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Eficiencia energética y energías renovables en rehabilitación de edificios Eficiencia energética y energías renovables en rehabilitación de edificios Eficiencia energética y energías renovables en rehabilitación de edificios Edita: Centro Tecnológico de Eficiencia y Sostenibilidad Energética Edificio CITEXVI - Fonte das Abelleiras, s/n Campus Universitario de Vigo 36310 VIGO (Pontevedra) Teléfono: 986 120 450 - Fax: 986 120 451 energylab@energylab.es www.energylab.es IMPRIME: Lugami Artes Gráficas Depósito Legal: C 934-2012 c COPYRIGHT 2012 Reservados todos los derechos. El contenido de la presente publicación no puede ser reproducido ni transmitido por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, ni registrado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por ningún medio, sin la previa autorización por escrito del Centro Tecnológico de Eficiencia y Sostenibilidad Energética (Campus Universitario de Vigo). 4 AUTORES: 0 José Antonio Ferrer Tévar Jefe Grupo de Análisis Energéticos de Edificios Unidad de Investigación en Eficiencia Energética en Edificación del CIEMAT 1 Xavier Elías Castells Econotermia Cerámica S.L. Director de Bolsa de Subproductos de Cataluña 2.1 María del Carmen Rodríguez Hidalgo, Mathieu Legrand, Rubén Ventas Garzón, José I. Nogueira Goriba, con la coordinación de Pedro A. Rodríguez Aumente y Antonio Lecuona Neumann Grupo de Investigación ITEA – Departamento de Ingeniería Térmica y de Fluidos. Universidad Carlos III de Madrid. (Actualmente en la E.T.S.I. Navales, Universidad Politécnica de Madrid) 2.2 Celia Sanz Montalvillo y Javier Antolín Gutiérrez Área de Biocombustibles Centro Tecnológico CARTIF 2.3 Enrique Orche García Catedrático del Área de Prospección e Investigación Minera. Universidad de Vigo José Fernández Seara Catedrático del Área de Máquinas y Motores Térmicos. Universidad de Vigo 2.4 Roger Marcos Director General de COGEN España Arcadio García Lastra Secretario Técnico Fundación ATECYR 3.1 - 3.2 José María González Moya Director Técnico de las secciones Eólica y Fotovoltaica. Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) 4.1 Margarita de Luxán, Mar Barbero, Gloria Gómez y Emilia Román. CC60 Estudio de Arquitectura SLP 4.2 Diana Blanco, Javier Martínez y Juan Rodríguez Área de Edificación de Fundación Centro Tecnológico EnergyLab 4.3 José Ignacio Urraca Piñeiro Ingeniero Industrial Asesor de la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (ANFALUM) 4.4 Marisol Fernández Directora de CEDOM – Asociación Española de Domótica 4.5 Patxi Hernández Ingeniero de la Unidad de Construcción de TECNALIA 5 Servando Álvarez Domínguez Grupo de Termotecnia de la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (AICIA) 5 0 Prologo 1 Introducción 2. Sistemas de generación térmica 2.1 La energía solar térmica 2.1.1. Aplicaciones térmicas de la energía solar en edificios 2.1.1.1. ¿Qué cabe esperar de una instalación solar térmica para viviendas unifamiliares, edificios de viviendas o del sector servicios? 2.1.1.2. Integración de las instalaciones solares junto con las convencionales 2.1.2. Normativa aplicable 2.1.3. Componentes principales de una instalación solar térmica 2.1.3.1. Captadores 2.1.3.2. Acumuladores térmicos 2.1.3.3. Equipo frigorífico 2.1.3.4. Intercambiadores de calor 2.1.3.5. Disipador de calor excedentario 2.1.3.6. Sistemas de vaciado y llenado 2.1.3.7. El fluido caloportador 2.1.3.8. Vasos de expansión y válvulas de sobrepresión 2.1.3.9. Tuberías: materiales y acondicionamiento 2.1.3.10. Bombas 2.1.3.11. Equipos compactos 2.1.3.12. Equipo de respaldo 2.1.3.13. Sistema de control de la instalación 2.1.4. Consideraciones acerca del dimensionado de los componentes principales 2.1.4.1. Dimensionado del campo solar 2.1.4.2. Dimensionado del acumulador térmico 2.1.4.3. Dimensionado de otros componentes de la instalación solar 2.1.4.4. Beneficios económicos y medioambientales 2.1.5. Condiciones de operación y uso 2.2 La biomasa 2.2.1. Usos de la biomasa térmica 2.2.2. Tipos de Biomasa 2.2.3. Distribución de los pelets 2.2.4. Tipos de Instalaciones 2.2.4.1. Estufas 2.2.4.2. Calderas 2.2.4.3. Sistemas de district heating 2.2.5. Comparativa Económica 2.3 El recurso geotérmico para generación de calor y frio 6 2.3.1 Aprovechamientos directos 2.3.2 Aprovechamientos para BCG 2.4 Otras tecnologías de generación térmica 2.4.1 Equipos de microgeneración 2.4.2 Bombas de calor a gas 2.4.3 maquinas de absorción 2.4.4 Calderas de condensación Bibliografía y referencias 3. Sistemas de generación eléctrica 3.1 La energía solar fotovoltaica 3.1.1. Funcionamiento de un sistema solar fotovoltaico 3.1.2. La tecnología fotovoltaica 3.1.3. Aplicaciones de la tecnología solar fotovoltaica 3.1.4. La tecnología solar fotovoltaica en la edificación 3.1.5. Aplicaciones de la tecnología fotovoltaica en la edificación 3.2 La energía del viento para aprovechamientos minieólicos 3.2.1Funcionamiento de un sistema minieólico 3.2.2La tecnología minieólica 3.2.3Aplicaciones de la energía minieólica 3.2.4La tecnología minieólica en la edificación Bibliografía y referencias 4. Aspectos energéticos de la edificación 4.1 La envolvente como elemento de eficiencia energética 4.1.1 La rehabilitación como herramienta para reducir la insostenibilidad 4.1.2Confort y consumo energético 4.1.3La caracterización de la envolvente térmica 4.1.4La mejora de la envolvente térmica 4.2 Sistemas eficientes de distribución térmica 4.2.1Introducción 4.2.2Sistemas de distribución térmica 4.2.2.1 Radiadores 4.2.2.2 Fancoils 4.2.2.3 Suelo radiante 4.2.2.4 Otras superficies radiantes 4.2.2.5 Sistemas de atemperación 4.2.3La distribución óptima de temperaturas 4.2.4 Comparativa entre los diferentes sistemas de distribución térmica. Ventajas e inconvenientes. 4.2.5Justificación de ahorro energético con suelo radiante 4.2.6Los sistemas de distribución térmica en la rehabilitación. Conclusiones 4.3 Eficiencia energética en iluminación y otros consumos eléctricos 4.3.1. Normativa general aplicable 4.3.2. Rehabilitación de edificios 4.3.3. Eficiencia energética en las instalaciones de iluminación 4.3.3.1 Componentes de la instalación de alumbrado 4.3.3.1.1 Fuentes de Luz 4.3.3.1.2 Balastos y transformadores 4.3.3.1.3 Luminarias 4.3.3.2. Sistemas de iluminación 4.3.3.2.1 Luz Natural 4.3.3.2.2 Confort visual 4.3.3.2.3 La luz y el color 4.3.3.3. Valor de la eficiencia energética de la instalación 4.3.3.4. Parámetros luminotécnicos 4.3.3.5. Sistemas de regulación y control 4.3.3.5.1. Sistemas de gestión de alumbrado interior 4.3.3.6. Iluminación de edificios de viviendas 4.3.3.6.1 Alumbrado interior en zonas comunes de edificios de viviendas 4.3.3.7. Alumbrado interior en el dominio del sector terciario 4.3.3.7.1.Sistemas de alumbrado terciario 4.3.3.7.1.1. Accionamiento automático del alumbrado 4.3.3.7.1.2. Gestión de la iluminación ambiental 4.3.3.7.1.3. Gestión centralizada de la iluminación 4.3.3.8. Procedimiento de Verificación 4.3.3.9 Proyecto de iluminación 4.3.4. Otros consumos eléctricos 4.3.4.1. Servicios generales 4.3.4.2. Electrodomésticos 4.4 Los sistemas de regulación y control 4.4.1. Domótica en el sector residencial 4.4.2. Inmótica en el sector terciario 4.4.3. Contribución de los sistemas de automatización a la eficiencia energética. 4.4.3.1. Ahorro en el consumo eléctrico 4.4.3.2. Ahorro en el consumo de combustibles 4.4.3.3. Ahorro en el consumo de agua 4.4.3.4. Monitorización de consumos 4.4.4. Otros beneficios de instalar domótica e inmótica 4.4.4.1. Facilita la accesibilidad de los edificios 4.4.4.2. Aporta seguridad técnica y antiintrusión 4.4.4.3. Permite una comunicación bidireccional 4.4.4.4. Mantenimiento preventivo 4.4.4.5. Mejora la calidad de vida y adapta la vivienda a los cambios estructurales de la sociedad 4.4.4.6. Una tecnología en constante innovación 4.4.4.7. Contribuye al cumplimiento de la legislación 4.4.5. Clasificación de los sistemas de automatización 4.4.5.1. Tipología de un sistema 4.4.5.2. Topología de un sistema 4.4.5.3. Medios de transmisión 4.4.5.4. Protocolos e interoperabilidad 4.4.6. Datos de mercado y perspectivas de futuro 4.5 Edificios pasivos y de consumo energético casi nulo 4.5.1.Introducción. Historia de los edificios cero-energía 4.5.2. Introducción al análisis energético de edificios y herramientas disponibles 4.5.3 Perspectiva de ciclo de vida en edificios cero-energía 4.5.4. Ejemplo práctico de cálculo de opciones en rehabilitación hacia cero energía 4.5.5. Conclusiones Bibliografía y referencias 5. Ámbito legal y normativo 5.1 Introducción 5.2 Resumen de la situación de la normativa energética en españa de acuerdo con la directiva 2002/91/ce 5.2.1Estructura de los aspectos energéticos en el Código Técnico de la Edificación (Documento Básico – HE) 5.2.2Estructura de la certificación energética de edificios 5.3 Aspectos diferenciales entre la certificación de edificios nuevos y la certificación de edificios existentes 5.4 Generalidades sobre los procedimientos de caracterización de edificios existentes 5.5 El procedimiento Ce3 5.5.1Introducción 5.5.2Criterios 5.5.3Metodología 5.5.4Los procedimientos de evaluación de consumos energéticos y emisiones de CO2 5.5.5Bases de datos de componentes de la envolvente 5.5.6Bases de datos y prestaciones medias de instalaciones 5.5.7Estrategia general de identificación y evaluación de medidas de mejora. 7 0 JOSÉ ANTONIO FERRER TÉVAR Jefe de Grupo de Análisis Energéticos de Edificios Unidad de Investigación en Eficiencia Energética en Edificación del CIEMAT 0. PRÓLOGO En una época en la que el consumo de energía se ha llegado a entender como un indicador de actividad y desarrollo de un país, se ha extrapolado esta falsa identidad entre consumo y desarrollo a todos los sectores industriales y sociales, dejando en un segundo plano los parámetros de eficiencia del consumo de energía, siendo en el mejor de los casos, sólo valorado por índices de rentabilidad a corto plazo. Esta situación lleva a que la implantación real de las medidas de eficiencia energética sean de menor impacto que el deseable. En este sentido se han desarrollado medidas por parte de las administraciones, tales como el Código Técnico de la Edificación, o el Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética 2011-2020, aprobado por Acuerdo de Consejo de Ministros el 29 de julio de 2011, que favorecen la implantación de medidas de eficiencia energética en la edificación. De forma que, para asegurar su éxito, estas medidas deben ser internalizadas por todos los agentes implicados, desde los profesionales del sector, los centros de I+D+i hasta la sociedad en su conjunto, como consumidora final. Uno de los sectores en los que el impacto inmediato sería mayor, es el de la edificación. En un país como España, en el que existe un extenso parque de edificios construidos, es sin duda el momento de proponer que estas construcciones sean energéticamente eficientes. La situación heredada de años de bonanza en los que el coste del combustible era accesible, ha conducido a la construcción de edificios en los que se ha valorado casi en exclusividad los parámetros estéticos, asumiendo que la climatización estaría cubierta por los sistemas convencionales activos, independientemente del consumo de las toneladas equivalentes de petróleo que eso supone. No obstante, ya en 2008 la Agencia Internacional de la Energía, en su informe “Perspectivas sobre 8 tecnología energética”, definía posibles escenarios y estrategias hasta el 2050, indicando que las mejoras de la eficiencia energética en los edificios, es una de las medidas que representa ahorros de mayor nivel con menos costes en los escenarios analizados. Por otro lado el precio de la energía es un factor determinante en el interés de inversiones en eficiencia energética, por lo que puede ser oportuna la gestión y creación, en caso necesario, de instrumentos financieros específicos. También la tendencia actual en Europa marca las líneas hacia la eficiencia energética en la rehabilitación, tal y como demuestra la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la eficiencia energética de Junio 2011, en la que se establece que la Unión Europea se fija como objetivo conseguir un ahorro de energía primaria del 20% en el año 2020. En cuanto a los Estados miembros, deberán asegurarse de que, a partir del 1 de enero de 2014, el 3% de la superficie edificada total propiedad de sus organismos públicos, se renueve cada año de manera que cumpla al menos los mínimos requisitos de eficiencia energética fijados por dichos Estados en aplicación del artículo 4 de la Directiva 2010/31/UE. Pero en el planteamiento de mejora de la eficiencia energética no han de contemplarse los edificios como entes aislados, ya que su situación mayoritariamente englobada en entornos urbanos, hacen adecuado el uso de sistemas de alta eficiencia, como son la poligeneración englobada en las redes de climatización de distritos urbanos. La propuesta anteriormente citada prevé, en su artículo 10, que “los Estados miembros tomarán las medidas necesarias para desarrollar infraestructuras urbanas de calefacción y refrigeración eficientes, adaptadas al desarrollo de cogeneración de alta eficiencia y a la utilización de calor y frío procedente de calor residual y de fuentes de energía renovables […]. Al desarrollar las redes urbanas de calefacción y refrigeración, optarán, en la medida de lo posible, por la cogeneración de alta eficiencia en vez de por la generación únicamente de calor”. Siendo éste un marco de referencia muy adecuado para el aprovechamiento de fuentes de energías renovables en nuestras ciudades. Las Iniciativas Industriales Europeas (EII) sobre ciudades inteligentes (Smart Cities & Communities Initiative) o en el programa conjunto del mismo área desarrollado en la Alianza Europea de Centros de Investigación (EERA), en los que participan activamente administraciones, empresas, universidades y centros de investigación españoles, son una muestra del alto interés y una apuesta de futuro que hace la sociedad en relación con la eficiencia energética, como modelo de desarrollo a corto y medio plazo. La colaboración entre el sector industrial y el de la investigación deben avanzar conjuntamente, intención que se comprueba en la creación de alianzas como la EERA, entre cuyos objetivos principales se puede destacar el desarrollo estratégico de las próximas generaciones de tecnologías de energía, que usan resultados de la investigación fundamental para madurar las tecnologías hasta el punto donde pueden ser introducidos en la industria. Así mismo, busca desarrollar relaciones y cooperación sostenida con la industria para reforzar la interacción entre resultados de investigación e innovación, facilitando 9 el acceso de este sector a la investigación y asegurar una transferencia rápida de resultados. Equipos de investigación nacionales tienen una amplia experiencia en el desarrollo de proyectos alineados con la eficiencia energética, como la Unidad de Investigación sobre Eficiencia Energética en Edificación (UiE3) del CIEMAT, que los desarrolla conjuntamente con otros centros de investigación, universidades, administraciones públicas y empresas desde 1985 hasta la actualidad. Entre los últimos cabría destacar el Proyecto Singular Estratégico sobre Arquitectura Bioclimática y Frío Solar, ARFRISOL, o el proyecto sobre reducción de la demanda y poligeneración de energía, DEPOLIGEN. Si bien la rehabilitación energética de los sistemas es fundamental, la mayor eficiencia se logra disminuyendo la demanda, la energía más barata y que menos contamina es la que no se genera, por lo que las medidas encaminadas a la reducción de la demanda mediante actuaciones arquitectónicas sobre el edificio, deberá de ser el punto de partida de toda rehabilitación. Estas medidas deberían contemplar el entorno no como algo hostil, si no como un aliado con el que intercambiar energía de forma consciente. Uno de los factores determinantes para el correcto aprovechamiento de los recursos naturales del lugar donde se construye, es el planeamiento urbanístico del entorno. Si se ha realizado de forma energéticamente consciente, se darán las condiciones necesarias para favorecer el diseño bioclimático de los edificios, mientras que un planeamiento energéticamente deficiente puede conllevar situaciones que dificulten notablemente el aprovechamiento de los recursos naturales, tales como impedir la accesibilidad solar a los elementos en los que este recurso es altamente necesario. La utilización de estos recursos naturales para reducir la demanda energética, supliendo los requerimientos energéticos de los edificios en calefacción, refrigeración e iluminación, reduce sustancialmente el consumo de energía convencional y, por tanto, las emisiones de CO2 y otros agentes de polución a la atmósfera. Por tanto, se debería buscar: - Favorecer la utilización de los recursos naturales renovables para el acondicionamiento de los edificios, mediante el uso de técnicas naturales de 10 acondicionamiento (considerando los componentes, las técnicas constructivas y el emplazamiento) y reduciendo la demanda energética del edificio. Los recursos naturales (radiación solar, viento, subsuelo, etc.) pueden utilizarse como fuentes o como sumideros de calor dependiendo de la aplicación que se desee utilizar: calefacción o refrigeración. - Integrar arquitectónicamente los sistemas de energías renovables para climatización (calefacción y refrigeración) y generación de electricidad, como otro componente más del edificio. En caso de necesitar aportes energéticos de fuentes no renovables, buscar que estos sean lo más eficientes y modulares posible. - Favorecer los sistemas de infraestructuras urbanas de calefacción y refrigeración eficientes adaptadas al desarrollo de cogeneración de alta eficiencia y a la utilización de calor y frío procedente de fuentes de energía renovables y de calor residual. De esta forma, las acciones a desarrollar son muy numerosas y plantean un trabajo multidisciplinar, dado que requiere de una aproximación conjunta en diferentes sectores, como son el de la energía (eficiencia energética y tecnologías renovables), la construcción, las tecnologías de la información y la comunicación, el transporte, la gestión del agua y de los residuos, los económicos y financieros, y del ámbito legal y normativo entre otros. Dada la necesidad de implicar a un número elevado de diferentes sectores en el proceso de rehabilitación energética, abarcando desde el edificio a la ciudad, no cabe duda sobre la oportunidad que supone una publicación como la presente sobre “Eficiencia Energética y Energías Renovables en la Rehabilitación de Edificios”, desarrollada por autores con amplia experiencia en estos sectores, y que, además, puede servir como herramienta de consulta para los profesionales implicados. Madrid, enero de 2012 11 1 XAVIER ELIAS CASTELLS Director de la Bolsa de Subproductos de Cataluña 1. INTRODUCCIÓN DE LA PETRÓPOLIS A LA ECÓPOLIS Mucho se ha escrito y debatido sobre el concepto de ciudad edificada gracias a la energía que mana de los combustibles fósiles y, en especial del petróleo, de donde deriva la expresión Petrópolis. En la UE el sector doméstico consume un 31% de la energía total, y en España un 26%. Al final, teniendo en cuenta tanto los costes energéticos directos (uso de las viviendas) como indirectos (fabricación de los materiales, transporte, construcción, demolición, etc.), se estima que la industria de la construcción consume el 40% de la energía total. Hasta fechas muy recientes, todos estos datos no se tenían en cuenta durante la fase de diseño de la vivienda. Actualmente, con una visión global, los conceptos como huella de carbono, emisiones en los edificios, certificaciones energéticas, etc., se esta conformando una nueva concepción del proceso de diseño y construcción de un edificio. Nuestras ciudades están llenas de edificios que han sido construidos gracias a la aportación de la energía ya se trate de hormigones, cerámicas, vidrios, plásticos o metales. Estos materiales componen el 99%, en términos de peso, de un edificio de viviendas convencionales y cada uno de los materiales contiene una mayor o menor cantidad de energía, la llamada energía embebida o energía precisa para su fabricación. A las distintas clasificaciones que se hace de los materiales para la construcción, debe añadirse la de los materiales reciclados o no y los que además pueden serlo de una forma sostenible. Materiales como el poliestireno expandido o extruido, poliuretano, lana mineral, o el doble acristalamiento, con marcos metálicos con RPT, PVC o de madera, 12 utilizados en un edificio nuevo o en la rehabilitación permiten un buen aislamiento con un gran ahorro energético. El cada vez más usado composite, o material compuesto, es el resultado de la asociación de uno o varios materiales reforzantes (generalmente en forma de fibra) y un ligante o matriz. Las propiedades mecánicas o térmicas del conjunto exceden en mucho a cada uno de los elementos simples que lo conforman. De ahí que estos materiales sean cada día más utilizados y su número se incremente día a día en función de requerimientos específicos. Su parte negativa surge a la hora del reciclaje, debido a que es difícil separar y recuperar los diversos componentes o bien desarrollar nuevas tecnologías que permitan reciclarlos en conjunto. En términos cuantitativos, el uso de materiales para la construcción es importante. Por ejemplo, el consumo per capita de áridos para la construcción en España, casi 11 t por habitante y año, supera ampliamente a la media europea, de 7 t por habitante y año. Cada persona consume, en su vida, cerca de 850 t de áridos, más de 10.000 veces su peso. La reflexión de cara a un futuro que debería extraerse de este dato debería ser ¿Es preciso usar árido “virgen” para confeccionar un hormigón, sabiendo que la minería es, en términos absolutos, la industria que genera mas residuos del país? Meditar solo en los materiales usados en la edificación proporcionaría una fotografía estática de la ciudad o de la vivienda, sin embargo el consumo masivo de energía que se usa en el funcionamiento de la actividad ciudadana como la electricidad, la calefacción o el aire acondicionado y, sobre todo, el transporte, constituye una dinámica que, desde el punto de vista del consumo de energía sobrepasa, en mucho, a la energía consumida en fabricar los materiales de construcción. Todo ello es lo que viene a denominarse Petrópolis, es decir, la ciudad que no puede construirse ni mantenerse sin la presencia continua del petróleo y, por extensión, de los combustibles fósiles. La vivienda tiene un consumo térmico en calefacción y agua caliente, que acapara el 66% del total, siguiéndole el eléctrico con un tercio. La energía consumida en un hogar medio es de 1,2 tep que equivale al consumo de un vehículo que consuma 7 litros de gasóleo cada 100 km y recorra casi 20.000 km/año. España, en comparación con Europa (UE-15), tiene un menor consumo en calefacción, debido a la benignidad del clima, y también un menor consumo de electricidad. La climatología en España es particularmente ventajosa en comparación a la mayoría de países de la UE, sobretodo respecto a la calefacción, aunque está resultando negativa debido al uso del aire acondicionado. Las instalaciones de ventilación, calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria han mejorando mucho en estos últimos años en eficiencia, emisión de contaminantes, ruido, espacio ocupado, etc., existiendo muchas soluciones posibles. Sin embargo, los estudios aseguran que en pocas décadas España alcanzará a los países de la UE-15 en consumo energético específico, lo cual no es una buena noticia. En el polo opuesto a la Petrópolis aparece la Ecópolis, hoy en día un conjunto de buenas intenciones sobre el que es preciso poner el rumbo. En resumen, se trataría de una ciudad donde el consumo energético de los edificios fuese casi nulo, el transporte muy eficiente desde el punto de vista energético y logístico y la electricidad fuese generada, en parte en los propios edificios y, otra parte, en las cercanías a partir, claro está, de energías renovables. Todo ello traería como común consecuencia un sinfín de ventajas como la disminución de la contaminación de todo tipo y la drástica reducción de enfermedades. Desde luego el reto de la Ecópolis es enorme y parte de un parámetro que difícilmente pueda realizarse sin el concurso de un urbanismo racional. La movilidad radica, en gran parte, en el urbanismo y muchos de los parámetros de la edificación (insolación o ventilación) también. La edificación produce un gran impacto medioambiental: sobre la biodiversidad, la destrucción de la capa de ozono, la degradación, el agotamiento de los recursos naturales, etc. Se requiere de un cambio de modelo y diseño. De momento, se debe acometer una profunda acción de rehabilitación de las actuales viviendas desde un punto de vista energético. Las ciudades modernas son entornos singulares en los que se integra una compleja amalgama de infraestructuras y servicios estrechamente interconectados entre sí. La mayor parte de estos sistemas se gestiona en la actualidad haciendo uso intensivo de las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) y ello supone notables ahorros en costes de operación y mejores niveles de eficiencia energética. Hoy en día estos conceptos se sintetizan en lo que viene a denominarse las “Smart City” o ciudades inteligentes. Ello aspira a ser un primer paso hacia de Ecópolis. En la práctica, y a un nivel más popular, una “Smart City” es una ciudad comprometida con su entorno, con elementos arquitectónicos 13 de vanguardia, y donde las infraestructuras están dotadas de las soluciones tecnológicas más avanzadas para facilitar la interacción del ciudadano con los elementos urbanos, haciendo su vida más fácil. El entorno hace referencia tanto a los aspectos medioambientales, como a los elementos culturales e históricos. Un planteamiento como el descrito exige a aquellas ciudades que aspiren a ser consideradas como “inteligentes” a renovar y mejorar constantemente las soluciones tecnológicas aplicadas, con el fin de mejorar la eficiencia de sus procesos y la calidad de vida en su entorno. Existen innumerables iniciativas de “Smart Cities” por todo el mundo, y múltiples aproximaciones al mismo concepto según su enfoque principal sea: la eficiencia y gestión de la energía, los entornos de negocio y la economía del conocimiento, el transporte y movilidad urbana, el medioambiente, el urbanismo, etc. El urbanismo es el primer paso a la concepción y ordenación de la edificación. Constituye el punto de partida para acometer la sostenibilidad y el diseño bioclimático. La casa bioclimática utiliza y potencia los elementos arquitectónicos de siempre para incrementar el rendimiento energético y conseguir el confort de forma natural. Una construcción bioclimática reduce la energía consumida y, por tanto, colabora de forma importante en la reducción de los problemas ecológicos. Las energías renovables permiten la producción de agua caliente, calor para calefacción y sistemas de refrigeración, y en su caso electricidad, que pueden potenciar la arquitectura bioclimática. Las emisiones anuales medias de un español son de 9,47 t CO2 por persona y año, de las que un 15% corresponden a la vivienda: 1,42 t CO2eq/año. Para acercarnos al umbral de la sostenibilidad cada español (y ciudadano del primer mundo) debería reducir sus emisiones por un factor de 5,6. La media española del consumo del agua de boca es de 165 litros por persona y día. Una fácil multiplicación demuestra que hay un trasiego de más de 60 toneladas de agua al año por persona, lo cual es obvio que precisa de una infraestructura 14 importante. No hay ningún otro bien o servicio que suponga un desplazamiento de masa tan enorme. La vivienda bioclimática optimiza al máximo los consumos pudiendo reducir la cifra a valores teóricos inferiores a 80 litros por persona y día. Frente a todos estos despilfarros se debe recurrir a una estrategia para minimizar el impacto ambiental: minimizar de manera equilibrada el consumo de energía, la producción de residuos y la contaminación, y la utilización de materiales reciclados. Cuando se piensa en los aspectos energéticos relacionados con la edificación, suele hablarse de los sistemas de generación de energía (calor, frío o electricidad) pero poco se habla de los causantes directos de estas fugas de calor. Un material aislante es aquel que ofrece una gran resistencia al flujo calorífico a su través, generalmente es sólido, y habitualmente a su baja conductividad térmica se le une la existencia de una gran porosidad, normalmente cerrada, que impide la conductividad y la convección del aire confinado. En general, a mayor densidad mayor conductividad. Los metales, debido a sus electrones libres, son buenos conductores eléctricos y también del calor, mientras que los materiales cerámicos suelen ser aislantes, parámetro que aumenta al disminuir su densidad. En cuanto a la renovación de los vidrios y marcos en la rehabilitación, se trata de una de las acciones más eficaces para la mejora de la eficiencia energética del edificio, con un aumento del confort térmico de la vivienda. Los diseñadores especializados en los cerramientos de los edificios deberían conocer a fondo las implicaciones energéticas de la elección de los materiales elegidos. Lamentablemente, es preciso recordar que durante la explosión de la construcción, entre 1996 y 2007, el criterio que ha primado fue el de terminar el edificio cuanto antes mejor, no existiendo la preocupación al respecto de las implicaciones energéticas que supone usar un material u otro, ya que la energía que va a consumir la vivienda “no es asunto” del constructor. Con la vivienda terminada las posibilidades de actuación son mínimas. En este sentido la termografía ha sido una valiosa herramienta que ha acudido en ayuda del ahorro de energía. El Código Técnico de la Edificación (CTE), el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y la Certificación Energética de la Vivienda constituyen la normativa más importante de la reglamentación española que afecta a la edificación. Una comparación de la reglamentación española con la de Francia, Italia y Portugal refleja que los requerimientos de aislamiento de distintos elementos (muros, suelos, cubiertas y acristalamientos) son menores en España. En el caso de la rehabilitación, los aspectos energéticos toman otra dimensión. En los años en que se construyó gran parte del parque de viviendas existente, no había muchas posibilidades de elección en relación a los materiales de construcción, máxime en un país de clima benigno como España. No siendo hasta la década de 1970 cuando, a raíz de la primera crisis petrolera, se comienza a tener en cuenta, al menos en muchos países europeos, la importancia de los materiales de construcción en el diseño. Es de esperar que con la doble crisis de la construcción y la futura energética se tome en serio la necesidad de construir pensando en la energía y poder llegar a vivir en la Ecópolis. Barcelona, enero de 2012 15 2 SISTEMAS DE GENERACIÓN TÉRMICA A lo largo del presente capítulo se analizarán las principales tecnologías de generación térmica que permiten la satisfacción de la demanda de calor y/o frío en los edificios de una manera eficiente y sostenible. Las tecnologías que a continuación se describen están relacionadas con el aprovechamiento de la energía solar térmica, de la biomasa, de la energía geotérmica y con otro tipo de aplicaciones como son la microcogeneración o las máquinas de absorción. 2.1 María del Carmen Rodríguez Hidalgo, Mathieu Legrand, Rubén Ventas Garzón y José I. Nogueira Goriba Con la coordinación de: Pedro A. Rodríguez Aumente y Antonio Lecuona Neumann Grupo de Investigación ITEA, Departamento de Ingeniería Térmica y de Fluidos, Universidad Carlos III de Madrid Actualmente en la E. T. S. I. Navales, Universidad Politécnica de Madrid 2.1. LA ENERGÍA SOLAR TÉRMICA El presente apartado introduce a la energía solar térmica en su aplicación a la edificación, incluyendo las posibilidades de su incorporación durante la rehabilitación de edificios para convertirlos en solarmente activos. En cuanto a la potencia instalada mundial de energía solar térmica, ésta ascendió en 2007 a 147 GW, superando la de la energía eólica, con 94 GW. En particular, nuestro país logró alcanzar la cifra de 0,849 GW. 18 En un día sin nubes se recibe al mediodía solar entre 0,8 y 1 kW/m2 sobre una superficie orientada al Sol. La integración de la radiación desde la salida del sol (orto) hasta el ocaso se traduce en valores medios anuales de entre unos 3,8 y más de 5 kWh/ m2/día sobre el suelo español. Esto bastaría para climatizar una superficie igual habitada, pero no toda esa energía es íntegramente captable ni convertible en energía útil para el usuario. Tampoco todos los edificios disponen de tanta superficie expuesta al Sol, especialmente en un entorno urbano. Sin embargo, limitando el objetivo a la preparación de agua caliente sanitaria (ACS) suele haber suficiente área disponible en nuestras latitudes y si no se cubre la totalidad de la demanda con captadores solares suele ser por otros motivos. 2.1.1. Aplicaciones térmicas de la energía solar en edificios Por energía solar térmica se entiende la captación de la radiación solar para su transporte al interior del edificio y aprovechamiento en forma de energía térmica para satisfacer la “carga” térmica y/o la “demanda” de los usuarios. Adicionalmente, la energía solar fotovoltaica, puede emplearse para dispositivos de acondicionamiento térmico como se detalla más abajo. En ambos casos, el objetivo es disponer de aporte de calor o evacuación de calor del edificio cuando sea necesario. Para ello, se necesita producir un flujo de fluido caloportador (generalmente, con base agua), a temperatura diferente a la del recinto, que permita la recogida, transporte y distribución del calor en la dirección apropiada. Entre sus destacar: principales aplicaciones, cabe - Cocina solar: Poco usada en nuestras latitudes por el pequeño consumo que supone y los inconvenientes que acarrea. Es de gran interés para países en vías de desarrollo, donde el acceso a la energía sea difícil y que dispongan de una importante irradiación solar a lo largo de todo el año. - Bomba de calor fotovoltaica: Con una bomba de calor es posible aportar calor al edificio (calefacción y ACS) o evacuarlo (refrigeración y acondicionamiento de aire) invirtiendo su funcionamiento. Puede ser movida por electricidad obtenida del Sol, con el respaldo de la red eléctrica y haciendo uso de ciclo de compresión mecánica del vapor de un refrigerante, generalmente orgánico y sintético (HFC y FC). La bomba de calor fotovoltaica, actualmente apenas es usada por el elevado coste de los paneles fotovoltaicos y porque resulta más rentable inyectar la electricidad producida a la red, si existen primas por ello. El efecto de bombeo de calor puede ser ayudado en invierno calentando directamente con el Sol el evaporador de la bomba de calor, en lo que se ha dado en llamar “paneles termodinámicos”. - Preparación térmica de ACS: Es la instalación más frecuente por la facilidad de ejecución y uso. Actualmente es obligatoria en España por aplicación del Código Técnico de la Edificación (CTE) en viviendas nuevas y grandes rehabilitaciones. - Calefacción: Es una aplicación posible e interesante, pero necesita grandes superficies de captación en muchas localizaciones. Requiere que se disponga de un sistema de calefacción que emplee agua caliente a baja temperatura (40 – 50 ºC), por ejemplo suelo radiante, y ha de preverse el uso del excedente de calor captado en verano. - Aire acondicionado solar: Se emplean máquinas de absorción o de adsorción, similares a las bombas de calor eléctricas, salvo que, para su accionamiento, consumen calor a temperatura a partir de los 70 ºC en lugar de electricidad y generalmente emplean en su interior vapores de fluidos refrigerantes naturales, como agua o amoniaco. Donde existe una instalación de calefacción solar para invierno, resultan especialmente útiles, al consumir el excedente de calor captado en verano, pudiéndose combinar también con ACS solar. Adicionalmente a las aplicaciones usuales, actualmente se investiga el uso de materiales de cambio de fase (Phase Change Materials o PCM) para almacenamientos breves, en lugar de agua. Por otra parte, la combinación de la energía 19 solar térmica con el almacenamiento estacional geotérmico a pequeña profundidad está siendo explorado y analizado, ya que resulta especialmente interesante almacenar el calor captado del Sol para recuperarlo del subsuelo somero en invierno y ser bombeado al interior de la vivienda para calefactarla. Otra aplicación antigua, que combina ventilación, calefacción y acondicionamiento de aire son las torres solares y/o eólicas. 2.1.1.1. ¿Qué cabe esperar de una instalación solar térmica para viviendas unifamiliares, edificios de viviendas o del sector servicios? Depende en gran medida de la superficie disponible para los captadores solares, de las restricciones para su instalación y de la estética del edificio. Los estudios económicos generalmente proporcionan tiempos de recuperación de la inversión largos, de 10 a 20 años, si se considera el ahorro de electricidad o de combustibles fósiles a precios corrientes. Actualmente el balance es algo más favorable dado que se subvenciona la inversión, con políticas que suelen incluir facilidades financieras, en el ámbito central, autonómico o local. Cabría esperar una transición hacia políticas más avanzadas, que retribuyan la producción en lugar de la inversión. Ello redundaría en instalaciones mejor configuradas, bien mantenidas y optimizadas. Los intereses estratégicos que llevan a plantear subvenciones se fundamentan en los menores costes externos de las energías renovables frente a los de las fósiles, en reducir el pago en divisas para la importación de petróleo, gas y carbón, en asegurar el suministro energético y reducir la dependencia exterior de la nación, en políticas de protección del medio ambiente y en reducir el impacto medioambiental, con el añadido de una posible mayor creación de empleo local. Dada la variabilidad de la radiación solar, generalmente es necesario acumular temporalmente para poder consumir cuando el Sol no brilla. Esta acumulación generalmente no supera las 24 h, 20 por lo que es necesario un respaldo de producción convencional, sea eléctrico o con combustibles, en previsión de una sucesión de días nublados. En cuanto al grado de cobertura de la demanda, se entiende como tal la fracción de la energía consumida (carga o demanda) que es aportada por el Sol, en nuestro caso, o “fracción solar”. Dada la variabilidad de la radiación solar y de la demanda de energía, la cobertura puede ser muy baja en invierno y sin embargo superar el 100% en verano (excedentes no aprovechables y que pueden significar gastos adicionales). Los estudios técnicos y económicos suelen indicar que una cobertura anual del 100% no es idónea, salvo necesidad de que así sea, por ejemplo, en edificios remotos y aislados. De hecho, con pequeñas coberturas anuales, más económica resulta la instalación y mejor se usa la producción solar. Sin embargo, el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece mínimos para nueva construcción y grandes rehabilitaciones de edificios de uso residencial. Así, cuanto mayor es la cobertura solar menor es el consumo de energías fósiles o simplemente menor es la dependencia del edificio del suministro exterior. Ello redunda en una mejor calificación energética del edificio, dependiendo de los tomadores de decisiones la valoración económica y de responsabilidad ambiental que conlleve una elevada calificación energética y ambiental. 2.1.1.2. INTEGRACIÓN DE LAS INSTALACIONES SOLARES JUNTO CON LAS CONVENCIONALES - Agua Caliente Sanitaria: La integración suele resultar simple. En el mercado existen sistemas que combinan aporte solar, aporte de caldera y aporte eléctrico de emergencia, controladores y elementos diversos. - Calefacción: Si la rehabilitación permite el uso de agua a temperatura moderada, la integración puede resultar simple, especialmente si ya se dispone de suelo radiante. No es así si los radiadores resultan exiguos de área y las tuberías de sección escasa y/o están deterioradas por el tiempo. - Calefacción solar directamente por aire: En algunas rehabilitaciones pudiera resultar de interés, haciendo uso de colectores de aire integrados en fachada o azotea. Su gran ventaja es la ausencia de fugas de líquido, la simplicidad y el muy bajo mantenimiento. Destacan como desventajas la dificultad del almacenamiento del calor, no poder producir frío en verano y el tener que concebirlas desde el comienzo del diseño arquitectónico en una rehabilitación que lo permita. El aislamiento acústico es un asunto a tratar especialmente. - Acondicionamiento de aire: No existe gran despliegue en la actualidad. Sin embargo, las experiencias resultan prometedoras si se procede a un estudio previo detallado que permita optimizar el sistema. Las máquinas de absorción evacuan al medio ambiente: primero, el calor tomado del edificio para mantener su frescor (carga térmica); y segundo, el calor solar empleado para operar la máquina, en forma de agua caliente, que es un 150% más, aproximadamente. Esta gran cantidad de calor (2,5 veces el frío generado) presenta dificultades de evacuación (generalmente se recurre a una torre de refrigeración). Este posible inconveniente desaparece si se dispone de un sumidero de calor útil, como calentar el agua de una piscina o restaurar la temperatura del subsuelo para tomar calor de él en invierno, en una instalación de energía geotérmica somera de almacenamiento estacional. El precio de las máquinas de absorción resulta actualmente elevado para potencias inferiores a 100 kW a causa de un mercado exiguo. - Acondicionamiento de piscinas: Subir la temperatura del agua es un beneficio en muchos lugares, permitiéndose así prolongar la temporada de baño, aumentar el confort e incluso dotar a la misma de propiedades terapéuticas. Para ello se emplean captadores especiales de bajo coste sin cubierta y/o el calor residual proveniente de una máquina de absorción o de adsorción, o de una bomba de calor eléctrica. - Energía solar pasiva: Dado el coste de inversión de la energía solar térmica, resulta de importancia lograr reducir la carga térmica del edificio, por mejora del aislamiento, reducción de las cargas internas y de las infiltraciones, aprovechamiento de la inercia térmica y de la evapo-transpiración. Una visión integradora con conceptos de arquitectura bioclimática puede contribuir, a través de la mayor eficiencia energética resultante, a reducciones importantes del área de captadores solares necesarios y de los costes asociados. En este aspecto cabe destacar que la introducción de luz solar en el edificio, sea indeseada o intencionalmente para iluminación, aumenta la carga térmica en verano y la disminuye en invierno. Este efecto negativo en verano puede reducirse con el uso de filtros ópticos que limiten el espectro y de deflectores de los rayos solares en verano (parasoles). 2.1.2. Normativa aplicable Tanto los componentes que conforman las instalaciones solares como las propias instalaciones en sí, se encuentran sujetos a ensayos normativos que garantizan su perfecto funcionamiento y sirven para que el usuario final pueda comparar las prestaciones de los diferentes productos disponibles en el mercado de forma clara y homogénea. En el caso de España se encuentran sujetos a diferentes normas UNE, transposición de las normas europeas correspondientes (EN): los captadores solares UNE-EN 12975, el acumulador térmico UNE-EN 12977-3. Los sistemas prefabricados, por ejemplo los sistemas integrados, se certifican con la norma UNE-EN 12976. Sin embargo las instalaciones mayores, al tratarse de sistemas diseñados específicamente en base a componentes, deben ensayarse según la norma UNE-ENV 12977-1 y UNE-ENV 12977-2; típicamente este ensayo se limita a la comprobación in situ del funcionamiento de la instalación y una simulación a largo plazo de las prestaciones de la misma con un programa reconocido por la normativa, basado en el software TRNSYS o equivalente, siempre que los componentes principales empleados en la instalación hayan sido ensayados previamente de manera individualizada de acuerdo a la normativa indicada anteriormente. 21 Una de las apuestas europeas en estos últimos años ha sido y es la disminución del consumo energético de los países miembros. Para ello se han desarrollado directivas europeas como la 2002/91/ EC (Energy Performance of Buildings o EPBD), que en España supuso el desarrollo y posterior aprobación del CTE en 2006. En el CTE, por primera vez, el uso de la energía solar en la edificación se convirtió en obligatorio para viviendas de nueva construcción y rehabilitaciones mayores. En el caso de los edificios de uso residencial donde se utilice ACS, es obligatorio instalar energía solar térmica para proporcionar un porcentaje mínimo de dicha demanda mediante energía solar. Dicho porcentaje vendrá dado por la zona climática y el consumo del edificio. El CTE divide España en cinco grandes zonas sin gran resolución espacial, según la cantidad de radiación solar media anual (irradiación) que se estima incide sobre cada una de ellas. Aparecen en el CTE dos limitaciones mayores al diseño: durante tres meses consecutivos no se permite proporcionar más del 100% de la demanda estimada según el Código, ni más del 110% en un mes aislado; limitaciónes que afectan típicamente al verano. Por otro lado, la norma UNE 94002 proporciona datos de temperatura de agua de red para cada provincia, información que resulta imprescindible para el dimensionado de cualquier instalación de ACS. Además, el diseñador cuenta con documentos técnicos de instalaciones en la edificación como el DTIE 1.01 para el dimensionado de ACS convencional, y el DTIE 8.03 donde se dan pautas para el diseño de instalaciones solares de ACS. Siguiendo la Directiva Europea 2009/28/CE se ha publicado el nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 en el que se prevé un aumento del uso de las energías renovables y en particular de la energía solar térmica. Para ello se plantea la extensión de esta tecnología no sólo al sector residencial sino también al industrial. Se pretende remunerar la energía producida e incentivar el desarrollo de las Empresas de Servicios Energéticos, 22 como mecanismo para gestionar las primas a la producción. A dichas empresas corresponderían la oferta de diversos servicios, desde auditoría energética hasta explotación, operación y mantenimiento en un edificio determinado. 2.1.3. Componentes principales de una instalación solar térmica Toda instalación solar térmica consta de unos elementos básicos: un campo de captadores solares que colecte la irradiancia solar total G (potencia incidente por unidad de superficie), un fluido caloportador que permita llevar el calor desde los captadores directamente a los puntos de consumo o a un equipo intermedio (intercambiadores de calor o acumulador, si la instalación lo precisa) y un conjunto de tuberías que, por medio de bombeo, permitan la circulación de los fluidos caloportadores por todos los equipos necesarios. El esquema básico de una instalación se muestra en la Figura 2.1.1. Para evitar hacer circular el fluido de almacenamiento por los captadores, se separa la instalación en dos circuitos independientes, utilizando para ello un intercambiador de calor. Esta configuración ofrece la ventaja adicional de poder utilizar anticongelante en el fluido que circula por los captadores, protegiendo así la instalación de rotura por congelación. El uso de anticongelantes ha de ser evaluado con cuidado pues su descomposición en caso de altas temperaturas puede dar lugar a sustancias corrosivas que deterioren la instalación. Los distintos circuitos hidráulicos de este tipo de instalaciones suelen organizarse como sigue. El primario, o de captación, incluye el campo de captadores y un lado del intercambiador de calor, junto con las tuberías necesarias para su conexión. El circuito secundario conecta el otro lado del intercambiador de calor con el acumulador térmico. Finalmente, un circuito terciario, o de consumo, conecta el acumulador térmico con los puntos donde se produce la demanda. A veces se utiliza otro intercambiador de calor para separar el agua almacenada del agua de consumo (ACS), con el fin de prevenir riesgos de legionelosis. A este efecto se suelen emplear intercambiadores de tipo serpentín dentro del acumulador o acumuladores de doble carcasa. EQUIPO DE CONTROL OR AD AT AP C INTERCAMBIADOR DE CALOR ACUMULADOR ACS R LA SO ACUMULADOR SOLAR CALDERA AUXILIAR SUELO RADIANTE O GENERADOR MÁQUINA DE ABSORCIÓN ENTRADA DE AGUA DE RED CIRCUITO PRIMARIO O DE CAPTACIÓN CIRCUITO SECUNDARIO O DE ACUMULACIÓN CIRCUITO TERCIARIO O DE DISTRIBUCIÓN Figura 2.1.1. Componentes principales de una instalación solar térmica. 2.1.3.1. Captadores Según el tipo de aplicación deseada, existen varios tipos de captadores solares. Para calentar el agua de piscinas, se pueden usar sencillamente láminas planas de plástico negro resistente a la radiación UV (principalmente poli-etileno/ propileno) por cuyo interior circula el agua. En cambio, para la producción de agua caliente se usan captadores más elaborados en función del rango de temperatura deseada. Para temperaturas intermedias (45-90 ºC), se suelen emplear captadores planos con cubierta de cristal. Este rango de temperatura alcanzable suele ser suficiente, tanto para ACS como para calefacción con suelo radiante (límite inferior), e incluso para activar una máquina de absorción en zonas soleadas. Para calefacción con radiadores o aplicaciones de aire acondicionado con máquinas de absorción, el rango de temperatura necesario es algo más elevado (60-130 ºC) y pudieran llegar a requerir el uso de captadores de alto rendimiento, como los captadores de tubos de vacío. Finalmente, existen captadores de concentración cilindro-parabólicos que permiten aumentar aún más la temperatura (150-600 ºC), pero no destaca ninguna aplicación para energía solar térmica en edificios, salvo en climas muy fríos y con bajos niveles de irradiación solar o la, aún en desarrollo, producción de electricidad termosolar a pequeña escala. Los captadores planos constan de una placa que absorbe la radiación solar. Este absorbedor suele ser de aluminio ennegrecido, o anodizado si se quiere abaratar costes, o de recubrimiento selectivo (alta absortividad en el espectro visible y baja emisividad 23 en el infrarrojo) si se desea un alto rendimiento. En contacto directo con la placa del absorbedor, unos tubos que llevan el fluido caloportador recorren el interior del captador formando un serpentín de conducto único o bien una lira de tubos paralelos, entre dos tubos distribuidores. Una cubierta simple o doble de vidrio solar transparente aísla térmicamente la parte superior del captador, a la vez que impide la salida de radiación infrarroja (efecto invernadero), reduciendo las pérdidas de calor al ambiente y mejorando el rendimiento del captador. La parte inferior y los laterales están también aislados térmicamente con fibra de vidrio. El conjunto se halla contenido dentro de un marco impermeable de aluminio, formando así un captador. Los captadores planos de vacío son estructuralmente similares a los anteriores, pero presentan la diferencia de ser herméticos y de estar rellenos de un gas a baja presión. Ello posibilita reducir las pérdidas de calor por convección dentro de la caja y aumentar la temperatura de trabajo del captador sin verse demasiado perjudicado su rendimiento. Los captadores de tubos de vacío, por su forma cilíndrica, facilitan el sellado de los tubos y aumentan el grado de vacío dentro de los mismos. Con la misma filosofía que en el tipo anterior, el vacío permite reducir las pérdidas al entorno, quedando como las mayores pérdidas las de radiación. Suelen trabajar con temperaturas más elevadas que los captadores planos de vacío (usualmente, del orden de 100ºC o más). Una variante de este tipo de captadores añade un caloducto (“heat-pipe” en inglés) en la parte del absorbedor de radiación, lo que suele extender el tiempo de vida del sellado y tiene la ventaja adicional de que el cambio de fase en el tubo haga que funcione a temperatura casi constante y uniforme. Se denomina rendimiento de un captador solar a la fracción de la energía solar incidente sobre su superficie que el captador es capaz de transferir a un fluido. La información disponible de este parámetro se recoge en la curva de normalización del captador, obtenida experimentalmente bajo normas y que es proporcionada por el fabricante (Figura 2.1.2). Esta curva está elaborada con el captador orientado al Sol (ángulo de incidencia nulo). 1 0,9 0,8 Rendimiento 0,7 0,6 0,5 PISCINAS 0,4 AGUA CALIENTE SANITARIA 0,3 CALEFACCIÓN 0,2 REFRIGERACIÓN 0,1 0 0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 AT/G [K m W] 0,06 0,07 0,08 0,09 CAPTADOR PISCINA CAPTADOR PLANO CAPTADOR TUBO DE VACIO Figura 2.1.2. Curvas de normalización típicas para diferentes tipos de captadores solares térmicos, mostrando el rango usual de aplicación. 24 0,1 El rendimiento resulta ser aproximadamente función lineal de la diferencia de temperatura entre la media del fluido caloportador circulando a través del captador y la del ambiente exterior (ΔT en ºC), dividida por la irradiancia del Sol (G en W/m2): η = a0 – a1ΔT/G. La aplicación y condiciones de uso condicionan la elección de la tecnología de captador, resultando unos más eficientes que otros para según qué valores de ΔT/G. 0,95 8 0,9 7 0,85 6 0,8 a0 5 0,75 4 0,7 a1 3 0,65 2 0,6 1 0,55 0 0,5 0,00 200,00 400,00 600,00 800,00 1000,00 1200,00 1400,00 €/m2 a0 plano a0 Heat-pipe a1 Tubo vacío a0 plano alto rendimiento a1 plano a1 Heat-pipe a0 Tubo vacío a1 plano alto rendimiento Figura 2.1.3. Variación de los parámetros de la curva de normalización de diversos tipos de captadores solares en función de su precio (datos de 2009). La Figura 2.1.3 presenta los coeficientes del rendimiento a0 y a1 en función del precio por metro cuadrado de captador, en el mercado español en 2009. 2.1.3.2. Acumuladores térmicos Los acumuladores térmicos son elementos de almacenamiento de energía en forma térmica, pudiéndose intercambiar calor con ellos o directamente consumir el fluido caliente. Se utilizan debido al desajuste temporal que puede existir entre la energía producida y la demandada. Existen diferentes tipos de acumuladores, cuya elección debe basarse en la instalación solar utilizada, fluido utilizado, temperaturas de trabajo, etc. La primera diferenciación proviene de la forma en la que se produce el almacenamiento de la energía: calor sensible o calor latente. El calor sensible se refiere al calentamiento de un fluido o sólido sin cambio de fase, mientras que el calor latente se refiere a sustancias que cambian de estado, almacenando energía a temperatura constante, siendo estos últimos los denominados PCMs, que se encuentran en una fase de investigación y estudio. Dichos materiales ofrecen la ventaja de tener mayor capacidad de almacenamiento de energía por unidad de volumen 25 de vidrio para evitar perdidas de calor al ambiente. Los tanques de acumulación utilizan la estratificación como una forma eficiente de almacenamiento de calor; es decir, agua más caliente y por ello menos densa en la parte superior del acumulador que en la parte baja, menos caliente y más densa. El agua más caliente se envía para su uso mientras que el agua fría se devuelve a los captadores aumentando así su rendimiento al reducir su temperatura de trabajo, como se representa en la Figura 2.1.1. El acumulador térmico suele formar parte del circuito secundario. que el almacenamiento de calor sensible. Comúnmente, se utiliza agua líquida como fluido de almacenamiento (calor sensible), contenida en un tanque. La elección del agua se debe a varias razones, entre las que destacan su elevada capacidad calorífica por unidad de volumen, el ser una sustancia viable tanto para captadores como para almacenamiento, su bajo coste, su no toxicidad y sus buenas propiedades de transporte del calor. Las desventajas del uso del agua son que es corrosiva con algunos metales, se congela a 0 ºC, expandiéndose al hacerlo, y hierve a 100 ºC a presión ambiente, temperatura que fácilmente puede alcanzarse en una instalación solar. La capacidad del acumulador térmico es uno de los parámetros primordiales en las instalaciones solares térmicas. La cantidad de agua almacenada afecta a la temperatura de operación de los captadores y por lo tanto al rendimiento global de la instalación. Además, un acumulador grande hace aumentar el coste de la instalación considerablemente, siendo éste del mismo orden que el coste de los captadores, como se deduce de las Figuras 2.1.3 y 2.1.4. El tanque de acumulación suele estar fabricado con acero recubierto con pintura epoxi o con superficie vitrificada, para temperaturas menores de 65 ºC. Para mayores temperaturas se suele utilizar acero inoxidable. Normalmente, el exterior se recubre de espuma de poliuretano inyectado o fibra 25 Precio [k€] 20 15 10 5 0 0 1 2 3 4 5 Volumen V [m3] Acero inoxidable con serpentin Acero con recubrimiento de epoxy con serpentin Acero vitrificado con serpentin Acero inoxidable Acero con recubrimiento de epoxy Acero vitrificado Figura 2.1.4. Precio del tanque de acumulación vs. volumen para diferentes configuraciones y materiales (datos de 2009). 26 2.1.3.3. Equipo frigorífico Como se comenta en el apartado 2.1.1, el calor producido por la instalación solar puede ser utilizado indirectamente produciendo frío para acondicionamiento de aire, con máquinas de absorción o adsorción. Las más comunes son las de absorción, cuyos fluidos de trabajo más empleados en la actualidad son una disolución de bromuro de litio en agua o bien una disolución de amoniaco en agua, comercializándose en un rango de potencias de entre 10 y 7.000 kW de frío. En estas máquinas, la eficiencia o COP (Coeficiente de Operación, correspondiente al cociente entre potencia frigorífica producida y potencia calorífica de accionamiento) depende del rango de temperaturas de trabajo. Para el ciclo más sencillo (de simple efecto) se cifra en torno a 0,6-0,75, para temperaturas de accionamiento de 80-110 ºC, produciendo frío a 6-15 ºC en el evaporador y evacuando el calor residual en el condensador y absorbedor a temperatura ambiente, corrientemente a 30-45 ºC. Estos equipos se integran en serie con la caldera de respaldo, que sube la temperatura del flujo proveniente del acumulador térmico hasta la temperatura necesaria para que la máquina de absorción produzca frío caso de insuficiencia solar (Figura 2.1.1). Existen en el mercado equipos que pueden operar como bomba de calor produciendo tanto frío como calor a partir de la energía solar térmica, incluso con capacidad intrínseca de almacenamiento en forma química. Dichos dispositivos realizan ciclos de carga y descarga, por lo que se requiere al menos dos elementos (uno cargándose y otro descargándose) para aumentar la uniformidad en el suministro. Un valor orientativo de su COP como bomba de calor para calefacción es 1,5. 2.1.3.4. Intercambiadores de calor Cuando se opta por separar el fluido de los circuitos primarios, secundario y/o terciario, se suele optar por “intercambiadores de placas” fabricados en acero inoxidable. Este intercambiador consiste en un conjunto de placas delgadas corrugadas y apiladas unas sobre las otras, formando canales entre cada dos. Estos intercambiadores son muy compactos y permiten transferir una potencia térmica por unidad de volumen mayor que otros tipos de intercambiadores. Su dimensionamiento viene regulado por el CTE HE4 apartado 3.3.4. 2.1.3.5. Disipador de calor excedentario En las instalaciones solares térmicas es a menudo necesario disponer de equipos de disipación de calor para evitar sobrecalentamiento de la instalación que puedan producir daños en ella (CTE HE4, apartado 3.2.2.3.1). El sobrecalentamiento aparece en los captadores solares y se puede producir por una baja demanda de calor o por incompetencia de las bombas, especialmente del circuito primario, por ejemplo, ante un fallo o corte eléctrico. Los disipadores pueden ser activos o pasivos. Los activos disponen de ventiladores que hacen pasar una corriente de aire a través de unos tubos aleteados por cuyo interior circula el agua de los captadores y disipan el calor excedente cuando hay conexión eléctrica. Los pasivos funcionan sin uso de equipos eléctricos, basándose en la circulación natural por diferencia de densidad. Este tipo de disipadores se coloca en la parte más alta de los captadores, permitiendo circular el fluido mediante el accionamiento de una válvula controlada por la temperatura del fluido que sale de los captadores. 2.1.3.6. Sistemas de vaciado y llenado Debe existir al menos una válvula de llenado manual en cada uno de los circuitos cerrados y un purgador para la salida de aire. En el caso del circuito de captación (primario), se debe añadir también una bomba manual de dosificación o grupo de presión para presurizar el circuito. Por otro lado, deben existir válvulas ubicadas en los puntos más bajos de la instalación para garantizar su vaciado completo. El vaciado por gravedad evita la necesidad de instalar otros elementos. También existen sistemas automáticos de llenado 27 y vaciado dinámico, diseñados para proteger las instalaciones solares frente a sobrepresión causada por un sobrecalentamiento y frente a la congelación. Con ellos es posible evitar el posiblemente costoso y contaminador aditivo anticongelante. Adicionalmente, permiten mantener la presión del circuito de captación constante, evitar golpes de ariete, y que la temperatura de trabajo esté dentro del rango de funcionamiento recomendado (CTE HE4, apartado 3.4.9). Tales sistemas automáticos deben incluir un dispositivo adicional que permita purgar el aire del circuito si éste se llena y vacía a menudo. 2.1.3.8. Vasos de expansión y válvulas de sobrepresión El vaso de expansión es un elemento esencial de cualquier instalación hidráulica. Tiene que ser capaz de absorber variaciones de volumen del fluido de trabajo debido a su dilatación o contracción entre la temperatura de llenado de la instalación y la temperatura de trabajo. Con el fin de limitar la presión del circuito, se suele añadir una válvula de sobrepresión. 2.1.3.9. Tuberías: materiales y acondicionamiento 2.1.3.7. El fluido caloportador En una instalación solar se pueden usar distintos fluidos caloportadores, uno para el circuito de captación (primario), otro para el de almacenamiento (secundario) y otro para el de distribución (terciario), siendo éste último agua potable en caso de ser una instalación de ACS. En todos ellos se suele emplear agua que tiene que cumplir una salinidad y un pH, determinado por el CTE HE4, apartado 3.2.2.1, y suelen añadirse aditivos para evitar la corrosión. En el circuito primario, si la temperatura exterior es menor que 0 ºC, es necesario añadir anticongelante al agua en cantidades y características definidas por el CTE HE4, apartado 3.2.2.2. Entre los más utilizados están los basados en etilenglicol (muy tóxico, dosis letal ~ 100 g) y propilenglicol (no tóxico a concentraciones menores que el 5%). La adición de anticongelante ha de tenerse en cuenta a la hora de diseñar la instalación, ya que la mezcla es más viscosa y su calor específico menor: hay que mover más fluido para obtener la misma potencia térmica, y cuesta más trabajo de bombeo. La mezcla agua-anticongelante también tiene un mayor coeficiente de expansión, y por lo tanto, se requieren vasos de expansión mayores. Al poder ser tóxico el anticongelante, debe impedirse su mezclado con agua de consumo. Se ha de prestar cierto cuidado al envejecimiento, contaminación biológica y sobrecalentamiento de fluido con anticongelante, ya que su descomposición puede dar lugar a ácidos orgánicos eventualmente corrosivos para la instalación. 28 Las tuberías empleadas en el circuito de captación tienen que evitar la degradación del anticongelante y ser resistentes a la corrosión. El cobre y el acero inoxidable suelen ser materiales apropiados para tal propósito. El cobre presenta la ventaja de ser actualmente menos costoso, más dúctil y es fácil de soldar. Para la distribución, se suele utilizar cobre o materiales plásticos. En cualquier caso, es importante aislar térmicamente todas las tuberías y acortar los recorridos para minimizar perdidas de calor al ambiente. Por este motivo es deseable que todas las tuberías estén bajo techo. La sección de las tuberías se ha de elegir teniendo en cuenta su influencia sobre la pérdida de carga de los circuitos y el coste de consumo eléctrico en bombas asociado a ella. 2.1.3.10. Bombas En el circuito de captación una bomba tiene que hacer circular el fluido caloportador a través de los captadores. Suele estar presurizado entre 4 y 6 bar para evitar su ebullición y prevenir la cavitación. El caudal a circular por los captadores suele ser indicado por el fabricante, que fija un intervalo de valores y un caudal nominal recomendados. Las pérdidas de carga en los captadores no suelen ser excesivas (típicamente inferior a 5 metros de columna de agua). Generalmente, una bomba de circulación centrífuga de rotor inundado, similar a las de calefacción, suele ser apropiada. Para prevenir la cavitación en bombas, éstas se sitúan preferentemente en la parte más baja del circuito. Con la misma idea, las válvulas de regulación de caudal se han de colocar corriente abajo de la bomba de circulación. En instalaciones mayores, la perdida de carga del circuito suele ser mayor, al requerir una mayor longitud de tuberías. Ello hace que el consumo eléctrico de las bombas no sea despreciable en la operación de la instalación. La norma ENV-12977-2 limita la potencia de bombeo del circuito primario al 1 o 2% de la mayor potencia térmica que pueden suministrar los captadores solares. Por ello es conveniente elegir las bombas cuidadosamente, ya que minimizar el consumo de bombeo es importante. Existen también bombas con varias velocidades de funcionamiento, lo que permite cierta flexibilidad en el caudal y consumo de bombeo. Aún más, una bomba de circulación con variador de frecuencia electrónico para regular la velocidad del rotor puede llegar a disminuir en un 50% el consumo de dichas bombas. En cualquier caso, variar la velocidad de la bomba ofrece la posibilidad de regular el caudal que atraviesa los captadores para obtener una temperatura de trabajo determinada en ellos. Eso puede ayudar a mejorar su rendimiento y evitar problemas de sobrecalentamiento. 2.1.3.11. Equipos compactos En instalaciones de ACS unifamiliares, puede ser conveniente usar equipos compactos individuales que integran captador y acumulador en un único conjunto. En ellos la circulación del agua se produce por efecto termosifón y carecen de anticongelante, por lo que se emplean en regiones de clima moderado. Si bien se pueden usar en viviendas de uso ocasional en determinadas circunstancias, su degradación puede ser muy rápida ya que buena parte del tiempo pueden estar a la elevada temperatura de estancamiento (con caudal nulo). 2.1.3.12. Equipo de respaldo Para poder cubrir la demanda es necesario incluir un equipo auxiliar que proporcione la energía que no sea capaz de generar el sistema solar, CTE HE4, apartado 3.3.6. Este equipo suele ser una caldera, preferentemente de gas natural o de biomasa. En instalaciones de ACS suele situarse a la salida del acumulador térmico, subiendo la temperatura del agua que se suministra a la vivienda hasta la temperatura adecuada de suministro; en España dicha temperatura es de 60 ºC en el punto de consumo (UNE 94002). En instalaciones para edificios multi-vivienda o edificios del sector terciario, la conexión del equipo de apoyo y la instalación solar suele ser más compleja. Las variantes más comunes se resumen a continuación: - Sistema de acumulación centralizado y apoyo individual: El acumulador es común para todas las viviendas pero cada vivienda dispone de una caldera de respaldo. - Sistema de acumulación y apoyo individual: Cada vivienda dispone de su propio acumulador y caldera de respaldo. - Sistema con acumulación solar centralizada, intercambiador y respaldo individual: Existe un intercambiador de calor y equipo de respaldo en cada vivienda. - Sistema con acumulación y respaldo centralizado: Se utiliza un acumulador y un equipo de respaldo común para todas las viviendas. 2.1.3.13. Sistema de control de la instalación Este sistema está compuesto por los elementos necesarios para lograr el correcto funcionamiento de la instalación solar. Normalmente este control hace que las bombas se pongan en marcha, se desconecten o funcionen a un régimen de giro 29 adecuado que controle las temperaturas medidas en la salida de los captadores y del acumulador térmico. Los elementos utilizados son termostatos, reguladores proporcionales, sensores de medida de temperatura (termopares y termo-resistencias), foto-detectores de la radiación solar (piranómetros) y un reloj (Figura 2.1.1). 2.1.4. Consideraciones acerca del dimensionado de los componentes principales Antes que bosquejar una metodología de diseño de instalaciones solares térmicas, se pretende en este apartado aportar información general que conviene conocer a la hora de abordar la incorporación de la tecnología solar térmica a un edificio. Se indica la información que es necesario recabar para un diseño detallado y específico. 2.1.4.1. Dimensionado del campo solar El carácter variable de la radiación solar, tanto diario como anual, impone condiciones al diseño de las instalaciones solares térmicas. No sólo la presencia de nubes y otros elementos difusores y absorbentes de la luz en la atmósfera contribuyen a ello, sino que la posición del Sol respecto de la superficie de captación experimenta cambios muy significativos, que es necesario conocer para aprovecharlos adecuadamente. Dicho aprovecha¬miento eficiente pasa por seleccionar la adecuada orientación de los captadores solares (generalmente fija en aplicaciones térmicas) con respecto a dos ejes: azimut (en el hemisferio norte es sur la orientación óptima) e inclinación. La inclinación óptima depende de la latitud geográfica, y es variable a lo largo del año, ya que depende de la declinación o elevación máxima del Sol respecto del horizonte, lo cual ocurre a las 12 h solares, siendo máxima en el solsticio de verano y mínima en el de invierno. Si no se contempla un ajuste estacional de la inclinación, suele recomendarse que sea igual a la latitud, como se detalla más adelante. En una determinada ubicación geográfica, la información sobre radiación solar generalmente 30 disponible se limita a lo que se denomina irradiación global (MJ/m2 por día) sobre el plano horizontal (irradiación directa+difusa+reflejada). Esta información está disponible en los atlas de irradiación, con diferentes grados de detalle según la zona considerada en el estudio. En algunos documentos y publicaciones se proporciona información segregada de las contribuciones directa y difusa. A partir de dicha información se puede obtener, empleando un modelo de cielo, la irradiación (MJ/ m2) en el periodo de tiempo que discurre entre el orto y el ocaso. De ella se deriva directamente la irradiancia media diaria (W/m2) disponible sobre un captador, con un azimut e inclinación determinados (Figura 2.1.5). Su valor depende de ambos ángulos. Como se aprecia en la Figura 2.1.2., el rendimiento del captador se expresa en función de ΔT/G. Como ambos parámetros son muy variables a lo largo del día y del año, el rendimiento instantáneo del captador también lo será (Figura 2.1.6) afectando significativamente a la energía útil disponible en cada momento, debido a que estas instalaciones típicamente no disponen de seguimiento del Sol. ΔT puede ser modulada mediante los dispositivos de acumulación térmica y las bombas, pero G no. No obstante, una adecuada selección de la inclinación del captador permite una mejor adaptación a la demanda (Figura 2.1.5). 800 HsolarWi HsolarWti 700 600 [W/m2] 500 400 300 200 100 0 Mes del año 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Figura 2.1.5. Irradiancia solar media diaria (entre orto y ocaso) de cada mes, expresada en W/m2, incidente sobre una superficie con azimut sur (corresponde a la latitud de Madrid). Se considera un HsolarWti (en azul) e inclinación sobre la horizontal, de 40º; y se compara con la irradiancia incidente sobre un plano horizontal HsolarWi (en rojo), de forma que puede observarse el aplanamiento de la curva para superficie inclinada. Así, para una aplicación de ACS, la demanda es inferior en verano que en invierno (Figura 2.1.7), por lo que una inclinación mayor (captador más vertical) que la latitud local (valor óptimo en media anual para maximizar la energía útil) es interesante, ya que incrementa la producción en invierno reduciéndola en verano. Dada la importante variación de la energía solar disponible en función de la ubicación geográfica dentro del territorio nacional, es imposible dar una cifra única de superficie necesaria para cada aplicación. No obstante, para tener un orden de magnitud inicial se puede decir que un captador solar de 2 m2 de área de apertura, atiende aproximadamente el 60% de la demanda anual de ACS en un piso de 4 ocupantes en el entorno climático de la ciudad de Madrid. Para el mismo entorno se requieren unos 50 m2 para atender el 40% de la demanda de calefacción y de aire acondicionado de dicha vivienda. 31 1 1800 0,9 1600 0,8 1400 0,7 1200 0,6 0,5 1000 0,4 800 0,3 600 0,2 400 0,1 200 [W] 0 0 0:00 2:00 4:01 6:02 8:03 10:04 12:05 14:06 16:07 18:08 20:09 22:10 Hora local [hh:mm] Rendimiento 16/01/2009 Potencia util 16/01/2009 Rendimiento 15/08/2009 Potencia util 15/08/2009 Figura 2.1.6. Evolución a lo largo del día del rendimiento y la potencia útil medidas en la instalación solar ITEA, de la Universidad Carlos III de Madrid. Corresponden a un captador solar de alto rendimiento y 2,5 m2 de apertura para ACS, para invierno y verano. 120 110 100 90 80 70 60 Mes del año 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Vconsdia Vconsmed [%] Figura 2.1.7. Evolución anual de la demanda de Agua Caliente Sanitaria (ACS) y su media (elaborado a partir de datos del DTIE 1.01). 32 Adicionalmente, existen una serie de variables que modifican el rendimiento de los captadores indicado por su curva de normalización. Cabe citar, como más influyentes los siguientes: la mañana y a últimas horas de la tarde para un captador mirando al sur (en el hemisferio norte). Por este efecto cabe descontar una pérdida anual de rendimiento del orden del 8%. Envejecimiento del captador y suciedad: Tienen efecto sobre su rendimiento óptico. Es decir, el cociente entre la potencia que llega a la placa absorbedora y la irradiación solar incidente (según norma) en el periodo de tiempo considerado. Se corresponde con a0, que es el valor de la curva de normalización para ΔT/G = 0, Figura 2.1.2. Es razonable asumir reducciones del orden del 1,5 % por año de uso del captador, aunque dicho valor depende de los materiales y del entorno. Inercia térmica: Atribuible tanto al captador como al fluido que circula dentro de él; provoca un desfase entre la radiación incidente y el calor útil. Este efecto, que sólo tiene transcendencia en análisis y simulación en régimen transitorio, provoca diferencias en el rendimiento del orden del 3%, cambiando su signo a lo largo del día. Pérdidas por viento: El ensayo de normalización puede realizarse con una velocidad del viento, que dependiendo del tipo de captador, puede estar entre 0 y 4 m/s. Como el viento acrecienta las pérdidas de calor convectivas del captador solar, es frecuente que el ensayo de normalización se realice en condiciones de relativamente baja velocidad del viento, típicamente inferior a 3 m/s. En ubicaciones ventosas y sin protección, habría que considerar una disminución del rendimiento medio anual del captador del orden del 16%. Ángulo de incidencia de la radiación directa: El ensayo de normalización se realiza en las horas centrales del día para ángulo de incidencia nulo; esto es, la radiación solar directa incide perpendicularmente a la superficie del captador. A medida que el Sol modifica su orientación relativa al captador, el ángulo de incidencia resultante de la radiación directa reduce el rendimiento óptico del mismo, especialmente a primeras horas de Pérdidas por radiación: Estas pérdidas dependen, por una parte, de la emisividad y temperatura de la cubierta exterior del captador (generalmente de vidrio con bajo contenido en hierro) y de la temperatura equivalente del cielo por otra; ésta última puede diferir sustancialmente de la temperatura ambiente. Ambas temperaturas experimentan variaciones significativas a lo largo del día, no siempre bien descritas por la curva de normalización, que centra su atención en la ya mencionada diferencia de temperatura entre el fluido caloportador y el ambiente. Para un captador de alto rendimiento, estas pérdidas suponen un descenso del rendimiento del captador, que en media anual no supera el 1,5%. La Figura 2.1.8, muestra el efecto combinado de todos los factores descritos sobre el rendimiento de un captador solar a lo largo de un día de verano en Madrid. La curva de normalización (puntos rojos) se ha mantenido en la misma gráfica a modo de comparación con los valores experimentales (puntos azules) y el modelo elaborado para predecir su comportamiento en servicio (puntos negros). 33 REND CN REND EXP REND MOD 1 0,9 0,8 0,7 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0 0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12 ΔT/G [K m2 W-1] Figura 2.1.8. Evolución diaria del rendimiento instantáneo medido (EXP) y simulado con un modelo transitorio (MOD) de la instalación solar ITEA, de la Universidad Carlos III de Madrid. Corresponde a un captador solar plano convencional durante un día de verano (15 de agosto de 2008), el cual se compara con el predicho por su curva de normalización (CN). 2.1.4.2. Dimensionado del acumulador térmico En todas las instalaciones solares térmicas existe un equipo de respaldo dimensionado para atender la totalidad de la demanda en los días en los que la radiación solar es muy baja. Por lo tanto, el propósito del acumulador no es el de almacenar energía para atender un pico puntual de demanda. En aplicaciones solares térmicas, el propósito del acumulador es el de maximizar la fracción solar (comentada en el apartado 2.1.1.1). Ese objetivo general se concreta en dos corolarios: - Aprovechar la radiación solar cuando está presente en abundancia, almacenándola en forma de energía térmica útil en el acumulador. - Asegurar un elevado rendimiento del captador solar, manteniendo el fluido caloportador que se envía al captador a una temperatura lo más baja posible, evitando el mezclado con el que vuelve caliente (estratificación en el acumulador). 