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Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 INFORME TÉCNICO/INFORME TÉCNICO Comité de vih/sida de la asociación panamericana de infectología Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección VIH. Parte I Coordinador: Eduardo Savio (Uruguay) Secretaria: Susana Cabrera (Uruguay) Miembros: Jorge Benetucci (Argentina) Andre Lomar (Brasil) Sergio Cimerman (Brasil) Patricia Vasquez (Chile) Raul Gutierrez (Perú) José Suarez (Venezuela) José Luiz de Andrade Neto (Brasil) El presente documento fue elaborado por parte de los miembros del Comité de Virus de la Inmunodeficiencia Humana de la API y colaboradores de los mismos, con el objetivo de transmitir, desde el web site de la asociación y desde la revista de la Asociación Panamericana de Infectología, algunos aspectos de interés y aún controversiales en lo que hacen al manejo clínico y terapéutico de esta infección retroviral que continúa siendo un problema mayor en Salud Pública en todos los países de la región. Se analizan sucesivamente: a. El diagnóstico y tratamiento de la infección en el área pediátrica b. Criterios sobre la durabilidad de la eficacia terapéutica en pacientes naive Los contenidos del documento serán de utilidad para todos los infectólogos de la API, pero constituyen también una herramienta de utilidad para informar y contribuir a la toma de decisiones a colegas de otras 38 especialidades y grupos de trabajos del sector salud tanto en el area gubernamental como en la privada de los diversos países de la región. Eventuales consultas o intercambios sobre este documento pueden canalizarse por e-mail a la Coordinación del Comité: clinfec@fmed.edu.uy Dr. Eduardo Savio Larriera Por el Comité de VIH de API Sección 1 Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección VIH. Comité de VIH de la Asociación Panamericana de Infectología. Abordaje diagnóstico, tratamiento antiretroviral e inmunizaciones en el niño infectado con el VIH/SIDA Suárez José1 Naranjo Laura1 López María Graciela2 Dapena Elida3 Parra Raiza4 Rojas Leudes5 1 Sección de Infectología. Instituto de Medicina Tropical. UCV. Caracas. 2 Hospital de Niños “Dr. JM de los Ríos”, Caracas. 3 Centro de Inmunología Regional (PRONASIDA), Barquisimeto, Edo. Lara. 4 Programa Regional de SIDA, San Cristóbal, Edo. Táchira. 5 Hospital Ruiz y Páez, Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar. Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección ... El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en niños tiene características importantes que los distinguen de las presentadas en los adultos, como son: 1. La transmisión vertical (madre-hijo) del VIH y los efectos del virus sobre un sistema inmunológico inmaduro y virgen, que indudablemente influencia la expresión de la enfermedad, 2. Las dificultades en la confirmación del diagnóstico de la infección por VIH en lactantes y la rápida progresión de la enfermedad limitan las oportunidades para una intervención terapéutica temprana y, 3. El VIH tiene efectos adversos importantes en el desarrollo del sistema nervioso central, en el crecimiento lineal normal y en la ganancia de peso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la ONUSIDA han estimado que para finales del 2004, 39,4 millones de personas viven con VIH/SIDA, de los cuales 1.7 millones corresponden a Latinoamérica. Esto representa casi un 10% de incremento en el número de infectados comparados con la situación de hace un año. El número de personas que viven con el VIH ha aumentado en todas las regiones en comparación con los dos años anteriores. Durante el año 2004, 4,9 millones de personas nuevas se infectaron (incluyendo 800.000 niños). Y la infección en niñas y mujeres representa mas del 57% de los infectados en Africa subsahariana. Se estimó que un total de 21.8 millones de personas, entre adultos y niños han muerto por VIH/SIDA desde que comenzó la epidemia, de los cuales 3,1 millones ocurrieron en el 2004, correspondiendo una quinta parte a niños y 45% de los adultos fallecidos a mujeres. En el 2002, ocurrieron 610.000 defunciones en menores de 15 años, con un total de 4.3 millones desde el inicio de la epidemia. Diagnóstico del niño infectado por VIH 1. Pesquiza de la mujer embarazada, de manera de identificar tan pronto como sea posible al niño expuesto perinatalmente, a través de la detección antenatal y/o perinatal de la madre infectada por VIH e iniciar tratamiento de alta eficacia después de las doce semanas de gestación, donde siempre debe estar incluida la zidovudina. 2. Las pruebas diagnósticas deben ser realizadas antes de las 48 horas de vida, al 1-2 meses y a los 3-6 meses de edad. Sin embargo, se debería tomar en cuenta las condiciones socioeconómicas locales, donde una prueba después de los 14 días pudiera ser más efectiva en cuanto al porcentaje de positividad. 3. La infección por VIH puede ser diagnosticada en la mayoría de los niños infectados antes del mes de edad y en todos al sexto mes de edad. 4. Una prueba virológica positiva (ej. Detección del HIV por cultivo ó PCR DNA ó PCR RNA) indica posible infección por VIH y debe ser confirmado repitiendo la prueba virológica en una segunda muestra, tan pronto como se tenga el primer resultado. 5. La prueba PCR DNA VIH es el método virológico preferido para el diagnóstico de infección por VIH en la infancia, aumentando su sensibilidad durante la segunda semana. 6. El cultivo de VIH tiene una sensibilidad similar al PCR DNA para el diagnóstico de infección, pero los resultados no se disponen hasta las 2-4 semanas. 