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Nueva Etapa. Año XXIV. Nº 48 Caracas, 2015, pp. 69-98 Revista de Educación y Ciencias Sociales Universidad Simón Rodríguez Depósito Legal: pp.199102Dc4209 ISSN: 1315-2149 La gestión de riesgo socioambiental en colectividades vulnerables. Un estudio en la comunidad Santa Eduvigis The management of risk environmental in vulnerable communities. A study in the community Santa Eduvigis Ketty Bautista* Kettyfaces@gmail.com Aura Álvarez** auraentrena@yahoo.es Resumen Los procesos de ocupación humana, el uso de la tierra, la producción urbana, la falta de planificación y los severos déficit en los recursos infraestructurales básicos, aunados al crecimiento de la población y al incremento en el número de pobres en las ciudades, propician una cantidad creciente de población que se expone a distintas facetas del riesgo socio-ambiental, entendido como un fenómeno socialmente construido, según lo expresan autores como Beck (1986 y 2008) y Lavell (1996). Esta problemática exige la aplicación de la gestión de riesgo, que debe constituirse en una estrategia orientada a intervenir en las condiciones que construyen el riesgo de desastre, para mitigar la vulnerabilidad * Docente investigadora de la Universidad Simón Rodríguez, Venezuela. ** Docente investigadora de la Universidad Simón Rodríguez, Venezuela. Recibido: 18-02-2014 • Aceptado: 28-03-2014 69 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... social. Por ello se plantea la presente investigación, orientada a diseñar un programa preventivo de gestión de riesgo socio-ambiental que permita minimizar la vulnerabilidad en comunidades en riesgo, tomando como caso de estudio la comunidad de Santa Eduvigis, parroquia San Pedro, municipio Guaicaipuro del estado Bolivariano de Miranda. El desarrollo del trabajo se hizo a través del enfoque cualitativo socio-crítico que persigue la transformación de una realidad considerada desde sus aspectos particulares y vista a partir de sus protagonistas, a través de la cual se evidenció la necesidad de la participación de la población en la disminución de los índices de vulnerabilidad atendiendo dos aspectos básicos: la información científica y la educación que se deben desarrollar en actividades formales, no formales e informales. Palabras clave: riesgo, amenaza, vulnerabilidad, gestión preventiva de riesgo, cultura preventiva. Abstract The processes of human occupation, land use, urban production, lack of planning and resources severe deficits in basic infrastructure, coupled with the growth of population and the increase in the number of urban poor, promotes effective growing number of people who are exposed to various facets of social and environmental risk, understood as a socially constructed phenomenon, as expressed by Beck (1986 and 2008), Lavell (1996). This problem requires the application of risk management must become a strategy to intervene in the conditions that build disaster risk, to mitigate the social vulnerability. Thus arises the present research aimed to design a preventive risk management that minimizes social and environmental vulnerability in communities at risk, taking as case study the Community of St. Hedwig. San Pedro Parish, Guaicaipuro Miranda Bolivarian state. The development work was done through the socio-critical qualitative approach that seeks the transformation of reality seen from its particular aspects and views from its characters, through which showed the need for public participation in decreasing vulnerability indices taking two basic aspects: scientific information and education to be developed in formal, non-formal and informal. Key words: risk, threat, vulnerability, risk prevention management, preventive culture. 70 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 Introducción La ciudad es el símbolo que ofrece la mayor posibilidad para expresar la tensión entre la racionalidad y lo complejo de la existencia humana, toda vez que la mayoría de los centros urbanos presentan elevadas condiciones de riesgo debido a desequilibrios en la relación entre las dinámicas de la naturaleza y la población que los hace proclives a sufrir desastres por distintos tipos de fenómenos como deslizamientos, inundaciones, sismos, entre otros. El riesgo, desde el punto de vista geográfico, puede entenderse como la existencia de una determinada probabilidad para la generación de daños (humanos, materiales y/o ambientales) como consecuencia de la implantación inadecuada de actividades humanas en relación con el medio en que ellas se desarrollan. En la actualidad, uno de los riesgos más importantes es el ambiental, el cual existe cuando nuestro entorno o el de cualquier ser vivo se modifica de manera que pone en peligro la vida y por lo tanto trastoca la cotidianidad. Este tipo de riesgo nos afecta no solo de manera individual sino colectiva y se hace manifiesto en fenómenos como la construcción y operación de plantas hidroeléctricas, el aumento progresivo del uso del automóvil, las alteraciones provocadas por cambios abruptos en el uso del suelo y la pérdida de especies, la utilización de productos químicos y procesos de biotecnología para acelerar la producción agraria, el aumento en industrias contaminantes y las enfermedades de las comunidades humanas y hábitat naturales. Para Beck, los riesgos ambientales son un producto de la interacción entre el modelo económico capitalista, la ciencia y la tecnología aplicada, pero a la vez constituyen una nueva dimensión de la incertidumbre cotidiana para la condición humana. Las lógicas de la globalización, en la ecología, la cultura, la economía, la política y la sociedad civil, van unidas y no se pueden reducir ni tampoco hacer que sean irreversibles. La globalización –refiere Beck– es un proceso histórico concreto del capitalismo que lleva inmerso un proceso de desequilibrio e injusticias evidenciado en formas crecientes de exclusión social, altos niveles de desempleo y pobreza que acentúan la polarización social y generan amenazas que subyacen en los 71 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... procesos económicos globalizadores, como las amenazas ecológicas resultantes de los costos de producción. El problema de riesgo está íntimamente relacionado con el desarrollo o la falta de éste, los desastres son indicadores de insostenibilidad en los procesos de gestión del desarrollo y de la gestión ambiental, por lo que la reducción del riesgo debe fundamentarse en la modificación o transformación de las condiciones que lo generan o, en su caso, en el control externo de los factores de riesgo. Una de las características más notorias del inadecuado desarrollo de los asentamientos humanos es la situación de riesgo de algunas zonas habitadas que están amenazadas por la influencia de peligros de origen industrial o tecnológico, el desorden urbano, la pérdida del espacio público y los bajos niveles de saneamiento ambiental. A este respecto, sostiene Marrero (2003, p. 5), el riesgo incluye dos factores: uno externo, las amenazas o peligros, que es el potencial de ocurrencia de un suceso capaz de causar daño a la sociedad; y uno interno, la vulnerabilidad, que es la disposición intrínseca a ser dañado. Si bien el primero es por lo general incontrolable, el segundo depende de la acción humana, siendo ésta la que hace que las consecuencias de las amenazas sean más o menos graves. A los riesgos naturales conocidos hasta ahora por la humanidad, como inundaciones, sequías, sismos, se agregan en la actualidad aquellos que son producto exclusivo de la actividad del hombre, a saber, riesgos derivados de la energía nuclear, la polución, deslaves, sismos, la contaminación de la naturaleza, entre otros. Por lo tanto, la ciudad como escenario de riesgo y desastre es bastante evidente en