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SÍNDROME DEL SENO SILENCIOSO SILENT SINUS SYNDROME María Teresa Mantilla Martin1 Sara Patricia Núñez Malaver2 Resumen Palabras clave (DeCS) Senos paranasales Asimetría facial Seno maxilar Imagen por resonancia magnética Key words (MeSH) Paranasal sinuses Facial asymmetry Maxillary sinus Magnetic resonance imaging Esta revisión busca difundir las características del síndrome del seno silencioso. Se recopilaron tres casos del síndrome del seno silencioso entre 2005 y 2007 (un caso por año). Los tres pacientes fueron remitidos para escanografía de órbitas o de senos paranasales por presentar enoftalmos progresivos de seis meses a un año de evolución y antecedente de haber completado tratamiento para sinusitis con mejoría clínica; dos de ellos son asintomáticos y uno presenta recaída con dolor facial y escurrimiento posterior. Se describen la fisiopatología y los hallazgos imaginológicos (en escanografía y resonancia magnética) de este síndrome. En conclusión, el síndrome del seno silencioso consta de asimetría facial y enoftalmos secundarios a la pérdida de volumen del seno maxilar. Imaginológicamente se caracteriza por obstrucción del orificio de salida, opacificación del seno y disminución en su volumen por retracción de las paredes del seno. Summary The purpose of the following display is to review and to divulge the silent sinus syndrome. This collection consists of three cases of the silent sinus syndrome diagnosed between 2005 and 2007. One case per year, of this syndrome was diagnosed. The three patients were referred for computed tomography (CT) orbit or paranasal sinuses to evaluate progressive enophthalmos of 6 months to 1 year; given the past history of treated sinusitis with clinical improvement. Two patients were free of symptoms and one complained of facial pain and posterior discharge. The physiopathology and the imaging findings of this syndrome are described. The silent sinus syndrome consists of facial asymmetry and enophthalmos caused by volume loss of the maxillary sinus. The imaging features of this syndrome include maxillary sinus outlet obstruction, sinus opacification and sinus volume loss due to inward retraction of the sinus walls. Introducción Médica radióloga. Departamento de Neurorradiología, Clínica Reina Sofía-Colsánitas. Bogotá, Colombia. 1 2 Médica radióloga. Neurorradiología, Clínica Universitaria Colombia-Colsánitas. Bogotá, Colombia. 2634 Soparkar y cols. (1,2) denominaron en 1994 “síndrome del seno silencioso” a la presentación de enoftalmos e hipoglobo progresivo sin dolor, asociada a opacificación del seno maxilar y a sinusitis crónica maxilar subclínica. Si bien en 1964 Montgomery había descrito esta asociación, no aclaró la fisiopatología; ésta sólo fue demostrada en 1993 por Eto (3), quien concluyó que el enoftalmos resulta de la remodelación de la arquitectura ósea del seno maxilar. Dicha remodelación es secundaria a la enfermedad obstructiva del seno. En 2003, se propuso el nombre de “síndrome de implosión del antro” para describir el síndrome del seno silencioso (4-9). El propósito de esta presentación es revisar y difundir las características del síndrome del seno silencioso. Materiales y método Se recopilaron tres casos del síndrome del seno silencioso, entre 2005 y 2007. Se diagnosticó un caso por año. Uno de los tres casos es de sexo femenino. El rango de edad está entre 27 y 44 años. Los tres pacientes fueron remitidos para escanografía de órbitas o de senos paranasales por presentar enoftalmos progresivo, de 6 meses a artículos de revisión 1 año de evolución y antecedente de haber completado tratamiento para sinusitis con mejoría clínica. Dos de ellos asintomáticos y uno presenta recaída con dolor facial y escurrimiento posterior. Uno de los tres casos presenta hipoglobo. Ninguno de los tres