7. El antígeno disociado p24 es altamente específico para la infección por VIH. Esta prueba sóla no es recomendada para excluir infección o para el diagnóstico en niños menores de un mes de edad, por su alta frecuencia de falsos positivos. 8. No debe ser usada sangre del cordón umbilical para la realización de las pruebas diagnósticas, por la potencial contaminación con sangre materna. 9. Se excluyen de ser positivos, todo niño con dos o más pruebas virológicas negativas, de las cuales dos deben ser realizadas en mayores de un mes de edad y una de éstas repetida a los 4 meses de edad. 10. En mayores de 6 meses, se excluyen de ser positivos, aquellos niños que tengan dos ELISA (IgG VIH) negativos, con intervalo de al menos un mes entre cada prueba y sin evidencia clínica de infección por VIH. 11. En mayores de 18 meses, se excluyen definitivamente de ser positivos, aquellos niños que tengan un ELISA (IgG VIH) negativo, en ausencia de hipogammaglobulinemia. Valores normales de inmunoglobulinas Edad 6 meses 10-12 meses 2 años IgG (mg/dl) 407 (215-704) 594 (294-1069) 685 (424-1051) IgM (mg/dl) 62 (35-102) 82 (41-149) 95 (48-168) IgA (mg/dl) 25 (8.1-68) 40 (16-84) 47 (14-123) Monitoreo de la infección por VIH pediátrico 1. El contaje absoluto de linfocitos CD4 en niños varía según la edad, por lo tanto la cuantificación del porcentaje de CD4 es el mejor marcador para identificar la progresión de la enfermedad y éste debe ser medido cada tres meses o al menos dos veces al año. En pacientes mayores de 6 años se pueden considerar valores absolutos. Se debe tomar en cuenta las enfermedades intercurrentes y la aplicación de vacunas en el momento de la medición, ya que puede haber una disminución transitoria en el número y porcentaje de CD4 (tabla 1). 39 Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 Tabla 1. Categorías inmunológicas correlacionadas con la edad, el contaje absoluto y porcentaje de linfocitos CD4 Categoría 1. No supresión < 12 meses N./uL (%) 1- 5 años N./uL (%) 6-12 años N./uL (%) > 1.500 > 25% > 1.000 > 25% > 500 > 25% 2. Supresión moderada 7501.499 15-24% 500999 15-24% 200499 1524% 3. Supresión severa < 750 < 15% < 500 < 15% < 200 < 15% 2. Altos niveles de carga viral (>100.000 copias/ml) en niños han sido asociados con alto riesgo de progresión de enfermedad y muerte, particularmente si el porcentaje de linfocitos CD4 es < 15% (tabla 2). Tabla 2. Correlación entre carga viral (copias/ml), porcentaje de linfocitos CD4 y el riesgo de muerte en niños infectados por VIH Carga Viral (copias/ml) < 100.000 > 100.000 < 100.000 > 100.000 % CD4 > 15% > 15% < 15% < 15% % Mortalidad 15% 36% 63% 81% Recomendaciones terapéuticas El inicio de la terapia temprana en el curso de la infección por VIH, incluyendo la infección primaria en el neonato, es ventajoso. El control de la replicación viral en niños infectados perinatalmente es muy difícil, sobretodo en los dos primeros años de la vida, donde se observan niveles de carga viral elevados. El inicio de la terapia antiretroviral agresiva durante este período de replicación viral pudiera preservar la función inmune, disminuir la diseminación viral y mejorar la respuesta clínica del niño. Indicaciones para el inicio de la terapia antiretroviral 1. Todo niño debe ser tratado tan pronto se confirme el diagnóstico de la infección con terapia antiretroviral de alta eficacia. Esta es la regla de oro para poner al paciente con carga viral indetectable y preservar la función inmune. 2. En niños mayores de un año con carga viral menor de 50.000 copias, contaje de CD4 mayor de 25% y asintomáticos, se podría considerar diferir tratamiento, siempre y cuando se garantice el seguimiento clínico, virológico e inmunológico cada tres meses. 3. Nunca usar monoterapia. En los últimos 17 años la estrategia terapéutica para tratar al niño infectado por VIH cambió del uso de un solo medicamento a la combinación de tres o cuatro drogas de clases diferentes de antiretrovirales. Hasta octubre de 2005 se había aprobado por 40 la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos, 21 agentes antiretrovirales para uso de adultos y adolescentes, de los cuales sólo 13 son para aplicación pediátrica y están resaltados a continuación los de uso en Venezuela • - - - - - - - Análogos Nucleósidos de la Transcriptasa Reversa (ITRN) Z-idovudine (AZT) Didanosine (ddI) Stavudine (d4T ) Lamivudine (3TC) Abacavir Zalcitabine (ddC) Emtricitabine (FTC) • - - - Análogos no Nucléosidos de la Transcriptasa Reversa (ITRN-N) Nevirapine Delavirdine Efavirenz • Análogo Nucleótido de la Transcriptasa Reversa - Tenofovir • - - - - - - - - - Inhibidores de Proteasa (IP) Saquinavir Ritonavir Indinavir Nelfinavir Amprenavir Lopinavir/ritonavir Atazanavir Tripanavir Fosamprenavir • Inhibidores de Fusión - Enfuvirtide Esquemas iniciales de terapia antiretroviral recomendados para niños con infección por VIH Fuertemente recomendado • 2 ITRN + 1Inhibidor de Proteasa - ZDV + ddI Nelfinavir - ZDV + 3TC Ritonavir - d4T + 3TC Lopinavir/Ritonavir - Abacavir + ZDV - Abacavir + 3TC • 2 ITRN + Efavirenz - ITRN + Efavirenz + Nelfinavir *El efavirenz debe usarse sólo en pacientes mayores de 10 kg Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección ... Recomendado como alternativa • 2 ITRN + Amprenavir ó Indinavir • 2 ITRN + Nevirapine *El amprenavir debe usarse sólo en pacientes mayores de 4 años *La combinación ddI + d4T sólo debe ser usada en circunstancias especiales • No recomendado Cualquier