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IES A Pobra do Caramiñal Lingua Castelá e Literatura II EL TEATRO ESPAÑOL DESDE LA GUERRA CIVIL 1.- El teatro en el exilio La Guerra Civil interrumpe la innovación teatral que se había iniciado en España por los autores vinculados al grupo del 27. Muchos dramaturgos continúan su actividad en el exilio y la actividad teatral se mantiene en los países americanos de la mano de Jacinto Grau, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Max Aub, José Bergamín y Alejandro Casona. 2.- El teatro de posguerra El teatro de posguerra en España ilustra claramente la miseria cultural del país por esos años. Se aprovecha la tradición del teatro comercial como vehículo de propaganda política o ideológica (teatro falangista o nacional-católico) o como simple evasión de la realidad (comedia burguesa). También son frecuentes las obras humorísticas, insustanciales e intrascendentes. Los dos autores más interesantes son Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela. – Miguel Mihura representa las limitaciones del teatro comercial español. Su primera y espléndida comedia, Tres sombreros de copa (1932), no fue representada hasta veinte años después, lo que impidió una posible línea de renovación teatral, la que uniría comicidad y vanguardia. Hasta los años cincuenta no regresa al teatro, aunque sus obras de estos años están por debajo de su primera obra, ya que realizan concesiones melodramáticas y suaviza la crítica: Melocotón en almíbar, Maribel y la extraña familia... – Enrique Jardiel Poncela, pese a su ideología conservadora, trata de renovar la dramaturgia española (imaginación, ingenio, lo inverosímil, lo fantástico o lo absurdo) en sus nuevas piezas como Eloísa está debajo de un almendro. Curso 2011/2012 2º Bacharelato 2.1- El realismo social Con el paso del tiempo va surgiendo otro público, más crítico e inquieto, especialmente en los ambientes universitarios. Con grandes dificultades, se estrenan piezas de talante crítico, que duran poco en escena. Ante este panorama, entre los dramaturgos cuyas obras muestran su disconformidad con la realidad sociopolítica española se abre un debate que enfrenta a los: a.- Posibilistas: que están dispuestos a atenuar su crítica o a mostrarla mediante alusiones, símbolos, alegorías, guiños cómplices al espectador, etc. con tal de que sus obras se representen y puedan ser conocidas por el público, como Antonio Buero Vallejo, b.- e Imposibilistas: aquéllos otros que pretenden expresarse con toda libertad aun a riesgo de toparse con la censura y no ver sus dramas puestos en escena, como Alfonso Sastre. Junto a ellos, cabe mencionar una serie de dramaturgos en cuyas obras es patente la crítica social y el compromiso con las clases sociales más desfavorecidas. Además, de Lauro Olmo (autor de La camisa), pueden mencionarse: José María Rodríguez Méndez, José Martín Recuerda, Carlos Muñiz, Ricardo Rodríguez Buded, Andrés Ruiz... Características generales del teatro social-realista: ∗ Temas comunes: la injusticia social, la explotación del trabajador, las precarias condiciones de vida de obreros y empleados, la actitud egoísta de los poderosos, la tristeza general de la vida española, el recuerdo omnipresente de la Guerra Civil. ∗ Los personajes suelen estar marcados por su condición de víctimas. ∗ Formas dramáticas y tradición literaria: realismo naturalista, expresionismo vanguardista y el teatro español del primer tercio del siglo XX. IES A Pobra do Caramiñal Lingua Castelá e Literatura II ∗ Lenguaje: directo, sin eufemismos, violento, provocador, con formas populares y coloquiales, voces malsonantes, exclamaciones, anacolutos... 2.1.1. Antonio Buero Vallejo (1916-2000) En todas sus obras, y La fundación no es una excepción, hay una defensa incondicional de la dignidad del hombre. Muchos motivos argumentales y dramáticos se reiteran a lo largo de la mayoría de sus textos, como los personajes con importantes limitaciones físicas (ciegos, sordos, dementes...) o la utilización de espacios y otros elementos reales con función simbólica (la escalera en Historia de una escalera, el tragaluz en El tragaluz, la celda en La Fundación...). Es asimismo habitual en el teatro de Buero el deseo de ahondar en ciertos aspectos de la naturaleza humana: la soledad, la felicidad, el amor, la libertad, y también la hipocresía, la falta de autenticidad... Pero su teatro no se puede calificar como teatro psicológico, sino alegórico, en el que la preocupación por problemas humanos de carácter universal propicia que los dramas tengan un alcance moral que bordea