pacientes tiene antecedentes quirúrgicos ni traumáticos. a Fig. 1. Corte escanográfíco coronal en ventana ósea, en el cual se ilustra la anatomía del infundíbulo maxilar (espacio entre el proceso uncinado y la bula etmoidal, flechas rectas), del meato medio (espacio entre el proceso uncinado y el cornete medio, línea curva) y del orificio del seno maxilar (cabeza de flecha). Hallazgos imaginológicos Recordemos que el proceso uncinado es una extensión superior de la pared nasal lateral (pared medial del seno maxilar). En la parte anterior el proceso uncinado se fusiona con la pared pósteromedial de la celdilla agger nasi y con la pared posteromedial del conducto lacrimonasal. Lateralmente, el borde libre del proceso uncinado delimita el infundíbulo maxilar, que a su vez es el espacio delimitado por el proceso uncinado y la pared medial de la bula etmoidal (10). El infundíbulo maxilar conecta el orificio (ostium) maxilar con el meato medio. El meato medio es el pasaje de aire entre el proceso uncinado y el cornete medio (Fig. 1) (10,11). En dos casos el seno maxilar afectado es el izquierdo. En los tres casos se encuentra aumento difuso en la densidad del seno maxilar (Fig. 2), con obstrucción del orificio maxilar y del infundíbulo del mismo lado (figs. 3 y 4), asociado a retracción lateral del cornete medio y del proceso uncinado, este último está yuxtapuesto a la porción inferomedial del piso orbitario. La retracción del infundíbulo y del cornete medio produce aumento en la amplitud del meato medio (Fig. 5). Esto se asocia a disminución en el tamaño de la cavidad comprometida, con desmineralización y retracción de sus paredes (Fig. 6); además se evidencia aumento de la grasa retroantral (Fig. 6). Hay enoftalmos por aumento en las dimensiones de la órbita (Fig. 7), secundario al descenso del piso orbitario (figs. 8 y 9). Se demuestra descenso del músculo recto inferior (Fig. 9). a Fig. 3. Se observa aumento difuso en la densidad del seno maxilar, del orificio maxilar y del infundíbulo en el lado derecho, en un corte escanográfíco coronal, en ventana ósea. a b b Fig. 2 (a,b). Se demuestra el aumento difuso en la densidad (opacificación) del seno maxilar izquierdo, en corte escanográfíco coronal en ventana ósea. Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2634-41 Fig. 4. RM de secuencias coronales con información en T2 (a) y en T1 (b). Se evidencia alteración difusa en la intensidad de señal del seno maxilar derecho, con obstrucción del orificio maxilar y del infundíbulo del mismo lado. 2635 a b Fig. 5 (a,b). Se visualiza un au-mento en la amplitud del meato medio izquierdo (asterisco), en cortes escanográficos coronales en ventana ósea. a b c d Fig. 6. Se evidencia retracción de las paredes del seno maxilar izquierdo y aumento de la grasa retroantral adyacente, en cortes escanográficos axiales en ventana ósea (a, b) y en ventana de tejidos blandos (c, d). Discusión El término síndrome del seno silencioso se aplica a la asociación de enoftalmos progresivo con o sin hipoglobo, debido al colapso del piso orbitario y con opacificación del seno maxilar, sin dolor; es decir, en presencia de una sinusitis maxilar crónica subclínica (1,2,4,7,8). Sin em- 2636 bargo, algunos autores lo denominan atelectasia maxilar crónica cuando se presentan síntomas de proceso inflamatorio rinosinusal (congestión nasal, rinorrea, escurrimiento posterior, dolor facial o dental) (12). El síndrome del seno silencioso y la atelectasia maxilar crónica comparten la asociación de enoftalmos espontáneo con colapso del seno maxilar Síndrome del seno silencioso. Mantilla M, Núñez S. artículos de revisión ipsolateral. El primero es utilizado en la literatura oftalmológica y el segundo en la otorrinolaringológica (8). La atelectasia maxilar crónica es un término descriptivo que se refiere a disminución persistente en el volumen