34 La normativa española (CTE) permite un amplio intervalo de valores para el volumen de acumulación: V 0,05 ≤ – ≤ 0,18 A (2.1.1) Donde V (m3) es el volumen de acumulación y A (m2) la superficie de captación del campo solar. En general, se consiguen mejores resultados con acumuladores más grandes, aumentando la fracción solar, pero para valores más altos que el límite superior prescrito por el CTE, las pérdidas de calor en el acumulador para una superficie dada de captación, lo hacen ineficiente para dicha instalación. También la limitación contraria, el tamaño mínimo del acumulador que resulte satisfactorio, es crucial en algunas rehabilitaciones, pues pudiera no poder entrar en su ubicación en el edificio, teniendo entonces que recurrirse a grúas o a dividir el acumulador en dos más pequeños. Si se dimensiona el acumulador para almacenar la energía que se extrae de él durante un día, se suelen obtener valores próximos al límite inferior del intervalo de la expresión 2.1.1, con cierta dependencia de la zona climática considerada en la Península Ibérica. Dicho límite inferior resulta crítico en el sentido de que valores inferiores al prescrito reducen significativamente la fracción solar empleada a lo largo del año. Como ejemplo, el mínimo valor que permite la norma, V/A = 0,05 m, permite atender el 60% de la demanda de ACS en el entorno climático urbano de Madrid. Sin embargo, en términos de fracción solar aprovechada o ahorro de emisiones de CO2, el óptimo se desplaza hacia valores de V/A = 0,08 m. Por otra parte, aumentos mayores en dicho parámetro no producen incrementos significativos de la fracción solar ni del ahorro de emisiones, por lo que no parece aconsejable un sobre-dimen¬sionado del acumulador. Dado el elevado coste del acumulador (Figura 2.1.4), comparable al de los captadores solares (Figura 2.1.3) y por lo tanto el segundo equipamiento más caro de la instalación solar (o el tercero si incluimos equipo frigorífico de absorción), sería deseable poder afinar algo más en el volumen de acumulación. Pero una precisión mayor en el dimensionado, requiere el empleo de métodos de simulación en régimen transitorio; lo que, especialmente con un acumulador estratificado, presenta complejidad en el cálculo. En estos métodos ha de incorporarse el tipo de perfil de demanda, que se relaciona con los hábitos de los ocupantes del edificio. La mayor parte de los programas de simulación en régimen transitorio, tales como TRANSOL V2 y ACSOL V2 (éste último de difusión gratuita), están basados en TRNSYS, entorno de programación orientado a objetos, que permite la incorporación de los componentes habituales en instalaciones solares térmicas. En otros países existen también programas de este tipo, tales como POLYSUN y T-SOL, pero las bases de datos con las que trabajan sus versiones gratuitas se limitan a Suiza y Alemania respectivamente. Los resultados ofrecidos por estos programas se basan en el cálculo de la fracción solar cubierta con una instalación solar definida por el usuario. Es labor del usuario el elegir tanto el área de captación como el volumen de acumulación, además del resto de características de la instalación. Cuentan por lo tanto, con escasas posibilidades de optimización. En el caso particular de la rehabilitación energética de un edificio, puede resultar crítico el cumplimiento del CTE, por lo que la optimización con el uso de herramientas informáticas resulta muy conveniente. Resulta asimismo conveniente para precisar la fracción solar de cobertura y así optimizar la calificación energética del edificio. 2.1.4.3. Dimensionado de otros componentes de la instalación solar Para el dimensionado del resto de los componentes de la instalación solar, es fundamental conocer el caudal másico de fluido caloportador que ha de circular por la misma. En principio se puede comenzar con el valor recomendado por el fabricante del captador solar, multiplicado por el número de captadores, ya que en una inmensa mayoría de instalaciones se montan en paralelo. Eso es aplicable al circuito primario (el de captación), pero también es un valor orientativo para el secundario (acumulador). El del circuito terciario o de consumo, viene impuesto por la demanda. En ese punto conviene tener presente dos consideraciones: - Una disminución del caudal de fluido caloportador provoca una mayor temperatura de operación de los captadores y con ello, una disminución de su rendimiento, como se ha visto (Figura 2.1.2). También se incrementan las pérdidas de calor en las tuberías, intercambiador de calor y acumulador térmico. - Un aumento del caudal de fluido caloportador provoca una mayor pérdida de carga en conductos e intercambiadores de calor, requiriendo pues una bomba que provoque un salto de presión mayor, lo que unido a un caudal mayor resulta más costosa y consume más electricidad. 35 Se impone por tanto perseguir un diseño equilibrado entre pérdidas térmicas y pérdidas de carga. En las primeras se cuenta con el aislamiento de las tuberías, mientras que las segundas pueden reducirse aumentando el diámetro de tuberías y componentes asociados. 2.1.4.4. Beneficios económicos y medioambientales Las instalaciones solares térmicas que resultan más fácilmente amortizables son las dedicadas a la producción de ACS. Ello se debe a una menor inversión inicial, especialmente en superficie de captadores y en acumulador térmico. Este pequeño tamaño facilita asimismo su inclusión en una rehabilitación. Las instalaciones de propósito múltiple (ACS, calefacción y aire acondicionado) precisan de una inversión inicial más elevada, no sólo porque la superficie de captación debe ser considerablemente mayor, sino por el elevado coste del equipamiento adicional (posibilidad de usar suelo radiante, máquina frigorífica de absorción, fancoils, techo frío, etc.). En latitudes como la española, una instalación solar pensada para atender una elevada fracción Aplicación del campo de 50 m2 de captadores solares planos convencionales 25 viviendas ACS 15 viviendas ACS 15 viviendas ACS+AA de la demanda de calefacción, necesita incorporar asimismo capacidad de acondicionar el aire produciendo frío, ya que de no hacerlo tendría unos excedentes energéticos considerables durante el periodo estival, cuando la radiación solar es mayor. Por el contrario, un dimensionado adecuado (con una reducida fracción solar para aire acondicionado) permite el uso para ACS y aire acondicionado exclusivamente, incrementando la fracción solar para ACS en invierno. La baja radiación solar disponible durante el invierno, podría no justificar la inversión adicional en equipamiento para calefacción solar por suelo radiante. Para ilustrar este escenario, se puede usar la base de datos reales de una instalación solar de 50 m2 de captadores planos convencionales. Se han determinado los ahorros económicos y de emisiones de CO2, producidos con la aplicación de dicha instalación a la atención de las demandas de ACS y aire acondicionado de un conjunto de viviendas en el entorno climático del Madrid urbano. Los resultados, correspondientes a precios del año 2006, están compilados en la Tabla 2.1.1. Se ha considerado un precio de 250 €/kW para el equipo frigorífico de absorción, en la hipótesis de un mercado consolidado. Ahorro ΔCO2 ΔCO2 económico [%] [ton/año] [€/año] 1.270 910 1.016 67 80 72 (*) 6,80 4,90 5,08 Amortización [años] 10,0 13,4 16,9 Tabla 2.1.1. Ahorro económico y de emisiones de CO2 en aplicaciones solares (50 m2 de captadores planos convencionales) para ACS y aire acondicionado de viviendas en el entorno climático de Madrid con caldera de gas natural. Aclaración: (*) Esta cifra se refiere al ahorro sobre el total de ACS + aire acondicionado. Debido a las diferentes condiciones de uso, la instalación para 25 viviendas opera con un rendimiento medio anual en los captadores solares del 35%, mientras que en la aplicación de 15 viviendas, el rendimiento de los captadores desciende a un 28%. La Figura 2.1.10 muestra la contribución solar en cada mes para cada una de las aplicaciones. Se observa cómo en invierno la instalación se dedica completamente a la atención de la demanda de ACS, 36 mientras que en verano, parte de la energía renovable que proporciona se destina a aire acondicionado, atendiéndose un 35% de dicha demanda con energía solar. El criterio empleado para decidir este reparto ha sido el cumplimiento de la fracción solar mínima impuesta por el CTE para el ACS, que es del 60% para el caso de referencia (15 viviendas, sólo ACS). En lo referente a aplicaciones de calefacción, debido a la menor radiación solar disponible, se divide por 1,5 la fracción solar de calefacción que podría ser atendida con esta instalación solar en comparación con la de aire acondicionado. En el caso estudiado, eso daría una cobertura o fracción solar de calefacción del 23%. No obstante, si se incorporara esta opción, habría que incrementar la superficie de captación, ya que la energía desviada hacia la calefacción haría disminuir la fracción solar de ACS por debajo del límite prescrito por el CTE. Con ello el periodo de amortización de la instalación se vería incrementado, ya que el ahorro económico y de emisiones de CO2 conseguido con la calefacción solar exhibe un porcentaje inferior al de aire acondicionado. Fracción Solar sólo para ACS Fracción Solar para ACS en aplicación combinada ACS y Climatización Fracción Solar para Climatización 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 Mes del año 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Figura 2.1.10. Resultados de la aplicación para ACS solamente y combinada con aire acondicionado de un campo de captadores solares planos convencionales de 50 m2 a un edificio de 15 viviendas. 2.1.5. Condiciones de operación y uso Las condiciones particulares del uso de energía solar térmica en edificios, puede presentar tantos factores de carácter humano como los propios residentes de los mismos y además aspectos estéticos y limitaciones urbanísticas. Baste para finalizar este capítulo la mención de algunos detalles que ilustren esa idiosincrasia. Uno de los principales componentes de una instalación solar térmica es el campo de captadores solares que se instala en el exterior del edificio, típicamente en las cubiertas y en las fachadas. En el hemisferio norte su orientación idónea es sur y su inclinación aproximadamente la latitud geográfica del lugar (véase apartado 2.1.4.1). Pero si la cubierta presenta algún tipo de inclinación propia se puede respetar dicho ángulo, disponiendo los captadores sobre la propia cubierta. Aunque de ese modo el campo de captadores presenta un rendimiento menor debido a ángulos de incidencia mayores, los ayuntamientos de algunas localidades españolas condicionan sus subvenciones al impacto 37 visual de las instalaciones, siendo más elevadas cuanto menor sea el mismo. Esto puede conducir a un óptimo económico con mayor superficie de captación, pese a la reducción de rendimiento. Normalmente los captadores se disponen en filas, con un número máximo de captadores por fila que viene determinado por el propio fabricante y oscila entre 6 y 10. Lo ideal es que el número de captadores por fila sea lo más homogéneo posible, facilitando el equilibrado fluido-dinámico de la instalación; esto es, que el caudal sea homogéneo entre ellos. A su vez, el equilibrado térmico favorece la eficiencia global de la instalación. Otra consideración que se debe tener en cuenta a la hora de contabilizar la energía solar recogida a lo largo de una temporada es la posibilidad de que se produzcan sombras en el campo solar. Pueden ser debidas a los propios captadores, al propio edificio, a edificios próximos o a la naturaleza circundante, árboles, etc. Los acumuladores térmicos suelen instalarse en el interior del edificio, en una zona protegida de las inclemencias climatológicas, típicamente en las salas destinadas a la maquinaria, pero por mala accesibilidad no es de extrañar su instalación en cobertizos sobre cubierta, tras el propio panel de captación o en jardines. Dependiendo del consumo del edificio, el acumulador se convierte en uno de los elementos más voluminosos y pesados de las instalaciones solares. El hecho de que se utilice para el consumo de agua caliente sanitaria implica que el material en contacto con dicha agua presente unas condiciones salubres adecuadas para el consumo (ver apartado 2.1.3.2). 38 El control en las instalaciones solares se lleva a cabo típicamente mediante temperatura y radiación; para ello se dotan las instalaciones solares con un piranómetro que activa la bomba del circuito primario según haya o no radiación solar; típicamente se utilizan variantes sencillas que por encima de un umbral determinado de radiación mandan una señal eléctrica que activa el relé correspondiente a la bomba y hace que empiece a circular fluido por esa parte de la instalación (Figura 2.1.1). La bomba del circuito secundario está controlada normalmente por temperaturas; cuando la temperatura de salida de los captadores es superior a la que tiene el acumulador térmico en unos grados se activa la bomba de modo que el almacenamiento de energía sea lo más eficiente posible, sin que se produzcan enfriamientos innecesarios del agua almacenada. Este tipo de instalaciones resulta más eficiente cuanto más centralizado esté el circuito de agua caliente; por tanto resulta adecuado para edificios en rehabilitación en los que previamente exista una instalación de agua caliente centralizada y/o calefacción central. En estos casos resulta sencillo introducir esta tecnología entre la caldera ya existente y los puntos de consumo finales. En el caso de rehabilitación de edificios que tengan instalaciones individualizadas de caldera para agua caliente y calefacción, resulta adecuado que se mantenga una instalación solar comunitaria y que el aporte a cada vivienda se base en intercambiadores de calor que permitan precalentar el agua antes de la caldera individual, como se ha expuesto en el apartado 2.1.3.12 junto con otras variantes. 39 2.2 Cecilia Sanz Montalvillo y Javier Antolín Gutiérrez Área de Biocombustibles Centro Tecnológico CARTIF 2.2 LA BIOMASA El término biomasa, se refiere a toda la materia orgánica, incluidos los desechos, que proviene de las plantas o animales, que ha sido generada inicialmente mediante la fotosíntesis de las plantas. Muchos tipos de biomasa pueden ser convertidos en energía mediante diferentes procesos, como es el caso de la biomasa lignocelulósica seca residual proveniente de la agricultura (residuos de maíz, café, arroz, etc.), del monte o aserradero (podas, ramas, serrín, cortezas, etc.), de los residuos urbanos (aguas negras, basura orgánica y otros) o bien de cultivos energéticos. Esta fuente de energía renovable es la más antigua de todas las conocidas por el ser humano, pues ha sido usada desde que nuestros ancestros descubrieron el secreto del fuego. Se considera que la biomasa es una fuente renovable de energía porque su energía proviene del Sol y se produce varias veces a lo largo del ciclo de la vida humana. A través del proceso de fotosíntesis, la clorofila de las plantas captura su energía, y convierte el dióxido de carbono (CO2) del aire y el agua del suelo en carbohidratos, para formar la materia orgánica de la planta. Cuando estos carbohidratos se queman, regresan a su forma de dióxido de carbono y agua, liberando la energía que contienen acumulada. CO2 CO2 Fotosíntesis Combustión Transformación de la biomasa en plantas de tratamiento Biomasa Bosque Figura 2.2.1. Ciclo de la biomasa. 40 2.2.1. Usos de la biomasa térmica Dentro de la biomasa térmica se ha de incluir el uso de calderas o estufas para cubrir las necesidades térmicas de calefacción y ACS de edificios y sistemas de calefacción de distrito (district heating), que cubren la demanda térmica de varios bloques de edificios. en el que intervienen todas o algunas de las siguientes operaciones: pretratamiento (trituración y/o secado), transporte, distribución y almacenamiento. La producción mediante: Existen una gran variedad de combustibles biomásicos susceptibles de ser empleados, su utilización varía de una zona a otra en función de su disponibilidad, de la tradición y del clima. térmica puede realizarse - Estufas, normalmente de pelets o leña, que calientan una única estancia. - Calderas de baja potencia, para viviendas unifamiliares o construcciones de tamaño reducido. - Calderas de comunidad, diseñadas para un bloque o edificio de viviendas, que actúan como calefacción centralizada. - Calefacciones de distrito (district heating) que calientan varios edificios o grupos de viviendas. Antes de tomar la decisión de instalar un sistema de producción térmica con biomasa, es muy importante asegurarse el suministro del biocombustible ya que la cadena de distribución de biomasa no está aún desarrollada. El requisito básico para que un sistema de suministro de biomasa sea aceptable para el usuario, es el aseguramiento del suministro a medio y largo plazo con una calidad de la biomasa alta y constante y a un precio razonable. Si el usuario dispone de combustible propio, deberá asegurarse de que éste es suficiente para garantizar el consumo de toda la temporada. De no ser así, le interesará igualmente la compra de combustible a proveedores, a ser posible del mismo tipo del que dispone. Una vez garantizado el suministro, hay que distinguir los casos según el consumo y el tipo de silo de almacenamiento. Para llegar hasta el punto de destino (edificios o viviendas unifamiliares) se realiza un proceso logístico 2.2.2. Tipos de Biomasa En los últimos tiempos, la tendencia es hacia el uso de combustibles de granulometría mediana y pequeña, pero homogénea, lo que permite un manejo automático o semiautomático que elimine las incomodidades tradicionales del uso de la biomasa a nivel doméstico, cuyas características se detallan a continuación. Pelet: Pequeños cilindros de madera densificada, procedente de la compactación de serrines y virutas, o a partir de astillas y otras biomasas de diversos orígenes. Las múltiples marcas de calidad del mercado y las experiencias de fabricantes de calderas y usuarios con diferentes tipos de pelets, han llevado a la industria europea del pelet a lanzar una marca de calidad única, sencilla y eficiente, el sello de calidad del pelet ENPlus. Una importante característica del ENPlus es que certifica la entrega de pelets (a granel o ensacado) hasta el consumidor final, incluido el almacenamiento y transporte. El sistema obliga a controlar el marcado de las bolsas (sacos) con un sistema de numeración que permite la trazabilidad del pelet en la cadena, asegurando así la calidad hasta el final de la misma. Astillas: Trozos pequeños de madera troceada, de longitudes entre 5 y 50 mm, proveniente de las industrias de primera y segunda transformación de la madera o de tratamientos silvícolas y forestales, cuya calidad depende fundamentalmente de la materia prima de la que proceden, su recogida y de la tecnología de astillado. Residuos agroindustriales: Generados en los 41 procesos de transformación de la Industria Agroalimentaria, como hueso de aceituna, cáscara de frutos secos, almendra, piña, etc. Leña: Proveniente de trocear madera que no va a ser utilizada para producir elementos industriales de madera, que pueden producirse localmente por los propios usuarios. Briquetas: Cilindros de biomasa densificada de tamaño superior al pélet, provenientes normalmente de serrines y virutas de aserraderos. Suelen tener una longitud de unos 28 cm, un diámetro de 8 cm y un peso de 1 kg. Figura 2.2.2. Tipos de biocombustibles. La Tabla 2.2.1 muestra las características más importantes de cada uno de los biocombustibles descritos. Tipo Pelets Briquetas Hueso de aceituna Cáscara de frutos secos Leña Astillas PCI (kcal/kg) 4.000 – 4.500 4.000 – 4.500 4.300 – 4.500 3.750 – 4.500 3.440 – 3.850 2.400 – 3.750 Humedad b.h. (%m) < 12 < 20 7 – 12 8 – 15 < 20 < 40 Precio (€/t) 150 – 300 150 – 300 60 60 90 – 120 30 – 80 Tabla 2.2.1. Características de biocombustibles. Hay que significar que las ventajas que ofrecen los pelets han hecho que el mercado se incline en mayor parte por su uso como combustible doméstico en la mayoría de los casos. 42 2.2.3. Distribución de los pelets Los pelets, se pueden distribuir en cualquiera de los siguientes formatos: Small Bags: El tamaño de estas bolsas suele ir de 15 a 20 kg y suelen ser vendidas sobre palets. Estas bolsas pequeñas están dirigidas a pequeños consumidores, que usan pelets en pequeñas estufas o como combustible adicional o complementario. Si bien estas bolsas son muy prácticas para alimentar las estufas, el precio del pélet en estos volúmenes es una clara desventaja. Big Bags: El tamaño de las bolsas grandes o big-bags son de 500 a 1.000 kg. El transporte de pelets en big-bags es más económico. Pero para su recepción se necesita una grúa o cargador. De ahí que este sistema sea poco práctico para pequeños consumidores. Figura 2.2.3. Distribución en Small Bags y Big Bags. Pelets a granel: Los pelets pueden ser también transportados a granel en camión cisterna. Este sistema permite realizar la descarga del pelet en silos ya montados, por ejemplo, en subsuelos de viviendas. Este sistema ofrece la entrega de pelets al menor precio de mercado. De entre los sistemas de suministro existentes, el usuario deberá escoger el más adecuado a su situación. La principal restricción a la hora de tomar la decisión acertada es el tamaño tanto del silo de almacenamiento como de los camiones de suministro disponibles. 2.2.4. TIPOS DE INSTALACIONES 2.2.4.1. Estufas Se entiende por estufa de biomasa un equipo para su combustión, que calienta aire (fluido caloportador), que se destina para la calefacción de uno o varios recintos. Las estufas suelen tener una potencia entre 6 y 20 kW y calientan un recinto por radiación, pueden llegar a calentar más estancias de una vivienda transmitiendo el calor generado por medio de conductos de aire caliente. Las estufas de biomasa pueden ser de leña, de pelets o de policombustible. Las estufas de pelets ofrecen un mayor nivel de automatización que les permite una única carga diaria, regulación semanal con varios niveles de potencia por medio de termostatos e, incluso, la posibilidad de su encendido automático y su funcionamiento con mando a distancia. 43 2.2.4.2. Calderas El sistema más común para abastecer de calor con biomasa a una vivienda unifamiliar o a otro tipo de instalación de mayores necesidades energéticas, es la instalación de una caldera de biomasa. Las calderas de biomasa son equipos de generación de calor que utilizan biomasa como combustible, que calienta un circuito de agua que aporta el calor para la red de calefacción y del agua caliente sanitaria. Todas ellas presentan sistemas automáticos de encendido y regulación, e incluso algunas, de retirada de cenizas, que facilitan el manejo al usuario. Para aplicaciones de calefacción doméstica, estos equipos son de potencia baja a media, entre 15 – 200 kW. Este tipo de sistemas alcanzan rendimientos entre el 85 y 92%, valores similares a los de las calderas de gasóleo o de gas. De acuerdo con el RITE, a las calderas de biomasa utilizadas para la producción de calor se les exige un rendimiento mínimo instantáneo del 75%. Cualquiera de las calderas de biomasa disponibles en el mercado, supera holgadamente el 75% de rendimiento de acuerdo a las especificaciones de los fabricantes. Existen un tipo de calderas, las de condensación, que tienen un rendimiento por encima del 100%. Estas calderas se basan en el aprovechamiento del vapor de agua que se produce en los gases de combustión. Esta recuperación de energía, reduce considerablemente la temperatura de los gases de combustión de 150 ºC hasta los 65 ºC limitando así las emisiones de gases contaminantes. Para estimar la potencia y necesidades de combustible, si el sistema de calefacción con biomasa sustituye a una calefacción de un edificio existente, la demanda anterior de combustible es la mejor base para el cálculo de la demanda y también de la potencia requerida. Normalmente, esta potencia requerida no se corresponde con la potencia de las calderas comerciales existentes y habrá que decidirse por la caldera de potencia inmediatamente superior a la potencia precisa. 44 Las dimensiones de los espacios necesarios para el sistema de calefacción con biomasa, deben ser proporcionadas por el fabricante o suministrador de la caldera. Se debe tener en cuenta a la hora de elegir una caldera de biomasa que, generalmente, son más grandes que las convencionales de combustibles fósiles, que pueden requerir mayor espacio de mantenimiento, en casos de calderas de limpieza manual, y que necesitan de la instalación de un silo de biomasa y de un depósito de inercia del agua caliente. Los principales elementos que constituyen un sistema de calefacción por caldera de biomasa son: - Almacén o silo de combustible. - Sistema de alimentación. - Caldera (intercambiador de calor y cámara de combustión). - Chimenea. - Sistemas de seguridad. - Cenicero. - Sistema de distribución del calor. - Sistema de regulación y control. A continuación, se describe cada uno de estos elementos: Almacén de combustible: El almacenamiento del combustible, dado el elevado volumen que puede llegar a ocupar, es el punto más conflictivo a la hora de integrar el uso de biomasa en la rehabilitación de edificios. En los casos en los que se trate de rehabilitar un edificio que previamente consumía carbón, ya estará previsto un almacén de grandes dimensiones, pero si se trata de edificios que consumían otro tipo de combustible, será necesario habilitar un espacio destinado al almacenamiento de biocombustible sólido. Los requisitos indispensables para los sistemas de almacenamiento de biocombustibles sólidos vienen descritos detalladamente en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE). El lugar destinado al almacenamiento de los biocombustibles sólidos debe estar destinado exclusivamente para este uso, pudiendo hallarse dentro o fuera del edificio. Cuando el almacenamiento esté situado fuera del edificio podrá construirse en superficie o subterráneo, pudiendo utilizarse también contenedores específicos de biocombustibles. La elección del sistema y el volumen de almacenamiento dependerá de varios factores: características de los sistemas de distribución y suministro de biomasa, necesidad anual de biomasa, espacio disponible para caldera y almacén, etc. Básicamente, los tipos de silos de almacenamiento pueden dividirse en prefabricados y de obra. Los prefabricados, se utilizan normalmente para biomasas de pequeño tamaño como el pelet y el hueso de aceituna, mientras que los de obra se utilizan para astillas o cáscaras de frutos secos. Figura 2.2.4. Silo flexible (Fuente: Ökofen). Así, en cuanto a los prefabricados, se tiene: - Contenedor o tolva exterior: Es la opción más adecuada para aquellos usuarios que dispongan de poco espacio. Se sitúan al lado del edificio, y permiten un transporte sencillo. Son de fácil instalación y no exigen obra para adecuar el silo. El llenado se realiza mediante sistema neumático y la alimentación a la caldera también puede ser neumática o por medio de un tornillo sinfín. - Silo flexible: Suelen estar fabricados de lona o polipropileno y son adecuados para lugares que tengan espacio suficiente para su instalación. El silo está soportado por medio de una estructura metálica permeable al aire pero no al polvo y está conectada a tierra para evitar cargas electrostáticas. Se rellena la biomasa por la parte superior y la descarga se produce por la parte inferior mediante tornillo sinfín o neumática. Se pueden instalar tanto en el interior como en el exterior de los edificios. - Depósito subterráneo: Se ubica enterrado en el suelo y se usa cuando no existe espacio suficiente en planta para el almacenamiento del biocombustible, se puede utilizar también en el exterior del edificio. Figura 2.2.5. Depósito subterráneo (Fuente: Pelletmaster). - Tolva o almacenamiento integrado: Es un depósito disponible en la parte superior o en el lateral de la estufa o caldera. La ventaja principal de este sistema, es el poco espacio que ocupa, por lo que es recomendable en el caso de no disponer de suficiente espacio para un almacenamiento independiente. El problema de este sistema, es que tiene muy poca capacidad, por lo que habría que disponer de un suministro habitual (sacos de 15 kg). En cuanto a los silos de obra, son salas de nueva construcción o salas existentes adaptadas para su uso como silo de biomasa. Es necesario tener en 45 cuenta la accesibilidad del camión distribuidor de biomasa a la hora de elegir este sistema, por lo que el silo debe estar situado en una estancia que dé al exterior y a una distancia de la descarga del camión de menos de 40 m en caso de descarga neumática, aunque a partir de 20 m el proceso de llenado del silo se complica. El silo de obra debe estar equipado con una protección contra impactos para evitar que los pelets se degraden en el proceso de llenado y disponer de una abertura para un posible vaciado en caso de avería del sistema de transporte a la caldera. Para facilitar el traslado de la biomasa hasta el sistema de transporte automático existen diversas opciones: - Con suelo inclinado de dos lados: Consiste en utilizar dos pendientes con una inclinación aproximada de 45º para transportar la biomasa por acción de la gravedad hasta el tornillo sinfín. Es muy económico, pero tiene el inconveniente del gran espacio desaprovechado bajo las pendientes. Figura 2.2.6. Suelo inclinado de dos lados (Fuente: IDAE). Figura 2.2.7. Suelo inclinado de un lado (Fuente:”IDAE”). - Con suelo inclinado de un lado: Consiste en una única pendiente de menor inclinación, junto con un rascador giratorio que mueve la biomasa. Aprovecha mejor el espacio y es idóneo para silos cuadrados. - Con suelo horizontal: Es el sistema que más aprovecha el espacio, requiere de rascadores horizontales hidráulicos, pudiendo utilizarse también rascadores giratorios para determinados combustibles. Es muy buena solución para casos en los que no se dispone de mucho espacio o para combustibles de baja densidad como las astillas. Los principales factores a tener en cuenta a la hora de diseñar el tamaño de un silo son: carga térmica a cubrir, el tipo de combustible elegido, el espacio disponible, el tamaño del camión de recarga y la fiabilidad de suministro. Para tener una idea inicial de las dimensiones que debe tener el silo, se puede seguir el siguiente procedimiento. 46 Cd Vcd= ρ (2.2.1) Vca = Vcd * Autonomía (días) (2.2.2) Estimando que el combustible ocupa 2/3 del silo debido a los huecos: Vca Vs= 2 3 (2.2.3) A= Vs h (2.2.4) Donde: - Vcd es el volumen de combustible diario (m3/día). - Cd es el consumo diario de combustible (kg/día). - ρ es la densidad aparente del combustible (kg/m3). - Vca es el volumen de combustible anual (m3/año). - Vs es el volumen del silo (m3). - A es el área del silo. Si ya existen salas de almacenamiento, el tamaño del silo está limitado por la sala disponible. - Neumático: cisternas equipadas con un sistema neumático de suministro. En el caso de almacenamientos nuevos, se recomienda un volumen equivalente a una de las siguientes condiciones: Sistema de alimentación: La alimentación de combustible del silo a la caldera, se puede realizar de varias formas: - 1 temporada de funcionamiento de la instalación. De esta forma solo sería necesario recargar el silo una vez al año. - Manual: Es utilizado en calderas pequeñas con almacenamiento tipo tolva o integrado. - 1,5 veces el volumen del camión de suministro. De esta manera es posible recargar el silo con un camión completo antes de que se acabe el combustible. - Tornillo sinfín: Son sistemas mecánicos que conducen el combustible a lo largo de su longitud hasta el depósito que alimenta directamente la caldera. - 2 semanas de consumo máximo de combustible: éste es el volumen mínimo exigido por el RITE para edificios de nueva construcción. De forma que, el sistema de carga del silo de biomasa, puede ser: - Semiautomático: El propio usuario recarga los silos mediante bolsas pequeñas o provisiones almacenadas en otro lugar de la vivienda. - Descarga directa: Es el utilizado por volquetes y camiones de piso móvil para cargar los silos. Figura 2.2.8. Alimentación por tornillo sinfín (Fuente:”Enertres”). 47 - Neumático: Una bomba succiona el combustible disponen de los medios apropiados para su correcto del silo y lo bombea hasta la caldera. Se trata del mantenimiento y limpieza. sistema más económico pero sólo admite pelets o combustibles de tamaño y forma muy homogénea. - Calderas eficientes de biomasa: Están diseñadas para ser utilizadas con un biocombustible determinado, alcanzando rendimientos de en torno al 92%. Suelen ser calderas automáticas, disponiendo de sistemas automáticos de alimentación del combustible, limpieza del intercambiador de calor y de extracción de cenizas. A su vez, se clasifican en: Calderas de biomasa con alimentador inferior: Aptas para combustibles con bajo contenido en cenizas. Figura 2.2.9. Alimentación por sistema neumático (Fuente:”Enertres”). Calderas de biomasa con parrilla móvil: Aptas para combustibles con altos contenidos de humedad y cenizas. - Calderas mixtas: Permiten el uso alternativo Caldera: Según el combustible utilizado, existen de dos biocombustibles, pudiendo cambiar de uno a otro en función de las condiciones económicas tres clases de caldera: o de suministro. Precisan de un sistema de - Caldera de pelets: Son altamente eficientes almacenamiento para cada uno de los dos tipos de y más compactas que otras calderas de biomasa combustible, por lo que se incrementa el coste de ya que están pensadas para quemar únicamente la instalación. El rendimiento suele estar cercano al 92% y son totalmente automáticas. pelets. - Caldera de biomasa: No admiten varios - Calderas de condensación: Estas calderas combustibles simultáneamente, aunque se puede cambiar el combustible si se programa con suficiente recuperan el calor latente de condensación bajando antelación el vaciado del silo, la nueva recarga y la progresivamente la temperatura de los gases, con lo que se condensa el vapor de agua en el reprogramación de la caldera. intercambiador. Se pueden conseguir rendimientos - Calderas mixtas o policombustible: Admiten por encima del 100% y ahorros de combustible de varios tipos de combustible, cambiando de unos a hasta un 15% respecto a las calderas tradicionales. Sólo son aptas para utilizar con pelets. otros de manera rápida y eficiente. Algunos factores determinantes para la elección Además, de acuerdo a su tecnología, se pueden de una caldera, son los siguientes: dividir en 4 clases: - Tipo y calidad de combustible. - Calderas convencionales adaptadas para biomasa: Pueden ser antiguas calderas de carbón - Alto rendimiento (cuanto más alto sea éste, el que se adaptan para poder ser utilizadas con biomasa, o calderas de gasóleo a las que se les consumo será menor y mejorará la eficiencia). instala un quemador de pelets. Suelen tener una - Bajas emisiones (cumplimiento de la normativa baja eficiencia, en torno al 75-85%, suelen ser semi-automáticas, debido a que no están diseñadas de emisiones de gases y partículas). específicamente para su uso con biomasa, y no 48 - Automatización para reducir al mínimo el que sale mezclado con los gases de la combustión, mantenimiento. aumentando así el volumen de los humos. - Sistemas modulantes que permitan una Si comparamos las emisiones contaminantes de variación continua de la potencia para adecuarla a las calderas de biomasa con las de los sistemas la demanda existente. convencionales de calefacción, se podría decir que los valores de SO2, responsable de la lluvia ácida, - Sistema de telecontrol de los parámetros de la son en el caso de las calderas de biomasa más bajos caldera. o similares a los del gasóleo y gas. En cuanto a las partículas las emisiones son superiores, pero dentro - Disponibilidad de distribuidor y de empresa de los límites que definen las diferentes legislaciones instaladora. en la materia. No obstante, para el caso de calderas de tamaño medio-grande (calderas de comunidad - El coste del sistema y ayudas existentes. o district heating), existe la posibilidad de instalar un multiciclón, con el que se puede reducir en gran Algunas calderas incluyen un analizador del medida estas emisiones de partículas. porcentaje de oxígeno en los humos del proceso de combustión, llamado sonda Lambda, que les ayuda Sistemas de seguridad: Los sistemas de a controlar la calidad de la combustión y con ello su seguridad en los sistemas de calefacción con rendimiento. biomasa están preparados para que puedan actuar incluso en situaciones de falta de suministro, a Intercambiador de calor: El proceso de través de los siguientes dispositivos: transferencia de calor en la caldera tiene lugar en el intercambiador de calor, que se trata de un sistema - Interruptor de flujo: Detiene la circulación de compuesto por un conjunto de tubos, cuya función fluido en el interior de la caldera. es la transferencia de calor entre los humos de la combustión y el fluido caloportador (aire o agua). - Dispositivo de interrupción de funcionamiento Existen dos tipos de intercambiadores de calor: del sistema de combustión: Interrumpe la combustión en caso de alcanzarse temperaturas - Pirotubulares: Por los tubos circulan los humos superiores a las de diseño o de existir retroceso de que están rodeados de agua, de forma que la los productos de la combustión o de llama. cámara de combustión tiene que estar separada del intercambiador. Es el más común de las calderas - Dispositivo contra el retroceso de llama: Evita medianas y pequeñas. el retroceso de la llama de la caldera hacia el silo de almacenamiento de la biomasa, mediante: - Acuotubulares: El agua circula por dentro de los tubos y los gases de combustión los rodean. Compuerta de cierre estanca contra el retroceso de la combustión, que interrumpe la entrada de Chimenea: El proceso de evacuación de humos combustible a la caldera. de los sistemas de calefacción con biomasa, no varía mucho respecto a las de otros combustibles. Rociador de extinción de emergencia, que tenga El sistema de evacuación de humos consiste en una la capacidad para inundar el tubo de transporte de chimenea. La única diferencia con una chimenea de combustible. un sistema de combustible líquido o gaseoso, es el diámetro necesario. En el caso de biomasa, hay que - Sistema de eliminación del calor residual: prever un volumen de gases ligeramente superior, Elimina el calor adicional producido por la biomasa debido a que la humedad que contiene la biomasa ya introducida en la caldera cuando se interrumpe la se evapora en la caldera y da lugar a vapor de agua combustión, mediante: 49 Recipiente de expansión abierto que puede liberar el vapor si la temperatura del agua alcanza los 100 ºC dentro de la caldera. Intercambiador de calor de seguridad en la caldera, refrigerado por una corriente de agua cuando la temperatura en el interior de la caldera aumente demasiado. Depósito de acumulación, siempre y cuando la circulación natural tenga la capacidad de enfriar la caldera. - Válvula de seguridad: Desvía el agua a un sumidero en caso de que sobrepase en más de 1 bar la presión de trabajo del agua empleado como fluido caloportador. En aquellas instalaciones que dispongan de él, es muy importante que una vez al año se limpie el polvo acumulado y se engrasen los cojinetes del tornillo sinfín. Cenicero: La combustión de la biomasa, genera cenizas. Por ello, es necesario un dispositivo de extracción de las mismas. Las cenizas no son peligrosas y frecuentemente se utilizan como fertilizantes en agricultura o como árido en construcción. En zonas urbanas pueden tirarse a la basura, pero siempre teniendo en cuenta y respetando la normativa de cada municipio. El sistema de retirada de cenizas puede ser automático o manual. El sistema automático se compone de un tornillo sinfín que transporta y compacta las cenizas desde la cámara de combustión a un contenedor situado en el exterior de la caldera. En algunas calderas este contenedor dispone de ruedas y un tirador para que su vaciado sea más sencillo. En el caso de sistema manual, la frecuencia de la retirada de cenizas depende de la biomasa combustible utilizada. En el caso de usar pelets de madera 100%, para uso doméstico de calefacción, el vaciado se calcula que será una o dos veces al año. 50 Uno de los aspectos a tener en cuenta es la temperatura de fusión de las cenizas. Si en el hogar donde se produce la combustión de la biomasa las cenizas alcanzan temperaturas elevadas y el biocombustible disponible produce unas cenizas con temperatura de fusión reducida, éstas pueden llegar a fundirse y crear algún problema. Si la fusión de las cenizas forma escoria, el flujo de aire primario puede quedar limitado al obturarse sus entradas y la extracción de las cenizas puede sufrir bloqueos o poca efectividad. En cuanto a ejemplos de instalaciones, a continuación se detallan algunos de ellos: Calefacción con biomasa en la Real Colegiata de San Isidoro, León (2009): Sustitución del sistema de calefacción a partir de una caldera de carbón por calderas de biomasa e incorporación de un nuevo sistema de distribución. Así, se han implementado dos calderas de pelets de 100 kW cada una, que se han situado bajo la capilla de Santo Martino. En la carbonera contigua se ha dispuesto el almacén de pelets, aprovechando la antigua boca de carga para el carbón. El silo de almacenamiento tiene una capacidad de 16 m3 que permiten aprovechar 10 t de pelets aportando una autonomía de 250 h de carga máxima. La alimentación desde el silo a las calderas se realiza por aspiración. La distribución de calor se realiza mediante bancos realizados a medida que incorporan radiadores en su interior, así como nuevos emisores de aire caliente y radiadores convencionales. Inversión 100% a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y el EREN (Ente Regional de la Energía de Castilla y León). Figura 2.2.10. Real Colegiata de San Isidoro, León. Reforma de sala de calderas de bloque de viviendas en Salamanca (2011): Se sustituye un grupo de calderas de carbón que daban servicio de calefacción y ACS a todo el edificio, por una caldera de biomasa de 500 kW. La caldera está equipada con un sistema de depuración de humos (ciclón) y con un sistema de disco rotativo con lamas provisto de un sinfín que la alimenta, permitiendo aprovechar al máximo el nuevo silo de almacenamiento de 75 m3 realizado en obra de fábrica, y que confiere una autonomía de más de mes y medio. El llenado se realiza mediante camiones cisterna. Aprovechando la reforma de la sala de calderas, se ha llevado a cabo una zonificación de la red de distribución de calefacción, distinguiendo así entre las partes del edificio orientadas al norte o al sur, con demandas térmicas sensiblemente diferentes. También se ha dispuesto de un depósito de inercia de 5.000 litros y un nuevo sistema de producción de ACS. Se ha realizado con el cliente un contrato de venta de energía, por lo que se factura al cliente sólo por el calor usado en su instalación. El cliente no realiza un desembolso inicial, sino que paga su instalación en 10 años y dispone de una nueva instalación con garantía total durante esos 10 años, consiguiendo un ahorro garantizado del 10% respecto a la situación previa del proyecto. Figura 2.2.11. Caldera del bloque de viviendas, Salamanca (Fuente:”The Bioenergy Nº11”). 51 Casa rural “Agroturismo Arkaia” de Vitoria (2011): Esta casa rural, es un magnífico edificio rehabilitado en el que se ha sustituido la caldera de gasóleo por otra de biomasa agrícola, que también calienta la vivienda de los propietarios. La familia, que posee una explotación agraria con producción de cereales, consideró la posibilidad de utilizar como biocombustible productos obtenidos de sus cosechas: grano no apto para consumo humano y paja. Figura 2.2.12. Colegio San José de Valladolid (Fuente:”Foresta Nº53”). Calefacción con biomasa en el colegio San José de Valladolid (2011): En este colegio se sustituye el anterior sistema de calefacción, que funcionaba con gas natural, por una caldera de biomasa de 400 kW de potencia, que se complementa con una caldera de condensación de gas natural de 350 kW para cubrir los picos de mayor demanda. La remodelación del sistema de calefacción ha costado algo más de 150.000 €, de los que el EREN ha otorgado una subvención de 50.000 €. El 40% de ahorro previsto en calefacción se ha calculado en función de varios criterios. Por un lado, se ha incorporado un sistema de regulación de la temperatura en cada uno de los locales y aulas del centro, que se reajusta continuamente en función de los datos históricos almacenados. Por otro lado, los edificios pierden menos energía que antes gracias a la mejora del sistema de cerramientos. El biocombustible de origen agrícola tiene un aceptable poder calorífico (grano: 4,5 kWh/kg y pellets de paja: 3,8 kWh/kg), el problema es que genera mucha más ceniza que la madera y es corrosivo, por lo que se ha seleccionado una caldera muy robusta de 40 kW, policombustible, capaz de utilizar pellets de madera y de paja y granos de cereal, entre otros. Esta caldera cuenta con un sistema de extracción de cenizas automático y tiene todos los elementos críticos protegidos contra la corrosión. Posee también una sonda Lambda que garantiza una óptima combustión. Figura 2.2.13. Casa rural Agroturismo Arkaia. 52 Edificios calefactados con pelets en el Pirineo Aragonés (2011): El Ayuntamiento de Ansó (Huesca) contaba con una caldera de gasóleo de 70 kW que consumía en torno a 9.000 l/año. Aprovechando la remodelación de la biblioteca y la cercanía entre ambos edificios, se decidió instalar un sistema de calefacción conjunto. El equipo, que se encuentra en la planta baja de la biblioteca, consta de una caldera de 65 kW y de un silo textil para 4.500 kg de pelets con una autonomía de 30 días. Este equipo, con un rendimiento aproximado del 91%, dispone además de sistema de encendido y limpieza automáticos. Los dos edificios se conectan entre sí a través de una tubería simple preaislada con circuito de ida (75ºC) y retorno (65ºC), cubriendo una distancia de 64 m. Se estima un ahorro para el ayuntamiento del 30% respecto al coste de calefactar estos edificios con gasóleo. 2.2.4.3. Sistemas de district heating En cuanto a los sistemas de calefacción de distrito, estas plantas se basan en el principio de que la producción centralizada de calor es más eficiente que la producción distribuida en los puntos de consumo. El rendimiento de estos sistemas se estima que es un 10% superior al de los sistemas centralizados por edificio y un 30-40% superior al de los sistemas individuales. La estructura del district heating se divide en tres partes: - Suministro de biomasa. - Planta de generación de energía térmica. - Red de distribución y suministro de calefacción a los usuarios. El suministro de la biomasa, normalmente se realiza por uno o varios proveedores independientes de la planta, que son responsables de entregar el combustible en las condiciones adecuadas. Normalmente tienen algún vínculo con ésta, que permite asegurar el suministro del combustible por un periodo largo de tiempo. La planta de generación de energía térmica tiene como equipo principal la caldera y sus elementos auxiliares. Estas calderas son las de mayor tamaño considerando exclusivamente las calderas para generación de calor en edificios y viviendas. Normalmente la caldera es de parrilla (fija, móvil o en cascada) por ser una tecnología sencilla en su instalación, así como operación y mantenimiento. Figura 2.2.14. Calor centralizado en Ansó, Huesca. Por lo general, la producción y distribución de calor la realiza una empresa especializada, que es, además, la encargada de contabilizar la cantidad de biomasa entregada en el almacenamiento y la energía suministrada a los usuarios. El calor se distribuye mediante un sistema de conductos soterrados, que permiten conducir el agua caliente varios cientos de metros e, incluso, algunos kilómetros. El calor generado en la caldera circula por el 53 circuito primario intercambiando calor con los circuitos secundarios situados en las edificaciones o viviendas de los usuarios, aportando calefacción y agua caliente sanitaria. Los intercambiadores (normalmente de placas) pueden estar ubicados en la propia planta, si los receptores están lo suficientemente cerca, o bien se sitúan en la acometida de los usuarios. anteriores pasando de 12.000 € en gasóleo a tan sólo 3.000 € en biomasa durante el invierno. Además, al aprovecharse combustible local producido a partir del resto de la poda de los viñedos, se contribuye al desarrollo económico de la zona. El control de la energía consumida se realiza mediante un contador de energía situado en el intercambiador. Además, las temperaturas del agua en cada zona del edificio o vivienda se monitorizan para optimizar el uso de la energía, y el sistema de control regula el suministro de todos los usuarios, permitiendo tener la información en tiempo real. Esta supervisión permite detectar posibles fugas en la distribución o fallos en la instrumentación. A continuación, se detalla un ejemplo de uso de calderas de biomasa en sistemas de district heating: Edificios municipales en Las Pedroñeras, Cuenca (2011): El Ayuntamiento de Las Pedroñeras (Cuenca) ha instalado una caldera de 320 kW para calefactar el ayuntamiento, la iglesia y el centro social del municipio en red. Lo que antes se calefactaba con un generador de aire caliente de gasóleo de 450 kW situado en la iglesia, una caldera de gasóleo de 80 kW en el ayuntamiento y otra de 200 kW en el centro social, ahora se centraliza en una única caldera de 320 kW, situada en un espacio cedido por la iglesia al municipio. El sistema de extracción de combustible es a través de un silo subterráneo con sistema de ballesta giratoria con brazos flexibles. Con esta instalación no sólo se ha conseguido una mayor eficiencia energética con menos potencia, sino que además se ha conseguido un ahorro de un 70% comparado con los gastos energéticos 54 Figura 2.2.15. District heating en Las Pedroñeras, Cuenca. 2.2.5. Comparativa Económica Para que la biomasa sea la opción elegida para su uso en edificios, debe haber un atractivo de tipo económico a igualdad de fiabilidad y seguridad en el servicio. La ventaja económica principal de la biomasa sobre el gas natural o el gasóleo C, y mucho más respecto a los GLP o la electricidad, radica en el menor coste del combustible y en una mayor estabilidad del precio de éste, al no depender de los precios del petróleo. Esta ventaja tiene que equilibrar y prevalecer frente al mayor coste de inversión inicial que supone instalar un sistema de biomasa que su equivalente de gas o gasóleo. A continuación, en la Tabla 2.2.2 y en la Figura 2.2.16, se muestra una comparativa de los precios de los combustibles. CombustibleCaracterísticas Astilla de pinoDensidad: 200 kg/m3 Humedad <20% PCI: 3.600 kcal/kg Pellets maderaDensidad: 800 kg/m3 a granel Humedad <15% PCI: 4.310 kcal/kg Pellets maderaDensidad: 800 kg/m3 saco de 15 kg Humedad <15% PCI: 4.310 kcal/kg Gasóleo C - GLP (Butano)Bombona de 12,5 kg GLP (Propano)Bombona de 11 kg Electricidad Sin discriminación horaria Gas Natural - Precio (c€/kWh) 1,39 3,38 4,51 8,89 9,64 9,64 14,23 5,55 Tabla 2.2.2. Precios de los combustibles. 16 14 12 10 8 6 4 2 0 era till As el o pin e ad ts lle Pe d ma s llet Pe ran ag ma d er ac as od 5 e1 Kg eo G l aso C ) no P GL ta (Bu P( GL o) d El ric ect al tur ida an p Pro a sN Ga Figura 2.2.16. Precios de los combustibles (en c€/kWh). 55 En las figuras 2.2.17 y 2.2.18 se muestran dos gráficas comparativas del gasto acumulado para 5 y 15 años de los tres sistemas de calefacción más usados (GN, Gasóleo C y Biomasa). los otros dos combustibles. El primer año, los sistemas menos rentables son los alimentados por biomasa, debido a la mayor inversión inicial que hay que realizar con estos equipos. Pero a partir de esa anualidad, la biomasa comienza a ser más rentable frente al gasóleo C, creciendo los gastos de éste fuertemente respecto a La vida útil de un sistema de calefacción se estima en un mínimo de 15 a 20 años. Por tanto, la decisión habría que tomarla por sus efectos a largo plazo. En este caso, la biomasa y el GN acumulan costes de forma similar hasta mediados de la vida útil, momento en que el menor coste de la biomasa invierte la situación, siendo la opción más barata desde ese momento en adelante. 160.000 Coste acumulado (€) 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0 InicioAño 1Año 2Año 3Año 4Año 5 Gas Natural Gasóleo Biomasa Figura 2.2.17. Gasto acumulado para 5 años (Fuente: IDAE). 500.000 450.000 Coste acumulado (€) 400.000 350.000 300.000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.000 0 Inicio 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Figura 2.2.18. Gasto acumulado para 15 años (Fuente: IDAE). 56 57 2.3 2.3.1 Enrique Orche García Catedrático del Área de Prospección e Investigación Minera de la Universidad de Vigo 2.3.2 José Fernández Seara Catedrático del Área de Máquinas y Motores Térmicos de la Universidad de Vigo 2.3 EL RECURSO GEOTÉRMICO PARA GENERACIÓN DE CALOR Y FRÍO Teniendo en cuenta las distintas aplicaciones del recurso geotérmico existente a disposición del ser humano, a lo largo del presente capítulo se analizarán las principales tecnologías y usos al respecto de esta fuente de energía renovable, desde el punto de vista térmico y a través del estudio de los aprovechamientos geotérmicos directos y de los aprovechamientos para bomba de calor geotérmica. 2.3.1. Aprovechamientos directos Los yacimientos geotérmicos que contienen agua a una temperatura baja-media (30º a 150ºC) proporcionan calor que es utilizado de forma directa en usos residenciales, industriales y comerciales. Este tipo de yacimientos termales se presentan distribuidos en una amplia gama de situaciones geológicas y, por tanto, se encuentran repartidos en numerosos países constituyendo una fuente de energía deslocalizada. La utilización directa del calor geotérmico es más barata que los combustibles tradicionales, con ahorros que pueden llegar al 80% cuando se compara con los de origen fósil. El uso directo del calor geotérmico es muy limpio ocasionando sólo un pequeño porcentaje o ninguno de los contaminantes emitidos por la combustión de los combustibles fósiles. 58 El aprovechamiento directo de la energía geotérmica como fuente de calor constituye la forma más antigua, versátil y común de utilización de este tipo de energía; habiendo sido documentada en veinticinco países hasta una antigüedad de más de 2.000 años. Se conoce el uso de aguas termales para el aseo personal por etruscos, romanos, griegos, turcos, mejicanos, chinos, japoneses, maoríes, etc., siendo ésta la utilización más antigua de que se tiene noticia. Simultáneamente, estos pueblos atribuyeron propiedades curativas a la inmersión en las aguas termales, estableciéndose la costumbre de tomar baños y de ingerir controladamente dichas aguas, con lo cual nació la balneología, de gran esplendor en el Imperio romano y en la cultura europea desde el siglo XVIII a la actualidad. Un segundo empleo de las aguas termales fue utilizarlas para la cocción de alimentos, lavado de ropa, etc., en los hogares primitivos, dependiendo de la temperatura de las fuentes. Este uso ha sido practicado por los maoríes de Nueva Zelanda desde que se establecieron allí en el siglo XIV. Otra aplicación antigua muy extendida ha sido la extracción de ciertos minerales disueltos en las aguas surgentes a elevada temperatura. De esta forma los etruscos obtenían ácido bórico. Posteriormente, entre los siglos XVII y XIX, las aguas termales constituyeron una importante fuente de azufre, vitriolo y alumbre, productos que se han incrementado en el siglo XX con la obtención de sal, sales amoniacales, cloruro cálcico, ácido sulfúrico, etc. La utilización del calor geotérmico para calefacción y producción de agua caliente sanitaria ha sido una de sus aplicaciones más extendidas. Puede considerarse que comenzó en el siglo XIV en Chaudes-Aígues (Francia). Más recientemente, la calefacción doméstica tuvo sus inicios auténticamente industriales en EE.UU, concretamente en Warm Springs (Idaho, 1890) y Klamath (Oregón, 1900) pero hay que esperar hasta 1930 para que esta utilización adquiera un auténtico desarrollo industrial. En este año comenzó en Reykjavik (Islandia) un proyecto para calentar sesenta viviendas, dos piscinas municipales, una escuela y un hospital. El éxito fue tal que en 1933 empezaron a investigarse yacimientos de agua caliente situados a 15 km de la capital con objeto de llevar el calor a la ciudad. Puestos en producción, en diez años ya proporcionaban calefacción y agua caliente a 2.300 viviendas. Esta tendencia ha continuado imparable de manera que en 1970 el 45% de la calefacción de los edificios de la isla era de fuentes geotérmicas, porcentaje que, hoy día, es del 89%. Otros países aplicaron con éxito la experiencia islandesa: Hungría, Chequia, Eslovaquia, Italia, Rusia y muchos otros apostaron por la calefacción geotérmica pero ha sido en Francia en donde ha tenido un desarrollo que merece un comentario. En 1960, en Carrières-sur-Seine, se intentó una explotación de calefacción geotérmica en la cual se recirculaba el fluido directamente por los circuitos de calefacción, pero los problemas derivados de la corrosión y de las incrustaciones lo hicieron fracasar. 59 Sin embargo, diez años después, en 1971, se puso en marcha otra instalación, en Melun l’Almont (Cuenca de París), en la que el calor geotérmico se recuperaba mediante intercambiadores que lo cedían a otro circuito de agua dulce, devolviéndose el fluido geotérmico al subsuelo por un segundo pozo (disposición conocida como doblete). El agua calentada era distribuida por la red de calefacción sin ocasionar perjuicios a la instalación. Este modelo de recuperación por intercambiador y doblete geotérmico fue aplicado en otras zonas de Francia proporcionando calefacción a más de cien mil viviendas. Una forma de utilizar de forma directa el calor geotérmico de muy baja temperatura es mediante la bomba de calor. Este tema es objeto de un capítulo específico y a él se remite para mayor detalle. Tan sólo indicar que el uso de las bombas de calor se inició en EE.UU en 1945 aplicado a sistemas abiertos de aguas subterráneas. La crisis de petróleo de 1973 y el desarrollo de los materiales plásticos en los años 80 del siglo XX acercaron los costes de estos aprovechamientos geotérmicos a los de otras energías presentes en el mercado, de manera que la bomba de calor comenzó un imparable desarrollo inicialmente restringido a dos focos principales, Suecia y EE.UU, seguidos en la década siguiente por Alemania, Suiza, Austria y Canadá. En 2009 al menos 78 países han usado la energía geotérmica de forma directa, sumando una potencia instalada en dicho año de 48.493 MW, lo que supone un crecimiento anual del 11,4% desde 2004. La energía utilizada en 2009 ha sido de 423.830 TJ/año (117.740 GW/año), con un incremento anual en los últimos cinco años del 9,2%. El uso más frecuente de la energía geotérmica directa es en climatización mediante la bomba de calor, seguida del uso en balnearios y piscinas, calefacción de edificios mediante intercambiadores, calentamiento de invernaderos y espacios abiertos, procesos industriales, acuicultura, secado de productos agrícolas, fusión de nieve y otros más de menor importancia. 60 El ahorro de energía que comporta el uso directo de la energía geotérmica se ha evaluado anualmente en 250 millones de barriles (38 millones de toneladas) de petróleo, evitando la emisión de 107 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. De todos los usos descritos, el presente capítulo hará especial hincapié en los aprovechamientos directos en relación con la eficiencia energética y la energía geotérmica en la rehabilitación de edificios (excepto bomba de calor), es decir, a la calefacción tanto de edificaciones individuales como de barriadas o calefacción urbana. No obstante, antes de desarrollar estos temas, a modo de introducción se describen brevemente tanto los usos posibles de los aprovechamientos directos como las potencias y producciones mundiales y, en su caso, española. 2.3.1.1. Utilización, potencias y producciones de calor de uso directo Tradicionalmente, los usos directos del calor geotérmico han tenido pequeña entidad siendo aprovechados por familias o individuos. Posteriormente, ya en el siglo XX, comenzaron a implantarse proyectos a gran escala tales como calefacción urbana en Islandia y Francia, calefacción de invernaderos en Hungría y Rusia, o grandes usos industriales como en Nueva Zelanda y EE.UU. Los intercambiadores de calor han mejorado su eficiencia adaptándose a las condiciones geotérmicas, permitiendo el empleo de agua a temperatura cada vez más baja y de fluidos de elevada salinidad. La mayor parte de los equipos que forman las instalaciones geotérmicas son de tipo estándar que, en el peor de los casos, sólo necesitan ligeras modificaciones para poder contener fluidos geotérmicos. Los aprovechamientos directos son muy numerosos y variados, dependiendo de la temperatura y composición del fluido geotérmico. La Tabla 2.3.1.1 agrupa una serie no exhaustiva de ellos, indicándose aproximadamente la temperatura del proceso. TEMPERATURA DEL FLUIDO (ºC) Tabla 2.3.1.1. Aplicaciones de la energía geotérmica mediante uso directo del fluido. APROVECHAMIENTOS DIRECTOS MÁS COMUNES Secado de madera y de algas. 150 Fabricación de alúmina. Secado rápido de productos agrícolas. Enlatado de alimentos. 140 Extracción de sales por evaporación. 130 Refinado de azúcar. 120 Obtención de agua destilada. 110 Secado de forraje y hortalizas. Secado y curado de planchas de hormigón ligero. Secado de materiales orgánicos. 100 Lavado y secado de lana. 90 Secado de pescado. 70 Refrigeración por absorción. Calefacción de invernaderos y establos. Calefacción de edificios (hasta 125ºC) 60 Calentamiento de piscinas. Balnearios. 50 Cultivo de setas. 40 Calentamiento de suelos. Piscinas. 30 Deshielo de pavimentos. Piscicultura y acuicultura. 20 Climatización por bomba de calor. 61 El uso directo de la energía geotérmica tiene una larga tradición pero los datos existentes son menos exactos que para la producción de electricidad. La utilización directa del calor de origen geotérmico en el mundo es difícil de determinar, pues existen muchos y muy diversos usos y éstos son a veces pequeños y están localizados en áreas remotas. Además, aunque el uso se pueda estimar, los valores de flujo y las temperaturas del agua generalmente no se conocen y tampoco existe información sobre ello; por estas razones, la capacidad y el uso directo de la energía calórica únicamente pueden ser evaluados CONCEPTOMUNDO Potencia instalada (MW) 48.493,00 Utilización anual (TJ/año) 423.830,00 Utilización anual (GWh/año) 117.740,00 Factor de capacidad (*) 0,28 con una cierta aproximación. Esto es especialmente cierto en el caso de aguas utilizadas para el baño. Los datos de potencias y producciones de los países que usan de forma directa la energía geotérmica en 2009 han sido recopilados por Lund et al y presentados en el Congreso Geotérmico Mundial de Bali en 2010. La suma de los datos mundiales, los específicos españoles y la proporción de éstos respecto de aquellos se indican en la Tabla 2.3.1.2, poniéndose en evidencia la mínima importancia que los usos geotérmicos directos tienen en España. ESPAÑA 141,04 684,05 190,00 0,15 PORCENTAJE 0,29 0,16 0,16 53,57 Tabla 2.3.1.2. Potencia instalada y utilización de los aprovechamientos directos en el mundo y en España (Aclaración: (*) Factor de capacidad = FC= porcentaje de operación a carga completa por año. FC = 0,0317 x gasto anual de energía (TJ/año)/potencia instalada (MW)). Para mayor detalle sobre las estadísticas mundiales de los aprovechamientos directos se remite al informe de Lund et al; no obstante se comentan seguidamente algunos aspectos destacables que se reseñan en la Tabla 2.3.1.3. MAYOR POTENCIA INSTALADA EE.UU 12.611,46 MW China 8.898,00 MW Suecia 4.460,00 MW Alemania 2.485,40 MW Japón 2.099,53 MW 62 MAYOR UTILIZACIÓN ANUAL China 20.931,80 GWh/año EE.UU 15.710,10 GWh/año Suecia 12.548,60 GWh/año Turquía 10.246,90 GWh/año Japón 7.138,90 GWh/año RATIO POTENCIA/POBLACIÓN Islandia Suecia Noruega Finlandia Suiza RATIO POTENCIA/SUPERFICIE Holanda Suiza Islandia Suecia Hungría RATIO UTILIZACIÓN/POBLACIÓN Islandia Suecia Noruega Nueva Zelanda Dinamarca RATIO UTILIZACIÓN/SUPERFICIE Holanda Islandia Suiza Hungría Suecia Δ POTENCIA INSTALADA 2005-2009 Reino Unido Corea Irlanda España Holanda Δ UTILIZACIÓN 2005-2009 Reino Unido Holanda Corea Irlanda Argentina Tabla 2.3.1.3. Índices característicos de la utilización directa de la energía geotérmica. Dicha tabla recoge diversa información tomada del citado informe como son los cinco países que tienen mayor potencia térmica instalada, cuya suma constituye el 63% de la potencia mundial, y los países con mayor utilización para uso directo, que representan el 55% de los usos mundiales. Se incluyen también otros índices que tienen en cuenta la población y superficie de los países; en este caso desaparecen las naciones grandes productoras que son sustituidas por nuevos países, especialmente los nórdicos. De esta forma, se citan las cinco naciones que presentan mejores ratios de potencia instalada/ población, potencia instalada/superficie, utilización anual/población, utilización anual/superficie e incremento de potencia instalada y de utilización en el quinquenio 2005-2009. En esta tabla cabe resaltar la aparición de España que figura en cuarto lugar en lo que se refiere a incremento de potencia térmica, a pesar de sus modestísimas cifras. Lamentablemente este buen lugar no tiene correspondencia con el puesto equivalente en el incremento de utilización directa de la energía geotérmica. En cuanto al crecimiento de la potencia instalada a nivel mundial, la Tabla 2.3.1.4 indica la evolución que presenta considerando aquellos países que, desde 1984, superan los 100 MW. AÑO 1984 1989 1994 1999 2004 2009 Nº DE PAÍSES CON USO DIRECTO Sin datos Sin datos 28 58 72 78 Nº DE PAÍSES CON Pot >100 MW 11 14 15 23 33 36 PORCENTAJE (%) ----54 40 46 46 Tabla 2.3.1.4. Países con potencia instalada superior a 100 MW. De la tabla se deduce que el número de países que hace uso directo de la energía geotérmica crece de forma sostenida. También aumenta el número de los que alcanzan potencias instaladas superiores a 100 MW, aunque su porcentaje presenta fluctuaciones, descendiendo al mínimo en el año 1999 y recuperándose en los años siguientes hasta el 46% de 2009, último dato de referencia. En lo que respecta a la distribución de los aprovechamientos directos del calor geotérmico cabe señalar que las estadísticas mundiales se realizan cada cinco años con motivo del Congreso Geotérmico Mundial correspondiente. Debido a la diversidad de los usos directos geotérmicos, los grupos considerados en estas estadísticas se han uniformado, tal como se aprecia en las tablas que se presentan a continuación. En la primera (Tabla 2.3.1.5) se muestran las potencias instaladas por tipo de aprovechamiento directo en los años 2004 y 2009, tanto en valor como en porcentaje e incremento, constatándose que en el quinquenio ha crecido un 72%, al ritmo de un 11,4% anual. La climatización mediante bomba de calor es la aplicación más extendida, habiendo más que duplicado su potencia en el intervalo de cinco años considerado representando, actualmente, más de las dos terceras partes de la potencia total de estos usos directos. La razón no es otra que la versatilidad de la bomba de calor, que puede funcionar en condiciones muy variadas proporcionando elevados rendimientos a un coste muy económico, sea cual sea la parte del mundo donde se use. Además funcionan en modo calefacción o refrigeración, a voluntad, por lo que en realidad proporcionan la climatización total de los espacios a lo largo del año. En el extremo opuesto se encuentra el apartado “Otros” que agrupa usos infrecuentes tales como calefacción en establos, cultivos de spirulina, desalinización de agua y esterilización de botellas. Los tres tipos principales de aprovechamiento, todos ligados al confort y la calidad de vida humanos, suman el 93,2% de la potencia instalada. 63 APROVECHAMIENTO DIRECTO POTENCIA (MW) 2004 2009 VALOR % VALOR % Bombas de calor geotérmicas Calentamiento de piscinas. Balnearios Calefacción de ambientes Calefacción de invernaderos Acuicultura Usos industriales Fundido de nieve Secado productos agrícolas Otros 15.384 5.401 4.366 1.404 616 484 371 157 86 54,4 19,1 15,4 5,0 2,2 1,7 1,3 0,6 0,3 33.134 6.700 5.391 1.544 653 533 368 125 42 68,3 13,8 11,1 3,2 1,3 1,1 0,8 0,3 0,1 TOTAL 28.269 100 48.493 100 Δ (%) 115 24 23 10 6 10 -1 -20 -51 72 Tabla 2.3.1.5. Potencia instalada por tipo de aprovechamiento directo. Por otra parte, la Tabla 2.3.1.6 indica las producciones de calor geotérmico utilizado directamente. De nuevo destaca el papel de las bombas de calor que acaparan casi la mitad de la producción térmica. En este caso, los tres aprovechamientos principales acumulan el 87,9% del calor producido. El crecimiento de producción experimentado en el quinquenio es del 55%, con incrementos anuales del 9,2%. APROVECHAMIENTO DIRECTO PRODUCCIÓN (TJ/año) 2004 2009 VALOR % VALOR % Bombas de calor geotérmicas Calentamiento de piscinas. Balnearios Calefacción de ambientes Calefacción de invernaderos Acuicultura Usos industriales Fundido de nieve Secado productos agrícolas Otros 87.503 83.018 55.256 20.661 10.976 10.868 2.032 2.013 1.045 32,1 30,4 20,2 7,6 4,0 3,9 0,7 0,7 0,4 200.149 109.410 63.025 23.264 11.521 11.745 2.126 1.635 955 47,2 25,8 14,9 5,5 2,7 2,8 0,5 0,4 0,2 273.372 100 423.830 100 TOTAL Δ (%) 129 32 14 13 5 8 5 -19 -9 55 Tabla 2.3.1.6. Producción de calor por tipo de aprovechamiento directo. En lo que respecta al apartado denominado calefacción de ambientes en las Tablas 2.3.1.5 y 2.3.1.6, cabe señalar lo siguiente. En la literatura técnica anglosajona los aprovechamientos directos de calor en edificios se refieren a dos situaciones concretas: space heating y district 64 heating. La diferencia entre ambos radica en que el primero es una instalación basada en un único sondeo geotérmico mientras que el segundo está soportado por una red de sondeos. Se trata, fundamentalmente, de un problema de tamaño y de posibilidades técnicas pues las mayores instalaciones pueden ofrecer variantes de uso que no son aplicables a menor escala. Sin embargo, en ocasiones el término space heating es utilizado de forma globalizadora y genérica, integrando a district heating. En el presente capítulo se utilizarán los términos calefacción de edificios para space heating (instalaciones a pequeña escala), calefacción urbana para district heating (instalaciones a gran escala) y calefacción de ambientes como término que engloba a ambos. En las citadas tablas, el dato que se indica comprende el aprovechamiento directo conjunto tanto en edificios como en calefacción urbana pues las fuentes no los separan. No obstante, se estima que a nivel mundial, la calefacción de edificios y urbana se reparten potencia instalada y producción de calor en la proporción aproximada del 15% y 85%, respectivamente. Turquía, Italia, EE.UU, Japón y Georgia son los mayores usuarios de la calefacción de edificios de un total de 27 países, mientras que los líderes en utilización de calefacción urbana son Islandia, China, Turquía, Francia y Rusia. En 2011, en la Unión Europea, los aprovechamientos directos se han realizado en 18 de los 27 países que la forman. Existen 200 sistemas de calefacción urbana en operación que representan la mayor parte de los usos directos del calor geotérmico. En pocos años se pondrán en marcha nuevas instalaciones en lugares tradicionales como la Cuenca de París y en otros nuevos como Madrid, Barcelona y Burgos en España. 2.3.1.2. Previsiones de desarrollo futuro para los aprovechamientos geotérmicos directos en la Unión Europea y en España El futuro de los aprovechamientos geotérmicos directos de calor españoles está ligado a la política energética que adopte la Unión Europea, especialmente teniendo en cuenta los beneficios que reporta la Directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de abril de 2009 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables. En la actualidad, The Geothermal Panel of the Renewable Heating & Cooling Technology Platform del European Geothermal Energy Council está preparando la Agenda de Investigación Estratégica de la que se conoce el borrador incompleto de la Parte 1. Calefacción y Refrigeración Geotérmicas. Hasta que esté disponible el documento final, los objetivos de la política de la Unión Europea en lo que respecta a los aprovechamientos directos geotérmicos se pueden tomar sin errores significativos del Documento visión 2020-2030 de la European Technology Platform-Renewable Heating & Cooling, de diciembre de 2009, que propone las siguientes iniciativas respecto del uso de la geotermia en calefacción de ambientes (excepto bomba de calor): Objetivos año 2020: - Uso directo: Las actividades más prometedoras son la construcción de nuevas redes de calefacción (climatización) urbana, la optimización de las existentes y el desarrollo de nuevas e innovadoras aplicaciones en el transporte, la industria y la agricultura. Las primeras regiones que deben desarrollarse son tanto las que contienen los recursos más accesibles (Cuencas de los Cárpatos, Toscana y París), como los recursos de alta entalpía en donde se combinen proyectos de aprovechamientos de calor y de producción de electricidad. Francia, Alemania, Italia, Holanda, España, Irlanda y los países de los Cárpatos tienen un renovado interés en la calefacción (climatización) urbana y el uso de bombas de calor. Ambos sistemas pueden utilizar una red de distribución común basada en el aprovechamiento de un solo sondeo, que será la unidad básica de producción. - Cogeneración geotérmica: Hasta el 2020 se van a desarrollar proyectos combinados de plantas de calor y de producción eléctrica de baja entalpía con aprovechamientos de Sistemas Geotérmicos Estimulados (EGS). Objetivos año 2030: - En el año 2030 se prevé un incremento de la producción de calor geotérmico para uso directo que multiplica por 7 (opción conservadora) o por 15 (opción optimista) la producción de 2010. 65 Objetivos año 2050: - Los sistemas geotérmicos de calefacción (climatización) serán viables y económicos en cualquier lugar de Europa, tanto para viviendas individuales como para áreas urbanas en las que estarán combinados con otros sistemas. PRODUCCIÓN ENERGÉTICA [Mtep] 25 La previsión realizada en 2007 por la Unión Europea de las potencias y producciones de los aprovechamientos directos hasta 2050 se muestra en la Figura 2.3.1.1. Esta previsión está ya desfasada debido al incremento experimentado por estos usos al día de hoy que fuerza una previsión de objetivos al alza. Por ejemplo, para el año 2030 estaban previstos 50.000 MW mientras que actualmente se habla ya de 80.000 MW para el mismo año. Aún así, esta previsión del 2007 proporciona las pautas acerca de la planificación de la Unión Europea para este tipo de energía. Por citar una evidencia, en ella se aprecia que el papel más importante, sin discusión, se reserva a las instalaciones con bomba de calor, que se erige en la auténtica protagonista de los aprovechamientos directos. 120.000 Producción geotermia somera Producción térmica de uso directo potencia instalada 110.000 100.000 90.000 20 80.000 70.000 60.000 10 50.000 40.000 30.000 5 20.000 POTENCIA INSTALADA [MWt] - La tecnología de EGS experimentará un fuerte desarrollo en Europa, produciendo una gran cantidad de electricidad combinando, además, la climatización con las instalaciones de cogeneración. Estas instalaciones permitirán desarrollar nuevos sistemas de calefacción urbana para densas áreas poblacionales. 10.000 0 0 AÑO 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 Figura 2.3.1.1. Previsión de aprovechamiento directo del calor geotérmico en la Unión Europea (Fuente: GEOPLAT). En España, los recursos de calor de baja y media temperatura, evaluados en 2011 para elaborar el PER 2011-2020, son los que se indican en la Tabla 2.3.1.7. No incluyen las bombas de calor. La potencia actualmente instalada y censada en España corresponde exclusivamente a aplicaciones de usos directos del calor, principalmente a balnearios e invernaderos, realizadas en los años 80 del siglo XX. Las estimaciones de usos futuros previstos por la Administración española, plasmados en el PER 2011-2020 (Tabla 2.3.1.8), indican que este tipo de aplicaciones no va a crecer a corto plazo por lo que 66 se mantiene constante su cuantía hasta el 2015. A partir de este año, se estima que podrían ir entrando en marcha varios proyectos de calefacción urbana que actualmente están en fases de investigación y tramitando las autorizaciones administrativas necesarias, como son los ya citados de Madrid, Burgos y Barcelona. Diversas instituciones relacionadas con la investigación y los aprovechamientos geotérmicos han mostrado su disconformidad con estas menguadas previsiones, tan alejadas de los crecimientos que están teniendo otros países de la Unión Europea y de la cuantía de los recursos nacionales. TIPO DE RECURSO RECURSOS (x105 GW.h) Baja temperatura 159,90 Media temperatura Reconocidos por el IGME Otros recursos potenciales Total media temperatura 54,23 541,22 595,45 TOTAL 755,35 Tabla 2.3.1.7. Recursos españoles de calor para aprovechamiento directo, sin bomba de calor (Fuente: Sánchez et al, 2011). AÑO POTENCIA (ktep) AÑO POTENCIA (ktep) 2010 2011 2012 2013 2014 2015 3,8 3,8 3,8 3,8 3,8 5,2 2016 2017 2018 2019 2020 6,4 7,1 7,9 8,6 9,5 Tabla 2.3.1.8. Previsión de potencias de los aprovechamientos directos (sin bomba de calor) del PER 2011-2020 (Fuente: PER 2011-2020) No obstante conviene recordar la posición de la Unión Europea al respecto. Opina la UE que la infraestructura actual de las viviendas representa una elevada cuota de la demanda de energía que puede ser localmente suministrada por sistemas de calefacción urbana. Este tipo de aprovechamiento será elegido con preferencia para calentar edificios ya existentes más que para nuevas promociones de viviendas. Estudios recientes indican que el uso directo del calor geotérmico y las redes de calefacción urbana son probablemente las opciones más efectivas para este mercado de viviendas ya construidas. Sin embargo estos desarrollos son intrínsecamente complejos pues precisan la sustitución de las actuales infraestructuras basadas en energía fósil, lo que requiere largos tiempos de implantación. De esta forma la UE viene a dar la razón a la Administración española y a la prudencia de sus previsiones. 