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1988-2939 Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. “Nostridad”, Simulación corporeizada y Psicoanálisis: Respuesta a los comentarios1 Vittorio Gallese, M.D.2 Universidad de Parma, Italia La neurociencia está revelando progresivamente la íntima relación entre la simulación corporeizada y la comprensión de la comunicación verbal, incluyendo su calidad afectiva. La investigación neurocientífica de los aspectos lingüísticos de las relaciones interpersonales y el mecanismo funcional de la simulación corporeizada se discuten en relación con la comprensión de la acción terapéutica del psicoanálisis. Palabras clave: Simulación corporeizada, neuronas espejo, sintonización, comunicación, acción terapéutica. Neuroscience is progressively revealing the intimate relationship between embodied simulation and the understanding of verbal communication, including its affective quality. The neuroscientific investigation of linguistic aspects of interpersonal relations and the functional mechanism of embodied simulation are discussed in relation to the understanding of therapeutic action in psychoanalysis. Key Words: Embodied simulation, mirror neurons, attunement, communication, therapeutic action. English Title: We-ness, Embodied Simulation and Psychoanalysis: Reply to commentaries. Cita bibliográfica / Reference citation: Gallese, Vittorio (2011). “Nostridad”, simulación corporeizada y psicoanálisis. Clínica e Investigación Relacional, 5 (1): 118-124. [ISSN 1988-2939] [http://www.psicoterapiarelacional.es/CeIRREVISTAOnline/Volumen51Febrero2011/tabid/761/Default.aspx] © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 Vittorio Gallese, Nostridad…. En primer lugar me gustaría dar las gracias a Robert Emde y Bruce Reis por su lectura perspicaz de mi trabajo y el aprecio que ambos demostraron por algunas de las ideas que presenté en el mismo. En términos más generales, particularmente aprecio su evaluación crítica y con una mente abierta de la potencial relevancia de la psicología evolutiva y las neurociencias para el progreso del pensamiento psicoanalítico En aras de la concisión me limitaré a responder acerca de los temas seleccionados en los dos comentarios planteados en relación a mi artículo. Ambos, Emde y Reis destacan las potencialidades para el pensamiento psicoanalítico del descubrimiento de las neuronas espejo y del nuevo modelo de aspectos básicos de la cognición social simulación corporeizada - inspirado en ese descubrimiento. El artículo de Emde se refiere, principalmente, a las potenciales consecuencias de la simulación corporeizada para la acción terapéutica en psicoanálisis, mientras que el de Reis se ocupa principalmente de las consecuencias filosóficas de la "revolución" producida por la actual tendencia de "cognición corporeizada" en la neurociencia, la filosofía, la lingüística y la psicología del desarrollo, destacando su importancia en muchos aspectos de las relaciones interpersonales. Robert Emde plantea importantes cuestiones sobre el potencial impacto de los descubrimientos recientes en psicología del desarrollo y neurociencia cognitiva, sobre la acción terapéutica en psicoanálisis. Me centro ahora en su primera pregunta, relativa a en qué medida y bajo qué circunstancias el cambio terapéutico dependerá de intercambios empáticos interactivos, implícitos e inconscientes, entre el paciente y el analista. En nuestro artículo aparecido en el JAPA (Gallese, Eagle, y Migone, 2007) proponíamos que junto al papel tradicional asignado al insight, los modelos de acción terapéutica en psicoanálisis debían incorporar el papel de la experiencia emocional correctiva habilitada por la sintonización afectiva e intencional establecida en el encuadre analítico. En particular, nos centrábamos en la sintonía del analista con las intenciones del paciente y postulábamos que la simulación corporeizada podría desempeñar un papel importante en ello. En un reciente número especial de The Psychoanalytic Review titulado "Las intenciones del psicoanalista", el editor Alan Barnett (2008a) en el artículo introductorio destaca el papel de la sensibilidad del analista (Aron, 1999; McWilliams, 2004; Mitchell, 1997), es decir, "la implicación afectiva del analista y la participación imaginativa disciplinada, es lo que permite seguir diferentes niveles del significado del paciente al mismo tiempo "(p. 703). Según Barnett la sensibilidad empática a través de la cual el analista participa de una forma única en cada díada analítica forma la matriz desde la cual se realizan las