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DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE ALTERACIONES NEUROPSICOLÓGICAS EN LOS NIÑOS EPILÉPTICOS F. Mulas a,b, S. Hernández b, A. Morant a,b NEUROPSYCHOLOGICAL DISORDERS IN EPILEPTIC CHILDREN Summary. Epilepsy is a common disorder of childhood, in which seizures are not the only sign of the disorder. Characteristically there are also neuropsychological disorders. One may consider that there is a common origin due to many factors, which acting at a certain time of neurodevelopment give rise to a neurological disorder which appears as epilepsy and other neuropsychological disorders, although so far we are unable to identify or relate the causes and the moment at which they act. These disorders appear together not consecutively, are modulated by the prior development of the brain and its capacity for plasticity at the time of the lesion. On occasions the effect of polytherapy is to worsen the lesions. The commonest alterations seen are disorders of learning and attention, alterations of language, behaviour disorders, mental retardation, autism, depression and psychosis. These must be considered when evaluating the diagnosis, treatment and evolution of an epileptic child. On occasions specific neuropsychological batteries may be necessary to demonstrate these alterations. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 29-41] [http://www.revneurol.com/RNC/b010029.pdf] Key words. Attention deficit. Autism. Depression. Epilepsy. Infancy. Language. Learning disorder. Mental retardation. Neuropsychology. Psychosis. INTRODUCCIÓN La epilepsia es un trastorno frecuente en la población general y de forma especial en la infancia. Estudios de prevalencia realizados recientemente sobre la población española estiman unas cifras de prevalencia de 4-5/1.000 niños, con predominio masculino, sin que la diferencia resulte significativa [1]. A pesar de que la manifestación característica y definitoria, que suele ser la forma de debut, son las crisis epilépticas de presentación recurrente, y de diversos tipos, no son la única manifestación de la epilepsia. Existen una serie de condiciones de orden neuropsicoRecibido: 26.01.01. Aceptado: 01.02.01. a Sección Neuropediatría. Hospital Universitario La Fe. Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (INVANEP). Valencia, España. b Correspondencia: Dr. Fernando Mulas. Sección Neuropediatría. Hospital Universitario La Fe. Avda. Campanar, 21. E-46009 Valencia. E-mail: mulas@invanep.com 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA CLÍNICA lógico que acompañan a los síntomas generales de epilepsia y que, como ya ha sido descrito, no sólo son secundarias a la condición de enfermedad crónica, tratamiento prolongado o desarraigo social por hospitalizaciones, etc., sino que probablemente tengan un lugar explicable y atribuible a la propia fisiopatología y patogenia de la epilepsia, como enfermedad neurológica. Los mecanismos descritos hasta ahora como responsables, en diferente medida, de los trastornos neuropsicológicos que se presentan en los niños epilépticos son [2]: 1. Dependientes de la etiología subyacente: los pacientes con epilepsia generalizada primaria por lo general, si es de comienzo tardío, tienen una inteligencia normal, incluso en encefalopatías graves como el síndrome de West el pronóstico cognitivo es mejor en las formas idiopáticas, en las que no se puede definir la etiología. 2. Derivados de la gravedad de la epilepsia o intensidad de las crisis: el comienzo pre- REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 29 29 10/04/01, 21:16 F. MULAS, ET AL coz de las crisis se asocia a peor evolución. En las crisis parciales, la localización y lateralización del foco puede conducir a déficit visuoespaciales, verbales o de memoria. 3. Derivados del tratamiento: acción directa de los fármacos sobre funciones del SNC, calidad de control de la epilepsia, etc. 4. Derivados de la vivencia de enfermedad: duelo, absentismo escolar, situación familiar, calidad de vida, dependencia de número de fármacos, etc. Sin embargo, según se ha postulado en estudios sobre cerebros epilépticos tras lesiones hipóxico-isquémicas realizados por el Prof. Marín Padilla [3], los trastornos neurológicos y neuropsicológicos ligados a la epilepsia podrían tener un origen común independiente de la causa que inició la lesión. La patogénesis de la epilepsia continúa siendo un misterio; sus causas son múltiples, entre las cuales se citan: factores genéticos, malformaciones congénitas, anomalías de la migración neuronal, trastornos metabólicos, tumores, infecciones, secuelas de lesiones perinatales, traumatismos... No se ha encontrado el mecanismo fisiopatológico que explique que un grupo tan heterogéneo de factores pueda desencadenar epilepsia. Se ha propuesto que todos estos factores, a través de diferentes mecanismos de lesión, pueden alterar la organización estructural de la corteza cerebral que se encuentra diferenciándose. La causa común de la epilepsia estaría en las alteraciones poslesionales en la estructura y función de la neocorteza inducidas por la lesión original; el resultado será el mismo independientemente de la causa, puesto que la epilepsia refleja la función anormal de la corteza trasformada y podría esto ser la explicación o base común a los trastornos neuropsicológicos que se asocian a la epilepsia. 