2.3.1.3. Instalaciones para el aprovechamiento directo del calor en ambientes El aprovechamiento directo del calor geotérmico en viviendas y otros espacios interiores ubicados en edificios permite dotarles tanto de calefacción como de refrigeración, aunque el suministro de calor es, hoy día, el uso predominante y prácticamente único. Los sistemas de refrigeración, basados en máquinas de absorción, precisan de fluidos geotérmicos a elevada temperatura (77-160ºC), son caros y tienen una baja eficiencia, con unos COP inferiores a 0,7; no habiendo conseguido todavía imponerse frente a otros sistemas y quedando relegados a aplicaciones industriales. Por tanto, los aprovechamientos geotérmicos directos, por regla general, se refieren a calefacción y nunca a refrigeración, salvo en el caso de la bomba de calor. La calefacción de edificios con energía geotérmica está muy extendida, especialmente en construcciones individuales. En estos casos 67 la captación del calor puede hacerse mediante tuberías en forma de U introducidas dentro del sondeo (downhole heat exchanger, DHE), con una disposición similar a la que han popularizado las sondas geotérmicas verticales de muy baja temperatura. pozos, temperatura a la que se introduce en el circuito de distribución. Por su parte, la calefacción urbana consiste en la distribución del calor (agua caliente o vapor) desde una central que recoge el calor de varios sondeos geotérmicos, a edificios individuales o bloques de edificios, por medio de una red de conducciones convenientemente aisladas. Este calor se usa tanto para calefacción como para la producción de agua caliente sanitaria. Un factor importante en la calefacción urbana es la densidad de carga térmica, es decir, el calor que es necesario suministrar a una determinada zona dividido por su superficie. Para que el aprovechamiento tenga rentabilidad económica y social es conveniente que este índice sea elevado, por encima de 1,2 GJ/h.ha ó 2,5 GJ/ ha.año. Aunque los pozos geotérmicos son la fuente primaria de calor, dependiendo de la temperatura necesaria, la calefacción urbana puede recurrir a otras fuentes complementarias de calor, como son los combustibles fósiles, a fin de absorber los picos de demanda en las épocas más frías. Esta opción es más favorable, en términos económicos y de eficiencia del sistema, que la perforación de nuevos pozos geotérmicos o el incremento de bombeo del fluido geotérmico en los existentes. La implantación de una instalación de calefacción urbana precisa una importante inversión inicial cuyos elementos principales son la red de distribución (35 a 75% de la inversión total) y los sondeos de captación. Por el contrario, los costes de operación son bajos. Comparada con una instalación de gas natural, una red de calefacción urbana geotérmica puede proporcionar a sus usuarios un ahorro anual comprendido entre el 30 y el 50%. Mediante la extracción del agua caliente contenida en el acuífero: La captación de las aguas termales se produce normalmente en el subsuelo (raramente en manantiales), en acuíferos situados a profundidades que pueden llegar a los 2.500 m. Para acceder a estos lugares es precisa la perforación de pozos o sondeos. El agua, si el pozo no es artesiano, se traslada a la superficie mediante bombas instaladas dentro de él. Por tanto, las posibilidades son: Los yacimientos geotérmicos que producen agua caliente para calefacción proporcionan normalmente un fluido que está a una temperatura por debajo de 100ºC aunque en ocasiones, como en Islandia, puede alcanzar 125ºC e incluso más; en este caso hay que enfriarla hasta unos 80ºC por mezcla con agua más fría proveniente de otros 68 Desde un punto de vista general y esquemático, la extracción del calor del acuífero termal puede realizarse de las siguientes formas: - Surgencia natural: a través de pozos artesianos y manantiales. - Surgencia forzada: mediante bombeo. Sin extracción del agua caliente contenida en el acuífero: En este caso, el calor del agua se extrae directamente dentro del pozo mediante captadores tubulares introducidos en él (captador DHE). Para ello se rellena el captador con agua que recoge el calor del fluido geotérmico y lo lleva al circuito de calefacción, con el que está conectado, que lo cede al ambiente. Una vez extraído el calor del pozo y puesto en la superficie, se puede aprovechar en el sistema de calefacción de tres formas: - Introduciendo el agua caliente geotérmica directamente en el sistema de calefacción. Las aguas no deben ser corrosivas. - Utilizando intercambiadores y un segundo circuito calefactor con agua de la red municipal calentada. - En los sistemas con DHE, mediante agua de la red municipal calentada en el pozo que circula por el interior del captador y, después, por el circuito de calefacción. En los tres casos, el calor se cede al ambiente desde el circuito de calefacción mediante emisores que, en realidad, son intercambiadores de tipo agua/agua o agua/aire. Una vez que el agua ha cedido parte de su calor al sistema de calefacción, se evacúa del mismo, bien devolviéndola al acuífero de origen, bien a un cauce natural o a una balsa para cualquier uso posterior. En definitiva, en términos generales, puede decirse que las instalaciones de calefacción que funcionan extrayendo fluido geotérmico profundo mediante sondeos se componen de cuatro elementos: - Un elemento productor del calor, generalmente un pozo de extracción, que conduce el fluido caliente profundo a la superficie de forma natural o por bombeo. - Un sistema mecánico compuesto por bombas, tuberías aisladas, válvulas, intercambiadores de calor y los sistemas de control, que trasfiere el calor a la red de distribución de agua caliente. - Una red de distribución de calor dentro del edificio que lo traslada al ambiente mediante emisores. - Un sistema de evacuación del agua enfriada, generalmente un pozo de inyección o una balsa de almacenamiento. Los sistemas calefactores que usan DHE son más sencillos pues sólo precisan: - Un sondeo geotérmico en el que introducir el captador DHE. - Una conducción que prolonga la tubería captadora hasta el edificio a calentar. - Una red de distribución del calor en el interior del edificio con sus correspondientes emisores. La instalación calefactora más simple consiste en la captación de agua caliente en un manantial y el aprovechamiento directo del calor en la propia red de calefacción irradiando al ambiente mediante emisores agua/agua o agua/aire. La Figura 2.3.1.2 muestra esquemáticamente una disposición de este tipo con un emisor final agua/aire. En la misma figura se han representado también las temperaturas que entran en juego para un caso particular. Estas instalaciones son poco frecuentes debido a que es necesaria la conjunción de tres factores: la existencia de un manantial con suficiente caudal y temperatura, que el agua termal no sea corrosiva y que exista una demanda de calor a corta distancia. Es el caso típico de las calefacciones de algunos edificios balnearios. Si el agua se capta en un pozo o sondeo, el esquema sería similar al indicado. 45ºC 35ºC agua caliente AIRE 30ºC 20ºC AMBIENTE A CALENTAR 20ºC EMISOR Figura 2.3.1.2. Esquema de un aprovechamiento directo simple. 69 Un caso más complejo se presenta cuando, debido a su naturaleza, el agua no puede introducirse directamente en el circuito de calefacción y es preciso intercalar un intercambiador. Es el caso representado en la Figura 2.3.1.3 en donde el agua termal se capta mediante un sondeo. Cuando esta agua llega a la superficie, se hace pasar por un intercambiador de placas que calienta el agua fría de la red que circula por el circuito secundario de calefacción en sistema cerrado. Si la temperatura que ésta alcanza no fuera suficiente, se acopla un sistema de apoyo (un elemento calefactor o un tanque de almacenamiento de agua muy caliente proveniente de pozos de elevada entalpía) que aumenta la temperatura del agua hasta el punto requerido. El agua del circuito de calefacción se recircula por la red de distribución volviendo enfriada al intercambiador. El fluido geotérmico que ha cedido parte de su calor al sistema es devuelto al acuífero por un segundo pozo. SISTEMA DE APOYO 50-80ºC EMISOR BOMBA 20-35ºC AMBIENTE A CALENTAR 20ºC INTERCAMBIADOR DE PLACAS 60-120ºC POZO DE PRODUCCIÓN 20-60ºC POZO DE INYECCIÓN FLUIDO GEOÉRMICO AGUA DULCE RED Figura 2.3.1.3. Esquema de un aprovechamiento directo con intercambiador intermedio. En la situación descrita, el fluido geotérmico circulante tiene características corrosivas en mayor o menor medida. La temperatura también es un condicionante importante. A pesar de ello, la mayor parte de los sistemas de calefacción geotérmica utiliza equipos estándar aunque siempre hay que tener la precaución de adaptarlos a la naturaleza del agua o vapor geotérmicos pues los fluidos que son corrosivos pueden ocasionar problemas operativos en los elementos que estén en contacto directo con ellos. En cualquier caso debe evitarse la entrada de oxígeno a las conducciones y han de eliminarse los gases y sales disueltos en el agua termal como boro, arsénico y ácido sulfhídrico para evitar la corrosión y precipitación de sales y la consiguiente obstrucción de las tuberías. 70 Desde 1931 se emplea una segunda configuración de captación de calor que hoy día está siendo exhaustivamente empleada en los aprovechamientos directos con bomba de calor a muy baja temperatura en sistemas cerrados (1520ºC). Se trata de captadores tubulares instalados fijos en el pozo geotérmico que, por ello, se denominan DHE (downhole heat exchanger). Como es lógico, los modelos diseñados para calefacción de ambientes trabajan a una temperatura muy superior, con agua hasta 93-96ºC. El sistema consiste en la introducción dentro de un pozo geotérmico de una tubería de polietileno resistente (PEX) doble, empalmada mediante un codo en un extremo, que se coloca fija dentro del pozo desde el fondo hasta el emboquille. El pozo se encuentra lleno de agua termal que asciende en el mismo hasta su nivel piezométrico. La tubería se rellena con agua fría de la red municipal y se empalma con el circuito de calefacción, constituyendo el conjunto un sistema cerrado. Cuando una bomba hace circular el agua por el circuito, el ramal que entra al pozo conduce al agua fría proveniente del retorno del circuito de calefacción. AGUA CALIENTE AGUA ENFRIADA Al entrar en contacto con el agua caliente del pozo, aumenta su temperatura, saliendo del pozo por el segundo ramal camino del circuito de distribución. Al circular por éste y los emisores correspondientes situados en los edificios, cede al ambiente parte de su calor enfriándose. La circulación reconduce esta agua de nuevo al pozo repitiéndose el proceso. EMISOR AMBIENTE A CALENTAR 20ºC AGUA FRÍA DE LA RED AGUA CALIENTE SANITARIA AGUA CALIENTE EN EL POZO Figura 2.3.1.4. Esquema de aprovechamiento mediante intercambiador en sondeo (DHE). Dependiendo del diámetro del pozo y de las características del agua termal (temperatura, flujo, etc.) dentro de la perforación se pueden instalar varios captadores dedicados tanto a la calefacción de ambientes como a la producción de agua caliente sanitaria. La Figura 2.3.1.4 muestra esquemáticamente un sistema calefactor de este tipo compuesto por dos DHE, uno para calefacción de ambientes y el otro para agua caliente sanitaria. En los esquemas presentados en las Figuras 2.3.1.3 y 2.3.1.4, para simplificar, se ha intercalado un único emisor final en el propio circuito secundario de distribución general del calor. En realidad, con frecuencia y sobre todo en los sistemas de calefacción urbana, los edificios tienen sus propios circuitos de distribución (sería un circuito terciario) que captan el calor del circuito general de distribución mediante intercambiadores, de manera que cualquier problema o avería que se produzca en la red local no tiene incidencia en el tendido general. Para establecer el tipo de aprovechamiento más acorde con los recursos del yacimiento geotérmico es frecuente la realización de simulaciones por medios informáticos, mediante las cuales se pueden estimar las estrategias de producción y el consiguiente comportamiento del campo geotérmico en función de la demanda previsible de calor. El resultado final proporciona información sobre el beneficio de la explotación geotérmica y su duración temporal en función de distintas condiciones y supuestos operativos, como son la demanda puntual de calor, el tamaño del yacimiento, la conductividad del terreno, etc. 71 2.3.1.4. Equipamiento de las instalaciones para el aprovechamiento directo del calor en ambientes El equipamiento de las instalaciones para el aprovechamiento directo del calor en ambientes debe considerarse desde una doble perspectiva: el requerido en instalaciones nuevas y el adaptado a sistemas de calefacción existentes. En el primer caso el procedimiento consiste en la evaluación de los requerimientos de calor del sistema y el diseño del equipamiento apropiado teniendo en cuenta la temperatura y flujo del agua geotérmica. En el segundo caso hay que analizar el tipo y estado de la instalación existente; si funciona con agua, la reconversión es posible pero si trabaja con vapor, se necesitará construir una instalación geotérmica prácticamente nueva. Los componentes primarios de los aprovechamientos directos de calor son los sondeos, las bombas de circulación del agua en los captadores DHE y en los circuitos, las tuberías de distribución, las plantas de los sistemas de apoyo energético y los equipos de extracción del calor, sean intercambiadores de placas intermedios o los emisores finales. Es importante recordar que el equipamiento para los aprovechamientos geotérmicos es el mismo que para los usos convencionales. Lo que diferencia a ambos tipos de aprovechamientos es que el primero se aplica a flujos y temperaturas de fluidos que se apartan significativamente de los sistemas tradicionales. 2.3.1.4.1. Sondeos de captación Los recursos geotérmicos se suelen encontrar en el subsuelo, enterrados a profundidades que alcanzan varios kilómetros; por ello, el acceso al recurso debe realizarse mediante pozos y sondeos perforados por el procedimiento más eficaz y económico posible. La Tabla 2.3.1.9 muestra una selección de dichos métodos cuya descripción puede encontrarse en monografías temáticas. 72 Cuando el yacimiento no es profundo y la temperatura del agua no supera los 70-80ºC, los sondeos son del tipo convencional empleado para la captación de las aguas subterráneas. Sin embargo, los equipos de perforación que alcanzan gran profundidad y temperatura deben adaptarse a las especiales características de los yacimientos geotérmicos. Puesto que los sondeos constituyen una de las inversiones fundamentales de cualquier proyecto de aprovechamiento directo, es importante optimizar sus procedimientos y abaratar los costes. Para ello se están llevando a cabo estudios tecnológicos que pueden agruparse en tres líneas de investigación: incremento de la velocidad de perforación, mejora de las técnicas de guiado y control, e investigación de nuevos materiales y técnicas. ACCIÓNCARACTERISTICAMÉTODO DE PERFORACIÓN Percusión Tipo de accionamiento Posición del martillo Rotopercusión Circulación del lodo Tipo de tubería Herramienta de corte Circulación del lodo Diámetro del pozo Rotación Tipo de tubería Posición del motor de rotación Percusión por cable Rotopercusión con martillo en cabeza Rotopercusión con martillo en fondo Rotopercusión con circulación directa Rotopercusión con circulación inversa Rotopercusión con tubería convencional Rotopercusión con revestimiento simultáneo Rotación con tricono Rotación con w Rotación con trépano de diamante Rotación con corona de widia Rotación con corona de diamante Rotación con circulación directa Rotación con circulación inversa Rotación convencional Rotación con diámetro reducido (slimhole) Rotación con tubería convencional Rotación con revestimiento simultáneo Rotación con entubado (casing drilling) Rotación con carrete de tubería (coiled tubing) Motor fuera del sondeo: .Rotación con tubería convencional .Rotación con revestimiento simultáneo .Rotación con entubado (casing drilling) Motor dentro del sondeo: .Rotación con carrete de tubería (coiled tubing) Tabla 2.3.1.9. Resumen de los métodos de perforación principalmente utilizados para la captación de agua geotérmica. Resultado de estos estudios son mejoras del método de rotación, el uso de sondeos de diámetro reducido y la perforación con carrete de tubería y con entubado. Con objeto de mejorar los rendimientos, desde el año 2000 están funcionando torres de perforación que combinan la rotación convencional en cabeza (top drive) con la perforación mediante carrete de tubería. Tales equipos presentan una gran versatilidad pues pueden funcionar a voluntad de un modo u otro, adaptándose a las características del terreno. Las posibilidades que ofrece la perforación con entubado para la geotermia son muy interesantes, habida cuenta de la facilidad con que se realiza y que la técnica está muy desarrollada para las profundidades económicas actuales. Puesto que el entubado es un elemento fundamental en los sondeos geotérmicos, cualquier innovación que le afecte, como es la que se comenta de casing drilling, antes o después tendrá su aplicación en la extracción de agua, especialmente teniendo en cuenta el abaratamiento de costes que supone frente a la perforación convencional. Además de las técnicas anteriores, una segunda posibilidad que se abre a la prospección geológica en general y a la geotérmica en particular, es el desarrollo de nuevas tecnologías de perforación que, hoy día, están en fase de investigación. Como tales se pueden citar la perforación con proyectiles, la perforación química, la perforación láser, la perforación por decrepitación y la perforación por desescamación. 73 2.3.1.4.2. Bombas extractoras Salvo que el pozo sea artesiano, las bombas extractoras colocadas en su interior son imprescindibles para trasladar el agua a la superficie y para prevenir la presencia de gases. Los tipos más comunes son las bombas lineales y las sumergidas. Las primeras son bombas centrífugas multietapa colocadas en el interior del pozo que se accionan con un motor ubicado en la superficie. Las segundas son bombas eléctricas sumergibles, centrífugas multietapa, que se alimentan mediante un cable eléctrico introducido en el pozo. Cuando se utilizan bombas lineales se debe tener precaución con las dilataciones y el engrase de algunos de sus componentes. Estas bombas presentan dos ventajas respecto de las sumergidas en los sondeos convencionales: su menor coste y un tradicional y comprobado buen funcionamiento. Sin embargo, cuando la profundidad del pozo supera 250 m, se requieren bombas sumergibles. 2.3.1.4.3. Tuberías Los fluidos geotérmicos que se bombean de los pozos pueden ser agua, vapor de agua o una mezcla de ambos. Estos fluidos son transportados mediante tuberías desde el cabezal del pozo hasta el lugar del aprovechamiento o a un separador agua/vapor. Las tuberías se calientan hasta la temperatura del fluido que transportan; si es elevada, puede producir fatiga térmica que dañe las conducciones. El coste de estas tuberías y de la red de distribución del calor es elevado, especialmente cuando la fuente geotérmica se localiza a gran distancia del lugar de aprovechamiento; sin embargo, el transporte de agua caliente a 60 km puede ser económico en algunos casos, como ocurre en el w, en el que las tuberías son de cemento con asbesto y están enterradas en el suelo. Cuando el fluido geotérmico circulante tiene una temperatura que supera los 100ºC, las tuberías son, preferentemente, de acero al carbono. Otros tipos de materiales ampliamente utilizados son los 74 plásticos reforzados con fibra de vidrio (FRP) y el cemento con asbesto (AC), aunque este último, empleado frecuentemente en el pasado, no puede ser utilizado en muchos países debido a restricciones ambientales. Si la temperatura del fluido geotérmico no supera los 60ºC, pueden construirse redes de distribución compuestas por tuberías de cloruro de polivinilo (PVC); este material es usado frecuente, además, en los circuitos de evacuación de las aguas enfriadas a los pozos de inyección, balsas de almacenamiento o cauces naturales. Las tuberías de polietileno (PEX) trabajan bien con fluidos que no superan temperaturas de 100ºC y presiones de 550 kPa. Por ello se han popularizado especialmente tras su aplicación en los sistemas que funcionan con bomba de calor. Las tuberías de polibuteno tienen un buen comportamiento a largo plazo, con temperaturas de servicio de 95ºC. Las tuberías metálicas pueden ser corroídas por agentes externos por lo que deben ser protegidas con fundas y revestimientos. A veces las tuberías van colocadas dentro de túneles de cemento accesibles o en zanjas en las que, además, pueden ubicarse otros servicios como líneas eléctricas y telefónicas, conducciones de aguas fecales, acometidas de agua caliente sanitaria, etc. El aislamiento térmico de las tuberías es fundamental para evitar pérdidas de calor durante el transporte. En cualquier caso las protecciones deben ser estancas e impermeables pues la humedad puede causarles daños irreparables y, además, producir procesos de corrosión externa. Los tendidos de tuberías enterradas son preferibles a los superficiales ya que las pérdidas de calor son un 30% inferiores. Los materiales más utilizados como aislantes de las tuberías de acero son la espuma de poliuretano, la lana de roca o la fibra de vidrio. Este tipo de tuberías, si el tendido va enterrado, debe protegerse con fundas de PVC; si, por el contrario, las conducciones de acero se disponen sobre la superficie, se utiliza aluminio. Los espesores de material aislante varían entre 2,5 y 10 cm. Algunos fabricantes suministran tuberías preaisladas compuestas por tres capas: la interna de acero, cobre o polipropileno que conduce el fluido, otra intermedia aislante de poliuretano y una tercera externa, protectora, de polietileno. La duración de la capacidad aislante de estos tubos es de 30 años. TIPO DE CONDUCCIÓN Aislada No aislada PÉRDIDA DE TEMPERATURA (0,1 – 1) ºC/km (2 – 5) ºC/km Tabla 2.3.1.10. Pérdidas de calor en tuberías durante el transporte (tubería de 15 cm de diámetro y flujo de fluido de entre 5-15 l/s). Las pérdidas de temperatura del fluido geotérmico durante el transporte disminuyen a medida que el diámetro de las tuberías aumenta. Para tuberías de 15 cm de diámetro y un flujo de 5 a 15 l/s de fluido geotérmico, las pérdidas de temperatura durante el transporte se indican en la Tabla 2.3.1.10. El sistema Flexalen 600 de tuberías pre-aisladas consigue que las pérdidas de temperatura sean inferiores a 1ºC/km. El coste de las tuberías sin aislamiento es aproximadamente la mitad que el de las tuberías aisladas por lo que son las preferidas cuando las pérdidas de temperatura no son críticas. El material con que está fabricada la tubería no tiene un efecto significativo sobre la pérdida de calor pero si lo tiene la velocidad del fluido, de manera que cuando el flujo es reducido, la pérdida de calor es mayor. 2.3.1.4.4. Intercambiadores de calor Los intercambiadores de calor son elementos necesarios para: - Aislar el circuito de aguas geotérmicas, con frecuencia cargadas de sales disueltas, de la red de distribución de calefacción. - Traspasar el calor geotérmico al circuito de calefacción. utilizarse dispositivos DHE. Los intercambiadores de carcasa y tubo (shell and tube) tienen un papel minoritario en los aprovechamientos geotérmicos directos debido a su tamaño, mayor precio y problemas que presentan con fluidos corrosivos por lo que están restringidos a otros usos industriales. Los intercambiadores de placas son los más frecuentemente utilizados en las instalaciones de calefacción geotérmica. Están construidos con placas de acero inoxidable o de titanio si el fluido es especialmente corrosivo. Proporcionan un eficiente intercambio de calor en un espacio reducido, volumen que si fuese necesario, puede incrementarse añadiendo más placas. Estos intercambiadores ocupan menos espacio que los de carcasa y tubo y son un 40% más baratos. Por ser equipos fundamentales en las instalaciones geotérmicas y, además, ampliamente utilizados en todo el mundo, están en permanente investigación para conseguir mejoras de diseño, calidad y coste. Los intercambiadores DHE se instalan en los pozos por lo que captan directamente el calor del agua que contienen, eliminando la necesidad de evacuar el fluido geotérmico agotado. Están formados por tuberías de polietileno de alta resistencia (PEX) aunque también pueden usarse tubos de acero. El uso de DHE está limitado al denominado calentamiento de edificios como son las viviendas individuales y los pequeños bloques de pisos u oficinas. 2.3.1.4.5. Emisores finales El calentamiento específico de los espacios interiores de los edificios se logra haciendo circular el agua geotérmica, o el fluido secundario calentado por ella, a través de emisores colocados en cada habitación o ambiente, de forma similar a como se realiza con una instalación de calefacción convencional. Los tipos más utilizados de emisores son de aire forzado, de flujo natural de aire, el suelo radiante y los radiadores. Los intercambiadores normalmente utilizados son de placas. En instalaciones pequeñas suelen 75 2.3.1.5. Investigación de yacimientos geotérmicos para aprovechamiento directo del calor La metodología de la investigación de los yacimientos geotérmicos para aprovechamientos directos del calor en edificios y bloques de viviendas depende de la temperatura del agua, pudiéndose distinguir dos casos: agua a temperatura entre 50-100ºC, y agua y vapor a temperatura superior a 100ºC. Por otra parte también hay que tener en cuenta si el destino del agua es un aprovechamiento de edificios individuales o un sistema de calefacción urbana ya que los requerimientos de temperatura y, sobre todo, de flujo no son los mismos y, por ello, las formaciones geológicas objetivo (acuíferos) pueden diferir. 2.3.1.5.1. Aprovechamientos directos a baja temperatura El fluido de estos yacimientos está a una temperatura normalmente comprendida entre 50 y menos de 100ºC lo que excluye la presencia de vapor. En general, se trata de acuíferos convencionales que pueden investigarse por los métodos propios de la hidrogeología. La existencia de los yacimientos de baja temperatura se debe a la presencia de un gradiente normal, o ligeramente superior, y de capas porosas y permeables que contengan agua y la transmitan. Por tanto, la temperatura del agua depende exclusivamente del gradiente geotérmico y de la profundidad de la captación. La investigación de los recursos geotérmicos de baja temperatura está dirigida a determinar la presencia de acuíferos a profundidades a las que el agua que se ha de explotar esté a tal temperatura que su aprovechamiento térmico sea técnica y económicamente viable. En lo referente a las técnicas de investigación de estos yacimientos hay que tener en cuenta que el agua caliente producida es un elemento barato y de consumo local; por ello, en ningún caso se justifica el empleo de costosas técnicas de prospección. Esquemáticamente, una investigación de este tipo consta de las tres fases que se indican en la 76 Tabla 2.3.1.11, de acuerdo con la metodología propugnada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). La información de partida son los estudios geológicos e hidrogeológicos y los sondeos de petróleo o de agua realizados que se puedan consultar. Mediante esta información se deben detectar los posibles acuíferos objetivo, en cada uno de los cuales habría que deducir el modelo geotérmico correspondiente determinando las propiedades del acuífero y el espaciamiento de los sondeos de captación y, en su caso, de reinyección. Una segunda fase tiene por objetivo la perforación de sondeos hasta los acuíferos con el fin de determinar la exactitud del modelo geotérmico previo. Los sondeos deben ser testificados con sondas geofísicas de manera que en cada uno de ellos se obtenga el máximo de información acerca del almacén y del agua. Se harán pruebas de producción encaminadas a determinar la potencia térmica óptima que permitan diseñar las captaciones y los sondeos de reinyección. La tercera fase es un estudio de viabilidad técnico económica que comprenda un estudio de la demanda y de la red de distribución correspondiente, inversiones, costes, gestión de ventas, etc. FASEDURACIÓNFINALIDAD 1 Estudios geológicos e hidrogeológicos 2 Estudio de almacenes 3 Factibilidad técnico económica OBJETIVOS 6-12 meses - Antecedentes Selección y evaluación - Planificación de etapas posteriores - Definición de almacenes explotables de objetivos de - Selección de puntos favorables explotación - Definición del modelo geotérmico 8-14 meses Confirmación de las hipótesis geológicas y definición de las condiciones de extracción del recurso 3-4 meses Definición de las condiciones de utilización y estudio de la viabilidad económica de la explotación - Confirmación del modelo previsto - Selección de almacenes - Establecimiento de las características hidráulicas del almacén - Estimación del potencial térmico explotable - Elección de usuarios - Definición del aporte geotérmico y selección del sistema - Definición de los parámetros económicos del sistema - Definición del modelo de empresa explotadora y modo de operación TABLA 2.3.1.11. Investigación de yacimientos de baja temperatura (Fuente: Sánchez, 1984, modificada). 2.3.1.5.2. Aprovechamientos directos a media temperatura Los recursos de media temperatura (100150ºC) se pueden encontrar tanto a escasa profundidad en zonas de elevado gradiente, siendo un caso particular de los yacimientos de alta temperatura, como en cuencas sedimentarias a elevada profundidad y gradiente normal, siendo un caso extremo de los yacimientos de baja temperatura. Consecuentemente, en el primer caso y comprendiendo los yacimientos con temperatura de la gama alta del intervalo de este grupo de yacimientos, los métodos de investigación a aplicar son los que seguidamente se describen para los yacimientos de alta temperatura. En el segundo caso, en la gama de temperaturas próximas a los 100º C, el yacimiento se asemeja a los de baja temperatura cuya investigación se ha comentado en el capítulo anterior. Los yacimientos de alta temperatura (>150ºC) son los más valiosos debido al valor añadido del producto final (producción eléctrica) pero también son los más complejos y caros de investigar, debiendo plantearse la utilización de métodos de prospección variados, costosos y, con frecuencia, sofisticados. La Tabla 2.3.1.12 muestra la secuencia de un programa de investigación de los yacimientos de alta temperatura, de acuerdo con el IGME. La primera etapa consiste en llevar a cabo una serie de investigaciones generales en superficie, cubriendo un área inicial que suele ser de gran tamaño. Su objetivo es detectar zonas de interés que serán investigadas en la segunda fase. En la segunda etapa se prospectan en detalle las áreas de potencial interés detectadas en el reconocimiento. A tal fin se aplican las mismas técnicas que en la fase anterior pero focalizadas en estas áreas más favorables, añadiendo algunas otras, como la geofísica. Con la perforación de uno o varios sondeos cortos de investigación se completa la modelización del yacimiento y se evalúa su potencial. En esta fase es importante acotar espacialmente la estructura geológica que actúa como acuífero, sus cierres, acuñamientos y fracturas, así como las principales características hidrogeológicas, incluidas la temperatura y calidad del agua. En la tercera se confirma con datos adicionales la presencia del 77 campo geotérmico y se estudia la posibilidad técnica y económica de ponerlo en explotación. En esta fase se realizan sondeos profundos de elevado coste. FASEDURACIÓNFINALIDAD 1 2 Prefactibilidad 3 Factibilidad OBJETIVOS 3-4 años - Antecedentes y documentación - Planificación de etapas posteriores Selección de - Posibilidad de cámara magmática regiones geotérmicas. - Geoquímica de aguas termales Proposición de - Síntesis geológica e hidrogeológica programas para - Selección priorizada de regiones geotérmicas cada región - Modelo probable de yacimiento - Propuesta de programas de investigación 4-5 años - Determinación de la fuente de calor - Definición de la estructura geológica Selección de áreas. - Definición de almacén y cobertera Estimación de su - Quimismo de las aguas potencial geotérmico. - Condiciones de equilibrio agua-roca Proposición de - Estudio del fluidos (recarga, circulación, escapes) modelo de - Definición y delimitación de anomalías geotérmicas. Puntos de yacimiento máxima anomalía - Cálculo del potencial geotérmico - Definición del modelo de yacimiento 2-3 años Confirmación del yacimiento. Viabilidad técnico-económica de su explotación - Confirmación del modelo de yacimiento - Evaluación de las características del almacén - Definición de caudales de extracción - Tratamiento del fluido - Procesos de conversión, etc - Definición del mercado de consumidores - Evaluación de inversiones y costes de explotación - Cálculo de la rentabilidad económica TABLA 2.3.1.12. Investigación de yacimientos de alta temperatura (Fuente: Sánchez, 1984, modificada). Superado lo anterior, se entraría en la fase de explotación y desarrollo del campo. Esta fase se sale de lo que tradicionalmente se entiende por investigación aunque es cierto que los pozos que están en producción y de los sondeos de reinyección de las salmueras térmicamente agotadas no cesan de aportar información geotérmica que se debe utilizar mediante simulaciones en la mejora del conocimiento de la roca almacén, del fluido y de las posibilidades energéticas del campo, y en la búsqueda de nuevos recursos. 78 Piscina termal en Las Burgas, Ourense 2.3.1.6. Casos prácticos Se comentan seguidamente tres casos reales de calefacción de ambientes que presentan una casuística completamente diferente. 2.3.1.6.1. Calefacción de edificios Una antigua pero efectiva instalación de aprovechamiento geotérmico es la que se encuentra en el Polideportivo Los Remedios, en Ourense (Galicia), cuyo esquema se muestra en la Figura las burgas 67ºC 60ºC 2.3.1.5. La instalación recoge las aguas que vierte la fuente termal de Las Burgas (67ºC), en el centro de la población, que son conducidas a un depósito regulador y, posteriormente, al polideportivo mediante una tubería aislada de 1.500 m. El agua llega a 60ºC y se lleva a varios intercambiadores de placas que extraen una parte de su calor que es suficiente para calentar el agua de dos piscinas (una olímpica y otra semi olímpica), proporcionar agua caliente sanitaria al complejo y abastecer el sistema de calefacción por aire de la mayor parte del edificio. El agua, a poco más de 20ºC, se vierte directamente en el río Miño. depósito 300 m 1.500 m INTERCAMBIADOR 15ºC 40ºC 40ºC DUCHAS AGUA CALIENTE AIRE FRIO RESERVA DE AGUA 37ºC RADIADOR piscina GRANDE VERTIDO AL RÍO MIÑO AIRE CALIENTE piscina pequeña AGUA FRIA Figura 2.3.1.5. Esquema del aprovechamiento directo para edificio individual (Polideportivo Los Remedios, Ourense). La simplicidad y efectividad de esta instalación es sorprendente, especialmente teniendo en cuenta las dimensiones de los intercambiadores de placas y los volúmenes de agua y aire calentados. 79 2.3.1.6.2. Calefacción URBANA Dentro de este apartado cabe reseñar, entre las múltiples instalaciones existentes en el mundo, los aprovechamientos de la Cuenca de París (Francia) y de Reykjavik (Islandia). Cuenca de París (Francia): El acuífero que suministra agua termal para calefacción urbana a la Cuenca de París comenzó a explotarse en 1969. Desde esa fecha se han construido 48 plantas de las cuales sólo permanecen abiertas las veintinueve ubicadas en la región de Ile-de-France. La producción de calor geotérmico constituye del 33% al 100% del calor suministrado a la red de distribución, estando complementada en treinta de estas plantas por el calor que proviene de otras instalaciones de apoyo que funcionan con cogeneración, gas y fuel oil. La captación de agua termal se produce en 34 dobletes (sondeos de captación y reinyección) que extraen caudales comprendidos entre 180 y 600 m3/h. El acuífero tiene una superficie de 15.000 km2. El agua termal está a una profundidad comprendida entre 1.500 y 2.000 m y se extrae a una temperatura que varía de 56 a 85ºC. El gradiente geotérmico es ligeramente superior al normal (entre 3,54,1ºC/100 m) aunque en algunas zonas desciende a 2,75ºC/100 m. Reykjavik, Blue Lagoon 80 La salinidad del agua es de 6,4 mg/l a 35 mg/l. El aprovechamiento geotérmico decayó en los años 1980 del siglo XX como consecuencia de los precios baratos de los combustibles fósiles. A partir de 1998, como consecuencia del Protocolo de Kyoto, hubo un relanzamiento del campo que, sin embargo, se plasmó en la construcción de plantas de apoyo de gas debido a su ventajoso precio. Afortunadamente, en 2008 el parlamento francés aprobó diversas medidas de apoyo a las energías renovables, geotermia incluida, que han potenciado la mejora y renovación de las instalaciones del campo. De hecho, en 2007-2008 se reformaron y perforaron varios pozos y dobletes, en 2009 se aprobaron cinco proyectos de investigación y en 2010 se iniciaron tres nuevas operaciones. Calefacción urbana en Reykjavik (Islandia): La energía geotérmica juega un destacado papel en la economía islandesa pues representa el 66% de la energía primaria consumida. El principal uso de esta energía es la calefacción de ambientes de la cual el 89% es de origen geotérmico. En la actualidad existen 22 empresas suministradoras de este tipo de calor que operan 62 sistemas de calefacción urbana. La mayor, con diferencia, es la que atiende a Reykjavik y a cinco comunidades vecinas, todas las cuales suman 183.000 habitantes de los 320.000 que tiene el país. En el otro extremo se encuentran las empresas que proporcionan calor en las áreas urbanas o rurales a pequeños grupos de granjas o viviendas, que apenas suman, en conjunto, 4.000 habitantes. La mayor parte de los sistemas de calefacción directa islandeses utilizan el propio fluido geotérmico en el circuito de distribución. Algunos llevan hasta 80 años en operación. temperatura (menos de 150ºC) y dos de alta temperatura. El fluido geotérmico de éstas últimas (a unos 300ºC) se utiliza para producir energía eléctrica y calentar el agua fría de otros pozos hasta una temperatura de 80ºC, que es la del agua de calefacción, momento en que se incorpora al circuito de distribución de ésta. La instalación de Reykjavik aprovecha cinco áreas geotérmicas independientes, tres de baja Las características de las áreas geotérmicas de baja temperatura se indican en la Tabla 2.3.1.13. ÁREA ENTRADA TEMP. (ºC)Nº DE POZOS PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN POTENCIA SUPERFICIE EN SERVICIOMEDIA (l/s)MÁXIMA (l/s) (MW) (Km2) Laugarnes 1930 120-140 10 156 340 125 0,28 Ellidaár 1968 70-90 8 65 260 50 0,08 Mosfellssveit 1943 80-90 34 877 1.980 370 5,5 Tabla 2.3.1.13. Campos de baja temperatura de sistemas de calefacción urbana de Reykjavik (Fuente: Axelsson et al, 2010, modificada) La temperatura de distribución del agua es de 80ºC, saliendo de los aprovechamientos a 25-40ºC. Esta agua se utiliza bien para fundir la nieve caída sobre los pavimentos de las calles, bien se recalienta para ser reutilizada en el circuito de calefacción. El caudal máximo bombeado en la red de distribución en las épocas más frías es de 14.800 m3/h. El volumen anual medio de agua caliente utilizado es de 67 millones de m3. A pesar de los años que llevan funcionando estos campos, sus pozos han alcanzado prácticamente el equilibrio entre el caudal de extracción y la recarga natural, de manera que funcionan de forma sostenible. 81 2.3.2 APROVECHAMIENTOS PARA BOMBA DE CALOR GEOTÉRMICA Una bomba de calor es una máquina que permite retirar calor de un foco a baja temperatura (foco frío) y hacerlo pasar a un foco a una temperatura superior (foco caliente). Teniendo en cuenta lo indicado por el 2º Principio de Termodinámica, el paso de calor de un foco a baja temperatura a otro a una temperatura superior requiere el aporte de una determinada cantidad de trabajo. Por lo tanto, las bombas de calor son dispositivos que permiten extraer calor de un medio a baja temperatura y cederlo a un medio a mayor temperatura, a costa de un aporte de trabajo desde el exterior. En la Figura 2.3.2.1, se muestra un esquema genérico del principio de funcionamiento de una bomba de calor. 82 FOCO CALIENTE T1 T1>T2 BOMBA DE CALOR W CALOR FOCO FRÍO T2 Figura 2.3.2.1. Principio de funcionamiento de una bomba de calor. Por su parte, se denomina energía geotérmica a la energía almacenada debajo de la superficie sólida terrestre y que se puede aprovechar en forma de calor. Teniendo en cuenta el nivel térmico al que se puede obtener dicha energía, se distinguen dos tipos de usos: usos directos y usos indirectos. Se denominan usos directos a aquellos en los que la temperatura del foco de energía es suficiente para su utilización en aplicaciones tales como la producción de energía eléctrica, aporte de calefacción o para la producción de frío mediante máquinas de absorción o adsorción. Estos usos directos de la energía geotérmica se hacen normalmente a partir de fluidos termales (vapor o agua líquida a alta temperatura) procedentes del interior de la tierra. Sin embargo, si el nivel térmico de la energía disponible es bajo, normalmente por debajo de los 30 ºC, entonces se requiere el uso de bombas de calor que permitan recuperar la energía en forma de calor a baja temperatura y aumentar su temperatura hasta un nivel que resulte interesante para su utilización en sistemas de calefacción, producción de agua caliente sanitaria (ACS) u otras aplicaciones. Así, a las bombas de calor que se utilizan para aprovechar la energía geotérmica a baja temperatura se les denominan bombas de calor geotérmicas. Por otra parte indicar que, el aprovechamiento de la energía geotérmica mediante bombas de calor se enmarca dentro de la denominada geotermia de baja entalpía, geotermia somera, o también geotermia de muy baja temperatura. La energía geotérmica es una energía renovable, tal como se reconoce explícitamente en la Directiva Europea 2009/28/CE, disponible durante todo el año, y que además, con las instalaciones de bomba de calor se puede utilizar tanto para calentamiento como enfriamiento en edificios. 2.3.2.1. Sistemas de captación El aprovechamiento de la energía geotérmica mediante bombas de calor puede realizarse directamente del propio terreno o de aguas freáticas, y para ello se requiere el uso de un sistema de captación. Los sistemas de captación de energía geotérmica consisten en conductos enterrados en el terreno por el interior de los cuales se hace circular un fluido a una temperatura inferior a la del propio terreno. La diferencia de temperaturas entre el terreno y el fluido causa una transferencia de la energía en forma de calor del terreno al fluido. Al sistema de conductos en los que se produce este intercambio de calor se denomina captador. El fluido utilizado para la extracción de calor del terreno puede ser un fluido caloportador que circula en un circuito cerrado entre el captador y la bomba de calor, o bien, el propio refrigerante de la bomba de calor. Los sistemas de captación constituidos por un circuito cerrado y en los que se utiliza un fluido caloportador se denominan sistemas de captación cerrados. En los sistemas de captación en los que el refrigerante absorbe directamente la energía en forma de calor del terreno, el captador es el propio evaporador de la bomba de calor que se sitúa enterrado. Este tipo de sistemas se suelen denominar como sistemas con bombas de calor de expansión directa y, actualmente, no se utilizan habitualmente en este tipo de instalaciones. Los sistemas de captación cerrados son los más utilizados. El fluido caloportador que se usa normalmente en este tipo de sistemas es una mezcla de agua con propilenglicol, denominada de forma genérica como glicol. Los captadores están constituidos por conductos plásticos, habitualmente de polietileno (PE) o polietileno reticulado (PEXa), y que se denominan normalmente sondas geotérmicas. El glicol circula forzado por una bomba entre el captador y el evaporador de la bomba de calor. La energía captada por el fluido del terreno, cuando éste circula por el captador, se cede al refrigerante en el evaporador de la bomba de calor. Los captadores de los sistemas de captación cerrados, dependiendo de la disposición de las sondas en el terreno, se clasifican de forma genérica en captadores verticales y captadores horizontales. 83 Los captadores verticales consisten en perforaciones verticales con profundidades que suelen variar entre los 80 m y los 120 m en las que se introducen las sondas por el interior de las cuales circula el glicol. Los diámetros de las perforaciones suelen oscilar entre los 130 y los 160 mm dependiendo del tipo de sondas que se utilicen. En la Figura 2.3.2.2-a, se muestra un esquema de un captador vertical en un sistema cerrado. Bomba de calor En los captadores horizontales, normalmente, las sondas se disponen horizontalmente formando una parrilla que se entierra a una profundidad que puede oscilar entre 1,2 m y 2 m, si bien pueden considerarse otras disposiciones como son sondas en espiral o dispuestas en zanjas. En la Figura 2.3.2.2-b, se muestra un esquema de un captador horizontal. Bomba de calor Figura 2.3.2.2. Esquemas de sistemas de captación geotérmicos cerrados: a) captador vertical; b) captador horizontal. En la actualidad pueden encontrarse dos variantes de los sistemas de captación cerrados indicados anteriormente, los basados en el uso de sondas helicoidales y los pilotes y cimentaciones termoactivas. Las sondas helicoidales disponibles en el mercado se construyen a partir de un tubo con una longitud total de 40 m, que se dispone en forma de serpentín helicoidal con una altura de 3 m y un diámetro exterior de 36 cm. Estas sondas se introducen en perforaciones con un diámetro mínimo de 45 cm y una profundidad de entorno a los 5 m. Los pilotes y cimentaciones termoactivas 84 se construyen colocando las sondas de captación sujetas a la estructura metálica y hormigonando todo conjuntamente, de tal forma que las sondas quedan insertadas en el interior de los propios pilotes o muros pantalla. La captación de la energía geotérmica de aguas freáticas se hace extrayendo el agua del terreno mediante bombas, haciéndola pasar por la bomba de calor, donde se enfría cediendo su energía en forma de calor a la bomba, y reinyectándola de nuevo al terreno, tal como se muestra en la Figura 2.3.2.3. Bomba de calor Figura 2.3.2.3. Esquema de sistema de captación de aguas freáticas. 2.3.2.2. Bombas de calor geotérmicas Las bombas de calor geotérmicas son máquinas que operan, normalmente, según ciclos de compresión de vapor de simple etapa. Estos ciclos constan de, al menos, dos procesos de intercambio de calor, un proceso de compresión y un proceso de expansión. El fluido de trabajo que sufre los diversos procesos se denomina refrigerante. Los procesos de intercambio de calor incluyen un proceso de ebullición del refrigerante, en el que éste absorbe el calor extraído del foco frío, y un proceso de condensación en el que el refrigerante cede calor al foco a alta temperatura. Por lo tanto, teniendo en cuenta lo indicado anteriormente, una bomba de calor geotérmica se compone, al menos, de un evaporador, un condensador, un compresor y un dispositivo de expansión, además del fluido refrigerante. En la Figura 2.3.2.4, se muestra el esquema básico de una bomba de calor geotérmica con sus componentes principales. FOCO CALIENTE (agua, aire,...) Q2 Condensador Válvula expansión Refrigerante Compresor W Evaporador Q1 FOCO FRÍO (agua, glicol, terreno,...) Figura 2.3.2.4. Componentes principales de una bomba de calor geotérmica. 85 En la actualidad, y aunque pueden encontrarse otros tipos de componentes, la configuración habitual de las bombas de calor geotérmicas, especialmente en el sector doméstico, es la de intercambiadores de placas en el evaporador y condensador, compresores herméticos de tipo scroll y válvulas de expansión termostáticas o electrónicas. En la Figura 2.3.2.5, se representa la configuración básica de una bomba de calor geotérmica. Condensador Compresor Evaporizador Glicol pozos Válvula expansión Agua Figura 2.3.2.5. Configuración básica habitual de una bomba de calor geotérmica. 2.3.2.3. Tipos de bombas de calor geotérmicas Las bombas de calor geotérmicas, atendiendo a los focos de calor entre los que operan, se pueden clasificar en los siguientes tipos. - Bombas de calor glicol-agua: Aquellas en las que se utilizan sistemas de captación cerrados, con captadores verticales u horizontales, en los que el glicol (foco frío) extrae calor del terreno y lo aporta a la bomba de calor. En este caso, la bomba de calor extrae calor del glicol a baja temperatura y lo cede al agua (foco caliente) a temperatura mayor y que ha de ser suficiente para que pueda utilizarse para calefacción y/o la producción de ACS. - Bombas de calor agua-agua: Aquellas en las que usa agua freática como foco frío y se aporta calor al agua (foco caliente) a una temperatura suficiente 86 para su uso en calefacción y/o la producción de ACS. - Bombas de calor terreno-agua: Son las denominadas bombas de calor geotérmicas de expansión directa en las que el evaporador de la máquina se encuentra enterrado, por lo que el calor se extrae directamente del terreno (foco frío) pasando al refrigerante. La bomba de calor aporta calor a agua (foco caliente) que se utiliza para calefacción y/o la producción de ACS. Las bombas de calor glicol-agua y aguaagua también se clasifican en reversibles y noreversibles, en función de si pueden o no realizar una inversión de su ciclo de funcionamiento y, por lo tanto, alternar la producción de calor y de frío. Las máquinas que no pueden realizar la inversión de ciclo se denominan máquinas no-reversibles, mientras que las que si pueden realizar la inversión de ciclo se denominan máquinas reversibles. Las bombas de calor glicol-agua o aguaagua pueden estar equipadas con un sistema de producción de frío pasivo, es decir, de un sistema que permite el intercambio de calor directo entre el agua del circuito de emisión y el fluido del circuito del sistema de captación. Las bombas de calor geotérmicas disponibles actualmente en el mercado, teniendo en cuenta su campo de utilización y su potencia, pueden clasificarse en los dos grupos que se indican a continuación: - Bombas de calor domésticas: El campo de utilización de este tipo de bombas se centra en el sector doméstico y, fundamentalmente, en el sector de la vivienda unifamiliar. Este tipo de máquinas abarcan un rango de potencia de hasta 20 kW, si bien, la mayor parte de los modelos disponibles se encuentran en el rango comprendido entre los 6 kW y los 15 kW. Otra clasificación de las bombas de calor domésticas se puede hacer dependiendo de si llevan o no incorporado el depósito de ACS. Las bombas de calor que incorporan el depósito de ACS se denominan bombas de calor compactas. Las bombas de calor compactas pueden incorporar también las bombas de recirculación del circuito de pozos y/o calefacción y los correspondientes vasos de expansión de pozos y/o calefacción y/o ACS, además de otros componentes adicionales como purgadores, válvulas de seguridad o elementos de carga de los circuitos de glicol y/o calefacción. Este tipo de bombas de calor geotérmicas están experimentado un gran auge en los últimos años. máquinas son el R407C, el R410A y el R134a. - Bombas de calor geotérmicas de alta potencia: Estas bombas de calor se utilizan en el sector terciario y en aplicaciones industriales. Su rango de potencias abarca desde los 20 kW hasta varios centenares de kW. Las bombas de calor de alta potencia son del tipo glicol-agua o agua-agua, y pueden ser no-reversibles o reversibles, e incorporar, o no, el sistema de producción de frío pasivo. Sin embargo, no se utilizan en formato compacto, es decir, incorporando en la propia bomba el depósito de ACS. La configuración de este tipo de bombas de calor varía, tanto en cuanto a su ciclo de funcionamiento, como a los componentes utilizados. Así, existen en el mercado bombas de calor con un único circuito frigorífico, dos circuitos frigoríficos independientes y dos circuitos frigoríficos operando en paralelo con un único evaporador y condensador. En cuanto a sus componentes, normalmente se utilizan compresores herméticos de tipo scroll, operando de forma independiente o en tándem, y de tornillo, normalmente del tipo semiherméticos compactos, los evaporadores y condensadores pueden ser intercambiadores de placas y también de tubos y carcasa en máquinas de potencias elevadas, y los dispositivos de expansión suelen ser válvulas termostáticas o electrónicas. Los refrigerantes habituales en este tipo de bombas de calor son el R134a, el R407C e incluso amoníaco. La configuración habitual de las bombas de calor domésticas es la formada por un compresor hermético de tipo scroll, un evaporador y un condensador de placas y una válvula de expansión termostática o electrónica. En la actualidad los refrigerantes utilizados habitualmente en estas 87 2.3.2.4. Instalaciones con bombas de calor geotérmicas Teniendo en cuenta lo indicado en los apartados anteriores, una instalación con bomba de calor geotérmica para climatización de edificios consta de tres sistemas: el sistema de captación, la propia bomba de calor y el sistema de emisión. En la Figura 2.3.2.6, se muestra un esquema de la configuración habitual de una instalación para la climatización de edificios considerando un sistema de captación cerrado. EDIFICIO Sistema de emisión Bomba de calor Sistema de captación TERRENO Figura 2.3.2.6. Instalación de climatización con bomba de calor geotérmica. 88 Las instalaciones con bomba de calor geotérmica en edificios pueden utilizarse para aportar calor, tanto para calefacción como para la producción de ACS, y también para su enfriamiento. El enfriamiento puede hacerse utilizando una bomba de calor reversible, o bien, un sistema de enfriamiento pasivo. A continuación se indican en la Figura 2.3.2.7, a modo de ejemplo, unas condiciones de operación típicas de instalaciones de climatización con bomba de calor geotérmica para el aporte de calefacción mediante un sistema de suelo radiante, considerando un sistema de captación en circuito cerrado con glicol. EDIFICIO, Ta=22ºC Qc 30ºC Qc 35ºC Tc=40ºC Te=-2ºC 7ºC W 3ºC Qc Qc TERRENO, Tt=14ºC En dicho ejemplo se considera que la temperatura del terreno es de 14ºC y que el glicol se introduce en el captador a 3ºC. La diferencia de temperaturas existente entre el terreno y el glicol hace que la energía geotérmica se transfiera al glicol en forma de calor. Esta transferencia de energía hace que el glicol aumente su temperatura retornando al evaporador de la bomba de calor a 7ºC. El refrigerante se evapora en el evaporador a baja temperatura (-2ºC) debido al efecto del compresor que permite mantener una presión baja (presión de evaporación). La diferencia de temperaturas entre el glicol y el refrigerante hace que la energía extraída del terreno por el glicol pase al refrigerante en forma de calor, lo que da lugar a que el refrigerante se evapore y el glicol se enfríe hasta los 3ºC, para ser introducido de nuevo en el captador. Figura 2.3.2.7. Ejemplo de condiciones de operación de una instalación de climatización con bomba de calor geotérmica para calefacción mediante suelo radiante y sistema de captación cerrado. La constancia de temperaturas del terreno a lo largo del año, a partir de los 10-15 primeros metros de profundidad, depende de la ubicación. En España suele encontrarse entre los 13 y los 16ºC, permitiendo a este tipo de aprovechamientos la obtención de coeficientes de prestaciones mayores que los obtenidos con sistemas de climatización convencionales evaporados o condensados a partir del aire exterior. En la bomba de calor, el compresor retira el vapor que se produce en el evaporador a baja presión y temperatura (-2ºC) e incrementa su presión hasta la presión de condensación, cuya temperatura de cambio de fase es de 40ºC. El calor cedido por el refrigerante en su proceso de condensación se cede al agua en el condensador de la bomba de calor. Esta cesión de calor causa un aumento de la 89 temperatura del agua desde 30ºC hasta 35ºC. El agua a 35 ºC se distribuye a través del sistema de emisión a los diversos circuitos de suelo radiante, mediante los que se aporta calefacción a los distintos locales del edificio. En cuanto al diseño y dimensionado del campo de captación geotérmico y a los requerimientos técnicos necesarios para garantizar instalaciones de calidad con unos parámetros mínimos de eficiencia, a falta todavía de una normativa específica española al respecto, a nivel europeo se tiene a la norma alemana VDI-4640 como norma de referencia. Desde el punto de vista de la implementación de sistemas de bomba de calor geotérmica en rehabilitación de edificios, deberá tenerse en cuenta la disponibilidad de la superficie libre necesaria para la implantación del campo de captación geotérmico y la adecuada accesibilidad de la maquinaria correspondiente, así como la existencia de un sistema de distribución térmico o, en su caso, la sustitución de dicho sistema para adecuarlo a unas temperaturas de operación acordes a la obtención de los mayores coeficientes de prestaciones posibles en la bomba de calor geotérmica (apartado 2.3.2.6). 2.3.2.5. Eficiencia de las bombas de calor geotérmicas. En las instalaciones de climatización con bomba de calor geotérmica se utilizan distintos conceptos de eficiencia para caracterizar su comportamiento. Inicialmente, es importante definir si el parámetro de eficiencia hace referencia únicamente a la bomba de calor o a la instalación en su conjunto (incluyendo los sistemas de captación y/o emisión), así se definen la eficiencia de la bomba de calor y la eficiencia de la instalación. Por otra parte, también es necesario distinguir entre eficiencia estacionaria, si dicho parámetro hace referencia a unas determinadas condiciones de funcionamiento estacionarias, y eficiencia estacional, cuando se evalúa un determinado periodo de tiempo durante el que pueden variar las condiciones de operación. Por último, también es necesario saber si la 90 eficiencia hace referencia al funcionamiento para la producción de calor, denominada normalmente como eficiencia de calentamiento o eficiencia en modo calefacción, o a la producción de refrigeración denominada eficiencia de enfriamiento o eficiencia en modo refrigeración. La eficiencia estacionaria de calentamiento se evalúa mediante un parámetro denominado COP (Coefficent Of Performance), mientras que la eficiencia estacionaria de enfriamiento, se evalúa mediante un parámetro denominado EER (Energy Efficiency Ratio). Los parámetros COP y EER pueden hacer referencia, únicamente a la bomba de calor, o bien, a la instalación en su conjunto. Los valores de COP y de EER de la bomba de calor se pueden determinar en un laboratorio mediante el uso de un banco de ensayos. Las condiciones en las que deben de realizarse los ensayos vienen claramente establecidas en la norma EN 14511 aprobada por el Comité Europeo de Normalización (CEN) el 13 de noviembre de 2007. En la norma EN 14511 se definen claramente los conceptos de COP y de EER, así como los parámetros que intervienen en su cálculo, como se indica a continuación. El COP se define como, “el cociente entre la potencia calorífica y la potencia absorbida útil”, tal como se indica en la Ecuación 2.3.2.1, siendo QC la potencia calorífica y We la potencia eléctrica útil consumida. COP = Qc We (2.3.2.1) El EER se define como, “el cociente entre la potencia frigorífica total y la potencia absorbida útil”, tal como se indica en la Ecuación 2.3.2.2, siendo Qo la potencia frigorífica y We la potencia eléctrica útil consumida. EER = Qo We (2.3.2.2) La norma EN 14511 indica los ensayos que han de realizarse y define explícitamente las condiciones de operación en las que han de realizarse. Estas condiciones son las que los fabricantes indican en los certificados correspondientes de los rendimientos de las máquinas. La eficiencia estacionaria de calentamiento o enfriamiento de una instalación también se evalúan utilizando los parámetros de COP y EER. Sin embargo, en este caso, no existe una normativa específica que indique las condiciones en las que deberían de realizarse los ensayos para obtener los valores de dichos parámetros. Por lo tanto, cuando se den valores de COP o EER de una instalación debería de indicarse claramente como se han definido, es decir, como se ha medido la potencia calorífica o frigorífica producida por la instalación y la potencia eléctrica consumida, así como también las condiciones de funcionamiento en las que se han evaluado dichos parámetros. Las eficiencias estacionales se evalúan mediante los denominados SPFs (Seasonal Performance Factors), que en caso de la eficiencia de calentamiento se suele denominar SCOP (Seasonal Coefficent Of Performance) y en el caso de enfriamiento SEER (Seasonal Energy Efficiency Ratio). El SEER se define como, “el cociente entre la energía calorífica retirada del medio a enfriar y la energía eléctrica absorbida útil durante un determinado periodo de tiempo”, tal como se indica en la Ecuación 2.3.2.4, Eo es la energía calorífica y Ee la energía eléctrica útil consumida. SEER = Eo Ee (2.3.2.4) Es de destacar que los valores de las eficiencias estacionales (SCOP y SEER), tanto si hacen referencia a la máquina como a la instalación, evalúan su eficiencia teniendo en cuenta las distintas condiciones de operación que se produzcan durante todo el intervalo de tiempo considerado, así como su comportamiento a cargas parciales y su comportamiento transitorio. Estos parámetros, si el intervalo de tiempo que se considera es suficientemente representativo, son un buen indicativo de la eficiencia real de una máquina o instalación. Los parámetros SCOP y SEER puede hacer referencia únicamente a la bomba de calor, o bien, a la instalación en su conjunto. En la actualidad se está trabajando a nivel europeo en una norma que establecerá específicamente los conceptos de SCOP y SEER y que recogerá los procedimientos mediante los cuales han de determinarse. Esta norma se encuentra en estado de borrador (prEN 14825:2010). El SCOP se define como, “el cociente entre la energía calorífica aportada y la energía eléctrica absorbida útil durante un determinado periodo de tiempo”, tal como se indica en la Ecuación 2.3.2.3, en la que Ec es la energía calorífica y Ee la energía eléctrica útil consumida. SCOP = Ec Ee (2.3.2.3) 91 2.3.2.6. Influencia del sistema de emisión en la eficiencia de las bombas de calor geotérmicas. En la Figura 2.3.2.8, se muestra la variación característica del COP de una bomba de calor geotérmica en función de la temperatura de impulsión del agua caliente en el sistema de emisión (considerando unas temperaturas de entrada/salida de glicol en el evaporador de 0/-3ºC de acuerdo con lo indicado en la norma EN 14511). 6 5 COP 4 3 2 1 0 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 Temperatura impulsión agua (ºC) Figura 2.3.2.8. Variación típica del COP en bombas de calor geotérmicas en función de la temperatura de impulsión del agua en el sistema de emisión (temperaturas de entrada/salida de glicol en el evaporador de 0/-3ºC). Teniendo en cuenta los datos que se muestran en la Figura 2.3.2.8, puede verse claramente como el COP de la bomba de calor disminuye de forma considerable al aumentar la temperatura de impulsión del agua en el sistema de emisión. Por lo tanto, resulta evidente que las bombas de calor deben de utilizarse junto con sistemas de emisión en los que se requieran temperaturas de impulsión bajas, Así, el sistema de emisión recomendado 92 es el de suelo radiante, si bien, también podrían utilizarse, fan-coils, termoconvectores o radiadores de baja temperatura, no recomendándose su uso con radiadores de alta temperatura en los que se requieren temperaturas de impulsión superiores a los 60 ºC y que, por lo tanto, supongan valores de COP de la bomba de calor muy bajos, lo que daría lugar a una instalación ineficiente energéticamente. 93 2.4 2.4.1 Roger Marcos Director General de COGEN España 2.4.2 - 2.4.3 - 2.4.4 Arcadio García Lastra Secretario Técnico de la Fundación ATECYR 2.4 OTRAS TECNOLOGÍAS DE GENERACIÓN TÉRMICA Además de las tecnologías asociadas al aprovechamiento de fuentes de energía renovables descritas en apartados anteriores, existen otras formas eficientes y sostenibles de generación térmica para su uso en edificios, que a continuación se detallan. 2.4.1 EQUIPOS DE MICROCOGENERACIÓN En el presente apartado, se analiza el concepto, tecnologías de aplicación y principales consideraciones a tener en cuenta al respecto de las instalaciones de microcogeneración en edificios. 2.4.1.1 GENERALIDADES La mayor parte de la nueva edificación residencial en España está compuesta por edificios de viviendas en altura. Las promociones tienen un tamaño típico entre 40 y 200 viviendas organizadas en varias escaleras o portales, con alturas del orden de 4-6 plantas. 94 Estos edificios consumen energía eléctrica para las viviendas y los servicios comunes y calor para agua caliente sanitaria y calefacción. El aire acondicionado suele ser instalado posteriormente y de manera individual por los vecinos que así lo deciden, ya que aún no es un servicio común en los proyectos. El consumo térmico es una importante fracción de la demanda global de energía y por tanto incide muy fuertemente en la huella energética y ambiental de estos edificios. Podemos estimar un consumo medio de calor útil por vivienda de entre 6 y 10 MWh/año. La instalación térmica tradicional en las últimas décadas ha consistido en calderas individuales a gas, con potencias típicas entre los 20 y 30 kW, encargadas de cubrir completamente las demandas de ACS y calefacción de cada vivienda. El rendimiento estacional de estos equipos es bajo por lo que el consumo de combustible supera los 6-10 MWh/año indicados anteriormente. Recientemente se ha evolucionado hacia instalaciones centralizadas, con una o varias centrales térmicas empleando calderas de pie de mayor potencia, y con una red de distribución a las viviendas que permite la independización y contabilización individual de consumos. Esta solución proporciona un mejor rendimiento energético y permite incorporar con mayor facilidad soluciones de ahorro y eficiencia energética como las prescritas por el nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE): calor de origen renovable o residual. Además de ser más eficientes, las soluciones centralizadas abren la puerta a una gestión profesional que garantice un perfecto estado de conservación y uso de las instalaciones y el mejor rendimiento energético posible. Se evoluciona del mero mantenimiento a la gestión energética. Desde la entrada en vigor del nuevo CTE, la solución más habitual es la instalación térmica centralizada que incorpora paneles solares térmicos para el apoyo de ACS (obligatorio), si bien encontramos un número creciente de promociones que emplean calderas de biomasa (calor renovable) o equipos de microcogeneración (calor residual). La solución centralizada permite ir más allá de los ahorros mínimos establecidos por el CTE obteniendo mejores rendimientos y calificaciones energéticas, lo que resulta de gran interés para todos los actores involucrados (promotores, gestores, usuarios) y para el conjunto de la sociedad. Al pensar en edificios de viviendas en altura deben tenerse, sin embargo, bien presentes sus particulares condicionantes, en cuanto a: - Coste: la inversión a acometer por el promotor, el gestor y/o los propietarios es un factor determinante, especialmente cuando es voluntaria por ir más allá de los mínimos obligatorios. - Espacio: el espacio en promociones de vivienda es escaso y muy preciado, por lo que es otro factor limitante esencial. - Funcionalidad: las instalaciones deben servir pero no afectar ni interferir en la función básica del edificio, que es residencial. Deben integrarse fácilmente y en la medida de lo posible ser transparentes a los usuarios. - Sencillez: en un entorno residencial no se dispone de operadores ni personal de mantenimiento con plena dedicación, por lo que las instalaciones deben ser sencillas y robustas. 2.4.1.2 COGENERACIÓN Se emplea el término cogeneración para identificar la generación conjunta de electricidad y calor útil. La mayor parte de la electricidad que se consume se produce a partir de ciclos termodinámicos en grandes centrales ubicadas lejos de los núcleos urbanos. La energía contenida en un combustible es liberada en un proceso de combustión, proporcionando un gas a alta presión y temperatura. Este gas es posteriormente expandido obteniéndose la energía mecánica necesaria para mover el correspondiente generador y producir electricidad. En estos ciclos solo es posible convertir en electricidad entre un 25 y un 40% de la energía del combustible. El resto queda en forma de calor y debe disiparse al ambiente, puesto que en una central no hay normalmente necesidad de calor y transportarlo, incluso a medias distancias, es poco viable. Cogenerar consiste en aprovechar ese calor residual del proceso de generación eléctrica en lugar de disiparlo. Para ello es preciso acercar la central eléctrica a los puntos donde se demanda calor: las industrias y las ciudades. Se descentraliza 95 así la producción eléctrica empleando plantas más pequeñas y vinculadas a uno o varios consumidores térmicos. Esto reporta dos importantes ventajas: - Se recupera y aprovecha el calor residual producido, mejorando el uso de la energía primaria del combustible hasta valores de entre el 70 y el 90% (25-40% en forma de electricidad y el resto en forma de calor). - Al generarse electricidad cerca de los consumidores, se reducen las pérdidas por transporte y distribución desde grandes centrales. Sistema CHP (Combined Heat & Power) Combustible 100 Hasta un 90% de Electricidad y Calor Industria Comercios Sistema CHP Pérdidas 10% Calor/Frío a viviendas Figura 2.4.1.1. Esquema básico de un sistema de cogeneración. La cogeneración es tan antigua como la generación eléctrica y se ha empleado regularmente en potencias del orden de MW con todo tipo de plantas de potencia (turbinas de vapor, turbinas de gas y motores alternativos) reportando generosos beneficios al sistema eléctrico, a la economía y al medio ambiente. 2.4.1.3 Microcogeneración En las últimas décadas la cogeneración se ha escalado con éxito a pequeñas potencias, llegando a integrarse de manera sencilla en los edificios. Gracias al desarrollo tecnológico, la tradicional planta de cogeneración industrial se ha miniaturizado y encapsulado convirtiéndose en un equipo compacto que se instala en una sala de calderas como un generador térmico más y que opera de forma totalmente automática y transparente al usuario y a la red eléctrica. Se habla de “cogeneración a pequeña escala” para potencias eléctricas hasta 1 MW y de microcogeneración para potencias hasta 50 kW. Los equipos de 96 microcogeneración generan electricidad en paralelo con la red y simultáneamente cubren con calor residual la demanda térmica base del edificio, dejando a las calderas la cobertura de las puntas de demanda. De esta forma el edificio: - Produce parte de la electricidad que consume, no importándola a través de grandes distancias desde las centrales. - Aprovecha el calor que acompaña a la generación eléctrica (calor residual) para reducir la aportación necesaria de las calderas. El resultado es un importante ahorro energético y de emisiones contaminantes, que se traduce también en un ahorro en costes de operación, es decir, que hace atractiva la inversión. Una unidad de microcogeneración es un equipo compacto que integra en un encapsulado insonorizado: - Un generador eléctrico que produce energía en paralelo con la red. - Un generador térmico, generalmente un motor de explosión o una microturbina, que proporciona potencia mecánica. - Un sistema de control y gestión por microprocesador que vela por un funcionamiento eficiente, seguro y fiable. - Un sistema de recuperación del calor residual que permite disponer de agua caliente a 80-90ºC como en una caldera convencional. Aletas de refrigeración del generador Generador Salidad de escape Recuperador Motor industrial a gas Inyector de combustible Toma de aire Generador Cojinetes de aire Cámara de combustión Compresor Recuperación de calor Turbina Figura 2.4.1.2. Equipos compactos de microcogeneración: Motor y Microturbina de gas natural. Estos equipos tienen el tamaño de una caldera de pie y se instalan de manera análoga: alimentación de combustible, salida de gases, impulsión y retorno de agua caliente y conexión eléctrica. La conexión eléctrica es trifásica en baja tensión y corresponde a un generador, no a un consumidor. Los equipos integran los mecanismos de sincronización y protección requeridos para una operación segura en paralelo con la red eléctrica. Así, una instalación térmica centralizada que incorpore microcogeneración como solución de ahorro energético se compone normalmente de: - El equipo generador (motor o microturbina): es de pequeña potencia pero opera muchas horas al día produciendo calor y electricidad. - Unos depósitos de agua caliente: que actúan como inercia del motor permitiéndole trabajar constantemente a plena carga. - Una o varias calderas: de mayor potencia que el equipo generador y conectadas en paralelo, que entran en funcionamiento cuando hay puntas de demanda térmica prolongadas que no pueden cubrirse con el equipo generador y la inercia. La electricidad producida por el equipo 97 generador puede consumirse en el propio edificio sustituyendo a electricidad de red o exportarse a la red de distribución. La exportación a la red se realiza a una tarifa regulada que recompensa el ahorro energético reportado por la cogeneración, siendo en el momento de redacción de este capítulo, la situación un poco más compleja para las instalaciones nuevas, a raíz de la publicación del RD 1/2012, que establece una situación transitoria a resolver próximamente, y en la cual las nuevas instalaciones dejan de percibir prima por la exportación eléctrica. Entre sus principales ventajas, se encuentran las relacionadas con el ahorro energético. De forma que la microcogeneración emplea un combustible, pero hace el mejor uso posible de la energía primaria contenida en él. El combustible se emplea en generar electricidad con una eficiencia muy similar a la eficiencia final del sistema eléctrico (30-33% incluyendo generación, transporte y distribución a usuarios), es decir, sustituyendo a una cantidad equivalente de combustible que de otra manera se habría empleado en una central. Simultáneamente, y sin apenas consumo adicional ni sobrecoste, se obtiene calor útil para preparación de ACS, calefacción u otros usos. Este calor residual recuperado aporta las mismas ventajas que el calor de origen renovable: evita el consumo en calderas y con ello las emisiones de CO2 y de otros compuestos contaminantes y evita, a su vez, los costes de operación correspondientes. La microcogeneración puede no obstante reportar un mayor ahorro energético a un edificio que una solución renovable. Esto es así porque: • Tiene mayor disponibilidad: hasta 24h/día 365 días al año. • Es gestionable: produce energía cuando se necesita, no en función de la radiación solar o las condiciones ambientales. • Es más fácil de integrar y más competitiva: resultando viable y rentable sustituir mayores porcentajes de energía térmica de calderas. 98 Además del ahorro energético la microcogeneración tiene otras ventajas de gran relevancia en el ámbito de la edificación residencial, ya que cumple todos los condicionantes para su uso en promociones de viviendas o en la rehabilitación de las mismas: - Es económica y rentable. - Se integra fácilmente en las salas técnicas del edificio. - No afecta a la funcionalidad del edificio ni de las instalaciones. - Es una solución sencilla y madura, que se basa en tecnologías demostradas y de probada fiabilidad. - Permite ir fácilmente más allá de las prescripciones mínimas del CTE mejorando la calificación energética de los edificios. - Es una herramienta óptima para gestores energéticos: eficiente, sencilla, fiable y con la máxima disponibilidad a cambio de un bajo mantenimiento. - Está preparada para el futuro: - Puede emplearse para climatización con máquinas de absorción. - Lista para emplear biocombustibles e incluso hidrógeno. - Útil para apoyar y reforzar la red eléctrica dando estabilidad y seguridad al sistema. En caso de avería en los equipos de microcogeneración, no se interrumpe ni el servicio eléctrico, respaldado por la red, ni la calefacción o el ACS, que pasan a cubrirse íntegramente con las calderas. El edificio funcionará como un edificio convencional (sin ahorros) hasta que se repare la avería. Por lo general la potencia generada en un edificio es muy inferior a la consumida, y en cualquier caso muy inferior a la consumida por el edificio y los edificios circundantes. Esto significa que la electricidad no debe ser transportada grandes distancias y difícilmente sobrecarga la red. Lo normal es que la descargue, haciéndola más segura y evitando pérdidas al sistema distribución a módulos de intercambio individuales para dar servicio a cada vivienda. Si las distancias son razonables, el proyectista, buscando una mayor eficiencia y un menor coste de operación y mantenimiento, elegirá una única instalación para los cuatro edificios en lugar de cuatro instalaciones. Los equipos integran todas las protecciones necesarias para el servicio en paralelo con la red y funcionan de forma automática y transparente. El CTE obliga a cubrir un 70% de la demanda de ACS mediante calor renovable o residual, ahorrando así gasto en las calderas. Esto supone un aporte de 122,5 MWh/año, cerca de un 19% del consumo térmico global de la promoción. Un aspecto importante a tener en cuenta, es que no es razonable dimensionar el sistema para satisfacer toda la demanda con microcogeneración. La demanda energética de un edificio residencial es muy variable, lo que significaría que la instalación, diseñada para cubrir el 100%, operaría a cargas muy bajas la mayor parte del tiempo. La inversión sería muy alta y la eficiencia muy baja resultando antieconómico. No tiene sentido por tanto “desconectar” el edificio de la red eléctrica para depender exclusivamente de la cogeneración, ni eliminar las calderas. Tampoco resulta interesante reducir significativamente la potencia de calderas para descontar la potencia instalada en microcogeneración. El ahorro en inversión es mínimo. La instalación de microcogeneración debe diseñarse para aportar entre un 10 y un 40% de la demanda térmica, en función de las particularidades de cada proyecto. 2.4.1.4 Ejemplo con motor alternativo Considérese un edificio de 100 viviendas de tamaño medio, repartidas en cuatro edificios de 5 plantas. La demanda térmica en calorías útiles, se estima en 700 MWh/año, de los cuales aproximadamente una cuarta parte se necesitará para ACS y el resto para calefacción. Se considera una instalación centralizada basada en calderas de gas de baja temperatura, con La solución habitual consistiría en incorporar una instalación solar térmica diseñada para cubrir dicho porcentaje. En este caso se precisarían 160m2 de paneles planos de alta eficiencia que se instalarían en cubierta, con una acumulación total de 8.000 litros. Si no hay suficiente espacio en un edificio deberán distribuirse en dos o más instalaciones y conectarse hidráulicamente a la salas de acumulación y calderas. Si se considera una instalación de microcogeneración diseñada para alcanzar este aporte puede pensarse, por ejemplo, en un equipo de 12 kWe, que consumiría 43 kW de gas natural para generar la electricidad y proporcionaría adicionalmente 27 kW de calor residual para calefacción y ACS. Para obtener los 122,5 MWh/ año los equipos deberían operar unas 4.500 h/ año, lo cual resulta perfectamente factible con una pequeña acumulación de inercia de 2.000 litros. El equipo de microcogeneración, de aproximadamente 1,3 m3 de volumen, se instalaría en la sala de calderas como un generador térmico más. Produciría electricidad en paralelo con la red, que se consumiría en el propio edificio o en los edificios cercanos y no tendría que ser traída de grandes centrales, y agua caliente que serviría para cubrir la base de la demanda térmica reduciendo el uso de las calderas. El proyectista podría sin embargo ir fácilmente más allá en busca de un mayor aporte con microcogeneración y de unos mayores ahorros energéticos y económicos: 99 Calefacción Inercia ACS Equipo de microcogeneración Caldera Figura 2.4.1.3. Instalación térmica centralizada con motor de microcogeneración (Fuente: Altare Energía). - Aumentando la acumulación podría hacer operar la microcogeneración 6.500 h/año llegando a cubrir con calor residual el 25% de la demanda total de ACS y calefacción. - Optando por un único equipo de mayor potencia podría aumentar el aporte global por encima del 30-35%. Con un equipo de 20 kWe y 41 kWt, por ejemplo, operando 6.000 h, se producirían 246 MWh/año que suponen una aportación de calor residual del 35 % de la demanda total. La ampliación de cobertura más allá de lo estipulado por el CTE es sencilla,económica y rentable, resultando de interés para promotores, gestores y usuarios y configurando a la microcogeneración como una potente herramienta de ahorro energético en edificación residencial de nueva construcción y en la rehabilitación de edificios existentes, siendo factible pensar en coberturas de entre el 30 y el 40% de la demanda térmica total. 2.4.1.5 Ejemplo con microturbina de gas Considérese un edificio de nueva construcción con 94 viviendas de las cuales se desea cubrir las necesidades térmicas cumpliendo con el CTE. La solución consiste en la instalación de un sistema de microcogeneración con una microturbina de 65 kWe para la producción eficiente de electricidad y 100 agua caliente que dé servicio a las necesidades de climatización y ACS. La microturbina trabaja conectada a la red eléctrica para exportar la electricidad producida y utiliza el calor de los gases de escape para cubrir las necesidades térmicas de las viviendas. La microturbina es, asimismo, de modo dual por lo que funcionará como equipo electro-generador de emergencia en caso de fallo en la red eléctrica. Las características y especificaciones del sistema se detallan en la Tabla 2.4.1.1. CONCEPTO UNIDADES Tipo combustible Número de turbinas Potencia eléctrica instalada Potencia térmica instalada (ACS) Consumo combustible Horas funcionamiento anual Electricidad producida Calor producido Eficiencia Emisiones evitadas Gas Natural 1 65 kWe 120 kWt 224 kW (PCI) > 8000 h 520 MWhe/año 960 MWht/año 82,59% 50,81 t CO2 eq/año Tabla 2.4.1.1. Características y especificaciones del sistema. Figura 2.4.1.4. Esquema de la instalación (Fuente: Micropower Europe). 2.4.1.6 GESTIÓN DE LAS INSTALACIONES Una instalación de generación térmica centralizada en un edificio de viviendas requiere un adecuado mantenimiento preventivo y correctivo para asegurar el correcto estado de conservación y funcionamiento de todos los elementos y sistemas. La contabilización y facturación individual por su parte, requiere leer periódicamente los contadores, elaborar y mandar las facturas a los vecinos y gestionar el cobro. La incorporación de la microcogeneración como solución de ahorro y eficiencia energética en la sala de calderas requiere contabilizar la energía producida y medir la eficiencia energética de los equipos para facturar la venta de la electricidad producida e inyectada a la red. El correspondiente mantenimiento depende del tipo de equipo que se instale. En el caso de instalarse motores, es preciso el cambio de aceite, filtros y bujías de los motores cada 3.000-3.500 h de trabajo (1-2 veces al año). En el caso de instalarse turbinas, el mantenimiento se limita a revisiones cada 8.000 y 20.000 h realizándose cambios de filtros de aire en los periodos cortos e inyectores en los largos. La ausencia de aceite de lubricación evita el uso de consumibles. Este mantenimiento sustituye al de la instalación Figura 2.4.1.5. Vista del equipo instalado. solar térmica o al de otras soluciones de ahorro que pudieran haberse incorporado. Así, a la hora de gestionar este tipo de instalaciones, es decir, de realizar su operación y mantenimiento con todas las implicaciones, cabe distinguir tres servicios: - Mantenimiento: mantenimiento preventivo y correctivo de las instalaciones, comprendiendo producción, distribución y derivaciones a vivienda. - Gestión administrativa: lectura de contadores, facturación y cobros, tanto a los vecinos (venta de calor) como a la red eléctrica (venta de electricidad). Incluye la preparación de informes y reportes. - Gestión técnica: operación de las instalaciones térmicas buscando los mínimos costes de operación sin dejar de garantizar la correcta prestación de los servicios de calefacción y ACS. Los servicios de mantenimiento y gestión administrativa son necesarios, mientras que el de gestión técnica es opcional. 