el mundo, particularmente en América Latina y por ende en nuestro país, toda vez que los devastadores impactos económicos sufridos durante los últimos años a todos estos eventos nos hacen recordar que un número importante de ciudades se ubica en zonas propensas a un amplio rango de amenazas físicas naturales, cuyos impactos se hacen más notorios por los niveles de población e infraestructura ahí concentrados y los niveles de vulnerabilidad social existentes. Además, el mismo proceso de urbanización y los cambios que suscita en las regiones que circundan las ciudades, modifica y 72 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 transforma los elementos físico-naturales existentes, creando nuevas amenazas o amplificando en intensidad y recurrencia a las ya existentes, como conflictos urbanos, accidentes tecnológicos, derrames de materiales tóxicos, acumulación de desechos sólidos, colapso de edificaciones, contaminación de aire, agua y suelos, así como construcciones sin supervisión, entre otros. Estos factores plantean la necesidad de que exista una gestión de riesgo como parte de una planificación estratégica que permita su percepción y en consecuencia su adecuado manejo, toda vez que la gestión del riesgo implica la participación de los diferentes sectores sociales de una población, y en el caso específico de una comunidad, con el concurso de una alianza técnica del colectivo, equipo multidisciplinario de profesionales e instituciones públicas y privadas, para la elaboración de planes globales que coadyuven en la prevención y mitigación de desastres y para afrontar las emergencias que de ellas se deriven. En este sentido, nuestro interés es diseñar un programa educativo de prevención para la gestión de riesgo en la comunidad de Santa Eduvigis, parroquia San Pedro del municipio Guaicaipuro, colectividad que dada su ubicación geográfica evidencia una serie de factores de alta vulnerabilidad que requieren nuevas formas de relación para regular, gestionar y transformar dichos factores de vulnerabilidad en oportunidades de cambio que permitan evitar o mitigar el impacto de futuros desastres en esta comunidad y factibles de ser aplicadas en otros contextos geográficos. El desarrollo de la investigación la realizamos a través del enfoque cualitativo socio-crítico enfocado en la transformación de una realidad considerada desde sus aspectos particulares como producto de un proceso histórico de construcción y desde la mirada de sus protagonistas. Es a través de este enfoque que se abordó la construcción del conocimiento de la realidad en esta comunidad, sus principales necesidades, características, valores y principios. 1. La gestión de riesgo socioambiental en colectividades vulnerables, aspectos teórico/conceptuales y referenciales Una categoría con la que hoy podríamos denominar a la mayoría de las áreas o espacios afectados por episodios de rango extraordinario es la de 73 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... «sociedades y territorios en riesgo» como producto del crecimiento económico mundial de las últimas décadas que se ha hecho a expensas del ambiente; se ha antepuesto lo económico a lo natural y con ello se ha ocasionado un conjunto de problemas globales sin precedentes cuyas consecuencias serán muy graves para la disponibilidad futura de energía, agua y alimentos si no son atendidos a tiempo. Los riesgos han sido diferenciados en diversas categorías, una de las más difundidas es la que los diferencia en naturales y tecnológicos. Por riesgo natural se entiende «aquellos elementos del ambiente biofísico que son peligrosos al hombre y que están causados por fuerzas extrañas a él»1. Por su parte el riesgo tecnológico «es la probabilidad de sufrir daños o pérdidas económicas, ambientales y humanas como consecuencia del funcionamiento deficiente o accidente de una tecnología aplicada en una actividad humana»2. El riesgo no es un atributo estático, depende de la dinámica que posea la sociedad y las características territoriales en donde ella se despliega. Por lo que se hace necesario analizar cada uno de los componentes del riesgo en forma independiente y sinérgica, toda vez que para que se desarrolle el riesgo, deben existir condiciones de amenaza y vulnerabilidad. La conjunción de estos elementos y sus respectivas proporciones será la que establezca el grado final que el riesgo tome. Lavell define la amenaza como el peligro latente que representa la posible manifestación dentro de un período de tiempo y en un territorio particular de un fenómeno de origen natural, 1 2 74 Chardon, Anne-C. y Gonzalez, J. Amenaza, vulnerabilidad, riesgo, desastre, mitigación, prevención… primer acercamiento a conceptos, características y metodologías de análisis y evaluación. Programa de información e indicadores de gestión de riesgos. Ejecución del componente II, Indicadores para la gestión de riesgos. Manizales, BID-CEPAL-IDEA, 2002, p. 3. Bosque Sendra, J. «Novedades en el uso de un SIG para el estudio de problemas sociales». Ciclo de videoconferencias en Teorías y métodos en la ciencia geográfica contemporánea, 2007, p. 45 (Consulta: el 4/1/ 2011). REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 socio-natural o antropogénico, que puede producir efectos adversos en las personas, la producción, la infraestructura, los bienes, los servicios y el ambiente3. La amenaza es un factor de riesgo externo de un elemento o grupo de elementos expuestos, que se expresa como la probabilidad de que un evento se presente con una cierta intensidad, en un sitio específico y dentro de un período de tiempo definido. Otro factor que debe desatarse para la existencia del riesgo es el de la vulnerabilidad. El riesgo, según Lavell, se refiere a: la probabilidad de que a una población (personas, estructuras físicas, sistemas productivos, etc.), o segmento de la misma, le ocurra algo nocivo o dañino. Para que exista un riesgo debe haber tanto una amenaza (o un peligro) como una población vulnerable a sus impactos, siendo la ‘vulnerabilidad’ la propensión de sufrir daños que exhibe un componente de la estructura social (o la naturaleza misma)4. El riesgo es, en consecuencia, una condición latente o potencial, y su grado depende de la intensidad probable de la amenaza y los niveles de vulnerabilidad existentes. En este sentido, la vulnerabilidad es una expresión del desequilibrio o desajuste, en igual medida, entre la estructura social (ampliamente concebida) y el medio físico-constructivo y natural que lo rodea. La relación hombre-medio, fundamental para la supervivencia de la especie humana ha conllevado a que la organización y asentamientos del territorio se dé a partir de patrones culturales, históricos, económicos y políticos, pero se olvida (en algunos casos) el espacio geográfico; más aún, no se percibe que muchas de sus potencialidades pueden ser un riesgo, toda vez que los procesos de asentamiento y adaptación primaria al medio social y ambiental en la mayoría 3 4 Lavell, A. «Degradación ambiental, riesgo y desastre urbano: Problemas y conceptos». En: Fernández, María Augusta. Ciudades en riesgo. Lima, LA RED. USAID.LA RED, 1996, p. 17. Ibídem., p. 3. 