30 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 Hipótesis: relacionar los trastornos neuropsicológicos que presentan los niños epilépticos con alteraciones reconocibles en el neurodesarrollo Para ello habrá que analizar los mecanismos de neurodesarrollo que se hallan implicados en la neuropatología. Sin embargo, describir la relación entre el desarrollo del cerebro y el desarrollo comportamental es una tarea difícil. Debemos especificar cuáles son los aspectos del desarrollo neuronal que pueden estar relacionados, con el agravante de que el desarrollo cerebral y el de las funciones neuropsicológicas no es lineal, es diferente en las distintas etapas cronológicas y modulado por numerosos factores intrínsecos y ambientales. FACTORES DETERMINANTES DE LA APARICIÓN DE TRASTORNOS NEUROPSICOLÓGICOS EN NIÑOS EPILÉPTICOS Las distintas manifestaciones observadas dependen de: – Locus hemisférico: permite reconocer la distribución de las funciones en diferentes áreas corticales y especialización de los hemisferios. – Lóbulo afectado: permite reconocer o situar la lesión según las manifestaciones clínicas observadas, gracias a la organización funcional de los diferentes lóbulos. – Citoarquitectura del área involucrada: permite reconocer el compromiso de áreas sensoriales (capa granulosa), motoras (área motora primaria) o asociativas. – Circuitos cortos y largos a los que pertenece en cada lóbulo y que modula la sintomatología presente en cada caso. – Edad de aparición del trastorno: es imposible establecer correlaciones entre la aparición de cambios anatómicos y el desarrollo de comportamientos específicos [4]. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 30 10/04/01, 21:16 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE En el desarrollo un número de cambios ocurren al mismo tiempo y es imposible predecir la función de una sola estructura en un determinado comportamiento. Lo mismo ocurre con las diferentes etapas de maduración tanto prenatal como posnatal. La complejidad de estos procesos hace útil que sean repasados con el fin de contribuir a una mejor comprensión y consideración de los trastornos neuropsicológicos en niños epilépticos, como patología ligada al trastorno mismo del desarrollo, que da lugar tanto a las manifestaciones epilépticas como a las manifestaciones neuropsicológicas. La maduración cerebral es un proceso caracterizado por innumerables y progresivas transformaciones que van desde la concepción, gestación, hasta completarse posteriormente. Si el cerebro del niño normal se expresa en cada edad en relación con el grado de maduración alcanzado, con unos patrones de conducta dados, ante cualquier trastorno funcional o estructural va a expresarse de forma diferente. Este concepto se aplica a todas las patologías del neurodesarrollo y especialmente a las crisis convulsivas. Tendremos en cuenta cinco etapas madurativas fundamentales [5]: 1. Período prenatal 2. Período neonatal 3. Lactancia y primera infancia 4. Segunda infancia 5. Pubertad. Es importante considerar el momento en que tiene lugar la lesión, los niños más pequeños tienen mayores posibilidades de suplir funciones por plasticidad neuronal que los niños más mayores. Esto es particularmente cierto para el lenguaje y los procesos sensoriales elementales. La capacidad de la plasticidad neuronal depende de la maduración previa de la zona funcional dañada y del estado de los sustratos alternativos que van a asumir dicha función. Dado que los trastornos funcionales van a depender del estadio que se haya alcanzado en el momento que se produzca la lesión, las secuelas serán mayores en edades precoces, a pesar de la plasticidad cerebral más favorable en estas edades, pero con posibilidad de que la propia reorganización genere circuitos anómalos con implicaciones clínicas futuras. Período prenatal Se extiende desde la fertilización hasta el nacimiento, durante 280 días aproximadamente. Los fenómenos de desarrollo cerebral suceden de forma secuencial y paralela al desarrollo del resto del organismo. En este desarrollo cada célula se conecta con un número determinado de otras células en zonas específicamente determinadas por influencias genéticas, cuya expresión va a ser modulada por factores epigenéticos, que se originan bien en el embrión-feto (hormonas, neurotransmisores, noxas, señales intracelulares...) o bien en el ambiente (factores nutricionales, estímulos externos...). El desarrollo microscópico del SNC comprende los procesos de: – Proliferación celular: desde la cuarta semana de gestación las células precursoras neurales se originan de las células epiteliales del tubo neural. – Migración: poco después migran desde el sitio de origen hasta el lugar que ocuparán anatómica y funcionalmente el resto de la vida. Los objetivos de la migración están relacionados con los procesos de maduración neuronal y con el establecimiento de conexiones neuronales que imprimen funcionalidad a la neurona. La citoarquitectura neuronal, u organización de las células neuronales del tejido cerebral, permite REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 31 31 10/04/01, 21:16 F. MULAS, ET AL la ubicación y distribución de las células en diferentes capas de la corteza, el establecimiento de conexiones neuronales y la especialización de funciones. La migración está modulada por el establecimiento de redes gliales entre la superficie ependimal y la corteza que sirven de guía y soporte físico para este proceso, y algunos mecanismos químicos específicos que orientan la dirección y ubicación de las neuronas. En estos procesos pueden ocurrir un variado número de alteraciones y defectos migratorios y originar un patrón anatómico y funcional normal, por ejemplo: defectos en la completa migración (esquisencefalias), restricciones en los patrones de migración (paquigiria), y anormal ubicación de las células posmitóticas dentro de la estructura final (heterotopías neuronales). Dentro del proceso normal de desarrollo, pueden ocurrir algunas anormalidades leves, las cuales por mecanismos naturales de selección serán eliminadas; en raras ocasiones estas anomalías