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La piel en el otoño Los días de calor intenso ya están dando sus últimas batallas. Y si la piel del rostro logró superar la prueba del sol y sus estragos, entonces es hora de recuperar un poco de vitalidad. El continuo uso de protectores y productos para después del sol, sumados a la exposición de rayos UV, el viento y el mar dan como resultado una piel un tanto resentida. Para devolverle la textura y revertir los efectos nocivos y progresivos del verano, que generan un envejecimiento cutáneo, los tratamientos varían según la edad y el tipo de piel. Lo ideal es realizar un correcto diagnóstico. La evaluación determinará el grado de deterioro de la piel y el tratamiento adecuado que ayudará a revitalizar las células. Exfoliaciones, hidrataciones XL y tratamientos que ayuden a atenuar las manchas de la piel son las estrategias a tener en cuenta para este cambio de temporada, donde aparecerán otro tipo de agentes ambientales externos que, sin los cuidados indicados, también pueden acelerar el envejecimiento cutáneo. Para evitar la aparición de signos de fotoenvejecimiento, como las manchas y las arrugas, es imprescindible tener una rutina diaria de cuidados que a su vez se complementen con tratamientos que incluyan fórmulas que contengan complejos restauradores y aceleradores de retinol, que mejoran la firmeza y reducen las líneas de expresión mediante el aumento de la producción de colágeno y elastina. La aplicación de una emulsión o crema de limpieza de la línea Pond’s Age Miracle, una o dos veces por día, ayudará a eliminar las partículas de suciedad y las células muertas. Los tipos de pieles grasas deben limpiarse con toallas húmedas, 34 2010 ESENCIA MAYO geles o lociones limpiadoras. En tanto, las pieles secas requieren cremas con ingredientes suavizantes, rehidratantes y descongestivos. El siguiente paso indicado es tonificar la piel con agua fresca, termal o lociones tónicas no alcohólicas con extractos vegetales refrescantes y emolientes. Y es imprescindible la hidratación. Para rehidratar la piel se sugieren cremas de texturas livianas, geles o emulsiones, que no resultan molestas al tacto. Las que contienen componentes naturales están recomendadas para todas las edades. Y son más que acosejables, el aloe vera, la caléndula, el gérmen de trigo y la vitamina E, que funciona como un poderoso antioxidante. Dentro de las zonas más comprometidas del rostro, el contorno de ojos figura como el área más frágil de todas. Como su piel es muy fina, ahí comienzan a aparecer las primeras arrugas. Para retardar su aparición, conviene hidratar la zona con productos específicos a base de vitamina C, que revitalizan la piel. En tanto, si las arrugas ya están instaladas, su efecto se puede contrarrestar con la aplicación de cremas antiedad con retinol (un derivado de la vitamina A) que trabaja sobre los pliegos mejorando su estado. Por otra parte, los aceleradores del retinol presentes en la línea de productos Pond’s Age Miracle maximizan la producción de nuevas células, mejorando la firmeza y reduciendo las líneas de expresión mediante el aumento de la producción de colágeno y elastina. La restauración intensiva requiere de productos que se absorban rápidamente. A partir de los 25 años, la exfoliación surge como un paso que no se debe saltear para lograr una piel firme y luminosa. Y en esta época, la exfoliación es fundamental para renovar la piel deteriorada por el sol. Conviene hacerlo con ácidos, que se utilizan en distintas graduaciones. Estos trabajan sobre las capas inferiores de la piel renovándola en profundidad y atenuando las arrugas superficiales. El ácido glicólico es uno de los más recomendados para usar en forma diaria. Finalmente, para renovar la piel y corregir las arrugas es conveniente utilizar cremas anti age (humectantes de día) y nutritivas (para la noche), que contengan retinol, un derivado de la vitamina A, presente en las líneas de tratamientos Pond’s Age Miracle. Por otra parte, los aceleradores del retinol presentes en esta línea de productos maximizan la producción de nuevas células, mejorando la firmeza y reduciendo las líneas de expresión mediante el aumento de la producción de colágeno y elastina. La restauración intensiva requiere de productos que se absorban rápidamente.