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¿Por qué y cómo erradicar el virus del síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS)? Jean Paul Cano 1, 2, Scott Dee2 y Carlos Pijoan2 1 Cátedra de Medicina Poblacional, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Central de Venezuela 2 Centro de Erradicación de Enfermedades del Cerdo. Universidad de Minnesota, St. Paul, USA Correo electrónico: cano0009@umn.edu Teléfono: 001 612 6244944 Introducción Un estudio auspiciado recientemente por la asociación que reúne a los productores de cerdos de Estados Unidos de América (Nacional Pork Board) reveló que el síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS) le cuesta a los productores norteamericanos más de $560 millones cada año. Estas pérdidas constituyen un mayor impacto que el que generaban Peste Porcina Clásica con $364 millones o Pseudorrabia con $36 millones por año (dólar ajustado por inflación a 2004) cuando se iniciaron las respectivas campañas de erradicación para estas enfermedades. Después de la evaluación de rebaños infectados con el virus del PRRS, los investigadores determinaron que se pierden en promedio 74.16 $ por cada camada y 13.68 $ por cada cerdo engordado desde el destete hasta el matadero en granjas afectadas por PRRS en comparación con granjas negativas (1). El virus es capaz de afectar entre otros parámetros el número de lechones destetados por camada, la eficiencia reproductiva, la mortalidad después del destete y la ganancia diaria de peso. El incremento en los costos de producción y la reducción en la productividad ocasionada por la enfermedad hacen cada día más difícil “convivir” con ella. Países como Chile y regiones como Sonora y Yucatan en México o algunos condados de Minnesota, EUA se encuentran ya en diferentes fases de programas de erradicación de PRRS. Si estos programas tienen éxito, PRRS podría convertirse rápidamente en una nueva barrera comercial en el mercado porcino internacional. Antes de iniciar cualquier programa de erradicación de enfermedades en una granja o región, es necesario organizar un sistema de bioseguridad adecuado para evitar la re-infección o introducción de nuevos agentes al rebaño. El siguiente paso es diagnosticar la “actividad viral” e inmunidad en la población y en la región, para después decidir que estrategia debe utilizarse en cada caso especifico. El objetivo de este resumen es presentar las alternativas actualmente disponibles para eliminar el virus del PRRS (VPRRS) de poblaciones afectadas. Bioseguridad: “clave del éxito” Los programas de bioseguridad deben ser diseñados considerando todos los agentes de interés que potencialmente podrían causar problemas. El estatus sanitario de la población no debe determinar la intensidad de las medidas de bioseguridad a implementar porque siempre puede haber un nuevo agente que ingrese a la explotación y empeorar aún más la situación. Mucho se ha especulado con la transmisión del VPRRS. Aunque se ha demostrado que la transmisión del virus mediante insectos (2,3,4) o aerosol (5,6) es posible, en la actualidad aún se consideran como eventos poco frecuentes, mientras que la transmisión mediante cerdos de reemplazo, semen, vehículos de transporte (7) o personal constituyen riesgos más concretos. Por lo tanto, la adquisición de semen o reemplazos de una fuente “sana” y confiable, un riguroso protocolo de muestreo y cuarentena para estos, la estricta descontaminación de los vehículos que ingresan a la granja (8) y el control de la entrada de personal y materiales son puntos claves para evitar la introducción de agentes infecciosos a la granja. Diagnóstico inicial de la situación: “abrir los ojos” Una buena alternativa para determinar el estatus de infección y el porcentaje aproximado de animales expuestos al virus es el examen serológico (ELISA) de una muestra del pie de cría. Por ejemplo en una granja de 500 madres, 30 hembras de diferentes