lo metafísico. No obstante, los personajes son seres de carne y hueso en circunstancias concretas, cuyos problemas individuales terminan por adquirir una dimensión más genérica, que convierten al teatro de Buero una intención testimonial o crítica social. El estreno en 1949 de Historia de una escalera supuso un contraste en el aburrido teatro de posguerra. Formalmente, la pieza sigue las normas del drama realista y, en la historia del teatro español, Historia de una escalera es objetivamente un retroceso estético sobre los logros alcanzados por las obras de un Valle-Inclán o de un Lorca, que ya habían supuesto una clara superación del realismo costumbrista que caracterizaba al teatro de finales del siglo XIX. Su importancia radica en la fecha de su estreno y en el efecto revulsivo que supuso para el teatro de la época. Con el estreno de Un soñador para un pueblo, inicia Curso 2011/2012 2º Bacharelato Buero Vallejo una nueva etapa que se manifiesta en la elección de un subgénero teatral concreto: el drama histórico. Sería este su modo de hacer un teatro posible trasponiendo los problemas actuales al pasado, por lo que los espectadores habrían de entender los conflictos de siglos anteriores como una alegoría del presente y, al situarlo en tiempo precedente, evitar que el texto fuese censurado. Técnicamente estos dramas son más innovadores y presentan una mayor crítica social que los anteriores textos de Buero, rasgos que se mantienen en otros dramas de esta etapa no estrictamente históricos como El tragaluz. En su obra posterior a 1970 Buero Vallejo puede señalarse una mayor experimentación. La novedad técnica más llamativa es lo que se han denominado efectos de inmersión, es decir, la corporeización escénica de sueños o visiones de los personajes o el empleo de ciertos recursos de tramoya, luz o sonido que permiten al espectador adentrarse en la conciencia de un personaje y ver u oír las cosas tal y como éste las percibe (La fundación en este punto supone el ejemplo paradigmático). Se trata de un intento de incorporar al espectador a la escena, haciéndole compartir la ceguera, la sordera, la locura, etc. de los personajes protagonistas. Obras de esta etapa son: Llegada de los dioses y La Fundación. 2.1.2. Alfonso Sastre (1926) Su obra se caracteriza por la incorporación continua de nuevos recursos teatrales, por el deseo de encontrar fórmulas dramáticas innovadoras idóneas para trasladar sus preocupaciones. Sus primeras obras (Uranio 235, Cargamentos de sueños) presentan elementos oníricos de carácter surrealista, evocaciones retrospectivas, escenografía esquematizada, temática existencial... A partir de 1950 sus obras muestran una insistente preocupación por las consecuencias que tiene un poder injusto sobre los individuos que lo sufren. Al tiempo, indaga también en las diversas posibilidades IES A Pobra do Caramiñal Lingua Castelá e Literatura II de rebelión de los seres contra esas formas de orden injusto y en los problemas éticos que la lucha cotidiana puede plantear a un revolucionario. Técnicamente es un teatro realista (aunque en ocasiones recurre en diversos cuadros a la fragmentación o al carácter simbólico de algunos espacios, personajes o argumentos) que recrean a menudo historias conocidas o mitos clásicos, pero introduciendo significativas variaciones que cambian su sentido original. Por ejemplo, Guillermo Tell tiene los ojos tristes –quizá la mejor tragedia escrita en el teatro español contemporáneo–. Sin duda, el más conocido de sus dramas de estos años es Escuadra hacia la muerte, hito en el teatro español de posguerra. En esta obra desarrolla la tensa convivencia entre un cabo tiránico y un grupo de soldados que a su mando han de desempeñar una misión suicida en primera línea del frente. Además de un evidente antimilitarismo, aparecen temas como la opresión, la rebelión, la culpa, la expiación, etc. A partir de los años sesenta se acentúa la preocupación social. Es entonces cuando conjuga la tragedia clásica con ingredientes del esperpento de Valle-Inclán y del teatro épico de Brecht. Con ello, pretende que el espectador se identifique con los personajes participando de su tragedia como una forma de concienciación social, pero no sin antes haber percibido crítica y distanciadamente la situación trágica de esos personajes como sucede en el esperpento valleinclanesco o en el teatro brechtiano. 