monoterapia - d4T + ZDV - ddC + ddI - ddC + d4T - ddC + 3TC *La combinación de dos inhibidores de proteasas (excepto Lopinavir/Ritonavir), no está recomendada como terapia inicial, sólo podrá ser utilizada como tratamiento secundario en caso de falla de la terapia inicial. Indicaciones para el cambio de la terapia antiretroviral Falla en el esquema actual con evidencia de progresión de la enfermedad, basado en parámetros clínicos, virológicos o inmunológicos 1. Toxicidad o intolerancia al esquema terapéutico actual 2. Nuevos datos que demuestren que una droga o régimen es superior al que recibe en ese momento. Consideraciones virológicas El tiempo requerido para alcanzar la máxima respuesta virológica a la terapia puede variar dependiendo del valor basal específico para el momento del inicio de la terapia. Si la carga viral basal es alta (>100.000 copias/ml), la respuesta virológica no podrá ser observada hasta las 8-12 semanas después de iniciada la terapia antiretroviral. Sin embargo, si los niveles de carga viral basal son menores de 100.000 copias/ml, la respuesta inicial debe ser observada dentro de las cuatro semanas siguientes al inicio de la terapia. Al menos dos mediciones, con por lo menos una semana de diferencia, deben ser realizadas antes de considerar un cambio en la terapia. a. La respuesta virológica mínima aceptable después de 8-12 semanas de tratamiento para niños que reciben dos análogos nucleósidos más un inhibidor proteasa debe ser de una disminución de 1.0 log10 del nivel basal de carga viral. b. Carga viral detectable después de 4-6 meses de tratamiento en pacientes con buena adherencia a tratamiento. c. Detección repetida de carga viral en niños quienes inicialmente tenían niveles indetectables en respuesta a la terapia antiretroviral. d. Un incremento del número de copias en niños que habían tenido una sustancial respuesta en su carga viral, pero que todavía tenían niveles detectables (> 0.5 log10 en > 2 años y > 0.7 log10 en < 2 años). Consideraciones inmunológicas Antes de considerar el cambio de la terapia por el descenso de los linfocitos CD4, debe repetirse el contaje al menos una semana después de la muestra inicial. b. Cambios en la clasificación inmunológica. c. Niños con CD4 de < 15% (categoría 3), que disminuyan en cinco percentiles o más el porcentaje de CD4 (de 15% a 10% ó de 10% a 5%). d. Una disminución rápida y sustancial en el contaje absoluto de linfocitos CD4 (disminución de > 30% en 6 meses). Consideraciones clínicas a. Deterioro progresivo del neurodesarrollo. b. Falla de crecimiento (disminución de la velocidad de crecimiento a pesar de un adecuado soporte nutricional y sin ninguna otra explicación). c. Progresión de la enfermedad definida como el avance de una categoría clínica a otra. El tratamiento en el niño es algo difícil por la no disponibilidad de presentaciones pediátricas en todas las drogas antiretrovirales y de las que hay, muchas veces el sabor y la preparación son una limitante, por lo que para el niño infectado por VIH que amerita tomar tratamiento, se utilizan las presentaciones de adulto. En un intento para poder garantizar adherencia en el paciente pediátrico y disminuir los costos del tratamiento antiretroviral, se desarrolló un sistema de suministro de los medicamentos en unidosis, donde según el peso del paciente se calcula la dosis y se le da exactamente el número de tabletas, cápsulas, comprimidos o frascos (si es suspensión) de cada una de las drogas, del esquema asignado cada mes, lográndose un ahorro sustancial en el presupuesto y una adecuada adherencia al tratamiento (tabla 3). Tabla 3. Dosificación de medicamentos antiretrovirales I. Analogos Nucleósidos Inhibidores de la Transcriptasa Reversa I.1. Zidovudina (ZDV) - Retrovir Cáps. 100 mg/Solución 10 mg/ml. Dosis: 100 mg/m2 SC/dosis TID Peso paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg Dosis Correspondiente 30 mg/dosis 50 mg/dosis 75 mg/dosis 75 mg/dosis 100 mg/dosis 41 Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 I.2. Lamivudine (3TC) - Epivir Tabl. 150 mg/Solución 10 mg/ml. Dosis: 4 mg/kg/dosis BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg 30 kg Dosis Correspondiente 20 mg/dosis 40 mg/dosis 60 mg/dosis 80 mg/dosis 100 mg/dosis 120 mg/dosis I.3. Stavudine (d4T) - Zerit Cáps. 40 mg. Dosis: 1 mg/kg/dosis BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg Dosis Correspondiente 5 mg/dosis 10 mg/dosis 15 mg/dosis 20 mg/dosis 25 mg/dosis I.4. Didanosine (ddI) - Videx Tabl. 100 mg. Dosis: 100 mg/m2 SC/dosis BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg Dosis Correspondiente 25 mg/dosis 50 mg/dosis 75 mg/dosis 100 mg/dosis 100 mg/dosis I.5. Abacavir (ABC) - Ziagen Sol. 20 mg/cc. Dosis: 8 mg/kg/dosis BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg Dosis Correspondiente 2 cc/dosis 4 cc/dosis 6 cc/dosis 8 cc/dosis 10 cc/dosis II. Análogos no Nucleósidos Inhibidores de la Transcriptasa Reversa II.1. Efavirenz (DMP-266) - Stocrin Cáps. 200 mg. Peso Paciente 10-20 kg 20-30 kg > 30 kg Dosis Correspondiente 200 mg/día 300 mg/día 400 mg/día II.2 Nevirapina (NVP) - Viramune Tab 200 mg. Susp 10 mg/ml. Dosis 120-200 mg/m2 SC BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg 30 kg Dosis Correspondiente 35 mg/dosis 60 mg/dosis 85 mg/dosis 110 mg/dosis 130 mg/dosis 155 mg/dosis Nota: - Al iniciar tratamiento, indicar una vez al día durante los primeros 14 días, si no hay rash u otros efectos secundarios, indicar cada 12 horas. - Valores en la tabla calculados a 120 mg por m2 SC. - Los niños menores de 8 años pueden necesitar dosis mayores (200 mg por m2 SC ó 7 mg/kg BID). 