Download Arquitectos modernos en Rosario. Renovaciones formales y
Document related concepts
Transcript
JIF FADU 2013 1ª JORNADA DE INVESTIGADORES EN FORMACION ISBN 978-950-29-1477-0 Arquitectos modernos en Rosario. Renovaciones formales y modelos estructurales de los años ´50 y ´60 Federico Ricci federfed@hotmail.com CONICET UNR Proyecto de investigación: Renovación y continuidad del proyecto moderno. La producción profesional e intelectual del arquitecto argentino César Benetti Aprosio (1945-1975). Directora: Ana María Rigotti El tema que se propone pertenece a un proyecto de investigación mayor que estudia trayectorias e identidades modernas en la Argentina de los años ´50 y ´60. El proyecto se desarrolla sobre la trayectoria del arquitecto César Benetti Aprosio, elaborando y reconstruyendo material tanto biográfico como de su producción arquitectónica para poner en valor una figura clave para entender el desarrollo de la arquitectura moderna de los años ´50 y ´60 en la ciudad de Rosario. El estudio de la obra y biografía de este arquitecto no intenta ser una trayectoria individual estudiada en sí misma, sino interrogarse acerca de lo que hizo posible y pensable tal trayectoria en un contexto amplio y determinado que es preciso reconstruir (Revel, 2005). De esta manera, para esta presentación se analizará de modo comparado y sustentándose en un entramado biográfico entre sus autores, el edificio Hierromat (1965) de César Benetti Aprosio y el edificio Mirador (1956) de Carlos Lange y Luis Rébora, ambos en la ciudad de Rosario. Si bien estas obras no pertenecen a un mismo autor ni a una misma época, se las selecciona por tener ambas rasgos formales semejantes que hacen referencia a una misma consciencia por parte de sus autores respecto a la especificidad de los medios propios de su disciplina. Las trayectorias de estos autores son relevantes para entender el desarrollo del modernismo en Rosario, y se cruzan por compartir vínculos biográficos y pensamientos que, con distancias en el tiempo y desde lugares distintos, enfrentaron una misma problemática. Las dos obras seleccionadas responden a la importancia de la estructura y la relación entre forma y sistema de sostén en la definición del proyecto. Lo expresan como garantía de racionalidad, como representación de una idea de - 505 - autenticidad técnica y como expresión formal no ajena de intenciones plásticas. Su vinculación se refuerza en este sentido, por el tema del pórtico y el voladizo dentro de modelos o punteados diferentes respecto a la estructura. El acotado desarrollo de la arquitectura moderna en Rosario, permitió que un número reducido de profesionales de distintas generaciones intercambiaran ideas y pusieran en debate y práctica los postulados modernos. En las aulas de la Escuela de Arquitectura, se puede mencionar el caso de Lange y Rébora, este último un distinguido alumno de Ermete De Lorenzi. Pero también en los estudios profesionales con la colaboración de jóvenes generaciones, como el caso de Benetti Aprosio que reconoce a Rébora como su “maestro”, con quien trabajó en sus años de formación y mantuvo una constante colaboración en proyectos y concursos. i Los temas que caracterizan estas obras se encuentran dentro de los más significativos de la cultura arquitectónica del modernismo en la Argentina de los años ´50 y ´60. De las experiencias de los años ´50 se destacan las exploraciones realizadas por los arquitectos del grupo Austral ii, dando comienzo a una diferenciación respecto a un primer modernismo austero, cúbico y macizo que seguía los lineamientos del denominado “International Style” y de las arquitecturas “racionalistas” de raíz alemana. El antecedente importante de los años ´60 es una corriente de experimentaciones estructurales con el hormigón armado iniciadas ya por Amancio Williams a fines de los ´40 iii; y continuada con nuevos matices a principios de la década del ´60 por los arquitectos del Banco de Londres y América Latina (1960-1966), destacándose tanto por su desarrollo técnico y formal como por su renovadora expresividad plástica y espacial. A partir de reconocer estas tradiciones modernistas en Argentina, como marcas significativas de los debates de una época a los que las obras propuestas no son ajenas, se establece para su análisis la tesis de la “autonomía” de los medios específicos de las disciplinas artísticas. El repliegue sobre lo específico y las búsquedas de autonomía disciplinar como un pensamiento crítico que cuestiona sus propios fundamentos es un rasgo propio de la modernidad. Como lo plantea Greenberg (1960), el uso de métodos propios de una disciplina para criticar a esa misma disciplina, puede remontarse al pensamiento autocrítico de Imanuel Kant. Pero fue una actitud que también caracterizó a la pintura moderna de principios del siglo XX, como necesidad de autodefinirse frente a la banalización y avance sobre su terreno por parte del consumo y el entretenimiento. De igual manera, el cuestionamiento a la referencia unívoca de los estilos históricos como solución a los problemas arquitectónicos de su tiempo, junto al avance de las nuevas