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Por una agricultura sustentable y competitiva para las Américas Agrobiotecnología moderna, un paso adelante para superar las deficiencias de la Revolución Verde La biotecnología se pone al servicio de la agricultura para dar respuesta a algunas de las carencias de la Revolución Verde y generar una agricultura más productiva y sustentable. La bioseguridad debe ser parte fundamental de este desarrollo. Transcurrían los años de la postguerra, y así como ocurre en la actualidad, la crisis que abatía al mundo hacía imperativo generar cosechas más productivas, pero a un menor costo. El científico Norman Borlaug se dedicó a realizar cruces selectivos de plantas de maíz, arroz y trigo, y descubrió que las variedades resultantes eran hasta cinco veces más productivas si se les aplicaba grandes cantidades de agua, fertilizantes y plaguicidas. El mundo gritó eureka y así nació el paradigma agrícola conocido como ―Revolución Verde‖. Por muchos años, incluso décadas, la Revolución Verde generó los frutos esperados y se llegó a pensar que el problema de producción y acceso a los alimentos estaba solucionado. No obstante, el tiempo se encargó de demostrar lo contrario, cuando se comprobó que este modelo extensivo estaba acabando con la materia prima de la agricultura: los recursos naturales. ―Tuvo logros espectaculares en el aumento de la productividad, con un incremento de los ingresos de los agricultores y la disminución de Luis Rafael Herrera Estrella, director Laboratorio los precios de los alimentos. Además, en ese Nacional de Genómica para la Biodiversidad periodo se formalizó la investigación agrícola. En fin, con el conocimiento que se tenía en ese momento se hizo lo que se podía hacer. Sin embargo, su enfoque basado en el aumento de la cantidad tuvo consecuencias ambientales que han agravado los procesos de contaminación y degradación ambientales‖, afirmó Pedro Rocha, Coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Hoy, como en ese entonces, la agrobiotecnología –entendida como la tecnología basada en la biología y aplicada a la agricultura— busca respuestas, pero esta vez para tratar de superar la Revolución Verde, producir competitivamente y, sobre todo, de manera más sustentable. ―Se necesita un nuevo paradigma tecnológico para la agricultura, que mejore los rendimientos, pero que también impulse el uso eficiente de los recursos naturales sin dañar el ambiente y que esté al alcance de todos los actores‖, señala el Plan de Mediano Plazo del IICA 2010-2014. Para hacer frente a ese desafío, el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos, confía en la ciencia. ―Cuando la humanidad encuentra problemas en su desarrollo y su devenir la ciencia llega al rescate. Así fue, por ejemplo, con la Revolución Verde, a pesar de sus deficiencias. Hoy la humanidad ha tomado conciencia de que los métodos agrícolas tradicionales no son suficientes para garantizar la seguridad alimentaria; la ciencia viene de nuevo al rescate con diversas herramientas, una de ellas es la biotecnología‖. Precisamente, el Instituto visualiza a la biotecnología como una aliada en el desarrollo agrícola, aunque siempre acompañada de medidas que garanticen su seguridad. Por ello, ha buscado establecer alianzas con centros de prestigio mundial, como el renombrado Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, y ha invitado a reconocidos investigadores, entre ellos Luis Rafael Herrera Estrella y Albert Sasson, para encontrar juntos formas de responder a los nuevos retos agrícolas. El IICA también brinda información de carácter científico a sus Estados Miembros sobre los avances en agrobiotecnología, para que sean ellos quienes finalmente decidan sobre la pertinencia de su uso. Seguridad alimentaria y cambio climático en la mira ―La comida es cara y cada día va a ser más cara. El precio del barril del crudo llega a los US$110, la tonelada de maíz alcanzó hace unos días los US$320 en Chicago, los supermercados crean cada vez más sus propias marcas porque las que compraban se han vuelto impagables y de 800 millones de pobres se pasó a 1.000 millones luego de la crisis. La solución está en la agricultura, si se le otorga la importancia que tiene‖, manifestó Albert Sasson, asesor internacional en biotecnología y ex Director General Adjunto de UNESCO, sobre los problemas que enfrenta el mundo actual en materia de alimentos, en un reciente foro técnico del IICA. Entre los principales retos se destaca la necesidad de duplicar, para el 2050, la cantidad de alimentos que hoy se producen para atender a una población mundial que llegará a 9.000 millones de personas, además de aumentar el número de insumos agrícolas para usos no alimentarios. Duplicar la producción de alimentos es, por sí misma, una tarea difícil, a la cual hay que sumarle factores externos poco alentadores, Albert Sasson, asesor internacional en como una menor disponibilidad de tierras debido biotecnología a la competencia de la expansión urbana y de otras actividades económicas, la degradación y desertificación de los suelos, el aumento de las limitaciones en la disponibilidad de agua y el incremento de los impactos causados por el cambio climático. ―La biotecnología es un elemento más para superar las deficiencias que dejó la Revolución Verde. Debe verse como una caja de herramientas, donde tenemos el cultivo de