paridades deben ser muestreadas para detectar al menos 1 animal seropositivo en caso de que la granja este efectivamente afectada con un 10% de sero-prevalencia de la enfermedad (9). La serología nos dará información sobre si la población ha sido expuesta al virus, pero si lo que deseamos saber es el nivel de “actividad viral” en el rebaño lo ideal sería tomar muestras de suero en lechones de maternidad y realizar la prueba de reacción en cadena de las polimerasas (PCR) para detectar ácido nucleico del virus y determinar si las madres están transmitiendo la enfermedad a los lechones. El número y características de los lechones a muestrear esta actualmente siendo investigado por nuestro grupo. En este diagnóstico inicial es conveniente incluir otros agentes de interés como Enfermedad de Aujeszky, Peste Porcina Clásica, Brucelosis, Pleuroneumonía (App) y Neumonía Enzoótica (Mycoplasma), de manera de considerarlos al momento de decidir la estrategia de erradicación a utilizar. Es muy importante establecer el estatus sanitario de las granjas ubicadas en la región o relacionadas de alguna manera con la granja que va a iniciar el programa de erradicación (fuente de reemplazos o semen, destino de cerdos destetados o engordes, otras granjas de la misma empresa), de manera de iniciar un esfuerzo coordinado para obtener mejores resultados. Estabilización de la inmunidad de los reproductores: “requisito # 1” Una vez que el VPRRS ingresa a una población susceptible comienza a infectar a cerdos que a su vez inician la excreción de más virus que infectará a otros susceptibles, es decir, no todos los cerdos se infectan al mismo momento. La enfermedad se mantendrá “circulando” mientras existan animales excretando el virus e individuos aún susceptibles replicando el microorganismo. El virus parece ser altamente infeccioso (pocas partículas virales logran infectar a un cerdo), sin embargo es poco contagioso, es decir, que pocos de los contactos de un cerdo excretando el virus con uno susceptible concluyen con infección (10). Este fenómeno genera que el VPRRS se “mueva” lentamente en la población, perpetuándose la infección en la granja. El primer paso para controlar y potencialmente eliminar el virus del PRRS de la población es “estabilizar la inmunidad del rebaño reproductor” (11,12,13,14). Esta tarea puede realizarse mediante diferentes alternativas: - Exposición intencional de la población al virus, utilizando inyección en masa del mismo aislado del VPRRS que afecta la granja, suministro de heces o vísceras de animales potencialmente afectados o vacunación en masa (virus vivo modificado). - Aclimatización de cerdas de reemplazo, que consiste en exponer dichas cerdas al VPRRS por medio de alguna de las técnicas anteriormente señaladas y darles el tiempo necesario para que se recuperen y no excreten virus antes de ser introducidas al rebano reproductor (15). - Simplemente no hacer nada y esperar el curso natural de la infección, en algunos casos específicos pudiera hacer la alternativa a considerar. Estrategias para la erradicación del PRRS: “¿recetas mágicas?” Examen – Eliminación: En situaciones determinadas donde se predice que un bajo número de animales ha sido expuesto al VPRRS es posible tomar muestras de suero de toda la población y realizar ELISA y PCR. Con la finalidad de reducir los costos de esta operación es posible realizar grupos de muestras (pool) y si alguno de ellos resulta positivo realizar la prueba a cada muestra del grupo. Todos aquellos cerdos ELISA y/o PCR positivo deben ser inmediatamente eliminados de la población. A partir de la evaluación inicial es necesario muestrear un porcentaje de la población que permita detectar al menos un positivo en la población dentro del 95% de confianza (16). Despoblación - Repoblación: Esta es la técnica más segura para la erradicación de PRRS, ya que consiste en eliminar los animales infectados de la granja y repoblar esta con