a cabo intensísimos programas de prevención y vigilancia, surgen dudas respecto a cual debe ser la clasificación correcta en cada caso, que no siempre es sencillo responder. Así, las aves que se encuentran en un zoológico, no pueden considerarse silvestres, pero en ocasiones tampoco se admite su catalogación como domésticas. Las palomas, se consideran domésticas o silvestres, sin que exista una línea definitoria clara, porque las peculiaridades de su mantenimiento y de las actividades deportivas y de exhibición que con ellas se realizan lo hace muy difícil. A esto hay que añadir que con frecuencia se mezclan con poblaciones puramente salvajes, y urbanas. 2008 marzo, Jara y Sedal Página 5 de 9 En muchos lugares la cría de patos reales con fines de repoblación cinegética, se realiza en parte en instalaciones al aire libre consistentes en lagunas naturales, que son también visitadas por aves silvestres. Un brote de influenza de baja patogenicidad en una de estas explotaciones, fue considerado por las autoridades danesas como ocurrido en “aves silvestres”. Sin embargo, a finales del 2007, las autoridades portuguesas han considerado una situación similar como ocurrido en “aves domésticas”, aunque asumiendo la complejidad de su manejo. Aplicando un criterio muy diferente, el pasado mes de enero, el Reino Unido comunicó la detección de influenza aviar de alta patogenicidad (H5N1) en varios cisnes mudos silvestres. El lugar del hallazgo es una reserva que se anuncia como lugar de reproducción de cientos de parejas de cisnes, al que acceden los visitantes previo pago de la entrada (lo que sugiere que debe existir un recinto cerrado), y que entre las actividades que aconseja a los visitantes figura la alimentación “en masa” de cisnes, ilustrada con una fotografía de aspecto poco silvestre, en que las aves rodean al portador de la comida. Las numerosísimas colecciones de aves acuáticas existentes en estanques de parques municipales, colecciones privadas, etc., suelen considerarse “silvestres”, porque no son “domésticas” como las aves de producción aunque se encuentren “cautivas”, y porque pueden mezclarse con aves silvestres. Sin embargo, muchas de estas aves reciben alimentación y cobijo; y en ocasiones todas o parte de ellas están mancadas (amputación distal de un ala para evitar el vuelo). El problema, es que el estudio de los vínculos epidemiológicos, que debe ayudar a definir qué medidas han de adoptarse, será diferente según el tipo de aves. Si se trata de aves silvestres, valorará las especies que pueden compartir hábitat, sus movimientos migratorios y de otro tipo, vigilará posibles casos en aves silvestres en la zona, etc. Y puede no considerar factores de gran importancia como la posible vehiculación del virus mediante la alimentación, los visitantes, útiles de limpieza, entradas de personas, animales y vehículos, etc. Por consiguiente, las medidas que se apliquen pueden resultar ineficaces. OTRO EJEMPLO: RETROVIRUS EN LINCE IBÉRICO 2008 marzo, Jara y Sedal Página 6 de 9 Hace unos meses, apareció en los medios de comunicación la noticia de la detección, de forma súbita, en mas de 10 ejemplares de Lince ibérico en Doñana, del virus de la leucemia felina, enfermedad a la que se atribuía la muerte de al menos 4 ejemplares. La población de lince ibérico de Doñana en estos momentos, siendo muy optimistas, no llega a 40 animales (sin ser optimistas puede que ni siquiera deba llamarse ya población), por lo que aunque no se haya conocido en detalle la incidencia, no cabe duda de que ésta ha sido de enorme trascendencia para la supervivencia de la especie. El hallazgo resultaba sorprendente en muchos aspectos, para todos aquellos que conocieran mínimamente las costumbres del felino y las características básicas del virus. Se trata de un virus de la familia Retroviridae (la misma a la que pertenece el virus que causa la inmunodeficiencia humana), propia del gato doméstico. Al igual que ocurre con el virus del SIDA, desde el momento de la infección hasta el momento en que se manifiestan síntomas clínicos, pueden transcurrir muchos