pueden persistir y ocasionar cuadros clínicos de variada gravedad, entre los cuales se incluyen retraso mental, trastornos del aprendizaje, epilepsia, dislexia y esquizofrenia. – Agregación: tras la migración, las células se agregan para formar capas por el proceso de laminación. Es un mecanismo de especialización neuronal por el cual cada célula se va diferenciando de acuerdo con sus conexiones, para una función determinada. – Diferenciación celular: consta de desarrollo del cuerpo celular, dependiente de neurotransmisores; muerte neuronal selectiva, mecanismos naturales seleccionan y limitan las poblaciones neuronales de acuerdo con la eficacia de las sinapsis que se han establecido, las sinapsis más eficientes permanecen, imprimiendo un carácter de ma32 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 yor eficacia funcional a un menor coste metabólico; diferenciación axonal y dendrítica, cada neurona emite microfilamentos por quimioafinidad, y sinaptogénesis los procesos de sinaptogénesis tienen una distribución temporal y espacial en las diferentes zonas cerebrales que pueden ser determinadas experimentalmente: la corteza visual tiene un rápido crecimiento axonal, dendrítico y de sinaptogénesis en los primeros 8 meses de vida, con posterior organización y eliminación de sinapsis que dura hasta los 3 años; en el lóbulo frontal es más tardío, y se produce en dos picos: uno en la infancia (2 años), y otro después de los 7 años. Este desarrollo sináptico es la base fundamental para la funcionalidad del SNC. – Desarrollo de células gliales y ciclos mielogenéticos: las funciones de las células gliales incluyen regulación de procesos metabólicos, formación y mantenimiento de la BHE y mielinización. La mielogénesis está estrechamente relacionada con las secuencias de desarrollo de células gliales; se inicia a partir del cuarto mes de gestación y alcanza el máximo durante la vida posnatal. Se inicia en la médula espinal y toma dirección caudocefálica continuando con estructuras del tallo cerebral, mesencéfalo, estructuras del diencéfalo y terminando en estructuras telencefálicas. Cambios metabólicos y bioquímicos concomitantes formación de neurotransmisores, receptores, proteínas de la mielina y moléculas específicas relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Período neonatal La exploración neurológica del recién nacido es una medida objetiva del estado funcional de las estructuras que en ese momento son funcionales: médula espinal, tallo cerebral e indiREV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 32 10/04/01, 21:16 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE cador del estado de reactividad y respuesta ambiental. A medida que el recién nacido se pone en contacto con una serie de estímulos se produce un progresivo proceso de maduración, concomitantemente en varias esferas de funcionamiento: motor, sensorial, lenguaje, cognitivo y emocional. Los patrones de comportamiento y respuesta van adquiriendo complejidad según los estímulos ambientales, proceso de maduración y las exigencias internas. Lactancia y primera infancia Después del nacimiento el crecimiento del cerebro continúa. Durante el primer año de vida, el desarrollo de las áreas de la corteza cerebral se realiza en áreas primarias motoras y sensoriales, siguiendo con las áreas adyacentes de asociación temporal y parietal. El niño interactúa con el medio ambiente y el mundo exterior a través de la locomoción, aprende a manipularla y trata de hacer comprensible toda la información que llega a su cerebro. Segunda infancia Los procesos de organización cerebral y mielinización continúan durante los seis primeros años de vida de forma intensa; condicionan los procesos de aprendizaje y modulan los comportamientos del individuo adecuándose a la estimulación ambiental. Pubertad La maduración y desarrollo de los lóbulos frontales es más lenta continuando a lo largo de la primera década y la vida adulta. MANIFESTACIONES CLÍNICAS EN LOS PACIENTES AFECTADOS POR EPILEPSIA Las principales manifestaciones neuropsicológicas descritas son: – Trastorno de la atención y trastornos del aprendizaje – Trastorno del lenguaje – Retraso mental – Trastorno de conducta – Trastorno generalizado del desarrollo (autismo) – Depresión – Psicosis. Trastorno de la atención y del aprendizaje Dado el período escolar que viven los niños, éste será uno de los ámbitos donde se manifiesta de forma más florida las alteraciones ligadas a la epilepsia [5-7]. Algunos estudios muestran que los niños epilépticos no tienen el mismo resultado académico que los grupos control evaluados y tienen diferentes tipos de trastornos del aprendizaje, diferentes a los observados en la población general. Estos niños suelen presentar: indiferencia de la clase, resultados inferiores a la media, trastornos del comportamiento asociados, distractibilidad, pobre concentración y somnolencia. Estos pueden agruparse en tres apartados: 1. Tipo de memoria reciente: es diferente a la encontrada en adultos con epilepsia parcial compleja del lóbulo temporal, lo que sugiere que en niños podría estar justificado por pequeñas displasias corticales focales en lóbulos temporales, sin que se halla demostrado por neuroimagen. 