del seno maxilar, debido a retracción de las paredes de este seno. En 1997, Kass (13) describió la clasificación de la atelectasia crónica maxilar, en tres etapas de acuerdo con el grado de deformidad de las paredes: I (deformidad mucosa) lateralización de la pared medial del infundíbulo maxilar y de la fontanela maxilar, II (deformidad ósea) retracción de una o varias paredes del antro maxilar y III (deformidad clínica) marcada deformidad del antro con manifestación clínica de enoftalmos, hipoglobo y/o depresión del tercio medio facial. Brandt realizó una revisión sistemática (metaanálisis) de los casos de síndrome del seno silencioso y de atelectasia maxilar crónica (publicados en inglés desde 1960 hasta 2006) y encontró que la diferencia entre éstos se perdía en los casos de síndrome del seno silencioso incluidos en la revisión. Lo anterior, en razón a que 85% de estos casos también cumplían con los criterios de atelectasia maxilar crónica. La literatura de atelectasia maxilar crónica brinda algún discernimiento respecto al papel de los síntomas (rinosinusales), al encontrar que éstos se presentan en etapas tempranas de la atelectasia maxilar crónica y tienden a calmarse en etapas avanzadas de la enfermedad (8,9,13-16). Brandt considera que el síndrome del seno silencioso corresponde con la etapa III de la atelectasia maxilar crónica. Este síndrome se presenta entre la tercera y quinta décadas de la vida, sin predominio de género ni de lado (17). Por lo general, el motivo de consulta es la asimetría facial progresiva con o sin diplopía. Usualmente se evidencia enoftalmos (desplazamiento posterior del globo ocular respecto al margen óseo orbitario) (17,18) con o sin hipoglobo (desplazamiento inferior del globo ocular) (17-19). El enoftalmos unilateral se considera cuando hay una diferencia de 2 mm relativa en la posición de los ojos, medidos con el exoftalmómetro (el de Helter es más usado); por otra parte, si hay asimetría entre los márgenes orbitarios laterales, se usa el orbitómetro (de Naugle, por ejemplo), el cual descansa sobre los rebordes orbitarios superior e inferior. Sin embargo, algunos autores mencionan que clínicamente el enoftalmos puede hacerse obvio cuando hay diferencia de 3-4 mm (18). En la serie de 68 casos de Soparkar el enoftalmos varía entre 2-6 mm (media de 3,4 mm) y el hipoglobo varía entre 1-6 mm (media de 3,2 mm). La presencia de disminución aparente en el tamaño del globo ocular, la retracción del párpado superior (20), el aumento en profundidad del surco palpebral superior, el lagoftalmos, la seudoptosis (21) y la depresión malar es variable. Algunos pacientes pueden referir un ruido ligero al parpadear; esto se relaciona con aire atrapado en el receso conjuntival (17-19). Los antecedentes y/o las manifestaciones clínicas de sinusitis pueden o no estar presentes (2,8,9,12-16). Los estudios imaginológicos descartan lesiones neoplásicas o traumáticas orbitarias, várices orbitarias, microftalmos, neurofibromatosis con ausencia del ala esfenoidal, enfermedad del tejido conectivo y atrofia de tejidos blandos (22). Los hallazgos imaginológicos incluyen aumento parcial o difuso en la densidad (opacificación) del seno maxilar bien desarrollado, con obstrucción del infundíbulo maxilar (1,2,4,9,12,23,24). Puede haber o no nivel hidroaéreo (15). Hay retracción lateral del proceso uncinado con aposición de este proceso hacia la región inferomedial de la pared de la órbita (4,7,9,15,16). Se evidencia aumento en la am- Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2634-41 plitud del meato medio adyacente, con retracción variable del cornete medio. También hay retracción de las paredes del seno maxilar, con disminución en el tamaño de este seno, descenso del piso orbitario y aumento en el volumen de la órbita. Este último explica el enoftalmos (1,2-4,9,22-26). El globo