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Terra Preta de Índio: una técnica ancestral para la captura de carbono La terra preta es el resultado de la modificación química y mineral del suelo original, como consecuencia de las actividades de las culturas indígenas que habitaban la región antes de la llegada de los europeos. En la terra preta el horizonte superior con restos de carbón forma estratos de unos 50 cm de espesor, pudiendo alcanzar los 2 m de profundidad en algunos casos. Los horizontes subsuperficiales, en cambio, suelen ser profundos (varios metros) aunque muy pobres en nutrientes. Estos suelos creados por el ser humano (Anthrosols) abarcan una superficie estimada de entre 6.000 y 60.000 km2, lo que supone entre el 0,1 y el 1% de la cuenca amazónica (recientemente se han identificado también en zonas de Colombia, Ecuador, Guayana Francesa y Perú). Las parcelas donde se encuentran estas “tierras negras” son más frecuentes y de mayor extensión a lo largo de los cursos medios y bajos de los ríos principales, en particular en torno a las confluencias y las cataratas. Existen, sin embargo, zonas de la cuenca amazónica en las que, aún habiendo sido habitadas durante largos periodos de tiempo, no se ha formado este tipo de suelo. La gran fertilidad de la terra preta se explica principalmente por su alto contenido en un tipo especial de materia orgánica carbonosa y nutrientes como manganeso, fósforo, zinc y calcio. Además, el carbón vegetal reduce significativamente la pérdida de nutrientes a causa de la lluvia. Existe una importante diversidad de composiciones de terra preta entre diferentes localidades e incluso en un mismo sitio. Recientemente se han encontrado tierras negras similares en el continente africano (Benín, Liberia y Sudáfrica), aunque su carbón vegetal parece no atesorar las cualidades de estos suelos amazónicos. Terra preta, biochar y cambio climático Lo que hoy se conoce como biochar o “carbón vegetal biológico”, no es más que carbón creado por la pirólisis (la descomposición química de materia orgánica por calentamiento en ausencia o limitado contenido de oxígeno). Antiguamente, en el caso de la terra preta, esto material era incorporado en el suelo, pero no es cierto si el entiendimento fue para mejorar la productividad del suelo, o simplemente como manejo de la basura domestica. Esta duda surge del descubrimiento de terra preta en los Gleysoles en las llanuras amazónicas, que no tienen limitaciones en la fertilitad. Biochar Biochar es un carbón creado por pirolisis de la biomasa y algunos creen que se pueda utilizar para almacenar carbono y para la mitigación del cambio climático, así como para mejorar la fertilidad del suelo. La biomasa inicial puede transformarse en biochar, y éste puede utilizarse como enmienda en tierras agrícolas para sustituir a otros combustibles o para el secuestro de carbono en el suelo. La alta resistencia de la terra preta a la descomposición de la materia orgánica, así como su gran capacidad para retener nutrientes y agua, la han convertido desde el comienzo del siglo XXI en objeto de varios programas de investigación sobre fertilidad y agricultura sostenible. La FAO ha analizado las implicaciones productivas y culturales de la terra preta y ha sugerido que la misma podría servir de base para desarrollar nuevos modelos de agricultura sostenible en la actualidad. Sin embargo, para poder generar suelos de las mismas cualidades se necesita mejorar la comprensión de los procesos que intervienen en su formación. Por otro lado, la utilización de biochar para mitigar el cambio climático, aunque ha sido propuesta por varias instituciones (p. ej. la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático o CMNUCC) y países (p. ej. Belice, Costa Rica, Australia) sigue siendo objeto de debate, con organizaciones de la sociedad civil en contra de esta forma de medida compensatoria. Arriba: Típico horizonte de TPI sobre Ferralsol amarillento en la Amazonia central, Brasil (WGT). Abajo: Cultivo de frijoles en TPI. Amazonia central, Brasil. (WGT) 124 La imagen de abajo muestra un yacimiento de terra preta en el que se han encontrado algunos fragmentos de cerámica. La gran cantidad de cerámicas y objetos de origen humano encontrados en estas tierras delata su origen antropogénico. Esto implica que la Amazonia debe haber albergado densas poblaciones sedentarias en los siglos que precedieron a la llegada de los europeos. A pesar del escepticismo de algunos historiadores, un número creciente de indicios históricos, arqueológicos y etnográficos están contribuyendo a identificar y a caracterizar estas culturas amazónicas. (AZ) Terra preta y terra mulata A pesar de no existir una definición universalmente aceptada, toda terra preta tiene cuatro características básicas: color oscuro; alto contenido en carbón vegetal; alta fertilidad y origen humano. Para clasificarlas se han propuesto dos grandes familias: la terra preta propiamente dicha, muy oscura y con gran contenido de cerámica y restos animales, y la terra mulata, de color más pardo, con menos restos de origen humano y que normalmente se extiende sobre grandes superficies alrededor de las parcelas de tierra negra. Los primeros investigadores James Orton (1870), Charles Hartt (1874) y Herbert Smith (1879) fueron los primeros investigadores occidentales en describir una tierra amazónica oscura, muy fértil y con abundantes fragmentos de cerámica. El hallazgo quedó en una mera anécdota, ya que en esta época se suponía que toda la Amazonia debía ser fértil, dado que estaba cubierta por un extenso bosque. Esta errónea idea se perpetuó hasta la segunda mitad del siglo XX y fue en parte responsable de los procesos de explotación agrícola de la región amazónica, que resultaron en fracasos económicos y medioambientales. La existencia de la terra preta fue relativamente ignorada hasta finales del siglo XX. En 1980, Nigel J.H. Smith [66] publicó un artículo en el que resumía los hallazgos sobre este tipo de suelos y concluía que eran de origen antropogénico y que en el pasado podían haber alimentado a una gran cantidad de población. Sin embargo, el trabajo de Smith fue prácticamente ignorado por la comunidad científica. En 1996 el prestigioso edafólogo holandés Wim Sombroek, que tenía fascinación por la terra preta desde su tesis doctoral sobre los suelos amazónicos en 1963, se instaló en Manaos para dirigir un proyecto ambiental financiado por el Banco Mundial. Sombroek se dedicó a promover activamente la divulgación y la investigación científica sobre esta materia, creando la asociación terra preta Nova (2001) y colaborando en la organización del primer simposio internacional sobre el tema en 2002. Distribución actual de los yacimientos de terra preta. [66b] Atlas de suelos de América Latina y el Caribe | Suelos y uso de la tierra en LAC JRC_LAC_atlas_maps.indd 124 29/01/2014 17:11