2. Tipo déficit de atención: el trastorno que con más frecuencia se asocia es THDA. 3. Tipo respuesta lenta (observado en niños tratados con numerosos fármacos antiepilépticos). Hay que tener en cuenta como factores responsables: la propia lesión o etiología de la epilepsia, el estado mórbido del cerebro y factores inherentes a la epilepsia (efectos de las descargas a corto y largo plazo, la medicación y la repercusión emocional de la epilepsia). REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 33 33 10/04/01, 21:17 F. MULAS, ET AL Etiología Existen síndromes benignos que no producen grave deterioro cognitivo; sin embargo, existen algunos síndromes (síndrome de West, estado epiléptico no convulsivo, Landau-Kleffner, EPOCS), devastadores para las funciones cognitivas. Las hipótesis planteadas son: bloqueo de la función del área cerebral circundante ante lesiones focales unilaterales, compromiso del área contralateral por un foco secundario o interrupción de la comunicación interhemisférica por descargas generalizadas que evitan la organización y/o plasticidad normal de una o más funciones mentales [8]. Estado mórbido del cerebro Las lesiones focales suelen asociarse a defectos neuropsicológicos específicos debido a que cuando la descarga ocupa una parte del cerebro –como ocurre en las epilepsias focales–, ésta no puede realizar sus funciones normales. Descargas del lóbulo temporal del hemisferio derecho→repercuten en tareas visuoespaciales; un foco en el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo→tareas verbales. Un foco en el lóbulo frontal puede provocar un trastorno en la reacción orientación y un trastorno de atención subsecuente. Descargas en estructuras subcorticales en línea media→disminución de la atención. Las epilepsias generalizadas muestran un perfil cognitivo que depende más de la frecuencia de descarga, duración de las crisis, edad de aparición y velocidad de respuesta al tratamiento instaurado [9]. Efecto de las descargas subclínicas sobre la función cognitiva Existe evidencia acerca del importante papel que desempeñan las descargas subclínicas sobre la capacidad de aprendizaje en los niños. La alteración puntual pero reiterada de la función cognitiva por estas descargas influye en los procesos de aprendizaje (codificación, recepción, procesamiento, almacenaje y recu34 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 peración de la información). Pueden ponerse de manifiesto por adecuadas baterías diagnósticas basadas en técnicas de vídeo-EEG [10]. Las descargas subclínicas que más frecuentemente afectan al aprendizaje son las generalizadas, pero, aunque de forma menos frecuente, se pueden presentar en pacientes con descargas focales. En este último caso existen baterías que monitorizan funciones específicas para estudiar cada lóbulo de cada hemisferio [8]. Politerapia La mayoría de las medicaciones anticonvulsionantes afectan a la atención, función cerebral fundamental para el aprendizaje. Estos efectos varían según las concentraciones plasmáticas. En el enfoque de la epilepsia, hacia un mejor control y calidad de vida, no podemos normalmente modificar la etiología, edad de inicio o tipo de crisis; sin embargo, podemos influir sobre el grado de control, fármacos y estar atentos a la aparición de efectos indeseables cognitivos para controlarlos. Como primera implicada, ante un niño epiléptico con dificultades escolares, se debe revisar la medicación sobre todo si es politerapia [9]. Los componentes fundamentales que intervienen en el aprendizaje escolar son cuatro; se podría postular a la luz de estos cuatro pilares del aprendizaje cómo las diferentes etiologías o noxas pueden provocar trastornos del aprendizaje [11]. Éstos son: 1. Actividad nerviosa superior. Modalidad de trabajo de la corteza cerebral y zonas vecinas, compuesta por los fenómenos eléctricos neuronales primarios que podemos denominar: actividad bioeléctrica básica (ABB). Se manifiestan a través de las determinaciones clásicas de potencial de membrana, potenciales de acción, presinápticos, postsináptico excitatorio e inhibitorio, y potencial de campo. Es una actividad simple, base de las anomalías característiREV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 34 10/04/01, 21:17 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE cas de las descargas epilépticas. Dentro de esta ABB, con una calidad muy superior y ubicada sólo en los niveles más altos del SNC (cortical y subcortical), donde la densidad neuronal es alta, encontramos la actividad nerviosa superior (ANS). 2. Dispositivos básicos de aprendizaje (DBA). Son capacidades innatas indispensables para el aprendizaje. Incluyen: motivación, memoria, atención, sensoriopercepción y habituación. Son en realidad dispositivos básicos de funcionamiento cognitivo. 3. Funciones cerebrales superiores (FCS). Se limita a tres capacidades cerebrales: gnosias, praxias y el lenguaje. Se adquieren a través del aprendizaje, son exclusivas del hombre. Su alteración determina los llamados trastornos específicos del aprendizaje. La denominación de cada uno de ellos surge de la FCS alterada. 4. Equilibrio afectivo-emocional (EAE). Es un requerimiento básico para que tenga lugar el aprendizaje, en particular por su influencia sobre la motivación. La epilepsia puede incidir en el aprendizaje por una o varias de las siguientes vías, siguiendo el modelo de los cuatro pilares del aprendizaje: 1. Sobre la ANS las crisis convulsivas surgen en la ABB, pero sus efectos repercuten de forma poscrítica sobre la ANS como una inhibición generalizada. 2. Sobre los DBA, origina trastornos atencionales que se asocian o no a hipercinesia y agresividad. Puede asociarse a: a) epilepsias sintomáticas, b) sólo con foco temporal (generalmente izquierdo) en el EEG, c) sin epilepsia, sin crisis, sin foco eléctrico, pero sí con anomalías diversas en el EEG de carácter paroxístico. 