75 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... de los casos se hacen sin el reconocimiento previo de las amenazas naturales a que el poblador se expone, limitando la capacidad de respuesta ante la presencia de un evento amenazador. Por lo tanto, el interés del presente trabajo es conocer el riesgo y la vulnerabilidad como factores de amenaza constante en la comunidad de Santa Eduvigis y buscar alternativas viables construidas con la participación de los habitantes de este sector estudiado, las cuales una vez aplicadas y obtenidos cambios significativos pudieran ser utilizadas en distintos contextos geográficos que coadyuven a minimizarlos, toda vez que la mayoría de los desastres socio-naturales afectan adversamente a los seres vivos y al resto del ambiente, además de repercutir en el desarrollo socioeconómico de las poblaciones, principalmente de aquellas que se hallan ubicadas en zonas vulnerables. Particularmente, y para el caso de estudio, la comunidad de Santa Eduvigis, localizada en la parroquia San Pedro del Municipio Guaicaipuro del estado Bolivariano de Miranda. De acuerdo con su ubicación geográfica, la comunidad tiene su asentamiento en espacios no aptos para el desarrollo urbanístico, toda vez que en su estado primario estos terrenos fueron de vocación forestal, pertenecientes a la cuenca del río San Pedro. Sin embargo, y dado el crecimiento exponencial de la población y del área física de la ciudad de Los Teques, esta zona ha servido de permanencia a familias que hace cuarenta años construyeron sus viviendas adyacentes a las márgenes de la vía carretera hacia San Pedro. Asimismo se hace notorio el crecimiento poblacional del sector en la mar gen izquierda del río San Pedro, producto del éxodo de habitantes de otras zonas del país en busca de mejores condiciones de vida. De esta manera evidenciamos que los escenarios de riesgos se gestan con la sociedad misma, producto del proceso social del hábitat, y de las deficientes políticas de gobierno, tanto nacional como local. Por ello afirmamos que la vulnerabilidad es una construcción social, porque desde que el hombre como ser racional, y al propio tiempo hermenéutico, ha ido ampliando y reflexionando su conocimiento acerca del espacio, en esa misma medida ha podido ejercer mayor dominio sobre éste, más aún cuando tiene la necesidad de establecerse en ciertas áreas, apropiarse de los recursos existentes para su beneficio, más allá de la 76 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 sobrevivencia, explotándolos, acaparándolos y generando cambios en los sistemas ambientales y ecológicos originales. En este sentido, plantea Calvo5, el riesgo entendido como potencia tiene un componente antrópico evidente. La naturaleza no somete a riesgo a las sociedades, son éstas las que al rebasar los límites que impone la dinámica natural se tornan vulnerables en el territorio, se arriesgan, asumiendo o no las consecuencias que de ello pueden derivarse, generando desequilibrios naturales. Ante el inminente riesgo en que se halla un número considerable de viviendas de esta comunidad y por ende sus habitantes, toda vez que está conformada por una zona norte que se ubica en las laderas de la vía principal hacia San Pedro, y una zona sur ubicada al margen de la cuenca del río San Pedro. Estas áreas se caracterizan por los constantes deslizamientos de terreno producto de las filtraciones de las tuberías de aguas residuales, y construcciones improvisadas donde cada centímetro libre ha sido ocupado. A las casas, por falta de espacio, se les añaden más pisos, agregando más peso a las ya precarias bases sobre las que se construyeron; están pegadas unas con otras, con instalaciones eléctricas inadecuadas, además de tener la amenaza constante de inundaciones por las crecidas del río San Pedro y sus altos niveles de contaminación, así como la acumulación de desechos sólidos, que en muchas ocasiones son vertidos al cauce del río San Pedro. A esta problemática se aúna la poca participación de la comunidad en la solución de sus problemas, para lo cual se hace necesario abrir espacios para la acción comunicativa, estableciendo el lenguaje como modelo de entendimiento, para dilucidar y erigir una cultura con base en el equilibrio y la justicia social6. En esta comunidad se evidencia lo señalado por Antillano: las características de las viviendas de las barriadas en nuestras ciudades, se corresponden con construcciones sin seguimiento y control especializado, su proliferación va conformando espacios urbanizados donde se hace más 5 6 Calvo García-Tornel, F. Sociedades y territorios en riesgo. Barcelona, Ediciones Serbal, 2001, p. 186. Habermas, J. Teoría de la acción comunicativa I. Racionalidad de la acción y racionalización social. Madrid, Taurus, 1987. 77 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... evidente la segregación espacial, sus habitantes presentan un mayor índice de pobreza y desocupación, con carencia de los elementales servicios públicos, reproduciendo desequilibrios naturales7. Este problema de desequilibrios naturales se ha venido dando sistemáticamente como parte del desarrollo de una región o ciudad, provocando desastres que son una expresión de la inadecuada aplicación de políticas de ordenación territorial y, por ende, de conservación ambiental y las incongruencias entre las relaciones sociales, culturales, económicas, políticas y el entorno físico, generando las llamadas amenazas socio-naturales. Algunos fenómenos típicos de las amenazas naturales tienen una expresión de incidencia que es socialmente inducida. Es decir, se producen o se acentúan por algún tipo de intervención humana sobre la naturaleza y se confunden a veces con eventos propiamente naturales. En el contexto de las amenazas socio-natural, Lavell establece sub-categorías, haciendo una aproximación conceptual para facilitar su comprensión. En este sentido refiere que las amenazas antrópico-contaminantes las componen los procesos de eliminación o depósito de desechos líquidos y sólidos, de origen doméstico, sin canalización o procesamiento. El resultado, en términos de la contaminación biótica de aire y aguas, presenta serios peligros de salud para la población, desembocando a veces en epidemias. A diferencia de las amenazas producto de la falta de control sobre procesos económicos, estas amenazas son, en general, producto de la pobreza, de la falta de opciones por la ausencia de infraestructura y servicios urbanos adecuados, o de la negligencia de la población. Las amenazas antrópico-tecnológicas producidas por los procesos de producción y distribución industrial modernos, principalmente concentrados en los centros urbanos o próximos a ellos, y las dotaciones de infraestructura urbana, principalmente para el repartimiento y consumo energético, encierran problemas para la seguridad ciudadana debido al uso de un número importante de procesos potencialmente de gran peligro. 7 78 Antillano, A. «La lucha por el reconocimiento y la inclusión en los barrios populares: la experiencia de los comités de tierras urbanas». Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, Vol. 11, N° 3 (Sept-Dic), Caracas, 2005, pp. 205-218. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 La importancia de estas amenazas, en términos de un potencial desastre, reside, de hecho, en el problema de la ocupación humana en torno a ellas, producto en gran número de casos de pobreza (falta de opciones de ubicación alternativa para la vivienda) y de la falta de implementación de controles y zonificación en el uso del suelo (planificación urbana). La mayoría de estas amenazas se concretan a través de «accidentes» que, dependiendo de los impactos que tengan, pueden convertirse en verdaderos desastres. Esta problemática me motivó a la búsqueda y aplicación de acciones desde la gestión de riesgo, en un contexto de planificación preventiva que orientamos desde la perspectiva de la comunidad, a fin de diseñar un programa preventivo de gestión de riesgo socio-ambiental que permita minimizar la vulnerabilidad en comunidades en riesgo, tomando como caso de estudio la comunidad de Santa Eduvigis. 