animales “limpios”. La enorme ventaja de esta técnica es que elimina una variedad de enfermedades además del PRRS. Esta seria la alternativa de elección para granjas con otras enfermedades como Peste Porcina Clásica, Aujeszky, App, Micoplasma, etc. Pero es necesario contar con una fuente sana y segura de reemplazos y un programa de bioseguridad blindado para reducir los riesgos de re-infección. La despoblación / repoblación incluye la eliminación de todos los animales de los destetes y los engordes, ya que si se envían lechones negativos a destetes o engordes infectados, estos se infectarán ahí y no habremos logrado nada. Para la mayoría de granjas (convencionales o en tres sitios con edad múltiple) la despoblación de destetes y engordas implica encontrar sitios alternos para desviar el flujo por lo menos durante 1618 semanas. Las granjas de flujo continuo o de un sitio, necesitan vaciar todo (las 18-20 semanas) antes de poder fluir cerdos limpios. Por otro lado, una granja con sitios 2 (destete) y 3 (engorda) separados, puede sólo requerir 12 semanas, ya que se vaciaría el destete y mitad de engorda antes de volver a fluir lechones limpios al destete, en el entendido de que la otra mitad de la engorda se vaciaría y desinfectaría completamente antes de que los primeros animales limpios salieran del destete. Estos sitios alternos pueden ser granjas alquiladas de destete o de engorda (incluso las engordas se pueden habilitar para funcionar como destete-finalización). Es importante recordar que los animales que se envían a los sitios alternos no deben regresar a la granja. Además, es conveniente contar con un edificio alterno (puede ser en pastoreo o corrales de tierra) lejos de la granja, para recibir a las hembras de reposición y comenzar a servirlas. La razón de esto es tener una cuarentena para poder constatar la salud de los animales que se van adquiriendo, lo cual implica hacerles pruebas serológicas de PRRS, Mycoplasma, Aujeszky y App y asegurarse que sean negativas. Además permite hacer la reproducción de estos reemplazos fuera de la granja (offsite breeding) lo cual disminuye considerablemente el impacto económico del proceso, ya que sin esto, la granja permanecería improductiva por un período de casi 5 meses. En contraste, con el offsite breeding el período se reduce a un mes, o si es imprescindible a sólo 2-3 semanas, ya que el tiempo entre la salida de las últimas cerdas infectadas y la llegada de reemplazos listos a parir es de sólo 4 semanas. Cerrado de Granja: En contraste con la despoblación / repoblación, el cerrado de granja esta diseñado específicamente para la eliminación de PRRS y quizás de Mycoplasma y Aujeszky (con ciertas modificaciones), pero no está claro si tiene un efecto positivo contra Peste Porcina Clásica o App. La ventaja de este programa es que no implica la eliminación de hembras, lo cual lo hace muy apropiado para granjas con animales de alto valor genético, o en lugares donde es difícil comprar reemplazos garantizados libres de estas enfermedades, o en número suficiente para repoblar la granja. La estrategia consiste en restringir la entrada de individuos susceptibles (verracos o lechonas) a la granja y asume que la población ha sido expuesta previamente. El tiempo de “cerrado” permitiría que los cerdos aún excretando el virus dejen de hacerlo y la ausencia de individuos susceptibles terminará por sofocar la infección activa. Pasado este periodo que puede comprender entre 3 y 6 meses se comienzan a introducir reemplazos nuevamente, incluso gestantes que fueron servidos fuera de la granja (12). Despoblación Parcial Esta es la técnica más fácil de implementar, pero la que tiene más posibilidades de fallar. Es particularmente apropiada para granjas pequeñas de flujo continuo o en un sitio y que se abastecen de auto reemplazos. La técnica consiste en la despoblación del sitio 2, y dependiendo de la epidemiología de la granja, también del