3. Sobre las FCS, el paradigma lo constituye el síndrome de Landau-Kleffner o afasia epiléptica adquirida, y el estado epiléptico eléctrico durante el sueño. En los períodos interictales aparecen fallos lingüísticos de compresión y expresión, y otros déficit cognitivos en relación con las FCS. 4. Sobre el EAE ocurre cuando la patología determina efectos psicógenos reactivos que a su vez afectan el aprendizaje. Además debemos tener en cuenta que la medicación antiepiléptica puede afectar por sí misma a los cuatro pilares: cuadros inhibitorios (somnolencia) asociados (CBZ, ESX, PRM) en la ANS; fallos atencionales y de memoria inmediata en los DBA; compromiso apráxico, déficit de psicomotricidad fina (PHT) en las FCS, y finalmente síntomas depresivos (PB) o antidepresivos (VPA, CBZ) en el caso de EAE. Epilepsia y lenguaje En tres cuadros la relación epilepsia-lenguaje es clara [2]: 1. Síndrome de Landau-Kleffner; 2. Epilepsia parcial benigna con paroxismos rolándicos; 3. Disfasia del desarrollo con epilepsia. Hoy en día todavía está en discusión el hecho de que el trastorno del lenguaje se deba únicamente a las descargas paroxísticas. Los estudios neurobiológicos aportan datos sobre las áreas correspondientes al lenguaje y su configuración en un momento determinado del neurodesarrollo. Niños de 4 años de edad tienen muy localizada la representación del lenguaje, igual que un adulto. Sin embargo, es sensible a la experiencia, de forma que los lugares relacionados con los procesos de lenguaje no son estables en el tiempo, aun en el adulto, expandiéndose o contrayéndose según la experiencia y las necesidades. Inicialmente ocupan áreas más amplias que van concentrándose conforme se alcanza la competencia en el lenguaje, de forma que esas áreas originariamente relacionadas con el lenguaje, retienen esta habilidad como capacidad secundaria que puede suplir o completar la función en caso de lesión del área primaria. Son interesantes los estudios llevados a cabo REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 35 35 10/04/01, 21:17 F. MULAS, ET AL de lateralización cerebral en niños afásicos. Inicialmente la especialización del lenguaje en un hemisferio u otro es igual de buena y tras una lesión puede establecerse en el lado contralateral, con mayor facilidad en el niño que en el adulto. Con la maduración cerebral, el lenguaje va estableciéndose gradualmente en el hemisferio izquierdo, hasta que en la pubertad se alcanza el modelo adulto de lateralización en el hemisferio izquierdo. En cuanto al momento de la lesión, volvemos a retomar el concepto de lesiones tempranas (antes del año) y tardías (después del año); una lesión temprana lleva a la reorganización tanto del hemisferio derecho como el izquierdo, disminuyendo tanto las capacidades verbales como no verbales, el daño tardío podría resultar en una reorganización más limitada. Epilepsia y retraso mental Al menos un tercio de los pacientes con retraso mental (RM) tienen historia previa de epilepsia en algún momento de la evolución [9]. Esta asociación depende del tipo de epilepsia (momento de inicio, gravedad de las crisis, presencia de descargas subclínicas...), la causa de la misma y el grado de madurez del cerebro. En las formas de epilepsias criptogenéticas parciales y generalizadas, la afectación del CI es mayor que en las formas idiopáticas. En el caso de epilepsias parciales o con focos lobulares, la afectación dependerá del lugar específico del foco. Un foco temporal presentará trastornos de lenguaje, de conducta hiperactividad y de integración social. Un foco centrotemporal presentará trastornos perceptivo sensoriales. Los estados de mal epiléptico son capaces de dejar deterioro cognitivo de forma permanente. En cuanto a las descargas subclínicas o intercríticas, la mayoría de las veces producen alteración de la funcionalidad cerebral de forma transitoria. Así ocurre en las descargas punta-onda (PO) a menos de 3 c/s, o las descargas focales de 36 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 hemisferio derecho (causando alteraciones de las funciones no verbales), o del hemisferio izquierdo (alteraciones de las funciones verbales). Se ha encontrado evidencia de que la disminución del coeficiente intelectual en niños epilépticos está ligada a un menor crecimiento cerebral más que a una pérdida de las funciones adquiridas previamente. En ocasiones epilepsia y retraso mental son, ambas, manifestaciones de una encefalopatía de base evolutiva (metabolopatías) o no evolutiva congénita o adquirida [2]: – Síndrome de Aicardi – Síndrome de Angelman – Síndrome de Cornelia de Lange – Síndrome de Down – Infección congénita por citomegalovirus – Embriopatía rubeólica – Toxoplasmosis congénita – Hipomelanosis de Ito – Síndrome de Lowe – Tetrasomía parcial C5 – Síndrome del cromosoma X frágil – Síndrome de Rett – Síndrome de Sotos – Esclerosis tuberosa. Epilepsia y funciones cognitivas [6] Epilepsia normalmente asociada a RM – Encefalopatía epiléptica infantil precoz – Encefalopatía mioclónica neonatal o precoz – Síndrome de West – Síndrome de Lennox-Gastaut – Síndrome epilepsia polimorfa – Síndrome epilepsia mioclónica progresiva. Epilepsia que con más frecuencia puede asociarse a RM – Epilepsia de comienzo en el primer año de vida – Epilepsia mioclónica criptogenética – Epilepsia parcial de etiología orgánica. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 36 10/04/01, 21:17 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE Epilepsia que rara vez se asocia a RM – Convulsiones familiares neonatales benignas – Convulsiones del quinto día – Epilepsia-ausencia infantil/juvenil – Epilepsia mioclónica juvenil – Epilepsia benigna de la infancia – Epilepsia de gran mal al despertar. Podemos dividir la población de pacientes con RM en dos grupos: los que asocian otra anomalía neurológica y los que no. La asociación con otras enfermedades neurológicas puede constituir la base del RM; sin embargo, en los casos que no es así, la existencia de RM depende no sólo del tipo de epilepsia, como hasta ahora se apuntaba, sino de la madurez del cerebro y las características de las crisis clínicas o descargas subclínicas. El compromiso de las funciones cognitivas es menor en las formas idiopáticas tanto de epilepsias parciales como generalizadas, como ya se había apuntado. Tras estudiar los efectos de lesiones unilaterales sobre el coeficiente intelectual (CI), los investigadores concluyeron que los efectos de lateralización para el CI son menores que en el caso del lenguaje, aunque parecen ser más frecuentes en las lesiones tardías de hemisferio derecho (más allá del primer año de vida); en el caso del hemisferio izquierdo no parece depender de la edad a la que tiene lugar la lesión. El límite del primer año de vida parece marcar la edad en la que se establece la lateralización cerebral. Cuanto más precoz es una lesión, mayor reorganización funcional cerebral que sigue a la lesión implica posteriormente. Cuanto más tardío es el daño menos extensa la reorganización; las posibilidades de transformación poslesional de la corteza que producen conexiones y formas celulares alteradas son menores, con lo cual menos gravemente se verá afectada la cognición. Epilepsia, trastornos de conducta y regresión autística Los trastornos descritos con mayor frecuencia en niños epilépticos son: mal genio, gritos, niño desobediente, desconfiado, torpe, impulsivo, testarudo, inmaduro o inquieto, aunque en ocasiones se describen como lentos, confusos y poco activos. Los déficit, entre ellos el autismo, están presentes en la mayoría de los niños desde el comienzo. Sin embargo, en algunos casos se asiste a una regresión en la capacidad de comunicación verbal, no verbal, en el juego estructurado y a nivel cognitivo. Esta regresión tiene lugar entre el año y los 3 años de edad. Existen dos ejemplos de este tipo de patología del neurodesarrollo que se asocian a epilepsia [12]. Síndrome de Landau-Kleffner Se define como afasia epiléptica adquirida con descargas de punta-onda u ondas agudas bilaterales parietotemporales. Las convulsiones y la afasia pueden presentarse como los primeros síntomas de este síndrome; sin embargo, hasta un 25% de los casos pueden no tener convulsiones. Uno podría caer en el error de considerar que las convulsiones son la causa de la regresión del lenguaje y secundariamente del nivel cognitivo, pero según teorías descritas (Dra. Rapin, Dr. Tuchmann), el trastorno cognitivo y del lenguaje es un trastorno primario asociado a descargas epileptiformes en el EEG con o sin crisis clínicas, que no son lo importante. Cerca de un tercio de los niños autistas desarrollan epilepsia. Sin embargo, existen estudios que demostraron, sobre una población de niños autistas, cómo las alteraciones del lenguaje eran igualmente frecuentes en el grupo que presentaba convulsiones como en el grupo que tenía convulsiones. Sin embargo, sí demostraron una prevalencia significativa de este trastorno en los niños con EEG epileptiforme aun sin crisis clínicas, por lo cual es presumible que las descargas epileptiformes son las REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 37 37 10/04/01, 21:17 F. MULAS, ET AL responsables de la regresión autística y de la afasia adquirida por disrupción de la función de los sistemas relevantes neocorticales. Por ello, el término regresión autística epileptiforme es el más adecuado para nombrar a todos los niños con regresión del lenguaje, regresión en la socialización, en la comunicación verbal o en el área cognitiva, asociado a EEG epileptiforme. Síndrome de Rett Es un trastorno descrito en niñas cuyas características incluyen: retraso mental intenso, anomalías neurológicas y conductas autistas que surgen conformando un síndrome regresivo. Actualmente es más sencillo de tipificar en pacientes con determinadas características gracias al diagnóstico genético. Epilepsia y trastornos autistas La prevalencia del trastorno autista (TA) en población epiléptica hace pensar en la existencia de alguna relación o base común. Los niños con TA manifiestan epilepsia en dos grupos de edad: lactante (síndrome de West) y adolescencia (crisis parciales complejas) [2]. La epilepsia en los TA va ligada al daño cerebral, como sugieren los estudios de Rapin y Tuchmann, en los que se demostraba cómo la mayoría de los pacientes epilépticos que asociaban trastorno autista padecían también algún tipo de déficit motor, propio de un daño cerebral de base. Parece que la epilepsia influye negativamente sobre la evolución de los síntomas autistas, incluso la existencia de descargas paroxísticas en ausencia de crisis clínicas. En este sentido, hay estudios que avalan la mejoría de los síntomas autistas al mejorar las crisis ya sea con tratamiento quirúrgico o médico; y en ausencia de las mismas, al tratar con antiepilépticos las descargas subclínicas. Estos hallazgos plantean que estos pacientes sean susceptibles de ensayo terapéutico para valorar la respuesta de los síntomas autistas. 38 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 EPILEPSIA Y DEPRESIÓN Su prevalencia es muy superior a la de la población general [13] y se halla en relación, sobre todo, con la dificultad para controlar las crisis, y en ocasiones directamente en función del fármaco empleado (fenobarbital) [2]. Los factores que más inciden son el locus control externo (el paciente sitúa la responsabilidad sobre el control de lo que le ocurre fuera de sí mismo) y la falta de elaboración de duelo (proceso de aceptación y acomodación a su condición de enfermo crónico con unas limitaciones). Los trastornos psiquiátricos en enfermos epilépticos deben ser diagnosticados y tratados [13]. Los fármacos más seguros y útiles podrían ser los inhibidores de la recaptación de serotonina. EPILEPSIA Y PSICOSIS Aparecen frecuentemente en pacientes adultos con epilepsia parcial compleja, y pueden ser brotes psicóticos