posteriores elecciones clínicas, incluidas aquellas conceptualizadas como sostén, contención, aislamiento y testificación, que promueven la comunicación emocional a través de la protección y el fomento de las funciones de regulación afectiva de los pacientes. (P. 703) 119 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 Vittorio Gallese, Nostridad…. En el debate final Barnett (2008b) hace hincapié en un redondeo del modelo de Gallese, Eagle, y Migone (2007) que incluya la sintonización del paciente con la intención del analista, parece por tanto abarcar el papel del "insight" en la acción terapéutica, ya que (…) la implementación efectiva de la intención del analista incluye una progresiva comunicación paciente-analista, la expansión de la capacidad para la auto-reflexión, y una mutua convicción en una comprensión co-creada de la de la vida interior del paciente. (P. 882) Según Barnett el concepto de "insight" sería compatible con el modelo de simulación corporeizada en la medida en que este último se aplica no sólo a la sintonía del analista con la intención del paciente, sino también a la sintonía del paciente con la intención del analista. Intención, siguiendo a Modell (2003), puede definirse como el interés afectivo dirigido hacia una meta futura o esperada, un proceso orientado a la acción principalmente inconsciente e implícito. Esto hace a la intención del analista totalmente compatible con la explicación de la intención entendiéndola desde la simulación corporeizada que propuse en mi artículo y en otros lugares (Gallese, 2006, 2009; Gallese, Rochat, Cossu, y Sinigaglia, 2009). Un segundo punto digno de ser abordado se refiere al papel de la simulación corporeizada en la recuperación de las intenciones comunicativas y la significación de los actos del habla ocurridos entre el paciente y el analista. Ana María Rizzuto (2002, 2003, 2008) aprovecha el énfasis tardío de Freud (1937, pp 265-266) en el componente relacional de la creencia compartida entre paciente y analista sobre la verdad psíquica de la convicción que co-construyen sobre la base de lo que han dicho en el curso del análisis. Rizzuto (2008) argumentó que con este movimiento "el énfasis se había desplazado del proceso de recordar, exclusivamente intrapsíquico"(p. 733) al resultado interpsíquico relacional de los prolongados actos de habla de la díada analítica (véase también Gabbard y Westen, 2003). Como proféticamente preveía Freud (1915) en su monografía sobre la afasia, una palabra "adquiere su significado al ser enlazada a un "objetorepresentación"... El objeto-representación en sí mismo es... un conjunto de asociaciones formado por la gran variedad de representaciones visuales, acústicas, táctiles, cinestésicas y otros "(P. 213). Es difícil para mí no percibir notables similitudes entre una explicación del habla como esta y la relación íntima entre el lenguaje y la corporeidad tal y como ha sido desvelada por la investigación neurocientífica actual (Ver Gallese, 2007, 2008, 2009). Rizzuto (2008), en particular, destaca el papel crucial de la intención del analista para escuchar plenamente al paciente como un Self total (p. 746), apoyándose, entre otras cosas, en la prosodia del paciente y la historia emocional de las palabras empleadas. Una atención similar a la calidad afectiva de la comunicación dentro de la relación analítica puede encontrarse en la obra de Mancia (2006), donde señala la importancia de los componentes infraverbales de la comunicación entre paciente y analista para 120 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 Vittorio Gallese, Nostridad…. comprender plenamente la dimensión total de la transferencia. Estos componentes, de acuerdo con Mancia, "incluyen el ritmo, tono, timbre y musicalidad de la frase, así como la sintaxis y tempos de expresión. Todo esto constituye, en el encuentro analítico, la "dimensión musical 'de la transferencia" (p. 91). Como argumenté en mi artículo, la neurociencia está mostrando progresivamente la íntima relación entre la simulación corporeizada y la comprensión de la comunicación verbal, incluyendo su calidad afectiva. Estos ejemplos concisos muestran, en mi opinión, lo concreta que es en nuestros días la posibilidad para el psicoanálisis y la neurociencia de converger en determinadas cuestiones que son relevantes para nuestra comprensión de la acción terapéutica en psicoanálisis. Vuelvo ahora a los comentarios de Reis. Si bien reconoce que mi modelo de intersubjetividad de la simulación corporeizada desafía la actitud solipsista postcartesiana del cognitivismo clásico, "Moverse más