42 III. Inhibidores de Proteasas III.1. Ritonavir (RTV) - Norvir Sol. 80 mg/cc. Dosis: 400 mg/m 2 SC/dosis BID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg 30 kg Dosis Correspondiente 2 cc/dosis 2,5 cc/dosis 3,5 cc/dosis 4 cc/dosis 4 cc/dosis 4 cc/dosis III.2. Nelfinavir - Viracept Tabl. 250 mg. Dosis: 20 mg/kg/Dosis TID Peso Paciente 5 kg 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg 30 kg Dosis Correspondiente 125 mgs/dosis 250 mgs/dosis 375 mgs/dosis 500 mgs/dosis 500 mgs/dosis 750 mgs/dosis III.3. Amprenavir - Agenerase sol. 15 mg/cc. Dosis: 15 mg/kg/dosis TID Peso Paciente 10 kg 15 kg 20 kg 25 kg 30 kg Dosis Correspondiente 10 cc/dosis 15 cc/dosis 20 cc/dosis 25 cc /dosis 30 cc/dosis III.4. Lopinavir/Ritonavir - Kaletra sol. 80 mg/20 mg/cc BID. Dosis: 7-15 kg-12 mg/kg 15-40 kg-10 mg/kg Peso Paciente 7-10 kg 10-15 kg 15-20 kg 20-25 kg 25-30 kg 30-40 kg Dosis Correspondiente 1.25 cc/dosis 1.75 cc/dosis 2.25 cc/dosis 2.5 cc /dosis 3 cc/dosis 3.5 cc/dosis Frascos al Mes 1 frasco 1 frasco 1 frasco 1 frasco 2 frascos 2 frascos Nota: Si va asociado a Efavirenz o Nevirapine subir la dosis en un 1 mg/kg Todo niño expuesto perinatalmente al vih y aquellos infectados con contaje de CD4 menor del 15% deben recibir profilaxis con trimetoprin sulfametoxazol a 150 mg/m2 sc a dosis unica al dia tres veces a la semana. Recomendaciones para la inmunización del niño con VIH/SIDA El esquema de vacunación en los niños inmunosuprimidos ha sido siempre tema de controversia entre los médicos que día a día se enfrentan a este tipo de pacientes. Para analizar esta situación se debe estudiar el costo-beneficio que implica aplicar una vacuna que puede prevenir alguna enfermedad, la cual pudiera ser potencialmente fatal si la adquiere algún paciente con inmunosupresión, específicamente con SIDA. Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección ... En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda un esquema de vacunación infantil, el cual es estandarizado y adaptado por todos los paises. En los niños con VIH/SIDA el esquema de vacunación es prácticamente el mismo al de cualquier niño inmunocompetente, con algunas diferencias inherentes a la condición de inmunosupresión. La inmunidad humoral y celular disminuye con la progresión de la infección por VIH, al igual que la capacidad para producir anticuerpos después de cualquier enfermedad o inmunización, por lo tanto se debe ofrecer las vacunaciones lo más temprano posible en el curso de la infección por VIH y éstas deben ser vacunas inactivadas como DtaP o DPT, Polio inactivada (IPV), Haemophilus influenzae tipo b y hepatitis B. Para pacientes con avanzada inmunosupresión es preferible diferir la vacunación hasta que se comience la terapia antiretroviral para maximizar la inmumogenicidad de la vacuna. Las vacunas a virus vivos o bacterias vivas no deben ser ofrecidas a los pacientes con VIH, éstas incluyen BCG, polio oral, vacuna tifoidea oral (TY21a) y fiebre amarilla. por las heces de quienes la reciben. Sarampión, rubéola y parotiditis (MMR). Debe ser administrada a los 12 meses de edad, a menos que esté severamente inmunocomprometido (menos de 15%). La segunda dosis debe ser ofrecida cuatro semanas posterior a la primera dosis, para poder inducir seroconversión lo antes posible. Si hay una epidemia de sarampión y la exposición es probable, la vacunación debe iniciarse entre los 6-9 meses de edad. Hepatitis B. Recién nacido hijo de madre HbsAg negativo debe recibir 2.5 ug de Recombivax HB o 10 ug de Engerix-B. La segunda dosis administrada al mes de edad y la tercera a los 6 meses de edad. Recién nacido hijo de madre HbsAg positivo debe recibir 0.5 ml de Inmunoglobulina para hepatitis B (HBIG) dentro de las 12 horas después del nacimiento simultáneamente con la vacuna de hepatitis B según el esquema anterior. Niños y adolescentes quienes no han sido vacunados contra hepatitis B durante la infancia pueden comenzar el esquema en cualquier momento. Vacuna neumocóccica. Considerando el elevado riesgo de enfermedad invasiva por Streptococcus pneumoniae en pacientes pediátricos con infección VIH, es de suma importancia la vacunación contra dicha bacteria. Se debe iniciar la vacunación con vacuna de polisacaridos conjugados 7 valente (VPC7) a los 2, 4 y 6 meses con refuerzo entre los 12 a 15 meses y después de los 2 años aplicar la vacuna de polisacaridos 23 valente (VPP23), y revacunación a los 3 a 5 años. Ver recomendaciones para la vacunación por edades en tabla 1. Difteria, tétano y pertusis (DtaP o DTP). Todo niño debe recibir esta vacuna según el esquema habitual de vacunación, 2, 4 y 6 meses de vida con un refuerzo entre los 15-18 meses y otro entre los 4-6 años de edad y luego un refuerzo de vacuna doble (toxoide tetánico y diftérico) o toxoide tetánico cada 10 años. Haemophilus influenzae tipo B. Se mantiene el esquema habitual de vacunación, 2, 4 y 6 meses de edad con refuerzo entre los 15-18 meses. Poliovirus inactivado (IPV). Se mantiene el esquema habitual de inmunización, 2, 4 y 6 meses de edad con refuerzo entre los 15-18 meses. Esta vacuna la debe recibir el niño infectado con VIH, el niño expuesto hijo de madre VIH positiva con status indeterminado y los contactos de personas con VIH intradomiciliarios, ya que el virus vacunal de la OPV puede ser excretado Virus de influenza. Se debe administrar anualmente, a todo niño infectado por VIH, niño expuesto hijo de madre VIH positiva mayores de 6 meses de edad y contactos intradomiciliarios, para reducir el riesgo de transmisión de influenza a pacientes sintomáticos VIH positivos. Si la edad del niño está entre 6 meses y 8 años y la va a recibir por primera vez, éste debe recibir dos dosis con separación de un mes y luego una sola dosis los años siguientes. La dosis para niños entre 635 meses es de 0.25 ml y para mayores de 3 años es de 0.5 ml. Hay evidencias de que esta vacuna puede aumentar transitoriamente la carga viral. Tabla 1. Esquema de vacunación contra neumococo para pacientes de alto riesgo Edad Dosis Previas < 24 meses Recomendaciones 3 d VPC7 (6 a 8 sem), 1 d VPC7 a los 12 a 15 meses. 