101 2.4.2 OTRAS TECNOLOGÍAS DE GENERACIÓN TÉRMICA Las bombas de calor con motor a gas son equipos de refrigeración que funcionan realizando el ciclo de compresión convencional, pero utilizando un motor de combustión interna en lugar de un motor eléctrico para mover el compresor. La Figura 2.4.2.1 muestra la diferencia entre una máquina frigorífica convencional y una máquina con motor a gas. QC QC Electricidad Ventiladores y aux. Electricidad Ventiladores y aux. Electricidad CONDENSADOR VÁLVULA DE EXPANSIÓN Gas Natural QF CONDENSADOR VÁLVULA DE EXPANSIÓN COMPRENSOR COMPRENSOR Motor PE EVAPORIZADOR EVAPORIZADOR QE QE Figura 2.4.2.1. Esquema de máquina frigorífica convencional (izquierda) y de máquina con motor a gas (derecha). 102 PE Una máquina frigorífica convencional funcionando en “modo frío” consume energía eléctrica (PE) y proporciona una potencia térmica útil en frío (QE) o en calor (QC). En el caso de una máquina con motor a gas, el compresor se acciona mediante un motor de combustión interna alternativo que consume gas natural o propano en lugar de electricidad. Normalmente, ambas máquinas son capaces de funcionar en modo refrigeración o en modo calefacción (bomba de calor). Las bombas de calor a gas suelen presentar ventajas adicionales: - En modo refrigeración, aprovechan el calor residual del motor de combustión interna alternativo para producir ACS. - En modo calefacción, aprovechan el calor del motor para incrementar la potencia térmica útil. - Algunos fabricantes incorporan un pequeño generador eléctrico en el motor para el autoconsumo de la máquina o incluso para la utilización de energía eléctrica en otros equipos. La Figura 2.4.2.2 muestra los esquemas de funcionamiento de máquinas de motor a gas con aprovechamiento del calor residual del motor. QC QC Electricidad Ventiladores y aux. VÁLVULA DE EXPANSIÓN COMPRENSOR PE Gas Natural QF CONDENSADOR Electricidad Ventiladores y aux. CONDENSADOR VÁLVULA DE EXPANSIÓN Motor Generador COMPRENSOR QCAL PE Gas Natural QF Motor QCAL EVAPORIZADOR EVAPORIZADOR QE QE Figura 2.4.2.2. Esquema de bomba de calor a gas. Izquierda: con aprovechamiento del calor del motor para producción de ACS. Derecha: incorporando además un pequeño generador de energía eléctrica. 103 A la hora de analizar la eficiencia de las máquinas y compararla con las máquinas convencionales, se deberá tener en consideración que ambas energías son de distinta “calidad”. El concepto de calidad de la energía está asociado al segundo principio de la termodinámica y se puede cuantificar mediante el concepto de “exergía”. El lector puede tener el concepto de que la calidad de la energía eléctrica y de la energía de los combustibles es diferente: - El precio de un kWh de energía eléctrica es muy superior al de un kWh de gas natural - Para generar un kWh de energía eléctrica, se deben quemar unos 2,5 kWh de energía de gas natural en una central de ciclo combinado (considerando las pérdidas por transporte). La comparación entre máquinas frigoríficas convencionales y bombas de calor a gas debe realizarse teniendo en cuenta que la naturaleza de la energía empleada es muy diferente. Una opción sería determinar la eficiencia de las máquinas en función de la energía primaria consumida. Los coeficientes de paso a energía primaria facilitados por la Administración son los siguientes: - Gas natural: 1,011 kWh/kWh. - Propano: 1,081 kWh/kWh. El valor de la Eficiencia Energética en Refrigeración basado en la energía primaria consumida, se define de acuerdo a la expresión 2.4.2.2. EERep = (2.4.2.2) 2,606 - Pe Por tanto, se puede escribir: EERconv = 2,606 - EERep (2.4.2.3) Es decir, que existe una relación clara entre el valor de la Eficiencia Energética de Refrigeración que aparece en la documentación técnica de las máquinas frigoríficas convencionales y la Eficiencia Energética basada en la energía primaria. La Eficiencia Energética de las bombas de calor con motor a gas puede determinarse en función de la energía primaria para considerar la distinta calidad de las energías finales empleadas: gas natural, propano y electricidad. En el caso de la máquina de la Figura 2.4.2.1 (derecha), consumiendo gas natural, el valor de la Eficiencia Energética en Refrigeración basado en consumo de Energía Primaria será: EERep = - Electricidad: 2,606 kWh/kWh. Qr Qr 1,011 - Qf + 2,606 - Pe (2.4.2.4) 2.4.2.1 Eficiencia Energética de las máquinas en modo frío El valor de la Eficiencia Energética en Refrigeración en máquinas de refrigeración convencionales accionadas con motores eléctricos, se define de acuerdo a la expresión 2.4.2.1. EERconv = 104 Qr Ee (2.4.2.1) Que convertido al valor convencional para su comparación directa con las máquinas frigoríficas convencionales resulta: EERconv = 2,606 - Qr 1,011 - Qf + 2,606 - Pe (2.4.2.5) En el caso de la máquina de la Figura 2.4.2.2 (izquierda), donde la máquina produce ACS, se supone que la calidad de las energías térmicas producidas es similar y se suman directamente, resultando: EERep = Qr + Qcal 1,011 - Qf + 2,606 - Pe (2.4.2.6) EERconv = 2,606 - Qr + Qcal 1,011 - Qf + 2,606 - Pe (2.4.2.7) Si la máquina en lugar de consumir energía eléctrica, la produce por disponer de un generador eléctrico (Figura 2.4.2.2, derecha), la Eficiencia Energética en Refrigeración resulta: EERep = Qr + Qcal + 2,606 - Pe COPep = Qc (2.4.2.11) 2,606 - Pe COPconv = 2,606 - COPep (2.4.2.12) Como se ha mencionado en el apartado anterior, la Eficiencia Energética de las bombas de calor con motor a gas se determina en función de la energía primaria para considerar la distinta calidad de las energías finales empleadas: gas natural, propano y electricidad. Así, para la bomba de calor de la máquina de la Figura 2.4.2.1 (derecha), se tiene que: Qc COPep = 1,011 - Qf + 2,606 - Pe (2.4.2.13) COPconv = 2,606 - Qc 1,011 - Qf + 2,606 - Pe 1,011 - Qf (2.4.2.14) (2.4.2.8) EERconv = 2,606 - Qr + Qcal + 2,606 - Pe 1,011 - Qf (2.4.2.9) 2.4.2.2 Eficiencia Energética de las máquinas en modo calor El análisis a realizar cuando las máquinas trabajan como bombas de calor es similar a la realizada para modo frío. En este caso, se emplea el Coefficient of Performance (COP). De forma que, para bombas de calor convencionales, se tiene que: COPconv = Qc Pe (2.4.2.10) Cuando las bombas de calor a gas funcionan en modo calor, aprovechan el calor residual del motor para aumentar la eficiencia en el evaporador y no para el ACS. Se trata de una solución técnica que permite un mayor COP y un buen funcionamiento de las máquinas en climas muy fríos. En el caso de que la máquina disponga de un generador eléctrico (Figura 2.4.2.2, derecha), la Eficiencia Energética resulta: COPep = Qc + 2,606 - Pe 1,011 - Qf (2.4.2.15) COPconv = 2,606 - Qc + 2,606 - Pe 1,011 - Qf (2.4.2.16) 105 En el caso de que la bomba emplease propano en lugar de gas natural, se deberá sustituir en las ecuaciones presentadas el factor 1,011 por 1,081. La Tabla 2.4.2.1 muestra los valores calculados para una serie de 4 bombas de calor a gas de un fabricante. En este caso, las máquinas no tienen posibilidad de producción de ACS ni generador eléctrico. UNIDAD MODELO Capacidad frigorífica nominal Capacidad calorífica nominal Consumo de gas natural o GLP Consumo energía eléctrica EERep nominal (en refrigeración)1 COPep nominal (en calefacción)1 EERconv nominal equivalente1 COPconv nominal equivalente1 1 En refrigeración En calefacción kW kW kW kW kW - - - - A 22,4 26,5 16 16,3 0,45 1,29 1,50 3,36 3,91 BCD 35,5 42,5 25,6 26 0,56 1,30 1,53 3,38 3,99 45 53 30 30,9 0,75 1,39 1,60 3,63 4,16 71 84 53,1 53,7 0,9 1,27 1,48 3,30 3,87 Calculado para Gas Natural Tabla 2.4.2.1. Datos técnicos de 4 modelos de bombas de calor con motor a gas. 2.4.2.3 Instalación de las bombas de calor a gas Las instalaciones con bombas de calor a gas funcionan como sistemas de volumen de refrigerante variable (Figura 2.4.2.3). Los motores de combustión interna permiten la variación de velocidad de giro de forma sencilla y generalmente giran entre 1.000 y 2.000 rpm. De esta forma pueden variar la carga entre un 50 y un 150%. Unidad INTERIOR Unidad INTERIOR Válvula de Expansión Condensador Motor C.I.A. Gas Natural o propano Figura 2.4.2.3. Esquema de una instalación de climatización con bomba de calor a gas. Compresor Unidad exterior Se recomienda la instalación de al menos 2 máquinas en paralelo de forma que la instalación pueda funcionar al 25% de carga sin producir la parada de ningún motor. El 25% de la carga se corresponde con 1 motor al 50% de su carga y las cargas entre el 25 y el 100% se producirán con la regulación de 1 o 2 motores. 106 La Figura 2.4.2.4 muestra el esquema de una instalación con una bomba de calor a gas funcionando en modo frío, donde se aprovecha el calor residual del motor para la producción de ACS. Se trata de un calor residual con el que se pueden cumplir las exigencias del Documento HE4 del Código Técnico de la Edificación (CTE). Unidad INTERIOR Unidad INTERIOR Válvula de Expansión Condensador ACS Motor C.I.A. Gas Natural o propano Compresor A. RED Unidad exterior Figura 2.4.2.4. Esquema de instalación de climatización con bomba de calor a gas y aprovechamiento del calor residual del motor para producción de ACS. UNIDAD Capacidad frigorífica nominal Capacidad calorífica nominal Capacidad en agua caliente (modo refrigeración) En refrigeración Consumo de gas natural o GLP En calefacción En refrigeración Consumo de electricidad En calefacción EERep nominal (en refrigeración)1 COPep nominal (en calefacción)1 EERconv nominal equivalente1 (en refrigeración) COPconv nominal equivalente1 (en calefacción) 1 kW kW kW kW kW kW kW - - - - MODELO A 35,5 40,0 12,0 24,5 28,1 0,85 1,01 1,76 1,29 4,59 3,36 BCD 45,0 50,0 16,0 31,6 36,1 1,35 1,01 1,72 1,28 4,48 3,33 56,0 63,0 20,0 38,3 43,0 1,35 1,01 1,80 1,37 4,69 3,56 71,0 80,0 25,0 60,9 58,0 1,35 1,54 1,47 1,28 3,84 3,33 Nominal equivalente en energía primaria si se emplea Gas natural Tabla 2.4.2.2. Datos técnicos de 4 modelos de bombas de calor con motor a gas con producción de ACS en modo refrigeración. En cualquier caso debe analizarse la contribución energética obtenida, teniendo en cuenta que el equipo únicamente realiza calentamiento de ACS cuando trabaja en modo frío. Las bombas de calor a gas pueden emplearse en sistemas de climatización de agua. En este caso, 107 los fabricantes ofrecen la posibilidad de instalar un módulo hidráulico que no es más que una unidad refrigerante-agua. Se trata de una solución para emplear estas máquinas en instalaciones aire/agua. En algunos casos, se realiza la instalación interior con equipos de expansión directa y se emplea una unidad de refrigerante/agua para servicios que requieran agua como las unidades de tratamiento de aire exterior. Unidad INTERIOR Unidad INTERIOR Válvula de Expansión ACS Motor C.I.A. Gas Natural o propano A. RED Condensador Compresor Unidad exterior Figura 2.4.2.5 Esquema de instalación de climatización con bomba de calor a gas funcionando como enfriadora / bomba de calor aire/agua con producción de ACS. Las instalaciones con bombas de calor a gas pueden funcionar con volumen de refrigerante variable a 3 tubos, esto es, con aprovechamiento de energía. En este caso, la instalación puede conseguir altas eficiencias de funcionamiento. 2.4.2.4 Conclusiones Las bombas de calor a gas son equipos cuyo análisis puede ser interesante para la implementación práctica en las instalaciones de climatización, tanto en construcciones nuevas como en rehabilitación de edificios. No se dispone de información del funcionamiento de las máquinas cuando la instalación funciona a cargas parciales. Los fabricantes deberían proporcionar datos de funcionamiento a cargas parciales y en distintas condiciones de funcionamiento (principalmente distintas condiciones exteriores). El interés de esta tecnología estriba en el precio relativo entre la energía eléctrica y, principalmente, 108 el gas natural. Cuando el precio del gas natural es significativamente bajo, resulta interesante la utilización de este tipo de tecnología. También puede ser de interés plantear la instalación de estos equipos en instalaciones donde sea difícil contratar la potencia eléctrica necesaria para las máquinas de climatización. Por último se requiere disponer de información detallada de los costes de mantenimiento que van a tener estos equipos. Se trata de una máquina con un motor de combustión interna alternativo que requiere de un mantenimiento similar al de un vehículo. 109 2.4.3 MÁQUINAS DE ABSORCIÓN El sistema de W en Estados Unidos en 1860. Sin embargo, el desarrollo de las máquinas de absorción ha sido menor debido a la facilidad de utilización de las máquinas de compresión mecánica y su bajo coste. Actualmente se está observando con mayor interés la posibilidad de emplear máquinas de absorción en climatización de edificios debido a: - Menor consumo de energía eléctrica: Las máquinas de absorción emplean una fuente de calor en la producción de frío, consumiendo muy poca energía eléctrica. - Utilización de gas natural para la producción de frío: Cuando el precio del gas natural es bajo respecto a la energía eléctrica, resultan más interesantes las máquinas de absorción que las máquinas de compresión. - Posibilidad de emplear una fuente de calor residual o renovable: Gases calientes de un proceso o de una cogeneración. Agua caliente de un proceso o de una instalación solar térmica. 110 Se trata por tanto de una tecnología que en términos de consumos de energía, costes energéticos y emisiones de CO2, puede resultar ventajosa respecto a las máquinas de compresión mecánica. 2.4.3.1 Clasificación de las máquinas de absorción Las máquinas de absorción que se comercializan actualmente para climatización de edificios como climatizadoras se clasifican en: Máquinas de accionamiento directo o indirecto: Las máquinas que queman directamente un combustible fósil (generalmente gas natural o propano) se denominan de accionamiento directo. Las máquinas de accionamiento indirecto son las que emplean como fuente de calor gases calientes, vapor o agua caliente. En este caso el fabricante de la máquina establecerá el caudal de fluido térmico nominal de la máquina y las temperaturas de entrada y salida del fluido a la máquina. Máquinas de ciclo de simple efecto o de doble efecto: El ciclo de doble efecto se emplea para obtener una mayor eficiencia de las máquinas. El doble efecto consiste en añadir otro generador y otro condensador a la máquina con la finalidad de aumentar la capacidad frigorífica de la máquina entre un 50 y un 80% respecto a una máquina de simple efecto. De esta forma se consigue una mayor eficiencia de la que se obtiene en máquinas de simple efecto, especialmente cuando se dispone de una fuente de energía de un nivel térmico elevado. Máquinas de absorción en función del refrigerante y del absorbente: Las máquinas de absorción que se comercializan en la actualidad son de dos tipos concretos: Máquinas de Bromuro de Litio y agua (LiBr H2O): Se emplea una solución de agua y Bromuro de litio (LiBr), siendo el agua el refrigerante y el LiBr el absorbente. Los equipos de las firmas YAZAKI y THERMAX se han desarrollado con esta solución refrigerante. - Máquinas de Agua y Amoniaco (H2O - NH3): Se emplea una solución de agua y amoniaco (NH3), siendo el amoniaco el refrigerante y el agua el absorbente. Los equipos de la firma ROBUR se han desarrollado con esta solución refrigerante. 2.4.3.2 Ciclo de simple efecto. Accionamiento indirecto LiBr – H2O En esta sección se explicará el funcionamiento del ciclo de absorción de simple efecto con solución de Bromuro de Litio y Agua. En estas máquinas, el refrigerante es el agua y las máquinas funcionan como enfriadoras 111 convencionales. Esto es, en modo frío, y de manera habitual, impulsan al edificio un caudal de agua a 7ºC a partir de una temperatura de retorno de 12ºC. Para producir el enfriamiento del agua del circuito de 12 a 7ºC, la máquina debe conseguir tener un foco térmico a una temperatura menor, en este caso, la máquina produce la evaporación del agua de la disolución a 3ºC. Para conocer el funcionamiento del ciclo de absorción, debe tenerse en cuenta que el agua hierve a 100ºC a una presión absoluta de 101.300 Pa (presión ambiente al nivel del mar), pero si la presión desciende haciendo el vacío en un recipiente, puede conseguirse que el agua se evapore a una temperatura menor. En las máquinas de absorción se baja la presión en el evaporador a una presión absoluta de 900 Pa. A esta presión el agua se evapora (hierve) a tan solo 3ºC. De esta forma, el evaporador de las máquinas de absorción consiste en un recipiente que se encuentra a 900 Pa donde se introduce agua que se evapora a 3ºC adquiriendo el calor necesario para ello del circuito de agua a refrigerar. De esta forma se consigue bajar la temperatura del circuito de refrigeración de 12 a 7ºC. Figura 2. 4.3.2. Proceso de absorción en el Evaporador/Absorbedor de una máquina de absorción de LiBr – H2O. La Figura 2.4.3.2 muestra que a medida que el agua se evapora a 900 Pa y 3ºC, se produce un spray de solución concentrada de Bromuro de Litio al 56%. Esta sustancia, altamente higroscópica absorbe el vapor de agua, diluyendo la concentración de LiBr que pasa al 52%. La máquina debe estar controlada para que el vapor de agua se vaya eliminando a medida que se produce para mantener la presión del recipiente Evaporador–Absorbedor a 900 Pa. El siguiente elemento del ciclo de refrigeración es el generador. El ciclo emplea una bomba para bombear la solución diluida (contiene un 52% de LiBr) desde el Evaporador–Absorbedor que se encuentra a 900 Pa hasta el Generador que se encuentra a una presión absoluta de 13.000 Pa (Figura 2.4.3.3). Figura 2.4.3.1. Funcionamiento del evaporador de una máquina de LiBr – H2O El ciclo de absorción consiste en disponer de un circuito cerrado para que constantemente se encuentre evaporando agua a 3ºC en el evaporador. Para ello se disuelve el refrigerante (agua) en una solución higroscópica, en este caso, de Bromuro de Litio. 112 Figura 2. 4.3.3. Funcionamiento del generador de una máquina de LiBr – H2O. La solución diluida es calentada mediante uno de los sistemas comentados anteriormente. En esta máquina concreta, el agua caliente entra nominalmente a una temperatura de 88ºC saliendo de la máquina a 83ºC. El calor aportado por el circuito caliente hace hervir la solución generando vapor de agua, concentrando la solución del 52 al 56%. La solución concentrada será usada nuevamente como absorbente en el Absorbedor. El vapor de agua producido en el generador se encuentra a 52ºC (temperatura de cambio de fase a 13.600 Pa). El vapor se desplaza hasta el condensador donde es enfriado hasta 36ºC gracias al circuito de agua procedente, por ejemplo, de una torre de refrigeración o de un sistema de disipación geotérmico y que entra a la máquina a una temperatura de 31ºC, condensando el vapor de agua y convirtiéndolo en líquido. Este líquido refrigerante, es introducido por diferencia de presión en el evaporador donde se mantiene una presión absoluta de 900 Pa, reiniciándose el proceso. Figura 2. 4.3.4. Ciclo completo de refrigeración de una máquina de LiBr – H2O. La Figura 2.4.3.4 muestra el circuito completo del ciclo de absorción de una máquina de LiBr-H2O, donde se muestran los distintos componentes y las conexiones a los tres circuitos: circuito de agua caliente de aporte, circuito de refrigeración y circuito de disipación. 113 2.4.3.3 Selección e Instalación de máquinas de absorción de LiBr – H2O En la sección anterior se ha detallado el principio de funcionamiento de las máquinas de absorción de LiBr –H2O de accionamiento indirecto. Los técnicos responsables de la instalación de las máquinas analizan estos equipos como “cajas negras” y se centran en hacer funcionar los equipos proporcionando a las máquinas las condiciones de funcionamiento nominales requeridas por el fabricante. Además, es importante analizar las condiciones de funcionamiento de las máquinas y conocer las eficiencias esperadas con el objeto de analizar el interés de instalar estos equipos o decantarse por otras tecnologías. La Figura 2.4.3.5 muestra el esquema de funcionamiento de una máquina de absorción de Bromuro de Litio y Agua, de simple efecto, y accionamiento indirecto mediante un circuito de agua caliente Figura 2.4.3.5. Esquema de instalación de una máquina de LiBr – H2O. 114 La Tabla 2.4.3.1 muestra los datos nominales proporcionado por un fabricante para máquinas de absorción de potencias frigoríficas entre 17 y 105 kW. UNIDADES DE BrLi-H2O, SIMPLE EFECTO POR AGUA CALIENTE UNIDAD Capacidad frigorífica Calor a disipar Potencia de calor a aportar COP MODELOS A kW kW kW - 17,6 42,7 25,1 0,701 BCD 35,2 85,4 50,2 0,701 70,3 170,7 100,4 0,700 105,4 256,0 150,0 0,700 Tabla 2.4.3.1. Datos energéticos de 4 máquinas de absorción comerciales de simple efecto, accionamiento indirecto por agua caliente y solución de LiBr – H2O. Se observa que la potencia a disipar en la torre es la suma de la potencia de refrigeración producida en el evaporador y la potencia calorífica aportada en el generador. La eficiencia de las máquinas en modo frío se expresa de acuerdo a la fórmula 2.4.3.1, calculado como la relación entre la capacidad frigorífica y la potencia aportada en el circuito caliente. COP = Qr Qcal (2.4.3.1) La Tabla 2.4.3.1 muestra los datos de catálogo detallados de una serie de máquinas de absorción de accionamiento indirecto por agua caliente. En la tabla aparecen los datos necesarios para realizar el diseño y dimensionado de los distintos circuitos hidráulicos que dan servicio a las máquina. A continuación se detallan los aspectos de diseño y dimensionado de la máquina de absorción Modelo “C”. Diseño y dimensionado del circuito de agua refrigerada (Máquina “C”): La potencia frigorífica de la máquina modelo “C” de la Tabla 2.4.3.2 es de 70,3 kW, siendo las temperaturas de entrada y salida de la máquina de 12,5/7,0ºC. El caudal de agua se obtiene directamente de: Qu = m˙cp˙(Tr–T1) (2.4.3.2) En el caso de agua (cp=4,18 kJ/kgºC y p=1000 kg/m3), el caudal de agua resulta de 3,06 l/s. A efectos de seleccionar la bomba del circuito de agua de refrigeración debe tenerse en cuenta que para el caudal nominal, la pérdida de presión en el evaporador de la máquina es de 65,8 kPa (6,71 mca). Se trata de una pérdida de presión importante que debe tenerse en consideración. Además, el fabricante establece una presión manométrica máxima en la máquina de 5,88 bar. 115 UNIDADES DE BrLi-H2O, SIMPLE EFECTO POR AGUA CALIENTE Electric. Agua caliente aportada al generador Agua de enfriamiento (torre de refigeración) Agua Refrigerada UNIDAD Capacidad frigorífica kW Entrada ºC Temperatura agua refrigerada Salida ºC Pérdida de carga evaporador kPa Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Volumen de agua contenido l Calor a disipar kW Entrada ºC Temperatura Salida ºC Pérdida de carga absorb/cond kPa Factor ensuciamiento kW/h/K/m2 Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Volumen de agua contenido l Potencia de calor a aportar kW Entrada ºC Temperatura agua refrigerada Salida ºC Rango ºC Pérdida de carga en generador kPa Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Volumen de agua contenido l Potencia suministro Consumo W IntensidadA Peso en carga kg MODELOS A 17,6 56,0 0,77 8 42,7 41,0 2,55 37 25,1 88,0 1,20 10 220 V c.a. 48 0,23 422 BCD 35,2 70,3 105,4 12,5 7 56,1 65,8 70,1 7 1,53 3,06 4,58 17 46 72 85,4 170,7 256 31 35 85,3 45,3 46,4 0,036 588 5,1 10,2 15,3 66 124 171 50,2 100,4 150,6 88 83 70 - 95 90,4 46,4 60,4 588 2,40 4,80 7,21 20,8 53,1 83,7 380 V c.a. 210 260 310 0,43 0,92 1,25 604 1.156 1.801 Tabla 2. 4.3.2. Datos técnicos de 4 máquinas de absorción comerciales de simple efecto, accionamiento indirecto por agua caliente y solución de LiBr – H2O. Diseño y dimensionado del circuito de agua caliente (Máquina “C”): La potencia térmica a aportar a la máquina modelo “C” es de 100,4 kW, siendo las temperaturas de entrada y salida nominales de la máquina de 88/83ºC. El caudal de agua se obtiene tal y como se ha comentado anteriormente. En el caso de agua (cp=4,18 kJ/kgºC, p=1000 kg/m3), el caudal de agua resulta de 4,80 l/s. A efectos de seleccionar la bomba del circuito de agua de calentamiento debe tenerse en cuenta que para el caudal nominal, la pérdida de presión es de 46,4 kPa (4,73 mca). 116 Figura 2. 4.3.6. Esquema de instalación de la máquina de absorción Modelo C. Diseño y dimensionado del circuito de disipación (Máquina “C”): La potencia térmica a disipar si se instala la máquina modelo “C” es de 170,7 kW (70,3 + 100,4 kW), siendo las temperaturas de entrada y salida nominales de la máquina de 31/35ºC. El caudal de agua se obtiene tal y como se ha comentado anteriormente. En el caso de agua (cp=4,18 kJ/kgºC, p=1000 kg/ m3), el caudal de agua resulta de 10,2 l/s. A efectos de seleccionar la bomba del circuito de agua de calentamiento debe tenerse en cuenta que para el caudal nominal, la pérdida de presión es de 45,3 kPa (4,62 mca). El diseño de la instalación podría plantearse empleando otro sistema de refrigeración alternativo a la torre de refrigeración como: agua de pozo, agua de mar o geotermia. Podría además emplearse el enfriamiento con el aire ambiente a temperaturas secas de 20-22ºC y emplear el sistema alternativo a temperaturas mayores. 117 2.4.3.4 Ciclo de simple efecto. Accionamiento directo H2O - NH3 Se trata de un ciclo de absorción donde el fluido utilizado es una solución de agua y amoniaco (NH3), siendo el amoniaco el refrigerante y el agua el absorbente. Se comienza a analizar el ciclo por el evaporador. El NH3 entra en el evaporador a una presión absoluta de 4 bar, correspondiéndose con una temperatura de evaporación de 2ºC. En este intercambiador de calor se evapora el NH3 (entra con un título de vapor bajo y sale 100% vapor). En este proceso de evaporación a 2ºC, el NH3 toma calor del circuito frigorífico de la instalación, enfriando el agua de la instalación del usuario, habitualmente, de 12ºC a 7ºC (condiciones nominales). Figura 2. 4.3.7. Funcionamiento del evaporador de una máquina de H2O - NH3. Se instala un intercambiador de calor que enfría el NH3 antes de pasar por la válvula de expansión y precalienta el vapor de amoniaco a 32ºC para facilitar el proceso de absorción. El vapor de NH3 entra en el pre-absorbedor a 32ºC donde se absorbe en una solución pobre de NH3-H2O, que se pulveriza a 115ºC. Debido a la absorción de amoniaco, la solución se enriquece en amoniaco. La solución rica calentada a unos 85ºC se envía al absorbedor. El absorbedor está formado, al igual que el condensador, por una batería de tubos aleteados por cuyo interior circula la solución rica y, por el exterior, el aire ambiente forzado por el ventilador. A lo largo del recorrido por el interior del absorbedor, el amoniaco es íntegramente absorbido por el agua y seguidamente aspirado por la bomba de solución a una temperatura de 44ºC Figura 2. 4.3.8. Proceso de absorción en una máquina de H2O - NH3. 118 La bomba incrementa la presión de la solución rica en NH3 de 4 a 16 bar, impulsándola al generador (ver Figura 2.5.9). El generador es un recipiente de acero donde la solución de agua y amoniaco recibe el calor aportado por el quemador de gas, alcanzando una temperatura de unos 180ºC. En estas condiciones, la solución hierve separándose vapor con una elevada concentración de amoniaco que se envía al condensador para que ésta condense y se envíe posteriormente al evaporador. Por otro lado, el resto de la solución (solución pobre o diluida) permanece en estado líquido pero con baja concentración de amoniaco puesto que la mayor parte de este se ha evaporado. Esta solución se impulsa al pre-absorbedor. Figura 2. 4.3.10. Ciclo completo de refrigeración de una máquina de H2O - NH3. Figura 2. 4.3.9. Funcionamiento del generador en una máquina de H2O - NH3. En las máquinas comerciales se instala un rectificador y un intercambiador en el preabsorbedor para mejorar el funcionamiento de las mismas. En esta explicación del ciclo se han omitido para facilitar la explicación del mismo. En la Figura 2.4.3.10, se muestra el esquema de la máquina completa. La ventaja principal del ciclo de absorción de NH3-H2O respecto al de LiBr-H2O es que la condensación se realiza a temperaturas por encima de la temperatura ambiente, lo que permite emplear el aire ambiente como medio de condensación. Las máquinas de LiBr-H2O siempre necesitan agua a unos 30ºC lo que implica, en la mayoría de casos, emplear torres de refrigeración. 2.4.3.5 Selección de máquinas de absorción de H2O-NH3. En la sección anterior se ha detallado el principio de funcionamiento de las máquinas de absorción de H2O – NH3 de accionamiento directo. En esta sección se analizará la instalación de las máquinas de absorción en instalaciones de climatización. Se analizan los equipos atendiendo a 119 las necesidades de energía y flujos de aire y agua. Se trata de conocer la eficiencia de estos equipos, y los requisitos establecidos por los fabricantes para hacer funcionar los equipos en las condiciones de funcionamiento nominales requeridas. De esta forma se analizará el interés de instalar estos equipos o decantarse por otras tecnologías. La Figura 2.4.3.11 muestra el esquema de funcionamiento de una máquina de absorción de NH3-H2O de simple efecto y accionamiento directo mediante gas natural. Figura 2. 4.3.11. Ciclo completo de refrigeración de una máquina de H2O - NH3. 120 La siguiente tabla muestra los datos nominales proporcionados por un fabricante para máquinas de absorción de llama directa de potencias frigoríficas entre 16,9 y 67,6 kW. Se trata de una serie modular donde el equipo de 67,6 kW es la unión de 4 unidades de 16,9 kW. UNIDADES DE H2O - NH3 SIMPLE EFECTO POR LLAMA DIRECTA. MODO REFRIGERACIÓN Generador de Gas Agua Refrigerada UNIDAD Capacidad frigorífica kW COP - Entrada ºC Temperatura agua refrigerada Salida ºC Pérdida de carga intercambiador kPa Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Temp. retorno agua min/nom/max ºC Temp. seca aire min/nom/max ºC Potencia térmica a aportar kW Gas Nat (1) m3/h Consumo de gas Gas Nat (2) m3/h Gas Nat (3) m3/h Potencia suministro Electric. Consumo W Peso en carga kg (1) PCI = 9,45 kWh/m3; (2) PCI = 8,13 kWh/m3; MODELOS A 16,9 0,67 0,81 25,2 2,9 3,2 2,5 220 V c.a. 900 380 BCD 33,6 50,7 67,6 0,67 0,67 0,67 12 7 33 500 1,61 2,43 3,23 6 / 12 / 45 0 / 35 / 45 50,4 75,6 100,8 5,8 8,7 11,6 6,4 9,6 12,8 5 7,5 10 380 V c.a. 1.800 2.700 3.600 950 1.390 1.860 (3) PCI = 12,87 kWh/m3 Tabla 2. 4.3.3. Datos técnicos de 4 máquinas de absorción comerciales de simple efecto, accionamiento directo, solución de H2O - NH3. Modo refrigeración. La eficiencia de las máquinas en modo refrigeración viene dada por el fabricante mediante un COP dado por la expresión 2.4.3.3. COPfab = Qr Qf (2.4.3.3) Cuando se emplean energías de diferente calidad, deben emplearse expresiones como las obtenidas en el Apartado 2.4.2 para bombas de calor a gas. La expresión 2.4.3.4, es válida para gas natural. Para propano, el factor sería de 1,081. EERep = Qr 1,011 ˙ Qf (2.4.3.4) 121 Si se pasa a Eficiencia Energética convencional para la comparación directa con las máquinas frigoríficas convencionales, resulta: EERcon = 2,606 ˙ Qr (2.4.3.5) 1,011 ˙ Qf UNIDADES DE H2O - NH3 SIMPLE EFECTO, ACCIONAMIENTO DIRECTO UNIDAD Capacidad frigorífica kW Calor a disipar al ambiente kW Potencia térmica a aportar kW COP (fabricante) - ERR (basado en energía primaria) - ERR convencional - MODELOS A 16,9 42,1 25,2 0,67 0,66 1,73 BCD 33,6 50,7 67,6 84 126,3 168,4 50,4 75,6 100,8 0,67 0,67 0,67 0,66 0,66 0,66 1,72 1,73 1,73 Tabla 2. 4.3.4. Datos energéticos de las 4 máquinas de absorción de la Tabla 2.4.3.3. Los datos de EER son muy bajos (1,73) si se comparan con las eficiencias típicas de enfriadoras convencionales. En la Sección 2.4.3.7 se mostrarán los datos técnicos de máquinas de absorción de doble efecto. Las máquinas de absorción pueden invertir el ciclo, funcionando como bombas de calor. En el caso de máquinas de absorción de NH3-H2O de accionamiento directo, se obtienen COP entorno a 1,4, resultando una tecnología interesante. En la Tabla 2.4.3.5, se muestran los datos técnicos de las máquinas de absorción de la Tabla 2.4.3.3 funcionando como bombas de calor. 122 UNIDADES DE H2O - NH3 SIMPLE EFECTO POR LLAMA DIRECTA. MODO CALEFACCIÓN MODELOS UNIDAD Capacidad frigorífica kW COP - Entrada ºC Temperatura agua calentada Salida ºC Pérdida de carga intercambiador kPa Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Temp. retorno agua min/nom/max ºC Temp. seca aire min/nom/max ºC Potencia térmica a aportar kW Gas Nat (1) m3/h Consumo de gas Gas Nat (2) m3/h Gas Nat (3) m3/h Potencia suministro Electric. Consumo W Peso en carga kg Agua Calentada A 35,3 1,40 Generador de Gas 0,84 (1) PCI = 9,45 kWh/m3; (2) PCI = 8,13 kWh/m3; 25,2 2,9 3,2 2,5 220 V c.a. 900 380 BCD 70,6 105,9 141,2 1,40 1,40 1,40 50 40 31 500 1,69 2,53 3,38 50 / 40 / 2 -20 / 7 / 35 50,4 75,6 100,8 5,8 8,7 11,6 6,4 9,6 12,8 5 7,5 10 380 V c.a. 1.800 2.700 3.600 950 1.390 1.860 (3) PCI = 12,87 kWh/m3 Tabla 2. 4.3.5. Datos técnicos de 4 máquinas de absorción comerciales de simple efecto, accionamiento directo, solución de H2O - NH3. Modo calefacción. LLa eficiencia de las máquinas en modo calor viene dada por el fabricante mediante un COP dado por la expresión 2.4.3.6. COPfab = Qc (2.4.3.6) Qf Siguiendo la metodología del Apartado 2.4.2, de forma similar a lo realizado para funcionamiento en frío se obtiene: COPep = Qc 1,011 ˙ Qf COPcon = 2,606 ˙ Qc 1,011 ˙ Qf (2.4.3.7) (2.4.3.8) Expresión válida para Gas Natural. Para propano, el factor sería 1,081. 123 UNIDADES DE H2O - NH3 SIMPLE EFECTO, ACCIONAMIENTO DIRECTO. MODO CALEFACCIÓN UNIDAD Capacidad frigorífica kW Calor a disipar al ambiente kW Potencia térmica a aportar kW COP (fabricante) - ERR (basado en energía primaria) - ERR convencional - MODELOS A 35,3 60,5 25,2 1,40 1,39 3,61 BCD 70,6 105,9 141,2 121,0 181,5 242,0 50,4 75,6 100,8 1,40 1,40 1,40 1,39 1,39 1,39 3,61 3,61 3,61 Tabla 2. 4.3.6. Datos energéticos de las 4 máquinas de absorción de la Tabla 2.5.5. 2.4.3.6 Instalación de máquinas de absorción de H2O - NH3. Las máquinas de absorción tienen unos requisitos de instalación a considerar para que su funcionamiento sea correcto. En cualquier caso, se deberá atender a las especificaciones concretas del fabricante. Las máquinas deben instalarse perfectamente niveladas. Se trata de máquinas muy pesadas (véase tablas de características) que generalmente se instalarán sobre bancada de inercia o tramex. Se debe analizar la distribución de pesos sobre la cubierta en el caso de reformas o rehabilitaciones. El montaje debe ser en el exterior manteniendo las distancias necesarias para la realización del mantenimiento y las especificadas por el fabricante para el correcto funcionamiento de las baterías de aire. En cuanto a la normativa, se deben cumplir las exigencias del RITE tanto para equipos de frío como para generadores de calor. Además, se deberá cumplir el Reglamento de Instalaciones de Gas. Si la temperatura exterior en invierno puede descender por debajo de los 0ºC, debe emplearse anticongelante para evitar la congelación de la máquina y los circuitos hidráulicos. Si está previsto utilizar soluciones de glicol, es importante que existan inhibidores en la solución para proteger las tuberías de cobre del interior de la máquina y tener en cuenta las variaciones de calor específico y densidad para el cálculo del caudal y de las pérdidas de carga. El circuito de agua de climatización del edificio debe mantenerse a caudal constante sobre la máquina. Se atenderá al dato de pérdida de presión del evaporador de la máquina para seleccionar la bomba que proporciones el caudal nominal especificado por el fabricante. Generalmente, será conveniente realizar un circuito primario para la máquina y uno o varios circuitos secundarios que podrán ser a caudal variable. La red de alimentación de gas deberá ser capaz de garantizar el caudal máximo de gas con una presión de 21,6 mbar (220 mmca) para el gas gatural, o de 36,3 mbar (37 mmca) para el propano. 124 2.4.3.7 Máquinas de absorción de doble efecto. Las máquinas con ciclo de absorción de doble efecto consiguen una eficiencia entre un 50 y un 80% superior a las máquinas de simple efecto. El doble efecto consiste en añadir otro generador y otro condensador a la máquina. Las máquinas comerciales que emplean como fuente de calor agua caliente a 80-95ºC son de simple efecto. En el caso de que la fuente de energía sea un combustible, los fabricantes ofrecen máquinas de absorción con ciclo de absorción de doble efecto cuyas eficiencias en refrigeración y calefacción resultan más interesantes. La Tabla 2.4.3.7 muestra los datos técnicos de una serie de máquinas de absorción de doble efecto con solución de LiBr-H2O. UNIDADES DE BrLi - H2O DOBLE EFECTO POR LLAMA DIRECTA. MODO REFRIGERACIÓN Generador de Gas Agua Refrigerada UNIDAD Capacidad frigorífica kW COP - Entrada ºC Temperatura agua calentada Salida ºC Pérdida de carga intercambiador kPa Presión estática máxima kPa Caudal de agua l/s Potencia térmica a aportar kW Gas Nat (1) m3/h Consumo de gas Gas Nat (2) m3/h Gas Nat (3) m3/h Potencia suministro Electric. Consumo W Peso en carga kg (1) PCI = 9,45 kWh/m3; (2) PCI = 8,13 kWh/m3; MODELOS A 105 1,02 BCD 281 527 703,2 1,02 1,20 1,20 12,5 12 7 7 70 86 600 785 4,57 12,22 25,22 33,65 103 276 440 586 10,9 29,2 46,6 62,0 12,7 33,9 54,1 72,1 8,0 21,4 34,2 45,5 380 V c.a. 1.400 2.300 3.100 3.400 1.800 3.500 5.600 6.560 (3) PCI = 12,87 kWh/m3 Tabla 2. 4.3.7. Datos técnicos de 4 máquinas de absorción comerciales de doble efecto, accionamiento directo, solución de LiBr – NH3. Modo refrigeración. 125 A continuación se determinan los valores de EER basado en energía primaria y de EER convencional para la comparación directa con enfriadoras de ciclo de compresión simple. UNIDADES DE BrLi - H2O DOBLE EFECTO POR LLAMA DIRECTA. MODO REFRIGERACIÓN UNIDAD Capacidad frigorífica kW Calor a disipar al ambiente kW Potencia térmica a aportar kW COP (fabricante) - ERR (basado en energía primaria) - ERR convencional - MODELOS A 105,0 208,0 103,0 1,02 1,01 2,63 BCD 281,0 527,0 703,2 557,0 967,0 1.289,2 276,0 440,0 586,0 1,02 1,20 1,20 1,01 1,18 1,18 2,62 3,09 3,09 Tabla 2. 4.3.8. Datos energéticos de las 4 máquinas de absorción de la Tabla 2.5.7. Se observa que los datos de EER convencional llegan a 3,09, valores muy superiores al 1,73 obtenidos en máquinas de simple efecto. 2.4.3.8 Conclusiones Las máquinas de absorción son una alternativa a las máquinas convencionales de producción de frío. Se deberá analizar si las ventajas que presentan en costes energéticos compensan los costes iniciales más elevados. El análisis de viabilidad de la tecnología de absorción debe separarse en máquinas de accionamiento directo y máquinas de accionamiento indirecto: Máquinas de accionamiento indirecto: En edificación puede contemplarse la opción de emplear máquinas de absorción de accionamiento indirecto por agua caliente. Las máquinas que ofrecen los fabricantes son de simple efecto con eficiencias relativamente bajas. Sin embargo, la comparación del EER de las máquinas de absorción con las máquinas convencionales, se realiza cuando se emplean energías convencionales. En este caso, las máquinas se plantean para ser accionadas principalmente por agua caliente procedente de una instalación de energía solar térmica o de un grupo de cogeneración. Por tanto se trataría de un aprovechamiento de energías renovables o residuales para la producción de frío. Las máquinas de accionamiento indirecto por agua caliente funcionan con ciclos simples de LiBr – H2O que requieren de agua a unos 30ºC, lo cual implica la necesidad de un circuito de disipación que, en muchos casos, requiere de la instalación una torre de refrigeración. Este hecho resulta ser la mayor barrera que impide que los sistemas de frío por absorción se implementen de forma más generalizada en España. Sin embargo, existen alternativas al respecto, como la disipación de calor mediante geotermia, agua del mar o agua de pozo. 126 Máquinas de accionamiento directo: En el caso de emplear combustibles fósiles para la producción de frío, se deberán realizar comparaciones con las máquinas de producción de frío convencionales. En esta sección se ha definido un EER convencional que permite la comparación directa de las eficiencias producidas por ambas tecnologías. De forma alternativa puede emplearse un parámetro económico, esto es, calcular el coste de la producción de energía térmica útil en €/kWh. Los datos técnicos analizados indican que será conveniente la utilización de máquinas de absorción de doble efecto por tener eficiencias muy competitivas. Si se emplean máquinas con soluciones de LiBr-H2O, se necesitará emplear, en muchas ocasiones, torre de refrigeración. Las máquinas de H2O-NH3 permiten la condensación por aire. En cualquier caso, el análisis debería realizarse para distintas condiciones de funcionamiento; esto es, para distintas cargas y condiciones exteriores. Sería conveniente poder realizar simulaciones de comportamiento para analizar el funcionamiento real de los equipos y las prestaciones que finalmente se obtendrán de forma media o estacional. En edificios con problemas de suministro de electricidad puede ser interesante plantearse la producción de frío mediante gas natural. En este caso, en el análisis se tendrá en cuenta la menor contratación de energía eléctrica y el posible ahorro en centros de transformación. 127 2.4.4 CALDERAS DE CONDENSACIÓN Las calderas de condensación son equipos con los que se consiguen eficiencias energéticas muy elevadas en las instalaciones de calefacción. Se trata de la tecnología más eficiente para el aprovechamiento energético por transferencia de calor de la energía de los humos generados en un proceso de combustión. Las ventajas de las calderas de condensación respecto a las calderas estándar son las siguientes: - Alta eficiencia por la posibilidad del aprovechamiento del calor latente de los humos. - Muy buen comportamiento a cargas parciales. - Muchos de los equipos comerciales son tecnológicamente muy avanzados: ajuste automático de la combustión para que ésta sea óptima, bomba con variación de frecuencia para ajustar salto térmico, etc. Se trata de equipos cuyas ventajas se observan analizando su comportamiento en una instalación a lo largo de varias semanas. Si se analiza el comportamiento de las calderas de condensación funcionando en condiciones nominales, al 100% de carga, puede parecer que no sean especialmente ventajosas respecto a las calderas convencionales. Sin embargo, los estudios de funcionamiento a cargas parciales, demuestran las ventajas de esta tecnología. 128 2.4.4.1 Análisis energético de la combustión Para comprender las ventajas que ofrecen las calderas de condensación frente a las calderas convencionales, se debe analizar el proceso de combustión de los combustibles. Si se analiza la combustión del metano resulta: C1H4+1,5O2=> CO2+2H2O+Energía (2.4.4.1) Donde se observa que los átomos de Carbono pasan a CO2 y los átomos de Hidrógeno a H2O. La reacción real de la combustión del metano es más complicada: la combustión se realiza con aire (21% O2 y 79% N2), por tanto, con cada mol de O2, entrarán 79/21=3,76 moles de N2. Además, para que la combustión sea completa, ésta debe realizarse con cierto exceso de aire “n”. La reacción queda: C1H4+n·1,5O2+n·3,76·1,5N2 => CO2+2H2O+(n-1)·1,5O2+3,76·n·1,5N2+Energía (2.4.4.2) El Poder Calorífico Superior (PCS) se define como la cantidad de energía liberada en el proceso de combustión. Para su obtención, se comienza con los reactivos a 25ºC, se realiza la combustión y se enfría el sistema cerrado hasta que los productos vuelvan a 25ºC. La energía liberada es la entalpía de combustión, esto es, el PCS. Téngase en cuenta que a 25ºC el H2O de los productos de la combustión estarán en fase líquida. A lo largo de los años, las calderas, motores, hornos, etc., han funcionado expulsando los humos (productos de la combustión) a temperaturas superiores a los 100ºC. Por tanto, la práctica ha llevado a 129 definir el rendimiento de las máquinas respecto a un poder calorífico que no tuviera en consideración la condensación del agua de los humos. El Poder Calorífico Inferior (PCI) se define como la cantidad de energía liberada en el proceso de combustión, suponiendo que los productos de la combustión están por encima de 100ºC. De esta forma, el agua procedente de la combustión sale en forma de vapor y no se considera el calor de condensación del vapor de agua. Los combustibles comerciales son realmente una mezcla de distintos hidrocarburos y el análisis de su combustión resulta más complicado que analizar simplemente la combustión del metano puro. La Tabla 2.4.4.1 muestra los Poderes Caloríficos de los combustibles comerciales. COMBUSTIBLE PODER CALORÍFICO INFERIOR (Hi) kWh/kg Gas Natural Propano Butano Gasóleo C 13,05 12,82 12,69 11,56 (Mj/kg)MJ/Nm3 46,99 46,15 45,67 41,62 PODER CALORÍFICO SUPERIOR (Hs) MJ/Stm3 kWh/kg 36,96 89,41 109,9 - 14,43 13,92 13,74 12,23 38,99 94,32 115,9 - (Mj/kg)MJ/Nm3 51,95 50,11 49,47 44,01 43,14 102,47 125,64 - MJ/Stm3 40,9 97,14 119,1 - Tabla 2.4.4.1. Poder Calorífico Inferior y Superior de combustibles comerciales. Se observa que la diferencia entre el Poder Caloríficos Superior e Inferior es importante. Las Calderas de Condensación están diseñadas para producir la condensación del agua de los humos de la combustión y conseguir de esta forma una mayor eficiencia energética. 2.4.4.2 Temperatura de rocío de los humos Conocido el potencial energético que supone la condensación del agua de los humos, en esta sección se va a determinar a qué temperatura se va a producir dicha condensación. Si se escribe la reacción de la combustión del Metano puro para “n=0”, esto es, para el caso teórico de combustión sin exceso de aire, se obtiene: C1H4+1,5O2+3,76·1,5N2=> CO2+2H2O+0·O2+3,76·1,5N2 (2.4.4.3) La fracción molar “yv” (o volumétrica) del agua en los humos viene dada por: yV = 2 2 = = 0,2315 1 + 2 + 0 + 3,76 · 1,5 8,64 (2.4.4.4) La Ley de Dalton dice que la presión a la que se encuentra el agua (presión parcial) viene dada por: pP = yV · pT = 0,2315·101300 = 23450 Pa 130 (2.4.4.5) A esta presión, la temperatura de saturación (temperatura de rocío) es de 63,5ºC. Si se realiza un análisis similar en los combustibles comerciales se obtiene: TEMPERATURA DE CONDENSACIÓN DE LOS HUMOS EN UNA COMBUSTIÓN IDEAL GAS NATURAL 58,5ºC PROPANOBUTANO 54,9ºC 54,3ºC GASÓLEO-C 48,1ºC Tabla 2.4.4.1. Poder Calorífico Inferior y Superior de combustibles comerciales. En realidad, la combustión se realiza con cierto exceso de aire. En el caso del metano, para un coeficiente de exceso de aire de “n=1,3” se obtiene: C1H4+1,3·1,5O2 +3,76·1,3·1,5N2 => CO2+2H2O+0,3·1,5·O2+3,76·1,3·1,5N2 (2.4.4.6) La fracción molar “yv” (o volumétrica) del agua en los humos viene dada por: yV = 2 2 = = 0,1628 1 + 2 + 0,3 · 1,5 + 3,76 · 1,3 · 1,5 12,28 (2.4.4.7) La presión parcial del vapor (suponiendo una presión ambiente de 101.300 Pa) resulta: pP = yV · pT = 0,1628·101300 = 16500 Pa (2.4.4.7) A esta presión, la temperatura de rocío es de 56ºC. Se observa por tanto que la temperatura de rocío varía significativamente con el exceso de aire. En el caso de combustibles comerciales, se obtiene la Tabla 2.4.4.3. GAS NATURAL (%O2)humos PV(Pa) Tr(ºC) 0 18.599 58,5 0,5 18.237 58,1 1 17.871 57,7 1,5 17.503 57,2 2 17.131 56,8 2,5 16.756 56,3 3 16.377 55,8 3,5 15.995 55,3 4 15.609 54,8 4,5 15.220 54,3 5 14.827 53,8 6 14.031 52,6 7 13.219 51,4 8 12.392 50,1 9 11.549 48,7 10 10.689 47,2 11 9.813 45,5 12 8.919 43,6 14 7.078 39,2 16 5.160 33,5 PROPANOGASÓLEO-C PV(Pa) Tr(ºC) PV(Pa) Tr(ºC) 15.634 54,9 11.240 48,2 15.318 54,4 11.005 47,7 15.000 54,0 10.768 47,3 14.680 53,6 10.529 46,9 14.356 53,1 10.290 46,4 14.031 52,6 10.049 45,9 13.703 52,1 9.806 45,5 13.373 51,6 9.562 45,0 13.040 51,1 9.317 44,5 12.705 50,6 9.070 43,9 12.367 50,1 8.822 43,4 11.683 48,9 8.320 42,3 10.989 47,7 7.813 41,1 10.283 46,4 7.299 39,8 9.567 45,0 6.779 38,4 8.839 43,5 6.253 36,9 8.100 41,8 5.720 35,3 7.349 39,9 5.180 33,5 5.810 35,6 4.081 29,3 4.219 29,9 2.952 23,8 Tabla 2.4.4.3. Temperatura de condensación de los humos en combustión ideal. 131 La condensación se produce cuando los humos estén en contacto con cualquier superficie que se encuentre a una temperatura inferior a la de rocío. Las calderas de condensación serán tanto más eficientes cuanta mayor cantidad de agua de los humos consigan condensar. Para ello, la temperatura del agua de retorno a la caldera debe ser lo más fría posible para lograr aprovechar al máximo el calor de condensación. 2.4.4.3 Rendimiento de las calderas estándar en condiciones nominales Las calderas son equipos donde se produce una transformación energética de la energía química del combustible (su poder calorífico) a energía útil calentando un circuito de agua. Los flujos de energía a analizar son: QU: Potencia nominal útil de la caldera (kW) QF: Potencia dada por el combustible en condiciones nominales (kW) PINQ: Pérdidas por inquemados en la combustión (kW) PPAR: Pérdidas por paredes de la caldera (pérdidas superficiales) (kW) PH: Pérdidas de calor sensible en los humos (kW) Figura 2.4.4.1. Balance energético en calderas. A partir del principio de conservación de la energía se obtiene la siguiente expresión: (2.4.4.9) El rendimiento de la caldera viene dado a partir de la energía útil por: (2.4.4.10) Y a partir del cálculo de las pérdidas energéticas por: (2.4.4.11) 132 Potencia del combustible (QF): Tal y como se comentó anteriormente, la energía del combustible se determina a partir del PCI del combustible. En el caso de combustibles líquidos y sólidos: (2.4.4.12) Donde el gasto másico del combustible viene dado en kg/s y el PCI en kJ/kg. En el caso de combustibles gaseosos se suele emplear la siguiente expresión: (2.4.4.13) Donde el gasto volumétrico del combustible viene dado en condiciones normales en m3N/s y el PCI en kJ/m3N. Potencia útil de la caldera (QU): Se calcula a partir del gasto másico de agua que circula por la caldera (en kg/s) y la diferencia entre las temperaturas de impulsión y retorno. (2.4.4.14) Siendo el calor específico del agua, aproximadamente 4,18 kJ/kg·K. Figura 2.4.4.2. Potencia útil en calderas de calefacción. En la práctica, los caudales de fluido que pasan por la caldera se dan en términos de caudal volumétrico, siendo muy habitual encontrárselo en l/h. Para pasarlos a kg/s, hay que conocer la densidad del fluido que mueven. Para el caso de que sea agua, esta puede toma el valor de 1 kg/l. Pérdidas por inquemados (PINQ): Las pérdidas de calor por inquemados son debidas principalmente a que parte del carbono de las moléculas del combustible no pasan a CO2 sino a CO, liberándose menos energía. 133 Las pérdidas en % pueden estimarse mediante la siguiente ecuación: (2.4.4.15) Siendo CO la concentración de monóxido de carbono en los humos en ppm y CH la concentración de hidrocarburos en humos en ppm (generalmente no se mide y se considera CH=CO). Pérdidas por calor sensible de los humos (PH): Las pérdidas por calor sensible de los humos se calculan para combustibles líquidos mediante: (2.4.4.16) el gasto másico de humos en kg/s, TH,S la temperatura de los humos en la salida de la caldera Siendo (donde se realiza el análisis de humos), TEXT la temperatura de la sala de máquinas (donde la caldera toma el aire con el que realiza la combustión) y CP el calor específico de los humos a la temperatura media. Las pérdidas por calor sensible de los humos pueden determinarse de forma aproximada empleando la siguiente expresión Siegert: (2.4.4.17) Donde CO2 es el % de CO2 en los humos y K es una constante que depende del combustible: K= 0,495 + (0,00693 x CO2), para gasóleo K= 0,379 + (0,00970 x CO2), para gas natural A continuación se muestran de forma gráfica las pérdidas sensibles en humos en función de la diferencia de temperaturas (TH – TEXT) para calderas con gas natural y gasóleo C y coeficientes de exceso de aire n=1,3 y n=1,5. 10 9 8 7 GAS NATURAL n=1,3 GAS NATURAL n=1,5 GASÓLEO C n=1,3 GASÓLEO C n=1,5 6 5 4 3 2 1 0 0 10 20 30 40 50 60 70 80 TH - TEXT 90 100 120 130 140 150 Figura 2.4.4.3. Pérdidas sensibles por humos en % en función de la diferencia entre la temperatura de humos y del ambiente. 134 Las calderas de condensación que trabajan a temperaturas de retorno de agua de 50ºC, son capaces de producir temperaturas de humos de unos 60-70ºC, esto es, unos 40-50ºC por encima de la temperatura ambiente. De esta forma, las pérdidas por calor sensible de los humos suelen estar por debajo del 2,5%. Además, la condensación de parte del agua de los humos llevará a pérdidas negativas, esto es, rendimientos por encima del 100% (basados en el PCI). Pérdidas por las paredes (PAR): Se trata de las pérdidas por transferencia de calor por radiación y convección desde la envolvente de la caldera al ambiente donde se encuentra. Las pérdidas dependen de la diferencia entre la temperatura superficial de la envolvente y del ambiente donde se encuentren, de la superficie externa de la caldera y de las corrientes de aire (caldera en el interior o en el exterior). Las pérdidas por las paredes pueden determinarse a partir de datos proporcionados por el fabricante de la caldera o medirse in-situ. La estimación de las pérdidas de calor por las paredes se calcula mediante: (2.4.4.18) Siendo SCAL la superficie de la caldera, TP la temperatura de la pared, TEXT la temperatura exterior a la caldera (generalmente la de la sala de calderas) hE y el coeficiente de película que considere la transferencia de calor por convección y radiación. El coeficiente de película puede determinarse analíticamente o, de forma alternativa, podría emplearse el programa AISLAM (Documento Reconocido del RITE). Con este programa se pueden determinar fácilmente las pérdidas de calor de la caldera. Ejemplo de cálculo de las pérdidas energéticas en calderas sin condensación: Se realiza el balance energético para una caldera de Potencia (QF) de 120 kW de gas natural, bien aislada, caldera nueva de alto rendimiento, cuyo análisis de combustión ha dado como resultado (O2)=2%, (CO2)=10,8%,(CO)=0,1% y TH=75ºC. Figura 2.4.4.4. Ejemplo de pérdidas en calderas. 135 Si se determina el rendimiento por el método directo (véase Documento Reconocido del RITE), se mediría el calor útil y el calor del combustible, resultando: Si se emplea el método indirecto, las pérdidas se hubieran calculado en % de la potencia del combustible, Siendo el rendimiento de la caldera: = 100 2.4.4.4 Aprovechamiento de la condensación del agua de los humos Las calderas de condensación deben trabajar a temperaturas de agua de retorno muy bajas con el objeto de que se produzca la condensación del agua de los humos. Además, en estas calderas, la temperatura de salida de los humos suele ser de 40-80ºC, siendo las pérdidas por calor sensible de los humos muy reducidas. MODELO AMODELO B Gasto Calorífico Potencia Nominal útil a 60/80ºC Potencia Nominal útil a 30/50ºC Rendimiento a 60/80 ºC Rendimiento a 30/50 ºC Temperatura de humos a 60/80ºC Temperatura de humos a 30/50ºC Gasto básico de humos Gasto básico de condensados a 30/50ºC ph del agua de condensados Clasificación energética según 92/42 Clase de emisión Nox Pot. max. 25,2 24,6 26,6 98,3 105,4 65 43 43 3,3 Pot. min. 5,3 5,2 5,7 97,3 107,2 60 31 13 1,4 Pot. max. 34,8 34,2 36,7 99,5 104,7 65 45 57 3,96 4,1 - 5 Tabla 2.4.4.4. Datos técnicos de 2 calderas de condensación comerciales. 136 Pot. min. 6,5 6,3 6,9 97,8 107,1 60 31 17,5 1,9 4,1 5 La Tabla 2.4.4.4 muestra los datos técnicos de 2 calderas de condensación domésticas. Se observa que cuando funcionan al 100% de carga nominal, su rendimiento varía en función de las temperaturas de impulsión y retorno del agua. La ganancia de energía debida a la condensación del agua de los humos resulta: (2.4.4.19) En el caso de que la caldera sea capaz de condensar 3,96 kg/h de agua (Modelo B a potencia máxima), resulta: kW (2.4.4.19) Que se trata de un 7,6% de la potencia del combustible QF. Las calderas de condensación son equipos que suelen incorporar ventajas adicionales a las calderas convencionales, además de la propia condensación. Las calderas realizan un control de la combustión de forma que regulan de forma óptima el %O2 en humos, esto es, el exceso de aire. Las pérdidas por inquemados suelen ser despreciables y las pérdidas por paredes en la envolvente inferiores al 1%. Ejemplo de cálculo de las pérdidas energéticas en una caldera de condensación: Se realiza el análisis del rendimiento de una caldera de condensación (de gas natural) de potencia nominal de combustible QF = 34,8 kW. De forma que, los datos de funcionamiento con agua de calefacción a 30/50ºC, resultan: O2=3%, CO<10 ppm y TH=45ºC. El rendimiento de la caldera resulta: 137 2.4.4.5 Rendimiento estacional de las calderas En la sección anterior se ha definido el concepto de rendimiento puntual o instantáneo, es decir determinando el calor aprovechado durante el funcionamiento continuo de la caldera en un periodo relativamente corto de tiempo (un instante) y en unas condiciones de referencia (nominales). La eficiencia de los equipos debe analizarse de forma estacional y en térmicos energéticos. En una instalación de calefacción sería interesante conocer cuantos kWh de gas natural se han consumido en la caldera para satisfacer los kWh de la energía demandada por el edificio para mantener las condiciones de bienestar. El rendimiento estacional (ηEST) es la expresión del rendimiento abarcando un periodo de tiempo más largo y considerando, por tanto, los periodos de paro y arrancada de la caldera y momentos del tiempo que la misma no esté trabajando a plena carga. Pérdidas de servicio Pérdidas envolvente Pérdidas ventilación Figura 2.4.4.5. Pérdidas en calderas en régimen transitorio (análisis estacional). En el funcionamiento de una caldera se pueden distinguir tres periodos horarios: - Horas de funcionamiento (tf): Durante estas horas de funcionamiento la caldera funcionará a distintas cargas. Si la caldera puede modular, ajustará el quemador a las necesidades de funcionamiento. Las calderas de condensación producen rendimientos muy elevados a cargas parciales. Algunas calderas pueden modular hasta un 20% de su potencia nominal, llegando a rendimientos del 108%. - Horas de parada (tp): En este caso, las pérdidas energéticas que se producen son pérdidas en las paredes y las debidas a la ventilación que se produce por el tiro natural. Las calderas de condensación trabajan a temperaturas muy bajas, siendo las pérdidas por las paredes muy pequeñas. El cuerpo de la caldera se encontrará a temperaturas muy bajas en las paradas, siendo las pérdidas reducidas. Las calderas de condensación son estancas, no existiendo pérdidas por tiro natural. - Horas de arrancadas (ta): En los periodos de arrancadas existen pérdidas por las paredes y cobran vital importancia las de ventilación, porque el quemador suele realizar un barrido del hogar antes de arrancar. 138 A continuación se muestra de forma gráfica el funcionamiento de una caldera de una y de dos marchas: q QUEMADOR DE UNA MARCHA tf_1 ta_1 q tf_2 tp_1 ta_2 tf_3 tp_2 ta_3 tf_4 tp_3 ta_4 t tp_4 QUEMADOR DE DOS MARCHA tf_1 ta_1 tf_2 tp_1 ta_2 tp_2 t Figura 2.4.4.6. Funcionamiento en régimen transitorio de una caldera de una etapa y de una caldera de dos etapas Las calderas de condensación son modulantes: algunos modelos permiten una modulación entre el 20 y el 100% de su potencia nominal. De esta forma se consiguen reducir las pérdidas en arranques y paradas. El rendimiento de las calderas de condensación aumenta a cargas parciales. Se trata, por tanto, de equipos que consiguen rendimientos medios estacionales mucho más elevados que los que se obtienen con calderas estándar. Actualmente se pueden emplear los programas de Certificación Energética CALENER VyP y CALENER GT, que simulan hora a hora el comportamiento energético del edificio y sus instalaciones. Los programas incorporan ecuaciones del comportamiento de los equipos a cargas parciales. 139 1,15 1,2 1,1 1,1 1,05 1 ∑ fcp_p ∑ fcp_p 1 0,95 0,9 0,85 0,9 0,8 0,7 0,8 0,6 0,75 0,5 0,7 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1 fcp_p 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1 fcp_p Estandar Baja temperatura Condensación Biomasa Figura 2.4.4.7. Curvas de comportamiento de distintos tipos de calderas en función de la carga. Izquierda: curvas CALENER Vyp; Derecha: curvas CALENER GT. Se observa que los programas de simulación premian el comportamiento de las calderas de condensación a cargas parciales. Se observa que cuando las calderas trabajen al 30% de carga, el rendimiento calculado es aproximadamente un 7% superior al nominal. 2.4.4.6 Diseño de circuitos para calderas de condensación El análisis del funcionamiento de las calderas de condensación ha demostrado que se pueden conseguir eficiencias muy elevadas a bajas temperaturas de retorno (TRET=30ºC). Los circuitos deben realizarse a caudal variable de forma que mantengan constante el salto de temperaturas a unos ΔT=20ºC. De este modo, si la caldera está regulando y el quemador está dando un 50% de su potencia nominal, el caudal se reduce también un 50% para mantener constante el salto de temperaturas y disminuir de esta forma la temperatura de retorno. Las condiciones de funcionamiento habituales de las distintas aplicaciones donde se emplean calderas, se muestran en la Tabla 2.4.4.5. APLICACIÓN IMPULSIÓN RETORNO Radiadores Primario ACS Fancoils, UTAs Suelo Radiante 80 80 55 45 65 60 45 35 Tabla 2.4.4.5. Temperaturas de impulsión y retorno típicas para distintas aplicaciones. 140 Las calderas de condensación funcionarán con mayor eficiencia en aplicaciones de suelo radiante y en aplicaciones de Fancoils y UTAs. Si una instalación que funciona en un suelo radiante funciona al 33% de carga, la caldera disminuirá el caudal para mantener constante el salto de temperaturas. De esta forma la temperatura de retorno no subirá de 35ºC a cargas parciales. Las calderas funcionarán de forma altamente eficiente cuando además se modifica la temperatura de impulsión del agua caliente en función de la temperatura exterior del edificio. El sistema de regulación puede medir constantemente la temperatura del exterior y disminuir la temperatura de impulsión cuando la exterior sea superior a la de diseño. Por ejemplo, si la instalación requiere 70 kW cuando la temperatura interior sea de 20ºC y la temperatura exterior de 0ºC, la potencia necesaria será de unos 35 kW si la temperatura ambiente es de unos 10ºC. Las calderas disminuyen la temperatura de impulsión de forma que las unidades terminales proporcionen la potencia necesaria a menor temperatura. Así, el sistema de regulación disminuye la temperatura de impulsión, mantiene constante el salto de temperaturas y, por tanto, disminuye la temperatura de retorno, aumentando la cantidad de agua de condensados. 3,4 3,2 3,0 2,8 2,6 2,4 Temperatura de caldera = temperatura de impulsión en ºC Siguiendo este concepto teórico, los fabricantes de calderas de condensación afirman que la caldera llega a condensar incluso en instalaciones de calefacción con radiadores. Para ello, proporcionan curvas de funcionamiento de las calderas como las mostradas en la Figura 2.4.4.8. 110 2,2 2,0 1,8 1,6 1,4 1,2 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 100 90 80 70 60 50 40 35 30 30 25 2 0 10 Tem 15 de c p. am 10 ons bien 5 igna te en º C 5 0 -5 -10 -15 -20 Temperatura exterior en ºC Figura 2.4.4.8. Curvas de funcionamiento de las calderas de condensación. Atendiendo a la Figura 2.4.4.8, supóngase una instalación de radiadores que se ha diseñado para una temperatura ambiente de 0ºC, con una temperatura de impulsión de 70ºC (suponiendo 55/70ºC), y que la caldera funcionará con la curva de trabajo “2,2”. De forma que, cuando la temperatura ambiente sea de 7,5ºC, la caldera impulsará el agua a 55ºC y como la caldera mantiene el salto de temperaturas constante en 15ºC, funcionará (40/55ºC), llegando a condensar. 141 Es evidente que en el caso de suelo radiante y fancoils, donde las temperaturas son más bajas, el sistema de reducción de la temperatura de impulsión por temperatura exterior será mucho más eficiente y la caldera de condensación funcionará con un rendimiento estacional alto. La principal dificultad en la utilización de calderas de condensación es la producción de ACS en instalaciones del sector terciario, donde la temperatura de los acumuladores de preparación de ACS no puede ser inferior a 60ºC. En estos casos, el agua de retorno del circuito de la caldera suele ser elevada y la caldera de condensación trabaja con rendimientos convencionales. Para resolver este inconveniente, algunos fabricantes han desarrollado calderas con retorno doble: un retorno a mayor temperatura del circuito de ACS y un retorno a menor temperatura del circuito de calefacción. FT12A VARINO7 FT1A M FT1A M ECS RD0383 HTº RTF BTº EF Figura 2.4.4.9. Esquema de instalación de caldera de condensación con doble retorno. La utilización de calderas de condensación puede llevar a replantear los esquemas de funcionamiento de las instalaciones de calefacción y producción de ACS. El Documento Reconocido del RITE “Sistemas de producción térmica eficiente” plantea un esquema con una caldera convencional para apoyo del ACS y una caldera de condensación para la calefacción. El sistema está diseñado para que en caso de avería de una de las calderas, la otra pueda funcionar para dar servicio a las dos aplicaciones dentro de sus posibilidades: 142 - Si se avería la caldera convencional, la caldera de condensación dará servicio al ACS. Se trata de una garantía de fiabilidad necesaria en muchas aplicaciones. - Si se avería la caldera de condensación, la caldera convencional, funcionará a plena carga tratando de calentar el edificio en lo posible y priorizando siempre la producción de ACS sobre la calefacción. Figura 2.4.4.10. Esquema de instalación de caldera de condensación y caldera convencional. Fuente: Documento Reconocido del RITE “Diseño de Centrales de Calor Eficientes”. 2.4.4.7 Conclusiones El análisis del funcionamiento de las calderas de condensación ha demostrado que se pueden conseguir rendimientos estacionales muy elevados. El problema de las calderas de condensación es únicamente que su coste es más elevado que las calderas estándar. Por otro lado, se deberá llevar cuidado con el vertido de los condensados a la red de saneamiento, atendiendo a las exigencias que puedan establecer las ordenanzas municipales. Las calderas de condensación comerciales son generalmente de Clase 5, esto es, de bajas emisiones de Óxidos de Nitrógeno (NOx). El RITE permite que si se sustituye una caldera por una de Clase 5, la evacuación de humos puede seguir realizándose por fachada, en lugar de tener que realizar evacuación por cubierta. Se trata de una ventaja importante en reformas y rehabilitaciones de instalaciones existentes. Además, algunas Administraciones apoyan económicamente la sustitución de calderas antiguas por calderas de condensación. El comportamiento de las calderas de condensación en régimen transitorio es significativamente mejor que el de las calderas estándar. Este comportamiento queda reflejado en los programas reconocidos de Certificación Energética de los Edificios, obteniéndose una mejor calificación energética. 143 Las calderas de condensación son especialmente recomendables en instalaciones de calefacción por suelo radiante, por fancoils y UTAs. El rendimiento del sistema aumenta si se regula la temperatura de impulsión en función de la temperatura exterior. En el caso de instalaciones de radiadores el rendimiento será menor, pero será posible que las calderas consigan condensar si se regula la temperatura de impulsión con la temperatura exterior. La mayor dificultad en la utilización de calderas de condensación es en las instalaciones de producción de ACS donde la acumulación se encuentre a 60ºC. En estos casos, se deberán proponer soluciones técnicas diferentes a las empleadas convencionalmente tales como las propuestas en la sección anterior. 144 REFERENCIAS • 2 2.1 • Weiss, W., Bergmann, I. 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La tecnología solar fotovoltaica es una de las fuentes de energía que mayor desarrollo están teniendo en los últimos años, y cuenta con un futuro prometedor, derivado del avance tecnológico y de la reducción de costes que está experimentando, todo ello de cara a competir con fuentes tradicionales de generación de energía eléctrica. La energía solar es utilizada de muy diferentes formas, se trata de aprovechar la radiación solar que llega a la Tierra para usos como calentar agua, fluidos o su conversión en energía eléctrica. Una de las principales aplicaciones de la energía solar fotovoltaica es su integración en edificios, ya que se trata de una tecnología que puede adaptarse a muy diferentes soluciones. 150 Figura 3.1.1. Instalación solar fotovoltaica (Fuente: EPIA). 3.1.1. Funcionamiento de un sistema solar fotovoltaico Las grandes ventajas de la energía solar fotovoltaica son que es un sistema de producción de energía limpia, respetuosa con el medioambiente y que se produce de forma distribuida, esto es, cerca del punto de consumo. El término “fotovoltaica” es la unión de dos palabras: “foto” palabra griega que significa luz, y “voltaica” que proviene de voltio, que es la medida utilizada para medir el potencial eléctrico en un punto dado. Los sistemas fotovoltaicos utilizan células solares para convertir la radiación solar en electricidad. Las células están compuestas de una o dos capas de material semiconductor. Cuando la luz incide sobre el panel, se crea un campo eléctrico a través de las capas, produciendo una corriente eléctrica. Cuanta más intensidad de luz incide sobre el panel, mayor es la corriente eléctrica generada. El material más común utilizado como semiconductor en la industria fotovoltaica es el silicio. Es un elemento comúnmente encontrado en la arena y no existen limitaciones en cuanto a su disponibilidad como materia prima; se trata del segundo material más abundante en la superficie de la tierra. Un sistema fotovoltaico no necesita la luz directa del sol para funcionar. También se puede generar electricidad en días nublados. 3.1.2. La tecnología fotovoltaica Las células fotovoltaicas se hacen generalmente de silicio cristalino: en rodajas a partir de lingotes, en piezas de fundición de cintas de producción o de capa fina (depositado en capas delgadas sobre un soporte de bajo coste). El rendimiento de una célula solar se mide en términos de su eficiencia en convertir la luz solar en electricidad. Una célula solar comercial tiene una eficiencia aproximada del 15%, es decir, que una sexta parte de la luz solar que incide en la célula genera electricidad. Mejorar la eficiencia de células solares fotovoltaicas, manteniendo el coste, es el principal objetivo de la industria fotovoltaica. Material en bruto (Silicio) Lingote cortado Lingote Cortado de obleas Sistema Módulo Células Obleas Figura 3.1.2. Proceso de fabricación (Fuente: EPIA). Las células de silicio cristalino están hechas a partir de capas obtenidas de un único cristal de silicio (monocristalino) o de un bloque de cristales de silicio (policristalino), y sus ratios de eficiencia se encuentran entre el 12% y el 17%. Esta es la tecnología más común y representa el 90% del total del mercado actual. Existen tres tipos principales de células cristalinas: 151 - Monocristalino (mono c-Si). y Selenio (CIGS). - Células mutiunión (a-Si/m-Si). - Policristalino (multi c-Si). Hay muchos otros tipos de tecnologías fotovoltaicas desarrolladas para ser comercializados o aún a nivel de investigación, los principales son: - Láminas o silicio en cinta. Los módulos de capa fina son construidos mediante la acumulación de finas capas de materiales fotosensibles en una superficie de bajo coste como cristal, acero inoxidable o plástico. Los procesos de fabricación dan como resultado menores costes de producción en comparación con la tecnología cristalina, una ventaja de precio que es compensado por un rendimiento más bajo (del 4% al 11%). Sin embargo, todas las tecnologías de capa delgada no tienen la misma eficiencia, existen varios tipos de módulos de capa fina (dependiendo del material utilizado) disponibles en este momento: - Silicio amorfo (a-Si). - Teluro de cadmio (CdTe). - Cobre Indio Selenio (CIS) y Cobre, Indio, Galio - Fotovoltaica de concentración: algunas células solares están diseñadas para funcionar con la luz solar concentrada. Estas células están integradas en colectores concentradores que utilizan una lente para enfocar la luz solar sobre las células. La idea principal es muy poco uso de los materiales semiconductores fotovoltaicos durante la percepción de la luz del sol tanto como sea posible. Las eficiencias son del rango del 20 al 30%. - Células flexibles: sobre la base del proceso de producción similar a las células de capa fina, cuando el material activo se deposita en un plástico fino, la célula puede ser flexible. Esto abre el abanico de aplicaciones, especialmente para la integración en construcción (tejados, fachadas, etc.) y aplicaciones para el consumidor final. COMMERCIAL MODULE EFFICIENCY Technology Thin FilmCrystalline Silicon (a.Si) (CdTe) CI(G)S Cell efficiency Module efficiency 4-8% 10-11% 7-11% Area Needed per KW (for modules) ~ 15 m2 ~ 9 m2 ~ 10 m2 a-Si/hc-SiDye s. cells 7-9% 2-4% (LAB) 13-19% ~ 12 m2 Source: EPIA 2010, Photon international, March 2010, EPIA analysis Efficiency based on Standard Test conditions. Figura 3.1.3. Eficiencia de los módulos (Fuente: EPIA). 152 Mono ~ 7 m2 Multi 11-15% ~ 8 m2 3.1.3. Aplicaciones de la tecnología solar fotovoltaica Existen diversos aprovechamientos de la tecnología solar fotovoltaica, desde instalaciones conectadas a la red, hasta instalaciones aisladas en zonas sin electrificar. Los principales usos de la tecnología son los siguientes: - Sistemas domésticos de conexión a red: El sistema fotovoltaico conectado a red es la instalación más común para hogares y negocios en zonas desarrolladas. La conexión a la red local de electricidad permite la inyección y venta de la energía generada o, si se permite, su autoconsumo. Se usa un inversor para convertir la energía de la instalación solar, que es corriente continua, en la corriente alterna que se consume habitualmente. - Centrales eléctricas conectadas a red: Este sistema, también conectado a red, produce grandes cantidades de electricidad fotovoltaica en un punto individual. El tamaño de estas plantas oscila entre varios cientos de kilovatios a decenas de megavatios. Algunas de estas aplicaciones están ubicadas en amplias zonas industriales edificadas, como terminales aeroportuarias o estaciones de tren; otras veces se ubican en espacios disponibles a campo abierto. Figura 3.1.4. Sistema doméstico conectado a red (Fuente: EPIA - SolarWorld). Figura 3.1.5. Central fotovoltaica conectada a red (Fuente: EPIA - Phoenix Solar). 153 - Sistemas aislados para electrificación rural: Las instalaciones aisladas de la red eléctrica permiten disponer de energía en áreas remotas (casas de montaña, campos agrarios, etc.). Habitualmente se conecta una batería al sistema para acumular la energía y, como en los demás casos, un inversor permite su uso normal. La electrificación rural se aplica tanto a un sistema solar casero, capaz de cubrir las necesidades mínimas de una vivienda particular, como a una instalación mayor, que suministre energía para varios hogares. Figura 3.1.6. Sistema rural aislado (Fuente: “RWE Schott Solar”). - Instalaciones industriales aisladas: La electricidad solar en instalaciones aisladas es frecuentemente utilizada en el campo de las telecomunicaciones, especialmente para conectar áreas rurales remotas a zonas pobladas. Estaciones de repetición para teléfonos móviles alimentadas con fotovoltaica o sistemas híbridos también tienen un amplio potencial. Otras aplicaciones incluyen señales de tráfico, sistemas de ayuda a la navegación, teléfonos de seguridad, iluminación remota, señales para la autopista y plantas de tratamiento de agua residual. Hoy, estas instalaciones tienen un coste competitivo, ya que facilitan la conexión de energía en áreas alejadas de los centros eléctricos principales, suprimiendo el alto coste que requiere una conexión de cableado. Figura 3.1.6. Sistema industrial aislado (Fuente: “Shell Solar B.V.”). - Bienes de consumo: Las células fotovoltaicas son utilizadas diariamente en numerosas aplicaciones eléctricas, incluyendo relojes, calculadoras, juguetes, cargadores de batería, etc. Otras aplicaciones incluyen energía para servicios tales como aspersores de agua, iluminación y cabinas telefónicas. 154 - Sistemas híbridos: Un sistema solar puede ser combinado con otra fuente de energía (un generador de biomasa, una turbina eólica o un generador diesel) para asegurar la constancia del suministro de energía. Un sistema híbrido puede estar conectado a red o aislado. 3.1.4. La tecnología solar fotovoltaica en la edificación Uno de los usos con más posibilidades de desarrollo para la energía solar fotovoltaica es su integración en la edificación, tanto para equipamientos nuevos como para la rehabilitación de edificios. La estructura básica de una planta fotovoltaica conectada a red es la que se muestra en la Figura 3.1.7. 1. Módulos fotovoltaicos 2. Inversor Corriente continua / Corriente alterna (DC/AC) 3. Contador para la producción fotovoltaica 4. Contador para el consumo 1 2 3 4 Figura 3.1.7. Instalación solar fotovoltaica conectada a red (Fuente: EPIA). Las células de los módulos fotovoltaicos captan la radiación solar generando corriente continua, que posteriormente es transformada en el inversor en corriente alterna. Esta corriente alterna es consumida dentro de la instalación o vertida a la red eléctrica pública. La edificación podrá, en un momento dado, consumir energía eléctrica de su propia instalación fotovoltaica y exportar los excedentes que no consuma; o, por el contrario, en caso de no existir generación, consumir la electricidad de la red eléctrica de la compañía suministradora. 155 3.1.5. Aplicaciones de la tecnología fotovoltaica en la edificación Históricamente, la principal aplicación de la energía solar fotovoltaica en edificios, ha sido la instalación de módulos fotovoltaicos montados en estructuras una vez llevada a cabo la construcción del edificio, normalmente en las cubiertas. Las cubiertas y lucernarios son la mejor opción para la integración de la tecnología fotovoltaica sin alterar la imagen y estructura de las edificaciones. Del mismo modo, es el sistema con mayor rendimiento, siempre y cuando se opten por soluciones con la orientación e inclinación adecuadas. Figura 3.1.8. Módulos fotovoltaicos instalados sobre cubierta (Fuente: EPIA - Sunrise). Sin embargo, actualmente se opta por soluciones integradas fotovoltaicas, que consisten en la fabricación de elementos constructivos a base de células y módulos fotovoltaicos para su integración en la edificación. Esta solución trata de integrar de la mejor forma posible la tecnología fotovoltaica con la edificación. Figura 3.1.10. Lucernario compuesto por células solares (Fuente: Design-BuildSolar). En las cubiertas inclinadas de los edificios se podrá optar por incorporar módulos fotovoltaicos completos o bien a modo de tejas solares. En el caso de cubiertas planas, pueden incorporar módulos inclinados o lucernarios traslúcidos de forma que dejen pasar la luz del sol. Figura 3.1.9. Cubierta fabricada con módulos fotovoltaicos (Fuente: EPIA - Sunrise). Dentro de las opciones de integración de la tecnología solar fotovoltaica en la edificación, se pueden diferenciar cinco opciones diferentes, entre las que destacan: - Cubiertas y lucernarios. - Muros cortina. - Ventanas. - Parasoles. - Fachadas ventiladas. 