2.2- El teatro de los años 60 y 70: crisis del realismo social En esta época final del franquismo un grupo de escritores muestra un creciente deseo de experimentación formal y un anhelo de buscar nuevos cauces dramáticos, alejados del realismo social y agrupados bajo diferentes etiquetas teatro underground, subterráneo o soterrado; Curso 2011/2012 2º Bacharelato generación simbolista; teatro maldito; teatro del silencio; teatro vanguardista, etc Este TEATRO EXPERIMENTAL se define por su oposición a la estética realista, aunque sus obras no están exentas de crítica social ni encontraron facilidades para ser representadas, bien por la censura, bien por el rechazo a sus audacias formales. Este teatro conecta con la tradición vanguardista que consideraba el teatro como un espectáculo en donde el texto literario es sólo un ingrediente más y no necesariamente central de la representación. En sus obras son importantes los efectos especiales, la escenografía, la luz, el sonido, los objetos que invaden la escena, el vestuario, el maquillaje expresionista de los actores, la mímica, las máscaras, la expresión corporal, la música, etc. Y se pretende romper con la tradicional división entre el escenario y los espectadores. Temáticamente, sigue siendo habitual la denuncia social y política del régimen franquista y también la falta de libertad, la opresión, la injusticia, la alienación, la nueva sociedad de consumo... Para salvar la censura o por preferencia estética en algún caso, se tiende a utilizar un lenguaje caracterizado por el recurso a la parábola y a multitud de símbolos que los espectadores han de interpretar. El dramaturgo más importante de todos es Francisco Nieva (1927), quien, aunque escribe obras de teatro desde los años cincuenta, no las ve representadas de forma regular hasta después de la muerte de Franco. Su teatro se orienta por la senda del surrealismo, es un teatro antirrealista en el que cobra gran importancia elementos como la escenografía, el vestuario, el maquillaje, las luces, los sonidos, etc. Obras: Sombra y quimera de Larra, La señora tártara o Te quiero zorra. Otro autor destacado es Fernando Arrabal (1932). El antirrealismo y los elementos surrealistas son rasgos que aparecen en un primer conjunto de obras de Arrabal, como Pic-nic o El triciclo ... Sus creaciones posteriores se encuadran dentro del llamado teatro pánico, el cual IES A Pobra do Caramiñal Lingua Castelá e Literatura II recoge ingredientes del teatro del absurdo y de las vanguardias históricas (Dadaísmo, Surrealismo...) con el propósito de crear un teatro total (pánico, del griego pan, ‘todo’) que exalta la libertad creadora y persigue primordialmente la provocación y el escándalo del espectador. En los últimos años del franquismo surge grupos de teatro independiente al margen del teatro comercial. Algunos de ellos alcanzaron gran repercusión: en Madrid Los Goliardos, Tábano, Teatro Estudio de Madrid, en Barcelona Els Joglars y Els Comediants, en Sevilla La Cuadra y en Valencia Quart 23. 3.- El teatro desde 1975 El final de la dictadura y la desapareción de la censura no supusieron una completa libertad de expresión, pues los estamentos tradicionales, como la Iglesia o el Ejército, reaccionaban virulentamente si se veían satirizados en las representaciones teatrales. No obstante, se producen avances con la incorporación de obras de autores del exilio y otras prohibidas años atrás. Sin embargo, en estos años es notoria la crisis del teatro. El teatro comercial abusa de las obras melodramáticas, los musicales, los dramas costumbristas y todo tipo de espectáculos humorísticos, con escasez de humor inteligente. Ha sido Antonio Gala el más exitoso en esta línea. Desde 1975 se han desarrollado instituciones teatrales vinculadas a instancias oficiales: Centro Dramático Nacional, Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, Compañía Nacional del Teatro Clásico, etc. También se han creado grupos teatrales estables en diferentes comunidades, se han rehabilitado teatros en desuso o se han construido nuevos auditorios. Autores que gonzaron de gran reputación en este último periodo, además de los mencionados en las etapas anteriores: Curso 2011/2012 2º Bacharelato – José Sanchis Sinisterra (1940). En todas sus obras coinciden el minimalismo y la esencialidad. Parten de textos literarios previos La noche de Molly Bloom o Ñaque. Drama de carácter histórico es ¡Ay, Carmela! – José Luis Alonso de Santos (1942). Sus obras más exitosas son La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro. – Fernando Fernán Gómez (1921-2009) estrenó un logradísimo drama realista ambientado en el Madrid de la Guerra Civil, Las bicicletas son para el verano. – Fermín Cabal (1948) ha escrito obras de corte sainetesco y costumbrista, como ¡Vade retro! Y Esta noche gran velada.