ocular está desplazado en sentido posterior (enoftalmos) o inferior (hipoglobo). Los tejidos blandos orbitarios inferiores descienden con el globo ocular. El músculo recto inferior siempre está comprometido y rara vez puede producir una hipotropia restrictiva del globo ocular causando diplopía. El músculo recto medial, el músculo recto lateral y el músculo oblicuo inferior también pueden descender con el globo ocular (4,9). Se puede ver seudoneumo-orbitario debido a aire atrapado debajo de los párpados, en los fórnices conjuntivales (19). Antes de analizar la fisiopatología de este síndrome, vale la pena recordar algunos detalles anatómicos que predisponen a este síndrome. El seno maxilar se airea a través de un orificio (orificio maxilar) natural; el cual se abre al meato medio en el aspecto posteroinferior del infundíbulo. En aproximadamente 41% de la población el seno maxilar tiene un orificio accesorio localizado en la fontanela maxilar. La pared medial del infundíbulo yace opuesta al orificio natural a una distancia de 0,5 a 3 mm, en la mayoría de las personas. Esta pared incluye el proceso uncinado y tiene una altura notable (mayor a 5 mm) en 28% de la población. La pared medial del infundíbulo es delgada y de baja resistencia en el plano coronal. El orificio natural tiene un diámetro que varía en 1 y 13 mm, y su abertura es perpendicular al plano de la pared medial del infundíbulo. La pared medial del infundíbulo está bastante próxima al orificio maxilar; entonces, cualquier edema o cambio polipoide en esta área puede producir oclusión parcial o total de este orificio (26). El proceso uncinado es una extensión superior de la pared nasal lateral (pared medial del seno maxilar). El proceso uncinado se fusiona en su parte posterior al cornete inferior y en su parte anterior con la pared posteromedial de la celdilla agger nasi y con la pared posteromedial del conducto lacrimonasal. Lateralmente el proceso uncinado delimita el infundíbulo, que es el pasaje de aire que conecta el orificio maxilar con el meato medio. El punto de unión superior del proceso uncinado tiene tres variantes anatómicas, éstas determinan la configuración y el drenaje del receso frontal, a saber: • El proceso uncinado puede extenderse lateralmente para fusionarse con la lámina papirácea o con la bula etmoidal, formando un receso terminal del infundíbulo. En esta variante, el receso frontal se abre directamente al meato medio. • El proceso uncinado puede extenderse medialmente y unirse a la superficie lateral del cornete medio. • El proceso uncinado puede extenderse en sentido medial y superior para fijarse directamente a la base del cráneo. En los dos últimos casos, el receso frontal drena al infundíbulo (10). El proceso uncinado en su parte inferior se fusiona a la base del cornete inferior. En conjunto, tapan la mayoría del defecto óseo de la pared medial del seno maxilar. El resto de la pared medial del seno maxilar no es ósea sino mucosa. Esta mucosa forma las fontanelas anterior y posterior (27). 2637 a b c Fig. 7. Cortes escanográficos axiales, en ventana de tejidos blandos (a, b, c). Se visualiza enoftalmos izquierdo. a b Fig. 8 (a,b). Cortes escanográficos coronales, en ventana de tejidos blandos. Se demuestra descenso del piso orbitario (flecha) y del músculo recto inferior izquierdo (cabeza de flecha). a b Fig. 9 (a,b) . RM de secuencia coronal con información T2. Se observa descenso del piso orbitario (cabeza de flecha) y del músculo recto inferior derecho (flecha). Fisiopatología La teoría principal acerca de la fisiopatología del síndrome del seno silencioso se basa en la obstrucción crónica del seno maxilar con hipoventilación, que lleva eventualmente a presión negativa dentro de la cavidad (2,3,7,9,13,25,26). Sin embargo, se desconoce el evento exacto que produce la obstrucción ostiomeatal. Las posibles