meses o incluso años. En este caso, sin embargo, las noticias publicadas sugerían una rapidísima diseminación a gran parte de la población, causando incluso varias muertes. El contagio del virus no tiene lugar por vía respiratoria, ni digestiva, sólo se produce por contacto directo (peleas con heridas, cópulas), y maternofilial. Como se ha dicho, es un virus propio del gato doméstico, y en todas las especies de felinos en que se ha diagnosticado se atribuye el origen al contagio interespecífico. Una vez que ha tenido lugar el “salto” de una especie a otra, pueden tener lugar de modo natural contactos de riesgo dentro de la misma especie. La mayoría de las especies de felinos, incluyendo nuestro lince, son de hábitos solitarios, lo que dificulta el contagio entre ejemplares de la misma especie. Tan solo en algunas poblaciones de leones se encuentra una incidencia elevada, que se atribuye entre otros posibles factores a que sus costumbres sociales provocan frecuentes contactos de riesgo. Probablemente la rápida difusión del virus de la leucemia felina entre la población silvestre del felino, guarde relación con la modificación de sus hábitos solitarios por la intervención del hombre. La 2008 marzo, Jara y Sedal Página 7 de 9 escasez de conejos, su presa básica, en su área de distribución, ha motivado fuertes inversiones en actuaciones buscando subsanar el problema. Una de ellas ha sido la instalación de numerosísimos puntos de alimentación suplementaria, que aumenta de forma exponencial el número de contactos de riesgo que puede tener un Lince ibérico. En efecto, de forma natural se trata de un animal solitario, que en muy contadas ocasiones interactúa con otros ejemplares de su especie: tan sólo machos y hembras durante el breve periodo de reproducción, y hembras con sus crías. Cualquier otro encuentro es esporádico, y salvo eventuales disputas territoriales, no constituyen contactos de riesgo, teniendo en cuenta cómo se contagia esta enfermedad. Pero la dependencia de un punto de alimentación, implica al mismo tiempo un punto de encuentro repetido entre ejemplares, y un motivo para el inicio de peleas encarnizadas al competir por el alimento. Además de propiciar contactos de riesgo, no sólo para la difusión de leucemia felina, sino de cualquier otra enfermedad, en ocasiones se ha atribuido a estas peleas la muerte directa de alguno de los animales, De este modo, la modificación del comportamiento natural de la especie, causado por actuaciones que inicialmente buscaban su conservación, puede conducir a su extinción. * NOTA PIE DE PÁGINA algunos estudios recientes en nuestro país, refieren una elevada proporción de jabalíes con lesiones diseminadas, abiertas, y cuestionan por tanto que se trate de un “hospedador final”, en contra de lo que se creía hasta el momento. Nuestra experiencia personal, sin embargo, coincide con lo defendido tradicionalmente por otros autores, en el sentido de que el jabalí muestra habitualmente lesiones circunscritas en los ganglios linfáticos mandibulares y retrofaríngeos, y de forma muy esporádica lesiones diseminadas, por lo que su importancia como especie diseminadora es de poca relevancia al actuar como “fondo de saco” u “hospedador final”. PIE DE FOTO LINCE.- Ejemplar de lince ibérico con tuberculosis generalizada y afección de múltiples órganos. Ceguera bilateral por uveítis tuberculosa. 2008 marzo, Jara y Sedal Página 8 de 9 PIE DE FOTO ABBOTSWANERY.- Estas aves se han considerado “silvestres”, pero ¿lo son realmente?. PIE DE FOTO CERCADO VLMRQ.- Barreras infranqueables en un área de distribución de Lince ibérico PIE DE FOTO SOBREPASTOREO.- El vallado de esta finca demuestra la situación de sobrepastoreo a que está sometida, apenas queda una brizna de hierba. PIE DE FOTO GAMO TB GRANIZADA.- En casos de tuberculosis generalizada, los bacilos quedan accesibles para predadores y carroñeros. PIE DE FOTO MODELO CERCADO ALIMENTACIÓN SUPLEMENTARIA LINCE.- Uno de los diversos modelos de cercado que se han empleado para alimentación suplementaria de Lince ibérico 2008 marzo, Jara y Sedal Página 9 de 9