156 Figura 3.1.11. Módulos fotovoltaicos integrados en cubiertas (Fuente: Solstis). En grandes superficies de cubiertas se podrá optar por sistemas en forma de sierra que permiten la entrada de luz natural por la orientación contraria. Por otra parte, en caso de grandes cubiertas curvas existe la opción de emplear materiales de capa delgada, flexibles, que se adaptan a la forma de la estructura sobre la que se instalan. La función principal de las ventanas, es permitir la iluminación y ventilación interior de los edificios. Normalmente, éstas incorporan partes fijas y móviles. La integración fotovoltaica sobre las ventanas, se puede llevar a cabo sobre las partes fijas de la misma o el empleo de módulos semitransparentes de capa fina cubriendo gran parte de su superficie. Figura 3.1.12. Integración fotovoltaica sobre cubiertas curvas (Fuente: Biosol-Centrosolar). Figura 3.1.12. Ventanas con módulos de capa delgada semitransparente (Fuente: Schott Solar). Los sistemas de muros cortina son utilizados para fachadas verticales o inclinadas. La integración de los muros cortina se puede llevar a cabo o bien directamente en obra utilizando una estructura adecuada, o bien mediante sistemas modulares prefabricados. En ambos casos, se podrá optar por la incorporación de los paneles fotovoltaicos en la totalidad de la superficie o combinándolos con otros elementos constructivos. La incorporación de parasoles en fachadas de edificios es una de las mejores opciones de integración fotovoltaica, ya que permite que los módulos estén inclinados hacia el sol y por otra parte ambas caras de los módulos se encuentran ventiladas. El principal inconveniente es la sombra que puede generar unas lamas sobre otras, afectando por tanto al rendimiento de la instalación. El principal inconveniente que presentan estas soluciones es, además de la orientación, la posibilidad de contar con sombras de otros elementos del entorno sobre los paneles fotovoltaicos, que hacen disminuir su rendimiento. Figura 3.1.12. Células instaladas en parasoles (Fuente: Romag - Design-BuildSolar). Figura 3.1.12. Muro cortina en fachada exterior (Fuente: Design-BuildSolar). 157 Las fachadas ventiladas son sistemas de revestimientos de fachadas en edificios que consisten en un cerramiento que se sitúa por delante de la pared de las edificaciones montado sobre una estructura auxiliar. Se trata de sistemas muy adecuados para la integración fotovoltaica ya que permiten la ventilación y drenaje del edificio. Figura 3.1.12. (Fuente: Editec). En definitiva, los sistemas solares fotovoltaicos son una clara opción para la consecución de los objetivos en materia de reducción de emisiones y la implantación de las energías renovables. Desde un punto de vista constructivo, estos elementos deben adaptar sus características tales como el tamaño, forma, color, durabilidad, etc. a las condiciones en las que serán utilizados. En todo caso, el reto consiste en integrar la tecnología fotovoltaica dentro de los edificios, de tal forma que se pueda compaginar la generación eléctrica a partir de fuentes renovables y los requerimientos técnicos constructivos en cuanto a cubiertas y cerramientos. 158 159 3.2 José María González Moya Director Técnico secciones Eólica y Fotovoltaica Asociación de Productores de Energías Renovables – APPA 3.2 LA ENERGÍA DEL VIENTO PARA APROVECHAMIENTOS MINIEÓLICOS Así como la energía eólica de gran potencia ya ha demostrado su viabilidad y contribuye de manera creciente al sistema eléctrico nacional, la energía eólica de pequeña potencia (o energía minieólica) no se ha desarrollado suficientemente y se está desaprovechando la capacidad de aportar energía renovable de forma distribuida, mediante su integración en entornos urbanos, semi-urbanos, industriales y agrícolas, especialmente asociada a puntos de consumo de la red de distribución. Así como la energía eólica de gran potencia ya ha demostrado su viabilidad y contribuye de manera creciente al sistema eléctrico nacional, la energía eólica de pequeña potencia (o energía minieólica) no se ha desarrollado suficientemente y se está desaprovechando la capacidad de aportar energía renovable de forma distribuida, mediante su integración en entornos urbanos, semi-urbanos, industriales y agrícolas, especialmente asociada a puntos de consumo de la red de distribución. Aunque el recurso es el mismo que en la gran eólica, las instalaciones minieólicas tienen una serie de características propias, como son: - Generación de energía próxima a los puntos de consumo, reduciendo las pérdidas por transporte (generación distribuida). 160 - Versatilidad de aplicaciones y ubicaciones, ligado al autoconsumo, con posibilidad de integración en sistemas híbridos, y tecnologías existentes para suelo y cubierta. - Accesibilidad tecnológica al usuario final, por las bajas inversiones requeridas, con una instalación sencilla (sin apenas necesidad de obra civil), facilidad de transporte de equipamientos y montaje. - Funcionamiento con vientos moderados, sin requerir complejos estudios de viabilidad. - Aprovechamiento de pequeños emplazamientos o de terrenos con orografías complejas. - Suministro de electricidad en lugares aislados y alejados de la red eléctrica. 3.2.1 Funcionamiento de un sistema minieólico La energía minieólica engloba instalaciones eólicas con una potencia inferior a 100 kW, teniendo los aerogeneradores que cumplir la normativa de fabricación IEC 61.400-2. - Optimización del aprovechamiento de las infraestructuras eléctricas de distribución existentes, a las que se conectan directamente, sin requerir infraestructuras eléctricas adicionales de evacuación. - Bajo coste de operación y mantenimiento y elevada fiabilidad. - Reducido impacto ambiental, por menor tamaño e impacto visual, y por su integración en entornos humanizados. Hasta la fecha, en España se han desarrollado mayormente las instalaciones aisladas de la red con almacenamiento de energía en baterías (para el autoconsumo de edificaciones aisladas de la red). No obstante, se está avanzando considerablemente en las debilidades de esta tecnología que históricamente habían limitado su proliferación a zonas rurales y aisladas (ruido, vibraciones y turbulencias). A raíz de estos avances, la tecnología minieólica ha despertado un gran interés, siendo considerada como una fuente energética de generación distribuida con gran potencial de desarrollo a nivel doméstico e industrial y, por tanto, a nivel de integración en la edificación. Se trata de un generador eléctrico que es movido por una turbina eólica que puede proporcionar electricidad tanto a nivel doméstico como industrial. El aprovechamiento eólico consiste en producir energía eléctrica a partir de la transformación de la energía eólica (energía cinética) en energía mecánica, y de la transformación de esta última en electricidad mediante un generador eléctrico o alternador. Al incidir el viento sobre las palas de una aeroturbina se produce un trabajo mecánico de rotación que mueve a su vez un generador para producir electricidad. La cantidad de energía que contiene el viento antes de pasar por un rotor en movimiento depende de tres parámetros: la velocidad del viento incidente, la densidad del aire y el área barrida por el rotor. Los componentes principales de un sistema minieólico, constan de: - Aerogenerador: genera electricidad a partir de la fuerza del viento, tanto de día como de noche. Su potencia deberá ser acorde a las necesidades de consumo de la instalación. - Batería: almacena la energía generada por el aerogenerador, suministrándola posteriormente para su consumo. La autonomía mínima recomendada es de tres días. - Regulador: controla la generación eléctrica del aerogenerador y el estado de la batería. Previene la sobrecarga y descarga de las baterías. 161 - Inversor: transforma la electricidad almacenada, en forma de corriente continua, en electricidad apta para uso doméstico: corriente alterna a 220 V. Puede incorporar un cargador de recarga de baterías en caso de disponer de una fuente externa de corriente alterna como un grupo electrógeno. Cada máquina está diseñada para una determinada velocidad de viento, a partir de la cual generalmente se conseguirá la máxima potencia. CLASIFICACIÓN DE AEROGENERADORES DE EJE HORIZONTAL PARA PRODUCCIÓN ELÉCTRICA EN FUNCIÓN DE SU POTENCIA Denominación PN (kW) R (m)4 Aplicaciones Muy baja5 <1 <1 Embarcaciones, sistemas de comunicación, refugios de montaña, iluminación... 1-10 1-3 Granjas, viviendas aisladas (sistemas EO-FV), bombeo... Baja 10-100 3-9 Comunidades de vecinos, PYME’ s (sistemas mixtos EO-diésel), drenaje, tratamiento de aguas... Media Parques Eólicos (terreno complejo). 100-1.000 9-27 Alta 1.000-10.000 27-81 Parques Eólicos (terreno llano, mar adentro). Muy alta >10.000 >81 En fase de investigación y desarrollo, requieren nuevos diseños y materiales no convencionales. Suponen un salto tecnológico. No antes del año 2010. 4 Los valores de la dimensión característica radio de la circunferencia descrita por el rotor (R) son aproximados. 5 Esta clase se subdivide según la potencia nominal (PN) en microaerogeneradores (<1kW) y miniaerogeneradores (1<PN<10kW). Figura 3.2.1. Clasificación de aerogeneradores de eje horizontal (Fuente: IDAE). 162 3.2.2 La tecnología minieólica. Técnicamente, existe una gran variedad de tipologías, conviviendo diseños variopintos de eje vertical y horizontal, dependiendo igualmente del entorno urbano y de la ubicación física en suelo o sobre cubierta. Clasificación de aerogeneradores según el número de palas: El tipo de aerogenerador utilizado para la producción eléctrica habitualmente es el tripala. No obstante, en la eólica de pequeña potencia, se pueden encontrar también aerogeneradores multipala, bipala, o incluso monopala. MULTIPALA Aerogeneradores MONOPALABIPALA Figura 3.2.2. Tipos de aerogeneradores según el número de palas (Fuentes: www.energiamadre.com, www.powerhousewin.com y Bornay). Clasificación de aerogeneradores según eje: Se pueden clasificar según la disposición del rotor (horizontal y vertical) siendo a día de hoy los más característicos los de eje horizontal. VERTICAL MULTIPALA Aerogeneradores HORIZONTAL TRIPALA HORIZONTAL TRIPALA Figura 3.2.3. Tipos de aerogeneradores según su eje (Fuentes: Kliux Energies, Sonkyo Energy y Bornay). 163 En el aerogenerador de eje horizontal el eje de giro del rotor está situado en la horizontal. Así, la principal característica de un aerogenerador de eje horizontal es que el eje de rotación se encuentra paralelo al suelo. Tiene su eje de rotación principal en la parte superior de una torre, y necesitan un mecanismo de orientación para hacer frente a los cambios bruscos en la dirección del viento. Si bien el rotor de los aerogeneradores más comunes gira sobre un eje horizontal, otros modelos lo hacen sobre un eje vertical, perpendicularmente al suelo. Así, la principal característica de un aerogenerador de eje vertical es que su eje de rotación está en posición perpendicular con respecto al suelo. Son aerogeneradores de fácil instalación que no necesitan de una gran torre para funcionar. Suelen tener una estructura similar a los grandes aerogeneradores, si bien su diseño es relativamente más simple (sistemas de orientación pasivos, generadores eléctricos robustos de bajo mantenimiento, ausencia de multiplicadores,…). Los aerogeneradores de eje vertical tienen la ventaja de adaptarse a cualquier dirección del viento y no necesitan disponer de ningún mecanismo de orientación ante cambios de la dirección del viento. Son ideales en zonas de viento débil. Entre ellos, caben destacar En la actualidad la mayor parte de aerogeneradores comerciales son de eje horizontal debido al mayor rendimiento que producen con respecto a los aerogeneradores de eje vertical. Figura 3.2.4. Aerogenerador vertical (Fuente: www.ecosources.info). - Aerogenerador Darrieus: como las palas del rotor del aerogenerador son verticales no es necesaria la utilización de un sistema de orientación y funciona perfectamente cuando la dirección del viento cambia rápidamente. ROTOR DARRIEUSDARRIEUS H HELICOIDALE Figura 3.2.5. Aerogenerador Savonius (Fuente: www.ecosources.info). - Aerogenerador Savonius: La principal ventaja es su simplicidad. Son aerogeneradores de eje vertical de pequeña potencia y baja velocidad de giro con los que se puede abastecer instalaciones aisladas, de poco consumo y con vientos débiles. 164 3.2.2 La tecnología minieólica. Puede destinarse al autoconsumo, al almacenamiento eléctrico a pequeña escala (con acumulación en baterías), al vertido a red o a una combinación de las anteriores. En la vertiente del autoconsumo, las aplicaciones de la energía eólica de pequeña potencia son innumerables: suministro eléctrico de torretas y repetidores de telecomunicaciones, alumbrado público, señalización marítima, refugios de montaña, electrificación rural, calefacción y refrigeración, bombeo, irrigación, desalinización y/o depuración de aguas, producción de hidrógeno, etc. Figura 3.2.6. Esquema para conexión de pequeñas comunidades (Fuente: ENAIR, Google y Bornay). Por su parte, las potenciales aplicaciones se multiplican en el caso de instalaciones interconectadas con la red eléctrica: - Edificios diseminados: granjas, chalets, naves industriales, explotaciones ganaderas o agrícolas, faros, refinerías, estaciones de servicio, edificios penitenciarios, acuartelamientos, etc. - Edificios urbanos o semiurbanos: viviendas y oficinas, colegios, universidades, hospitales, residencias de mayores, hoteles, centros religiosos, centros comerciales, instalaciones deportivas, parques y jardines, etc. En este momento, se está hablando de autoconsumo con balance neto: una nueva modalidad de generación distribuida, en vía de desarrollo que permitirá al consumidor el vertido de energía a la red eléctrica, para consumirla en otro momento. las baterías proporcionará más o menos días de autonomía de la instalación. Entre ambos componentes (aerogenerador y baterías) se intercala un regulador, el cual automatiza y garantiza el correcto funcionamiento del sistema. Finalmente, el inversor convierte la corriente continua almacenada en las baterías en corriente alterna a 220 V, con lo que se garantiza el funcionamiento de cualquier aparato eléctrico. Tradicionalmente se han usado para generar energía eléctrica en zonas rurales aisladas en las que no es viable conectarse a la red eléctrica. Las aplicaciones típicas son: electrificación de cercado para el ganado, bombeos hídricos, iluminación y cualquier tipo de pequeño sistema electrónico necesario para controlar o monitorear equipos remotos, incluyendo los sistemas de seguridad. En un sistema aislado, el aerogenerador produce electricidad al hacer girar sus palas tras recibir la fuerza del viento, la cual se envía hacia un sistema de acumulación (baterías) donde se almacenará para su uso posterior. El dimensionamiento de 165 SISTEMA AISLADO GENERADOR EÓLICO WT3 CARGAS 220 Vcc REGULADOR EÓLICO WTB3 - WTS8 Figura 3.2.7. Ejemplo de un sistema aislado (Fuente: Carlo Gavazzi). INVERSOR PSI BANCO DE BATERÍAS Los sistemas mixtos eólicos asilados tienen un complemento ideal en la energía fotovoltaica, ya que sus picos de operación se complementan a la perfección (noche-día, verano-invierno). Figura 3.2.8. Instalación mixta eólica-fotovoltaica (Fuente: Bornay). Figura 3.2.9. Instalación mixta eólicafotovoltaica (Fuente: Kliux Energies). 166 En cuanto a los sistemas conectados a red, son sistemas ligados a un punto de suministro eléctrico y cuya producción y evacuación es en baja tensión (BT). Los sistemas conectados a red no necesitan baterías ni el regulador y, en cambio, sí requieren un inversor y un contador de energía adicional (o un contador bidireccional) que contabilice los kWh vertidos a la red. Obviamente, para verter la energía generada a la red eléctrica, se requiere de un punto de conexión y darse de alta en el régimen especial como productor de energía eléctrica. Figura 3.2.10. Esquema de instalación conectada a red (Fuente: www. hemeraenergy.com). 3.2.4 La tecnología minieólica en la edificación En este caso, las turbinas eólicas se instalan directamente en el edificio, por lo general, en el tejado o en la azotea. Hay que tener en cuenta que cerca de la superficie terrestre, a nivel local, soplan vientos específicos caracterizados por el relieve del terreno y otras variables como la rugosidad o la altura. La tecnología minieólica en cubiertas (tejados), es una nueva aplicación que está dando sus primeros pasos. No obstante, presenta un gran potencial de desarrollo a nivel urbanístico, por lo que se abre una oportunidad para su integración en la edificación. Así, una superficie muy rugosa como un bosque o una aglomeración de casas causará turbulencias y frenará el viento. Es por ello que una superficie rugosa requerirá aerogeneradores de mayor altura para alcanzar una velocidad de viento adecuada. En esta primera etapa de desarrollo de aerogeneradores urbanos, hay un gran entusiasmo y potencial en relación a las turbinas eólicas domésticas en cubierta/tejados, aunque los costes no sean aún competitivos. En cuanto a la tecnología eólica de pequeña potencia específica para integración en entorno urbano, existen diseños muy distintos que varían de un fabricante a otro e incluyen máquinas de eje vertical y horizontal. Figura 3.2.11. Instalación eólica en edificación (Fuente: www.arquitecturasostenible.org). 167 REFERENCIAS 3 3.1 • Instituto para la diversificación y ahorro de energía, IDAE (www.idae.es) • Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, CIEMAT (www.ciemat.es) • European Photovoltaic Industry Association, EPIA (www.epia.org) • Energías Renovables. Planeta Neutro (www.renovables-energia.com) • Design Build Solar, (www.design-buildsolar.com) • “Código Técnico de la Edificación”, Ministerio de Fomento • “Energía Fotovoltaica. Electricidad solar”, EPIA, ASIF, APPA • “Building integrated photovoltaics: an overview of the existing products and their fields of application”, SUNRISE Project • “Envolvente, aplicación y funcionamiento de energía fotovoltaica en edificación”, Francisco Javier Garrido Leiton, Universidad Politécnica de Valencia • “Guía de incorporación de energías renovables en edificación”, Instituto Valenciano de la Edificación, IVE. • “Energías renovables y su integración en la edificación”, BEST RESULT Project • “El sol puede ser suyo”, IDAE (2008) • “Guía práctica de la energía. Consumo eficiente y responsable”, IDAE (2007) 3.2 • Instituto para la diversificación y ahorro de energía, IDAE (www.idae.es) • Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, CIEMAT (www.ciemat.es) • “Domestic roof-mounted wind turbines”, Mid Wales Energy Agency • “Código Técnico de la Edificación”, Ministerio de Fomento • “Guía de incorporación de energías renovables en edificación”, Instituto Valenciano de la Edificación, IVE. • “Energías renovables y su integración en la edificación”, BEST RESULT Project • “El sol puede ser suyo”, IDAE (2008) • “Guía práctica de la energía. Consumo eficiente y responsable”, IDAE (2007) • “Manual de energía eólica”, IDAE (2006) 168 169 4 ASPECTOS ENERGÉTICOS DE LA EDIFICACIÓN A lo largo del presente capítulo se analizará la importancia e influencia en los consumos energéticos finales de los aspectos constructivos de los edificios, así como de los sistemas de distribución térmica, de la iluminación y otros consumos eléctricos y de los sistemas de regulación y control. Dejando patente la necesidad de tener en cuenta tanto medidas activas como pasivas a la hora de reducir las demandas energéticas de dichos edificios. 4.1 Margarita de Luxán, Mar Barbero, Gloria Gómez y Emilia Román CC60 Estudio de Arquitectura SLP 4.1 LA ENVOLVENTE COMO ELEMENTO DE EFICIENCIA ENERGÉTICA 4.1.1 La rehabilitación como herramienta para reducir la insostenibilidad Rehabilitar un edificio puede suponer importantes ahorros energéticos en la construcción respecto a derribarlo y construir uno nuevo, entorno al 60%, evitando numerosos impactos ambientales, como por ejemplo los relativos a la contaminación acústica y atmosférica, el consumo de energía y materiales, emisiones de CO2, la ocupación de suelo, la creación de nuevas infraestructuras, la generación de nuevas necesidades de transporte, etc. Desde el punto de vista del consumo de los recursos, la rehabilitación debería dirigirse a la mejora de las condiciones de habitabilidad de las edificaciones, incidiendo en todos aquellos aspectos que confluyen para garantizar una mayor calidad de vida para los usuarios. Además, la rehabilitación ayudará a paliar la insostenibilidad siempre que 172 se prolongue la vida útil del edificio rehabilitado, asegurando que durante su mantenimiento y uso no prosiga el derroche energético inicial. En este sentido, si se analiza el consumo de energía a lo largo de la vida útil de una edificación, la mayor parte del mismo deriva de su uso y es especialmente importante cuando se combina un uso intensivo de las instalaciones con una envolvente térmica ineficiente desde el punto de vista energético. Esto significa que cualquier medida que se adopte sobre las edificaciones existentes, y que se destine a reducir el consumo durante su utilización (bien sea mediante el aprovechamiento de las condiciones climáticas, limitando las pérdidas de energía por la envolvente o mejorando la eficiencia energética de las instalaciones), conllevará una reducción significativa del uso de los recursos asociados. Por tanto, según este análisis podemos definir tres prioridades en la rehabilitación de un edificio, que ordenadas según la repercusión en la reducción del consumo, son las siguientes (Vázquez, 2010): - Disminuir el consumo durante el uso del edificio. - Aumentar la durabilidad, es decir prolongar la vida útil. - Disminuir los costes de fabricación y demolición. Por otro lado, es preciso tener en cuenta que el proceso edificatorio consta de diversas fases, desde la extracción de las materias primas hasta la demolición, y cada una de ellas lleva asociada un consumo de recursos, tanto de energía como de materiales. La formulación de este proceso es compleja, pero se puede establecer, de forma simplificada, una expresión que recoja la contabilidad anual de los recursos asociados al alojamiento (Vázquez, 2010) de la siguiente manera: Fabricación Vida útil + uso + Demolición Vida útil (4.1.1) Basándonos en esta expresión, se puede deducir que cuanto mayor sea la vida útil del edificio la repercusión de los costes de fabricación y demolición en el total anual es menor. Asimismo, esto implica que cuantos más años dure un edificio, mayor repercusión tiene la energía consumida durante su uso en la contabilidad energética anual. La normativa técnica aplicable a nuestro país, en relación a las condiciones de la edificación en lo que se refiere al consumo de energía, es el Código Técnico de la Edificación, que define como objetivo en su Documento Básico relativo al ahorro energético (CTE-DB-HE1): “conseguir un uso racional de la energía necesaria para la utilización de los edificios, reduciendo a límites sostenibles su consumo y conseguir asimismo que una parte de este consumo proceda de fuentes de energía renovable, como consecuencia de las características de su proyecto, construcción, uso y mantenimiento” Por tanto, la disminución del consumo de energía en un edificio se podrá alcanzar mediante la adopción de las siguientes medidas: Reducción de la demanda energética: Según el CTE-DB-HE. Ahorro de Energía, la demanda energética “es la energía necesaria para mantener en el interior del edificio unas condiciones de confort definidas reglamentariamente en función del uso del edificio y de la zona climática en la que se ubique” y para su cálculo hay que tener en cuenta las necesidades tanto de calefacción como de refrigeración. Asimismo, en su artículo 15.1, referente a la limitación de demanda energética, indica que: “los edificios dispondrán de una envolvente de características tales que limite adecuadamente la demanda energética necesaria para alcanzar el bienestar térmico en función del clima de la localidad, del uso del edificio y del régimen de 173 verano y de invierno, así como por sus características de aislamiento e inercia, permeabilidad del aire y exposición a la radiación solar, reduciendo el riesgo de aparición de humedades de condensación superficiales e intersticiales que puedan perjudicar sus características y tratando adecuadamente los puentes térmicos para limitar las pérdidas o ganancias de calor y evitar problemas higrotérmicos en los mismos”. Por tanto, la reducción de la demanda energética debe estar asociada principalmente al uso del edificio, y debe tener en cuenta la zona climática donde se ubica el edificio, las características de su envolvente térmica , la tipología edificatoria, el factor de forma, las condiciones de inserción en la trama urbana, orientaciones, empleo de sistemas pasivos, etc. Rendimiento de las instalaciones térmicas del CTEDB-HE. Además, desde la entrada en vigor de dicho documento básico, en septiembre de 2006, es obligatoria la contribución de energías renovables para la producción de agua caliente sanitaria (ACS) en edificios de nueva planta y rehabilitación integral, especialmente mediante paneles solares, cuyos requisitos quedan recogidos en el DBHE4 Contribución solar mínima de agua caliente sanitaria. Asimismo, en el DB-HE5 Contribución fotovoltaica mínima de energía eléctrica, se recogen las exigencias para edificios fundamentalmente de uso terciario. Y, complementariamente, las relativas a la iluminación, que no son de aplicación en edificios de uso residencial, quedan recogidas en el apartado HE3 Eficiencia energética de las instalaciones de iluminación. La gestión energética: Para el cálculo de la demanda energética se consideran básicamente dos factores: la zona climática y las condiciones de la envolvente térmica de la edificación. Dado que, habitualmente, es difícil cambiar el microclima desde acciones en la propia edificación, la reducción de la demanda de energía dependerá fundamentalmente de las características de la envolvente térmica y de la capacidad de aprovechar las condiciones climáticas favorables mediante el diseño del edificio. Mejora del rendimiento de las instalaciones y el uso de energías renovables o residuales en la producción energética y la reducción del consumo de agua: La eficiencia energética dependerá de la fuente energética utilizada, del diseño y la distribución de las instalaciones, del grado de centralización, del control de la instalación, su potencia y rendimiento, sistema de producción y/o emisión, materiales utilizados, etc. Asimismo, es importante tener en cuenta todos estos factores en función de la gestión y uso del edificio, ya que puede suponer un ahorro importante. Las condiciones de eficiencia energética que deben reunir las instalaciones según la normativa técnica vigente se recogen en el apartado HE2 174 En la evaluación del consumo energético, otro de los aspectos clave es el uso de la edificación, así como los hábitos de consumo adquiridos por parte de los usuarios, ya que pueden modificar sustancialmente la eficiencia de los sistemas activos y pasivos y, por tanto, el consumo de energía. El distinto modo de actuar y/o una gestión adecuada que optimice los intervalos y temporización de las instalaciones y el control horario de las ventilaciones naturales y las protecciones solares, puede suponer hasta un 40% de posibles ahorros en las necesidades de climatización. El Código Técnico de la Edificación define dos tipos de envolventes: «La envolvente térmica del edificio […] está compuesta por todos los cerramientos que limitan espacios habitables con el ambiente exterior (aire o terreno u otro edificio) y por todas las particiones interiores que limitan los espacios habitables con los espacios no habitables que a su vez estén en contacto con el ambiente exterior». «Envolvente edificatoria: Se compone de todos los cerramientos del edificio» Por tanto, la envolvente térmica del edificio es fundamental para alcanzar una disminución de la demanda energética y, en consecuencia, ahorro energético. Las intervenciones que se efectúen para su mejora son acciones muy eficaces para disminuir el consumo durante el uso del edificio, principalmente en climatización (calefacción y refrigeración), independientemente de que también se incorporen sistemas activos muy eficientes. En este sentido, la vida útil de los elementos constructivos suele ser como mínimo de unos 50 años, mientras que la de las instalaciones oscila entre 10 a 20 años. Esto implica que toda inversión en medidas para la mejora térmica de la envolvente tiene mayor repercusión y eficacia en el tiempo. 4.1.2 CONFORT Y CONSUMO ENERGÉTICO Habitualmente, cuando se habla de rehabilitación con criterios de sostenibilidad, se utilizan parámetros referentes a consumos, ahorros energéticos y económicos, referidos a la amortización de las actuaciones, obviándose en numerosas ocasiones un factor fundamental, relacionado directamente con el bienestar y la calidad de vida del usuario, como lo es el confort. En todas las definiciones que explican dicho concepto se hace referencia a las sensaciones que producen bienestar y satisfacción en el individuo en un ambiente determinado: - Según la Real Academia Española de la lengua se define por confort: «Aquello que produce bienestar y comodidades» (RAE: 2012). -El ser humano vive inmerso en ambientes diferentes y su capacidad de adaptación le permite subsistir a los cambios, alcanzando el equilibrio térmico: «El cuerpo humano se encuentra en las mejores condiciones en un ambiente en el que el gasto de energía sea mínimo y el esfuerzo de adaptación que realice sea el menor posible» (Fariña 2001). La evaluación del confort térmico en el interior de un edificio es una tarea compleja, para la que existen diversos métodos, pues además de las variables cuantificables que influyen directamente sobre esta sensación, como son la temperatura y humedad del aire, la velocidad del aire, la actividad física y el arropamiento, existe una componente subjetiva, que en muchos casos es función de las costumbres y características metabólicas y físicas de las personas. No obstante, lo que sí es cierto es que a través de la intervención en la envolvente térmica del edificio se podrán mejorar las condiciones higrotérmicas del interior de la edificación, independientemente del uso complementario de los sistemas activos para poder alcanzar el confort. En un estudio realizado en el año 2004 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a partir de los datos de consumo energético, se ponía de manifiesto que el 50% de los hogares españoles no disponen de sistemas de calefacción, así como que el número de instalaciones eléctricas de refrigeración en las viviendas había sufrido un incremento notable entre el periodo 1991 y 2001. - Según las normas de calidad, el confort térmico «es una condición mental en la que se expresa la satisfacción con el ambiente térmico» (ISO 7730). - El Código Técnico de la Edificación, como se ha mencionado anteriormente, utiliza la palabra confort para establecer los objetivos de la reducción de la demanda energética, también hace referencia en sus objetivos al parámetro “bienestar térmico”, definido como las «condiciones interiores de temperatura, humedad y velocidad del aire establecidas reglamentariamente que se considera que producen una sensación de bienestar adecuada y suficiente a sus ocupantes» (CTE DB HE1). Figura 4.1.1. Edificio de construcción tradicional en el Barrio de Hortaleza (Madrid). 175 Bajo esta circunstancia, si el ahorro y eficiencia energética se mide en términos de consumo energético se podría llegar a la paradoja de que, por ejemplo, un edificio del siglo XIX, característico de muchos centros históricos de ciudades españolas, donde existe una envolvente muy poco eficiente en términos energéticos y en el que habitualmente no hay instalaciones de climatización, sea calificado de muy eficiente porque apenas consume energía. Y ello a pesar de que sus usuarios vivan en un ambiente interior muy alejado de los parámetros básicos de confort durante gran parte del año. Otro factor de gran interés que puede llevar a situaciones equívocas relacionadas con el confort y consumo es la llamada “pobreza energética”. Este concepto fue definido en Gran Bretaña en 1988 y comprende a los consumidores que destinan más del 10% de sus ingresos familiares a pagar las facturas de energía de su vivienda, si destinan más del 20% se denomina “pobreza energética severa”. A pesar de que podría considerarse intrascendente, a esta situación actualmente, en Europa, se enfrentan unos 50 millones de personas. Para el caso concreto de España, el informe “Evaluación de la pobreza energética en Bélgica, España, Francia, Italia y Reino Unido”, llevado a cabo dentro del marco del proyecto Europeo EPEE (European Fuel Poverty and Energy Efficiency) pone de manifiesto datos muy reveladores: «En el año 2005, de acuerdo con el sondeo SILC , el 9%, es decir 1,36 millones de hogares, contestaron que no podían hacer frente a los costes para mantener su hogar en condiciones óptimas de confort. El único sondeo comparativo a nivel nacional fue el sondeo realizado sobre condiciones de vida de los hogares llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) en el 2004. El sondeo especificó que el 9% de los hogares españoles había tenido dificultades para mantener su hogar a temperatura óptima de confort» (UE, 2011) «De acuerdo con el sondeo SILC, el 3,3 %, es decir 0,5 millones de hogares contestaron que se encontraban en deuda con las facturas de energía, agua y gas de los últimos meses» 176 En este sentido, es muy probable que se hayan agravado significativamente desde 2004 las condiciones recogidas en dicho informe, teniendo en cuenta la situación actual de crisis económica de nuestro el país. Y ello implicaría un considerable aumento del porcentaje de hogares españoles que no pueden hacer frente a las facturas de energía y que, por tanto, no alcanzan las condiciones de confort adecuadas. Por ello, se reafirma el papel relevante de la rehabilitación de la envolvente térmica del edificio frente al resto de actuaciones, pues un buen diseño de los sistemas constructivos que la caracterizan reduce, e incluso, en algunas zonas climáticas, elimina el consumo energético y, con ello, el gasto correspondiente a la energía consumida en climatización a lo largo del año. 4.1.3 La caracterización de la envolvente térmica Como se ha indicado anteriormente, la envolvente térmica tiene un papel fundamental en la demanda energética para la climatización de las edificaciones. Para conocer sus características en edificaciones existentes es preciso tener en cuenta algunas cuestiones que, a su vez, permitirán establecer actuaciones que alcancen un elevado grado de eficiencia de las soluciones de rehabilitación: la época de construcción, los materiales y sistemas constructivos y el tipo edificatorio. Estas características están ligadas a su vez a los siguientes parámetros: Normativa de aplicación: Si no se dispone de datos sobre la composición de la envolvente, se puede obtener información de la misma a partir de las normativas de aplicación en el momento de la redacción del proyecto o de la ejecución de la obra. La primera legislación, de aplicación general, encaminada a la consecución de ahorro energético fue el Real Decreto 1490/1975, adoptado como medida frente a los problemas derivados del encarecimiento de la energía tras la crisis del año 1973. Posteriormente se transpondría a la Norma Básica de la Edificación relativa a Condiciones Térmicas: NBE-CT-79, de obligado cumplimiento a partir de 1979, y que fue mantenida hasta el año 2006. A partir de septiembre de 2006 es de aplicación el actual Código Técnico de la Edificación, en su documento básico de Ahorro de Energía CTE-DB HE1. Sólo las viviendas anteriores a 1975, acogidas a algún tipo de protección oficial, debían tener en cuenta un reglamento técnico en el que se limitaba la TRANSMITANCIA (W/m²K) Viviendas protegidas 1939 Viviendas protegidas 1969 NBE-CT 79 CTE-DB HE1 transmitancia de ciertos elementos de la envolvente térmica (muros y cubiertas fundamentalmente). Estas normas técnicas se inician en 1939 y se fueron sucediendo hasta el año 1975. En la Tabla 4.1.1 se recoge la evolución de los límites de transmitancia mínimos y máximos exigidos por los distintos reglamentos y para la totalidad de las áreas climáticas de España. En ella se incluyen normativas de viviendas protegidas previas a la entrada en vigor de la NBE-CT-79 (una del año 1939 y la otra de 1969). A modo de referencia también se incluyen los valores mínimos exigidos actualmente en el CTE. En contacto con ambiente exterior MuroCubierta Suelo En contacto con espacio no habitable Vidrio y MuroCubierta Suelo marco Vidrio y marco Máximo 2,00 exigido 2,90 - - - 2,90 - - Mínimo 1,62 exigido 1,62 - - - 2,00 - - Máximo 1,85 exigido 2,00 - - - 2,00 - - Mínimo 1,39 exigido 1,39 - - - 1,85 - - Máximo 1,80 exigido 1,40 1,00 - 2,00 1,40 1,40 - Mínimo 1,20 exigido 0,70 0,70 - 1,60 1,20 1,20 - Máximo 0,94 exigido 0,50 0,53 5,70 1,22 0,65 0,69 5,70 Mínimo 0,57 exigido 0,35 0,48 1,90 0,74 0,46 0,62 3,10 Tabla 4.1.1. Evolución de los límites de transmitancia según diferentes normativas y reglamentos técnicos (Fuente: Elaboración propia a partir de las normativas indicadas). 177 Si se relaciona dicha tabla con la época de construcción de las edificaciones, según los datos del Censo de Población y Vivienda de 2001 (INE, 2001), las construcciones históricas y/o artísticas, así como la mayor parte de las viviendas construidas en las dos décadas del desarrollismo (años 60 y 70) presentan unas elevadas transmitancias térmicas. Del mismo modo, se desprende que el 71% de los edificios existentes destinados a vivienda son ineficientes en términos energéticos. 4.000.000 3.500.000 3.000.000 2.500.000 2.000.000 1.500.000 1.000.000 1991-2001 1981-1990 1971-1980 1961-1970 1951-1960 1941-1950 1921-1940 1900-1920 0 Antes de 1900 500.000 Figura 4.1.2. Número de viviendas según el periodo de construcción (Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Censo de Viviendas 2001 (Instituto Nacional de Estadística, Enero de 2012)). Materiales y sistemas constructivos: El comportamiento de la envolvente varía en función del tipo de materiales que la conforman, tanto por su naturaleza (metales, cerámicos, pétreos, plásticos y materiales compuestos) como por sus propiedades específicas derivadas, como la densidad aparente, conductividad térmica y el calor específico, entre otras. Además, es preciso distinguir los materiales en función de su proceso de fabricación: artesanal o industrializado, y de las temperaturas a las que tiene lugar. Por otro lado, las condiciones económicas y sociales asociadas a cada periodo, como por ejemplo la disponibilidad de materiales o la forma de construcción, influyen directamente en la caracterización de la envolvente térmica. 178 Hasta la industrialización, los sistemas constructivos que se utilizaban se basaban en materiales baratos y poco elaborados, y llevaban mucha mano de obra asociada a su puesta en obra. Esta forma de construcción prácticamente ha desaparecido por su elevado coste económico. La aparición de nuevos materiales, durante la segunda mitad del s. XX, ha posibilitado el desarrollo de otros sistemas constructivos. Por ejemplo, los avances en materiales bituminosos y plásticos determinaron el uso extendido de la cubierta plana, y actualmente son numerosos los materiales aislantes que permiten realizar o mejorar cerramientos con menor espesor, pero eficaces desde el punto de vista térmico. Su incorporación al proceso constructivo propició edificios más ligeros y menos masivos que los existentes en épocas anteriores, y en los que se distinguía claramente estructura y cerramiento. Esto posibilitó también el incremento del número de plantas de las construcciones y de su superficie útil. Sin embargo este modelo implica escasa inercia térmica en los cerramientos de los edificios. En España, con climas con importantes oscilaciones térmicas en muchas zonas, este tipo de construcción no optimiza la relación del edificio con su entorno en términos energéticos. Tipología edificatoria: Este parámetro está asociado en gran medida a la época de construcción. Por ejemplo, muchos edificios de periferias urbanas españolas tienen estructura vista, lo que implica la existencia de puentes térmicos en el cerramiento. Por el contario, en edificaciones tradicionales de los centros de ciudades españolas, la estructura suele ser de madera, por lo que los puentes térmicos pueden considerarse despreciables debido a la reducida conductividad térmica de este material. Figura 4.1.4. Termografía de un muro medianero de un edificio tradicional del centro de Madrid. Figura 4.1.3. Muro medianero de un edificio tradicional del centro de Madrid. 179 8,1 C 7,3 C 6,5 C 5,7 C 4,9 C 4,1 C 3,3 C 2,5 C 1,7 C 0,9 C 0,1 C Figura 4.1.5. Termografía y fotografía de un edificio de viviendas en Valladolid, en donde se aprecian los puentes térmicos en fachada provocados por la estructura (Fotos: EnergyLab, 2011). 19,1 C 18,3 C 17,5 C 16,7 C 15,9 C 15,1 C 13,5 C 12,7 C 11,9 C 11,1 C Figura 4.1.6. Termografía y fotografía de un edificio de viviendas en Valladolid, en donde se aprecian los puentes térmicos en fachada provocados por la estructura (Fotos: EnergyLab, 2011). En el comportamiento térmico de la envolvente también resulta fundamental las características de los huecos, tanto el diseño de éstos, en cuanto a orientación, dimensiones y protecciones, como a los elementos que los componen, como tipo de acristalamiento y los materiales de carpintería. La disposición de los huecos también suele estar relacionada con el periodo de construcción y la tipología arquitectónica.Por ejemplo,la diferenciación entre estructura y cerramiento de ciertos sistemas constructivos modernos y la incorporación de los sistemas de climatización permitieron en su momento aumentar la superficie acristalada frente a las construcciones tradicionales. 180 Como se ha visto, las variables que pueden ayudar a caracterizar la envolvente de una edificación son muy diversas y por ello, de cara a una posible actuación para la mejora del comportamiento energético, es necesario hacer un análisis específico y pormenorizado, no siendo posible generalizar absolutamente su comportamiento térmico en función de la época de construcción u otras simplificaciones. Junto a las descritas anteriormente, también hay que tener en cuenta la compacidad, la orientación y la configuración urbana, que determinan las posibilidades y necesidades de utilizar o protegerse de las condiciones climáticas y que son cuestiones de difícil valoración de una forma unificada. Para abordar esta complejidad, el arquitecto, por su conocimiento integral de la edificación, que incluye aspectos técnicos y energéticos y, además, los ligados al uso del edificio, el confort, el diseño arquitectónico y urbano, es un técnico muy adecuado para coordinar e intervenir en estas cuestiones. Para ello sería preciso tener en cuenta que la arquitectura es un “medio de transformación y cualificación de la energía” y por ello es posible “hacer emerger los recursos energéticos y económicos desperdiciados en procesos deficientes de interacción y transformación de la energía en el urbanismo y la edificación” (Pereda, 2011) 4.1.4 La mejora de la envolvente térmica Como conclusión, puede establecerse que las estrategias de mejora de la envolvente en una edificación existente han de ser valoradas en función de todas las variables descritas y de su relación con el medio próximo. Las medidas de tipo pasivo, como es la mejora de la capacidad aislante del cerramiento, aunque pueden suponer una mayor inversión inicial, tienen un periodo de amortización más largo que medidas destinadas a sustituir los aparatos de climatización, y se rentabilizan tanto más cuanto mayor sea la severidad del clima en invierno y el precio del combustible empleado, y por supuesto cuanto peor sea la situación inicial del inmueble. En la Tabla 4.1.2 se muestra un resumen de los posibles ahorros en la demanda energética a través de la envolvente térmica de algunos tipos genéricos de edificaciones después de una actuación de rehabilitación energética que contempla transmitancias menores a las exigidas en el actual DB-HE1. Tipo de Edificio de Viviendas Ahorro % Edificios del centro de Madrid Anterior a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Caso real Anterior a NBE-CT-79 (caso más desfavorable) Anterior a NBE-CT-79 (Protección Oficial) Edificios de la periferia de Madrid Entre medianeras Anterior a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Anterior a NBE-CT-79 (caso más desfavorable) Anterior a NBE-CT-79 (Protección Oficial) En esquina Anterior a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Anterior a NBE-CT-79 (caso más desfavorable) Anterior a NBE-CT-79 (Protección Oficial) Torre (7 plantas) Anterior a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Anterior a NBE-CT-79 (caso más desfavorable) Anterior a NBE-CT-79 (Protección Oficial) 60,04 36,92 41,64 69,00 56,85 61,14 40,02 69,34 53,09 61,21 40,16 69,51 53,03 59,70 40,85 69,41 50,24 Tabla 4.1.2. Porcentaje de reducción de demanda en diversos tipos de edificios por mejora de la envolvente térmica para cumplir las exigencias del CTE DB-HE1 (Fuente: Estudio de casos reales extraída de Luxán, 2008). 181 Estos datos se han obtenido para el estudio de casos reales en el municipio de Madrid, aunque son extrapolables a numerosas localidades españolas. De estos datos se desprende que la mejora de la eficiencia energética de los edificios que se encuentren en peores condiciones revierte en un efecto mayor en términos de ahorro energético, con costes idénticos o similares. 8.000 Pérdidas edificio sin rehabilitar Pérdidas edificio adaptado a CTE-HE1 7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 0 Peor caso ant. a NBE-CT-79 Caso medio ant. a NBE-CT-79 Protección oficial ant. a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Figura 4.1.7. Cuantificación de la mejora del comportamiento térmico de la envolvente para un edificio en torre de la periferia de Madrid. En la Figura 4.1.7, puede observarse que las pérdidas pueden reducirse entre el 35-70%, así como que el sistema constructivo de mayor repercusión de la envolvente son los muros de fachada (Figura 4.1.8). De forma que, para el caso de un edificio de torre construido antes de la NBE-CT-79, actuando sólo en aquéllos se alcanzan ahorros del 70% sobre el total posible. 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Peor caso ant. a NBE-CT-79 Caso medio ant. a NBE-CT-79 Protección oficial ant. a NBE-CT-79 NBE-CT-79 Suelo Cubierta Huecos Muros Figura 4.1.8. Distribución de ahorros por elementos para un edificio en torre de la periferia de Madrid. 182 Teniendo en cuenta estos datos es recomendable que las intervenciones sobre la envolvente térmica contemplen mejoras superiores a los valores exigidos actualmente en el Código Técnico de la Edificación (CTE DB-HE1). El motivo es que esto implica un pequeño incremento en la inversión y supone una importante reducción de la demanda de energía. En la tabla 4.1.3 se pueden apreciar las diferencias de reducción de pérdidas en relación al coste de inversión de colocación de un aislamiento por el exterior en distintos tipos de edificios, con características diferentes. Tipo de vivienda UM UMlim Espesor Sistema Actual Exigido Aislam. Aislam. (W/m2K) (W/m2K) (cm) (€/m2) Increm coste (%) Ahorro Increm. Pérdidas Ahorro (%) (%) Viviendas peores de la periferia 2,80 0,66 5 76,20 3 % 76,43 70,00 Viviendas medias de la periferia y anteriores al año 1979 1,90 0,66 4 75,10 1 % 66,66 48,00 Viviendas de Protección Oficial y anteriores al año 1979 1,40* 0,66 3 74,00 0 52,90 18,00 Viviendas que cumplan la NBE-CT-79 1,20* 0,66 3 74,00 0 45,00 0,00 Viviendas que cumplan el CTE-DB-HE1 (a partir del año 2007) 0,66* 0,66 - - - - - Tabla 4.1.3. Cuadro comparativo de relación de incremento de coste y reducción de pérdidas mediante la incorporación de aislamiento en muros. No obstante, teniendo en cuenta que las previsiones de cambio climático para España estimadas por diversos estudios de la Agencia Española de Meteorología indican un incremento considerable de las temperaturas, habrá que tener en cuenta que las condiciones en verano a largo plazo serán más cálidas y buscar estrategias para evitar el sobrecalentamiento, creando elementos adecuados y eficaces para la protección solar en verano, que además pueden tener una gran repercusión no sólo en la actualidad, sino también en el futuro. Otra cuestión que puede también tener relevancia es la elección de acabados exteriores de color claro en los materiales, como es el caso de la cubierta, que tiene mayor exposición solar y menor repercusión sobre edificios colindantes. A modo de ejemplo, en una trama urbana con una temperatura exterior de 36 ºC, un tejado de teja cerámica clara alcanzaría una temperatura de 38 ºC. Con la misma teja, pero de color marrón, alcanzaría los 48 ºC y si la teja fuera negra llegaría a 76 ºC, con una influencia inmediata en las condiciones de los espacios inferiores y sus necesidades de confort. Si a esto se añade que el número de aparatos de aire acondicionado se está incrementando continuamente, instalándose cada año aproximadamente en un 2% de las viviendas españolas existentes. Esto se puede atribuir no sólo a la búsqueda de una imagen de prestigio, sino también a que las normativas basadas sólo en mejoras para calefacción no tienen en cuenta el sobrecalentamiento en verano y priman los aislamientos, sin valorar también la masa térmica de las construcciones. Por eso, complementariamente al análisis de las transmitancias térmicas de los sistemas constructivos que caracterizan la envolvente de un edificio determinado, se ha de tener en cuenta 183 la conveniencia o no de buscar inercia térmica en la construcción. Como hemos indicado, en los climas más habituales en España, con elevadas oscilaciones térmicas entre el día y la noche y las estaciones del año, en edificaciones con un uso permanente, disponer de sistemas de acumulación térmica pasivos, puede suponer importantes ahorros energéticos. Por ejemplo, en aquéllos casos en los que sea conveniente el empleo de inercia térmica, es conveniente aislar los edificios por el exterior de tal forma que la masa térmica útil de los sistemas constructivos en contacto directo con los espacios habitables sea mayor y éstos participen en la mayor estabilidad térmica de la construcción. En resumen, todas las medidas destinadas a la mejora de la capacidad térmica de la envolvente de los edificios deben adecuarse a cada caso concreto y tener en cuenta no sólo los aspectos técnicos señalados, sino otras cuestiones como el nivel de protección de la construcción, el impacto acústico, la posibilidad de colocar andamios para la ejecución de las obras o la accesibilidad y, además, otros más subjetivos, como la modificación de la estética de los edificios o la calidad urbana resultantes de los espacios rehabilitados. 184 185 4.2 Diana Blanco, Javier Martínez y Juan Rodríguez Área de Edificación de EnergyLab 4.2 SISTEMAS EFICIENTES DE DISTRIBUCIÓN TÉRMICA 4.2.1. INTRODUCCIÓN La climatización de edificios, entendiéndose como tal la producción de calefacción y/o refrigeración para el mantenimiento de unos estándares mínimos de confort para los usuarios en su interior, comprende un amplio rango de consideraciones a tener en cuenta de cara a su optimización energética global. En primer lugar, es de especial importancia un cálculo minucioso y estricto de las cargas térmicas y de la demanda energética del edificio en cuestión, dimensionando el sistema generador térmico en base a criterios energéticos y de acumulación térmica y no en base a criterios de las máximas potencias térmicas demandadas en momentos puntuales a lo largo del año, que generen ineficiencias del sistema durante la mayor parte de sus horas de funcionamiento 186 anuales por sobredimensionamiento de los equipos. Para ello, será necesario realizar dicho análisis de demandas térmicas en base a un conocimiento profundo del comportamiento térmico del edifico y de sus inercias térmicas, el cual, en muchos casos, implica la necesaria utilización de herramientas informáticas de simulación energética. Así, la demanda energética de calor y/o frío dependerá, entre otros factores, de la tipología de edificio y de sus elementos constructivos, de su uso, del número de usuarios y su actividad, de las cargas térmicas internas generadas y de las ganancias térmicas por incidencia solar, de los niveles de ventilación requeridos y de su ubicación y, por tanto, de la zona climática en la que se encuentre. En cuanto a este último factor, el Código Técnico de la Edificación (CTE), en su Documento Básico (DB) de Ahorro de Energía (HE), concretamente en el de Limitación de la Demanda Energética (HE1), Apéndice D, establece 12 zonas climáticas en España en función de la severidad climática en invierno (A, B, C, D y E, siendo A las zonas de clima menos frío) y en verano (1, 2, 3 y 4, siendo 1 las zonas de clima menos cálido). La Coruña Pontevedra Asturias Lugo Cantabria Vizcaya Guipúzcua Álava León MAPA NACIONAL DE ZONAS CLIMÁTICAS Navarra Palencia Burgos La Rioja Orense Zamora Salamanca Huesca Girona Lleida Barcelona Soria Valladolid Segovia Zaragoza Tarragona Guadalajara Teruel Madrid Castellón Cuenca Toledo Cáceres Mallorca Valencia Ciudad Real Albacete Badajoz Alicante Córdoba Jaén Murcia Huelva Sevilla Málaga La Palma Lanzarote Sta. C. de Tenerife Granada Almería Menorca Ibiza Formentera A4 A3 B4 B3 C4 C3 C2 C1 D3 D2 D1 E1 Cádiz Gomera Hierro Gran Canaria Figura 4.2.1. Zonas climáticas en España de acuerdo con el DB HE1 del CTE. En segundo lugar, la selección del equipo de generación de calor y/o frío es otro factor esencial, siendo necesario seleccionar equipos generadores eficientes y fiables. Entre ellos, se encuentran aquellos que son capaces de trabajar a bajas temperaturas de impulsión en modo calefacción, puesto que consiguen ahorros de energía notables respecto a los convencionales que trabajan a alta temperatura. En la actualidad, existen diversas tecnologías asociadas a equipos generadores térmicos eficientes, de forma que su elección final deberá estar basada en estrictos análisis técnicoeconómicos del proyecto global que permitan evaluar las inversiones necesarias de uno u otro sistema y obtener los períodos de retorno de aquellos que supongan una mayor inversión inicial respecto al resto de opciones, de forma que exista la máxima información posible para la toma de decisiones. diseño y parámetros de operación, en cuanto a temperaturas de trabajo se refiere, permitan obtener los mayores rendimientos o coeficientes de prestaciones de los equipos de generación de calor y/o frío a los que se conecten. La descripción de estos sistemas y su importancia en la rehabilitación de edificios se detallará a lo largo del presente capítulo. En tercer lugar, debe tenerse en cuenta la instalación de sistemas emisores térmicos cuyo Los sistemas de distribución térmica son los elementos encargados de transmitir el calor o el frío Por último, y completando la concepción global de un sistema térmico eficiente, debe prestarse especial atención a una adecuada regulación y control de la instalación, que permita gestionar de forma eficiente y optimizada el sistema térmico en su totalidad garantizando el confort de los usuarios. 4.2.2 Sistemas de distribución térmica 187 a los espacios habitados con el objetivo de ofrecer el máximo confort térmico a los usuarios. Los radiadores convencionales son,principalmente, de hierro fundido, los cuales tienen una mayor inercia, o de aluminio, los cuales se calientan más rápido que Tal y como se comentó anteriormente, tan los de hierro fundido pero también se enfrían antes. importante es la selección de un equipo eficiente En general, deben instalarse en la pared más fría de generación de energía térmica como la selección (bajo ventana) con el fin de obtener una temperatura de un sistema de distribución térmica acorde con uniforme en todo el local. el mismo. Es decir, la optimización global del sistema de climatización se basa en la optimización Generalmente, trabajan con temperaturas de individual de sus componentes y en la adecuada impulsión elevadas (60-80ºC), lo cual impide su combinación y gestión de los mismos. conexión a generadores térmicos eficientes, como puede ser la bomba de calor (en cualquiera de A continuación, se describen los principales sus variantes: aerotérmica, geotérmica,…), la cual sistemas de distribución de energía térmica. obtiene sus mayores prestaciones, en modo calor, a bajas temperaturas de impulsión (35-45ºC), pero pudiendo operar hasta unas temperaturas máximas 4.2.2.1 RADIADORES del orden de los 60-65ºC. Los radiadores son emisores térmicos formados No obstante, están disponibles en el mercado por elementos térmicos unidos entre sí, cuya radiadores de baja temperatura o termoconvectores, capacidad calorífica viene determinada por el que se dimensionan para unas temperaturas número de elementos que constituye cada radiador. habituales de trabajo de entre 45-50ºC, y cuya principal diferencia respecto a los radiadores Estos elementos transmiten el calor mediante convencionales es que disponen de una mayor convección y radiación. Es decir, el calor es, por una superficie de intercambio en, aproximadamente, el parte, radiado por la superficie exterior del radiador, mismo espacio que ocupa un radiador convencional. y, por otra, el aire caliente circula por la estancia Esto los hace muy interesantes en rehabilitaciones a calefactar mediante un proceso de convección, integrales de instalaciones térmicas en el proceso siendo, el proceso convectivo, el de mayor influencia de sustitución de los radiadores existentes de alta en el proceso de transmisión térmica. temperatura. Transmisión de calor por convección (90%) Figura 4.2.2. Transmisión de calor de los radiadores por convección y por radiación. 188 Transmisión de calor por radiación (10%) Figura 4.2.3. Sustitución de un radiador convencional por un radiador de baja temperatura sin carcasa exterior al integrarse en mobiliario existente (Fuente: EnergyLab). Figura 4.2.4. Sustitución de un radiador convencional por un radiador de baja temperatura con carcasa exterior (Fuente: EnergyLab). 4.2.2.2 Fancoils 4.2.2.3 SUELO RADIANTE Un fancoil consiste en una batería de intercambio agua-aire y un electro-ventilador. El aire de la habitación es forzado a atravesar el intercambiador de calor agua-aire, se enfría o calienta y se inyecta de nuevo a la habitación. Por suelo radiante se pueden encontrar dos sistemas; por un lado, el suelo radiante eléctrico, compuesto por cables eléctricos calefactores instalados bajo el suelo y, por otro, el suelo radiante por agua, en los cuales el agua es bombeada a través de una red de tuberías instaladas, también, En función de su ubicación se pueden encontrar bajo el suelo. fancoils de suelo, de pared o de techo. Mientras que el suelo radiante eléctrico es tanto un sistema de distribución de energía térmica como de generación, el sistema de suelo radiante por agua es un sistema únicamente de distribución Figura 4.2.5. propiamente dicho. Fancoil de techo. Un sistema de suelo radiante por agua consiste en una red de tuberías distribuidas uniformemente bajo En modo calefacción, las temperaturas habituales el suelo por las cuales circula agua, consiguiéndose de trabajo de este tipo de unidades terminales en el local a acondicionar un ambiente a una oscilan entre 45-55ºC, mientras que en refrigeración temperatura homogénea y confortable. La normativa son del orden de los 7-10ºC. específica que determina la emisión térmica de este tipo de sistemas, su dimensionamiento y los requisitos a tener en cuenta en su instalación es la Norma UNE-EN 1264. 189 El suelo radiante por agua se compone de los siguientes elementos: - Placa aislante: Con el fin de aislar el suelo del forjado, reduciendo las pérdidas por la parte inferior del sistema. - Tubería: Para la distribución del agua de calefacción o refrescamiento (generalmente, de PEX). - Banda perimetral: Con el fin de establecer un aislamiento lateral. - Colector: Permite la distribución del caudal general de agua para cada uno de los circuitos que conforman el sistema de suelo radiante. Están equipados con sistemas de control como cabezales electrotérmicos, caudalímetros para la regulación del caudal de cada uno de los circuitos, purgadores, etc. - Sistema de control: Formado por termostatos y una centralita de control que permiten la adecuada gestión del sistema en cuanto a satisfacer las demandas térmicas por cada zona, adecuar las temperaturas de impulsión a las demandas existentes, etc. Revestimiento Mortero Banda perimetral Tubo Film de polietileno Panel aislante con tetones Figura 4.2.6. Estructura del suelo radiante (Fuente: Orkli). Figura 4.2.7. Colector de suelo radiante de 5 circuitos (Fuente: EnergyLab). En cuanto a las formas de distribución de la tubería, en el diseño de un sistema por suelo radiante, uno de los primeros análisis que deben hacerse es la forma en la que se distribuirá la tubería en el suelo de la estancia a acondicionar, teniendo en cuenta que debe cubrir toda la superficie de la misma para que el reparto térmico resulte lo más uniforme posible. Las formas de distribución del suelo radiante más habitualmente empleadas son en espiral, en serpentín sencillo y en doble serpentín. 190 En modo calefacción, las temperaturas habituales de trabajo de un suelo radiante son de entre 3540ºC, con saltos térmicos entre impulsión y retorno no superiores a los 5-7ºC para mantener una temperatura media en la superficie del suelo lo más homogénea posible. En cuanto a la refrigeración por suelo radiante, no puede decirse que pueda proporcionarse una refrigeración como tal, sino que más bien será un “refrescamiento” del ambiente, ya que las temperaturas de impulsión en este modo de operación del sistema están limitadas por el punto de rocío correspondiente, no debiéndose impulsar el agua de refrescamiento por debajo de 16-18ºC. 4.2.2.4 Otras superficies radiantes Además del suelo radiante, debe tenerse en cuenta que se pueden encontrar en el mercado otras aplicaciones mediante superficies radiantes con el mismo principio de operación como son los techos, paredes o incluso zócalos radiantes. En cuanto a los sistemas radiantes por techo, su aplicación más habitual es para refrigeración ya que, aunque siguen siendo de aplicación unos valores límites de la temperatura de impulsión debidos al límite de temperatura superficial marcado por el punto de rocío, el sistema de refrigeración más eficaz será aquel proporcionado desde las partes altas de las estancias. No obstante, y para climatización de grandes volúmenes (suelen ser sistemas mediante impulsión de aire), se aplican con éxito tanto para calefacción como para refrigeración. 4.2.2.5 Sistemas de atemperación El principal objetivo de este tipo de sistemas se basa en la idea de aprovechar la capacidad acumuladora del propio edificio como sistema de inercia para compensar las pérdidas (en invierno) y ganancias térmicas (en verano). Su principio se basa, por tanto, en el aprovechamiento de la masa acumuladora de los elementos de la construcción. De esta forma, el agua de atemperación (que circula a temperaturas de entre 19ºC y 25 ºC) fluye a través de los elementos de hormigón macizo, obteniéndose en cierta medida un efecto tampón tan grande como el propio edificio, que permite reducir la demanda energética de climatización. En la Figura 4.2.8, se muestran unas referencias en cuanto a los requerimientos térmicos para la atemperación en núcleos de hormigón. Ámbitos de aplicación de los techos fríos / calientes y atemperación de núcleo de hormigón 140 Potencia (W/m2) 120 100 80 60 40 20 0 Calentar Techo frío / caliente (placas de metal) Techo frío / caliente (placas de yeso) Refrigerar Atemperación de núcleo de hormigón, hacia abajo Atemperación de núcleo de hormigón, hacia arriba Figura 4.2.8. Ámbito de aplicación de los techos fríos/calientes y atemperación de núcleo de hormigón (Fuente: Geoter Zent-Frenger). 191 4.2.3 La distribución óptima de temperaturas Existe una distribución ideal de la temperatura en un local que se considera la óptima en relación al confort proporcionado al usuario. Esto se puede observar en la Figura 4.2.9, en la que se aprecia como la calefacción ideal sería aquella en la que la mayor temperatura se obtiene a la altura de los pies, disminuyendo ligeramente a la altura de los tobillos y manteniéndose constante hasta la cabeza. A partir de ahí, la temperatura se reduce en la zona más cercana al techo del local, donde realmente no es necesaria una temperatura de confort para satisfacer al usuario. Así, se observa cómo la curva de la calefacción por suelo radiante es la que más se asemeja a la ideal, cumpliéndose con el objetivo de confort de “pies calientes y cabeza fría”. No obstante, esto sólo se cumple en el caso de calefacción, ya que para el caso de refrigeración por superficies radiantes, lo ideal sería refrigerar desde el techo para obtener la óptima distribución de temperaturas en verano. CURVAS DE TEMPERATURA SEGÚN EL TIPO DE CALEFACCIÓN UTILIZADA Calefacción ideal ALTURA DEL TECHO Calefacción por suelo radiante ALTURA DEL TECHO SUELO SUELO 16 18 20 22 24 26 28 30 Calefacción por radiador en pared exterior ALTURA DEL TECHO 16 18 20 22 24 26 28 30 Calefacción por techo ALTURA DEL TECHO SUELO SUELO 16 18 20 22 24 26 28 30 Calefacción por radiador en pared interior 16 18 20 22 24 26 28 30 Calefacción por aire caliente ALTURA DEL TECHO ALTURA DEL TECHO SUELO SUELO 16 18 20 22 24 26 28 30 16 18 20 22 24 26 28 30 Figura 4.2.9. Distribución de la temperatura en función de los diferentes sistemas de distribución térmica (Fuente: Orkli). 192 Por el contrario, otros sistemas de distribución como los sistemas de distribución por radiadores, por aire caliente o por techo, se alejan considerablemente de la distribución óptima de temperaturas, siendo las temperaturas del suelo inferiores a las del techo, lo que provoca una acumulación de calor precisamente donde menos se necesita, traduciéndose en un malestar para el usuario y en una ineficiencia energética. Además, con el suelo radiante se logra una uniformidad en la dispersión de calor en el local allí donde se necesita, que no se logra con otro tipo de emisores de calor, tal y como se puede observar en la Figura 4.2.10. Techo 18ºC Techo 26ºC Suelo 24ºC Suelo 18ºC Figura 4.2.10. Diferencia entre la dispersión de calor con suelo radiante (izquierda) y con radiadores (derecha) (Fuente: Soltermia Energies Renovables). 4.2.4 Comparativa entre los diferentes sistemas de distribución térmica. Ventajas e inconvenientes. Como ya se ha comentado anteriormente, es de especial importancia seleccionar un sistema de distribución adecuado al sistema generador, para la obtención de los mayores rendimientos o coeficientes de prestaciones de este último y para garantizar el confort de los usuarios. Para ello, es necesario conocer las condiciones de trabajo y los ahorros que pueden llegar a obtenerse instalando un sistema más eficiente, así como las ventajas e inconvenientes de cada uno. Puesto que los tres sistemas de distribución de energía más ampliamente utilizados son los radiadores, los fancoils y el suelo radiante por agua, este apartado se centrará en dichos sistemas. En relación a los radiadores convencionales, es necesario tener en cuenta que la temperatura media del agua de impulsión se encuentra entre 60-80ºC, lo cual los hace inapropiados para su uso con equipos generadores eficientes que trabajen a baja temperatura como por ejemplo las bombas de calor aerotérmicas o geotérmicas. El hecho de que trabajen con elevada temperatura se traduce en unas mayores pérdidas energéticas. En este sentido, los radiadores de baja temperatura trabajan con temperaturas de impulsión de entre 45ºC-50ºC, por lo que resultan mucho más eficientes que los convencionales, pudiendo llegar a alcanzar importantes ahorros energéticos en combinación con sistemas eficientes de generación térmica. Entre las ventajas generales de los radiadores, se tiene que ofrecen una rápida regulación y son fáciles de instalar, mantener y controlar. Además, es necesario resaltar el bajo coste de la instalación en relación con otros sistemas de distribución. Las principales aplicaciones de los radiadores se dan en viviendas y oficinas. 193 Los fancoils, por su parte, son un sistema de distribución de calor que trabaja con menores temperaturas de impulsión para calefacción, en torno a 45-55ºC. Al mismo tiempo, las temperaturas de impulsión de refrigeración se sitúan entre 7-10ºC. Entre sus principales ventajas se encuentran, por tanto, que permiten modos de operación en calor a temperaturas inferiores a las de los radiadores convencionales y que ofrecen la posibilidad tanto de calefacción como de refrigeración del local en un mismo equipo. Sin embargo, el uso de fancoils produce desplazamientos de aire y polvo que pueden resultar perjudiciales para las personas que padezcan de alergias o incluso para aquellas que sean asmáticas. Este tipo de equipos son además, en general, bastante ruidosos. Por todo lo anterior, suelen utilizarse en climatización de superficies de grandes dimensiones, como por ejemplo hoteles, oficinas, colegios, residencias, comercios, etc., aunque también se pueden encontrar para climatización en viviendas. El suelo radiante, como se comentó anteriormente, es el sistema de distribución ideal desde el punto de vista de la transmisión de calor, puesto que es el sistema que mayor confort proporciona al usuario y el que distribuye el calor de manera más uniforme. Además, al no haber movimientos de aire, como el caso de los fancoils, y al calentar los materiales y objetos del local por radiación, no se pierde la humedad natural del aire ambiente. El suelo radiante por agua es el sistema de distribución de baja temperatura por excelencia, ya que por los tubos se hace circular agua entre 35ºC y 40ºC, manteniendo la superficie del suelo entre 20 y 28ºC para mantener una temperatura ambiente de confort entre 18ºC y 22ºC. 24,4 C 23,2 C 22,0 C 20,8 C 19,6 C 18,4 C 17,2 C 16,0 C 14,8 C 13,6 C 13,6 C 12,4 C Figura 4.2.11. Termografía de un suelo radiante en funcionamiento en un edificio de oficinas en Vigo (Pontevedra), obtenida en Marzo de 2012 con 7ºC de temperatura exterior y 19,5ºC de temperatura interior, en la que puede apreciarse la homogeneidad de las temperaturas de la superficie del suelo (entre 22 y 24ºC) y como las partes más frías se limitan a los marcos de las superficies acristaladas (Fuente: EnergyLab). 194 Además, el suelo radiante permite la posibilidad de refrescamiento en caso de que sea necesario, haciendo pasar por los tubos agua a una temperatura que oscila entre los 16ºC y los 18ºC. Esto permite que la temperatura de la estancia se refrigere aportando una sensación de bienestar al usuario. Evidentemente, la solución ideal desde el punto de vista energético y de confort, sería contar con dos superficies radiantes: suelo radiante para proporcionar calor y techo radiante para refrescamiento en verano. Es necesario tomar conciencia del importante ahorro energético que se obtiene mediante este sistema de distribución, ya que mientras que con sistemas tradicionales se quema un combustible a 800ºC, para calentar agua a 70-80ºC y lograr mantener la casa a 20ºC, con el suelo radiante se calienta agua a 35-40ºC para mantenerla a la misma temperatura. Aunque lo ideal es la combinación del suelo radiante con equipos que generan calor a baja temperatura, como las bombas de calor, o mediante sistemas de captación de energía solar, como los captadores de energía solar térmica, el suelo radiante también es de aplicación con combustible fósiles (calderas de condensación, calderas de baja temperatura,…), aunque ello implique la pérdida, en cierta medida, de la eficiencia global del sistema. Además, es necesario tener en cuenta que el suelo radiante puede combinarse con, prácticamente, cualquier tipo de revestimiento de suelo. Aunque, dependiendo del mismo, será necesario impulsar el agua a una u otra temperatura para la obtención de una misma temperatura superficial y un mismo aporte energético. Por ejemplo, haciendo una comparativa entre algunos de los revestimientos más utilizados y tomando como referencia un tipo de suelo cerámico, se tiene que: 1,2-1,5 cm: temperatura de impulsión necesaria un 15-20% mayor respecto al revestimiento de referencia. - Revestimiento de madera de espesor entre 2,0-2,2 cm: temperatura de impulsión necesaria un 40-45% mayor respecto al revestimiento de referencia. Es decir, que para un revestimiento cerámico como el descrito, en el que para satisfacer una determinada demanda energética y obtener una determinada temperatura superficial del suelo sea necesaria una temperatura de impulsión de 35ºC, será requerida una temperatura de impulsión de entre 40-42ºC con revestimiento de parquet y una temperatura de impulsión de entre 49-51ºC con revestimiento de madera. Se tiene entonces que, aunque su aplicación es posible con prácticamente todo tipo de suelos, en términos energéticos, será tanto mejor cuanto menor sea la temperatura de impulsión del agua. Otra ventaja que influye de manera decisiva en estancias en las que prima la estética, es el hecho de que éstas quedan libres de aparatos que la condicionen, como pueden ser los radiadores o los fancoils. Además, el aislamiento termoacústico inferior que se incluye en toda instalación de este tipo, impide que se propague el calor y los ruidos a través de la superficie situada por debajo del solado, proporcionando una mayor calidad a la vivienda. - Revestimiento cerámico de 1 cm de espesor: se tomará como referencia para la temperatura de impulsión. Es necesario tener presente, que el sistema de calefacción por suelo radiante, tiene una mayor inercia térmica que los sistemas convencionales, puesto que antes de llegar a emitir calor a la estancia, debe calentar toda la masa del suelo. Es por ello, por lo que debe combinarse con un adecuado sistema de regulación y control que permita anticipar su marcha o paro a las necesidades térmicas concretas de los locales a calefactar. - Revestimiento de parquet de espesor entre Entre sus inconvenientes están su mayor coste 195 respecto al resto de sistemas de distribución térmica convencionales y que, desde el punto de vista de la rehabilitación de instalaciones, supone una elevación del suelo existente reduciendo la altura de las estancias (aunque existen soluciones de suelo radiante para rehabilitación, que cuentan generalmente con una altura de instalación más baja y bajo peso), lo cual dificulta su implantación en edificios ya existentes, al requerir el levantamiento del solado. Además, y como todo sistema de alta inercia térmica, no resulta indicado para viviendas o edificios de uso ocasional en los que exista la necesidad de acondicionar rápidamente los locales o estancias. Para justificar lo anterior es necesario, en primer lugar, definir el grado de confort. El grado de confort que se puede alcanzar dentro de un medio con cerramientos depende tanto de la temperatura interior del aire, como de la temperatura media de los cerramientos, a la altura de una persona; por ello, se define como temperatura seca resultante (o temperatura operativa) a la temperatura media entre la temperatura de las paredes y la del ambiente, es decir: T p + Ta Tsr = 2 (4.1.1) Siendo: Las aplicaciones del suelo radiante abarcan un amplio abanico de posibilidades de implantación: viviendas, hospitales, oficinas guarderías, complejos deportivos, etc. Además de en el sector terciario y residencial, el suelo radiante también tiene aplicación en el sector industrial y al aire libre, como sistema antihielo en parkings o zonas peatonales, como calefacción en granjas o campos de fútbol, etc. 4.2.5 Justificación de ahorro energético con suelo radiante Las causas por las que se logra una reducción del consumo energético mediante el empleo de suelo radiante frente a otros sistemas convencionales, son las que a continuación se enumeran: Uniformidad de temperaturas Puesto que el foco de calor es toda la superficie del suelo, la energía térmica se encuentra uniformemente repartida de manera que se elimina la necesidad de que existan emisores térmicos muy calientes, para que las zonas alejadas a dichos emisores se encuentren a la temperatura de confort. De esta forma, los sistemas de suelo radiante, hacen que sea posible reducir la temperatura ambiente en un valor aproximado de 2ºC, manteniendo las condiciones de confort. 196 - Tsr: Temperatura seca resultante o temperatura operativa. - Tp: Temperatura de las paredes. - Ta: Temperatura interior del aire. Dependiendo, por tanto, el confort de esta temperatura operativa, ésta se puede lograr bajando la temperatura del aire interior a base de aumentar la de los paramentos, o viceversa. Por ejemplo, si en una habitación, se tienen los paramentos de cierre de la misma a una temperatura de 17ºC y el aire ambiental a 21ºC, la temperatura operativa resultante será: (17+21)/2 = 19ºC, que proporcionaría la misma sensación térmica que si se incrementase la temperatura de los paramentos a 20ºC y se redujese la del ambiente a 18ºC, ya que la temperatura operativa resultante sería la misma: (20+18)/2 = 19ºC. Por ello, con una calefacción radiante, se consigue reducir la temperatura del aire, a valores del orden de los 18ºC, con lo que se experimenta la agradable sensación de una respiración con aire más fresco, sin perder el grado de confort, ya que la temperatura de los paramentos es mayor. Obteniendo un confort térmico uniforme con menores temperaturas ambiente que con otros sistemas convencionales y, por lo tanto, con un consumo energético también menor. Disminución de pérdidas en conducciones generales Mediante las tuberías generales se distribuye el agua de climatización desde los sistemas generadores térmicos hasta las unidades o sistemas terminales. Debido a la diferencia de temperatura existente entre el agua de distribución y el ambiente que rodea a las tuberías a través de las cuales circula, existe una transferencia de calor desde el agua al ambiente, cuando ésta se encuentra a una temperatura mayor (modo calefacción), y desde el ambiente al agua, cuando ésta se encuentra a una temperatura inferior (modo refrigeración); siendo, todos estos intercambios térmicos una fuente de pérdidas de energía y cuyo valor estará en función de la diferencia térmica existente entre ambos. Así, y comparando un sistema de calefacción por suelo radiante (35-40ºC) frente a un sistema convencional de radiadores de alta temperatura (70-80ºC), existirá una diferencia de entre 3545ºC entre una temperatura de impulsión y otra, lo que redundará en unas menores pérdidas en conducciones generales en el sistema de suelo radiante frente al de radiadores de alta temperatura. Pérdidas de calor por techo De acuerdo con las figuras 4.2.9 y 4.2.10, las temperaturas al nivel del techo entre un sistema de calefacción por suelo radiante y un sistema convencional a alta temperatura, pueden variar hasta entre 10ºC y 12ºC. Teniendo en cuenta estas diferencias y que una parte importante de las pérdidas energéticas se producen a través de los techos, las pérdidas de calor por techo en un sistema de calefacción por suelo radiante pueden llegar a reducirse en un 50% respecto a otros sistemas convencionales. Reducción de las pérdidas por renovaciones de aire e infiltraciones Este aspecto está directamente relacionado con la capacidad de los sistemas por suelo radiante de proporcionar la misma sensación térmica a los usuarios con temperaturas ambiente del orden de 2ºC inferiores respecto a otros sistemas no basados en superficies radiantes. Estas pérdidas, se corresponden con el calor que es necesario aportar al local o estancia a calefactar para elevar la temperatura del aire exterior que se introduce para la renovación del aire interior o que se infiltra a través de puertas y ventanas, y que, mediante el empleo de sistemas por suelo radiante, pueden reducirse en un orden de un 10%. Considerando los factores analizados, e incluyendo la capacidad de autorregulación de los sistemas por suelo radiante, puede cuantificarse en un orden de un 15% el ahorro energético que supone la utilización de este tipo de sistemas frente a otros sistemas de distribución térmica convencionales. A lo que habría que añadir el mayor grado de confort de los usuarios. Ampliando la comparativa e incluyendo la parte de los equipos de generación térmica, la combinación de sistemas radiantes con sistemas de generación térmica eficientes y renovables, puede suponer unos ahorros energéticos mucho más elevados. 