allá de un punto de vista puramente mentalista de la intersubjetividad", mencionando a Gallagher (2007), Reis sostiene que "los fenómenos que se producen durante la resonancia de las neuronas espejo no debe entenderse como una simulación por múltiples razones". Estas razones incluyen la cualidad "como si" del mecanismo de la resonancia, al parecer en desacuerdo con el hecho de que las neuronas espejo mapean las relaciones intencionales de un modo neutral acerca de la identidad del parámetro agente/sujeto. Este punto merece una aclaración. En primer lugar, si bien es cierto que las neuronas espejo se disparan y no importa si la acción es ejecutada o es percibida, también es cierto que la intensidad de su respuesta no es la misma en estas dos situaciones diferentes. Como señalé en mi artículo, en promedio, la descarga motora que exhibieron las neuronas espejo durante la ejecución de la acción es significativamente mayor que la provocada por la observación de una acción similar realizada por otros. Más en general, debe destacarse que la simulación corporeizada no implica que experimentamos a los otros del mismo modo que ellos se experimentan a si mismos. La relación de identidad Yo-Tú constituye sólo una cara de la moneda de la intersubjetividad. Tal y como postuló Edmund Husserl (1969, 1989), y recientemente volvió a hacer hincapié Dan Zahavi (2001), es la alteridad del otro lo que garantiza la objetividad que normalmente atribuimos a la realidad. El carácter ajeno de los otros tal y como los experimentamos también mapea en el nivel neural sub-personal, ya que los circuitos corticales activos cuando actuamos no se solapan completamente, ni muestran la misma intensidad de activación cuando los otros son los agentes y nosotros somos los testigos de sus acciones. La misma lógica se aplica también a las sensaciones (ver Blakemore et al., 2005) y las emociones (ver Jabbi et al., 2008). El estudio de Jabbi et al. es particularmente ilustrativo al respecto, porque muestra que experiencias tan diferentes como sentir subjetivamente asco, imaginarse a uno mismo sintiendo asco y ver el asco retratado en la expresión facial de los demás no sólo comprenden la activación de la misma red de áreas cerebrales (la ínsula anterior y la corteza cingulada anterior), sino también la activación de diferentes áreas del cerebro de 121 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 Vittorio Gallese, Nostridad…. acuerdo a la modalidad específica en la que se experimenta asco (Mi asco real, mi asco imaginado, su asco). También hay que añadir que el mecanismo funcional de la simulación corporeizada no debe ser concebido como un acoplamiento rígido, tipo reflejo input-output. Varios estudios de imágenes cerebrales han demostrado que la intensidad de la activación del sistema de neuronas espejo durante la observación de una acción depende de la semejanza entre las acciones observadas y el repertorio de acciones de los participantes. En segundo lugar, yo no comparto la opinión de Gallagher de que la simulación corporeizada debe necesariamente caracterizarse como una simulación basada en la semejanza entre el otro y el simulador. Como argumentaba Susan Hurley (2007, 2008), la simulación puede caracterizarse de forma más plausible en términos de reutilización. De acuerdo con esta noción de la simulación como reutilización, lo que distingue a la simulación de la teorización es la reutilización de un proceso para generar información sobre ese proceso. De hecho, la evidencia neurocientífica revisada en mi artículo muestra que los seres humanos reutilizan procesos motores a fin de comprender directamente las acciones de los otros y, del mismo modo, reutilizan procesos relacionados con las emociones para comprender directamente las emociones de los demás. Lo que califica a la simulación como corporeizada es específicamente esta noción de reutilización, describible como un tipo de mapeo isomórfico entre el otro y el simulador. Lo que hace que la activación de las neuronas espejo en la observación de las acciones de otros sea un proceso "como si", no es su aspecto parecido, sino el hecho de que a pesar de que se da una activación del sistema motor en el cerebro del observador, la acción no se ejecuta, sino que solamente se simula. Por eso estoy en desacuerdo con Gallagher cuando afirma que para invocar la simulación, las neuronas espejo "deben generar una copia adicional de las acciones tal y como sería si fueran las perceptoras de sus propias acciones "(2001, p. 102). Dicho esto, creo que las perspectivas de Gallagher y la mía comparten mucho mas de