causas incluyen pólipos, moco espeso, obstrucción del drenaje del seno por celdilla de Haller, hipermovilidad y lateralización del cornete medio (28). Este proceso se asimila a lo que pasa en la atelectasia del oído medio secundaria a la disfunción crónica de la trompa de Eustaquio. La hipoventilación a lo largo del tiempo resulta en la reabsorción del 2638 gas a través de los capilares de la cavidad sinusal cerrada (23). Kass recalca que la altura del tercio posterior del infundíbulo debe ser suficientemente alta para poder cubrir el orificio maxilar y actuar como válvula oclusiva (26). Luego de la oclusión del infundíbulo maxilar, las secreciones mucosas se acumulan hasta ocupar totalmente el seno maxilar. Inicialmente es un trasudado acelular y luego un moco espeso (29). Estas secreciones estancadas producen una respuesta inflamatoria de bajo grado dentro del seno y causan osteolisis de las paredes de esta cavidad. Las paredes adelgazadas por la inflamación se retraen por presión negativa. El promedio de la medida manométrica de la presión negativa (del seno maxilar) registrada por Kass de -8,4 con desviación estándar de + 2,6 cm de H2O de presión (26). Síndrome del seno silencioso. Mantilla M, Núñez S. artículos de revisión En resumen, la acumulación de secreciones y la inflamación subclínica crónica llevan a la atelectasia del seno maxilar y al colapso de sus paredes (2,3,7,9,13,23-26). Inicialmente, se pensó que se requería predisposición para este síndrome con hipoplasia del seno maxilar; pero actualmente está demostrado que la disminución en el tamaño del seno maxilar es adquirida (2,6,7,9,13,17,18,24-26,28-32). Tratamiento El tratamiento del síndrome del seno silencioso tiene dos objetivos precisos. El primero es regularizar la aireación del seno maxilar a través de la normalización del drenaje desde la cavidad nasal. El segundo es restaurar la arquitectura orbitaria (33). A nivel del seno maxilar se busca realizar un orificio de salida para permitir el drenaje de las secreciones dentro del seno. Esto se puede lograr por vía endoscópica al crear una ventana nasoantral o antrostomía maxilar (28, 29,34-38). Se realiza primero la infundibulotomía (uncinectomía) para poder acceder al orificio maxilar (27,37-39). La sinusotomía maxilar se refiere a la ampliación del orificio maxilar natural. Si éste se amplía en sentido posterior menor a 1 cm es tipo I, si se amplía en sentido posterior e inferior menor a 2 cm es tipo II y si se amplía en todas las direcciones es tipo III. A 5 mm de la pared posterior del seno maxilar hay una rama de la arteria esfenopalatina. El tener en cuenta esta información anatómica es importante en la sinusotomía maxilar tipo III, porque se requiere la cauterización de la rama arterial (27). Vale la pena insistir en la importancia de identificar las variantes anatómicas (en la escanografía prequirúrgica a la cirugía sinusal endoscópica funcional), tales como curva paradójica del proceso uncinado en 1%, neumatización de este proceso, curva paradójica del cornete medio en 11%, cornete medio bífido, entre otras, por las implicaciones que tienen para el procedimiento (33). La evolución postoperatoria de la configuración del seno es variable; puede permanecer sin modificación en sus paredes hasta restaurar su configuración. Independiente de la apariencia posquirúrgica funcional, se detiene la progresión de la enfermedad sin que la deformidad avance (2,3,6,28,29). La reparación del piso orbitario depende de la evolución postoperatoria, de la severidad de la diplopía o de la alteración cosmética (2,3,23,29,35-37). Esta reparación se puede realizar en forma diferida (2,3,23,29,35-37) o simultánea (23,34,35,38-42). Algunos autores consideran que si la progresión del enoftalmos mejora o se detiene con la antrostomía, se debe esperar por los menos 2 meses antes de realizar