24 a 59 meses 4 d VPC7 1 d VPP23 6-8 sem de VPC7, 1 d VPP23 3 a 5 años de 1º VPP23. 24 a 59 meses 1 a 3 d VPC7 1 d VPC7, 1 d VPP23 6-8 sem de VPC7, 1 d VPP23 3 a 5 años de 1º VPP23. 24 a 59 meses 1 d VPC7 2 d VPC7 (intervalo de 6-8 sem). Comienzo 6-8 sem después de VPP23, 1 d VPP23 3 a 5 años de 1º VPP23. 24 a 59 meses Ninguna 2 d VPC7 (intervalo de 6-8 sem), 1 d VPP23 3 a 5 años de 1º VPP23. > 5 años Ninguna 1 d VPP23, 1 d VPP23 3 a 5 años de 1º VPP23. Varicela. Aceptada sólo para niños asintomáticos y 43 Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 no inmunosuprimidos (contaje CD4 mayor de 25%), en quienes la vacuna es segura, inmunogénica y efectiva. Debe aplicarse entre los 12 meses y los 12 años de edad y una segunda dosis debe ofrecerse con un intervalo de tres meses. Hepatitis A. Aplicarla en niños mayores de un año en esquema de dosis (día 0 y 6 meses). BCG. Aplicar a todos los niños al nacer si son asintomáticos y con contaje de CD4 mayor de 25%. Fiebre amarilla. Aceptada sólo para niños asintomáticos y no inmunosuprimidos (contaje CD4 mayor de 25%), a partir de los 12 meses y en zonas epidémicas a partir de los 6 meses(13). Las vacunas que deben recibir los niños seronegativos que viven con paciente infectado por VIH sintomático, diferentes al esquema habitual son IPV, MMR, Influenza y varicela. Inmunización pasiva en niños infectados por VIH Sarampión. Niños infectados por VIH sintomáticos expuestos al sarampión deben recibir profilaxis con inmunoglobulina intramuscular (0.5 ml/kg, máximo 15 ml), sin importar si ha recibido o no la vacuna antisarampión. En niños asintomáticos, deben recibir inmunoglobulina (0.25 ml/kg). Los niños que han recibido inmunoglobulina endovenosa (IGIV) dentro de las tres semanas de exposición, no requieren inmunización pasiva adicional. Tétanos. En el manejo de heridas clasificadas como propensas a infección por tétanos (tejido desvitalizado, heridas gangrenosas o necróticas, lesiones por congelación, daños por aplastamiento o avulsión y quemaduras), los niños infectados con VIH deben recibir inmunoglobulina antitetánica sin importar su estado vacunal. Varicela. Los niños infectados por VIH susceptibles, expuestos al virus de varicela o al herpes zoster, deben recibir Inmunoglobulina Varicela Zoster (VZIG). Los niños que han recibido IGIV o VZIG dentro de las tres semanas de la exposición no requieren inmunización pasiva adicional. Actualmente no disponemos en nuestro país de VZIG, por lo que IGIV podría ser una alternativa. Referencias 1. American Academy of Pediatric, Supplement to Pediatrics. 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La Terapia Antirretroviral Altamente Efectiva en base a regímenes de combinación de drogas antirretrovirales (ARV) permiten la supresión viral completa y sostenida, la recuperación inmunológica, una sobrevida libre de enfermedad por tiempos prolongados y una disminución en la transmisibilidad(2). El avance en el desarrollo del conocimiento de la enfermedad y de las terapias específicas es uno de los más importantes de la historia de la medicina, permitiendo convertir una enfermedad inevitablemente mortal en una enfermedad crónica. Recientemente se publicó una revisión de Barttlett JA et al., de 53 ensayos clínicos con más de 90 brazos de tratamiento ARV realizados entre los años 1998-2004 que enrolaron más de 14.000 pacientes. La eficacia en términos de supresión viral, CV menor a 50 copias/ml a las 48 semanas, alcanzó una media de 55%, con una tendencia creciente en esta proporción en períodos más recientes independientemente del valor de CD4 basal(3). Los últimos ensayos superan ampliamente este umbral con una proporción de pacientes con CV < 50 copias/ml a la semana 48 mayor al 80%. Sin duda estos datos son muy alentadores, sin embargo reportes de cohortes de pacientes muestran que la proporción de pacientes en fallo virológico entre 6 y 12 meses luego de iniciar un TARV oscila entre un 20%-30%(4,5). Diversos factores se han relacionado a la probabilidad de respuesta terapéutica y pronóstico de los pacientes VIH: recuento basal de CD4, carga viral, infecciones oportunistas, edad, uso de drogas intravenosas(6). Sí bien existen múltiples guías y recomendaciones terapéuticas para el uso de ARV basadas en evidencia científica a partir de ensayos clínicos, debemos tener presente que los pacientes voluntarios que participan en dichos ensayos son cuidadosamente seleccionados cumpliendo estrictos criterios de inclusión y exclusión, asegurándoles un cuidadoso seguimiento y monitoreo. Sin embargo la realidad a la que nos enfrenta la práctica diaria puede ser muy diferente, asistimos a pacientes no seleccionados, con características muy disímiles, con problemas de adherencia, adicciones, coinfecciones, co-morbilidades y uso de medicación concomitante, etc. Por lo tanto no siempre es posible extrapolar los