ictales, postictales o incluso interictales, si bien en niños es menos frecuente [2]. El mecanismo posiblemente responsable de las reacciones psicóticas en niños epilépticos sea la llamada mejoría paradójica o normalización paradójica. El factor desencadenante suele ser la introducción de un nuevo fármaco que controla de repente las crisis; se relaciona con las alteraciones en los neurotransmisores. Se ha asociado a valproato sódico, carbamacepina, vigabatrina y ACTH. EXPLORACIÓN NEUROPSICOLÓGICA EN EL NIÑO CON EPILEPSIA En muchas ocasiones, en la práctica diaria, sólo se explora el CI del niño, que es bastante poco REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 38 10/04/01, 21:17 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE representativo del nivel neuropsicológico en niños con lesión cerebral [2]. La tendencia actual es investigar los aspectos cognitivos que se ven afectados por la epilepsia. Se deben valorar: memoria, atención, aprendizaje, motricidad fina, funciones ejecutivas, integración visuomotora y la conducta. La ausencia de déficit intelectuales selectivos que siguen a daños cerebrales unilaterales puede reflejar la inadecuación de los tests de CI como los indicadores neuropsicológicos hemisférico-específicos más que una carencia de funciones cognitivas lateralizadas. Son precisos tests específicos de memoria o funciones lingüísticas para reflejar con más seguridad déficit hemisférico-específicos en niños. Lo más útil es utilizar las armas accesibles en clínica y tener una valoración basal comparativa, explorando las alteraciones neuropsicológicas que resulten más frecuentes. En el caso de que fuese a someterse a una intervención quirúrgica por su epilepsia, son necesarias valoraciones minuciosas pre y postoperatorias. Las secuelas más frecuentes tras resección de LT son las de la memoria inmediata (mayor en niños con altas puntuaciones previas y en las resecciones LT izquierdo) y a largo plazo (no relacionada con el lado de la intervención). Para evaluar a los pacientes epilépticos se utilizan varios subtests de las baterías de Wechsler y de Halstead [9]. Los resultados dependerán de la existencia o no de descargas subclínicas mientras se realiza el test. Según Lezak, las áreas mayores dentro del examen de la función cognitiva son: – Evaluación de la velocidad de procesamiento: existe un notorio enlentecimiento de los procesos mentales y las respuestas motoras. – Atención: se requiere una exploración exhaustiva de la misma, porque con gran frecuencia existe un trastorno de la atención – – – – asociado a la epilepsia. Se analizan los tiempos de reacción auditivos y visuales, la capacidad de concentración y atención sostenida, la curva de fatiga atencional durante la realización de la tarea, la atención selectiva o discriminación atencional y la atención dividida o disociada. Memoria: puede ser secundario a la falta de fijación por el déficit atencional, o primario por trastorno en la estructura del sistema mnésico, susceptible de mejorar con tratamiento farmacológico. La memoria se ve muy influida por los fenómenos eléctricos subclínicos. Habilidad para razonar: precisa de la indemnidad de la flexibilidad cognitiva por la cual un individuo cambia el criterio de selección de trabajo sin perseverar en tareas cognitivas del pasado inmediato (rigidez cognitiva). Para evaluarlo se utiliza el Wisconsin Card Sorting Test, que permite reconocer si la afectación de la habilidad cognitiva es primaria, es decir, ligada a su epilepsia, o secundaria, debido a los fármacos. Habilidades visuoespaciales: dentro de los estudios de hemisferio subdominante. Funciones ejecutivas: son las habilidades que afectan al lóbulo frontal (área prefrontal), e incluyen el diseño o planificación, inicio, control, monitorización y corrección de la tarea. Es preciso que ahondemos en estos terrenos ayudándonos de las técnicas de investigación neurofisiológica para conocer mejor la fisiopatología de estos trastornos ligados a la epilepsia y establecer nuevas estrategias de manejo. En este sentido, se están aplicando técnicas de estimulación magnética transcraneal (TMS) a la investigación neuropsicológica [14]. Se ha demostrado su capacidad para modular funciones cognitivas como la percepción, la memoria, el aprendizaje y el REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 39 39 10/04/01, 21:17 F. MULAS, ET AL lenguaje, y la posibilidad de representar las modificaciones inducidas por estos procesos en el córtex. Puede estimular las funciones o interferir negativamente sobre ellas, en función de unas variables como son: la región cortical estimulada, la intensidad, frecuencia y duración del estímulo aplicado, etc. La aplicación clínica de esta técnica, de gran interés para conocer las relaciones cerebro-conducta, podría estar cercana en el tiempo. CONCLUSIONES En el abordaje del paciente epiléptico no sólo debe considerarse el diagnóstico y tratamiento de las manifestaciones críticas o eléctricas, sino todo un conjunto de síntomas de orden neuropsicológico que acompañan a la epilepsia y que, cada vez más, se tienden a interpretar no como resultado de la vivencia de la epilepsia –la aceptación de enfermedad crónica, la repercusión sobre la asistencia escolar y las hospitalizaciones, etc.