tejidos, los birreactores y fermentaciones, la genómica y los transgénicos, entre otras. Es decir, no se trata sólo de organismos vivos modificados, sino de varias tecnologías que pueden dar respuesta a estos problemas‖, expresó Rocha. Para el IICA, el desarrollo de las tecnologías limpias y de productos menos dañinos para el ambiente, las buenas prácticas agrícolas y las agrobiotecnologías constituyen una oportunidad para que la agricultura regional enfrente estos desafíos del futuro. Para Luis Rafael Herrera Estrella, director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO) de México y líder del grupo que en el 2008 logró el desciframiento completo del genoma del maíz, aunque las consecuencias de la variación del clima mundial todavía no se han precisado del todo, en los Estados de la región algunas zonas agrícolas disminuirán su capacidad productiva, mientras que otras menos utilizadas hoy para la agricultura tendrán mejores condiciones para los cultivos. ―Una de las fortalezas de nuestras naciones es su biodiversidad, pero para aprovecharla y protegerla ante el cambio climático aún hay mucho por estudiar‖, aseveró. En este sentido, Estrella señaló que para afrontar el cambio climático la biotecnología será una aliada al crear plantas más tolerantes al incremento en las lluvias y más resistentes a las altas temperaturas, ambos fenómenos que ocurrirán en la región en algunos años. Las especies vegetales, además, tendrán que sobrevivir con mayor salinidad en los suelos, producto del aumento en los niveles oceánicos, reto que podrá enfrentarse por medio de variedades mejoradas. La biotecnología tendrá que desarrollar, según Herrera, fertilizantes más eficientes y de menor impacto ambiental, es decir, que las plantas puedan absorber la mayor parte del nitrógeno y el fósforo en ellos. De este modo, se evitaría que esos insumos terminen en el suelo y el agua. La investigación en este campo, además, serviría para encontrar especies vegetales que produzcan más biomasa, útil para la elaboración de biocombustibles, sin que se compita con la producción de alimentos, señaló el científico. Sasson, por su parte, coincide en la importancia de la biotecnología para hacer frente a este reto de producir más sustentablemente. ―La biotecnología permitirá desarrollar cultivos resistentes a las plagas, inundaciones y sequías, evitando la pérdida de cosechas cada año; posibilitará también crear alimentos más variados y con gran cantidad de nutrientes, como zinc, hierro, Omega 3 y Omega 6. Será, además, importante en la lucha contra el cambio climático y el deterioro ambiental, al crear cultivos que requieran menor uso de agroquímicos‖, aseveró. Rocha agregó que la biotecnología tendrá, además, un efecto positivo sobre la biodiversidad. ―Por medio de los estudios de los genes, por ejemplo, se le puede encontrar un uso favorable a distintas especies y, al tener un uso, la humanidad se interesará en su conservación‖. Al alcance de quienes más lo necesitan Comprobados los beneficios de la biotecnología moderna, utilizada siempre al amparo de la bioseguridad, para garantizar la producción de cultivos de alto valor nutricional que puedan sobrevivir los embates de una naturaleza cada vez más inestable, surge la pregunta de si ésta tecnología está al alcance de los pequeños y medianos productores, que son quienes más necesitan tener acceso a sus bondades. ―Los mecanismos de transferencia están relacionados con su utilidad y con la forma en la cual el tipo específico de avance biotecnológico fue generado‖, explicó Rocha. Es decir, si se trata de técnicas de fermentación y compostaje surgidas en el campo mediante la experimentación, su propagación será de boca a boca y llegará más rápido a los pequeños productores; en cambio, si se trata de tecnologías de avanzada que requieren fuertes inversiones, como el desarrollo de transgénicos, la transferencia hacia los agricultores será más lenta y costosa. No obstante, la toma de conciencia sobre los beneficios productivos de los transgénicos ha generado políticas públicas orientadas a facilitar su acceso a los pequeños y medianos productores, por ejemplo en Japón la producción de algodón transgénico está en manos de este grupo de agricultores. Por tanto, la voluntad política es fundamental para generar esta transferencia. El IICA tiene como fin ayudar a crear esa conciencia, ofreciendo información sobre los avances en biotecnología y sus usos, tanto a los pequeños y medianos productores como a los tomadores de decisiones. ―El Instituto no toma partido, la decisión de adoptar o no las innovaciones biotecnológicas es de cada país, de igual forma su transferencia. Donde sí tomamos partido es en el tema de bioseguridad‖ aseveró Rocha. Por tanto, la decisión final de hacer de la biotecnología una aliada para el desarrollo de una agricultura productiva, sustentable y capaz de enfrentar los nuevos retos ambientales está en cada país, en cada región, en cada agricultor. Sin embargo, según Rocha, el IICA está consciente que cada vez habrá más herramientas y cada vez más poderosas y que independientemente de su aceptación será imprescindible garantizar su uso con medidas razonables de seguridad. Más información: pedro.rocha@iica.int Antena Agropecuaria ―Biotecnología más allá de la Revolución Verde‖ Ponencia Luis Rafael Estrella Video Aplicación de la Biotecnología a la Agricultura, Albert Sasson