la corrección del piso orbitario para permitir la expansión del seno maxilar y la disminución del enoftalmos. Lo anterior, debido a que se han descrito casos de regresión del enoftalmos posterior a la antrostomía y dado que la reparación simultánea del piso orbitario conlleva riesgos. Estos riesgos incluyen: infección postoperatoria del implante orbitario, hematoma, pérdida de visión y diplopía (2,3,6,28,29). Sin embargo, otros autores (34,38,40), prefieren realizar los dos procedimientos simultáneamente. Behbehani considera que las complicaciones asociadas a estos procedimientos son raras y en cambio, el efectuar simultáneamente los procedimientos evita una segunda anestesia y hospitalización. La recuperación de la apariencia normal de la órbita requiere abordar tres anormalidades: el enoftalmos, el hipoglobo y la deformidad del surco palpebral superior. Aunque estas tres alteraciones están relacionadas, pueden requerir intervenciones complementarias. El hipoglobo Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2634-41 se corrige al colocar un implante en el piso orbitario. La mayoría de los autores utilizan el abordaje subconjuntival o subciliar; sin embargo, Borges describe la vía transnasal y transantral (41). Se pueden utilizar varios materiales para la reconstrucción del piso orbitario, los cuales incluyen material autólogo (injerto óseo craneano) o material aloplástico (polietileno, hidroxiapatita, malla de acero inoxidable, silicona, metilmetacrilato, teflón, Supramid y malla de titanio) (34,37,38). El implante en el piso orbitario corrige el hipoglobo y disminuye el enoftalmos. El intentar la corrección de la deformidad del surco palpebral superior solamente con este implante lleva a distopia vertical del ojo. Se puede realizar un injerto complementario (de grasa dérmica y aponeurosis o con material aloplástico), para corregir la deformidad del surco palpebral superior (34). Rodríguez (39) describió el caso de un paciente con síndrome del seno silencioso, quien tuvo varios intentos fallidos de corrección con los métodos convencionales descritos, por complicación con infección. Rodríguez utilizó un colgajo libre osteoseptocutáneo de peroné, lo cual le permitió reconstruir el piso orbitario, obliterar el seno maxilar y aumentar el contorno de la deformidad periorbitaria, en el mismo procedimiento. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial de este síndrome incluye hipoplasia del seno maxilar, secuelas traumáticas y cambios postoperatorios. En el seno maxilar hipoplásico la neumatización no llega hasta la eminencia malar o al receso alveolar del seno maxilar (43,44). Además, el seno puede ser pequeño pero tener densidad normal y estar aireado. En cuanto a las secuelas postraumáticas o posquirúrgicas, se requiere descartar fracturas u osteotomías. Adicionalmente, puede carecer de enfermedad de la mucosa (22). Ross reporta el caso de una paciente, que presentó colapso del seno maxilar y enoftalmos 6 meses después de la cirugía para la corrección de la fractura del piso orbitario. En la escanografía se evidenció opacidad del seno maxilar y retracción de sus paredes superior, medial y posterior. En la reintervención quirúrgica se demostró que la fractura había comprometido el complejo ostiomeatal; entonces, se repararon los defectos de las paredes medial y superior del seno maxilar con implante de polietileno. Además se practicó antrostomía endoscópica. Esta descripción ilustra la simulación del síndrome de seno silencioso como complicación de trauma (45). Otros autores han reportado implosión posquirúrgica (46) y postraumática del seno maxilar (47). Rose describe 6 casos de implosión sinusal maxilar posterior a descompresión orbitaria por orbitopatía tiroidea. Este autor recomienda (para evitar el enoftalmos por implosión maxilar) conservar la interfase etmoidomaxilar, la