lo que se desprende por la crítica de Gallagher a la simulación corporeizada. Tanto Gallagher como yo creemos que el papel asignado tradicionalmente por el cognitivismo clásico a la Psicología Popular es excesivamente grande e injustificado. Tanto Gallagher como yo creemos que la lectura de la mente no debe ser identificada con una empresa principalmente teórica, normalmente definida como "Teoría de la Mente." Esta es la razón principal por la que titulé a mi artículo del 2007 “Before and Below of Theory of Mind” (Antes y por debajo de la Teoría de la Mente), donde escribí, "la cognición social no es sólo metacognición social, es decir, pensar explícitamente sobre el contenido de la mente de alguien por medio de símbolos u otras representaciones en formato proposicional" (Gallese, 2007, p. 659). Por último, tanto Gallagher como yo creemos que la principal manera de entender a los demás es de forma directa por naturaleza. Sin embargo, yo creo que tal cualidad directa es totalmente compatible con la noción de reutilización de la simulación que estoy defendiendo. Afirmar que la comprensión de los otros está mediada por una simulación 122 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. Dirigir las consultas sobre derechos y autorizaciones a ceir@psicoterapiarelacional.es Vol. 5 (1) – Febrero 2011; pp. 118-124 Vittorio Gallese, Nostridad…. corporeizada de base especular no equivale a decir que una especie de fingimiento media la percepción de la conducta de los demás. Todas estas consideraciones hacen que sea difícil dar cuenta de los fenómenos de espejo como formas de "percepción directa". Concluyendo, creo que es justo decir que mi modelo de Simulación Corporeizada no puede ser visto como una versión de la Teoría de la Mente, porque la simulación corporeizada no es una teoría meta-representacional de la mente, sino un modo de caracterizar nuestra comprensión directa de los otros. REFERENCIAS Aron, L. (1999). Clinical choices and the relational matrix. Psychoanalytic Dialogues, 9, 1–29. Barnett, A. J. (2008a). Introduction: Focusing on the psychoanalyst’s intentions in theory of technique. The Psychoanalytic Review, 95, 701–710. Barnett, A.J. (2008b). Discussion: What is the theoretical yield in studying the psychoanalyst’s intention? The Psychoanalytic Review, 95, 873–884. Blakemore, S. -J., Bristow, D., Bird, G., Frith, C., &Ward, J. (2005). Somatosensory activations during the observation of touch and a case of vision-touch synaesthesia. Brain, 128, 1571–1583. Freud, S. (1915). Appendix C to The Unconscious. Standard Edition, 14, 159–215. Freud, S. (1937). 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Journal of Consciousness Studies, 8, 151–167. Original recibido con fecha: 30-5-2010 Revisado: 30-11-2010 Aceptado para publicación: 28-02-2011 NOTAS 1 Publicado originalmente como: Gallese, Vittorio (2009). 'We-ness, Embodied Simulation, and Psychoanalysis: Reply to Commentaries', Psychoanalytic Dialogues, 19: 5, 580 — 584. Reproducido y traducido con permiso del autor y de la editorial propietaria de los derechos (Taylor & Francis Group LLC, http://www.informaworld.com). Traducción castellana de Raúl Naranjo Valentín. La correspondencia debe dirigirse a: Vittorio Gallese, M.D., Professor of Human Physiology, Department of Neuroscience–Section of Physiology, University of Parma, via Volturno 39, Parma, Italy. 2 Vittorio Gallese, M.D., es un Neurólogo y Catedrático de Fisiología en el Departamento de Neurociencias de la Universidad de Parma, Italia. Ha trabajado en la Universidad de Lausanne, Suiza y en la Nihon University, Tokyo, Japón. Ha sido profesor visitante George Miller en la Universidad de California en Berkeley. Ha publicado más de 100 trabajos en revistas científicas internacionales con revisores externos, así como en libros compilados por diversos editores. Entre sus principales contribuciones, junto con sus colegas de Parma está el descubrimiento de las “Neuronas espejo” y la elaboración del modelo teórico de los aspectos básicos de la cognición social-estimulación corporeizada. En 2007 ha recibido con Giacomo Rizzolatti y Leonardo Fogassi el Premio Grawemeyer en Psicología por el descubrimiento de las neuronas espejo. 124 © Derechos reservados/Copyright de Clínica e investigación Relacional y los autores. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa. Este material es para uso científico y profesional exclusivamente y puede contener información clínica sensible. Los editores no se responsabilizan de los contenidos de los autores. 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