resultados de ensayos clínicos a la práctica diaria, simplemente porque las poblaciones son diferentes. En lo que hace a la elección del TARV, sin duda la elección del primer esquema para el paciente naive es el más importante determinante del pronóstico del mismo, ya que éste es el que tiene más chances de lograr los objetivos planteados por el tiempo más prolongado posible. Sin embargo, la elección de un régimen ARV es una estrategia compleja que debe contemplar características del paciente, virales y farmacocinéticas de las drogas que nos aseguren la eficacia del mismo, en otras palabras debemos diseñar un régimen potente, durable y minimizando las posibilidades de desarrollar efectos adversos. La durabilidad del primer TARV es una cuestión inquietante: ¿cuál es el tiempo máximo en respuesta terapéutica que puedo esperar en mi paciente?; ¿qué características de las drogas individuales debo considerar para diseñar un esquema durable?; ¿qué características de mi paciente pueden influir la durabilidad del plan ARV elegido? La durabilidad de un TARV depende de múltiples condiciones que simplificando podríamos agrupar en aquellas dependientes del paciente, las dependientes de las drogas ARV y las dependientes del virus. Con fines prácticos se realiza un análisis de la contribución individual de estos factores, sin embargo es necesario conocer que existe una estrecha interrelación entre los mismos que debe ser considerada a la hora de la elección del plan más acorde a las características del individuo. Factores dependientes del paciente La condicionante mayor de durabilidad a un TARV es la adherencia al mismo. Existe una relación bien establecida entre adherencia y respuesta virológica e inmunológica(7-9). Por otra parte la supresión virológica reduce la tasa de resistencia y mejora la sobrevida en relación a la adherencia(10,11). Condiciones preexistentes en el paciente nos pueden anticipar una adherencia inadecuada: uso de drogas ilícitas, inadecuado soporte social, enfermedades siquiátricas. Luego del inicio del TARV la complejidad del régimen (número de comprimidos, intervalos de dosificación, requerimientos dietéticos) y los efectos 45 Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 adversos clínicos contribuyen de forma significativa a la adherencia sub-óptima. Estos efectos suelen ser favorecidos por otras condiciones como comorbilidades, sexo, coinfección con virus de hepatitis B y C, interacciones medicamentosas, etc. La complejidad del régimen y la carga de comprimidos fueron los principales determinantes de no adherencia al inicio de la era del HAART (Highly Active Antiretroviral Therapy), dificultades que han sido superadas gracias a la simplificación con posologías y formulaciones más sencillas que facilitan la adherencia. Por lo tanto, previo al inicio de un TARV es necesario una valoración adecuada de aquellas condiciones sicológicas, sociales y morbilidades que pueden interferir con una óptima adherencia. A la vez informar al paciente de la importancia del tratamiento, los efectos adversos que puede provocar y facilitarle las posibilidades de control y seguimiento. Esta etapa requiere de un equipo multidisciplinario actuando coordinadamente con especial énfasis en la consejería. Recientemente estudios farmacogenéticos han contribuido al conocimiento de las diferencias interindividuales en la respuesta a las drogas ARV. Se han identificado diferencias genéticas individuales y su asociación con reacciones adversas, diferencias en la metabolización de las drogas que impactan sobre las concentraciones plasmáticas, contribuyendo tanto a los efectos tóxicos como a concentraciones sub-terapéuticas que, finalmente, favorecen el fallo virológico y el desarrollo de resistencia(12-16). En la tabla 1 se muestran algunos ejemplos de la relación entre polimorfismos genéticos y efectos adversos a drogas individuales. Tabla 1. Características genéticas asociadas a efectos de drogas ARV Tolimorfismos Acción HLA-B*5701, HLA-DR7, HLA-DQ3 Hsp70-hom Hipersensibilidad - Abacavir UGT-1 A1 TNFHLA-DRB1*01 CYP2B6 Hiperbilirrubinemia - IDV, ATV Lipoatrofia - INTR Rash-fiebre-hepatitis - NVP Sistema Nervioso Central - EFV Un ejemplo claro de como la variabilidad genética puede afectar la respuesta terapéutica y la incidencia de toxicidades ha sido descrita con el EFV. Varios estudios han mostrado que el clearance plasmático de esta droga es más lento en pacientes negros que blancos(17). Estas diferencias determinan variaciones en las concentraciones plasmáticas, un aumento en la incidencia de efectos adversos del sistema nervioso central y mayor tasa de abandonos. Se han identificado polimorfismos en la isoenzima CYP2B6 (vía de metabolización del EFV y NVP) asociados con los 46 niveles plasmáticos de EFV, polimorfismos asociados con mayores niveles plasmáticos de la droga han sido encontrados significativamente mayor número de veces en negros que en blancos(18). Se ha propuesto que el conocimiento de la asociación entre características genéticas y respuesta a ARV permitiría individualizar la terapia. Sin embargo hay mucho para trabajar en esta área antes de aplicar dichos conocimientos en la práctica. Se debe determinar el alcance en que estas diferencias de perfiles pueden afectar la efectividad y el desarrollo de toxicidades a drogas individuales. Por otro lado el análisis sistemático farmacogenético para su uso en la práctica clínica es demasiado oneroso. Factores dependientes de las drogas La potencia de los ARV medida por la reducción de la carga