4.2.6 Los sistemas de distribución térmica en la rehabilitación. Conclusiones El empleo de un sistema u otro de distribución térmica va a depender de varios factores, como son: - El presupuesto para acometer la inversión, el cual acotará numerosos factores de la rehabilitación del edificio. - El estado del edificio, puesto que de ello va a depender en gran medida el tipo de sistema de distribución a instalar. Por ejemplo, puede no resultar factible la implantación de suelo radiante en un edificio en el que únicamente se rehabiliten huecos y fachada, pero sí lo sería si la rehabilitación se centrase en los suelos del edificio (soleras, etc.). 197 - El sistema generador de energía para climatización. En función del tipo de sistema generador de energía deberá implementarse un sistema de distribución acorde a la obtención de los máximos rendimientos o coeficientes de prestaciones del primero. Por ejemplo, el empleo de bombas de calor debería ir de la mano de sistemas de distribución que no requieran de temperaturas extremas: ni elevadas en modo calefacción, ni muy bajas en modo refrigeración. - Las necesidades del edificio. En función de las necesidades de calefacción y/o refrigeración que tenga el edificio según la zona climática en la que esté ubicado. 198 - La importancia de los aspectos estéticos del edificio a rehabilitar, jugando un papel muy importante los sistemas por superficie radiante, puesto que no limitan las posibilidades de decoración, evitándose los elementos emisores a la vista. - El uso del edificio. Es muy importante discernir entre los diferentes usos que se le van a dar al edificio a rehabilitar, teniendo en cuenta aspectos de ocupación (permanente u ocasional), de limitación de ruidos (bibliotecas, museos o centros de trabajo), etc. 199 4.3 JOSÉ IGNACIO URRACA PIÑEIRO Ingeniero Industrial Asesor de ANFALUM ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE FABRICANTES DE ILUMINACIÓN 4.3 EFICIENCIA ENERGÉTICA EN ILUMINACIÓN Y OTROS CONSUMOS ELÉCTRICOS En lo que respecta a la eficiencia energética en iluminación y otros consumos eléctricos, así como en lo relativo a sus sistemas de regulación y control, se expone, previamente, la normativa a considerar. 4.3.1. Normativa general aplicable En primer término, cronológicamente debe contemplarse la Ley 38/1999, de 5 de Noviembre, de Ordenación de la Edificación que de acuerdo con su artículo 1, tiene por objeto regular en sus aspectos esenciales el proceso de la edificación. Independientemente, hay que considerar la Directiva 2002/91/CE, de 16 de diciembre de 2002, cuya finalidad es fomentar la eficiencia energética de los edificios. Con la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, en adelante CTE, aprobado por Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, se pretende 200 dar cumplimiento a la Ley de Ordenación de la Edificación y a la Directiva 2002/91/CE, limitando la demanda energética de los edificios. Posteriormente, mediante Real Decreto 47/2007, de 19 de enero, se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética en edificios de nueva construcción, que constituye la transposición de la Directiva 2002/91/CE. Es de señalar que la Directiva 2010/31/UE, de 19 de mayo, es una refundición en lo concerniente a la eficiencia energética de los edificios, que sustituye a la Directiva 2002/91/CE. La Directiva 2009/125/CE, de 21 de Octubre, que deroga la Directiva 2005/32/CE establece los requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos que utilizan energía, cuya implementación tanto de la Directiva derogada como de la vigente se lleva a cabo merced a la reglamentación siguiente: • Reglamento (CE) nº 244/2009, de 18 de marzo, relativo a los requisitos de diseño ecológico para lámparas de uso doméstico no direccionales. • Reglamento (CE) nº 245/2009, de 18 de marzo, modificado por el Reglamento (CE) nº 347/2010, de 21 de Abril, relativo a los requisitos de diseño ecológico para lámparas fluorescentes sin balastos integrados, para lámparas de descarga de alta intensidad y para balastos y luminarias que puedan funcionar con dichas lámparas. Otras regulaciones europeas a tener en cuenta son la Directiva 2006/32/CE, de 5 de abril, sobre la eficiencia de uso final de la energía y los servicios energéticos, así como la Directiva 2010/30/UE, de 19 de Mayo, referente a la indicación del consumo de energía y otros recursos por parte de los productos relacionados con la energía, mediante el etiquetado y una información normalizada. 4.3.2. Rehabilitación de edificios La Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación en su artículo 2, determina el ámbito de aplicación al proceso de edificación en función del uso principal, teniendo la consideración de edificación, además de las de nueva construcción, las obras de rehabilitación que se correspondan a “obras mayores” tanto las que afectan a la totalidad de la edificación existente como las que tengan intervención parcial, siempre que produzcan una variación en: • Las que tengan por objeto cambiar los usos característicos del edificio. Por otra parte, las “obras menores” de rehabilitación pueden definirse como aquellas de sencillez técnica, escasa entidad constructiva y económica, que no alteran el volumen ni afecten a la estructura, diseño exterior y condiciones de habitabilidad o seguridad del inmueble. Se destaca que, el apartado 3 del artículo 2 de la referida Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), dispone que se consideran comprendidas en la edificación, no solamente las instalaciones fijas y el equipamiento propio, sino también los elementos de urbanización que permanezcan adscritos al edificio. El CTE constituye un instrumento normativo que fija las exigencias básicas de calidad de los edificios y sus instalaciones. El CTE se aplica a las obras de edificación de nueva construcción, excepto a aquellas construcciones de sencillez técnica y de escasa entidad constructiva, e igualmente resulta de aplicación a las obras de ampliación, modificación, reforma o rehabilitación que se ejecuten en edificios existentes, siempre y cuando dichas obras sean compatibles con la naturaleza de la intervención y, en su caso, con el grado de protección que puedan tener los edificios afectados. Se entiende por obras de rehabilitación aquellas que tienen como finalidad actuaciones tendentes a lograr alguno de los siguientes resultados: • La adecuación estructural. • El acondicionamiento funcional, o realización de las obras que proporcionen al edificio mejores condiciones respecto de los requisitos básicos a los que se refiere el CTE. • La composición general exterior. • La volumetría. • El conjunto del sistema estructural. • La remodelación de un edificio con viviendas cuya finalidad sea modificar la superficie destinada a vivienda o cambiar el número de éstas, o la remodelación de un edificio sin viviendas que tenga por finalidad crearlas. 201 El contenido del CTE se ordena en dos partes: la primera que contiene las disposiciones y condiciones generales de aplicación del CTE y las exigencias fundamentales que deben cumplir los edificios; y la segunda, que está constituida por los denominados Documentos Básicos, en adelante DB, para el cumplimiento de las prescripciones esenciales del CTE. Los DB contienen: • La caracterización de las exigencias básicas y su cuantificación. • Unos procedimientos cuya utilización acredite el cumplimiento de aquellos requerimientos primordiales, concretamente en forma de métodos de verificación o soluciones sancionadas por la práctica. Como complemento de los DB de carácter reglamentario, incluidos en el CTE, se encuentran los Documentos Reconocidos del CTE, definidos como documentos técnicos sin carácter reglamentario que podrán contener: especificaciones y guías técnicas o códigos de buenas prácticas, métodos de evaluación y soluciones constructivas, comentarios sobre la aplicación del CTE, o cualquier otro documento que facilite su aplicación. El artículo 15 del CTE establece las exigencias básicas de ahorro de energía (HE), cuyo objetivo consiste en conseguir un uso racional de la energía necesaria para la utilización de los edificios, reduciendo a límites sostenibles su consumo. Para satisfacer esta finalidad, los edificios se proyectarán, construirán, utilizarán y mantendrán de manera que se cumplan las estipulaciones fundamentales determinadas en el CTE. El Documento Básico “DB-HE Ahorro de Energía” especifica parámetros objetivos y procedimientos cuyo cumplimiento asegura la satisfacción de las referidas exigencias básicas, así como la superación de los niveles mínimos de calidad. En lo que atañe a la prescripción esencial HE 202 3, correspondiente a la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación, el citado artículo 15 del CTE determina que los edificios dispondrán de instalaciones de iluminación adecuadas a las necesidades de sus usuarios y, a la vez, eficaces energéticamente. A tales efectos contarán con un sistema de control que permita ajustar el encendido a la ocupación real de la zona, así como de un sistema de regulación que optimice el aprovechamiento de la luz natural, en los sectores que reúnan unas determinadas condiciones. 4.3.3. Eficiencia energética en las instalaciones de iluminación En la Unión Europea la proporción que representa la iluminación dentro del consumo total de electricidad varía considerablemente en función del tipo de edificio: puede llegar al 50% en el caso de los edificios de oficinas, a un 20-30% en el de hospitales, a un 15% en el de las industrias, a un 10-15% en el de las escuelas y a un 10-12% en el de los edificios residenciales. El ámbito de aplicación de la exigencia básica HE 3, además de los edificios de nueva construcción y la reforma de locales comerciales y de edificios de uso administrativo en los que se renueve la instalación de iluminación, comprende la rehabilitación de edificios existentes con una superficie útil superior a 1.000 m2, donde se transforme más del 25% de la superficie a iluminar. Por otra parte, se excluye del ámbito de aplicación del requisito fundamental HE 3, lo siguiente: • Edificios y monumentos con valor histórico o arquitectónico reconocido, cuando el cumplimiento de las exigencias de esta sección pudiesen alterar de manera inaceptable su carácter o aspecto. • Construcciones provisionales con un plazo previsto de utilización igual o inferior a 2 años. • Instalaciones industriales, talleres y edificios agrícolas no residenciales. • Débil eficacia luminosa (11 a 9 lm/W). • Edificios independientes con una superficie útil total inferior a 50 m2. • Baja duración de vida (1.000 horas). • Gran sensibilidad a las variaciones de tensión. • Interiores de viviendas. • Excelente rendimiento de color (Ra = 100). • Alumbrado de emergencia. 4.3.3.1 Componentes de la instalación de alumbrado Los componentes de una instalación de alumbrado a los que se va a aplicar un sistema de gestión de iluminación son las fuentes de luz (lámparas y LED), balastos, transformadores y luminarias. 4.3.3.1.1 Fuentes de Luz Se deben distinguir las lámparas incandescentes que comprenden las estándar y las halógenas, las lámparas de descarga entre las que están incluidas las de mercurio a baja presión (tubos fluorescentes y fluocompactas), lámparas de alta intensidad de descarga tales como las de vapor de mercurio a alta presión, de vapor de mercurio con halogenuros metálicos, vapor de sodio a alta presión y, por último, los LED. Lámparas incandescentes: Lámparas cuya emisión luminosa se produce por calentamiento de una resistencia metálica (filamento de wolframio) al paso de una corriente eléctrica a su través hasta alcanzar la temperatura de incandescencia, en cuyo momento emite, entre otras formas de radiación, radiación visible. La proporción de la energía irradiada supone aproximadamente un 89% de energía térmica y un 19% de energía en el espectro visible. El funcionamiento responde al mecanismo de termorradiación y se regula del 1 al 100% mediante dimmers. Comprenden tanto las incandescentes estándar cómo las halógenas. Las incandescentes estándar presentan las siguientes características: Las lámparas incandescentes halógenas son de las mismas características que las incandescentes estándar, pero en las que a la mezcla de gases contenida en el interior de la ampolla se le incorpora un compuesto halogenado (principalmente bromuro de metileno), produciéndose el denominado ciclo halógeno que incrementa la vida y la eficacia luminosa, al disminuir las pérdidas térmicas, aumentando el flujo luminoso. Por tanto, las lámparas halógenas son más eficientes energéticamente que las incandescentes estándar. La utilización de las lámparas halógenas, a pesar de su bajo rendimiento energético o eficacia respecto a las lámparas de descarga, se debe a las características peculiares de su luz brillante, a su excelente reproducción cromática, a su pequeño tamaño, buenas características de precisión fotométrica y a su amplia gama. Además, ésta es una lámpara regulable en cuanto a su flujo luminoso mediante reguladores de fase (dimmers) del 1 al 100% Las lámparas incandescentes halógenas tienen las siguientes características: • Baja eficacia luminosa (25-30 lm/ W). • Débil duración de vida (2.000-4.000 horas). • Excelente rendimiento de color (Ra = 100). Lámparas de descarga: Son las fuentes de luz que utilizan la emisión luminiscente producida como consecuencia de una descarga en una columna gaseosa, siendo los gases más empleados los vapores de mercurio y sodio. El funcionamiento se basa en el proceso de electrorradiación, salvo en los fluorescentes que el proceso es de fotorradiación. 203 Debido a la sensibilidad de las lámparas de alta intensidad de descarga (vapor de mercurio a alta presión, halogenuros metálicos y vapor de sodio a alta presión) a la disminución de su tensión de extinción, son difícilmente regulables, aun cuando algunos balastos electrónicos permiten su regulación desde un 35 a un 100% del flujo luminoso, que corresponde a un 40 a 100% de la potencia eléctrica consumida. Los principales tipos de lámparas de descarga empleados en iluminación de interiores en edificios son: • Lámparas de mercurio a baja presión (tubos fluorescentes): Son lámparas de forma generalmente tubular, rectilíneas o curvilíneas de vidrio, con un conductor metálico en cada extremo denominado electrodo. El tubo recubierto interiormente por polvo fluorescente está lleno de gas inerte y vapor de mercurio a baja presión. Como consecuencia de la descarga eléctrica en atmósfera de vapor de mercurio a baja presión, la emisión de radiación ultravioleta excita las sustancias luminiscentes del delgado revestimiento de polvo fluorescente, que transforma dicha radiación invisible en otras longitudes de onda visibles. Son lámparas de eficacia luminosa relativamente alta (entre 60 y 100 lm/W), elevado rendimiento de color (Ra entre 75 y 98) y larga duración de vida, superior a las 12.000 horas. Dentro del ámbito de las lámparas fluorescentes existen dos subtipos perfectamente diferenciados: las tubulares estándar y las denominadas lámparas fluorescentes compactas, de menor tamaño, formadas por tubos fluorescentes más cortos, doblados o conectados entre sí, que forman conjuntos de varias unidades. De entre las múltiples variedades de lámparas fluorescentes tubulares o lineales, a las que han dado lugar sucesivos desarrollos, es preciso destacar las lámparas denominadas T5 y T8, que permiten la 204 obtención de reproducciones cromáticas excelentes y que tienen una eficacia luminosa superior a 100 lm/w y son regulables del 1-3 al 100% mediantes balastos electrónicos. Estas lámparas, al poder funcionar con balastos electrónicos de alta frecuencia, permiten la regulación del flujo luminoso y de la potencia eléctrica, lo que las hace muy adecuadas para el aprovechamiento de la luz natural. En cuanto a las lámparas fluorescentes compactas, su eficacia luminosa es 5 veces superior a las de incandescencia y presenta formas diversas. Las lámparas fluocompactas son regulables del 3-10 al 100% mediante balastos electrónicos. • Lámparas de vapor de mercurio a alta presión: Al contrario que otras lámparas de descarga, no precisan de un arrancador para iniciar la descarga, pero como las lámparas fluorescentes, son sensibles a las bajas temperaturas. Aun cuando en estas lámparas la emisión por descarga proporciona mayor radiación visible y menor ultravioleta, tienen una baja eficacia luminosa, del orden de 60 lm/w, y una mala reproducción cromática (Ra = 60, como máximo) y elevada vida media de 15.000 horas. Son regulables tan sólo hasta un entorno de un 50% de su flujo luminoso y un 60% de su consumo eléctrico. El modo de regularlos actual en las instalaciones de alumbrado exterior es con balastos inductivos de doble nivel o con reguladores estabilizadores en cabecera de línea, por lo que su empleo no es excesivamente recomendable en dicho alumbrado ni en la iluminación interior, teniendo en cuenta que en virtud de lo dispuesto en el Reglamento (CE) nº 245/2009, y su posterior modificación por el Reglamento (CE) nº 347/2010, estas lámparas deberán retirarse del mercado en el año 2015. • Lámparas de vapor de mercurio con halogenuros metálicos: Estas lámparas son similares estructuralmente a las de vapor de mercurio a alta presión, pero funcionalmente son muy distintas: a la atmosfera gaseosa de mercurio que llena el tubo de descarga (que puede ser de cuarzo, como en la antigua generación, o de cerámica como en la nueva), se le añaden distintos aditivos en forma de halogenuros de tierras raras (talio, indio, escandio, disprosio, etc.). Estos aditivos son los que realmente definen la distribución espectral de la emisión luminosa. Las lámparas de vapor de mercurio con halogenuros metálicos necesitan de un balasto para regular la corriente, y un arrancador para provocar la descarga. Pero, además, tienen un efecto muy peculiar y es el de que dada la elevada temperatura que se alcanza en el tubo de descarga, precisan de al menos 10 minutos para que, en caso de corte de suministro eléctrico durante su funcionamiento puedan volver a reencender. Sus ventajas más importantes son: alta eficacia luminosa (aprox. 90-100 lm/w), reducción de la radiación térmica y, por tanto, menos necesidad de evacuación del calor; excelente reproducción cromática (Ra > 90) y larga duración de vida (9.000 horas). Estas lámparas son regulables en su flujo y potencia eléctrica consumida, mediante balastos electrónicos de alta frecuencia. • Lámparas de sodio a alta presión: Estas lámparas llevan además vapor de sodio a alta presión en el tubo de descarga y son las de mayor eficacia luminosa (90-140 lm/w), pero al ser su índice de reproducción cromática muy bajo (Ra < 40) apenas se suelen emplear en alumbrado interior. Para su funcionamiento requieren la instalación de balasto, condensador y arrancador. LED y equipo auxiliar (driver): El LED (Light Emitting Diode) es un diodo compuesto por la superposición de varias capas de material semiconductor que emite luz en una o más longitudes de onda cuando es polarizado adecuadamente. Para la alimentación eléctrica de los LED existe un equipo auxiliar (driver) que mediante técnicas de modulación de la anchura de impulso (PWM) con un sistema de mando por BUS, permite una gestión total de la regulación del flujo luminoso emitido por el LED. El módulo LED es un sistema que comprende varios LED individuales montados sobre un circuito impreso con la posibilidad de incluir otros dispositivos, como disipadores térmicos, sistemas ópticos o fuentes de alimentación (drivers) que modifican las características y especificaciones del fabricante del LED individual. La luminaria para LED está constituida por módulos LED o múltiples LED, cuya correcta orientación en la luminaria, unido al desarrollo de un idóneo sistema óptico para dirigir la luz, permite conseguir fotometrías adecuadas para cada aplicación. Las fuentes de luz basadas en la tecnología LED, equipos auxiliares (drivers), las luminarias y proyectores, tendrán que cumplir la normativa siguiente: • UNE-EN 55015 de 2006. Límites y métodos de medida de las características relativas a la perturbación radioeléctrica de los equipos de iluminación y similares. • UNE-EN 60598. Luminarias. • UNE-EN 60838-2-2. Requerimientos para conectores para módulos LED. • UNE-EN 61000-3-2. Compatibilidad electromagnética (CEM). Límites para las emisiones de corriente armónica. • UNE-EN 61000-3-3. Compatibilidad electromagnética (CEM). Limitaciones de las variaciones, fluctuaciones de tensión y flicker en las redes públicas de suministro de baja tensión. 205 • UNE-EN 61347-2-13. Requisitos particulares para dispositivos de control electrónicos alimentados en corriente continua ó corriente alterna para módulos LED. Relativa a la aproximación de las legislaciones de los estados miembros sobre el material eléctrico destinado a utilizarse con determinados límites de tensión. • UNE-EN 61547. Equipos para alumbrado de uso general. Requisitos de inmunidad CEM. • Publicación CIE nº. 127 de 2007. Medida de los LED. • UNE-EN 62031. Seguridad de los módulos LED. • Publicación CIE nº 177 de 2007. Rendimiento de color de fuentes de luz blanca de LED. • UNE-EN 62384. Requisitos de funcionamiento para dispositivos de control electrónicos alimentados en corriente continua o corriente alterna para módulos LED. En cuanto a los requisitos exigibles a las luminarias para LED: • UNE-EN 62471 de 2009. Seguridad fotobiológica de lámparas y aparatos que utilizan lámparas. • UNE-EN 62560. Seguridad en lámparas LED. • IEC-62612. Lámparas LED para iluminación general. Requisitos de rendimiento. • IEC-62717. Módulos LED para iluminación general. Requisitos de rendimiento. • IEC-62722. Luminarias LED para iluminación general. Requisitos de rendimiento. • UNE-EN 62031. Seguridad de los módulos LED. • Real Decreto 842/2002, de 2 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión. • Directiva de Compatibilidad Electromagnética 2004/108/CEE. Relativa a la aproximación de las legislaciones de los estados miembros en materia de compatibilidad electromagnética y por la que se deroga la directiva 89/336/CE. • Real Decreto 208/2005, de 25 de febrero, sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus residuos al final de su vida útil. • Directiva de Baja Tensión 206 2006/95/CEE. • Se dispondrá de la fotometría (matriz de intensidades luminosas y curvas fotométricas). • Se detallará el sistema óptico. • Respecto al rendimiento y vida de la luminaria, se cumplirá que para una duración de 50.000 horas el flujo luminoso no descienda por debajo del 85% del flujo inicial, con una tasa máxima de fallo de LED de un 10% a la temperatura ambiente de funcionamiento de 25º C, es decir, L85 B10 50.000 horas tq = 25º C. • Se concretará la potencia nominal y el consumo total del sistema de la luminaria para LED, incluido el equipo auxiliar (driver). • La eficacia luminosa del conjunto de la luminaria para LED deberá ser en todos los casos superior a 70 lm/w. • La temperatura de color del sistema de LED en la luminaria oscilará entre 2700 K y 5800 K. Deberán justificarse temperaturas de color fuera de dicho intervalo. • El índice de reproducción cromática IRC será como mínimo Ra> 70. • Cada luminaria para LED dispondrá de un sistema capaz de gestionar de forma independiente el flujo luminoso emitido, reduciéndolo como mínimo un 20% del valor nominal. • La intensidad aplicada al sistema LED de la luminaria estará comprendida entre 350 y 550 mA, pudiéndose aplicar intensidades superiores, siempre que se justifique un flujo superior emitido por la luminaria y se garantice la vida útil del sistema de LED en la luminaria, para cuya determinación se tendrá en cuenta la vida útil de los equipos auxiliares (drivers). • Se especificarán las características de la luminaria para LED, respecto al grado de estanqueidad, al material del cuerpo y protector, sistema de cierre y demás características que definan su calidad. • Se aportarán los datos correspondientes sobre la depreciación del flujo luminoso en el transcurso de la vida de la luminaria. En todo caso, el fabricante original de la luminaria diseñada para lámpara de descarga de alta intensidad y después adaptada o modificada para LED por un tercero, quedará eximido de cualquier responsabilidad. Estipulaciones aplicables a los equipos auxiliares para LED Considerando que los LED se alimentan con una fuente de corriente continua y que tienen un comportamiento no óhmico, no aumentando la tensión al aumentar la corriente, para la alimentación eléctrica de los LED se incorpora una fuente de alimentación denominada “driver” y dos métodos fundamentales de gestión para variar el flujo de los LED: • Regulación continua Los ensayos y certificados que correspondan, deberán emitirse por Laboratorio acreditado por ENAC o entidad internacional equivalente. Adaptación de luminarias convencionales a luminarias para LED Siendo posible la adaptación o modificación de luminarias fabricadas para lámparas de descarga a luminarias para LED, al tratarse de tecnologías diferentes, se recomienda que las luminarias para LED sean de nuevo diseño específico para dicha fuente de luz, aun cuando si se cumplen las correspondientes prescripciones, resultara admisible la referida modificación o adaptación de luminarias. No obstante, el autor de dicha adaptación o modificación, que estará en posesión de las certificaciones de las normas ISO 9001 e ISO 14001, deberá realizar de nuevo el marcado CE, con la correspondiente declaración de conformidad según las normas UNE-EN 66514-91 y EN 45014 a las Directivas de Compatibilidad Electromagnética 2004/108/CE y de Baja Tensión 2006/95/ CE, cumplimentando así mismo la legislación y normativa que se deriva de dichas Directivas y del Real Decreto 208/2005, de 25 de febrero (adhesión al sistema de gestión de luminarias al final de su vida útil). • Regulación Modulation) pulsada PWM (Pulse With Las técnicas de modulación de la anchura de impulso (PWM) con un sistema de mando por bus de control, permiten una gestión total de la graduación o regulación del flujo luminoso emitido por el LED, teniendo en cuenta que se comporta de forma no lineal en función de la corriente de alimentación. La alimentación eléctrica de los LED se realizará mediante dispositivos (“drivers”) del tipo de corriente constante para garantizar la estabilización de la potencia, tanto por la temperatura de los módulos como por el transcurso del tiempo, dado que un aumento de potencia puede provocar la destrucción de los LED. Se recomienda utilizar la adecuada intensidad de corriente que asegure un nivel de iluminación idóneo y se recomienda utilizar la mínima posible, al objeto de preservar la vida de los LED. Para asegurar e impedir que se supere la temperatura máxima de funcionamiento, los “drivers” deberán estar dotados de un control remoto de la temperatura de los módulos, mediante una sonda y de forma que el equipo permanezca encendido a potencia reducida en lugar de apagarse, lo cual se 207 recomienda llevar a cabo mediante la técnica PWM, para evitar que varíe el color de la luz emitida. Los alimentadores de LED (drivers) deberán estar dotados de aislamiento galvánico entre la entrada de red y la salida a los LED, recomendándose 3.750 vac. equivalentes a 5.300 vdc. de rigidez dieléctrica, de forma que constituyan transformadores de aislamiento y se puedan marcar SELV (equivalente a muy baja tensión de seguridad MBTS), si son de 50 V en corriente alterna y 75 V en corriente continua o menos. Asimismo, será necesario establecer un aislamiento entre los circuitos de los LED y las partes metálicas accesibles. En todo caso, deberán ajustarse a lo dispuesto en la Directiva de Baja Tensión 2006/95/CE, de modo que, en lo relativo a la seguridad eléctrica, cumplan la norma UNE-EN 61347-2-13 y, en lo que respecta al funcionamiento, la norma UNE-EN 62384. Además, en lo que concierne a la compatibilidad electromagnética, estarán conformes a la Directiva 2004/108/CE y Real Decreto 1580/2006, cumpliendo las normas UNE-EN 55015, UNE-EN 61000-3-2 y UNE - EN 61547. La vida de los sistemas de alimentación y regulación de los LED, al estar constituidos fundamentalmente por elementos electrónicos, depende en gran medida de la temperatura que alcancen durante su funcionamiento y de la temperatura ambiente de su entorno, indicándose el rango de temperatura ambiente (Ta) a la que puede funcionar el equipo. Será necesario garantizar la vida media de los sistemas de alimentación y regulación de los LED, es decir, las horas a partir de las cuales pueden aparecer fallos superiores a un determinado porcentaje que, en principio, se estima de un 20%. En todos los supuestos, la vida útil de los equipos auxiliares (drivers) se ajustará a la vida útil del sistema de LED en la luminaria. 208 El factor de potencia se ajustará a lo dispuesto en la ITC-BT-09 del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión. OLED La denominada “iluminación del estado sólido” (SSL) es la más innovadora de cuantas tecnologías están emergiendo en el mercado. Esta tecnología, que comprende la iluminación LED y OLED, se basa en materiales semiconductores fotoemisores que convierten en luz la electricidad. Los dispositivos OLED se basan en fuentes luminosas orgánicas, por ejemplo, polímeros que emiten luz homogéneamente desde una superficie bidimensional y pueden fabricarse de todas las formas y tamaños, incluso como paneles transparentes. Mientras la tecnología LED está alcanzando ya su madurez, la OLED no lo ha hecho todavía, y en la actualidad sólo hay disponibles en el mercado pequeñas series de productos de gama alta. Parece ser que dentro de unos pocos años la tecnología (SSL) se puede convertir en la tecnología más versátil y de menor consumo para la iluminación general y, además de nuevas opciones arquitectónicas y de diseño para un mayor confort y bienestar, ofrecerá luz de alta calidad y un gran rendimiento visual. Por otra parte, las fuentes (SSL) pueden determinar un ahorro de energía de hasta un 50% en comparación con el consumo actual, y de hasta un 70% si se combinan con sistemas inteligentes de gestión del alumbrado. 4.3.3.1.2 Balastos y transformadores Todas las lámparas de descarga, incluidas las fluorescentes, tienen en común una impedancia negativa, lo que implica que la intensidad de corriente suministrada para una tensión constante se incremente hasta la destrucción de la lámpara. Debe instalarse un balasto, que es el elemento fundamental del equipo eléctrico, para limitar la corriente que fluye por la lámpara y proporcionar los parámetros necesarios, dentro de los límites establecidos en las normas, con las menores pérdidas energéticas posibles. progresiva del flujo luminoso emitido por las lámparas fluorescentes, al controlar la potencia de la lámpara mediante modulación de la frecuencia de 20 a 100 KHz, que se controla con una señal adicional de 1-10 voltios de c.c. a través de los conductores. Balastos electromagnéticos: Cuando el balasto es electromagnético (BC), asociado al mismo deberán preverse los elementos adecuados para la corrección del factor potencia. El protocolo DALI permite gobernar hasta 64 balastos electrónicos regulables por unidad de control y memorizar hasta 16 escenas. Para el arranque de las lámparas fluorescentes se necesitan cebadores de efluvios y bimetálicos que suministren impulsos de tensión suficientemente altos como para activar la descarga y, por tanto, el encendido. Transformadores: Las lámparas halógenas de baja tensión necesitan para su funcionamiento un transformador, dado que la tensión normalizada de la red de 230 V debe ser reducida a 3, 12 ó 24 voltios. En este caso, se emplean transformadores reductores. Además de los dispositivos de regulación de la corriente de la lámpara (balasto) y de corrección del factor de potencia (condensador), las lámparas de alta intensidad de descarga a alta presión tales como las de halogenuros metálicos y de vapor de sodio a alta presión, necesitan una tensión muy superior a la de la red para iniciar la corriente de arco de la lámpara. Por tanto, tal y como se ha indicado anteriormente, se precisa incluir en el equipo auxiliar un dispositivo denominado arrancador que proporcione y soporte en el instante del encendido de la lámpara, la alta tensión necesaria para el cebado de la corriente de arco de la lámpara. Los transformadores pueden ser convencionales ajustados a lo dispuesto en la norma UNE-EN 61558, que funcionan por transferencia de energía desde el bobinado primario al secundario. Además, existen en la actualidad transformadores o convertidores electrónicos que deben cumplir lo establecido en las normas UNE-EN 61046 y 61047. 4.3.3.1.3 Luminarias Balastos electrónicos: Los balastos electrónicos (BE) cumplen su tarea de limitar la corriente y al mismo tiempo efectúan las funciones de arrancadores y condensadores de compensación del factor de potencia, los cuales no son necesarios en las lámparas equipadas con balastos electrónicos. Las luminarias son aparatos que sirven para la distribución, el filtrado o la transformación de la luz emitida por las fuentes de luz (lámparas y LED), incluidos los componentes necesarios para la fijación, la protección y el funcionamiento de las fuentes de luz (Norma UNE-EN 60598). En relación a los balastos para lámparas fluorescentes, se han desarrollado balastos de bajas pérdidas y electrónicos que, en el transcurso del tiempo y en el ámbito de la Unión Europea, sustituirán progresivamente a los balastos electromagnéticos convencionales e incluso, en su caso, a los de bajas pérdidas. Para la descripción de una luminaria se utilizan frecuentemente los lugares de montaje o de ubicación: luminarias empotrables y adosadas, luminarias suspendidas, proyectores instalados en sistemas de suspensión por cables o barras o raíles electrificados, luminarias de mesa, de pie, etc. Adicionalmente se distinguen las luminarias según su forma y la cantidad y el tipo de fuentes de luz que se instalan en ellas. Los balastos regulables permiten una variación 209 El tipo de luminarias viene determinado por su clase fotométrica o distribución espacial de la intensidad luminosa. Para la iluminación general se consideran convenientes las distribuciones de luz extensiva y/o difusa, mientras que para la iluminación de acento se estiman adecuadas las distribuciones intensivas orientables. Para iluminación perimetral, de estanterías y de expositores se estima recomendable las distribuciones asimétricas. En el caso de iluminación general para grandes alturas resulta idónea la distribución intensiva. CLASE DE DISTRIBUCIÓN CLASE DE DISTRIBUCIÓN Difusa Iluminación general Extensiva Iluminación general Intensiva Iluminación general para grandes alturas Iluminación perimetral Asimétrica Iluminación de estanterías y expositores Intensiva orientable Iluminación de acento Figura 4.3.1. Clases de distribución y aplicaciones de luminarias. 210 La forma de la distribución de la luz de una luminaria depende del tipo de lámpara con el que esté equipada y del componente óptico que incorpore: celosía, reflectores, lentes, diafragmas, pantallas, etc. En función del tipo de distribución luminosa del haz con que se ilumine un objeto, se obtienen resultados muy diferentes. En un objeto de textura, la luz dirigida resaltará sus formas, mientras que la luz difusa la disimulará. En algunos casos es recomendable que las sombras no sean demasiado marcadas, ya que endurecen las formas. La selección de las luminarias depende de la elección de las fuentes de luz y de la clase de distribución luminosa requerida, de acuerdo con el tipo de alumbrado adoptado por lo que un papel importante en la decisión lo tienen, además del perfil del local a iluminar, la tipología constructiva. Para la iluminación general se considera conveniente que el factor de utilización no sea inferior al 25% con un valor medio del 35%, mientras que en el caso de la iluminación de acento los diagramas de distribución de la intensidad luminosa informan sobre la luminaria que mejor cumple los requerimientos deseados. En el caso del rendimiento de la luminaria, para la iluminación general se recomienda que como mínimo sea = 0,60 – 0,70. En la iluminación de acento dicho valor mínimo aconsejable es de = 0,45 – 0,50. n n La calidad luminotécnica, la rentabilidad, la seguridad y la comodidad del montaje son aspectos importantes de la fabricación de luminarias. A mayor abundamiento, las luminarias técnicas de alta calidad cumplen las exigencias más elevadas en consonancia con una conformación moderna: su diseño – o sea el volumen del cuerpo, forma de la superficie y color – no es menos importante que su funcionalidad. La estética de la luminaria y su aspecto deberán ir en armonía con el nivel del establecimiento o local iluminado. El distintivo CE y el distintivo ENEC documentan la seguridad en el funcionamiento y la conformidad con las normas de las luminarias de calidad. 4.3.3.2. Sistemas de iluminación Se pueden considerar cinco tipologías básicas en la iluminación de zonas, locales o tiendas, que resultan complementarias entre sí, tales como la iluminación general, localizada, flexible, de ambiente y de acento. Iluminación general: Se trata fundamentalmente de un alumbrado funcional que proporciona una luminosidad básica uniforme, con un adecuado nivel de iluminación y apropiada limitación del deslumbramiento con la finalidad de facilitar un buen rendimiento visual. Este tipo de iluminación se consigue mediante una distribución uniforme de luminarias en la que se recomienda el encendido por grupos con sistemas de regulación, al objeto de incrementar su flexibilidad. Iluminación localizada: Se trata, por ejemplo, de la iluminación de estanterías, anaqueles o zonas de acceso en un centro comercial que requieren una iluminación localizada, que se utiliza para resaltar la mercancía expuesta o limitar las áreas de venta. Iluminación flexible: Se utilizan tomas de corriente distribuidas uniformemente para la conexión de luminarias individuales, tales como tiras continuas o raíles electrificados, pudiendo conectarse en circuitos múltiples. Las luminarias pueden ser adaptables a las diferentes necesidades ajustando su distribución de la luz o reparto de la intensidad luminosa, completando la iluminación flexible los sistemas de regulación del flujo luminoso. Iluminación ambiente: Es la iluminación diseñada para generar un entorno más agradable y cómodo, mediante la inserción de elementos decorativos luminosos. Estos elementos decorativos 211 de iluminación, por ejemplo, de una tienda juegan un papel muy importante en la determinación de su ambiente. Ello supone, no solamente la utilización de luminarias de pie, de pared y candelabros, sino también de elementos, como son las bóvedas de luz, techos estrellados, cornisas y zócalos iluminados, proyecciones sobre superficies, etc. Estos elementos también pueden emplearse para influir en el modelo de circulación, por ejemplo, en el interior de un establecimiento comercial y, de esta manera, llamar la atención e incluso destacar grupos de productos seleccionados. Iluminación de acento: La iluminación de acento es la iluminación direccional instalada, por ejemplo, en una tienda, para realzar un producto y dirigir la atención del cliente para su observación. La forma de los objetos y la textura de las superficies pueden hacerse más evidentes destacándolos de su entorno, utilizando la iluminación de acento, como complemento de la iluminación general. Aumentando o disminuyendo la intensidad de la iluminación se puede crear un variado patrón de luces y sombras, con contrastes que sugieren dinamismo, de forma que cuanto más duras sean las sombras, más espectacular, dramático y agresivo será el efecto logrado. 4.3.3.2.1 Luz Natural La luz natural puede proporcionar parte de la iluminación, pero cambia de nivel y de composición espectral en el transcurso del tiempo y, por ello, proporciona una variación en el interior de la vivienda o del edificio (local de trabajo, uso terciario, etc.). Por otra parte, la luz natural puede llegar a crear un modelado específico y una distribución poco armoniosa de luminancias, debido a su flujo luminoso casi horizontal procedente de las ventanas laterales. 212 Las ventanas facilitan el contacto visual con el mundo exterior, que es deseado por la mayor parte de las personas, pero para reducir el posible deslumbramiento de las ventanas, deberá preverse un apantallamiento cuando sea apropiado, mediante toldos, cortinas, persianas, etc. Tal y como se ha indicado, la luz diurna varía su nivel de iluminación y temperatura de color en el transcurso del día, lo que produce efectos positivos sobre el estado de ánimo y la estimulación de las personas. Estas influencias positivas también pueden lograrse con una iluminación artificial dinámica, no sólo en los cambios de niveles de iluminación, sino también en las variaciones de la temperatura de color, mediante luces más cálidas o más frías. 4.3.3.2.2 Confort visual Para un buen rendimiento visual, entendido como expresión que cuantifica las aptitudes de una persona para detectar, identificar y analizar los detalles que entran en el campo de visión, las mediciones básicas son un nivel de iluminación apropiado y un deslumbramiento lo más reducido posible. Cuanto más difícil es la tarea visual a desarrollar, tanto más alta tiene que ser la iluminancia. Un servicio regular de mantenimiento del sistema de iluminación garantiza que se conserva esta iluminancia necesaria, también en beneficio de la presentación de los productos y género expuestos. La correcta distribución de la luminancia o sensación de luminosidad influye esencialmente en el rendimiento y en el confort visual. La distribución de luminancias en el campo de visión controla el nivel de adaptación de los ojos que afecta a la visibilidad de la tarea. Es necesaria una luminancia equilibrada para aumentar: • La agudeza visual (visión detallada tanto de cerca como de lejos). • La sensibilidad al contraste (discriminación de diferencias de luminancia relativamente pequeñas). • La eficiencia de las funciones oculares (tales como acomodación, convergencia, contracción de la pupila, movimientos del ojo, etc.). Diferencias de luminancias excesivamente marcadas en el campo visual producen cansancio, ya que el ojo tiene que adaptarse continuamente deteriorándose el rendimiento visual y el bienestar; diferencias demasiado suaves transmiten una sensación de monotonía al local, que se considera igualmente desagradable, al tiempo que aumenta el esfuerzo de concentración necesario para distinguir correctamente los objetos, incrementándose la fatiga. No obstante, en determinadas tareas visuales, por ejemplo, donde se quiera examinar detalladamente superficies y texturas, se necesita la existencia marcada de sombras provocadas mediante una dirección de la luz convenientemente establecida. La instalación de luminarias individuales adicionales dotadas con un haz de luz muy concentrado cubren esta necesidad. Las sombras también se prestan intencionadamente, pero con limitaciones, para marcar un determinado estilo: esbatimentos fuertes o ausencia de sombras difusas llaman así la atención como efectos luminosos especiales. Por tanto, las sombras pronunciadas, como las obtenidas por un modelado duro sobre un área pequeña, se pueden utilizar para producir efectos dramáticos intencionados. Deslumbramiento La solución está en una distribución armoniosa y equilibrada de luminancias, en la que los objetos que se ven, gracias a la misma, resaltan y destacan notoriamente de su entorno. Orientación en el local La correcta distribución de la luz y la existencia equilibrada de sombras es necesaria para la clara percepción (modelado) de las formas, por ejemplo, de la mercancía y estructuras de las superficies, que subrayan el efecto plástico de los productos expuestos y con ello una orientación fácil del cliente en el local. Considerando que el modelado es el equilibrio entre la luz difusa y la luz direccional, las sombras equilibradas con márgenes suaves garantizan buenas condiciones visuales. En las tiendas, en las que incide la luz natural, la dirección de la intensidad luminosa procedente de las luminarias debería coincidir con la dirección de la luz natural. Los criterios de modelado (capacidad de la iluminación para destacar formas y texturas) son de gran importancia en la iluminación de volumetrías en las tiendas y áreas comerciales. El deslumbramiento –apreciación subjetiva del grado de incomodidad o incapacidad experimentado en la visión– merma el rendimiento visual y contrarresta el confort visual, produce inseguridad y cansancio prematuro. Por eso se debe limitar el deslumbramiento (sensación producida por áreas brillantes dentro del campo de visión, por ejemplo, tanto en el local de venta como también en el escaparate) para no distraer la atención de los clientes y del personal. Se definen dos tipos de deslumbramiento: directo y reflejado. El deslumbramiento directo es el ocasionado directamente por las propias luminarias, insuficientemente apantalladas, debido a luminancias demasiado elevadas producidas por lámparas directamente visibles, o por la luz natural solar que incide de forma incontrolada a través de ventanas o lucernarios. Dicho deslumbramiento incomoda pudiendo llegar a incapacitar el campo visual del cliente en un edificio comercial, o de los trabajadores en un edificio de oficinas. Luminarias, lámparas o elementos luminosos en la línea de visión del cliente o del trabajador, deben tener un brillo controlado, de forma que se 213 recomienda que la luminancia para los ángulos de visión críticos (de 45 a 85º) sea inferior a 1.500 cd/m2. Para áreas con monitores de televisión o pantallas de ordenador se considera recomendable que las luminarias tengan una luminancia inferior a 500 cd/m2 para ángulos mayores de 65º tomados desde la vertical. Como se señala en la publicación CIE 117 de la Comisión Internacional de Iluminación, para cuantificar el deslumbramiento directo procedente de las luminarias, se utiliza el método de tabulación del índice de deslumbramiento unificado (UGRL), cuyos valores máximos se han adoptado en la norma UNE EN 12464-1. El deslumbramiento reflejado se produce, según el ángulo de incidencia, fundamentalmente en las superficies brillantes debido a la reflexión ocasionada por lámparas o luminarias con luminancias excesivamente altas. El brillo del deslumbramiento por reflexión puede atraer la atención, pero su exceso resulta tan molesto como el deslumbramiento directo. Además, el deslumbramiento reflejado reduce los contrastes que son imprescindibles para una visión inalterada y sin molestias. Para evitar reflexiones y deslumbramiento reflejado, por ejemplo, en las cajas informatizadas de un edificio comercial con pantalla de ordenador, son aplicables las prescripciones para puestos de trabajo equipados con pantallas de ordenador, que establece la norma UNE EN 12464-1. Equilibrio de luminancias Conocida la adaptación del ojo a niveles de iluminancia (lux) tan dispares como la luz solar de mediodía de verano, que puede llegar a 100.000 lux y los 0,5 lux que proporciona por la noche la luna llena, y que las iluminancias determinan sobre los productos iluminados luminancias nítidamente diferenciadas, el ojo, no obstante, necesita una adaptación al pasar de un nivel a otro, o lo que es lo mismo, de una luminancia a otra. 214 En un edificio o centro comercial, entre las mercancías y género situados en el campo visual, debe existir un adecuado equilibrio de luminancias, ya que si se sobrepasan los límites por exceso aparece el efecto de deslumbramiento, con el consiguiente deterioro de las prestaciones visuales y el bienestar. Si, por el contrario, no se alcanzan los límites por defecto, se produce monotonía y aumenta el esfuerzo del cliente para distinguir correctamente los objetos expuestos, incrementándose su fatiga. El valor de la luminancia se obtiene al multiplicar la iluminancia por el grado de reflexión de las superficies iluminadas. En el caso de superficies perfectamente difusas (L = ρ E/π), las luminancias (luminosidad o brillo) son uniformes desde cualquier dirección de observación, no dependiendo de la dirección de la iluminación. En el caso de superficies especulares –espejos y escaparates- la luminancia varía con la dirección de observación, el tamaño, posición e intensidad luminosa suministrada por la lámpara, así como con el grado de especularidad de la superficie vista. Se consigue una adecuada adaptación visual mediante idóneas relaciones o equilibrio de luminancias entre la tarea visual y su entorno. Los límites máximos recomendados son los siguientes: Tarea y alrededores inmediatos Tarea y fondo general Luminaria y entorno Dos puntos cualesquiera 5a1 15 a 1 30 a 1 50 a 1 Cuando las reflectancias de las superficies iluminadas no pueden ser seleccionadas, el control se debe realizar optimizando la orientación, posición y luminancia de las luminarias, así como la iluminancia sobre las distintas superficies. En el equilibrio de luminancias no sólo debe tenerse en cuenta la iluminación artificial, también la luz natural puede descompensarlo, de forma que cuando el nivel de luz natural sea excesivo se debe reducir con apantallamientos, toldos, cristales opales, persianas, etc. Po otra parte, no debe olvidarse que la reflexión de fuentes de luz en superficies transparentes o especulares, como espejos, escaparates y mostradores, puede causar deslumbramiento y la disminución de la visibilidad de los objetos expuestos. 4.3.3.2.3 La luz y el color La luz y el color determinan el ambiente de un local, produciendo en el observador reacciones psíquicas o emocionales. El color, en un edificio comercial, es uno de los medios más firmes para atraer, crear ambiente, guiar al cliente y estimular la venta. Aun cuando no existen normas permanentes para elegir un color apropiado para lograr un efecto determinado, pueden considerarse una serie de experiencias en las que se ha comprobado las sensaciones que producen en las personas determinados colores. Una de las primeras sensaciones es la de calor o frio, de ahí que se hable de “colores cálidos” y “colores fríos”. Los colores cálidos son los que en el espectro visible van desde el rojo al amarillo verdoso y los fríos desde el verde al azul, denominando “colores neutros” a los grises. Un color será más cálido o más frío de acuerdo con su tendencia hacia el rojo o hacia el azul, respectivamente. La claridad del color también tiene unos efectos psicológicos. Los colores claros animan y dan sensación de ligereza, mientras que los colores oscuros deprimen y producen impresión de pesadez. Por otra parte, cuando se combinan dos o más colores y producen un efecto agradable, se dice que hay una proporción y correspondencia entre ellos. La armonía de colores se produce, pues, eligiendo una adecuada combinación de colores que resulte agradable y hasta placentera para las personas. Composición espectral de la luz Se utiliza el término “espectro” para determinar todas las longitudes de onda que caracterizan una radiación electromagnética como es el caso de la luz. La característica que distingue las radiaciones visibles es fundamentalmente su longitud de onda. Sólo las radiaciones comprendidas entre longitudes de onda de 300 a 1.000 nm pueden ser percibidas por el ojo humano y, por tanto, cabría clasificarlas como radiaciones luminosas. Pero estos límites no son invariables, pues no todas las personas poseen la misma sensibilidad visual. En la mayoría de los casos, los límites de percepción sólo alcanzan desde 380 nm (violeta) hasta 760 nm (rojo). Estos límites no son absolutos dependiendo de diversos factores como la intensidad energética, el individuo y el grado de fatiga del ojo en el momento de la percepción. Las zonas del espectro visible correspondiente a los distintos colores son las siguientes: Violeta Azul Verde Amarillo Naranja Rojo 380 a 450 nm 450 a 490 nm 490 a 550 nm 550 a 590 nm 590 a 630 nm 630 a 760 nm Estos límites en las longitudes de onda para pasar de un color a otro no tienen un carácter absoluto, por cuanto dicho paso se efectúa de forma insensible. Las longitudes de onda de las radiaciones ultravioletas están comprendidas aproximadamente ente 10 y 380 nm, mientras que el dominio de las radiaciones infrarrojas se sitúa en el intervalo entre 760 y 106 nm, aproximadamente. Por otra parte, la sensibilidad del ojo humano no es la misma para radiaciones de distintas longitudes de onda, comprendidas dentro del espectro visible. La máxima sensibilidad tiene lugar en la llamada radiación de Langley, situada entre 500 y 600 nm, que corresponde al color amarillo verdoso. 215 Como consecuencia de la distribución espectral de las emisiones de una lámpara aparecen dos conceptos luminotécnicos, cuyos efectos deben ser claramente comprendidos y diferenciados. Éstos son: • (4.3.3) Si se opera se obtiene: Tono de luz o temperatura de color. En consecuencia: • (4.3.4) Reproducción cromática. 4.3.3.3. Valor de la eficiencia energética de la instalación (4.3.5) Por tanto: El valor de eficiencia energética (VEEI) es un índice que evalúa la eficiencia energética de una instalación de alumbrado interior de una zona o local (Ecuación 4.3.1). (4.3.1) Donde: VEEI: valor de la eficiencia energética de la instalación, en (W/m2) por cada 100 lux. W: potencia total instalada en lámparas más el consumo de los equipos auxiliares, en vatios. S: superficie iluminada, en m2. E: iluminancia media horizontal mantenida, en lux. Por otra parte, la iluminancia (E) en servicio con mantenimiento de la instalación, en función del flujo luminoso instalado (F) emitido por las lámparas, los factores de utilización de la instalación (Fm) y de mantenimiento (FU), así como de la superficie iluminada (S) es la siguiente: (4.3.2) Además, la eficacia luminosa de la lámpara se define mediante la expresión: 216 (4.3.6) El valor de la eficiencia energética (VEEI) mide el consumo de energía por cada 100 lux de iluminancia media y por m2 de superficie iluminada. A mayor VEEI más ineficiente será la instalación, de forma que la exigencia básica HE 3 del CTE establece unos valores límite o niveles máximos de VEEI. En todo caso, VEEI depende de la eficacia luminosa de las fuentes de luz ( ) del factor de utilización de la instalación ( ) y del factor de mantenimiento ( ), de forma que cuanto más elevados resulten estos parámetros, más eficiente será la instalación de iluminación, al resultar menor el consumo de energía. Factor de utilización Se define el factor de utilización (Fu) como la relación entre el flujo útil procedente de la luminaria que incide sobre la zona a iluminar y el flujo emitido por la totalidad de las lámparas instaladas en la luminaria. El tipo de curva de distribución de las intensidades luminosas determina el nivel de aprovechamiento de la luz emitida por la luminaria. Distintas tareas y dispares factores geométricos del local exigen diferentes distribuciones de luz, para optimizar la iluminación a la función requerida. El factor de utilización es función de los siguientes parámetros: • Características geométricas o índice del local (K): (4.3.7) Siendo: L: longitud del local. A: anchura del local. H: distancia del plano a iluminar a las luminarias. n • Rendimiento de la luminaria ( ). • Clase fotométrica de la luminaria (distribución espacial de la intensidad). • Modo de instalación de las luminarias en el local (implantación). • Factores de reflexión de las paredes, techo del local y plano útil iluminado. En función del índice del local (K), los valores medios del factor de utilización de la instalación son los mostrados en la Tabla 4.3.1. ÍNDICE DEL LOCALFactor de utilizaciónFactor de utilización (valores medios) * (intervalo) K > 1,5 Fu = 0,40 0,30 – 0,50 1,5 ≤ K < 3 Fu = 0,50 0,375 – 0,625 K > 3 Fu = 0,60 O,45 – 0,75 Tabla 4.3.1. Valores medios del factor de utilización (Aclaración: (*) Estos valores del factor de utilización pueden oscilar en un ± 25%). Los diagramas de distribución de la intensidad luminosa informan sobre la luminaria que mejor cumple los requerimientos deseados. Por tanto, el examen y valoración de dichos diagramas suministrados por los fabricantes constituyen la guía para elegir la luminaria más eficiente para la iluminación en estudio. Salvo en supuestos excepcionales, el factor de utilización de la instalación (Fu), en muy elevado porcentaje, casi siempre es inferior a la unidad. luminarias y superficies del local. (4.3.8) En consecuencia, el factor de mantenimiento (fm) es la cifra por la cual se debe dividir el valor recomendado de la iluminancia media en servicio a mantener, para obtener la iluminancia media inicial utilizada en los cálculos del proyecto de iluminación. Factor de mantenimiento El factor de mantenimiento (fm) es la relación entre la iluminancia media en servicio con mantenimiento de la instalación y la iluminancia media inicial, y, por tanto, es el producto de los tres factores de depreciación relativos a las lámparas, (4.3.9) En general, el factor de mantenimiento para un entorno limpio es fm = 0,8. Y, por tanto: 217 (4.3.10) En el caso de entorno medio fm = 0,55 y, para entorno sucio, fm = 0,30. La iluminancia proporcionada por la iluminación interior de los locales decrece a medida que la instalación funciona y se envejece. A este respecto, la exigencia básica HE 3 del CTE dispone que en el proyecto de iluminación se incluya un plan de mantenimiento que contemplará, entre otras, las acciones siguientes: • Operaciones de reposición de fuentes de luz con la frecuencia de reemplazamiento. • Limpieza de luminarias con la metodología prevista, así como de la zona iluminada, incluyendo en ambas la periodicidad necesaria. Este descenso del nivel de iluminancia se debe a: • Pérdida del flujo luminoso de las lámparas en el transcurso de su funcionamiento. • Fallo o extinción de algunas lámparas. • Ensuciamiento de las fuentes de luz y superficies ópticas de las luminarias. • Reducción de los factores de reflexión de las superficies del local. • Disminución de los factores de transmisión y de reflexión de los sistemas ópticos de las luminarias. • Agotamiento de las baterías o de las lámparas en el alumbrado de emergencia autónomo. La celeridad de este decrecimiento del valor de la iluminancia es función del entorno, de las condiciones de utilización y mantenimiento, así como de la antigüedad de la instalación. El valor inicial prácticamente puede recuperarse procediendo a la limpieza de las luminarias, zona iluminada y a la reposición de lámparas con cadencia adecuada. Todo ello exige establecer un acertado plan de mantenimiento que garantice en el transcurso del tiempo, tanto la eficiencia energética de la instalación, como la permanencia de los niveles de los parámetros luminotécnicos a los que más adelante se hará referencia. 218 Dicho plan de mantenimiento también deberá tener en cuenta los sistemas de regulación y control utilizados en las diferentes zonas. Eficacia luminosa de las fuentes de luz (Efl) Se adaptarán las fuentes de luz (lámparas y LED) de mayor eficacia luminosa Efl (lum/W) y larga duración de vida, fluorescentes tubulares de alto rendimiento, compactas de ahorro energético, con sus correspondientes balastos electrónicos, etc. Las lámparas, balastos y luminarias se ajustarán a lo dispuesto en el Reglamento (CE) 244/2009, así como en el Reglamento (CE) 245/2009, modificado por el Reglamento (CE) 347/2010, que implementan la Directiva 2009/123/CE que establece los requisitos de diseño ecológico. Valores límites de VEEI La prescripción esencial HE 3 del CTE dispone el establecimiento de niveles máximos o valores límite VEEI, según una clasificación en zonas englobadas en los dos grupos siguientes: • Grupo 1: Zonas de no representación o espacios en los que el criterio de diseño, la imagen o el estado anímico que se quiere transmitir al usuario con la iluminación, queda relegado a un segundo plano frente a otros criterios como el nivel de iluminación, el confort visual, la seguridad y la eficiencia energética. GRUPO ZONAS DE ACTIVIDAD 1 Zonas de no representación VEEI Límite Administrativo en general Andenes de estaciones de transporte Salas de diagnóstico Pabellones de exposición o ferias Aulas y laboratorios Habitaciones de hospital Zonas comunes Almacenes, archivos, salas técnicas y cocinas Aparcamientos Espacios deportivos Recintos asimilables a Grupo 1 no descritos en la lista anterior 3,5 3,5 3,5 3,5 4,0 4,5 4,5 5 5 5 4,5 En el Grupo 1, el VEEI límite o valor máximo, oscila entre 3,5 y 4,5, según el tipo de zona. Tabla 4.3.2. Límites de valor máximo (Grupo 1). • Grupo 2: Zonas de representación o espacios donde el criterio de diseño, imagen o el estado anímico que se quiere transmitir al usuario con la iluminación, son preponderantes frente a los criterios de eficiencia energética. GRUPO 2 ZONAS DE ACTIVIDAD Zonas de no representación VEEI Límite Administrativo en general Estaciones de transporte Supermercado, hipermercados y grandes almacenes Bibliotecas, museos y galerías de arte Zonas comunes en edificios residenciales Centros comerciales (excluidas tiendas) Hostelería y restauración Religioso en general Salones de actos, auditorios y salas de usos múltiples y convenciones, salas de ocio o espectáculo, salas de reuniones y salas de conferencias Tiendas y pequeño comercio Zonas comunes Habitaciones de hoteles, hoteles, etc. Recintos interiores asimilables a Grupo 2 no descritos en la lista anterior 6 6 6 6 7,5 8 10 10 10 10 10 12 10 En el Grupo 2, el VEEI límite o valor máximo varía entre 6 y 12, según el tipo de zona. Tabla 4.3.3. Límites valor máximo (Grupo 2). Los valores de VEEI límite incluyen la iluminación general y la iluminación de acento, pero no las instalaciones de iluminación de escaparates y zonas específicas. 219 4.3.3.4. Parámetros luminotécnicos De conformidad con la exigencia básica HE 3, para cada zona o local a iluminar se establecen los siguientes parámetros: • • • Iluminancia media E, en lux a mantener (valor mínimo). Índice de deslumbramiento unificado, UGRL (valor máximo). Índice de rendimiento de color, Ra (valor mínimo). Para ello se tiene en cuenta fundamentalmente, la norma UNE-EN 12464-1 “Alumbrado en zonas de trabajo interior”, así como la norma UNE-EN 12193 “Alumbrado en instalaciones deportivas”. Entre más de 270 zonas, tareas visuales, tipos de trabajo o actividades contemplados en la norma UNE-EN 12464-1, en la que se especifican los correspondientes valores mínimos de iluminancia media (E) a mantener y rendimiento de color (Ra), así como los niveles máximos de deslumbramiento (UGRL), se recogen, a titulo de ejemplo, los mostrados en la Tabla 4.3.4. Zonas, tareas visuales y tipos de trabajos o actividades Zona de circulación y pasillos Escaleras, muelles de carga Tiendas, zonas de venta Tiendas, zona de caja Tiendas, zona de almacén Espacios públicos, vestíbulos Zona de ventanillas Restaurantes y hoteles, zonas de recepción, caja y conserjes Cocinas Clases escolares de primaria y secundaria Sala de conferencias Sala de diseño industrial Sala de dibujo Laboratorio Iluminancia Media Deslumbramiento a mantener Molesto Valor Mínimo Valor Máximo (E) (UGRL) 100 150 300 500 100 100 300 300 28 25 22 19 25 22 22 22 40 40 80 60 80 80 80 80 500 500 22 19 80 80 500 750 500 500 19 16 16 19 80 80 80 80 Tabla 4.3.4. Parámetros luminotécnicos. 220 Rendimiento de Color Valor Máximo (Ra) En Tabla 4.3.5, se detallan los parámetros luminotécnicos en la iluminación interior de oficinas. Zonas, tareas visuales y tipos de trabajos o actividades Iluminancia Media Deslumbramiento a mantener Molesto Valor Máximo Valor Máximo (E) (UGRL) Clasificación de documentos, copias Lectura, escritura y tratamiento de datos Dibujo técnico Puesto de trabajo de CAD Salas de y conferencias Mostradores de recepción Archivos 300 500 750 500 500 300 200 19 19 16 19 19 22 25 Rendimiento de Color Valor Mínimo (Ra) 80 80 80 80 80 80 80 Tabla 4.3.5. Parámetros luminotécnicos en oficinas. Asímismo, además de diferentes observaciones, la norma UNE-EN 12464-1 dispone que, en los locales ocupados por los trabajadores de forma continua, la iluminancia media (E) a mantener no sea inferior a 200 lux. Los posibles deslumbramientos directos por luz natural o debidos a las propias luminarias, así como el deslumbramiento reflejado, se deben evitar siempre en las superficies de las pantallas de los ordenadores y en la mesa o tablero de dibujo. Además, las luminarias se deben disponer de forma tal que la luz no quede tapada por el propio dibujante. Por tanto, la dirección de la luz tiene mucha importancia. Por último, se logra una adecuada adaptación visual mediante apropiadas relaciones o equilibrios de luminancias entre la tarea visual y su entorno. 4.3.3.5. Sistemas de regulación y control De acuerdo con la prescripción esencial HE 3, las instalaciones de alumbrado interior, tienen que disponer para cada zona de un sistema de regulación y control con las siguientes condiciones: • Toda zona tendrá, al menos, un sistema de encendido y apagado manual, cuando no disponga de otro sistema de control, no aceptándose los sistemas de encendido y apagado en cuadros eléctricos como único sistema de control. • Las zonas de uso esporádico estarán dotadas de un control de encendido y apagado por sistema de detección de presencia o sistema de temporización. • Cuando arquitectónicamente resulte posible, se instalarán sistemas de aprovechamiento de la luz natural, que regulen el nivel de iluminación en función de la aportación de la luz solar. La Instrucción Técnica Complementaria ITCBT-51 del Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión aprobado por Real Decreto 842/2002, de 2 de Agosto, regulariza las instalaciones de sistemas de automatización, gestión técnica de la energía y seguridad para viviendas y edificios, también conocidos como sistemas domóticos. El campo de aplicación comprende, entre otros sistemas, el accionamiento de receptores de forma centralizada o remota, con excepción de aquellos sistemas independientes e instalados como tales. Se excluyen las instalaciones de redes comunes de telecomunicaciones en el interior de los edificios, 221 así como los sistemas de seguridad y protección contra incendios. La red de control del sistema domótico, debe integrarse con la red de energía eléctrica y coordinarse con el resto de redes con las que tenga relación, de forma que la instalación interior eléctrica y la red de control domótico están reguladas por el citado Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión. La red de control domótico puede realizarse bien mediante un cableado específico, por ondas portadoras acopladas a la red eléctrica de baja tensión o por señales radiales. Las redes de telefonía, televisión y tecnologías de la información están regladas por el Reglamento Regulador de Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones para el Acceso a los Servicios de Telecomunicación en el Interior de los Edificios, aprobado por Real Decreto 346/2011, de 11 de Marzo, que ha sido desarrollado por la Orden del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ITC/1644/2011, de 10 de Junio, aunque también están afectadas por el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión en lo referente a la seguridad eléctrica. Sistemas de automatización Los sistemas de automatización son aquellos que controlan aparatos o sistemas como la iluminación exterior de los edificios. Es de señalar que un reloj-programador simple de encendido/apagado o similar no puede evaluarse como un sistema domótico en si mismo, dado que aun cuando emita una orden de encendido o apagado, no recibe información externa ni procesa información alguna. No obstante, en el supuesto que el reloj programador esté integrado en un sistema de automatización, se considera parte del sistema domótico. Asimismo, cuando un alumbrado interior cuenta solamente con un sensor de presencia para evitar que la luz permanezca encendida sin ocupación del local, no puede valorarse como un sistema 222 domótico en si mismo. En el caso que se integre en un sistema más complejo, debe considerarse como parte del sistema domótico. En un sistema de automatización de la iluminación interior de un edificio el nodo es el ordenador o autómata que recibe las señales de los sensores de iluminación, mientras que el actuador es el regulador de la intensidad de la luz y el dispositivo de entrada son las células fotoeléctricas. Deben diferenciarse el sistema centralizado, en el cual todos los componentes se unen en un nodo central que dispone de funciones de control y mando, del sistema descentralizado en el que todos los componentes comparten la misma línea de comunicación, teniendo cada uno de ellos funciones de control y mando. La terminología complementaria a tener en cuenta en los sistemas de automatización es la siguiente: • Protocolo: Lenguaje de comunicación para controlar el intercambio ordenado de información entre dispositivos conectados a una red de comunicaciones, bien en un sistema central o entre si. • Bus (binary unit system): Línea de intercambio de datos a la que se pueden conectar gran cantidad de componentes (nodos, actuadores o dispositivos de entrada), permitiendo la comunicación entre éstos. El bus de comunicaciones se refiere al cable eléctrico sobre el que se transporta el protocolo. Puede ser bifilar y tener o no polaridad, existiendo también aquellos que suministran la tensión por un par de cables adicionales. Asimismo, hay buses que necesitan más de dos cables y algunos que incluso requieren de cable apantallado. El bus par a par es aquel en el que todos los controladores del bus tienen el mismo nivel de capacidad de software, y que comunican directamente entre ellos sin precisar un maestro de comunicaciones. • Topología: Término utilizado para definir la estructura de la red, así como la configuración del sistema y se refiere a la forma en la que el bus de comunicaciones podrá ser cableado. • Jerarquía: Significa que se dispone en el sistema de automatización de un controlador maestro, que gestiona a un conjunto de controladores esclavos y las comunicaciones de los mismos. • Soporte físico: Un protocolo puede circular sobre cable eléctrico específico (bus de comunicaciones), sobre cable de la red eléctrica mediante corrientes portadores por radiofrecuencia fibra óptica, etc. - Radiofrecuencia (RF): Transmisión de señal sin requerir de un medio físico, ni de alineación libre de obstáculos entre el emisor y el receptor, generalmente de frecuencia comprendida entre 3 KHz y 3 GHz. - Pasarela residencial: Elemento de conexión entre diferentes redes de una vivienda o un edificio (control domótico, telefonía, televisión y tecnologías de la información) a una red pública de datos, como por ejemplo Internet, efectuando en su caso la adaptación y traducción entre diferentes protocolos. La red de control domótico puede estar o no conectada a la pasarela residencial; en el caso de que esté conectada, el nodo puede desempeñar también las funciones de pasarela residencial (residential gateway). • Punto de acceso al usuario (PAU): Es el elemento en el que comienza la red interior de telecomunicación del domicilio del usuario, que permite la delimitación de responsabilidades en cuanto al origen, localización y reparación de averías. Se sitúa en el interior del domicilio del usuario. • Interfaz: Conjunto de circuitos y protocolos necesarios para conectar dos dispositivos. Por ejemplo, la impresora tiene un interfaz para comunicarse con el ordenador. Tipos de sistemas de automatización: De acuerdo en lo dispuesto en la Instrucción Técnica Complementaria ITC-BT-51 del Reglamento Electrotécnico para BajaTensión se pueden considerar tres tipos de sistemas de automatización: • Sistemas que utilizan en todo o en parte señales que se acoplan y transmiten por la instalación eléctrica de baja tensión, tales como sistemas de corrientes portadoras. • Sistemas que emplean en todo o en parte señales transmitidas por cables específicos para dicha función, tales como cables de pares trenzados, paralelo, coaxial y fibra óptica. • Sistemas que usan señales radiadas, tales como ondas de infrarrojo, radiofrecuencia, ultrasonidos, o sistemas que se conectan a la red de telecomunicaciones (sistemas domóticos que utilizan dicha red como soporte de transmisión de las señales domóticas, sean o no radiadas). Respecto a los requerimientos exigibles a las instalaciones, los nodos, activadores y dispositivos de entrada, deben cumplir las correspondientes exigencias de seguridad y compatibilidad electromagnética como la Directiva 2004/108/CE, así como la normativa que desarrolla dicha Directiva. Cuando estén incorporados en otros aparatos, en lo que resulta de aplicación, se tienen que ajustar a lo preceptuado para los productos en los que se integren. Se debe cumplir la norma UNE-EN 50090-22 relativa a las prescripciones de compatibilidad electromagnética y de seguridad aplicables a componentes y subsistemas de la red de control domótico. Cuando el sistema domótico esté alimentado por muy baja tensión o la interconexión entre nodos y dispositivos de entrada se ejecute en muy baja tensión, las instalaciones e interconexiones entre dichos elementos se adaptarán a lo dispuesto en la Instrucción Técnica Complementaria ITC-BT-36. Para el resto de los supuestos se seguirán las estipulaciones que son de aplicación a las tensiones ordinarias. 223 Las lámparas, equipos auxiliares y luminarias cumplirán lo establecido en los Reglamentos (CE) nº 249/2009, (CE) nº 245/2009 y su posterior modificación por el Reglamento (CE) nº 347/2010. Respecto a los sistemas que emplean señales que se acoplan y transmiten por la instalación eléctrica de baja tensión, los nodos que inyectan señales de 3 KHz hasta 148,5 KHz cumplirán lo determinado en la norma UNE-EN 50065-1 en lo relativo a compatibilidad electromagnética. Para el resto de frecuencias resultará de aplicación la norma armonizada en vigor. En lo referente a los sistemas que usan señales transmitidas por cables específicos para dicha función, sin perjuicio de las prescripciones que los fabricantes de nodos, activadores o dispositivos de entrada concreten para la instalación, cuando el circuito que transmite la señal transcurra por la misma canalización que otro de baja tensión, el nivel de aislamiento de los cables del circuito de señal será equivalente a la de los cables del circuito de baja tensión adyacente, bien en un único o en varios aislamientos. Los cables coaxiales y los pares trenzados utilizados en la instalación serán de características equivalentes a los cables de las siguientes normas: • UNE-EN 61196: Cables de radiofrecuencia. • UNE-EN 212002: Cables y conductores aislados de baja frecuencia con aislamiento y cubierta de PVC. Para los sistemas que para su funcionamiento se sirvan de señales radiadas, adicionalmente deberán ajustarse a la legislación vigente correspondiente al “Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias de Ordenación de las Telecomunicaciones”. En la gestión de la iluminación interior se considera un grado de automatización básico, el detector de presencia para control de la iluminación en zonas de paso. El grado de automatización en la gestión del alumbrado se evalúa normal con los siguientes dispositivos: • Detector de presencia para control de la iluminación en zonas de paso. • Regulación luminosa en salas con elección de ambientes de iluminación predefinidos. • Control de los puntos de luz (mínimo un 80%). 4.3.3.5.1. Sistemas de gestión de alumbrado interior Una vez decidida la tecnología de regulación y sistema de gestión del edificio, la elección del protocolo de comunicaciones determinará la topología del cableado, el tipo de bus o línea de transmisión, la velocidad de comunicación, la posibilidad de utilizar distintos soportes físicos, quedando fijado el potencial del propio sistema de gestión. Entre los modos de control o formas de actuación sobre los diferentes aspectos del entorno de trabajo en un edificio de usos terciarios, que puedan efectuarse de manera separada o combinada, se encuentran la detección de movimiento, la regulación en función de la luz natural, la regulación mediante nivel de iluminancia constante, el control horario y por fechas, así como el registro de horas de activación. En el sistema de gestión del alumbrado las luminarias se agrupan en circuitos que se conectan a una salida del módulo de control, de forma que dicha salida controla el encendido/apagado y regulación de las luminarias del circuito. Aun cuando es posible elegir el número de luminarias por circuito en función de los requisitos de flexibilidad del diseñador, se suele utilizar una luminaria en cada circuito o salida, al objeto de disponer de la máxima flexibilidad. En este último caso, el ajuste de la iluminación 224 en una zona debido a una nueva distribución del espacio resulta bastante fácil y no requiere cambio costoso en el cableado. La referida flexibilidad alcanza un mejor aprovechamiento con el protocolo DALI cuando se utilizan balastos electrónicos para fluorescencia. Enlazar luminarias concretas a otras luminarias para que se controlen conjuntamente se suelen usar en pasillos y vías de escape, para asegurar que siempre permanezcan encendidas mientras lo estén las luminarias de la oficina o del local iluminado. Puede vincularse el sistema de gestión de alumbrado a otros sistemas de gestión del edificio, generalmente a través de una integración total entre sistemas. De esta forma mediante un bus de comunicaciones común, los sistemas pueden intercambiar información para controlar el alumbrado en función de otros servicios, como seguridad, sistemas contra incendios, accesos, grupo electrógeno, etc. Los sistemas que controlan el nivel de iluminación o de luz son los que se utilizan más habitualmente. El control automático de la iluminación interior puede basarse en uno o varios criterios: • La luz artificial se controla por la cantidad de luz natural disponible (aportación de luz natural). Corresponde a los denominados sistemas de control en respuesta a la luz natural. • Ausencia de personas, de forma que la luz artificial se apaga automáticamente en salas o locales sin ocupar. • En función del tiempo (encendidos y apagados automáticos de la luz a horas previamente fijadas). Considerando la posición del detector, los sistemas de regulación del flujo luminoso se dividen en sistemas de control de bucle abierto y bucle cerrado. El primero de ellos es un sistema de control predeterminado que mide la iluminancia en el tejado o fachada como nivel de luz natural, o una luminosidad relacionada con la luz natural y que, en función de ésta, controla el alumbrado artificial empleando algunos algoritmos predeterminados. Respecto al de bucle cerrado, se trata de un sistema de control con realimentación, que mide el nivel de luminosidad completo (suma de la luz natural más la luz artificial) del lugar de trabajo, en distintas zonas del local, procediendo a regular el alumbrado artificial en función de esta suma. Cuando la regulación del flujo luminoso se lleva a cabo proporcionalmente al nivel de luz medido o el nivel de luz total de la sala, se trata de sistemas de regulación proporcionales. Sistemas de soportes constantes son aquellos en los que la regulación del flujo luminoso se efectúa de tal modo que resulte constante la suma de los niveles de luz natural y artificial. Los sistemas de soporte constante son siempre sistemas de bucle cerrado. En un sistema de control tiene importancia su modularidad, entendiendo por tal la posibilidad de instalar un sistema de forma escalonada, desde el módulo más básico hasta el más completo, de forma que en su caso, se pueda integrar con el resto de instalaciones de un edificio. Control y regulación de la iluminación La idónea gestión de la iluminación proporciona la luz adecuada en el lugar y en el momento correcto. El control y la regulación automáticos de la iluminación de un local de trabajo o de venta garantiza diversas ventajas importantes: alta flexibilidad, adaptación de la iluminación a diferentes tareas visuales, efectos de iluminación dinámicos y especiales y, a mayor abundamiento, lograr una buena eficiencia energética de la instalación y, consecuentemente, un ahorro de costes. La gestión de la iluminación debe tener en cuenta, entre otros: • Los periodos y las tasas de ocupación de la zona o local. • La luminosidad exterior. 