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“TRASTORNO DEL DESARROLLO DE LA COORDINACION” ¿UN DESCONOCIDO ENTRE LOS PARVULOS Y ESCOLARES? CARLOS PACHECO CABRERA Académico de la Universidad de Antofagasta. Kinesiólogo. Magister en Ciencias de la Motricidad Humana. Licenciado en Educación. Magister en Educación Basada en Competencias. Doctor © en Investigación en Motricidad Humana, Actividad, Física y Deporte. ¿Quién no se acuerda de un compañero o compañera con serios problemas para moverse y realizar las actividades que le solicitaban en la clase de educación física, o trataba de pasar desapercibido para no ser la burla del curso en las actividades relacionadas con la actividad física, el deporte y recreativas? A estos niños y niñas se les ha catalogado con diversos calificativos: “poco avispados”, “torpes”, “incompetentes” o “incapaces”, entre otros apelativos, pero la realidad es que podríamos estar frente a problemas de la coordinación motriz. Este trastorno, observado en la niña y el niño con un desarrollo intelectual acorde a su edad, ha sido denominado de diferentes maneras en diversos momentos de la historia: “Niño torpe o Síndrome del niño torpe”, “Torpeza motriz”, “Disfunción cerebral mínima”, “Disfunción perceptivo motriz”, “Dificultad del aprendizaje motor”, “Dispraxia del desarrollo”, “Déficit en la atención, control motor y percepción”, “ Problemas de la coordinación óculo manual” o “Disfunción de la integración sensorial. La característica principal de estos niños y niñas es que poseen dificultades para coordinar los movimientos globales y finos en contextos muy diferentes, como los son el colegio o escuela, sus juegos, la casa y en general en las actividades de la vida diaria comparándolos con párvulos o escolares de su misma edad con desarrollo normal que las realizan sin dificultad. Estas dificultades le impiden desenvolverse en forma competente en una variedad de actividades de su vida cotidiana. Estos párvulos y escolares podrían presentar “TRASTORNO DEL DESARROLLO DE LA COORDINACIÓN” (TDC). Por definición el “Trastorno del desarrollo de la coordinación”, describe el trastorno motor en ausencia de una enfermedad neurológica, de cualquier trastorno físico, retraso del desarrollo, retraso mental y coeficiente intelectual bajo. El Trastorno del Desarrollo de la Coordinación se encuentra entre el 5% y el 6% de la población entre los 5 y los 12 años, la proporción observada es mayor en niños que en niñas de 3 es a 1. Con el estudio del “Trastorno del desarrollo de la coordinación” ha surgido una línea interesante de investigación en la última década, en particular en España y otros países europeos caracterizando a estos niños y niñas con déficit en una serie de habilidades perceptivo motoras y de la vida diaria. Los escolares y párvulos con TCD se caracterizan por tener movimientos que se describen como torpes y descoordinados y son la base de las dificultades que se les presentan a la hora de realizar muchas actividades de la vida diaria, al realizar actividad física y deportes; además, esta dificultad en la coordinación motora puede interferir significativamente en las actividades escolares y en el rendimiento académico La disfunción que presentan niños y niñas con Trastorno del desarrollo de la coordinación, se pueden agrupar en tres áreas: (1) motricidad gruesa, (2) motricidad fina y (3) psicosocial: (1) Motricidad gruesa: Algunos niños y niñas con TDC presentan signos neurológicos como hipotonía, persistencia de los reflejos primitivos e inmadurez de los reacciones de equilibrio que interfieren en el desarrollo motor grueso. Además, los niños y niñas pueden mostrar patrones extraños en la ejecución de sus movimientos, dificultad para imitar las posiciones del cuerpo y en dar de forma continua dos o tres pasos. Consecuencia de sus problemas de motricidad gruesa tienen malos resultados en sus actividades deportivas, posiblemente por su reacción y tiempos de movimientos lentos. Su menor participación en actividades deportivas puede resultar en una disminución de su fuerza muscular. (2) Motricidad fina: Los primeros signos de dificultad en la motricidad fina son la dificultad con el dibujo y la escritura y son los más frecuentes experimentados por los niños y niñas. Además con frecuencia tienen dificultad para planificar y ejecutar habilidades motoras como la prensión y vestirse. (3) Psicosocial: Los niños y niñas que presentan Trastorno en el desarrollo de la coordinación pueden experimentar dificultades de aprendizaje o problemas de lectura; interactúan con sus compañeros y pueden ser el “payaso de la clase”, esta sobreexposición tiende a buscar la aceptación y el reconocimiento de sus compañeros y amigos. Además, pueden experimentar problemas en la adolescencia, ya que se ha encontrado que poseen menos amigos y poseen sentimientos de autoestima baja, poseen una sensación mayor de ansiedad que sus pares. El “Trastorno del Desarrollo del la Coordinación” (TDC), también se puede denominar como “Problemas Evolutivos de la Coordinación Motriz” (PECM), considerando que se trata de hablar de las dificultades de la coordinación que en edades escolares niñas y niños poseen; siendo preferible usar esta expresión; ya que es preferible y recomendable centrarse en el problema y no es el niño y la niña que la posee. El “Trastorno del desarrollo de la coordinación”, corresponde a una condición crónica; caracterizada por alteraciones motoras crónicas y usualmente permanentes que interfieren con las actividades de la vida diaria y los logros académicos. Su reconocimiento suele ocurrir en los primeros intentos del niño o la niña por realizar tareas como correr, utilizar cuchillo y tenedor, abotonarse o abrocharse la ropa o jugar a la pelota. En algunos casos la falta de coordinación se prolonga a la adolescencia y la vida adulta. Además, se debe considerar que las manifestaciones de este trastorno varían en función de la edad y la etapa del desarrollo, por ejemplo: los niños pequeños pueden manifestar torpeza y retrasos en el logro de los hitos del desarrollo motor (caminar, gatear, anudar el cordón de los zapatos, abrocharse o abotonarse las camisas, o subir y bajar una cremallera). Los niños mayores pueden manifestar dificultades en tareas motoras como armar rompecabezas, construir modelos, jugar a la pelota y escribir. En niños o niñas con TDC podemos encontrar síntomas y trastornos asociados a retrasos a otras áreas del desarrollo no motor, pudiendo incluir “Trastorno fonológico”, “Trastorno del lenguaje expresivo” y “Trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo”. Junto a lo anterior, debemos considerar que los estudios nos indican que los niños o niñas que presentan Trastornos del Desarrollo de la coordinación presentan elementos que los distinguen del resto de sus compañeros, estos son: (1) Dificultades para la relación social, (2) Dificultades de comportamiento, (3) Baja autoestima, (4) Disminución de la práctica de actividad física, (5) Baja condición física, (6) Dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura y en el rendimiento académico. Además, se debe destacar que los escolares con baja condición física los convierte en una población de riesgo dada su tendencia a la obesidad y al sedentarismo. Carlos Pacheco Cabrera Abril 2013