viral en función del tiempo, es bien conocida para las diferentes drogas y familias. La inclusión en el esquema terapéutico junto a 2 inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa reversa (ITRN) de un inhibidor no-nucleosídico de la transcriptasa reversa (INNTR) ó un inhibidor de la proteasa potenciado con ritonavir (IP-r) asegura la mayor potencia del régimen. Sin duda los líderes y convertidos en estándar y referentes son efavirenz (EFV) dentro de los INNTR y lopinavir-ritonavir (LPV-r) en la familia de los IP. Características intrínsecas de las drogas ARV que determinan diferencias en su barrera genética, entendiéndose como tal el número de mutaciones necesarias para que el virus adquiera resistencia antiviral completa, contribuyen también a la durabilidad de un plan ARV. Se reconocen drogas con baja barrera genética como la lamivudina y el efavirenz, donde sólo una mutación confiere resistencia antirretroviral completa. La diferencia entre ambas es que mientras con la primera el desarrollo de resistencia es rápido, meses luego de su inicio, en el caso del EFV se requiere, en general, de varios años para el desarrollo de una mutación que inhabilitará el uso de toda la clase. Otras drogas se reconocen como de alta barrera genética, como los IP potenciados con ritonavir, donde es necesaria la acumulación de un número significativo de mutaciones de resistencia para que se exprese una resistencia antirretroviral completa. La farmacocinética de los ARV es un factor de importancia fundamental que afecta la respuesta terapéutica. Existe una variabilidad individual en la farmacocinética de las drogas que hace que diferentes individuos con la misma dosis de igual droga tengan una variación en los parámetros farmacocinéticos (absorción, metabolismo, distribución y eliminación) que conducen a variaciones en las concentraciones plasmáticas de las mismas. Esta variabilidad puede responder a trastornos en la absorción y metabolización Actualizaciones clínico-terapéuticas en infección ... por interacciones medicamentosas, interacciones con condiciones co-mórbidas (trastornos disabsortivos, diarreas) y finalmente una variabilidad individual relacionada a factores farmacogenómicos. Una consideración fundamental a la hora de prescribir un régimen ARV es el uso de medicación concomitante, tan habitual en estos pacientes, que pueden determinar interacciones farmacocinéticas que hagan necesario modificaciones en las dosificaciones habituales o incluso la sustitución de una droga individual. Esta interacciones pueden actuar en 2 sentidos: por un lado aumentado las concentraciones del ARV y por lo tanto favoreciendo la aparición de toxicidades o disminuyendo sus concentraciones con el riesgo de mantener concentraciones sub-terapéuticas y favoreciendo el consecuente desarrollo de resistencia inducida por drogas ARV favorecido por presión selectiva. El monitoreo terapéutico de drogas ARV (MTD) es una herramienta desarrollada a partir del conocimiento del rango de concentraciones asociado a una respuesta óptima con reducida probabilidad de provocar efectos adversos. El MTD es una herramienta útil en ciertas situaciones como la falta de eficacia de un TARV en pacientes naive, embarazadas, considerables efectos tóxicos, probables interacciones medicamentosas o en estados patológicos del paciente que alteren la farmacocinética de las drogas(19). La utilidad del TDM está establecida en INNTR e IP. Los INTR son metabolizados intracelularmente, por lo que seguramente los niveles plasmáticos de la droga no se correlacionan con el metabolito activo intracelular que es determinante de la eficacia. La práctica rutinaria del MTD en situaciones clínicas no está recomendado por la falta de estudios prospectivos que lo avalen, la variabilidad inter-individual que hace que el nivel de droga en rango terapéutico no siempre garantice el mantenimiento de un nivel terapéutico todo el tiempo, ausencia de rangos terapéuticos conocidos para todas las drogas (sobre todo para IP potenciados con ritonavir) y en pacientes experimentados y, finalmente, requerimientos de laboratorio con adecuados controles de calidad. En la tabla 2 se muestran los rangos terapéuticos para algunas drogas ARV. Tabla 2. Rango terapéutico para ARV. www.hivpharmacology.com Droga Saquinavir Ritonavir Indinavir Nelfinavir Amprenavir Lopinavir/ritonavir Nevirapina Efavirenz Concentración mínima (mg/l) 0.10 2.1 0.10 0.8 0.4/1.2* 1.0/4.0* 3.4 1.0 Concentración máxima (mg/l) s/d s/d 10 s/d s/d s/d s/d 4.0 Se ha postulado que la integración de la información del TDM con la información de resistencia genotípica ó fenotípica en índices conocidos como IQ (inhibitory quotient) proveería una información más racional para optimizar la terapia ARV. Sin embargos dichos índices no están aún bien estandarizados ni han sido adecuadamente evaluados en situaciones clínicas. Factores dependientes del virus La característica viral que mayor impacto tendrá sobre la respuesta terapéutica es la resistencia. Esta resistencia puede ser intrínseca o desarrollada o inducida por la presencia de drogas ARV. Respecto a la primera, es bien conocido que la respuesta a diferentes drogas variará de acuerdo al subtipo viral que estamos tratando. Son bien conocidos los patrones de resistencia del VIH-1 subtipo B, sin embargo se han descrito patrones diferentes tanto para el VIH-2 como para subtipos virales no-B del VIH-1. Tanto el VIH-2 como los subtipos no-B tienen un impacto sobre la respuesta terapéutica a drogas ARV específicas, inclusive