– sino como trastornos ligados y que tienen un origen común probablemente en las alteraciones cerebrales que son capaces de causar la epilepsia. La implicación de factores como el tratamiento o la calidad de control de la epilepsia (frecuencia y gravedad de las crisis) es evidente, pero probablemente con un papel modulador, no determinante. La maduración cerebral y la plasticidad de la organización cortical pueden desempeñar en este sentido un papel primordial. La capacidad de plasticidad cerebral en los diferentes estadios del neurodesarrollo influye en la respuesta a la lesión o disfunción, supliendo o minimizando los déficit funcionales de las diferentes áreas. La reor- 40 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 ganización cerebral que esto implica, y siempre en relación con el momento del desarrollo cerebral en que tenga lugar, va a dar lugar a alteraciones cerebrales secundarias que bien pueden ser las responsables de la patología neuropsicológica observada en estos pacientes. En cuanto al control de la epilepsia, debemos valorar siempre tanto la presencia de crisis clínicamente constatadas, como de descargas subclínicas claramente implicadas en trastornos del aprendizaje, del lenguaje y de la conducta y que determinan incluso regresiones autísticas. El ajuste de tratamiento, sobre todo en el caso de tratarse de una politerapia, debe ser revisado en primer lugar cuando aparecen alteraciones o dificultades en el aprendizaje de un niño epiléptico, pues, como hemos visto, puede afectar a los cuatro pilares básicos del aprendizaje. Para llevar a cabo un buen seguimiento de las funciones neuropsicológicas es preciso establecer un protocolo de estudio en el que el examen habitual de CI resulta insuficiente, y debemos incluir, además, otros aspectos de la función cognitiva como son: memoria, atención, aprendizaje, motricidad fina, funciones ejecutivas, integración visuomotora y conducta, así como aplicar tests específicos de memoria y funciones lingüísticas para reflejar los déficit hemisferio-específicos que pueden estar presentes sobre todo en el caso de lesiones unilaterales. Se recomienda la aplicación de varios subtests de las baterías de Halstead y Wechsler. En el caso de que la epilepsia fuese subsidiaria de tratamiento quirúrgico, debe realizarse una minuciosa exploración neuropsicológica pre y postoperatoria que permita valorar el éxito de la intervención en cuanto a otros parámetros distintos de la permanencia libre de crisis. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 40 10/04/01, 21:17 DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE BIBLIOGRAFÍA 1. Palencia R. Prevalencia e incidencia de la epilepsia en la infancia. Rev Neurol 2000; 30 (Supl 1): S1-4. 2. Artigas J. Manifestaciones psicológicas de la epilepsia en la infancia. Rev Neurol 1999; 28 (Supl 2): S135-41. 3. Marín Padilla M. Patología y patogenia de la epilepsia secundaria a encefalopatías hipóxico-isquémicas. Rev Neurol 1997; 25: 673-82. 4. Segalowitz SJ, Hiscock M. Neuropsicología del desarrollo normal. Aproximación entre neurociencia y psicología del desarrollo. En Feld V, Rodríguez MT, eds. Neuropsicología infantil. Luján, Argentina: Universidad nacional de Luján; 1998. p. 71-103. 5. Acosta MT. Neurodesarrollo: integración de las perspectivas neurológica y neuropsicológica. En Espinosa E, Casasbuenas OL, Guerrero P, eds. Trastornos del Neurodesarrollo y Aprendizaje. Bogotá: Hospital Militar Central; 1999. p. 13-35. 6. Archila GR. Epilepsia y trastornos del aprendizaje. 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Estas alteraciones, que se dan de forma conjunta y no consecuente, están moduladas por el grado de maduración previa cerebral y la capacidad de plasticidad en el momento de la lesión. La politerapia actúa en ocasiones agravando estos trastornos. Las alteraciones observadas más frecuentemente son los trastornos de aprendizaje y atención, alteraciones del lenguaje, trastornos del comportamiento, retraso mental, autismo, depresión y psicosis. Es preciso tenerlos en cuenta al valorar el diagnóstico, tratamiento y evolución del niño epiléptico. En ocasiones serán precisas baterías neuropsicológicas específicas para poner de manifiesto estas alteraciones. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 29-41] [http://www.revneurol.com/RNC/b010029.pdf] Palabras clave. Autismo. Déficit atencional. Depresión. Epilepsia. Infancia. Lenguaje. Neuropsicología. Piscosis. Retraso mental. Trastorno del aprendizaje. 9. 10. 11. 12. 13. 14. desarrollo y Aprendizaje. Bogotá: Hospital Militar Central; 1999. p. 127-9. 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Rev Neurol 2000; 30: 1169-74. ALTERAÇÕES NEUROPSICOLÓGICAS NAS CRIANÇAS EPILÉPTICAS Resumo. A epilepsia é um distúrbio freqüente na infância na qual as manifestações críticas não são as únicas expressões da enfermidade, se não que existem alterações neuropsicológicas que caracteristicamente aparecem nestas crianças. Poderia ser falado de uma origem comum e devido a múltiplos fatores que agindo num momento do neuro-desenvolvimento, dão lugar ao aparecimento de uma alteração neurológica que se manifesta com epilepsia e outras alterações neuropsicológicas, que no momento atual, não podemos identificar ou relacionar suas causas e seu momento de atuação. Estas alterações que são dadas de forma conjunta e de modo não conseqüente, é modulado pelo grau de maturação prévia cerebral e a capacidade de plasticidade no momento da lesão. A politerapia age em ocasiões agravando estos distúrbios. As alterações observadas mais freqüentemente são os distúrbios de aprendizagem e atenção, alterações do linguagem, distúrbios do comportamento, retardo mental, autismo, depressão e psicose. É necessário lembrar-se disso quando se estima o diagnóstico o tratamento e a evolução da criança epiléptica. Em ocasiões serão preciso provas neuropsicológicas específicas para mostrar estas alterações. [REV NEUROL CLIN 2001; 2: 29-41] [http://www.revneurol.com/RNC/b010029.pdf] Palavras chave. Autismo. Déficit de atenção. Depressão. Distúrbio do aprendizagem. Epilepsia. Infância. Linguagem. Neuropsicologia. Psicose. Retardo mental. REV NEUROL CLIN 2001; 2 (1): 29-41 RNC_029_2101M04_Mulas.p65 41 41 10/04/01, 21:17