225 La gestión puede ser general, por zonas o locales; y son diferentes, no implicando la utilización del mismo material ni iguales inversiones. regulador especial adaptado al comportamiento de los transformadores durante el proceso de regulación del flujo luminoso de las lámparas. Por lo general, es requisito básico del control de luz, que las luminarias estén conectadas en grupos y que se puedan regular. Una regulación de la iluminación, indistintamente si se efectúa manualmente, por medio de temporizadores o por ordenador, solo es factible si la instalación ha sido planificada y diseñada de acuerdo con las necesidades del local o edificio que se ilumina. Las lámparas conectadas a transformadores electrónicos sólo se pueden regular con dimmers de entrada o de salida de fase, debiéndose tener en consideración las instrucciones facilitadas por el fabricante. Las posibilidades en la gestión de la iluminación son múltiples y van desde dispositivos reguladores del flujo luminoso, hasta sensores de movimiento, de luminosidad, y sistemas automatizados por ordenador con eventos luminosos previamente programados que permiten cambios en la iluminación para crear ambientes diversos. Los sistemas de control y regulación admiten efectuar encendidos selectivos y regular el flujo emitido por las luminarias y, en consecuencia, el nivel de iluminación durante periodos determinados, según la actividad a desarrollar. Sensores Los sensores de luminosidad permiten el montaje de instalaciones de iluminación reguladas. Teniendo en cuenta, en cada caso, la parte de luz natural, mediante los sensores de luminosidad se mantienen los niveles de iluminación programados. Los sensores de luminosidad son componentes claves para los sistemas de regulación de la iluminación en función de la luz solar como, por ejemplo, en los escaparates de las tiendas. Estos sistemas comparan la luz solar existente, con los registros programados con los niveles óptimos, de forma que conectan o desconectan luminarias cuando las desviaciones persisten durante un tiempo determinado. Regulación de lámparas fluorescentes El balasto electrónico (BE) regulable asociado a las lámparas fluorescentes, para la regulación de este tipo de lámparas, establece la frecuencia de forma variable en la parte de alta frecuencia de las lámparas fluorescentes. De esta manera, se baja el flujo luminoso y el consumo de las lámparas fluorescentes mediante regulación sin escalonamientos de modo continuo. Regulación de lámparas halógenas Regular lámparas halógenas de 230 V no es ningún problema con reguladores o dimmers de entrada de fases. Las lámparas halógenas de baja tensión que operan a través de un transformador convencional o un transformador de núcleo anular, necesitan un 226 Los sensores de movimiento o receptores de infrarrojos reaccionan a las invisibles radiaciones infrarrojas (IR) de calor emitidas por las personas en movimiento. Están dotados de un rango individual de ajuste e iluminación activa, con una preselección a lo largo del tiempo. Instalados, por ejemplo, en la parte exterior del escaparate de la tienda, los sensores de movimiento permiten proporcionar una iluminación adicional cuando es necesaria, al tiempo que crea un efecto sorpresa para el paseante. Además, aseguran la luz idónea para disuadir a los delincuentes por la noche. Combinación de los elementos de gestión Los distintos elementos de control y regulación de la luz pueden combinarse de la forma siguiente: • Selección de escenas de luz para diferentes lugares y actividades. • Conexión de la iluminación por medio de sensores de movimiento en función del control de presencia accionado: conexión inmediata, desconexión desfasada o regulación. • Regulación del nivel de iluminación en función de la luz natural, accionando la desconexión parcial de luminarias o activando las regulaciones de flujo luminoso, como es el caso de grandes centros comerciales con muchos puntos de luz mediante: • Sensores de luminosidad en luminarias individuales. • Sensores de luminosidad en el local. múltiples maneras. La condición para la instalación del sistema BUS, es la implantación de aparatos adaptados y equipados con la electrónica correspondiente (también las luminarias). Asimismo, se precisa que el sistema sea uniforme y a la vez abierto, que no dependa de desarrollos específicos de empresa y que, por otra parte, facilite a todas las compañías la posibilidad de fabricar aparatos compatibles con este sistema. Para asegurar estas condiciones, se ha fundado la Asociación Europea de Instalaciones BUS (European Installation BUS Asssociation – “EIBA”), que determina las normas técnicas correspondientes para el sistema y los aparatos conectados, establece las prescripciones de calidad, así como los métodos de verificación. • Sensores de luminosidad en el exterior. Los componentes de control y de regulación que contiene el sistema de gestión de la iluminación están integrados en las luminarias o se definen para un local o para un grupo de locales. Tecnología de gestión de sistemas de edificios La tecnología de gestión de los sistemas de instalaciones en edificios ofrece el máximo nivel de flexibilidad y de regulación denominada “inteligente”. Todas las instalaciones técnicas de los edificios, como la iluminación, persianas y parasoles, instalación de climatización (aire acondicionado y calefacción) o la técnica de seguridad, están conectadas, a través de una red de BUS. Al estar la inteligencia instalada en los aparatos finales, la red de BUS de un edificio no necesita ningún control centralizado costoso. Los sensores, como barrera de infrarrojos, sensores de luminosidad o receptores de infrarrojos, captan señales y situaciones desde el exterior. Estas informaciones son transmitidas a través de la red de BUS y atendidas por el destinatario correspondiente en cada caso como, por ejemplo, las luminarias. Fijando los sensores y los receptores, se pueden programar los controles y las regulaciones de Los instrumentos, equipamiento y los componentes adecuados para el sistema uniforme EIBA – BUS, están identificados por medio del distintivo “EIB”. El protocolo europeo DALI puede integrarse en el EIB. Por tanto, también es posible, por ejemplo, programar que las persianas o paralúmenes de las ventanas bajen automáticamente, mientras que al mismo tiempo suba el nivel de iluminación a la medida necesaria. DALI (Digital Addressable Lighting Interface) es un protocolo europeo que está adaptado especialmente a las exigencias de instalaciones de iluminación modernas: un sistema para la gestión de iluminación “inteligente” de fácil aplicación, económicamente rentable y con la opción, en caso de necesidad, de integrar DALI a través de módulos de interfaz en la tecnología de edificios con EIB o LON (Local Operating Network). 4.3.3.6. Iluminación de edificios de viviendas Se trata del denominado dominio residencial, tanto individual como colectivo. 227 Tal y como se ha indicado con anterioridad, la exigencia básica HE 3 del CTE, excluye de su ámbito de aplicación las instalaciones de iluminación en interiores de viviendas. No obstante, se dispone que en el proyecto se justificarán las soluciones adoptadas, en su caso, para el ahorro de energía en la instalación de alumbrado interior. En ese sentido, seguidamente se desarrollan las actuaciones que se deben contemplar en el diseño de las instalaciones de alumbrado interior en edificios de viviendas, con la finalidad de que resulten eficientes energéticamente. En el dominio residencial el alumbrado representa el 16% del consumo eléctrico específico (sin considerar la calefacción y el agua caliente sanitaria) de la vivienda, que constituye para los particulares una fuente reconocida de mejora del hábitat. En la actualidad, gracias a la mejora de la eficacia luminosa de las fuentes de luz (lámparas y LED) en relación a la débil eficacia y corta vida de la incandescencia, se puede al mismo tiempo reducir el consumo eléctrico de la iluminación y mejorar la calidad y cantidad de luz artificial disponible. Un sistema de alumbrado optimizado en la vivienda se consigue mediante la asociación de fuentes de luz eficaces con un sistema de gestión que comprenda el control y regulación automática para la instalación, de forma que permita responder a las diferentes necesidades de los usuarios. Sistemas de alumbrado residencial Comprende el conjunto fuentes de luz – luminaria, compatibilidad de las fuentes de luz – sistema de gestión de la iluminación, así como el control y regulación automática del alumbrado. previamente programados, que permiten cambios en la iluminación para crear ambientes diversos. Conjunto fuentes de luz – luminaria Al margen del interés decorativo de la luminaria, que tiene su trascendencia, la calidad del conjunto fuentes de luz – luminaria se caracteriza por su capacidad de restituir, difundir, repartir o distribuir la luz. En este caso, es importante tener en cuenta la eficacia luminosa de la fuente de luz (lámpara o LED) definida en lúmenes por vatio (lm/W), su capacidad para proporcionar un color verdadero a los objetos y a las personas, con un índice de rendimiento de color IRC superior a 80, un ambiente de luz ni muy amarillo ni demasiado azul, es decir, con una temperatura de color comprendida entre 2.800 K y 4.000 K. Pero también se necesita elegir luminarias con rendimientos adecuados que repartan y distribuyan la luz eficazmente hacia las zonas deseadas. La adopción de estas consideraciones permite obtener una instalación de iluminación eficiente en el consumo de energía eléctrica y que al tiempo respete las necesidades de alumbrado demandadas por los usuarios (cantidad de luz, ambiente confortable, etc.). El conjunto fuentes de luz – luminaria deberá cumplir los niveles siguientes: • Alumbrado general: eficacia luminosa ≥ 65 lm/W. • Alumbrado de apoyo o acentuación: eficacia luminosa ≥ 40 lm/W. • Índice del rendimiento de color ≥ 80. Las posibilidades en la gestión de la iluminación son múltiples y van desde dispositivos reguladores del flujo luminoso, hasta sensores de movimiento o detectores de presencia, sensores de luminosidad, así como sistemas automatizados por ordenador incluso, en su caso, con efectos luminosos 228 Compatibilidad fuentes de luz – sistema de gestión de la iluminación Ciertas fuentes de luz (lámparas, fluorescentes, LED, etc.) funcionan gracias a un dispositivo eléctrico que puede estar instalado en el casquillo de la lámpara o en la luminaria. la compatibilidad entre dichas fuentes de luz y el sistema de gestión. Si se desea efectuar el control y regulación de estas fuentes de luz mediante un sistema de gestión automático del alumbrado, es necesario asegurarse Para la regulación del flujo luminoso de las lámparas, las fuentes de luz que no lo permitan deben indicarlo en su embalaje. Tipos de Fuentes de luz Clase de eficiencia energética (marcada en el embalaje) Compatibilidad con un sistema de gestión Halógenas baja tensión (BT: 230 V) C Si Halógenas muy baja tensión (TBT: 12 V)B ó C Si Fluorescentes compactas LEDAA verificar (indicado en el embalaje) Tabla 4.3.6. Principales fuentes de luz utilizadas en viviendas. Gestión automática de la iluminación La gestión automática del alumbrado permite encender automáticamente la iluminación cuando resulta necesario (presencia, movimiento, luminosidad natural insuficiente, etc.) y apagarla, asimismo, de forma automática (ausencia de movimiento, luminosidad natural suficiente, interruptor horario, etc.). 229 En todos los casos el usuario conserva siempre la posibilidad, en caso de necesidad, de realizar el encendido o apagado de forma manual. Ejemplos de sistemas que permiten controlar el consumo eléctrico debido a la iluminación son los siguientes: • Interruptores automáticos o con programadores y en función de un umbral de luminosidad. Para la bodega, el vestidor, el estudio de bricolaje, cuartos de baño, etc. • Reguladores en los cuartos de los niños o de los padres y en el salón. • Sensores de movimiento o de presencia en las escaleras. Estas soluciones se pueden utilizar con el conjunto de fuentes luminosas (lámparas incandescentes, halogenuros, fluocompactas, LED), disponibles bien empotradas o salientes, para uso interior y exterior. Estas soluciones: La sustitución de luminarias ineficaces por luminarias eficientes proporcionando el mismo servicio, o la instalación de detectores o sensores de presencia en sitios adecuados, todavía permiten aumentar las mejoras en el consumo energético. En una economía de eficiencia energética, la reposición de fuentes de luz y luminarias consumidoras de energía por otras de alta eficiencia energética, es prioritario respecto a la instalación de un sistema de control automático. Las ganancias en confort, calidad y cantidad de luz generadas por sistemas de alumbrado eficientes, no se cuantifican en el exclusivo enfoque energético. 4.3.3.6.1 Alumbrado interior en zonas comunes de edificios de viviendas El dimensionamiento de las instalaciones de alumbrado interior de los espacios comunes de las comunidades de propietarios, se ajustará a las directrices establecidas en los apartados 4.3.3 y 4.3.3.9. • Son simples. • Fáciles de instalar (en nueva edificación y/o en renovación). • No necesitan trabajos pesados sobre la construcción. • Mejoran la eficiencia energética de la vivienda y facilitan la vida de los ocupantes. En cuanto a los beneficios potenciales, la evaluación de las ganancias debidas a la puesta en servicio de soluciones de alumbrado económico, depende de la instalación existente. Una instalación compuesta exclusivamente por lámparas incandescentes, que se sustituyen por fuentes de luz de ahorro energético (lámparas fluorescentes o LED) genera una economía en el consumo de energía eléctrica superior al 50%. 230 Se adoptarán las fuentes de luz, lámparas y LED de mayor eficacia luminosa (lm/W) y larga duración de vida, fluorescentes tubulares de alto rendimiento y compactas de ahorro energético, con sus correspondientes balastos electrónicos, LED, etc. En zonas comunes interiores de presentación como, por ejemplo, portales podrán instalarse lámparas incandescentes halógenas, siempre y cuando los valores de eficiencia energética (VEEI) no superen los valores máximos o límite establecidos seguidamente. El valor de eficiencia energética de las instalaciones de iluminación de las zonas comunes interiores de no representación (zonas de paso en sótano, locales de instalaciones técnicas, etc.), en edificios de viviendas será como máximo o VEEI límite el siguiente: VEEI = 4,5 (W/m2) por cada 100 lux En el caso de aparcamiento o garajes, el valor límite o máximo de eficiencia energética de las instalaciones de iluminación será el siguiente: Respecto a los sistemas de control y regulación se adoptarán para las lámparas fluorescentes, incandescentes, halógenas y LED, los sistemas indicados en el apartado 4.3.3.5. VEEI = 5 (W/m2) por cada 100 lux El valor de eficiencia energética de las instalaciones de iluminación de las zonas comunes interiores de representación (portal, escaleras, rellanos, pasillo, etc.), en edificios de viviendas será como máximo o VEEI límite el siguiente: VEEI = 7,5 (W/m2) por cada 100 lux Las pérdidas en equipos y lámparas serán como máximo las determinadas en los Reglamentos (CE) nº 244/2009, nº 245/2009 y su posterior modificación nº 347/2010 que implementan las Directivas 2005/32/CE y 2009/125/CE que deroga la anterior. Las lámparas, equipos y luminarias cumplirán lo dispuesto en los referidos Reglamentos (CE). Se sectorizarán los interruptores de alumbrado de escaleras, rellanos, pasillos, garaje, etc., y se preverán sensores de presencia o pulsadores asociados a temporizadores, para evitar que se enciendan a la vez todas las lámparas. En los locales donde pueda aprovecharse la luz diurna se instalarán sensores de luminosidad. El mantenimiento de las instalaciones de alumbrado interior se adaptará a lo preceptuado al respecto en los apartados 4.3.3 y 4.3.3.9. Parámetros Luminotécnicos: Los parámetros luminotécnicos de la iluminación interior de los espacios comunes de los edificios de viviendas se ajustarán a los valores reflejados en la Tabla 4.3.7. Los factores de utilización (Fu) y de mantenimiento (fm) de la instalación serán los mayores posibles. Tipo de interior y actividad Em(lux) UGRL Ra Observaciones Portal Zona ascensores Escaleras y pasillos Rellanos Garajes • Rampas acceso • Calles circulación • Áreas de aparcamiento Salas de instalaciones térmicas Zonas circulación sótanos Almacenes 300 300 150 200 22 22 25 25 80 80 80 80 100 lux por la noche 300 75 75 150 100 100 25 25 - 25 28 25 20 20 20 80 40 60 200 lux recomendados 75 lux por la noche (se deben reconocer los colores de seguridad) Tabla 4.3.7 Valores de parámetros luminotécnicos: luminación interior de espacios comunes en edificios de viviendas. 231 4.3.3.7. Alumbrado interior en el dominio del sector terciario Comprende la iluminación de los edificios correspondientes al sector terciario, contemplando las diferentes zonas, tareas visuales y tipos de trabajos o actividades a desarrollar. Al objeto de que las instalaciones de alumbrado interior sean eficientes energéticamente, los valores mínimos de iluminancia media (E) y de rendimiento de color (Ra), así como el nivel máximo del deslumbramiento molesto o índice de deslumbramiento unificado (UGRL), se ajustarán a lo establecido en las distintas zonas para cada tipo de trabajo o actividad en las normas UNE-EN 12464-1 “Alumbrado en zonas de trabajo interior”, así como en la norma UNE-EN 12193 “Alumbrado en instalaciones deportivas”, tal y como se ha puesto de manifiesto en el apartado 4.3.3.4. Los niveles máximos o valores límite de VEEI, cumplirán lo dispuesto en la exigencia básica HE 3 del CTE, sin superar para el Grupo 1 (zonas de no representación) y el Grupo 2 (zonas de representación) los valores VEEI límite, tal y como se ha expuesto en el apartado 4.3.3.3. Para ello, se deberá elaborar un idóneo proyecto de alumbrado interior de acuerdo con las directrices reseñadas en el apartado 4.3.3.9, dado que el ahorro en la energía consumida por la referida instalación pasa por la calidad del proyecto de iluminación, que deberá considerar la implantación de un material eficiente en lo que concierne a las fuentes de luz (lámparas y LED), como a los equipos auxiliares y luminarias, así como un sistema de gestión que tenga en cuenta un control y regulación que se adapte adecuadamente a cada zona iluminada. Las lámparas, equipos auxiliares y luminarias deberán cumplir lo determinado en el Reglamento (CE) nº 245/2009, de 18 de Marzo, Requerimientos de diseño ecológico para lámparas fluorescentes sin balasto integrado, para lámparas de descarga de alta intensidad y para balastos y luminarias que puedan funcionar con dichas lámparas; y su posterior modificación por el Reglamento (CE) nº 232 347/2010, de 21 de Abril, que implementan la Directiva 2005/32/CE y Directiva 2009/125/CE que deroga la anterior. Además, una instalación de alumbrado interior optimizada incluye un conjunto de fuentes de luz – luminaria de elevadas prestaciones, asociado a un aparellaje de alimentación electrónico que, si la utilización del espacio lo justifica, permite el control y mando automático vía detector de presencia/ movimiento y, en su caso, tener en cuenta de forma continua la luz natural, ajustando permanentemente la iluminación artificial para que proporcione únicamente el complemento de luz necesario para alcanzar el nivel de iluminancia deseado en la zona de trabajo. Conjunto fuentes de luz-luminarias: La calidad del conjunto fuentes de luz-luminarias se caracteriza por la consideración que tiene en cuenta, por una parte, los criterios de ergonomía y de salud visual (nivel de iluminancia y uniformidad suficientes, ausencia de deslumbramiento, etc.) y, por otra parte, los consumos de energía eléctrica. La renovación de instalaciones antiguas en la rehabilitación de edificios permite mejorar estos dos aspectos importantes al mismo tiempo. Ello exige en la elección de fuentes de luz (lámparas y LED) sopesar los tres criterios que debe proporcionar el fabricante: • La eficacia luminosa que especifica la cantidad de luz (en lúmenes) emitida por la fuente de luz para cada vatio de energía eléctrica consumida. • El rendimiento de color de la fuente de luz o capacidad para ofrecer un verdadero color a los objetos y las personas. • La temperatura de color que fija el ambiente luminoso que el autor del proyecto desea crear, por ejemplo, luz cálida, dulce e íntima un poco amarilla (2.800 K a 3.500 K), o luz fría, intensa y dinámica, más bien azulada (4.500 K a 6.000 K), o neutra comprendida entre las dos anteriores. Pero también se hace necesario seleccionar luminarias de elevados rendimientos que distribuyan y repartan eficazmente la luz emitida por las lámparas hacia las zonas que se desean iluminar. sistemas de gestión global del alumbrado de un espacio. La adopción en el proyecto de iluminación y en su posterior ejecución de estos criterios, permite conseguir una instalación de alumbrado interior eficiente en el consumo de energía eléctrica, cuyo buen rendimiento limita la cantidad de luz perdida, al tiempo que respeta las necesidades de iluminación demandada por los usuarios (cantidad de luz, ambiente confortable, etc.). Los sistemas de mando deben ser compatibles con las fuentes de luz y luminarias que se van a instalar. Se recomienda que el conjunto de fuente de luz – luminaria cumpla los valores mínimos siguientes: • Alumbrado general: eficacia luminosa ≥ 65 lm/W. Los detectores pueden estar integrados en cada luminaria o bien en una luminaria maestra que mande sobre las otras. También pueden ser implantados separadamente de las luminarias a nivel de local o de planta. • Alumbrado de apoyo o acento: eficacia luminosa ≥ 40 lm/W. Los detectores son compatibles con los sistemas de control centralizado del edificio. • Índice de rendimiento de color ≥ 80. Un sistema de detección de presencia y/o de regulación de la iluminancia en función de la luz natural lleva a cabo de forma automática el encendido, apagado y variación de la cantidad de luz. 4.3.3.7.1. Sistemas de alumbrado terciario • Rendimiento de la luminaria ≥ 55% con distribución de la luz directa o directa-indirecta. Aparellaje de alimentación: Para las lámparas fluorescentes, solamente los balastos electrónicos clase A1 ó A1 BAT permiten la instalación de sistemas de regulación de la luz manuales o automáticos, así como ocasionalmente Tipos de fuentes de luz Sistemas de mando: Todas las lámparas, salvo algunas fluocompactas y de descarga de alta intensidad, pueden dotarse de un sistema de detección y/o de regulación del flujo luminoso. Cuando se proceda al cambio de lámparas, resulta conveniente comprobar que el fabricante indique esta posibilidad de detección y/o regulación. Aparellaje regulable asociado Halógenas baja tensión (BT: 230 V) Regulador o dimmer Convertidor electrónico (20 a 25% menor Halógenas muy baja tensión (TBT: 12 V) consumo energético que un transformador) + regulador Fluocompactas de integraciónBalasto electrónico variable numérico o analógico Tubos fluorescentes T5 ó T8Balasto electrónico variable numérico o analógico Lámparas de descarga de vapor deBalasto electrónico variable numérico o analógico sodio a alta presión sobre ciertas potencias Lámparas de descarga de halogenurosBalasto electrónico variable sobre ciertas potencias metálicos (cerámica) a reserva de las características técnicas de las lámparas Sistema LEDAparellaje electrónico Tabla 4.3.8. Principales fuentes de luz utilizadas en el sector terciario. 233 Los equipos auxiliares para lámparas fluorescentes darán cumplimiento al Reglamento (CE) nº 245/2009 y su posterior modificación por el Reglamento (CE) nº 347/2010 que, aún cuando deroga la Directiva 2000/55/CE (Directiva de balastos), constituye una ampliación y revisión de la misma. La diferencia entre la Directiva 2000/55/CE y los Reglamentos (CE) nº 245/2009 y 347/2010 estriba fundamentalmente, en que el índice de eficiencia energética (IEE) no se basa en la potencia del sistema como sucedía en la Directiva de balastos, sino en la eficiencia del balasto; de esta manera la potencia de la lámpara se divide por la potencia del sistema. En el caso de rehabilitación de edificios se recomienda sustituir las lámparas T10 y T12 por lámparas T8, con un rendimiento de color Ra>80, así como llevar a cabo cualquier renovación utilizando balastos A1 BAT, A2 y A2 BAT, lámparas de vapor de sodio a alta presión y de halogenuros metálicos de elevado rendimiento, así como luminarias eficientes de nuevo diseño que operen con balastos electrónicos. Las luminarias deben ajustarse a lo determinado en la Directiva de Baja Tensión 2006/95/CE y Directiva de compatibilidad electromagnética 2004/108/CE. En lo que atañe a lo propuesto por el Reglamento (CE) nº 245/2009, modificado por el nº 347/2010 en los Anexos V, VI y VII en referencia a las luminarias, se trata de criterios de referencia indicativos proporcionados a efectos informativos y, por tanto, carecen de la consideración de prescripciones obligatorias. Los factores de depreciación del flujo luminoso y los de supervivencia para lámparas de vapor de sodio a alta presión y de halogenuros metálicos, satisfarán los valores mínimos establecidos en los mencionados Reglamentos (CE). 234 4.3.3.7.1.1. Accionamiento automático del alumbrado Los detectores de presencia permiten apagar o encender las fuentes de luz instaladas en las luminarias, así como variar automáticamente el nivel de iluminancia en función de la ocupación del local, e igualmente responder a ciertos retrasos o esperas en términos de seguridad. Las células fotoeléctricas o emisoras de luminosidad mantienen en una zona el nivel de iluminancia escogido teniendo en cuenta la luz natural, de forma que los ahorros en el consumo de energía eléctrica se producen porque el alumbrado artificial solamente funciona para suministrar la cantidad de luz necesaria para complementar el alumbrado natural. Detector de presencia: • Nivel de servicio: Encendido/apagado automático (encendido progresivo o no, según la utilización del local). • Aplicación: Locales de utilización intermitente, pasos de circulación, etc. Célula fotoeléctrica: • Nivel de servicio: Mantiene un nivel de iluminancia constante en la zona iluminada (con ahorro energético al considerar las aportaciones de la luz natural). • Aplicación: Todos los locales que puedan beneficiarse de la luz natural. Detector de presencia + célula fotoeléctrica: • Nivel de servicio: Combinación de los dos automatismos. • Aplicación: Locales terciarios. 4.3.3.7.1.2. Gestión de la iluminación ambiental Los sistemas de gestión de la iluminación ambiental ofrecen la posibilidad de tener programados varios escenarios que el usuario puede activar simplemente o modificar según las necesidades. Programador: Nivel de servicio: Secuencias diarias, semanales, mensuales y anuales. Gestor de ambientes o de escenarios: Nivel de servicio: Planteamiento de ambientes luminosos y escenarios programados previamente. Se recomienda la gestión de la iluminación ambiental en los siguientes locales: • Salas de reunión y de exposición. • Vestíbulos. • Vitrinas. • Escaparates. • Tiendas y comercios. • Salas polivalentes. 4.3.3.7.1.3. Gestión centralizada de la iluminación Permite el control, mando y gestión de la instalación de alumbrado interior en los periodos de tiempo previstos. También faculta para conocer el estado de los consumos eléctricos de la instalación interior del conjunto del edificio y puede integrarse en un sistema de gestión técnica del edificio. Gestión del alumbrado de un edificio en red. Sistema DALI: Facilita una gestión óptima de la iluminación interior. Las luminarias están conectadas en red para la creación de ambientes luminosos. El encendido, apagado y la variación del alumbrado se efectúa mediante un accionamiento numérico que propicia una óptima gestión de la luminosidad (nivel de iluminancia constante). Nivel se servicio: Puesta en red de las luminarias con su equipamiento (fuentes de luz y aparellaje auxiliar) para el control y supervisión de la iluminación, configuración programada que facilita la explotación y mantenimiento de la instalación. La gestión centralizada de la iluminación se recomienda en los locales siguientes: • Edificios de oficinas. • Grandes conjuntos hoteleros o asimilados. • Palacios de congresos. • Centros comerciales. A continuación, se describe un ejemplo basado en la rehabilitación de un pequeño local terciario de 150 m2 cuya instalación de alumbrado interior ha sido renovada de acuerdo con los siguientes criterios: • En alumbrado general, instalación de luminarias de un rendimiento del 80%, dotadas con lámparas fluorescentes T8 de una eficacia luminosa de 80 lm/W, equipadas con balastos electrónicos, que sustituyen a las luminarias originales con un rendimiento del 50% y lámparas fluorescentes de 60 lm/W con balastos electromagnéticos. • En la iluminación de zonas de circulación, salas de reunión y aseos, implantación de luminarias para lámpara fluocompactas con balasto electrónico y luminarias con LED, en lugar de las luminarias existentes con lámparas halógenas de muy baja tensión (TBT) y poco eficientes energéticamente (elevado consumo). • En las zonas con luz natural el alumbrado artificial se ha modulado en régimen continuo para que no consuma más que lo necesario para completar la luz natural, alcanzando los niveles de iluminancia asignados a cada zona. • La iluminación de los aseos, zonas de circulación 235 y ciertas oficinas se controlan mediante detectores de presencia/movimiento. Las cifras de ahorro o economías obtenidas con la renovación de las instalaciones de alumbrado interior son las siguientes: Consumo: 68% Emisiones de CO2: 68% Costos de mantenimiento: 70% El análisis de rentabilidad, teniendo en cuenta el sobrecoste de los nuevos aparatos eficientes energéticamente, en relación a una renovación de la instalación de alumbrado con aparatos idénticos o los existentes, proporciona un periodo de retorno de la inversión (sobrecoste) entorno a 1 año. Esta solución completa depara hasta un 70% de ahorro sobre el consumo eléctrico inicial de la instalación de alumbrado. Además, conduce a una reducción en los costes de explotación gracias a la gestión flexible de la iluminación. A pesar de todo lo anterior, es muy importante priorizar las acciones a llevar a cabo en una rehabilitación, ya que no resulta racional instalar automatismos en una instalación de alumbrado interior constituida por luminarias, lámparas y equipos auxiliares (balastos) vetustos, muy consumidores de energía y con una tecnología superada. Un buen sistema de iluminación, primeramente, debe estar dotado de luminarias, fuentes de luz (lámparas y LED) y equipos auxiliares eficientes gestionados, seguidamente y según cada caso, por automatismos de detección de presencia o de luz natural. 4.3.3.8. Procedimiento de Verificación En consonancia con lo determinado en la exigencia básica HE 3 del CTE, deberá seguirse la secuencia de verificaciones que se expone seguidamente: 236 • Cálculo del valor de eficiencia energética de la instalación VEEI en cada zona, constatando que no se superan los valores límite (niveles máximos) de las tablas correspondientes a los grupos 1 y 2. • Comprobación de la existencia de un sistema de control y, en su caso, de regulación que optimice el aprovechamiento de la luz natural. • Verificación de la existencia de un plan de mantenimiento. 4.3.3.9 Proyecto de iluminación La iluminación interior requiere un adecuado planteamiento profesional que deberá plasmarse en un buen proyecto de iluminación, teniendo en cuenta: Dimensionamiento: Las instalaciones de iluminación interior en las diferentes zonas exigen elaborar el proyecto de iluminación, teniendo presentes previamente unos datos y parámetros iniciales tales como: • Tipología de la zona a iluminar. • Utilización de la zona a iluminar. • Niveles de iluminación necesarios. • Dimensiones de los espacios a iluminar (índice K del local). • Reflectancias de paredes, techos y suelos de las zonas. • Condiciones de la luz natural. • Características de los techos. • Tipo de acabado y pintura. • Mobiliario previsto. Método de cálculo: Se llevará a efecto el cálculo luminotécnico por el método punto por punto, bien manualmente o mediante un programa informático, solvente, fiable y debidamente contrastado, asociado al método de cálculo. El método de cálculo utilizará como datos de partida los señalados en el dimensionamiento, así como los derivados de los materiales adoptados en las soluciones propuestas, tales como fuentes de luz, equipos auxiliares, luminarias, etc. Desarrollo: En el desarrollo y realización del proyecto deberán seguirse, entre otras, las siguientes secuencias: • Establecimiento del índice del local (K) utilizado en el cálculo. • Fijación del factor de mantenimiento (fm) previsto. • Señalamiento del tono de luz o temperatura de color (Tc), del rendimiento de color (Ra) y eficacia luminosa (Efl) de las fuentes de luz (lámparas y LED) adoptadas. • Selección de las luminarias y proyectores a instalar con detalle de la clase (distribución de la intensidad luminosa), rendimiento, control de deslumbramiento, etc. • Modo de instalación de las luminarias y proyectores, así como determinación del factor de utilización (Fu) de la instalación. • Determinación de la iluminancia media horizontal mantenida (E) y, en su caso, iluminancia media vertical mantenida (Ev) e índice de deslumbramiento unificado (UGRL). • Evaluación de la uniformidad de iluminancia general y, en su caso, extrema. • Aprovechamiento, cuando sea posible, de la luz natural. • Cálculo de los valores de eficiencia energética de la instalación (VEEI). • Control y regulación de la luz apropiadas a las necesidades. • Delimitación de los criterios, en su caso, de distancia mínima entre la fuente luminosa y el objeto iluminado para protección de altas temperaturas. de filtros y protectores de luz contra las radiaciones ultravioletas (UV) e infrarrojas (IR). Iluminancias: Se calcularán en servicio por lo que se considerará la depreciación del flujo luminoso de las fuentes de luz y su supervivencia, las pérdidas por ensuciamiento de las luminarias y la reducción de los factores de reflexión de las superficies de la zona. En general, para un entorno limpio puede tenerse en cuenta un factor de mantenimiento Fm = 0,8. En locales tales como almacenes, garajes, salas técnicas, zonas de circulación en sótanos, etc., en función del grado de suciedad, se adoptarán los siguientes factores de mantenimiento: Entorno medio Entorno sucio 0,55 0,30 Deslumbramiento molesto: El índice de deslumbramiento molesto directamente procedente de las luminarias de una instalación de iluminación interior se determinará utilizando el método de tabulación del Índice de Deslumbramiento Unificado (UGRL), propuesto por la Comisión Internacional de Iluminación (CIE), basado en la expresión: (4.3.11) Donde: • L es la iluminancia de las partes luminosas de cada luminaria en la dirección del ojo observador, en cd/m2. • w es el ángulo sólido subtendido por las partes luminosas de cada luminaria y el ojo del observador (estereorradianes). • P es el índice de posición de Guth para cada luminaria individual, que se relaciona con su desplazamiento en relación con el eje visual. • N es el número de luminarias. • Implantación, cuando sea necesario, de sistemas 237 • Lb es la iluminancia de fondo, en cd/m2, que se define como la luminancia uniforme de todo el entorno del campo visual que produciría la misma iluminancia sobre un plano vertical en el ojo del observador, excluyendo la iluminancia producida directamente por las luminarias. Las propiedades de reproducción del color de las lámparas marcarán la exactitud de la precepción del color y se describen mediante el índice “Ra”, como porcentaje referido a una fuente de luz ideal. Este índice de reproducción de color (Ra) se clasificaría en grupos que irían de Ra 90 (muy buena) a Ra < 40 (muy baja). Lb se calcula mediante la fórmula: (4.3.12) Donde Ei es la iluminancia indirecta en el ojo del observador, en lux. La publicación CIE-117 de 1995 establece la fórmula UGRL que proporciona la probabilidad más exacta posible de determinación del deslumbramiento molesto. Sin embargo, en numerosos casos un método simplificado utilizando las tablas de UGRL facilita en la práctica resultados aceptables del deslumbramiento molesto, acordes con el cálculo directo obtenido mediante la fórmula de la CIE. Es importante considerar que la escala de valores del deslumbramiento molesto UGRL obtenidos utilizando la fórmula, se extiende desde 10 para la ausencia de deslumbramiento hasta 31 para un deslumbramiento molesto intolerable, siendo mayor el deslumbramiento cuanto más alto resulte el valor obtenido de UGRL. Desde el punto de vista práctico, la escala de valores de UGRL es la siguiente: 10 – 13 – 16 – 19 – 22 – 25 – 28 – 31; dado que la experiencia ha demostrado que intervalos inferiores a 3 no resultaban significativos. Rendimiento de color: El color es aquella cualidad de los objetos de absorber unas determinadas longitudes de onda del espectro visible y reflejar otras. El color que presenta un objeto depende de la distribución de la energía espectral de la luz con que está iluminado y de las características reflexivas de dicho objeto. 238 Temperatura de Color: La temperatura de color a tono de luz es el aspecto general del ambiente que proporciona la iluminación, y puede ser cálido, neutro o frio, de acuerdo con las características siguientes: • Tono de luz blanco cálido: Con una temperatura de color Tc < 3.300 K, adecuada para un ambiente relajado y tranquilo. • Tono de luz blanco neutro: Con unas temperaturas de color comprendidas entre 3.300 y 5.000 K, acertado para un ambiente práctico y activo. • Tono de luz blanco frio: Con una temperatura de color TC > 5.000 K, apropiado fundamentalmente para tareas visuales de elevada concentración con altos niveles de iluminación. Plan de mantenimiento: Tal como se ha señalado anteriormente, el factor de mantenimiento (fm) es la relación entre la iluminancia media en servicio y la iluminancia media obtenida al inicio de su funcionamiento como instalación nueva. (4.3.13) El factor de mantenimiento que es siempre menor que la unidad (fm < 1), interesa resulte lo más elevado posible. La adopción del factor de mantenimiento implica concretar, desde el inicio de la elaboración del proyecto, un plan de mantenimiento que contemple la programación de los trabajos y su frecuencia, que se corresponda con el factor de mantenimiento adoptado. El valor del factor de mantenimiento adoptado permite calcular en el proyecto la iluminación media inicial (Ei) a la puesta en marcha de la instalación, para que la iluminancia media en servicio (E) a mantener en el transcurso del funcionamiento de la misma esté garantizada durante toda la vida de la instalación, al llevar a la práctica el plan de mantenimiento establecido. Documentos del Proyecto: Previa consideración de las necesidades a satisfacer y las soluciones técnicas propuestas, en la memoria se detallan los datos que definen la instalación de alumbrado interior. Como anexo de la memoria se incorporan los cálculos luminotécnicos y de los valores de eficiencia energética (VEEI) de cada zona de la instalación, así como el plan de mantenimiento de la misma. Los planos del proyecto deben ser lo suficientemente descriptivos para que puedan deducirse de ellos las mediciones que sirvan de base para las valoraciones pertinentes. En el Pliego de Condiciones Técnicas se realiza la descripción de las obras y se regula su ejecución, consignándose las características que hayan de reunir los materiales a instalar y ensayos a los que deban someterse, así como las normas para la elaboración de las distintas unidades de obra, precauciones a adoptar durante su ejecución, medidas de seguridad, etc. Los servicios generales comprenden todos los servicios eléctricos que son de uso común de todos los usuarios que forman la comunidad de propietarios en un edificio de viviendas, o de los trabajadores en el caso de un edificio de uso terciario. Por tanto, en un edificio son servicios generales la iluminación de portales, vestíbulos, accesos, escaleras incluidos rellanos, posibles interiores, aseos, locales de instalaciones técnicas (calefacción central, cuarto de maquinaria de ascensores, grupos de presión, etc.) garajes, zonas de circulación en sótano, etc., es decir, todas aquellas zonas que son de uso de la comunidad o de los trabajadores y necesitan una instalación eléctrica para su funcionamiento. Respecto al valor máximo de la eficiencia energética (VEEI límite) y los parámetros luminotécnicos (iluminancia, deslumbramiento molesto y rendimiento de color) de las instalaciones de alumbrado interior en zonas comunes, se da por reproducido lo especificado en apartados precedentes. La carga eléctrica correspondiente a los servicios generales es la suma de la potencia prevista en ascensores, aparatos elevadores, iluminación interior de zonas comunes, etc. Carga de ascensores y montacargas El presupuesto del proyecto contiene los capítulos de mediciones, cuadros de precios, presupuestos parciales y generales. Los valores característicos de las potencias (kW) de los aparatos elevadores son los detallados en la Tabla 4.3.9. 4.3.4. Otros consumos eléctricos 4.3.4.1. Servicios generales En un edificio de viviendas o de usos terciarios, sin considerar la calefacción y el aire acondicionado objeto de otros capítulos, los servicios generales generan consumos eléctricos además de los ocasionados por los electrodomésticos en las viviendas. 239 Tipo de aparato elevadorCarga (kg)Nº de Personas Velocidad (m/s) Potencia (kW) ITA-1 400 5 0,63 4,5 ITA-2 400 5 1,00 7,5 ITA-3 630 8 1,00 11,5 ITA-4 630 8 1,60 18,5 ITA-5 1.000 13 1,60 29,5 ITA-6 1.000 13 2,50 46,0 Tabla 4.3.9. Previsión de potencia para aparatos elevadores. Carga correspondiente a alumbrado Para el alumbrado del portal y otros espacios comunes se puede estimar una potencia de 15 W/ m2 si las lámparas son incandescentes y de 8 W/m2 si son fluorescentes. 4.3.4.2. Electrodomésticos La energía que consumen las viviendas constituye aproximadamente un 18% del consumo energético total en España. Los electrodomésticos suponen un 13% del consumo total de la vivienda, mientras que la iluminación interior alcanza un 16%. Para el alumbrado de la caja de la escalera se puede adoptar una potencia de 7 W/m2 para incandescencia y de 4 W/m2 para alumbrado con fluorescencia. Carga de los garajes Se calculará considerando un mínimo de 10 W/ m2 y planta para garajes de ventilación natural, y de 20 W/m2 para la ventilación forzada, con un mínimo de 3.450 W a 230 V y coeficiente de simultaneidad 1. Cuando sea necesario un sistema de ventilación forzada para la evacuación de humos de incendio, se estudiará de forma específica la previsión de cargas de garajes. Cargas totales La carga total de los servicios generales será la suma de todas las cargas unitarias. Se estudiará el posible sobrecoste de energía reactiva, al objeto de eliminarlo y, en su caso, se unificará en un solo contador todos los suministros eléctricos con contadores independientes, siempre y cuando suministre energía eléctrica a los servicios generales correspondiente a una sola comunidad de propietarios o edificio de oficinas. 240 Figura 4.3.2. Etiqueta energética. La etiqueta energética permite al consumidor conocer la eficiencia energética de un electrodoméstico, siendo su ámbito de aplicación europeo. La etiqueta energética tiene que estar de forma obligatoria en cada electrodoméstico puesto a la venta. Los electrodomésticos que deben incluir el etiquetado energético son los siguientes: • Frigoríficos y congeladores. • Lavadoras. • Lavavajillas. • Secadoras. • Lavadoras-secadoras. • Fuentes de luz domésticas. • Horno eléctrico. • Aire acondicionado. Tal y como consta en la Figura 4.3.2, existen siete clases de eficiencia energética identificadas por un código de colores y letras, que van desde el color verde y la letra (A) para los electrodomésticos más eficientes, hasta la letra (G) para los menos eficientes. Esta escala está evolucionando hacia arriba incorporando las clases (A++) y (A+++), tendiendo a desaparecer las clases inferiores o de menor eficiencia energética. Salvo los frigoríficos, que se recomienda adquirir la clase (A++) y (A+++), para el resto de electrodomésticos se recomienda la clase (A), bien entendido que el consumo de energía para prestaciones similares puede llegar a ser casi tres veces más en los electrodomésticos de la clase (G) que en los de la clase (A). 241 4.4 Marisol Fernández Directora de CEDOM – Asociación Española de Domótica 4.4 LOS SISTEMAS DE REGULACIÓN Y CONTROL La domótica es el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda, que permite una gestión eficiente del uso de la energía, además de aportar seguridad, confort y comunicación entre el usuario y el sistema. Cuando la automatización se aplica a edificios no destinados a vivienda, es decir oficinas, hoteles, centros comerciales, de formación, hospitales y terciario, se denomina, inmótica. En este capítulo se analizarán los beneficios de instalar domótica e inmótica y su contribución a la eficiencia energética en la edificación ya sea de nueva construcción o en rehabilitación. 4.4.1. Domótica en el sector residencial Un sistema domótico es capaz de recoger información proveniente de unos sensores o entradas, procesarla y emitir órdenes a unos actuadores o salidas. El sistema puede acceder a redes exteriores de comunicación o información. La domótica facilita la gestión integrada de los diferentes dispositivos del hogar: la iluminación, los toldos y persianas, la calefacción, el aire acondicionado, los sistemas de riego, los sistemas de seguridad, etc. Mediante una consola portátil 242 o incluso con el mando de la televisión, puede controlarse todo el sistema domótico cómodamente desde un sofá. O si se prefiere, también puede hacerse desde el ordenador de la oficina a través de Internet, o desde la entrada a la vivienda con el videoportero, o desde cualquier lugar a través del móvil o del portátil. Además, la domótica actúa de forma inteligente ya que permite programar diferentes escenarios que se ajusten a las necesidades del usuario. La domótica se integra en la vivienda de forma que no se percibe su presencia, sino la normalidad de su uso. En función de la información que percibe de los usuarios, se comporta adaptándose a la necesidad de cada momento, con los cambios que se deriven, porque las personas no son las mismas cada día a la misma hora. Se trata de una tecnología que aprende, interpreta y actúa, con inteligencia propia. Actualmente, existen en el mercado diversos sistemas domóticos fácilmente instalables en cualquier tipo de vivienda: protección oficial, libre, ya construida, de nueva construcción, unifamiliares aisladas, adosadas o en bloque. En función de los requerimientos de cada proyecto, se aplicará una solución a medida que satisfaga las necesidades del hogar y se adapte al modo de vida del usuario. Un sistema se considera domótico si cumple con el nivel uno de la tabla de niveles de CEDOM (disponible en www.cedom.es) basada en la Especificación AENOR EA0026: 2006 “Instalaciones de sistemas domóticos en viviendas. Prescripciones generales de instalación y evaluación”. Es necesario que el sistema esté integrado de forma que todos los dispositivos se comuniquen e interactúen entre sí. Instalar un sistema domótico en una vivienda está al alcance de cualquier bolsillo. Con una pequeña, pero inteligente inversión, no sólo se recupera la inversión, sino también se respeta el medio ambiente. En los últimos años, el sector ha evolucionado considerablemente, y en la actualidad ofrece una oferta más consolidada. Hoy aporta soluciones dirigidas a todo tipo de viviendas, desde las construcciones de vivienda protegida (VPO) a las de alto standing. Actualmente, existen más funcionalidades por menos dinero, más variedad de producto y, gracias a la evolución tecnológica, son más fáciles de usar y de instalar. En definitiva, la oferta es mejor y de mayor calidad y su utilización es ahora más intuitiva y perfectamente manejable por cualquier perfil de usuario. Paralelamente, los instaladores han incrementado su nivel de formación y los modelos de implantación se han perfeccionado. Asimismo, los servicios posventa garantizan el perfecto mantenimiento de todos los sistemas. 4.4.2. Inmótica en el sector terciario La Inmótica es el control inteligente de un edificio para la gestión energética, la mejora del confort, de la accesibilidad, la salubridad, la seguridad, las comunicaciones y el confort. Un sistema inmótico interconecta e integra a los diferentes sistemas existentes en un edificio y garantiza su funcionamiento eficiente de acuerdo con las necesidades de uso del edificio. El término inmótica es aplicable a cualquier tipo de edificación del sector terciario, como pueden ser hoteles, hospitales, residencias geriátricas, centros comerciales, oficinas, aeropuertos, etc. Un Sistema Inmótico se divide en dos subsistemas, el BMS (Building Management System) y el RMS (Room Management System). El BMS controla la infraestructura y las zonas comunes del edificio, mientras que el RMS controla el funcionamiento de cada una de las estancias. Optimiza la gestión del edificio porque integra desde un único punto de control todos los sistemas de un edificio: ascensores, sistemas antiincendios, alarmas técnicas, cuadros eléctricos, ventilación, iluminación, climatización, toldos y persianas, microgeneración, etc. Alarga el ciclo de vida del edificio con un mantenimiento predictivo que prolonga la vida útil de los equipos, ahorrando tanto en materiales como en horas de trabajo, y evitando averías. La inmótica incorporada al edificio, como un valor diferenciador, aporta la posibilidad de ofrecer edificios con más y nuevas prestaciones que contribuyen a reducir el periodo de comercialización, ya que su inclusión revalorizará el valor de tasación. 243 4.4.3. Contribución de los sistemas de automatización a la eficiencia energética. En España, de un total de 25 millones de viviendas, la mitad tiene más de 30 años de antigüedad y en torno al 20% (cerca de seis millones), supera los cincuenta años. En muchos casos estas viviendas presentan importantes carencias en su eficiencia energética, accesibilidad y habitabilidad. Según datos del IDAE, el consumo doméstico de energía de las familias españolas supone un 17% del consumo total de energía del país y cada hogar es responsable de producir hasta 5 toneladas de CO2 anuales. El buen uso de una instalación domótica puede suponer un ahorro mínimo del 25% de la factura energética anual (el gasto medio de una familia es de 900 €/año). En España, un hogar medio consume unos 4.000 kWh al año. Suponiendo que en un hogar el único suministro de energía fuera la electricidad, el consumo quedaría repartido según se detalla en la Figura 4.4.1 (extraída de la “Guía de cómo ahorrar energía instalando domótica en la vivienda”, publicada en colaboración con el IDAE). Cocina Aire acondicionado 2,0% Electrodomésticos 3,8% Iluminación 11,6% Agua caliente 11,9% Calefacción 27,9% 42,9% Figura 4.4.1. Reparto del consumo eléctrico doméstico (Fuente: “Guía de cómo ahorrar energía instalando domótica en la vivienda”). Al instalar un sistema de automatización en una vivienda o edificio se posibilita la gestión eficiente del uso de la energía, contribuyendo al ahorro de agua, electricidad y combustibles. En la Figura 4.4.2, se muestran algunos valores de referencia en cuanto a las reducciones de consumo de energía asociadas a determinadas actuaciones en sistemas inmóticos. 244 % DE REDUCCIÓN DE ENERGÍA CONSUMIDA POR APLICACIONES DE INMÓTICA 90% 80% 80% 70% 60% 60% 50% 50% 40% 40% 45% 30% 20% 10% 0% Control del clima por estancia Automatización del clima por estancia Control de persianas Control de iluminación Control de la ventilación / aire Figura 4.4.2. Reducción de energía consumida por aplicaciones de inmótica (Fuente: Estudio realizado por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Biberach (Alemania), por encargo de la Asociación Alemana de Fabricantes Eléctricos y Electrónicos). 4.4.3.1. Ahorro en el consumo eléctrico Los sistemas de iluminación eficientes adaptan el nivel de iluminación en función de la variación de la luz solar, la zona de la casa o la presencia de personas, ajustándola a las necesidades de cada momento. Por ejemplo, detectan la presencia de personas en zonas de paso, como son los pasillos de la vivienda o de las zonas comunes de un edificio, y las iluminan sólo cuando es necesario. El ahorro de consumo eléctrico se puede conseguir a través de un control automático inteligente de toldos, persianas y cortinas de la vivienda, así como con un control automático del encendido y apagado de todas las luces de la vivienda y de las luces exteriores en función de la luz solar. Lo mismo sucede con la climatización, ya que el ahorro de consumo eléctrico también se consigue a partir de sistemas de regulación de la calefacción y el aire acondicionado que adaptan la temperatura de la vivienda en función de la variación de la temperatura exterior, la hora del día, la zona de la casa o la presencia de personas, y también con un control automático inteligente de toldos, persianas y cortinas de la vivienda que facilite el aprovechar al máximo la energía solar. Además, el control o secuenciado de la puesta en marcha de electrodomésticos, que son programados para que funcionen en horarios en los que el precio de la energía es menor, contribuye asimismo al ahorro del consumo eléctrico, así como la detección y gestión del consumo “en espera” de los electrodomésticos o la programación de la desconexión de circuitos eléctricos no prioritarios antes de alcanzar la potencia contratada. 4.4.3.2. Ahorro en el consumo de combustibles Los sistemas domóticos e inmóticos permiten también el ahorro del consumo de combustibles con sistemas de regulación de la climatización, como termostatos o cronotermostatos, que adaptan 245 la temperatura de la vivienda en función de la variación de la temperatura exterior, la hora del día, la zona de la casa o la presencia de personas. Pero además detectan también la apertura y el cierre de ventanas, y avisan al usuario si hay ventanas abiertas cuando está activada la climatización. En lo referente a las fugas de gas, los sistemas de control y regulación centralizados detectan las averías, avisan sobre ellas y provocan un corte del suministro que evite los peligros que pudieran ocasionarse. Figura 4.4.3. Esquema de funcionalidades domóticas para el ahorro energético (Fuente: “Guía de cómo ahorrar energía instalando domótica en la vivienda”). 4.4.3.3. Ahorro en el consumo de agua Adicionalmente, la instalación de un sistema de automatización favorece el ahorro del consumo de agua a través de sistemas de control y regulación centralizados que detectan si se produce una inundación, dando una señal de aviso, y provocan un corte del suministro. Estos sistemas además aportan información sobre comportamientos anómalos. Con un control inteligente de riego, a través de un sensor de humedad o de lluvia, detectan la humedad del suelo y de forma autónoma riegan sólo cuando es necesario. Otra forma de contribuir al ahorro de agua es reciclar las aguas grises mediante sistemas de medición de la calidad del agua que facilitan la gestión del reciclaje, junto con grifos inteligentes 246 que gestionan el caudal y la temperatura del agua. Un grifo inteligente que regula y elimina el agua transitoria, por ejemplo, permite ahorrar hasta un 25% más de agua que un grifo monomando. Cualquier tipo de ahorro de agua, aunque no se trate de agua caliente, conlleva un ahorro energético, ya que el agua que llega a nuestras viviendas lleva asociada una serie de procesos, como la depuración o el bombeo, que consumen energía. 4.4.3.4. MONITORIZACIÓN DE CONSUMOS En la actualidad, los sistemas domóticos e inmóticos ofrecen una gran variedad de funcionalidades orientadas a monitorizar el consumo de agua, de combustibles y el consumo eléctrico de todos los electrodomésticos, iluminación, sistemas de comunicaciones, refrigeración y/o calefacción, etc. Esto permite hacer una gestión personalizada del consumo (por franjas horarias, diario, mensual, etc.), así como detectar malos funcionamientos de los equipos del hogar. La información obtenida permite optimizar el ahorro energético en el futuro y corregir las pautas de comportamiento. Además, monitorizar la calidad del suministro eléctrico permite notificar la información al suministrador de electricidad de forma remota, mejorando así el funcionamiento global del sistema de distribución eléctrica para ajustar con más exactitud los patrones de producción a los hábitos de consumo. En aquellos inmuebles que disponen de sistemas de generación de electricidad por energía solar fotovoltaica u otros sistemas (microgeneradores, aerogeneradores, etc.), se puede monitorizar y gestionar la producción de electricidad. El usuario sabe en cada momento cuánta energía se está inyectando en la red y puede obtener informes diarios, semanales y mensuales que le permitan incluso realizar la gestión económica de los ingresos que se obtienen mediante la venta de la energía. Esta misma información resulta de gran utilidad también para la empresa compradora de energía, no sólo a efectos de facturación, sino también para poder prever la energía inyectada en red por los pequeños productores y planificar la producción que debe obtener a partir de otras fuentes de energía (por franjas horarias, estaciones, etc.). 4.4.4. Otros beneficios de instalar domótica e inmótica 4.4.4.1. Facilita la accesibilidad de los edificios La domótica y la inmótica ponen la tecnología al servicio de las personas, facilita la adaptación del entorno a los requerimientos particulares de cada uno, aumentando su calidad de vida y mejorando su integración social. Tareas como abrir puertas, subir persianas, controlar desde un único punto la climatización y la iluminación, comunicarse fácilmente con sus personas cercanas, cuidadores o con el personal médico, controlar la medicación, alarmas médicas, etc. son algunas de las necesidades que tienen estos colectivos a las que la domótica aporta soluciones. 4.4.4.2. Aporta seguridad técnica y antiintrusión Detecta, avisa y actúa ante fugas de gas, incendios e inundaciones, garantizando la seguridad de las personas, animales y bienes materiales Aporta además seguridad antiintrusión tanto preventiva, a través de la simulación de presencia, como de actuación, a través de alarmas conectadas con centrales remotas. Permite también controlar el acceso a la vivienda o edificio. 4.4.4.3. Permite una comunicación bidireccional El sistema puede controlarse fácilmente, tanto desde la propia vivienda o edificio, como remotamente, a través de diferentes dispositivos como puede ser una consola (fija o portátil), el videoportero, un mando, la televisión, el teléfono móvil o desde cualquier ordenador vía internet. Paralelamente a través de los mismos dispositivos el usuario recibe información, alarmas, consumos energéticos, tiempo de vida útil de los equipos, cambios en las pautas de comportamiento, etc. Aportando autonomía a personas mayores, con necesidad de asistencia o con alguna discapacidad. 247 Figura 4.4.4. Interacción entre el usuario y el sistema domótico (Fuente: “Guía de cómo ahorrar energía instalando domótica en la vivienda”). 4.4.4.4. Mantenimiento preventivo La automatización en viviendas y edificios también facilita una buena gestión del mantenimiento de las instalaciones, con el consecuente ahorro económico que esto supone. - La población se estanca: descenso del índice de natalidad (2 de cada 3 hogares europeos no tiene ningún niño, tan solo el 17% de los hogares tiene 2 o más). El sistema detecta las averías de forma inmediata y centralizada, reduciendo así el tiempo de respuesta. La posibilidad de reprogramar la instalación conservando la estructura principal de la instalación permite realizar modificaciones en las instalaciones o mecanismos conectados al sistema de control de un modo mucho más rápido y económico que en sistemas convencionales. - Aumento de la esperanza de vida, incremento de la autonomía residencial de las personas mayores (1 de cada 5 europeos es mayor de 65 años). 4.4.4.5. Mejora la calidad de vida y adapta la vivienda a los cambios estructurales de la sociedad Según el informe “Nuevas formas de habitar” (2008) de El Observatorio de Tendencias del Hábitat, los cambios demográficos y sociales en Europa de los últimos diez años son: 248 - Aumento de la inmigración. - Desjerarquización de la familia. - Aumento del individualismo, cada uno de los miembros de la familia demanda su propio espacio en la casa. - Nomadismo: la casa no es para siempre, ya no se concibe la casa como un elemento susceptible de ser heredado. - Aumento del número de hogares unipersonales (1 de cada 4 hogares europeos es unipersonal, más de 54 millones de europeos viven solos). - Incorporación de las mujeres al mundo laboral (entre 1997 y 2007 la población ocupada ha crecido en el caso de las mujeres un 79,3%). - Emancipación tardía de los jóvenes, dificultad de los jóvenes para encontrar trabajo, alto precio de la vivienda (el 52,3% de los jóvenes entre 25 y 29, el 33% de más de 30 años y el 20% de los de 35 años, vive con los padres). - Aumento de los divorcios y las separaciones. - El número de viviendas aumenta, la superficie media por hogar se reduce y la media de habitantes por vivienda decrece. - Retorno del trabajo al ámbito privado del hogar, aumento del teletrabajo. - Aumento del endeudamiento, de la inseguridad económica y de la incertidumbre derivada de la situación económica global. - Mayor concienciación medioambiental por parte de la ciudadanía. - Aumento de la sensación de inseguridad (en relación a los últimos cinco años, el 66% considera que el mundo es menos seguro que antes). La domótica de hoy da respuesta a los requerimientos que plantean los cambios sociales y nuevas tendencias de nuestra forma de vida, que están generando nuevos hábitos en la sociedad. Ayuda a diseñar casas y hogares más humanos, más personales, polifuncionales y flexibles, que se adapten a los cambios de uso de la vivienda, a lo largo del recorrido de la vida de sus habitantes. Nuestras viviendas, los edificios en los que trabajamos, los hospitales, hoteles, centros comerciales y de formación, tienen que adaptarse a los cambios estructurales que vive la sociedad. La domótica ofrece soluciones que cubren las necesidades actuales de sentirse más seguros, más independientes, mejor comunicados, de cuidar el medio ambiente y en definitiva, de tener una mayor calidad de vida. 4.4.4.6. Una tecnología en constante innovación El sector de la automatización, está directamente vinculado al desarrollo tecnológico, ha evolucionado considerablemente en los últimos años, y en la actualidad ofrece una oferta más consolidada. Actualmente existen más funcionalidades por menos dinero, más variedad de producto y los sistemas son más fáciles de usar y de instalar. En definitiva, la oferta es mejor y de mayor calidad y su utilización es ahora más intuitiva y perfectamente manejable por cualquier perfil de usuario. Es además una tecnología transparente y adaptable a la estética de cualquier edificio. 4.4.4.7. Contribuye al cumplimiento de la legislación La red de control del sistema domótico se integra con la red de energía eléctrica y se coordina con el resto de redes con las que tenga relación: telefonía, televisión y tecnologías de la información, cumpliendo con las reglas de instalación aplicables a cada una de ellas. Las distintas redes coexisten en la instalación de una vivienda o edificio. La instalación interior eléctrica y la red de control del sistema domótico están reguladas por el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT). En particular, la red de control del sistema domótico está regulada por la instrucción ITC-BT-51 “Instalaciones de sistemas de automatización, gestión técnica de la energía y seguridad para viviendas y edificios”. La domótica no solo contribuye al cumplimiento de las exigencias básicas de ahorro de energía del Código Técnico de la Edificación (CTE), sino también a las de seguridad en caso de incendio, seguridad de utilización y salubridad: - DB-HE Ahorro de energía: Con sistemas de control de clima, como instalaciones destinadas 249 a proporcionar bienestar térmico. Con detectores de presencia y temporizadores, para el encendido y apagado de zonas de paso o uso esporádico. Con sistemas de regulación para aprovechamiento de la luz natural. Con una gestión inteligente de las aperturas de la fachada del edificio: ventanas, persianas, toldos y cortinas. Con sistemas de control, medida y protección de la contribución solar mínima de ACS. Con sistemas de control, medida y protección de la contribución fotovoltaica de energía eléctrica. - DB-SI Seguridad en caso de incendio: A través de sistemas de detección y alarmas de incendios, CCTV y control de accesos. - DB-SU Seguridad de utilización: Con pilotos balizados autónomos y centralizados para limitar el riesgo provocado por iluminación inadecuada en zonas de circulación, con alumbrado de emergencia para limitar el riesgo provocado por iluminación inadecuada en caso de emergencia y protecciones contra sobretensiones, para limitar el riesgo causado por la acción de rayos, etc. - DB-HS Salubridad: Con controladores programables e interoperables para sistemas de extracción mecánica para la ventilación del interior de los edificios para la renovación, extracción y expulsión del aire viciado. Con sistemas completos de control y regulación de la presión del suministro de agua que faciliten el ahorro y el control del caudal y con sistemas completos de regulación y control del ACS. Desde Europa se está potenciando la incorporación de la domótica en viviendas y edificios por su contribución al ahorro y la eficiencia energética. La reciente Directiva 2010/31/UE relativa a la eficiencia energética de los edificios, que determina que los edificios tendrán que ser de “contaminación cero” y consumo de energía prácticamente nulo, invita en su articulado a los Estados miembros a fomentar la instalación de sistemas de control activos, como sistemas de automatización, control y gestión orientados al ahorro de energía, cuando se construya un edificio o se efectúen en él reformas de importancia. 250 La domótica puede contribuir a la necesaria renovación del parque inmobiliario español, aportando soluciones a las importantes carencias en eficiencia energética, accesibilidad y habitabilidad. Teniendo en cuenta que el 50% del parque actual de viviendas tiene más de 30 años de antigüedad. La domótica además, aporta al actual stock de viviendas la posibilidad de diferenciarse y reducir el tiempo del ciclo de venta. 4.4.5. Clasificación de los sistemas de automatización Los sistemas de automatización pueden clasificarse de varias formas en función de la tipología, de la topología y de los medios de transmisión. 4.4.5.1. Tipología de un sistema Según cómo la red una los distintos puntos o lugares se dispondrá de lo que se viene en llamar arquitectura de control de la red. Pueden ser de varios tipos: - Sistemas centralizados: Los sistemas centralizados se caracterizan por tener un único nodo que recibe toda la información de las entradas, que la procesa y envía a las salidas las órdenes de acción correspondientes. Están unidos a un nodo central que dispone las funciones de control y mando. - Sistemas descentralizados: En los sistemas descentralizados, todos los elementos de red actúan de forma independiente unos de los otros. Comparten la misma línea de comunicación y cada uno de ellos dispone de funciones de control y mando. - Sistemas distribuidos: Los sistemas distribuidos combinan las tipologías centralizada y descentralizada. La inteligencia del sistema está localizada en cada uno de los nodos de control y cada nodo tiene acceso físico directo a una serie limitada de elementos de red. 4.4.5.2. Topología de un sistema Otro aspecto que caracteriza a un sistema es su topología, que es la organización física y lógica de los “nodos” de la red: - Estrella: Los dispositivos de entrada (sensores) y los de salida (actuadores) van cableados hasta la central de gestión que es quien efectúa el tratamiento de los datos del conjunto. - Anillo: Los nodos se conectan en un bucle cerrado y los datos se transmiten de nodo en nodo alrededor del bucle, siempre en la misma dirección. - Bus: Todos los elementos del sistema (sensores, actuadores y nodos) están ligados sobre una línea que describe el conjunto o una parte de la red. - Mesh Network: En las redes malladas existen diferentes nodos que permiten el envío de los datos por distintos caminos. Cada nodo puede enviar y recibir mensajes, además de tener la capacidad de reenviar mensajes de sus vecinos. 4.4.5.3. Medios de transmisión Para que los diferentes dispositivos de una red se comuniquen e intercambien información entre sí, los medios que principalmente se utilizan son: - Sistemas que usan en todo o en parte señales que se acoplan y transmiten por la instalación eléctrica de Baja Tensión, tales como sistemas de corrientes portadoras. - Sistemas que usan en todo o en parte señales transmitidas por cables específicos para dicha función, tales como cables de pares trenzados, paralelo, coaxial o fibra óptica. - Sistemas que usan señales radiadas, tales como ondas de infrarrojo, radiofrecuencia, o ultrasonidos. - Sistemas que se comunican vía IP que permiten intercambiar información mediante el uso de redes LAN, WAN, redes públicas de telefonía, etc. 4.4.5.4. Protocolos e interoperabilida Un protocolo de comunicaciones es el conjunto de reglas normalizadas para la representación, señalización, autenticación y detección de errores necesario para enviar información a través de un canal de comunicación. Estas reglas determinan por ejemplo, quién empieza la comunicación, cómo se comunican, con quién, con qué prioridad, etc. En un protocolo se define: - El tipo de error o comprobación de error que utiliza. - El método de compresión de datos, si está incluido. - El modo en que el dispositivo que envía el mensaje indica que ha terminado de enviarlo. - El modo en que el receptor indica que ha recibido el mensaje. La definición de protocolo propietario o protocolo no propietario se asocia al sistema propietario o sistema no propietario, respectivamente. Existen varios tipos de protocolos: - Privados o patentados: Protocolo desarrollado por una compañía para uso exclusivo de sus clientes, no son públicas sus características y prestaciones. - Abiertos: Un protocolo abierto es aquel que es conocido por todas las empresas y los usuarios disponen de información y documentación necesaria para su implementación. Normalmente están respaldados por grupos de empresas que se asocian para el desarrollo del protocolo. - Normalizado o estándar: Este concepto sólo se usa para los protocolos Abiertos. Cuando el grupo 251 de interés de un determinado sistema ofrece a un organismo normalizador reconocido su protocolo y éste lo estudia y decide publicarlo bajo una norma (por ejemplo, EN a nivel europeo), se dice que un determinado protocolo está Normalizado, lo que da una garantía a los consumidores. La interoperabilidad es una propiedad, asociada a los sistemas abiertos, que se define como la capacidad de integrar productos de distintos fabricantes en sistemas flexibles y funcionales sin necesidad de desarrollar hardware, software o herramientas a medida. Por integrar no se entiende el hecho de poder “ver” a otro dispositivo, sino la capacidad de hacer cosas como utilizar un único sensor de ocupación para el sistema de climatización, el de alumbrado y el de seguridad de un edificio. Los productos interoperables permiten a los diseñadores de cada proyecto usar el mejor dispositivo para cada sistema o sub-sistema sin necesidad de utilizar una línea entera de productos de un mismo fabricante. Así mismo, estos productos incrementan la oferta del mercado permitiendo a diferentes fabricantes competir en un segmento que de otra manera les estaría completamente prohibido. De esta manera, los diferentes fabricantes se esfuerzan por disponer de la mejor solución y esto se traduce en una mayor calidad y libertad de elección para el usuario final. 4.4.6. Datos de mercado y perspectivas de futuro estallido de la burbuja inmobiliaria ha provocado en los últimos cuatro años, una caída del 62% del número de viviendas de nueva construcción. Esta caída se ha trasladado al sector de la domótica en un descenso del 60% en el número de instalaciones domóticas en vivienda de obra nueva. El porcentaje de implantación de domótica se ha mantenido estable. La recesión inmobiliaria y económica se produjo justo en un momento en el que el sector podía, por primera vez, apoyarse en una base normativa y legislativa, que auguraba un marco favorable con buenas expectativas para crecer, tras la publicación de la ITC-BT-51 del REBT, instrucción que establece “los requisitos específicos de la instalación de los sistemas de automatización, gestión técnica de la energía y seguridad para viviendas y edificios, también conocidos como sistemas domóticos” y posteriormente de la Especificación de AENOR EA0026, pionera en Europa, que determina los requisitos mínimos que debe cumplir un sistema domótico. La facturación del sector de la domótica en España en 2010 se sitúa en 144.419.454 €. Esta cifra contempla todo el proceso del ciclo de venta, incluida la instalación y hace referencia al sector residencial y pequeño y mediano terciario. La facturación cayó un 22% en el año 2009. Durante 2010 la caída se amortigua hasta casi la mitad, alcanzando un 12%. En 2011 se estima que el descenso se ha frenado y se estima un crecimiento próximo a cero. El crecimiento del sector de la domótica ha sido sostenido en el tiempo y no ha crecido exponencialmente como algunos expertos vaticinaban hace una década. La incorporación de tecnología está siendo más paulatina en la vivienda, que en otros ámbitos como los vehículos o el entorno personal. Ante la situación del mercado de obra nueva, el sector afincado hasta ahora en vivienda nueva está redirigiendo su actividad hacia la rehabilitación y el pequeño y mediano terciario. En 2010, el porcentaje de domótica dirigida a obra nueva ha pasado al 64% frente al 85% de hace seis años. El 46% de la domótica que se está instalando en el sector residencial, está destinado a la rehabilitación. Hace seis años en pleno boom inmobiliario, el 85% de la domótica se instalaba en vivienda de obra nueva, llegando a duplicarse el grado de penetración de la domótica, que alcanzó en 2007 el 8%. El Paralelamente también se percibe un cambio de tendencia del sector residencial hacia el pequeño y mediano terciario, que alcanza ya el 46% de la facturación del sector. 252 El factor de compra se ha desplazado. En 2004 el principal factor que motivaba a la instalación de un sistema domótico era el confort y el ocio. Hoy sigue siendo un motivo prioritario, pero prácticamente se ha equiparado al ahorro energético. La tercera posición la ocupa la inquietud de las personas de sentirse más comunicadas que ha desplazado a la seguridad ante intrusión. Sentirse más seguros ante fugas de gas, incendios e inundaciones, sigue siendo la cuarta razón que satisface a un cliente que quiere dotar su vivienda de inteligencia (Figura 4.4.5). DEMANDA DE LOS USUARIOS EN 2010 CATALOGADA POR ÁREAS DE ACTUACIÓN 25% 23% 20% 20% 16% 15% 15% 14% 10% 10% 5% 3% 0% Confort Ahorro Seguridad Energético Comunicaciones Técnica Seguridad Intrusión Ocio Accesibilidad Figura 4.4.5. Interacción entre el usuario y el sistema domótico (Fuente: “Estudio CEDOM 2011 de las tendencias del mercado español de domótica e inmótica”). Las funcionalidades que incluye cada área, son: - Confort: Automatización, control centralizado desde diferentes interfaces (móvil, pantalla táctil, ordenador, mando, video portero), programación de escenas, etc. - Ahorro Energético: Control inteligente de climatización e iluminación en función de la zona, la hora del día, la presencia, los recursos naturales existentes, control de toldos y persianas, apagado general, gestión del consumo en espera, programación y desconexión de circuitos no prioritarios, encendido de electrodomésticos en función de tarifas de menor coste, monitorización de consumos, control del riego, etc. - Seguridad Técnica: Detección, actuación y aviso en caso de fugas de gas, incendios, inundación, fallo del suministro eléctrico, etc. - Seguridad Anti intrusión: Simulación de presencia, vigilancia, avisos de intrusión, conexión con CRA, etc. - Ocio: Home cinema, vídeo bajo demanda, multimedia, etc. - Accesibilidad: Alarma de pánico, apertura de puertas y persianas. Esta variación en la demanda del usuario, con mayor concienciación medioambiental, se ha trasladado a la oferta. Actualmente la inversión en 253 I+D+i se realiza principalmente en soluciones para el ahorro energético y el confort. El foco principal tres años atrás era la inversión en soluciones de seguridad técnica. El porcentaje promedio de inversión en I+D+i de los fabricantes de sistemas domóticos está en torno al 5%. En los últimos tres años esta cifra se ha mantenido sin grandes oscilaciones. sociedad de la información. Desde la Administración se está potenciando el modelo de negocio de las empresas de servicios energéticos (ESE) que puede ser un catalizador del mercado. El parque inmobiliario español precisa de una renovación (el 50% de los edificios tiene más de 30 años), y el actual stock de viviendas necesita reducir el tiempo del ciclo de venta, ofreciendo un producto mejor y diferenciado. Actualmente convergen varias circunstancias que pueden suponer un impulso para el desarrollo del sector: la Directiva 2010/31/UE para la eficiencia energética de los edificios fomenta la instalación de sistemas de control en viviendas y edificios, el Plan de Acción de la E4 para el 2011-2020 incluye en sus medidas actuaciones con domótica, la Certificación Energética de Edificios contemplará la inmótica en un futuro próximo como tecnología que contribuye al ahorro energético. El nuevo reglamento de Instalaciones Comunes de Telecomunicaciones (ICT), incluye un Anexo de Hogar Digital con el objetivo de promover la implantación y desarrollo generalizado de tecnologías en la vivienda dotándola de seguridad, accesibilidad, ahorro energético, confort, comunicaciones y acceso a los servicios de la Además de un marco legislativo favorable, existen otras palancas de impulso del sector como las sinergias que se establecen con otros desarrollos tecnológicos como la implantación del vehículo eléctrico, y de los contadores, redes y ciudades inteligentes fomentados por Directivas Europeas. 254 Paralelamente, los cambios demográficos y de las estructuras sociales, obligan a las viviendas y edificios a actualizarse para dar respuesta a las nuevas necesidades de la ciudadanía. Se espera que todos estos factores influyan positivamente en el crecimiento del sector, un escenario optimista que está condicionado por la cautela que imprime la situación económica actual. 