con resistencia intrínseca a alguna de las familias, y, en otros casos con hipersensibilidad a ARV específicos(20-24). La resistencia desarrollada en presencia de ARV o resistencia inducida en pacientes en fallo virológico se ha asociado a un impacto negativo sobre la sobrevida libre de enfermedad SIDA y la sobrevida global. El mantenimiento de un régimen ARV en pacientes en fallo se asocia a la acumulación sucesiva de nuevas mutaciones de resistencia que comprometen aún más las opciones terapéuticas futuras(25,26). Además del impacto que el surgimiento de resistencia intra-tratamiento tiene en el propio individuo, éste es la fuente de transmisión de VIH con mutaciones de resistencia, fenómeno conocido como resistencia primaria a drogas ARV o resistencia transmitida. Varios estudios realizados en pacientes “naive” muestran tasas variables y crecientes de transmisión de mutaciones de resistencia dependiendo, fundamentalmente, de la historia de uso local de ARV como de la oportunidad de la realización del estudio, pacientes crónicamente infectados vs pacientes seroconvertidores recientes(27-30). Algunos datos mundiales que reportados a través del Worldwide Analysis of Resistance Transmission over time of Chronically and acute infected HIV-1 patients (WATCH) a agosto del 2006 mostraban las mayores prevalencias de resistencia transmitida a ARV en Europa y EEUU, alrededor de 11%, con tasa menores de algunas regiones de América del Sur de alrededor de un 6%, reflejando el mayor tiempo de uso de ARV en los primeros y una introducción posterior de las mismas en los segundos(31). Los escasos estudios realizados en la región en pa- *pacientes experimentados. S/d: se desconoce 47 Rev Panam Infectol 2007;9(1):38-49 cientes con infección crónica han encontrado prevalencias variables de resistencia primaria desde ausencia de mutaciones mayores a un 3% de las mismas(32-34). Un estudio argentino recientemente publicado reporta una prevalencia de resistencia primaria a los INNTR en seroconvertidores recientes de un 7.7%(35). La presencia de resistencia transmitida a antirretrovirales, en pacientes “naive”, puede impactar negativamente en el pronóstico de estos pacientes ya que condiciona las posibilidades de respuesta al HAART indicado. Por esta razón algunas guías de tratamiento antirretroviral recomiendan la realización de test de resistencia genotípica en paciente seroconvertidores recientes y previo a la indicación de un primer plan ARV(36,37). Una prevalencia de resistencia transmitida mayor a un 5% justificaría por su relación costo/beneficio la realización rutinaria del test de resistencia genotípica en pacientes ”naive” para asistir a la selección de un primer régimen optimizado(38). Algunas condiciones que varían según el país y región, permiten predecir una moderada-alta prevalencia de resistencia primaria: disponibilidad de drogas antirretrovirales desde la década de 80 con tratamientos iniciales en base a mono y bi-terapia, sustitución de los regímenes en fallo de forma empírica (sin test de resistencia), mantenimiento de regímenes en fallo por tiempo prolongado permitiendo la replicación viral en presencia de drogas y facilitando la acumulación de mutantes resistentes, pacientes con múltiples fallos. La evidencia analizada sustenta la necesidad de conocer la epidemiología local tanto de los subtipos circulantes como de la prevalencia de resistencia transmitida a drogas ARV. Se debe promover la realización de estos estudios en la región lo que finalmente impactará en un beneficio individual para el paciente y un beneficio colectivo que permitirá racionalizar los recursos terapéuticos. Conclusiones La durabilidad máxima del primer régimen terapéutico debe ser un objetivo prioritario a la hora de diseñar este esquema antirretroviral. Son múltiples los factores que deben ser considerados. Algunos de ellos de fácil evaluación como los que contribuyen a una adherencia óptima aunque requieren de la instrumentación de un equipo multidisciplinario y entrenado. Se deberá hacer también una exhaustiva valoración de condiciones comórbidas y uso concomitante de drogas, que pueden facilitar la aparición de efectos tóxicos impactando negativamente en la adherencia, determinando concentraciones sub-terapéuticas de drogas y permitiendo la replicación viral en su presencia contribuyendo finalmente al desarrollo de resistencia. El desarrollo de resistencia en individuos en trata- 48 miento contribuye a la creciente prevalencia de resistencia transmitida a drogas ARV. La implementación de la realización de test de resistencia previo al inicio del TARV dependerá de la prevalencia local de resistencia primaria, esto exige la realización de una vigilancia epidemiológica activa. Es fundamental también el conocimiento de los subtipos virales circulantes a la hora de aplicar y diseñar guías terapéuticas adaptadas a la realidad a local. Finalmente herramientas más sofisticadas difíciles de implementar por sus costos son los estudios farmacogenéticos y el TDM. Quizás en un futuro, la integración de la información obtenida a través de estos podría permitir diseñar el plan ideal: la droga correcta, en la exacta cantidad para el paciente individual. Cuadro 1. Factores asociados a la durabilidad del TARV Concentraciones Terapêuticas Efectos Adversos farmacogenética tarv ideal farmacocinética Adherencia Interacciones Variabilidad individual Referencias resistencia Adherencia Potencia Barreira genética Resistencia transmitida 1. 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