1.1. De riesgo-vulnerabilidad al desastre: el riesgo del calentamiento global La noción de ambiente urbano remite a una multiplicidad de fenómenos percibidos como causantes de problemas en la ciudad: la contaminación del aire, la calidad del agua, el saneamiento, las condiciones de transporte, el ruido, el deterioro de los paisajes, la preservación de los espacios verdes, el detrimento de las condiciones de vida, propician una articulación con el tema de los riesgos8. El concepto de riesgo surge como manifestación de la posibilidad de ocurrencia de unos fenómenos de origen natural, como consecuencia del cambio climático en el mundo globalizado, que nos sitúa ante una sociedad potencialmente vulnerable. El cambio climático se refiere al impacto de la actividad humana sobre el sistema climático global, que siendo consecuencia del cambio global, afecta a su vez otros procesos fundamentales del funcionamiento del sistema tierra, como son los sistemas biofísicos entre sí y 8 Metzger, P. «Medio ambiente urbano y riesgos». En: Fernández, María Augusta (Comp.). Ciudades en riesgo: degradación ambiental, riesgos urbanos y desastres. Quito, Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina, 1996. Disponible en: http:// www.desenredando.org/public/libros/1996/cer/CER_cap03-MAUYR_ene-7-2003.pdf 79 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... entre éstos y los sistemas sociales9. Al respecto, Beck señala que «el cambio climático es producto del éxito de la industrialización que desprecia sistemáticamente sus efectos sobre la naturaleza y el ser humano»10. 1.1.1. El cambio climático y sus efectos en Venezuela El problema del calentamiento global reviste vital importancia para Venezuela por ser un país vulnerable al cambio del clima. En este sentido señala Sánchez: Algunos de los factores que determinan esta vulnerabilidad son: el hecho de que 60% de la población se asienta en el arco montañoso andino-costero de clima semiárido y subhúmedo-seco, y es dependiente de embalses para el abastecimiento de agua, cuya recarga depende del régimen de lluvias. Por otra parte, la producción agrícola nacional es principalmente de secano y muy susceptible a las variaciones de la distribución estacional de las lluvias, adicionalmente los cultivos pueden verse expuestos a otros efectos secundarios del cambio climático, como son la mayor incidencia de incendios por la sequía y la proliferación de plagas por el aumento de la temperatura. Mientras, la producción animal, que se realiza en zonas que ya son bastante calurosas, es susceptible de mortandades ante ligeras olas de calor adicional. A su vez, los eventos extremos de precipitación han demostrado ser particularmente graves en zonas montañosas proclives a deslaves, derrumbes y deslizamientos de tierra, con la particularidad de que en general son los más pobres, quienes viven en frágiles construcciones improvisadas en estas zonas, los más vulnerables a tales situaciones de riesgo11. Muchos de estos fenómenos pueden calificarse como riesgos naturales. Olcina dice al respecto: «la expresión de riesgo natural obedece a la probabilidad que un grupo social pueda verse afectado por un fenómeno natural de 9 10 11 80 Duarte, Carlos. Cambio global. Impacto de la actividad humana sobre el sistema tierra. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2006, p. 23. Beck, U. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona, Paidós, 1986, p. 25. Sánchez, J. Antecedentes científicos del cambio climático y sus consecuencias en Venezuela. Caracas, Ediciones de la Facultad de Ingeniería UCV, 2008, p. 12. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 rango extraordinario que se desarrolle en el espacio geográfico donde se localiza dicha comunidad». Asimismo señala que por «emergencia se considera un evento repentino que hace tomar medidas inmediatas para minimizar sus consecuencias». Cuando no se logra controlar la emergencia, puede pasar a tener consecuencias mayores e incluso convertirse en desastre, entendiendo por «desastre el grado superior de una catástrofe que obliga a la puesta en marcha de ayuda externa al territorio afectado para poder recuperar el estadio existente», y en este contexto, «la catástrofe son efectos negativos en una sociedad de un episodio natural de rango extraordinario»12. Autores como Calvos García-Tornel (2001), Guiddens (2000) y Beck (2006) han denominado a la sociedad actual como «la sociedad del riesgo», que para Beck es el resultado del uso inadecuado de la naturaleza, del desprendimiento del ser humano de obligaciones tradicionales y esencialmente del riesgo; además, lleva implícita la presencia de decisiones arriesgadas en la vida cotidiana. La nuestra es una sociedad crecientemente tecnificada respecto a procesos de problemas que son consecuencias del desarrollo técnico-económico. En términos globales, siguiendo lo planteado por Beck13, la producción social del riesgo requiere pasar del paradigma de la sociedad industrial, basada en la distribución de la riqueza, a una sociedad de riesgos, que incluye nuevas formas de relación para regular y gestionar los efectos nocivos colaterales al desarrollo. Esto plantea la necesidad de que exista un saber de riesgos que permita en primer término su percepción, y en consecuencia su adecuado manejo. Sin embargo, el aspecto fundamental que marca la posibilidad de asumir estos paradigmas es la pobreza, ya que en países con altos niveles de miseria la obtención de recursos desplaza la consideración del tema de la sociedad de riesgos y del conocimiento. Sin embargo, a pesar de su invisibilidad, cuando se producen los desastres surgen conflictos que incluyen la repartición de la riqueza, los riesgos y el conocimiento. En consecuencia, el saber de los riesgos 12 13 Olcina, J. Prevención de riesgos: Cambio climático, sequias e inundaciones. Panel científicotécnico de seguimiento de la política del agua. Universidad de Alicante. Disponible en: http://www.unizar.es/fnca/varios/panel/61.pdf. Consultado: 23/01/20011, pp. 13-14. Breck, Ulrich. La sociedad del riesgo mundial. En busca de la seguridad perdida. Barcelona, Paidós, 2008, p. 30. 81 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... adquiere un significado político y su manejo puede inducir una recomposición del poder. Según Beck, estar en riesgo es la condición humana del siglo XXI, en el sentido de que la sociedad está cada vez más ocupada debatiendo, previniendo y gestionando los riesgos que ella misma produce. En este contexto, algunos términos permiten la comprensión del concepto de riesgo: «el riesgo significa la anticipación de la catástrofe. Los riesgos señalan a la posibilidad del futuro de ciertos acontecimientos y procesos, que se hacen presentes en una situación mundial que aún no existe»14. Los riesgos son siempre acontecimientos futuros que es posible que se presenten, que nos amenazan, y se plantean como una probabilidad de que un suceso exceda un valor específico de daños sociales, ambientales y económicos en un lugar y tiempo dados. Este concepto incluye dos factores: uno externo, las amenazas o peligros, que es el potencial de ocurrencia de un suceso capaz de causar daño; y uno interno, la vulnerabilidad, que es la disposición intrínseca a ser dañado. Lavell se refiere a la vulnerabilidad como «una serie de características diferenciadas de la sociedad, o subconjuntos de la misma, que le predisponen a sufrir daños frente al impacto de un evento físico externo, y que dificultan su posterior recuperación»15. Es sinónimo de debilidad o fragilidad, y la antítesis de capacidad y fortaleza. La vulnerabilidad es la propensión de una sociedad a sufrir daño o de ser dañada, y de encontrar dificultades para recuperarse posteriormente. A pesar de los orígenes diversos de los fenómenos físicos que se clasifican como amenazas, es importante destacar que toda amenaza es construida socialmente. Es decir, la transformación de un potencial evento físico en una amenaza solamente es posible si un componente de la sociedad está sujeto a posibles daños o pérdidas. De lo contrario, un potencial evento físico, por grande que sea, no se constituye en una «amenaza» propiamente dicha, aunque con la introducción de distintas dinámicas sociales puede evolucionar 14 15 82 Ibídem, p. 27. Lavell, A. «Degradación ambiental, riesgo y desastre urbano: Problemas y conceptos…», p. 33. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 para constituir una amenaza en el futuro. La vulnerabilidad de la población con mayor necesidad frente a las amenazas naturales, socionaturales y tecnológicas significa solamente un riesgo más en sus vidas cotidianas, dominadas éstas por la lucha la sobrevivencia, la salud, el empleo, la seguridad, etc. 1.1. 2 Venezuela país de riesgos La construcción desordenada que ha caracterizado a las ciudades en Latinoamérica, y en el caso concreto a Venezuela a lo largo de las últimas décadas, se ha basado en un proceso de urbanización espontánea, mediante el cual primero se ocupa el lugar (ocupaciones informales o invasiones de terrenos de propiedad comunal o privada) y, posteriormente, se construye y se procede a la instalación de servicios públicos y a la definición legal del área y de los terrenos. Muchas ciudades se han desarrollado sin planes urbanísticos ni de desarrollo urbano, por lo que su crecimiento y desarrollo han seguido pautas espontáneas en su gran mayoría, desordenadas y caóticas. Esto ha provocado que numerosas familias vivan en barriadas carentes de servicios públicos y equipamiento básico, con deficiente o nula accesibilidad vial, así como que carezcan de títulos de propiedad del suelo que ocupan. En Venezuela, señala Marrero y Astorga16, frecuentemente se hace abstracción de las condiciones de riesgo del país al realizar reflexiones, legislaciones, estudios y proyecciones en distintos ámbitos. Sin embargo, las amenazas de origen hidrometeorológico (tormentas, inundaciones), geológico (terremotos, deslizamientos), epidemiológico (cólera, dengue), antrópico (tecnológicos, desórdenes públicos) son recurrentes. Más de 80% de la población vive en zonas de riesgo sísmico. Un 45% de las viviendas de bajo costo que se construyen anualmente son realizadas por el sector informal, sin ningún soporte técnico que garantice su seguridad. Las principales ciudades del país son las más vulnerables, y entre ellas Caracas, la capital y sede del poder político, financiero y 16 Marrero, M. y Astorga, A. Diseño y riesgos. Un cambio de paradigmas para el diseñador. Ponencias de los invitados y trabajos de los estudiantes. Caracas, Ediciones de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV, 2003. 83 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... operativo de la nación, tiene, por sus características geológicas, de servicio y vialidad, una de las condiciones más desfavorables en caso de emergencia. Los riesgos más importantes a que se encuentra sometida la ciudad son la alta probabilidad de ocurrencia de movimientos sísmicos destructores, tormentas tropicales con su secuela de destrucción en las zonas inestables; y el riesgo latente de sublevación con el producto de las desigualdades sociales. Asimismo, Teolinda Bolívar, quien dirige el Centro Ciudades de la Gente de la UCV, señaló que el desordenado crecimiento urbanístico de las ciudades ha creado escenarios que dificultan la atención de emergencias si no se toman las medidas correctivas, «por cuanto las vías de acceso, calles y callejones laberínticos y estrechos son motivo de alerta». Mercedes Marrero, experta en mitigación de riesgos, insiste en que las autoridades locales y regionales deben tener un papel central: «a veces desarrollan obras y no incorporan el criterio de gestión de riesgos»17, tal como lo contempla la Ley de Gestión Integral de Riesgos Socionatuturales y Tecnológicos, en su artículo N° 2. 1.2. La gestión de riesgos, una alternativa para mitigar desastres La mediación en el tema de riesgos y desastres ha tomado mayor interés en la sociedad a partir de los últimos eventos que han ocasionado grandes pérdidas materiales y humanas en el país, lo que hace ingente una intervención permanente y coordinada en la transformación de los procesos que los generan, toda vez que a escala general, en el ámbito político-social ha prevalecido el modelo emergencista, es decir, se actúa después del evento, por lo que resulta de interés para este estudio abordar un enfoque más integrado, como la gestión de riesgos, que promueva la integración de los esfuerzos de las instituciones públicas y privadas para transformar los procesos que generan el problema de los desastres. En este contexto, Wilches-Chaux señala que: la gestión de riesgo es el conjunto de saberes, voluntades, capacidades y recursos físicos, económicos, tecnológicos, éticos, espirituales y de todo tipo con que cuenta la cultura, con el fin de fortalecer la capacidad de las comunidades y de los ecosistemas que 17 84 Bolívar, Teolinda, El Nacional, «Siete días». 29/04/2013, p. 3. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 conforman su territorio, para convivir sin traumatismos destructores con las dinámicas provenientes del exterior o de su propio interior, al igual que para evitar o controlar la generación de procesos que puedan afectar la calidad de vida de esos mismos o de otros ecosistemas y comunidades18. A estos planteamientos agrega Lavell que la gestión no puede ser reducida a la idea de una obra o una acción concreta, se refiere al proceso por medio del cual un grupo humano o individuo toman conciencia del riesgo que enfrenta, lo analiza y lo entiende, considera las opciones y prioridades en términos de su reducción, considera los recursos disponibles para enfrentarlo, diseña las estrategias instrumentos necesarias para enfrentarlo, negocia su aplicación y toma la decisión de hacerlo. Finalmente se implementa la solución más apropiada en términos del contexto concreto en que se produce o se puede producir el riesgo. 1.3. Cultura de la prevención de riesgo En el ámbito de la transformación social se hace necesario movilizar a la población a través de la participación ciudadana en procura de una mejor calidad de vida, que supere los altos porcentajes de pobreza e inequidad social, para lo cual las políticas del Estado deben orientarse a la aplicación de estrategias que privilegien acciones en materia de salud y educación. Es precisamente la educación el instrumento más efectivo para transformar la sociedad y combatir la pobreza e insertar una cultura de cambio. Entendiendo la cultura «como el conjunto de valores, actitudes, creencias, conocimientos y comportamientos de una sociedad»19. La cultura de prevención del riesgo ha de proveer al hombre de un marco conceptual que permita la orientación de los sujetos en la complejidad de las condicionantes del desastre como fenómeno social y problema ambiental. La cultura de prevención es: 18 19 Wilches-Chaux, Gustabo. Desastres, ecologismo y formación profesional. Bogotá, SENA, 1988. Gabaldón, J. Desarrollo sustentable, la salida de América Latina. Caracas, Grijalbo, 2006, p. 219. 85 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... … un cuadro de comportamiento racional y estable que, generalizado en una sociedad, se caracteriza por la práctica habitual de la acción colectiva anticipada y sistemática para tratar de evitar que los desastres ocurran y, en caso de que ello no resulte posible, para menguar sus efectos y, por otra parte, para reducir la vulnerabilidad20. La conducta de reacción ante los desastres atiende principalmente a las consecuencias de ellos y, por tanto, tiene lugar después de que han ocurrido. La conducta de prevención se orienta principalmente a las causas de los desastres y, por lo tanto, tiene lugar antes de que sucedan sin descuidar el después a largo plazo. La construcción de una cultura de prevención de desastres no es algo que se puede alcanzar a corto plazo. Ella supone el logro de difíciles cambios de comportamiento a niveles colectivos, de individuos, familias, grupos e instituciones, tanto públicas como privadas. Tales cambios son lentos y no se dan sin confrontar barreras de diverso orden, por cuanto implican alteraciones en conocimientos, actitudes, prácticas, creencias, hábitos y valores a menudo muy arraigados, demandan un gran esfuerzo de educación formal y no formal para lograrlo. Lo que se aspira es que los colectivos adopten la mentalidad preventiva hasta hacerla rasgo de su cultura y parte de su personalidad. Una de las estrategias válidas para alcanzar la posibilidad del desarrollo de los colectivos en un conocimiento sobre el riesgo y la vulnerabilidad es la comunicación eficaz. 