primer tercio del sitio 3. En contraste con las técnicas anteriores no es necesario despoblar toda la engorda. Al igual que en el cerrado de granja, se mantiene el hato reproductivo, aunque aquí sin cerrar la granja. El programa se basa en la idea de que las granjas pequeñas cerradas (con auto reposición) generalmente tienen un hato materno sólidamente inmune que no excreta virus. No hay una “receta mágica” que pueda ser aplicada a todas las granjas, cada caso es diferente y posiblemente requiera de estrategias específicas. Después de eliminar el virus de la enfermedad el desafío para los veterinarios especialistas en cerdos es evitar la reinfección del rebaño, lo cual únicamente puede ser logrado con un programa de bioseguridad adecuado y un consistente plan de monitoreo. Referencias bibliográficas 1. Neumann E, Kliebenstein J, Johnson C, Mabry J, Bush E, Seitzinger A, Green A, Zimmerman J. Assessment of the economic impact of porcine reproductive and respiratory syndrome on swine production in the United States. JAVMA 2005;227:385-392. 2. Otake S, Dee SA, Rossow KD, Moon RD, Pijoan C. 2002. Mechanical transmission of porcine reproductive and respiratory syndrome virus by mosquitoes, Aedes vexans (Meigen). Can J Vet Res. Jul;66(3):191-5. Erratum in: Can J Vet Res 2002 Oct;66(4):294. 3. Otake S, Dee SA, Moon RD, Rossow KD, Trincado C, Farnham M, Pijoan C. 2003. Survival of porcine reproductive and respiratory syndrome virus in houseflies. Can J Vet Res. Jul;67(3):198-203. 4. Otake S, Dee SA, Rossow KD, Moon RD, Trincado C, Pijoan C. 2003. Transmission of porcine reproductive and respiratory syndrome virus by houseflies (Musca domestica).Vet Rec. Jan 18;152(3):73-6. 5. Kristensen CS, Botner A, Takai H, Nielsen JP, Jorsal SE. 2004. Experimental airborne transmission of PRRS virus. Vet Microbiol. Apr 19;99(3-4):197-202. 6. Torremorell M, Pijoan C, Janni K, Walker R, Joo HS. 1997. Airborne transmission of Actinobacillus pleuropneumoniae and porcine reproductive and respiratory syndrome virus in nursery pigs. Am J Vet Res. Aug;58(8):828-32. 7. Dee SA, Deen J, Otake S, Pijoan C. 2004. An experimental model to evaluate the role of transport vehicles as a source of transmission of porcine reproductive and respiratory syndrome virus to susceptible pigs. Can J Vet Res. Apr;68(2):128-33. 8. Dee S, Deen J, Burns D, Douthit G, Pijoan C. 2004. An assessment of sanitation protocols for commercial transport vehicles contaminated with porcine reproductive and respiratory syndrome virus. Can J Vet Res. Jul;68(3):208-14. 9. Cannon R and R Roe. 1982. Livestock disease surveys: A field manual for veterinarians. Australian Government Publishing Service. Canberra. 35 pp 10. Zimmerman J 2003 Epidemiology and Ecology. Chapter 2.3 in PRRS Compendium 2 nd Edition National Pork Board. Des Moines Iowa. pp 27-49 11. Desrosiers R and Boutin M. An attempt to eradicate porcine reproductive and respiratory syndrome virus (PRRSV) after an outbreak in a breeding herd: eradication strategy and persistence of antibody titers in sows. J Swine Health Prod 2002;10(1):23-25. 12. Torremorell M, Henry S and Christianson W. Eradication Using Herd Closure. In: Zimmerman J and Yoon K-J eds. 2003 PRRS Compendium. Des Moines, Iowa. 2003:157-161. 13. Dee S. An overview of production systems designed to prepare naïve replacement gilts for impending PRRSV challenge: A global perspective. J Swine Health Prod 1997;5(6):231-239. 14. Dee S. Approaches to Prevention, Control and Eradication. In: Zimmerman J and Yoon K-J eds. 2003 PRRS Compendium. Des Moines, Iowa. 2003:119-130. 15. Batista L, Pijoan C and Torremorell M. Experimental injection of gilts with porcine reproductive and respiratory syndrome virus (PRRSV) during acclimatization. J Swine Health Prod 2002;10(4):147-150. 16. Dee S. Elimination of porcine reproductive and respiratory syndrome virus from 30 farms by test and removal. J Swine Health Prod 2004;12(3):129-133.