255 4.5 Patxi Hernández Dr. Ingeniero de la Unidad de Construcción de TECNALIA 4.5 EDIFICIOS PASIVOS Y DE CONSUMO ENERGÉTICO CASI NULO 4.5.1. Introducción. Historia de los edificios cero-energía Los primeros intentos documentados de construir edificios cero-energía, fueron en realidad intentos de conseguir edificios de cero-calefacción, manteniendo condiciones interiores de invierno en niveles de confort. La “Casa Solar MIT I” (Figura 4.5.1) del Massachusetts Institute of Technology de EE.UU, construida en 1939, incluía una gran superficie de captación solar térmica y almacenamiento de agua (Butti K., Perlin J., 1980). La “Bliss House” (Bliss R.W., 1955), utilizaba captadores solares de aire y almacenamiento térmico en rocas, consiguiendo también suplir toda la demanda de calefacción con energía solar. En los años 70 y después de la primera crisis del petróleo, el concepto de casa “cero energía” volvió a tomar fuerza, y se construyó la vivienda “cero energía” de Vagn Korsgaard en Dinamarca (Esbensen T.V., Korsgaard V., 1977), y la vivienda “Saskatchewan Conservation House” en Canada (Besant R.W., Dumont R.S., Schoenau G., 256 1979). Estas casas en climas relativamente fríos, empezaron a aplicar muy elevados espesores de aislamiento, que combinados con ganancias solares conseguían un consumo nulo en calefacción. Figura 4.5.1. Casa Solar MIT I. Estos primeros ejemplos han tenido una gran influencia en los actuales diseños, contribuyendo a la definición de estándares edificatorios y la promulgación de las correspondientes normativas y reglamentos. De hecho, estándares de edificios de baja energía que aplican los principios de alto aislamiento, elevada estanqueidad al aire y sistemas de recuperación del calor de ventilación, son cada vez más populares, ya que aplican estos conceptos en busca de la reducción de la demanda energética con una optimización técnica y económica. Soluciones como el estándar “Passive House”, que permite una demanda de calefacción máxima de 15 kWh/m2, son consideradas por muchos expertos como buenas aproximaciones hacia edificios “cero energía”, particularmente en climatologías frías donde la demanda térmica en calefacción supone una parte importante de la energía total, y puede reducirse notablemente aplicando estas estrategias. Por otro lado, estos estándares son de dudosa aplicación en climas más templados, donde la demanda de calefacción ya no es tan predominante en el consumo energético, y donde desde una perspectiva de ciclo de vida del edificio, ha habido una mayor “inversión energética” indirecta en otras fases distintas a la fase de uso del edificio, como el uso energético para la fabricación del aislamiento adicional, tema que se tratará en el siguiente apartado sobre ciclo de vida y sostenibilidad. De cara a un concepto de edificio “cero energía” no solo basado en la calefacción sino en todos los consumos energéticos del edificio, se puede hablar de dos conceptos diferentes: edificios autónomos y edificios de energía neta nula. Los edificios autónomos, serían aquellos que no requieren ningún tipo de energía de fuentes exteriores al edificio, optimizando el uso de energías renovables y su acumulación y distribución en el mismo edificio. Un ejemplo de este tipo de edificio es el mostrado en la Figura 4.5.2. Obviamente hay muchas limitaciones para este concepto de casas autosuficientes, ya que generalmente requerirán sistemas más complejos que suponen inversiones muy altas, como baterías eléctricas o acumuladores de calor, que hacen que económica y medioambientalmente no sean una buena solución, si no es en situaciones especiales donde esta autonomía aporte un alto valor añadido. Figura 4.5.2. Casa autosuficiente en Friburgo. Nótese que para este tipo de casa es necesario suficiente espacio para energías renovables y sistemas de acumulación. El concepto de edificios con energía neta nula o “net zero energy buildings” (NZEB) es el más extendido en la actualidad cuando se habla de edificios cero energía. Este concepto incluye ya no solo la calefacción, sino todos los consumos energéticos de un edificio, y se refiere a un edificio conectado a la red eléctrica, a través de la cual hay un intercambio de energía, pero que debe ser cero a lo largo del año, o negativo en el caso de que haya que compensar también otras fuentes de energía no renovables usadas en el edificio (por ejemplo, el uso de gas debería ser compensado con una mayor inyección de electricidad a red). 257 Figura 4.5.3. Edificio “energía neta cero” de Acciona Solar en Navarra. Obsérvese que gran parte de cubierta y fachada sur están cubiertas de paneles fotovoltaicos para lograr un balance anual neto nulo de energía en uso. En países como EEUU ya hay objetivos de progresar hacia este tipo de edificios de energía neta nula en fase de uso, combinando la reducción de la demanda energética de edificios con la introducción de energías renovables, como se puede observar en la Figura 4.5.4. Typical 2200 sq. ft. home - $1600/yr. Energy Demand 2200 Typical at 15% savings Building America goal: 60-70% energy savings Net-Zero Energy Use Purchased Energy 2020 Energy Production ZEH-0 supplies the remaining 30-40% of energy needs from solar electricity and heat Solar Supply 2000 ZEH-50 ZEH-25 ZEH-0 Progression to Full ZEH Figura 4.5.4. Intenciones de progresión hacia edificios cero energía en EEUU. En Europa, la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios, refundida en Mayo de 2010, propone que a más tardar el 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos sean edificios de consumo de 258 energía casi nulo; y que después del 31 de diciembre de 2018, los edificios nuevos que estén ocupados y sean propiedad de autoridades públicas sean también edificios de consumo de energía casi nulo. En este contexto, se define un «edificio de consumo de energía casi nulo» como aquel con un nivel de eficiencia energética muy alto, calculado en conformidad con los parámetros establecidos en la mencionada Directiva, que son los que han sido tenidos en cuenta por las diferentes metodologías de cálculo energético empleadas en los distintos países Europeos, y que han sido aplicadas generalmente a través de herramientas informáticas (en España, LIDER/CALENER). La definición continúa exigiendo que “la cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno”. Aunque la definición concreta de lo que es “cero energía” o “casi cero energía” está todavía sin concretar, al igual que aspectos como la consideración de energías renovables cercanas al edificio en los cálculos, esta directiva es un buen ejemplo de cómo se percibe la evolución hacia edificios “cero energía” como una combinación de eficiencia energética e integración de energías renovables en los edificios. 4.5.2. Introducción al análisis energético de edificios y herramientas disponibles Durante los últimos 50 años se han desarrollado multitud de herramientas de cálculo y simulación energética que permiten analizar el comportamiento energético de los edificios en gran detalle. Herramientas de referencia en este campo han sido desarrolladas por el Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL) en EEUU, e incluyen el THERM, para análisis de puentes térmicos en elementos constructivos o el WINDOW para análisis detallado de propiedades térmicas y de trasmisión solar de cerramientos acristalados. Estas herramientas son especialmente interesantes cuando se combinan con motores de cálculo del edificio completo, como el DOE o el EnergyPlus. Las herramientas de cálculo y simulación han evolucionado hasta un nivel que permite actualmente un análisis detallado de edificios y fachadas más complejas con una mayor sencillez y rapidez para el usuario. Herramientas como DesignBuilder permiten el modelado en 3D de diferentes opciones de construcción, y sirven como plataforma de usuario para usar los motores de cálculo como el EnergyPlus, facilitando el calculo de consumos horarios y anuales de un edificio (subdividido en calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación), las cargas máximas, radiación solar, flujos térmicos en cada componente de construcción, emisiones de CO2, contribución de iluminación natural, grado de deslumbramiento (glare index), confort térmico, etc. Incluso a nivel normativo existen herramientas en los distintos países, como el CALENER en España, que sin ser especialmente adecuadas para su uso en fase de diseño permiten calcular los consumos energéticos de un edificio y estudiar diferentes variables. La Figura 4.5.5, muestra un modelo de oficina desarrollado con DesignBuilder; y la Figura 4.5.6, muestra una página de resultados para el edificio anterior, calculada por EnergyPlus con DesignBuilder como plataforma. Figura 4.5.5. Ejemplo de modelo para cálculo energético de una oficina desarrollado con DesignBuilder. 259 Temperature (ºC) 30 25 20 15 10 5 0 Air Temperature Radiant Temperature Operative Temperature Culside Dry - Build Temperature Heat Balance (kW) 250 200 150 100 50 0 -50 -100 11 Mon Glazing Occupancy 12 Tue 13 Wed 14 Thu 15 Fri Walls Ceilings (int) Flors (int) Ground Floors Solar Gains Exterior Windows Zone/Sys sensible Hating 16 Sat 17 Sun Roofs General Lighting Zone/Sys sensible Cooling Computer + Equip Figura 4.5.6. Ejemplo de resultados para el edificio anterior, de lunes a domingo en invierno, donde se puede observar temperaturas horarias (temperatura operativa alrededor de 20ºC en horario de ocupación), cargas térmicas necesarias para alcanzar esas temperaturas, ganancias solares, etc. Este tipo de herramientas, junto a la multitud de soluciones de productos constructivos altamente eficientes que existen actualmente en el mercado, ofrecen posibilidades a arquitectos e ingenieros de colaborar en el diseño y especificación de edificios con mínimos consumo de energía y máximo confort, a un nivel que hasta hace poco no era posible. Son una herramienta básica para permite avanzar hacia los edificios “cero energía” del modo definido en la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios, con gran eficiencia y muy reducida demanda de energía, que se puede satisfacer con sistemas de energías renovables. En el siguiente apartado se muestra como incluso este detallado análisis puede no ser suficiente para optimizar edificios hacia el concepto de “cero energía”, ya que este concepto debería evolucionar hacia la consideración de todo el ciclo 260 de vida del edificio, incluyendo la fabricación de sus componentes y todos aquellos aspectos de influencia en dicho ciclo. 4.5.3. Perspectiva de ciclo de vida en edificios cero-energía La construcción de un edificio y su equipamiento requiere un gran aporte energético y de recursos naturales debido a los procesos de extracción, transporte y procesado de materiales. Es lo que frecuentemente se conoce como “energía embebida” de un producto. Este aporte energético que es incorporado en el edificio ha sido tradicionalmente ignorado, puesto que el consumo de energía en uso del edificio a lo largo de su vida útil era mucho mayor. Actualmente, y a medida que creamos edificios más eficientes y complejos, la energía embebida en la construcción se incrementa y hay casos en los que puede ser comparable a la energía consumida en el uso del edificio a lo largo de su vida útil. Para los edificios “cero energía” que aspiran a un balance energético nulo anual, la energía incorporada representa obviamente el 100% del consumo energético durante el ciclo de vida. Por esto, es cada vez más importante evaluar de algún modo la energía incorporada o embebida en cada uno de los componentes del edificio, tanto en la envolvente, como en los sistemas de acondicionamiento, en los sistemas de energías renovables, etc. Esta evaluación forma parte de lo que se llama análisis de ciclo de vida de un edificio. El análisis del ciclo de vida se ha utilizado desde los años 70 para cuantificar aspectos medioambientales de diferentes productos, desde la extracción de los materiales, el procesado, uso y reciclaje o deshecho del material. Originariamente usado para procesos de envasado en industrias químicas, en los años 90 se empezó a popularizar como método de cuantificación de uso de recursos e impacto medioambiental de edificios. Desde entonces, se han desarrollado numerosas bases de datos y herramientas que permiten calcular con diferentes indicadores y grados de complejidad los impactos medioambientales de los diferentes materiales usados en construcción. Herramientas como GABI o SIMAPRO contienen datos sobre impactos medioambientales de multitud de materiales y elementos constructivos, separados en distintos indicadores y categorías, como pueden ser el efecto sobre el cambio climático, consumo de diferentes recursos, consumo de materiales de referencia, contaminantes atmosféricos, etc. Aspectos del análisis del ciclo de vida también se vienen integrando de manera indirecta desde hace casi dos décadas en sistemas voluntarios de certificación medioambiental como el LEED o el BREEAM. Junto con multitud de otros aspectos medioambientales como la ecología, residuos, aguas, calidad de ambiente interior, etc., cuidando aspectos del ciclo de vida se ayuda a puntuar en las distintas categorías para obtener un nivel de certificación que, por ejemplo, viene definido como plata, oro o platino en LEED. Pero a pesar de la importancia del análisis del ciclo de vida y de la existencia de estos métodos y herramientas, la realidad en la mayoría de métodos de certificación energética actuales, incluyendo los métodos derivados de la mencionada Directiva Europea de Eficiencia Energética en la Edificación (en España el método derivado del RD 47/2007), se basan en métodos exclusivamente referidos a los cálculos de la energía en uso. Como ejemplo, estos métodos otorgarían la misma calificación a un edifico que ha especificado al detalle materiales de bajo impacto ambiental y baja energía embebida, y que alcanza a ser “cero energía” mediante un cuidado diseño pasivo y una selección de energías renovables de bajo impacto, que a un diseño de edificio convencional e ineficiente al que simplemente se le añaden multitud de paneles fotovoltaicos. Para poder comparar diferentes edificios “energía cero”, es necesario añadir otros indicadores que se puedan integrar fácilmente en los cálculos energéticos habituales, y desde la perspectiva de ciclo de vida uno de los más interesantes es el consumo de energía primaria no renovable por unidad de producto, que es lo que generalmente se conoce como energía embebida. Conocer este dato sobre los elementos constructivos de un edificio permitiría comparar la energía embebida con la energía usada para acondicionar el edificio durante su vida útil. Una de las barreras para la aplicación de esta aproximación, consiste en que actualmente no existen datos para muchos productos específicos y para hacer este tipo de análisis hay que utilizar datos genéricos de bibliografía o bases de datos no públicas. Sin embargo, el Reglamento de Productos de la Construcción, publicado en 2011, añade un nuevo requisito a los productos de construcción: el “uso sostenible de los recursos naturales”. Que obligará a todos los productos de construcción a declarar el consumo de recursos, entre otros la energía embebida, a partir de Julio de 2013. Por tanto, teniendo en cuenta tanto la Directiva que exigirá edificios “cero energía”, como el Reglamento de Productos que proporcionará datos de energía embebida de componentes de construcción, el siguiente paso en la definición de “cero energía” podría ser un nuevo estándar 261 como el de “Edificio cero energía en el ciclo de vida” o “Life Cycle Zero Energy Buildings” (LC-ZEB), donde la suma de la energía primaria consumida en la operación del edificio y la energía primaria incorporada en sus materiales y sistemas, deben ser compensados por la energía producida por los sistemas de energías renovables en el edificio. En la Figura 4.5.7 se puede observar una descripción gráfica de la definición, con la línea LC-ZEB describiendo a aquellos edificios donde la energía embebida en los productos y sistemas del edificio (anualizada por año de vida útil) es compensada por la energía negativa en fase de uso. Estos edificios estarían típicamente en el cuarto cuadrante del gráfico. Esta nueva definición permitiría distinguir entre dos edificios “cero energía”, que no tienen consumo en fase de uso pero tienen diferente energía embebida, y en este gráfico estarían a diferente distancia del LC-ZEB. Uso anual de energía (kWh energía primaria) Edificio convencional Edificio de bajo consumo Edificio de muy bajo consumo Edificios ‘cero energía’ (diferente energía embebida) Energía embebida anualizada (kWh energía primaria) Edificio productor de energía EB -Z LC Figura 4.5.7. Concepto de LC-ZEB, Adaptado de Hernández P., Kenny P (Fuente: “From net energy to zero energy buildings: Defining life cycle zero energy buildings (LC-ZEB)”. Energy and Buildings 2010;42:815–821). 4.5.4. Ejemplo práctico de cálculo de opciones en rehabilitación hacia cero energía Anteriormente, se han comentado las herramientas que pueden permitir hacer un análisis de ahorro de consumo energético mediante cálculo y simulación, y que son fundamentales a la hora de estimar los beneficios de una solución de rehabilitación. Paralelamente a estos análisis, y en particular a medida que nuestros objetivos se orientan hacia edificios de consumo nulo de energía, un objetivo fundamental de diseño debería 262 ser también minimizar la energía embebida que acarrea la utilización de elementos constructivos más complejos. En todo caso se debe asegurar que la energía embebida adicional que se añade al edificio sea menor que la energía que se va a ahorrar con esa medida de rehabilitación durante su vida útil. Esto se puede volver complicado a medida que nos acercamos a niveles muy bajos de energía, y se llega a límites, por ejemplo, donde es mejor buscar alternativas de energías renovables que seguir aislando la envolvente. En la práctica, para efectuar este tipo de análisis se necesita tanto una herramienta de cálculo detallado de consumo energético como una potente base de datos de materiales y elementos de construcción. La energía embebida de cada elemento constructivo se divide por sus años de vida útil, de modo que el indicador de energía embebida sea representado en kWh/m2·año, permitiendo una comparación directa con los datos de consumo energético que aportan las herramientas de cálculo y simulación energética. Un detalle esquemático de este concepto aplicado a la simulación de un edificio de oficinas con diferentes fachadas se puede ver en la Figura 4.5.8. Confort Visual Localización (Datos climáticos) Aislamiento envolvente Edificio a rehabilitar: Opciones de actuación Sistemas calefacción / refrigeración Energías renovables Datos de simulación (Sistemas de calefacción, refrigeración, ocupación, cargas internas, etc.) Cálculos Energéticos (DESIGNBUILDER/ CALENER, etc.) Confort Visual CARGAS TÉRMICAS Diseño sistemas calefacción - refrigeración - ventilación EN USO: kWh/m2 año Kg CO2/m2 año TOTAL (EN USO + EMBEBIDA) kWh/m2 año - Kg CO2/m2 año Energía Embebida Carbón Embebido BASE DE DATOS Energía Embebida: kWh/m2 año Carbón Embebido Kg CO2/m2 año Figura 4.5.8. Diagrama de flujo de método de perspectiva de ciclo de vida en el análisis energético de edificios Tomando como referencia un edificio a rehabilitar, se pueden ir integrando medidas de mejora energética. Aplicando este cálculo combinado, se estima al mismo tiempo el efecto que tienen estas medidas en la reducción del uso energético en fase de uso y la energía embebida asociada a las medidas. El “beneficio energético neto” de aquellas soluciones que se quieran implantar en un edificio será la diferencia entre la energía total (la energía en uso más la energía embebida) de las diferentes opciones. En cuanto a este “beneficio neto”, se debería intentar que sea lo mas alto posible y, por ejemplo, para variaciones en diseños de la envolvente, se debería intentar que el beneficio neto siempre supere aquel beneficio neto que se podría lograr con energías renovables instaladas en el propio edificio. Para ayudar en la toma de decisiones, se puede introducir el concepto de “Ratio de Energía Neta” (REN) para la evaluación del ciclo de vida energético de las diferentes opciones de rehabilitación. El REN se calcula como el número de veces que una medida de mejora energética en un edificio “devuelve” en forma de ahorros energéticos la energía embebida de esta medida: (4.5.1) 263 Para el cálculo, se necesita expresar ambos parámetros en un indicador relevante al uso de recursos energéticos, como son los kWh de energía primaria no renovable. Para los productos asociados a una medida de mejora, se considerará su energía embebida dividida por la vida útil, de modo que se pueda expresar en kWh/año, y sea directamente comparable con los resultados de los ahorros energéticos anuales obtenidos. De esta manera, el REN nos permite comparar distintas medidas desde un punto de vista energético de ciclo de vida. Un cálculo detallado requiere cuantificar la procedencia y el proceso de fabricación de cada uno de los materiales, su transporte, instalación o puesta en obra, etc. Por simplificación, y dado que por el momento estos datos en España no están disponibles, este estudio utiliza datos estándar de varias referencias (en lo posible, europeas). Con iniciativas como el Proyecto Singular Estratégico CICLOPE, las cada vez más comunes Declaraciones Ambientales de Producto, o el Reglamento de Productos de la Construcción ya comentado, se espera que estos datos estén cada vez más disponibles en un futuro próximo. De esta manera, este tipo de estudios podrían ser concretados con datos mas específicos como energía embebida de un suministrador en concreto, costes energéticos por transporte hasta la obra, puesta en obra, instalación y mantenimiento, etc. A continuación, se van a evaluar, con la perspectiva de ciclo de vida explicada, diferentes opciones de mejora de un edificio de viviendas en Eibar, Gipuzkoa. El edificio consta de una planta baja y cinco plantas de viviendas, con cuatro viviendas por planta. El total de área acondicionada del edificio es de 1,600 m2, con un área media por vivienda de 80m2. En el eje central del edifico se sitúan las zonas de comunicación y en cada uno de sus extremos, el edificio presenta una zona acristalada para favorecer la ventilación cruzada de las viviendas, evitando con esta solución la instalación de equipos de refrigeración. Figura 4.5.9. Modelo 3D del edificio estudiado. Este edificio tiene características que se ajustan a los requisitos actuales mínimos para el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE); por ejemplo, el nivel de aislamiento en fachada corresponde a una U=0,73 W/m2K. 264 En este estudio se considerarán diferentes opciones de mejora del comportamiento energético en la fase de operación del edificio, y adicionalmente se considerará la energía embebida que supone la implementación de estas mejoras, para obtener una perspectiva del uso energético en el ciclo de vida. A los habituales cálculos del comportamiento energético del edifico en fase de operación, se le añade, por tanto, el consumo de energía primaria (en kWh) que va embebida en los productos y sistemas usados en la construcción del edificio. De esta manera, para diferentes opciones de diseño y especificación del edificio, puede compararse directamente la energía embebida con la energía consumida en la operación del edificio, y calcular el REN de cada actuación, de modo que puedan seleccionarse las estrategias que más se aproximen a un edificio LC-ZEB. La herramienta de cálculo empleada para la evaluación del comportamiento energético y los ahorros de las diferentes opciones de diseño del edificio en su fase operativa ha sido el EnergyPlus, programa desarrollado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) para simular los procesos de transferencia de calor, la ventilación natural, los sistemas de climatización, la iluminación y otros factores relacionados con el consumo energético de los edificios. El interface DesignBuilder ha sido utilizado para facilitar la creación del modelo virtual del edificio, la inserción de datos de uso y ocupación del edificio, los parámetros y eficiencia de sistemas y equipos y para la creación del modelo virtual del edificio. Las cargas térmicas debidas a la iluminación y otros equipos eléctricos, el índice de ocupación y los horarios de utilización, se han definido acordes al uso previsto del edificio (vivienda residencial). La temperatura ambiente de referencia en modo calefacción ha sido considerada de 20ºC para todas las viviendas, en horas de ocupación. Una caldera de gas de rendimiento 80% es empleada para provisión de calefacción y agua caliente. Para el modelo de edificio existente, que se limita al cumplimiento de los requisitos del CTE, el consumo mensual viene detallado en la Figura 4.5.10 (los datos se presentan en forma de energía primaria). De esta manera, cada kWh de consumo de gas ha sido multiplicado por el factor 1,07 y cada kWh de consumo de electricidad por el factor 2,466, de acuerdo con los factores de conversión a energía primaria publicados por el IDAE. Agua Caliente Sanitaria (Gas) Calefacción (Gas) Iluminación Electricidad - Varios kWh energía primaria 25000 20000 15000 10000 5000 0 Mes del año 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Figura 4.5.10. Consumo energético de energía primaria para el bloque de viviendas estudiado, con especificaciones de acuerdo al CTE (edificio de referencia). 265 El mayor consumo es para calefacción, con aproximadamente el 34% del consumo total de energía primaria anual, que se concentra obviamente en la temporada invernal. El agua caliente se corresponde aproximadamente con el 16% de la energía consumida anualmente, con una distribución de consumo bastante estable a lo largo del año. Los consumos de iluminación y otros varios de electricidad suman aproximadamente el otro 50% de la energía primaria anual, y también están distribuidos de manera bastante homogénea a lo largo del año. En el siguiente apartado, se analizan desde la perspectiva del ciclo de vida las siguientes estrategias de mejora del comportamiento energético del edificio: - Incrementar el aislamiento de los cerramientos opacos hasta que se alcance un valor de U=0,20 W/m2K. opacos hasta que se alcance un valor de U=0,10 W/m2K. - Añadir 40 m2 de paneles solares térmicos en cubierta, para contribuir a la reducción de energía consumida para agua caliente sanitaria. - Añadir otros 80 m2 adicionales de paneles solares térmicos en cubierta, para contribuir a la reducción de energía consumida para agua caliente sanitaria y calefacción. - Añadir una instalación de intercambio geotérmico con bomba de calor, para suministrar calefacción y agua caliente al edificio. - Añadir paneles solares fotovoltaicos en cubierta, para producir electricidad y compensar el uso energético del edificio. Incremento de niveles de aislamiento: - Incrementar el aislamiento de los cerramientos opacos hasta que se alcance un valor de U=0,15 W/m2K. - Incrementar el aislamiento de los cerramientos La Figura 4.5.11, compara los consumos energéticos de la opción de referencia y los tres niveles considerados de mejora del aislamiento, en forma de resultado anual en kWh energía primaria. 160000 kWh energía primaria 140000 120000 100000 80000 60000 40000 20000 0 Referencia (U=0.73 W/m2k) Mejora 1 (U=0.20 W/m2k) Mejora 2 (U=0.15 W/m2k) Agua Caliente Sanitaria (Gas) Calefacción (Gas) Mejora 3 (U=0.10 W/m2k) Iluminación Electricidad - Varios Figura 4.5.11. Consumos totales del edificio para diferentes niveles de aislamiento. 266 Puede observarse que los únicos cambios en el consumo energético que se producen al aumentar el aislamiento son en calefacción. La primera mejora de 0,73 a 0,20 W/m2K supone un ahorro de cerca de 17.000 kWh al año, mientras que los sucesivos incrementos de los niveles de aislamiento hasta valores de 0,15 W/m2K de 0,10 W/m2K (valores que se pueden alcanzar en viviendas que se diseñen de acuerdo al estándar Passivhaus) sólo suponen ahorros adicionales de 1.700 kWh y 1.650 kWh, respectivamente. Se han calculado (en kWh) los valores de energía embebida añadida al edificio para cada intervención de mejora del nivel de aislamiento por el exterior mediante poliestireno. Para compararlo directamente con la energía consumida anualmente en la operación del edificio, los valores totales se dividen entre el número estimado de años de vida útil. Inicialmente, para este estudio se considera una vida útil de 50 años para el aislamiento. Este resultado se puede considerar como “energía embebida anualizada” y se puede comparar con los resultados de ahorro en calefacción. La Tabla 4.5.1 presenta estos resultados para las diferentes opciones de mejora consideradas en este estudio. Concepto REF- M1M1-M2M2-M3 Energía embebida total (kWh energía primaria) 63.692 29.282 58.472 Energía embebida anualizada (50 años) (kWh energía primaria) 1.274 586 1.169 Ahorro en calefacción (kWh energía primaria) 17.000 1.700 1.650 13,3 2,9 1,4 Ratio Energía Neta (REN) Aclaración: REF = Nivel aislamiento de Referencia, U=0,73 W/m2K. M1 = Mejora 1 de nivel de aislamiento, U=0,20 W/m2K. M2 = Mejora 2 de nivel de aislamiento, U=0,15 W/m2K. M3 = Mejora 3 de nivel de aislamiento, U=0,10 W/m2K. Tabla 4.5.1. Energía primaria embebida, ahorro en calefacción y ratio de energía neta (REN) para cada mejora progresiva de aislamiento (exterior con poliestireno) Puede observarse que la primera mejora de aislamiento, tiene unos ahorros en calefacción muy grandes en comparación con la energía embebida. Si se emplea el indicador “ratio de energía neta” (que se ha definido como el cociente entre los ahorros anuales y la energía embebida anualizada), el ratio representará el número de veces que la energía embebida es “compensada” por la mejora propuesta. Así, se observa que la Mejora 1 tendría un excelente ratio de energía neta, mayor de 13; para las Mejoras 2 y 3, al ser los ahorros en calefacción bastante menores, el ratio de energía neta disminuye progresivamente, de modo que para la mejora número 3 el ahorro en calefacción no llega al doble del valor en energía embebida. Hay que señalar que en este análisis se ha usado un valor de vida útil de 50 años para el aislamiento, el cual corresponde a un valor típicamente usado en estudios de vida útil de edificios, asumiendo que el cerramiento no cambia durante su vida útil. Los valores de energía embebida usados en este apartado están sacados de la bases de datos ECOINVENT. 267 Inclusión de paneles solares térmicos: La Figura 4.5.12 compara los consumos energéticos de la opción de referencia y de dos opciones de inclusión de paneles solares térmicos: de 40 m2 para contribución a producción de agua caliente sanitaria y de 120 m2 para contribución a producción de agua caliente sanitaria y calefacción. Los cálculos en este apartado combinan EnergyPlus con el estándar de cálculo UNE-EN 15316-4-3:2008 Sistemas de calefacción en los edificios. Método para el cálculo de los requisitos de energía del sistema y de la eficiencia del sistema. Parte 4-3: Sistemas de generación de calor, sistemas solares térmicos. 160000 kWh energía primaria 140000 120000 100000 80000 60000 40000 20000 0 PANELES SOLARES 40 m2 AC EDIFICIO DE REFERENCIA Agua Caliente Sanitaria (Gas) Calefacción (Gas) PANELES SOLARES 120 m2 ACS Y CALEFACCIÓN Iluminación Electricidad - Varios Figura 4.5.12. Consumos anuales para el edificio de referencia y para las dos opciones con integración de paneles solares térmicos. Si se instalan 40 m2 de paneles solares térmicos, puede observarse que se produce un ahorro importante en energía primaria usada para producir agua caliente sanitaria, que asciende a 16.700 kWh por año. Si se instalan 120 m2 de paneles, se produce un ahorro tanto en calefacción (17.400 kWh) como en ACS (15.200 kWh), suponiendo un ahorro total de 32.600 kWh anuales. Se observa, por tanto, que al triplicar la superficie captadora la energía primaria ahorrada 268 aproximadamente se duplica, lo que es lógico si se tiene en cuenta que una superficie grande de paneles supondrá una alta captación de energía solar en verano que no será íntegramente utilizada, y que, por otra parte, podría dar problemas de sobrecalentamiento de instalaciones. Para determinar la energía embebida de las instalaciones solares, existen múltiples referencias bibliográficas, con considerables variaciones en los resultados dependiendo del método de análisis de ciclo de vida utilizado, la localización del análisis y las fuentes de información. En este estudio, se considera como una primera aproximación 900 kWh de energía primaria por metro cuadrado de instalación, incluyendo tanques de almacenamiento, bombas, válvulas y resto de componentes. Los datos se han obtenido de ECOINVENT y de trabajos de Ardente et al., 2005, Crawford and Treloar, 2004, y Kalogirou, 2009. Proyectos en marcha a nivel estatal como RENIA (2011), tratan de obtener datos de fabricantes y desarrollar herramientas de análisis de ciclo de vida para obtener estos datos, con lo que este valor se podrá ajustar más a condiciones de una instalación en concreto. Este estudio considera una vida útil de 20 años para las instalaciones solares, con lo que la energía embebida anualizada equivaldría a 45 kWh por metro cuadrado de instalación y año. La Tabla 4.5.2 muestra la energía embebida, los ahorros totales conseguidos y el ratio de energía neta para las dos instalaciones. 40 m2 de captación 80 m2 de capt. solar Concepto solar térmicatérmica adicional (total 120 m2) Energía embebida anualizada (20 años) (kWh energía primaria) 1.800 3.600 Ahorro en ACS y calefacción (kWh energía primaria) 16.700 15.900 9.3 4.4 Ratio Energía Neta (REN) Tabla 4.5.2. Energía primaria embebida, ahorros totales conseguidos y ratio de energía neta (REN) para las dos instalaciones solares consideradas. Otra opción considerada para la mejora del balance total de energía del edificio, es la instalación de paneles fotovoltaicos en cubierta para producir electricidad y contribuir a la reducción de energía eléctrica consumida en el edificio. La producción eléctrica anual se ha calculado de acuerdo a la UNE-EN 15316-4-6:2008 Sistemas de calefacción en los edificios. Método para el cálculo de los requisitos de energía del sistema y de la eficiencia del sistema. Parte 4-6: Sistemas de generación de calor, sistemas fotovoltaicos. estimar una producción anual de 90 kWh eléctricos por metro cuadrado de instalación fotovoltaica. Asumiendo que esta producción fotovoltaica sustituye al consumo eléctrico (factor de energía primaria de 2,466) puede decirse que la producción equivale a 222 kWh de energía primaria por metro cuadrado de instalación al año. Al igual que para paneles solares térmicos, hay una variedad de estudios sobre energía embebida de instalaciones fotovoltaicas de donde se han sacado los datos (ECOINVENT, 2010, Raugei et al., 2007, Pacca et al., 2007, Fthenakis and Alsema, 2006). Como aproximación, en este estudio se consideran 1.300 kWh por metro cuadrado de instalación, y asignando una vida útil de 25 años, la energía embebida “anualizada” equivaldría a 52 kWh de energía primaria. Por tanto, el REN para una instalación fotovoltaica, dividiendo el ahorro de energía entre la energía embebida, sería ligeramente superior a 4. Este método simplificado de cálculo permite En cuanto a esta tecnología hay que destacar que Puede observarse que la instalación solar térmica de 40 m2 (para agua caliente sanitaria) en este edificio daría un REN mayor que 9, y bajaría a 4,4 para la ampliación de la instalación hasta 120 m2 (para agua caliente sanitaria y calefacción). Inclusión de paneles solares fotovoltaicos: 269 en la actualidad hay múltiples métodos de fabricación de paneles fotovoltaicos, que progresivamente han ido reduciendo la energía embebida y aumentando la eficiencia a conversión eléctrica. En la actualidad, por ejemplo, con el uso de paneles policristalinos de alta eficiencia o con la aplicación de tecnología de capa fina, el REN de la fotovoltaica podría ser sensiblemente superior al valor empleado en este estudio. El proyecto RENIA, actualmente en marcha financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, aportará datos más detallados en este contexto. captador geotérmico se estima en 71.422 kWh de energía primaria y su vida útil 40 años. La energía embebida de la bomba de calor se estima en 2.152 kWh y su vida útil en 10 años. Para el depósito de almacenamiento de 2.000 litros, su energía embebida asociada se estima en 13.642 kWh y su vida útil en 40 años. Instalación de una bomba de calor con intercambio geotérmico: Al operar con un COP de 4, la energía eléctrica necesaria para cubrir la demanda térmica de 55.895 kWh es de 13.974 kWh eléctricos, que en energía primaria (factor 2,466) equivalen a 34.460 kWh/año. Puede verse, por tanto, que la energía embebida es muy inferior a la energía primaria asociada al consumo eléctrico de la bomba de calor (del orden del 7%), por lo que el rendimiento de la instalación (COP) será el factor más influyente en el análisis de ciclo de vida energético. Otra opción que se plantea en este estudio es la aplicación de una bomba de calor con intercambio geotérmico para satisfacer las necesidades de calefacción y agua caliente. La demanda térmica del edificio de referencia se ha calculado anteriormente como 37.969 kWh para calefacción y 17.927 kWh para agua caliente, lo que supone un total de 55.895 kWh anuales térmicos. Que, considerando la eficiencia de la instalación de gas y el factor de energía primaria del gas, asciende a 74.761 kWh de energía primaria. Los cálculos de la instalación geotérmica para satisfacer estas necesidades se han hecho en este caso a partir de datos de fabricantes de equipos de intercambio geotérmico y bombas de calor. La bomba de calor proyectada para satisfacer las demandas térmicas del edificio de referencia es de 10 kW de potencia eléctrica que, con un COP de 4, recuperará 30 kW del terreno y proveerá, por tanto, de una potencia máxima de 40 kW al edificio, que en combinación con un depósito de almacenamiento será suficiente para proveer al edificio de calefacción y agua caliente. Para el cálculo de la energía embebida de la instalación, hace falta calcular la profundidad de sondeo necesaria y los equipos asociados a la instalación. El intercambio geotérmico con el terreno en esta localidad se estima en 40 W por metro de sondeo, por lo que se proyectan 750 metros distribuidos en 7 perforaciones, que permitirían extraer los 30 kW térmicos del terreno. La energía embebida del 270 Anualizando todos estos valores, la energía embebida de la instalación geotérmica equivale a 2.342 kWh/año. Suponiendo que esta instalación sustituye a la caldera de gas (74.761 kWh/año de energía primaria), el REN se podría definir en este caso como la energía primaria sustituida en la opción con gas natural entre el gasto energético de energía primaria anual en la bomba de calor más su energía embebida anualizada asociada. De este modo, el REN para la instalación con COP de 4, es del orden de 2. 4.5.5. Conclusiones Tomando como referencia el ejemplo anterior, se han calculado los valores de REN para diferentes estrategias de mejora del edificio, cada una aplicada independientemente sobre dicho edificio. Es muy importante observar que si se combinan varias estrategias para disminuir el consumo de energía térmica, el ahorro de energía posible no es proporcional. Cuanto más disminuya la demanda térmica, el REN de las sucesivas actuaciones de mejora energética puede disminuir rápidamente, como ya se ha comprobado al aumentar los espesores de aislamiento o al aumentar la superficie de la instalación solar térmica. Por ejemplo, a medida que se aumenta el aislamiento y así disminuye el uso en calefacción, si se quisiera incluir una instalación solar o una instalación de bomba de calor, los ahorros potenciales sería menores y la energía embebida cobraría cada vez mayor importancia, disminuyendo el REN de estas instalaciones. Para las instalaciones fotovoltaicas, por el contrario, la relación entre producción eléctrica y energía embebida se mantiene prácticamente constante (o incluso puede mejorar levemente por economía de escala). Por tanto, en instalaciones fotovoltaicas el REN se mantiene prácticamente constante, independientemente del tamaño de la instalación y la energía producida, siempre que la instalación este conectada a una red que emplee eficientemente la energía eléctrica generada. El indicador REN, usado a menudo en el campo de la generación de energía, aplicado en edificación expresa el ratio entre los ahorros energéticos y la energía embebida asociada a ellos. Permite de esta manera la comparación de diferentes estrategias de diseño y especificación, o de integración de energías renovables en el edificio desde un punto de vista del ciclo de vida energético, que puede facilitar la toma de decisiones para rehabilitar edificios con el objetivo “cero energía en el ciclo de vida”. Se ha observado que para el edificio de estudio, en un clima marítimo, el REN para opciones de mejora de aislamiento es muy beneficioso (valores REN muy altos) con los valores actuales del CTE y hasta que se alcanzan valores de U de alrededor de 0,20 W/m2K. Si se quisiera reducir aún mas el valor de U, el uso de materiales de baja energía embebida sería necesario para mantener un REN superior al de las energías renovables. Soluciones extremas de aislamiento podrían dar ratios menores que el de la fotovoltaica (con un REN que puede estar en torno a 4 y superiores) y menores que la solar térmica (REN de 9 para instalación solar térmica para ACS y REN de 4,4 para una ampliación de la instalación que también contribuye a calefacción). relacionado al COP de la instalación, y puede estar en torno al 2 para una bomba de calor con un COP de 4. Una buena estrategia para llegar a rehabilitar este edificio hacia “cero energía en su ciclo de vida” sería por tanto priorizar aquellas medidas con un mayor REN, lo cual supondría en primer lugar una mejora del aislamiento hasta valores de U en torno a 0,20 W/m2K, después la instalación de paneles solares térmicos para agua caliente (al menos, 40 m2) y finalmente la incorporación de un sistema solar fotovoltaico hasta suplir la demanda restante de energía. Como conclusión final de este análisis de conceptos de edificios cero energía y de estrategias de rehabilitación, hay que insistir en que la minimización del consumo energético del edificio en fase de uso no debe realizarse dejando de lado la evaluación de la energía embebida y de otros aspectos medioambientales asociados a materiales y equipos instalados en edificios. La normativa actual y la Directiva 2010/91/CE relativa a la eficiencia energética de los edificios (refundición), que expresa que los edificios nuevos deben ser a partir de 2021 de consumo “casi nulo”, considera de momento únicamente la fase de uso del edificio, ignorando la energía embebida. Añadiendo a esta directiva un análisis conjunto de la energía embebida y utilizando nuevos indicadores como el “ratio de energía neta”, presentado en este estudio para tomar decisiones en estrategias de rehabilitación, se puede evolucionar hacia una perspectiva más amplia que ayude a minimizar el uso de recursos energéticos en todo el ciclo de vida. Para sistemas como la utilización de bombas de calor con intercambio geotérmico, el REN estará muy 271 REFERENCIAS 4 4.1 • Comisión Europea (2011) Evaluación de la pobreza energética en Bélgica, España, Francia, Italia y Reino Unido. EPEE Project WP2- Deliverable 6, disponible en: http://www.fuel-poverty.org/files/WP2_D6_SPANISH.pdf • Fariña Tojo, J. 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(2010): Reducción de la insostenibilidad mediante la rehabilitación urbana, disponible en habitat. aq.upm.es/gi/mve/2009-rdlimlru.pdf 4.2 • Técnicas de climatización; Ed. Marcombo; Ángel Luis Miranda (2007). • Manual de instalaciones de calefacción por agua caliente; Ed. AMV; Franco Martín Sánchez (2003). • Instalaciones de fontanería, saneamiento y calefacción; Ed. AMV; Franco Martín Sánchez (1997). • “Instalaciones de calefacción por suelo radiante”; F. Sánchez Quintana (1992). • Calefacción y agua caliente sanitaria; Ed. AMV; J. de Andrés y Rodríguez-Pomatta (1991). • Guía práctica de calefacción individual o doméstica; Ed. Tedecsa; Antonio Morales Pelarda y Miguel Zulueta Elorza (1988). • Manuales técnicos de fabricantes: Barbi, Tradesa, Orkli y Zent-Frenger. • Norma UNE–EN 1264-1; Calefacción por suelo radiante. Sistemas y componentes: Definiciones y símbolos. • Norma UNE–EN 1264-2; Calefacción por suelo radiante. Sistemas y componentes: Determinación de la emisión térmica. 272 • Norma UNE–EN 1264-3; Calefacción por suelo radiante. Sistemas y componentes: Dimensionamiento. • Norma UNE–EN 1264-4; Calefacción por suelo radiante. Sistemas y componentes: Instalación. • Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) aprobado mediante el RD 1027/2007 del 20 de Julio de 2007. • Código Técnico de la Edificación (CTE) aprobado mediante el RD 314/2006 del 17 de Marzo de 2006. 4.5 • ARDENTE, F., BECCALI, G., CELLURA, M. & LO BRANO, V. (2005) Life cycle assessment of a solar thermal collector. Renewable Energy, 30, 1031-1054. • Besant, R.W., R.S. Dumont, and G. Schoenau, The Saskatchewan conservation house: Some preliminary performance results. Energy and Buildings, 1979. 2(2): p. 163-174. • Butti K., Perlin J. “A Golden Thread, 2500 Years of Solar Architecture and Technology”. Van Nostrand Reinhold Company. 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Son los denominados requisitos mínimos. – La promoción de edificios de nueva planta cuyo consumo de energía sea netamente inferior al que se deriva de la aplicación estricta de la reglamentación. – En el sector de los edificios existentes se trata de identificar, para cada edificio, una relación de medidas de mejora que, dentro de un contexto de viabilidad técnica y económica, supongan una mejora significativa de la eficiencia de dicho edificio. 274 La normativa en materia energética se convirtió en el gran instrumento para la implementación de políticas energéticas y el cumplimiento de los compromisos internacionales. No obstante, por un lado esta directiva no ha cumplido con las expectativas creadas y por otro nos encontramos con un nuevo contexto energético y medioambiental más exigente que nos habla de: – Aumentar la eficiencia energética para alcanzar el objetivo de reducir el consumo energético en la Unión Europea en un 20% para 2020. – Reducir, para 2020, las emisiones totales de gases de efecto invernadero en un 20% como mínimo con respecto a los niveles de 1990. – Fomentar el uso de energía procedente de fuentes renovables con el objetivo vinculante de que la energía procedente de fuentes renovables represente el 20% del consumo de energía total de la Unión para 2020 En consecuencia, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea deciden que “debiéndose llevar a cabo modificaciones sustantivas, conviene, en aras de una mayor claridad”, proceder a la refundición de dicha Directiva que pasa a denominarse Directiva 2010/31/UE relativa a la eficiencia energética de los edificios (refundición). OBJETIVOS TRANSPOSICIÓN EN ESPAÑA El endurecimiento progresivo de la reglamentación sobre calidad térmica de los edificios de nueva planta Real Decreto 314/2006 Código Técnico de la Edificación CTE - (DB-HE) La promoción de edificios de nueva planta con alta eficiencia energética Real Decreto 47/2007 Certificación energética de edificios nuevos Identificación de medidas de mejora de la eficiencia energética en edificios existentes dentro de un contexto de viabilidad técnica y económica Real Decreto 1027/2007 Reglamento de Instalaciones térmicas de edificios Real Decreto X/2012 Certificación energética de edificios existentes Figura 5.1. Esquema general de la transposición de la DEEE. 275 5.2.1 Estructura de los aspectos energéticos en el Código Técnico de la Edificación (Documento Básico – HE) Los aspectos energéticos del CTE (sección de ahorro de energía) se encuadran en 5 documentos básicos (Figura 5.2). A diferencia de la mayoría de los países de la UE, puede comprobarse que en España no existe una exigencia global en consumo energético o en emisiones (el denotado nivel 0) ni siquiera una exigencia para los usos de la energía. Los documentos básicos lo que contienen son exigencias indirectas relativas a la limitación de demanda, la mejora del rendimiento o de empleo de energías renovables, tal como se esquematiza en la Figura 5.2, en la que se puede observar cómo las prescripciones de nivel 2 se corresponden fielmente con el contenido de los documentos básicos. NIVEL 0NIVEL 1NIVEL 2CTE Consumo Demanda HE1 Calefacción Total Rendimiento HE2 Demanda HE1 Refrigeración Rendimiento HE2 Cont. Solar HE4 Agua Caliente Sanitaria Rendimiento HE2 Cont. Solar HE5 Iluminación Rendimiento HE3 Uso general electricidad Cont. Solar HE5 Figura 5.2. Jerarquía de prescripciones en el CTE-DB-HE Cada uno de los aspectos anteriores incluye una toma de decisiones a cuatro niveles diferenciados: – – – La cuantificación de las exigencias Su materialización formal. Los procedimientos de verificación. A título de ejemplo de lo anterior, las exigencias vinculadas a la limitación de la demanda, contenidas en el DB HE1 se basan en conseguir un ahorro medio del 25% frente a la situación reglamentaria anterior (NBE-CT 79). Las exigencias 276 se materializan con un procedimiento relativo en el que el edificio a construir se compara con un edificio de referencia con unas calidades constructivas de referencia que dependen del clima y del uso del edificio. Finalmente, la comparación se hace directamente comparando las calidades constructivas (la denominada vía prescriptiva o simplificada) o indirectamente mediante un procedimiento informático denominado LIDER o cualquier otro procedimiento reconocido (la denominada vía prestacional o general). Ambas vías se ilustran en la Figura 5.3. BB HE 1: OPCIONES DE CUMPLIMENTACIÓN EDIFICIO OPCIÓN SIMPLIFICADA OPCIÓN SIMPLIFICADA VALORES LÍMITE DE PARÁMETROS CARACTERÍSTICOS ¿CUMPLE? DEMANDA EDIFICIO OBJETO NO NO DEMANDA EDIFICIO DE REFERENCIA ≤ ¿CUMPLE? SI SI CUMPLE LAS EXIGENCIAS DE LA SELECCIÓN HE1, LIMITACIÓN DEMANDA ENERGÉTICA Figura 5.3. Opciones de cumplimentación del DB HE1. 5.2.2 Estructura de la certificación energética de edificios Una vez que el edificio ha cumplido con las exigencias del código técnico, se debe proceder a su certificación energética. Como se indica en la DEEE, uno de los objetivos del certificado de eficiencia energética de un edificio es que el consumidor pueda comparar y evaluar la eficiencia energética de un edificio determinado frente a otros. Puesto que cumplir con el CTE-HE sólo garantiza unos mínimos de calidad energética, es obvio que habrá edificios que se limiten a satisfacer esos mínimos mientras que habrá otros que presenten niveles muy superiores. La elaboración del esquema de certificación ha requerido la toma de decisiones a tres niveles: – Qué se comportamiento). compara (Indicadores de – Cómo se materializa la comparación (Escala de calificación). – Qué procedimientos se utilizan para obtener los indicadores que permiten comparar los edificios. En España, se comparan muchas cosas (indicadores intermedios) aunque el indicador definitivo son las emisiones globales de CO2 por m2 y año que tiene el edificio con un uso estandarizado durante un año climático de referencia. La comparación se materializa con la ya clásica escala de 7 letras (A hasta G) que se denominan clases de eficiencia energética. Para entrar en esta escala hay que calcular los denominados indicadores de eficiencia energética. En síntesis, un indicador de eficiencia energética es el ratio entre el indicador 277 de comportamiento energético correspondiente al edificio objeto y un valor de referencia consistente. En la Figura 5.4, se muestra la relación entre el indicador de eficiencia energética y las clases de eficiencia para un caso concreto, en este caso, viviendas unifamiliares situadas en Madrid. A B C D E F Clase A Clase B Clase C Clase D Clase E Si Si Si Si Si IEEG < 0.37 0.37 < IEEG < 0.60 0.60 < IEEG < 0.93 0.93 < IEEG < 1.43 1.43 < IEEG G Figura 5.4. Ejemplo de relación entre el indicador de eficiencia energética y las clases de eficiencia. Puede comprobarse de la tabla de asignación de clases cómo la referencia (IEEG =1) se encuentra en la clase de eficiencia D y cómo por ejemplo para obtener la clase de eficiencia A el edificio objeto debe tener unas emisiones de CO2 un 63% (10037) inferiores a las de referencia. Desde el punto de vista de las autoridades que elaboran las políticas energéticas, el objetivo del certificado es promover edificios mucho mejores energéticamente que los que se derivarían del cumplimiento estricto del CTE-HE para lo que se han arbitrado subvenciones (normalmente en forma de €/m2) para aquellos edificios que alcanzan las clases de eficiencia B o A. En cuanto a los procedimientos que se utilizan para obtener los indicadores de eficiencia energética, CALENER es la herramienta oficial y, en principio, se utilizará en todos los casos para los que se haya utilizado previamente LIDER. Para los edificios que hayan optado por la opción prescriptiva existe la posibilidad de obtener también 278 el certificado energético por una vía prescriptiva aplicable a edificios de viviendas. Para cada zona climática hay una serie de soluciones técnicas y en síntesis su filosofía viene a decir que “los edificios de viviendas que se limitan a cumplir los requisitos del CTE y no demuestran ningún otro aspecto relativo a sus prestaciones energéticas tienen por defecto la clase E, con la excepción de aquellos que están incluidos en alguna de las soluciones técnicas a los que se les asigna la clase D”. Se puede fácilmente concluir que las dos vías que se han desarrollado hasta el presente están muy alejadas entre sí, tanto por complejidad de aplicación como por la calidad que se le permite a los edificios que opten a ellas, por lo que se han desarrollado opciones simplificadas intermedias. REQUISITOS MÍNIMOS CTE - HE EDIFICIO OPCIÓN SIMPLIFICADA OPCIÓN GENERAL VALORES LÍMITE DE PARÁMETROS CARACTERÍSTICOS LIDER CERTIFICACIÓN PRESCRIPTIVA LETRAS D Y E PROCEDIMIENTOS SIMPLIFICADOS CE2, CERMA, CES CALENER CERTIFICACIÓN Figura 5.5. Relación entre procedimientos de verificación del CTE y procedimientos de certificación. 5.3 ASPECTOS DIFERENCIALES ENTRE LA CERTIFICACIÓN DE EDIFICIOS NUEVOS Y LA CERTIFICACIÓN DE EDIFICIOS EXISTENTES El borrador de proyecto de real decreto por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de edificios existentes (versión de 31 de octubre de 2008) incorpora dos diferencias sustanciales respecto a su homólogo 47/2007 para edificios de nueva planta. Al igual que éste, el ámbito de aplicación obliga a que todos los edificios existentes, cuando se vendan o alquilen, dispongan de un certificado de eficiencia energética. La novedad, que además incrementa la exigencia fijada por la propia Directiva, al hacer obligatorio que cualquier edificio que tenga una instalación centralizada con una potencia nominal térmica en generación de calor o frio mayor de 400 kW, con independencia de su venta o alquiler, deba disponer de un certificado de eficiencia energética en unos plazos de tiempo determinados. Se pretende así, que el parque de edificios más consumidores de energía de nuestro país se comience a calificar energéticamente de forma ordenada comenzando en primer lugar por aquellos edificios con un mayor consumo energético, de forma que puedan disponer de recomendaciones que les permita reducir su consumo de energía. Es precisamente éste último tema de las recomendaciones la segunda de las novedades. Entre la información que debe contener el certificado de eficiencia energética del edificio existente se encuentra un nuevo documento “conteniendo un listado con un número suficiente de medidas, recomendadas por el técnico certificador, clasificadas en función de su viabilidad técnica, funcional y económica, así como su repercusión energética, que permitan, en el caso de que el propietario del edificio decida acometer voluntariamente esas medidas, que la calificación energética obtenida mejore como mínimo un nivel en la escala de calificación energética, si la calificación de partida fuera la B, o dos niveles, si la calificación de partida fuera C, D, E, F o G”. 279 Traducido lo anterior a términos prácticos se encuentra que, salvo en el improbable caso de que el edificio originariamente fuera clase A o B, en los restantes casos se deben proponer medidas que supongan una reducción del orden del 50% de las emisiones de CO2, lo cual no es en absoluto trivial. No obstante, hay que hacer notar que la escala de calificación, para los edificios destinados a vivienda, no está totalmente definida en el Real Decreto 47/2007, sino sólo de manera cualitativa. Ha sido necesario, por tanto, realizar un trabajo complementario orientado a determinar los valores medios de los indicadores del parque edificatorio. En efecto, la norma CEN EN 15217 establece que los límites de las clases de energía se establecerán en base a 3 indicadores energéticos: – El correspondiente al edificio objeto. – El valor medio del indicador correspondiente a edificios similares de nueva planta que sean conformes con la reglamentación vigente en el año 2006. – El valor medio del indicador correspondiente a los edificios similares del parque edificatorio existente en el año 2006. En España, el valor medio del indicador de edificios conformes con la reglamentación 2006 está situado en la clase D, mientras que el valor medio del indicador correspondiente a los edificios similares del parque edificatorio está justo en la frontera entre las clases E y F. A título de ejemplo, la Figura 5.6 despliega la escala correspondiente al indicador de demanda de calefacción para viviendas unifamiliares en Sevilla, donde puede apreciarse las líneas rojas que corresponden a los dos valores medios citados. ESCALA DE CALIFICACIÓN PARA EDIFICIOS NUEVOS Y EXISTENTES Referencia 1 promedio CTE - HE 2006 1 AB C 0.9 Referencia 2 promedio stock edificios existentes D E F G 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140 Demanda de Calefacción Unifamiliares (kWh/m2) Figura 5.6. Escala de calificación para demanda de calefacción de viviendas unifamiliares en Sevilla, indicando las dos referencias usadas. 280 Finalmente, y aunque no está exclusivamente relacionado con los edificios existentes, el borrador de Real Decreto incluye una disposición final cuarta que modifica el Real Decreto 47/2007. Se añade un nuevo apartado al artículo 12 con la siguiente redacción: “3. Los edificios pertenecientes a la Administración General del Estado y sus Organismos y sociedades dependientes como Ministerios, Organismos públicos, sociedades contempladas en el artículo 166.1, letras c) y d) de la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones Publicas, así como las Fundaciones públicas estatales, de nueva construcción o los existentes que se modifiquen, reformen o rehabiliten con una superficie útil superior a 1.000 m2 donde se renueve más del 25 por cien del total de sus cerramientos, deben alcanzar una calificación energética de clase A o B”. Esta disposición es totalmente coherente con los nuevos requisitos mínimos que constituyen la obligatoria revisión del CTE-HE. 5.4 GENERALIDADES SOBRE LOS PROCEDIMIENTOS DE CARACTERIZACIÓN DE EDIFICIOS EXISTENTES El objetivo general de todo esquema de la certificación de edificios existentes debe ser promover la implementación de medidas de mejora de la eficiencia energética de dichos edificios dentro de un contexto de viabilidad técnica y económica. El conocimiento, por tanto, de la clase de eficiencia que alcanza el edificio en su estado inicial no es un objetivo en sí mismo sino que tiene carácter formal e instrumental al proporcionar un marco para establecer una política de subvenciones en base a comparar la eficiencia energética del edificio antes y después de que se propongan intervenciones sobre el mismo. Los procedimientos que se usen para la certificación de estos edificios deben estar en consecuencia orientados hacia el objetivo general, es decir, a la identificación y cuantificación de las medidas que permiten una mejora de la eficacia energética del edificio en un tiempo y con unos medios adecuados (y proporcionados) a la mejora perseguida. Lo que interesa es el ahorro (energético, económico y en emisiones de CO2) en términos de mejora de clase de eficiencia que se alcanza entre la situación de partida y lo que denominaremos situación mejorada. En algunos casos, el rigor del procedimiento deberá dejar paso a la consecución del objetivo anterior. Existen fundamentalmente dos categorías de procedimientos, los basados en simulaciones (“asset rating” en la terminología del CEN) y los basados en medidas (“opperational rating” en la terminología del CEN). Los basados en simulaciones pueden subdividirse a su vez en: – Detallados (que satisfacen el estándar de cálculo contenido en el “Documento de condiciones de aceptación de Procedimientos Alternativos a LIDER y CALENER”). – Simplificados (el resto). Los basados en medidas pueden, en general, basarse en: – Facturas. – Monitorización de corto plazo. – Monitorización continua. La ventaja principal de los métodos basados en simulaciones, es que permiten la estimación fácil del potencial de ahorro de cualquier intervención sobre la envuelta o los sistemas. Los inconvenientes son: – Necesitan la recopilación de información técnica sobre el edificio muchas veces no disponible y por tanto tienen incertidumbres respecto a los datos de entrada. 281 – Riesgo de desglose por usos poco realistas y posibles discrepancias entre el consumo estimado y el real (debidas a los modelos, al uso real del edificio, al mantenimiento, a las temperaturas de consigna de instalaciones, etc.). Por su parte, la ventaja de los métodos basados en medidas, es que reflejan consumos energéticos reales con el verdadero patrón de uso del edificio (informan incluso de las mejoras alcanzadas entre dos periodos evaluados en caso de que sea monitorización continua) Como inconvenientes se incluyen: familia dada. 5.5 EL PROCEDIMIENTO Ce3 5.5.1 INTRODUCCIÓN El procedimiento Ce3 es uno de los dos procedimientos oficiales que permitirán la obtención de la calificación de la eficiencia energética de los edificios existentes. – Necesitan desglose por usos y desagregación de cada uso entre efecto de la demanda y de los sistemas. Ce3 comprende un paquete de procedimientos simplificados que cubren la calificación de los edificios de viviendas, pequeño, mediano y gran terciario. Ha sido encargado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), conforme a las disposiciones del proyecto de Real Decreto de certificación energética de edificios existentes, al equipo de trabajo formado por: – Requiere datos climáticos del periodo para proceder a la neutralización del clima. – Departamento de eficiencia energética de Applus Norcontrol SLU. Puesto que las dos alternativas (simulación o medidas) tienen ventajas e inconvenientes que se compensan mutuamente, es factible en principio pensar en una alternativa híbrida (“taylored” rating en la terminología del CEN). – Grupo de Termotecnia de AICIA-Universidad de Sevilla. – No permiten la estimación fácil de potenciales de ahorro. Conceptualmente, este procedimiento híbrido puede verse en las dos direcciones: – Procedimiento de simulación cuyos resultados se corrigen con las medidas. – Procedimiento de medidas complementado con la simulación. – Fundación privada Institut Ildefons Cerdá. – Unidad de calidad en la construcción del Instituto Eduardo Torroja. – Unidad de edificación y ordenación del territorio, Fundación Labein-Tecnalia. – Grupo de Ingeniería Térmica de la Universidad de Cádiz. – REPSOL-Dirección de Tecnología. La complementariedad de los dos métodos en un procedimiento híbrido puede hacerse a nivel de la obtención de la clase de eficiencia inicial o a nivel de la cuantificación de las medidas de mejora. Por último, la complementariedad puede hacerse con información procedente del propio edificio o de estadísticas de edificios que pertenezcan a una 282 Además del programa informático que soporta el procedimiento, Ce3 incluye una documentación complementaria formada por: – Manual de usuario. – Manual de fundamentos técnicos. – Manual de casos prácticos. – Guía de recomendaciones para la mejora de la eficiencia energética. 5.5.2 CRITERIOS Para delimitar las características de los procedimientos que se han realizado, se han barajado los siguientes criterios: a) Los procedimientos deben ser realistas y poderse llevar a cabo con los datos disponibles y deben por tanto proporcionar alternativas en caso de que la información disponible sea incompleta o de muy difícil y/o costosa determinación. b) Cuando sea factible, se utilizarán para la calificación y la identificación de las mejoras los datos obtenidos de la eventual inspección periódica de eficiencia energética de la instrucción técnica ITE-4 del RITE y del análisis de los rendimientos de los equipos y del asesoramiento energético al que vienen obligadas las empresas de mantenimiento autorizadas por el RITE en su instrucción técnica IT3.4 (Programa de Gestión Energética). c) Los esquemas pueden ser interactivos de forma que los datos de entrada y, en definitiva, la complejidad del procedimiento sean función del proceso de toma decisiones en relación con las mejoras viables. f) El énfasis en la precisión de los procedimientos simplificados se pone en las medidas de mejora. g) Los indicadores para edificios de viviendas y para edificios del sector terciario deben ser los mismos en número (con excepción de la iluminación) aunque se calculen de diferente manera. h) Las escalas deben ser únicas para edificios nuevos y existentes. i) Los procedimientos para asignar la clase de eficiencia de un edificio nuevo y un edificio existente respectivamente deben ser interconsistentes, ya que un edificio que se certifica como nuevo en el momento de su construcción y alcanza una cierta clase de eficiencia debe poder alcanzar la misma letra al certificarse como existente a los pocos años si no se han producido variaciones en el mismo. j) Deben poder obtenerse (o estimarse) los mismos indicadores para nuevos y existentes. Si en un determinado edificio existente no se puede o no se exige el cálculo de alguno de los indicadores debe existir un protocolo que permita asignar al mismo un valor por defecto. 5.5.3 METODOLOGÍA d) En la medida de lo posible se utilizarán procedimientos formalmente análogos a los ya implementados para edificios de nueva planta. El objetivo sería aprovechar los conocimientos ya adquiridos por los proyectistas para reducir un proceso de formación que de otra manera sería tan largo y costoso como el que se ha llevado a cabo (y se sigue llevando) para la certificación energética de edificios de nueva construcción. De acuerdo con el objetivo general de la certificación de edificios existentes, los procedimientos desarrollados ponen el énfasis en la identificación y evaluación de las medidas de mejora y, por tanto, los procedimientos que se han realizado son todos métodos de simulación. Al mismo tiempo, en todos los casos posibles se arbitrará un esquema para corregir la evaluación de los ahorros pronosticados en base a las facturas. e) En la medida de lo posible se utilizarán procedimientos análogos a los propuestos por el Comité Europeo de Normalización para situaciones equivalentes y a los ya empleados con éxito en los estados miembros de referencia de la Unión Europea. En definitiva, los procedimientos propuestos son procedimientos simplificados basados en simulaciones cuyos resultados se corrigen con las medidas (facturas) a nivel de la cuantificación de las medidas de mejora. 283 La estructura metodológica de todos los procedimientos es idéntica, estando formada por 3 bloques de elementos: – Procedimiento de evaluación de los consumos energéticos y de las emisiones de CO2 (y a partir de ellos obtención de la clase de eficiencia). – Bases de datos y procedimientos de obtención de rendimientos medios estacionales. – Identificación y evaluación de las medidas de ahorro de energía (MAE´s). 5.5.4 Los procedimientos de evaluación de consumos energéticos y emisiones de CO2 El esquema general se muestra en la Figura 5.7. Mencionar que, en relación con la definición geométrica, existen diferentes alternativas (Tabla 5.1) que se justifican en base no tanto a la información disponible sino, más bien, en base a las posibles intervenciones de mejora energética que se pueden implementar en el edificio. Por un motivo análogo, coexisten diferentes métodos para calcular las demandas y los rendimientos de los sistemas (Tabla 5.2). PROCEDIMIENTO DE CERTIFICACIÓN Definición Geométrica Constructiva Operacional Instalaciones Cálculo demandas y cosumos Cálculo indicaciones Calificación Aceptación de mejoras Identificación y proposición medidas de mejora Documentación administrativa Situación original Documentación administrativa Situación modificada Figura 5.7. Esquema general del procedimiento Ce3. 284 SUPERFICIES / ESQUEMA IMPORTACIÓN TIPOLOGÍA ORIENTACIONESGRÁFICOLIDER / CALENER Viviendas asignadas tipología X Otras viviendas X Viviendas en bloque X global y por vivienda Pequeño y Mediano Terciario X X Gran Terciario X X X Tabla 5.1. Alternativas de definición geométrica. BASE DE CÁLCULO DE LA DEMANDA Horaria BASE DE CÁLCULO DE LAS INSTALACIONES HORARIA MENSUAL ESTACIONAL CE 3_simplificado CE 3_simplificado GT PyM T CE 3_simplificado viviendas (Edificios genéricos, incluyendo viviendas concretas en tipologías) Mensual CE 3_simplificado viviendas (Tipologías) Estacional Tabla 5.2. Alternativas de estimación de consumos. 5.5.5Bases de datos de componentes de la envolvente Uno de los aspectos determinantes de la evaluación energética y medioambiental de los edificios existentes es la calidad de la envolvente térmica (fachadas, cubiertas, suelos, huecos, etc.), ya que será esta la que limite la demanda energética del edificio. Para identificar los cerramientos que componen la envolvente, pueden encontrarse las siguientes situaciones: a) Todas las características necesarias que sirven como datos de entrada a los procedimientos son conocidas y/o se encuentran documentadas a través del proyecto del edificio. b) Se conoce el tipo de cerramiento de manera cualitativa pero no se tiene información suficiente para caracterizarlo térmicamente. c) No se conoce nada sobre las características de la envolvente. d) Se han podido determinar con medidas los parámetros constructivos de algún elemento de la envolvente. En el primer caso, podrán determinarse los parámetros que caracterizan los cerramientos de la envolvente, tal y como se hace con edificios de nueva construcción. La elaboración de las bases de datos que constituyen el objetivo de esta actividad se ha 285 orientado a facilitar la caracterización térmica de la envolvente en los casos b y c. Hay dos tipos de bases de datos, las referidas a elementos completos y las referidas a materiales o productos que pueden formar parte de los elementos anteriores. En el caso de elementos completos, para cada sector edificatorio, tipología, localización y antigüedad del edificio, se ha incluido para todos los procedimientos la siguiente información: – Transmitancia térmica de los cerramientos exteriores (muros, cubiertas y suelos) que componen la envolvente térmica. – Transmitancia térmica de huecos (contemplando tipo de vidrio y marco). – Transmitancia lineal de puentes térmicos integrados y de encuentros. El cerramiento se identificará de manera cualitativa y en cada caso se propondrá un valor por defecto correspondiente a la situación más probable en el edificio en cuestión. En algunos casos para contemplar de manera explícita la inercia de los cerramientos será necesario proporcionar información adicional relativa al peso de los cerramientos (por m2) y a la posición de la capa aislante (caso de que exista). En relación con el comportamiento dinámico antes aludido se ha desarrollado una tarea complementaria para, a partir de los datos globales (transmitancia, peso y situación del aislante), buscar el cerramiento equivalente compatible con la definición específica de cada uno de los procedimientos citados. En esta actividad se incluye también el desarrollo de un método específico para la obtención de las características de infiltración por defecto del edificio, tanto la debida a los huecos como la procedente de fallos de estanqueidad de otros elementos de la envuelta. 5.5.6 Bases de datos y prestaciones medias de instalaciones La caracterización de los sistemas que consumen energía y sus respectivos equipos auxiliares en un edificio existente responde a una de las siguientes situaciones: a) Todas las características necesarias que sirven como entradas a los procedimientos son conocidas y/o se encuentran documentadas a través del proyecto del edificio. b) Los datos recopilados son insuficientes para algunas de las unidades activas. c) No se conoce nada sobre las características de las instalaciones. d) Se han podido determinar con medidas las prestaciones medias de los equipos activos. En el primer caso, se podría directamente simular el sistema en los procedimientos a partir de los datos recabados en la inspección del edificio, salvo con un posible factor de envejecimiento dependiendo del uso del equipo y de su nivel de mantenimiento. En el caso de la situación b, es necesario asignar valores por defecto a los parámetros característicos del equipo indefinido. En el caso c, hay que asignar por defecto un valor global de rendimiento a todo el sistema. En el caso d, es necesario adaptar los procedimientos detallados para que admitan como dato de entrada equipos de rendimiento constante e igual a la prestación media determinada mediante los procedimientos aceptados por el RITE. El alcance de los equipos y sistemas a considerar será, en primera instancia, el contenido en los programas de referencia CALENER-VYP y CALENERGT. En la medida en que se amplíe el alcance de dichos programas sería factible, en etapas 286 posteriores, trasladar dichas ampliaciones a los procedimientos que se ofertan. En el caso de los procedimientos detallados, teniendo en cuenta la antigüedad de los equipos y evaluando el parque de equipos existentes, las bases de datos por defecto contendrán: – Prestación nominal del sistema (rendimiento, COP o EER). las correlaciones correspondientes que han dependido obviamente del tipo de equipo o sistema (prestaciones nominales y curva característica) y antigüedad del mismo. Además se ha tenido en cuenta: – Clima en el que está situado. – Edificio donde está instalado y, entre otras cosas, su esquema de ocupación (que condiciona la carga parcial). – Curva característica del equipo. Para las viviendas y el pequeño y mediano terciario, el valor por defecto es la prestación media mensual o estacional de los equipos y sistemas. Para la evaluación de las prestaciones medias estacionales hay que distinguir claramente entre edificios de viviendas y otros edificios. Para los edificios de viviendas, al tener un patrón de ocupación claramente definido, se determinará la prestación media utilizando el procedimiento de factor de ponderación desarrollado en el documento reconocido “Prestaciones medias estacionales de equipos y sistemas de producción de frío y calor en edificios de viviendas”. El factor de ponderación se determina en función del tipo de equipo, grado de centralización, tipo de edificio y zona climática. El concepto de factor de ponderación puede extenderse sin dificultad a equipos de uso en edificios existentes y no permitidos en la actualidad. Para las instalaciones en edificios del sector terciario no es aplicable el método del factor de ponderación por lo que se ha desarrollado un método distinto, habida cuenta la diversidad tipológica y de patrones de uso posibles. Una tarea previa ha sido la evaluación y selección del método de caracterización más apropiado. Se han evaluado procedimientos tales como IPLV, SEER, EN 15243, EN 15316 o procedentes de esquemas de certificación de estados miembros de referencia (tales como el SBEM, del Reino Unido). Con el método seleccionado se han generado – Dimensionado (o más bien, sobredimensionado) de su potencia, 5.5.7 Estrategia general de identificación y evaluación de medidas de mejora. El problema general de mejorar (reducir) el consumo energético de un edificio tropieza en general con dos grandes incertidumbres: – ¿Qué conceptos o elementos hay que mejorar y se pueden mejorar? – ¿Hasta donde es interesante dicha mejora, en un contexto de rentabilidad técnico-económica? Como ya se ha comentado anteriormente, para los edificios existentes se añade una incertidumbre adicional derivada de la escasa información disponible sobre los datos que definen la geometría (no suele haber planos) y la construcción (no se conoce la composición ni las propiedades de los diferentes componentes de la envolvente) y las características de los sistemas de producción de calor y frío. El proceso de mejora de la energética de un edificio existente es sustancialmente distinto del que se emplea para edificación nueva. Como ya se ha comentado, el objetivo es la determinación de las medidas potencialmente interesantes y su priorización Es decir, se trata de conocer sobre qué elementos hay que actuar con carácter preferente y tener una estimación de cuánto va a costar dicha intervención y del tiempo que se va a tardar 287 en recuperar el capital invertido en la misma. El problema es que se debe combinar la exploración de un gran número de propuestas de intervención con falta de datos, poco tiempo disponible, coste reducido, escasa experiencia de los técnicos intervinientes, etc. Por todo lo anterior, en los procedimientos que componen Ce3, la identificación y evaluación de las medidas de ahorro de energía no se han pensado como una aplicación recurrente de los procedimientos de certificación evaluando al azar el efecto de variaciones sobre los datos de partida que reflejen mejoras de componentes, equipos, estrategias o sistemas. Por el contrario, se ha diseñado una estrategia que ayuda en el proceso de toma de decisiones y lo simplifica. El proceso genérico para todos los procedimientos incluye: – Calificación energética de la situación inicial (¿cuál es la eficiencia energética del edificio?). – Diagnóstico del comportamiento del edificio en su situación inicial en base a indicadores de eficiencia energética (¿por qué es esa la eficiencia energética?). – Evaluación individual y conjunta de Medidas de Ahorro de Energía (MAEs) precuantificadas (¿qué se puede hacer para mejorar la eficiencia hasta conseguir el objetivo?). Estas medidas son las siguientes: – Medidas para reducir la demanda: – Aumento del nivel de aislamiento en muros, cubiertas y suelos. – Modificación de huecos, instalación de protecciones solares. – Modificación del caudal de aire exterior/ infiltración. – Medidas para la mejora de los sistemas: – Sustitución de calderas y/o plantas enfriadoras por otras de mejor rendimiento. – Fraccionamiento de potencia. – Incorporación de evaporación a condensadores de aire. – Enfriamiento gratuito. – Recuperación de energía del aire de extracción. – Enfriamiento ventilación. evaporativo del aire de – Mejora del aislamiento de redes hidráulicas – Mejora del factor de transporte. – Empleo de la producción térmica solar. Cuando el técnico calificador consumos dominantes y la causa de es posible una primera evaluación de a aplicar utilizando las denominadas ahorro precuantificadas. conoce los los mismos, las medidas medidas de Estas medidas de ahorro precuantificadas son independientes del edifico concreto que se está certificando, no obstante se han obtenido de estudios estadísticos basados en simulaciones sobre edificios del mismo tipo, del mismo uso y en el mismo clima. 288 – Medidas para la mejora de luminarias: – Reducción de la potencia instalada. El técnico calificador elige las medidas que potencialmente pueden implementarse y la intensidad con la que se va a proceder a dicha implementación. En los casos de medidas de la envolvente, la aplicación informática le sugiere 2 niveles de intensidad para cada medida seleccionada y le permite al usuario especificar un tercero. Con la lista total de medidas seleccionadas, la aplicación realiza un estudio paramétrico automático para la optimización de la mejora a partir de la obtención de todas las combinaciones formadas por las variaciones sucesivas y/o simultáneas de las medidas. Esta herramienta estará vinculada con un procedimiento de evaluación económica externo a Ce3 que proporcionará información de ahorros económicos asociados a las diferentes combinaciones, coste de ciclo de vida, periodo de retorno de la inversión, etc. Se podrá pues establecer un proceso de optimización que concluya con la identificación de las intervenciones que cumplen determinada función objetivo (coste, periodo de retorno, ahorro energético, ahorro en emisiones en términos de mejora de clase de eficiencia, etc.). La herramienta externa a Ce3 contiene asimismo una posible corrección de los ahorros pronosticados en base a las facturas. El objetivo de esta corrección es ajustar los ahorros, haciéndolos consistentes con el coste real que el usuario tiene por el consumo energético de los diferentes usos. Sin esta corrección se puedan crear serias disfunciones en la cuantificación de las medidas de mejora que crearían la desconfianza del propietario y serían, en última instancia, un fraude para la administración en caso de que se aplicaran subvenciones derivadas del ahorro conseguido. Por ejemplo, no se pueden pronosticar ahorros de, digamos, 500 € anuales de calefacción, cuando la factura media anual para este uso es inferior a dicha cantidad. La corrección puede hacerse con facturas y encuestas procedentes del propio edificio (pequeño y mediano terciario) o de estadísticas de facturas de edificios que pertenezcan a una tipología y clima determinado (caso de las viviendas). 289 Eficiencia energética y energías renovables en rehabilitación de edificios