1.4. La comunicación del riesgo y la cultura de prevención Desde diversos enfoques y perspectivas, en las últimas décadas el tema de la comunicación del riesgo suscita la atención de un número creciente de especialistas de las ciencias sociales, quienes reconocen las posibilidades teóricas y metodológicas que la comunicación encierra para el cambio y la transformación social, considerándose como la herramienta crucial para forjar la 20 86 Beltrán, L. Comunicación educativa e información pública sobre desastres en América Latina. Notas para reflexionar. San José, Costa Rica, Oficina de la UNESCO para América Central, 2005, p. 33. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 innovación que impulsa a la evolución. Por eso es que la preservación de toda sociedad y su cultura, así como su transformación, dependen primordialmente de la acción comunicativa, del proceso de intercambio de experiencias vitales por medio de la transacción de símbolos. La acción comunicativa es aquella en la que los actores buscan entenderse sobre una situación de acción para poder coordinar de común acuerdo sus planes de acción y con ello sus acciones21. Los seres humanos, dice Habermas, no sólo se reproducen mediante actividades teleológicas orientadas a un fin, sino también mediante procesos cooperativos de interacción que les permiten establecer fines comunes y coordinarse para llevarlos a la práctica. El entendimiento lingüístico es un hecho fundante de toda sociedad. Es decir, los fenómenos sociales están siempre lingüísticamente mediados; del uso social del lenguaje se derivan unos potenciales que son muy importantes para fundamentar una teoría social con vocación crítica, y para explicar la evolución social describe las manifestaciones lingüísticas como actos con los que un hablante puede entenderse con otro acerca del mundo, los cuales pueden interpretarse a sí mismos. Los actos de habla son medios concebidos con el fin de entenderse, y dirigidos a que el oyente comprenda el significado de lo dicho y acepte la manifestación o emisión como válida. Además, éstos sirven a la transmisión y prosecución del saber cultural, bajo el aspecto de socialización, a la forma y mantenimiento de identidades personales. Para Habermas, se entiende un acto de habla cuando se conoce la clase de razones que un hablante podría alegar a fin de convencer a un oyente de que en las circunstancias dadas tiene razón para pretender emitirlo; es por ello que entender una expresión significa saber cómo puede servirse uno de ella para entenderse con alguien acerca de algo. Prosigue el autor señalando que de lo que se trata es de negociar una definición de la situación a partir de las interpretaciones de cada cual, y de negociarla argumentalmente, es decir, 21 Noguera, J. La teoría crítica: de Frankfurt a Habermas. Una traducción de la teoría de la acción comunicativa a la sociología. Bellaterra, Universidad Autónoma de Barcelona. Departamento de Sociología, 1996. Disponible en: www.raco.cat/index.php/papers/article/ view/25424/58726. p. 150. 87 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... por medio de la aceptación o rechazo de pretensiones de validez, no de pretensiones de poder. A través de la teoría habermasiana se pretende proporcionar elementos de fundamentación para la crítica social y política de lo existente, desde un punto de vista emancipatorio; es decir, fundamentar cuáles son las condiciones sociales emancipadas, cuyos contenidos concretos deben ser desarrollados por los propios actores sociales. Es así como la comunicación sobre riesgos de desastres debe estar mediada por una coordinación y estar incorporada a la gestión para la reducción de dicho riesgo, de forma tal que contribuya al impulso de una cultura de la prevención y al desarrollo local sostenible, donde se evidencie el compromiso de la participación. 1.5. La participación, elemento básico para la transformación La participación ciudadana, entendida genéricamente como el involucramiento cotidiano y muchas veces vinculante y no solo ocasional y delegativo de los ciudadanos en los asuntos públicos, es crecientemente asumida por distintos actores como la principal estrategia para modificar tales debilidades y responder al «déficit democrático» que se observa en la región, tanto local como nacionalmente, llegando incluso a ser vista como una alternativa o una superación de la democracia representativa. En cualquier espacio geográfico donde se pretenda generar procesos de transformación en una comunidad, es importante que se den a través de la participación y el compromiso de los grupos organizados y de las personas interesadas de esa comunidad. Por lo tanto, promover y lograr esa participación comprometida es un objetivo inmediato dentro de la finalidad de la transformación. Así, participar supone una multiplicidad de acciones que se reflejan tanto en las relaciones y el espacio privado, como en el espacio colectivo de la comunidad y en el espacio colectivo-público de la sociedad en la cual se encuentra esa comunidad, porque parte de los actos realizados van a ocurrir en el espacio de la junta o del consejo comunal, de la parroquia, el municipio, la ciudad, el estado y la nación, simultáneamente. A estos aspectos se pueden agregar otras características de la participación comunitaria citadas por Sánchez, tales como el carácter inclusivo de la partici88 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 pación; el estar dirigida hacia la consecución de una meta; el estar integrada por una multiplicidad de tareas o acciones orientadas hacia ese propósito común; la necesidad de unión y organización para que sea efectiva; el ser «un espacio dinámico que evoluciona»; y el ser «una construcción social múltiple, sujeta a valores y circunstancias contextúales que surgen en un determinado momento»22. En la actualidad son muchas las comunidades que han adoptado como forma de organización la figura de los consejos comunales con el propósito fundamental de buscar solución a los principales problemas que las afectan, en procura de una mejor calidad de vida. El método que se está promoviendo por las distintas instancias de gobierno es el de la formulación y ejecución, por parte de las comunidades, de los llamados proyectos comunitarios, una vez identificadas las necesidades más apremiantes. 2. El estudio en la comunidad Santa Eduvigis. Acciones clave de la investigación La comunidad de Santa Eduvigis, ubicada en la parroquia San Pedro, municipio Guaicaipuro del estado bolivariano de Miranda, Venezuela, fue asumida como caso de estudio. El desarrollo del mismo se hizo a través del enfoque cualitativo socio-crítico que persigue la transformación de una realidad considerada desde sus aspectos particulares y vista a partir de sus protagonistas, por medio del cual se evidenció la necesidad de la participación de la población en la disminución de los índices de vulnerabilidad, atendiendo dos aspectos básicos: la información científica y la educación que se deben desarrollar en actividades formales, no formales e informales. En el desarrollo del estudio nos encontramos con una serie de aspectos que el Estado venezolano ha venido desplegando en materia de riesgo a través de distintos entes públicos y privados, sustentados en procesos educativos formales, informales y no formales, que considero deben articularse en acciones 22 Sánchez, E. Todos con la esperanza. Continuidad de la participación comunitaria. Caracas, CEP/FHE/UCV, 2000, pp. 37-38. 