cual mantiene la aireación del seno maxilar. Cuando el hueso es removido involuntariamente (como suele suceder en la descompresión etmoidomaxilar), se debe realizar antrostomía del meato medio (46). Baujat describe el enoftalmos progresivo posterior a tratamiento conservador de fractura del piso orbitario. La escanografía demostró la herniación de la grasa orbitaria a la fosa pterigopalatina y colapso de las paredes del seno maxilar. Plantea como hipótesis (con base en este caso) que el síndrome del seno silencioso es causado por un fenómeno de aspiración como resultado de los movimientos de los músculos masticatorios (temporal y pterigoideo lateral) (47). Es importante recordar que Soparkar excluyó de la definición del síndrome del seno silencioso la lesión traumática; sin embargo, esto no impide que la propuesta de Baujat contribuya a la implosión del seno maxilar. 2639 Los hallazgos imaginológicos de atelectasia del seno maxilar y aumento del volumen orbitario deben estar presentes para el diagnóstico del síndrome del seno silencioso. En ausencia de estos hallazgos se deben buscar otras causas de enoftalmos espontáneo e hipoglobo, incluyendo trauma, metástasis de carcinoma escirroso de seno, várice orbitaria, osteomielitis, síndrome de Parry-Romberg (atrofia hemifacial progresiva), lipodistrofia y esclerodermia lineal (35,38,48,49). Los mucoceles maxilares son relativamente raros, pues representan sólo el 10% de los mucoceles de los senos paranasales, y generalmente producen proptosis. Sin embargo, existen reportes de erosión del piso orbitario producido por mucocele maxilar, el cual conlleva a enoftalmos. En los casos de mucocele o de pólipo del seno maxilar, además de la antrostomía se requiere la remoción completa de estas lesiones (50-53). Fidan reportó un caso de síndrome de seno silencioso secundario a cuerpo extraño intranasal en una joven de 17 años, con retardo mental. Al realizar el procedimiento endoscópico se demostró que el cuerpo extraño estaba localizado entre el cornete inferior y el tabique nasal. Dicho cuerpo extraño condujo a infección nasal y a obstrucción del complejo ostiomeatal. Se realizó uncinectomía y antrostomía. No se necesitó reparación del piso orbitario (54). Conclusión El síndrome del seno silencioso consta de asimetría facial y enoftalmos secundario a atelectasia crónica del seno maxilar. Imaginológicamente se caracteriza por obstrucción del orificio de salida, opacificación del seno y disminución en su volumen por retracción de las paredes del seno. Se deben descartar secuelas traumáticas y quirúrgicas, al igual que las otras etiologías del enoftalmos espontáneo descritas. Agradecimientos Queremos agradecer al Dr. Bruno Mantilla Martin por su invaluable colaboración en la consecución de la gran mayoría de los artículos para la presente revisión. También deseamos expresar nuestra gratitud a la Dra. Claudia Casas de Salcedo por las correcciones de redacción realizadas. Referencias 1. Soparkar CN, Patrinely JR, Cuaycong MJ, Dailey RA, Kersten RC, Rubin PA, et al. The silent sinus syndrome. A cause of spontaneous enophthalmos. Ophthalmology. 1994;101(4):772-8. 2. Illner A, Davidson HC, Harnsberger HR, Hoffman J. The silent sinus syndrome: clinical and radiological findings. AJR. 2002;178(2):503-6. 3. Eto RT, House JM. Enophthalmos, a Sequela of Maxillary Sinusitis. AJNR. 1995;16(4 Suppl):939-41. 4. Monos T, Levy J, Liftshitz T, Puterman M. The silent sinus syndrome. Isr Med Assoc J. 2005;7(5):333-5. 5. 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Correspondencia María Teresa Mantilla Martin Departamento de Imágenes Diagnósticas Clínica Reina Sofía-Colsánitas Carrera 21 No. 125-03 Bogotá, Colombia teremantill@yahoo.com Recibido para evaluación: 15 de abril del 2009 Aprobado para publicación: 18 de mayo del 2009 Rev Colomb Radiol. 2009; 20(2):2634-41 2641