89 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... concretas y tangibles de participación que permitan prevenir y minimizar el riesgo en espacios geográficos potencialmente vulnerables, como en el caso de la comunidad de Santa Eduvigis, toda vez que resulta preocupante la poca conciencia de la población sobre las situaciones de amenaza y vulnerabilidad socioeconómica y biopsicosocial que acechan en su entorno. Para precisar los hallazgos en materia de riesgo en la comunidad, tomamos como punto de referencia las siguientes interrogantes: cuáles son los riesgos/amenazas, cómo se producen y cuáles son las posibles consecuencias, los cuales se recogen en el siguiente cuadro: Cuadro 1 Registro de riesgos–amenaza-vulnerabilidad existentes en la comunidad de Santa Eduvigis23 Problemas Inadecuado manejo de desechos y residuos sólidos Ubicación de familias en terrenos no aptos para asentamientos de población 23 90 Causas Efectos/Riesgos Ubicación geográfica de la comunidad Ubicación dispersa de los contenedores de basura Poca conciencia en la comunidad para ubicar los desechos Poca frecuencia del servicio público de recolección de basura para la cantidad de desechos vertidos Descarga de desechos sólidos al cauce del río San Pedro Contaminación ambiental Falta de servicios públicos elementales Enfermedades en los habitantes del sector Aumento de gérmenes patógenos y materias toxicas Proliferación de plagas Dispersión de los desechos en la vía producto de las corrientes de agua de lluvia Inundaciones causadas por la obstrucción del cauce del río Poblamiento incontrolado en las márgenes del río Irrespeto a la zona protectora del río Pérdida del cauce del río San Pedro Sedimentación y contaminación del río Fuente: elaboración propia. Entrevistas realizadas a los habitantes de Santa Eduvigis y aporte de las investigadoras REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 Cuadro 1 (continuación Problemas Causas Efectos/Riesgos Ubicación de familias en terrenos no aptos para asentamientos de población Falta de políticas de ordenación del territorio Incumplimiento a la normativa de la Ley Orgánica de Previsión de Riesgos Construcción de viviendas en zonas no aptas Falta de control en la construcción de viviendas Precarias instalaciones eléctricas Contaminación de los suelos Crecidas esporádicas del río San Pedro que han generado pérdida de vidas humanas y materiales Deterioro de viviendas Falta de áreas comunes y vías de acceso Incendios por cortocircuitos Zonas de deslizamiento de tierras Deterioro de viviendas Infraestructura inadecuada de viviendas Ubicación de viviendas en terrenos accidentados Condiciones meteorológicas Características de la zona Falta de aplicación y seguimiento de normas de construcción Uso de materiales de baja calidad Bajas condiciones de nivel de salubridad Baja calidad de vida de los habitantes Pérdida de vidas y bienes materiales Filtraciones en pisos y paredes de viviendas Derrumbe de las viviendas Altos índices de pobreza en la zona Presencia hamponil Falta de vigilancia policial Tráfico y consumo de drogas Pérdida de vidas Baja calidad de vida por robos y hurtos constantes en la zona Estado de zozobra y temor en los habitantes del sector Inseguridad 91 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... 2.1 Lo requerido: visión del camino para recorrer 2.1.1 En educación no formal e informal En nuestro país, en los últimos años se han venido dando una serie de acontecimientos que hacen visible el alto índice de vulnerabilidad existente, así como la ineficacia de medidas preventivas, exigua educación formal e informal en materia de riesgo y desastres que involucre a la ciudadanía; y falta de aplicación de políticas claras de ordenamiento territorial. Estas razones, entre otras, son el motivo por el que considero importante constituir la gestión del riesgo –propósito principal de esta investigación– en una estrategia orientada a intervenir en las condiciones que construyen el riesgo de desastre. A tales efectos se hace necesario que la población participe en la tarea de reducción de eventos adversos a partir de la disminución de los índices de vulnerabilidad existentes, atendiendo a dos aspectos básicos: la información científica y la educación que se debe desarrollar en actividades educativas formales y no formales e informales que conlleven a la creación de una cultura de seguridad y resiliencia a todo nivel, donde la inserción de la reducción de desastres sea uno de los objetivos clave dentro del currículo escolar y extracurricular, que garantice la formación de individuos con capacidad técnica organizacional y de liderazgo ante las eventualidades. La educación no formal e informal en la formación integral del ser humano tiene especial importancia por cuanto el contexto social genera el desarrollo de potencialidades innatas en la persona. Estas potencialidades se orientan en los aspectos motor, afectivo, ético-espiritual y vocacional que se pueden desarrollar en programas educativos no formales o informales dirigidos a los colectivos, para que basados en el desarrollo de capacidades, actitudes y valores relacionados con la gestión de riesgos, asuman libremente un nivel de participación, compromiso y responsabilidad en la organización social, orientándose al interés común y al desarrollo sostenible. En este sentido es importante destacar que una de las intenciones de la presente investigación se situaba en la elaboración del contexto del programa preventivo de gestión de riesgo de acuerdo con las características y necesidades 92 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 propias de la comunidad de Santa Eduvigis. En el siguiente cuadro se plantean algunas acciones y/o estrategias educativas que se pueden aplicar en ésta y otras comunidades. Cuadro 2 Estrategias educativas para la gestión de riesgo en comunidades24 Estrategia Actividad Acciones Logros esperados Talleres/Seminarios Socializar con la comunidad la problemática de riesgos en su entorno. Encuentros concertados en la comunidad. Adquisición y aplicación de conocimientos básicos en materia de riesgo-vulnerabilidad. Trabajos in situ Identificar las situaciones de riesgo en la comunidad en observación conjunta con sus miembros. Visita a la comunidad con expertos del área de riesgos y desastres. Precisar de manera técnica los riesgos, sus causa y efectos. Disponibilidad de información. Mapeo del área Plasmar con la ayuda de expertos y la comunidad, las áreas vulnerables propensas a sufrir eventos de riesgo. Uso de la cartografía social Mapeo social Organigramas Inventario de recursos, viviendas, población, etc Identificación y ubicación de los peligros y amenazas existentes en la zona para tomar decisiones de prevención. Información y comunicación Monitoreo y alerta 24 Difusión de conocimientos relacionados con la prevención de desastres. Monitoreo de forma continua y permanente de los sistemas de amenaza Uso de pancartas, pan- Difusión de información para la prevención fletos, volantes, trípticos, de desastres. radio y demás medios de Oportunidad comunicación. de encuentro con el otro. Interacción en el ámbito social. Creación de sistemas comunitarios de alerta y vigilancia. Aplicación de sistemas de información Participación de diversos actores Ejecución de acciones oportunas Fuente: elaboración propia. Entrevistas realizadas a los habitantes de Santa Eduvigis y aporte de las investigadoras. 93 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... La capacitación debe dirigirse a las comunidades para que sepan qué hacer antes, durante y después de un evento. En los últimos años se han presentado cambios importantes en el concepto de prevención de desastres, así como en el papel del Estado, del sector privado y de la sociedad civil, por esta razón es necesario reiterar que la gestión del riesgo, como parte integral del derecho a la protección de la vida, sus modos de vida y de la propiedad, es una responsabilidad irrenunciable e indelegable del Estado, como es también irrenunciable e indelegable el deber ciudadano de exigirla y de participar de manera activa y decisoria en crear las condiciones que la hagan política y socialmente factible. Consideramos que el punto principal de las políticas de Estado debe estar dirigido a fomentar la integración de todos los entes gubernamentales, privados y organizaciones no gubernamentales dentro de un sistema orientado a la prevención, educación, protección, mitigación, atención y rehabilitación, con la finalidad de proteger a la sociedad en general y sus bienes y prever la instauración de una cultura preventiva en materia de riesgos y desastres. Para lo que se requiere disponer de recursos destinados a desarrollarla, toda vez que la implantación de programas de esta naturaleza tiene costos económicos elevados y los beneficios no son tangibles en lo inmediato. Al mismo tiempo, los gobiernos locales según Mustiola25, que son los más próximos a la comunidad, deben asumir el rol que les corresponde como garantes de la protección ciudadana y crear una estructura eficaz que no solo permita a la comunidad afrontar con perspectivas de éxito los efectos producidos por los desastres, sino que mitiguen sus riesgos, además de la adopción de medidas que respondan a las necesidades específicas de cada localidad. Además, siguiendo a Mustiola, «se requiere la incorporación de personal especializado para las acciones de mitigación de riesgo, atención y rehabilitación de eventos adversos, así como tener información oportuna y confiable de riesgos de origen natural y antrópico, evaluación y mapeo de amenazas en las zonas de alto riesgo»26. 25 26 94 Mustiola, M. Municipalización de protección civil y administración de desastres. Creación, consolidación, proceso de promoción. Caracas, Dirección Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres. Disponible en: www.pcivil.gob.ve/download_center/index. php?municipaliz... 2007, p. 14. Ibídem. REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 2.1.2 Lo requerido en educación formal A partir de los años noventa se comienza a hacer visible la preocupación en algunas instituciones especializadas, así como de gobiernos locales, que ante la ocurrencia de eventos de desastre hicieron evidentes las debilidades sociales existentes en el tratamiento de dichos eventos, dado que generalmente la respuesta de los organismos tanto públicos como privados se centra en la asistencia, sin abordar sus causas y consecuencias. Esta revisión generó algunas propuestas encaminadas a considerar dos elementos básicos en los que se debía hacer énfasis: la información y la educación, las cuales se podían abordar a través de actividades en la educación formal, además de fijar acciones para trabajar de forma anticipada a la ocurrencia de desastres en labores de prevención y mitigación, según Ramírez27. Prosigue el autor que la idea de mayor consideración, para ese momento, fue la inclusión de manera permanente del tema de riesgo en la currícula educativa de Educación Básica y Media en varios países de Latinoamérica28. Tomar el área educativa como el medio más efectivo para que el estudiante de Educación Básica y Media vivencie experiencias de aprendizaje más efectivas en esta área, obedece al hecho de que el momento más oportuno para la construcción del conocimiento es el período de la educación formal cuando el individuo tiene la disposición de aprender, además de desarraigar hábitos socialmente instalados por otros más adecuados. La escuela, conjuntamente con el currículo, entendido como algo más allá que una mera distribución de áreas y contenidos, puede afianzar realizaciones colectivas a través de un plan que permita una serie de experiencias de aprendizaje que coadyuven a la formación de una cultura de prevención de riesgo, proceso que requiere de una comunicación efectiva que permita la educación preventiva de la población, de manera clara y oportuna. En este contexto, en Venezuela se han venido desarrollando algunas experiencias en educación formal tanto para la escuela básica y media como para 27 28 Ramírez, M. Currículum sobre desastres en la educación básica y media. Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE). Caracas, Naciones Unidas UNESCO. OEA. US. Oficina de Asistencia para Catástrofes, 2000. Ibídem. 95 AURA ÁLVAREZ KETTY BAUTISTA LA GESTIÓN DE RIESGO SOCIOAMBIENTAL EN COLECTIVIDADES VULNERABLES... la universitaria, según los hallazgos citados en párrafos anteriores, como el «Aula Sísmica», incorporación de la transversalidad en los currículos de la escuela primaria, además de los programas de los currículos estadales desarrollados de manera puntual en el estado Mérida y Zulia; y de más reciente data la propuesta de «Orientaciones educativas para la gestión integral del riesgo en el Subsistema de Educación Básica del Sistema Educativo Venezolano», que aún se encuentra en fase de revisión y consulta. A manera de conclusiones Para alcanzar una cultura de prevención de riesgos socioambientales en la población, se hace necesario conjugar factores como: • Una política educativa que incorpore y respalde la educación sobre la reducción de riesgos y desastres en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional. • Elaborar cantidad y calidad de información que esté disponible para tomar decisiones sobre el qué, para qué, cuánto, cuándo y cómo debe hacerse educación en la materia de prevención de riesgos socioambientales • Incorporar personal capacitado de distintas disciplinas para participar en forma coordinada y permanente en el proceso de diseño, desarrollo y evaluación de planes y programas educativos. • Implantar una propuesta educativa de reducción de riesgo y desastres ampliamente consultada y cuidadosamente validada. • Es necesario adecuar en la instancia local, las propuestas educativas nacionales que respondan a realidades específicas. • Capacitar a los docentes y a líderes comunitarios sobre cultura de prevención de riesgos socioambientales. • Incorporar docentes y demás personal de los centros educativos debidamente capacitados para la promoción y el desarrollo de experiencias educativas. 96 REVISTA ENSAYO Y ERROR AÑO XXIV. Nº 48, 2015, pp. 69-98 • • Incluir el tema de cultura de prevención de riesgos socioambientales en materiales educativos de consulta. Activar procesos educativos, formales y no formales, sobre la cultura de prevención de riesgos socioambientales. Referencias bibliográficas ANTILLANO, A. «La lucha por el reconocimiento y la inclusión en los barrios populares: la experiencia de los Comités de tierras urbanas». Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, Vol. 11, N° 3 (Sept-Dic), Caracas, 2005. BECK, U. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona, Paidós, 1986. BELTRÁN, L. Comunicación educativa e información pública sobre desastres en América Latina. Notas para reflexionar. San José, Costa Rica, Oficina de la UNESCO para América Central, 2005. BOSQUE Sendra, J. «Novedades en el uso de un SIG para el estudio de problemas sociales». Ciclo de videoconferencias en Teorías y métodos en la ciencia geográfica contemporánea, 2007 (Consulta: el 4/1/ 2011). 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