técnicas constructivas y el rol de los ingenieros, llevó también a teóricos del siglo XIX como Semper, Bötticher y Viollet Le Duc, a intentar desarticular los valores estéticos del vitruvianismo y poder teorizar sobre una nueva arquitectura identificando los elementos específicos y esenciales que la diferencien de las demás artes. Estas cuestiones se proponen como hipótesis para guiar el análisis de las obras seleccionadas y sin pretender ser nociones estancas se utilizarán las categorías de Estructura, Espacio y Envolvente (Rigotti, 2006); entendidas en relación a las teorizaciones antes mencionadas. - 506 - 1. Edificios Hierromat (izq.) y Mirador (der.) Foto Hierromat Federico Ricci. Foto Mirador extraída de: Rigotti, A.M., Pampinella, S. (2008), “Guías de arquitectura Latinoamericana: Rosario”, Clarín, Buenos Aires. 1. Cubiertas suspendidas para una renovación del área central El edificio Hierromat, iv corresponde sólo a una parte de un conjunto mayor de torres que proponían una reconversión urbana que modificase el tejido propio del área central a través de la unificación de lotes. Del proyecto original sólo se ejecutó un grupo de torres de viviendas con local comercial y oficinas en planta baja. Sus elementos estructurales se ubican en el perímetro de las fachadas donde quedan explícitos de manera gráfica y manifestando plásticamente sus esfuerzos. Los soportes verticales recorren exteriormente toda la altura del edificio. También se agregan sobre las medianeras laterales los apoyos de pequeños pórticos con grandes vigas en voladizo en ambos sentidos. Las losas quedan suspendidas de este nuevo modelo estructural que configura la forma del edificio. La solución del punteado estructural en planta intenta reducir los puntos de apoyo, en el mismo sentido que la propuesta de Amancio Williams para su rascacielos de hormigón. v Si analizamos la estructura de Hierromat siguiendo las teorías de Viollet Le Duc, se observa como el uso técnico del hormigón es coherente con sus lógicas constructivas pero para superarlas y exaltar con elegancia el sostén de las losas en el espacio. La reducción de los espesores, de la cantidad de material y especialmente la reducción de los apoyos en el suelo tensionan sus cualidades estáticas y refuerzan esta concepción. Para Viollet Le Duc “el debate sobre la estructura es la búsqueda de un método, de un principio lógico donde fundar el proyecto, una - 507 - forma de pensar que posibilite la innovación” (Rigotti, 2009). Sus apreciaciones no remiten a la idea de belleza, y esto es lo que abre el camino a la invención, “la belleza no está vinculada por siempre a una sola forma, puede residir allí donde la forma sea una expresión de una necesidad satisfecha, del uso juicioso de un material”. vi Las ideas de Viollet Le Duc se desarrollaron en el marco de una pugna con los ingenieros que avanzaban sobre el mundo de la construcción en la Francia de mediados del siglo XIX, buscando reorientar la arquitectura de una manera que no sea indiferente a las nuevas lógicas constructivas que los ingenieros comenzaban a trabajar con eficacia. A mediados del siglo XX, en el contexto de los debates sobre una “Nueva monumentalidad”, Louis Kahn, en su texto Monumentalidad (1944), va a hacer referencia a la expresión estructural y las posibilidades de la técnica como necesidad de integración entre arquitectos, científicos e ingenieros. “El esqueleto estructural gigantesco ha dejado sentado su derecho a ser visto. No Necesita disfraz para agradar”. El arquitecto y el ingeniero deben “consultar a los científicos para reformar su juicio sobre el comportamiento estructural”. En Hierromat la audacia que muestra el esqueleto estructural exige un cálculo ajustado, fuera de las tablas y coeficientes de seguridad conocidos que “redujo la función de los ingenieros a meros técnicos”. El trabajo de los ingenieros Santiago Bollero y su hijo Santiago Bollero Lema (quien se encargará años más tarde del diseño estructural del estadio del club Rosario Central), se integra con las intuiciones, propuestas y expresiones de Benetti Aprosio para encontrar una solución material concreta. Existe una búsqueda de síntesis entre expresiones “artísticas” y preocupaciones científicas, siendo la marquesina de planta baja donde se puede ver el resultado más claro de esta actitud. Esta marquesina de hormigón tiene un carácter escultórico, o por lo menos una clara voluntad plástica, sin conflictos con su resolución técnica. La relación entre el sistema estructural y su necesidad de “decoración” o “representación artística” es un problema que ocupó las reflexiones de Viollet Le Duc para quien, la representación decorativa de la estructura no sería algo ajeno a ésta, sino que ambas serían inseparables. Los ejemplos del pasado como la arquitectura griega y gótica le sirven como demostración, ya que en ellos “las decoraciones son parte de la estructura” (Rigotti, 2009). En un registro muy cercano a Viollet Le Duc, Carl Bötticher (2009, [1846]) también afirmó que los orígenes de cualquier auténtico estilo hay que buscarlos en “el principio estructural y las condiciones materiales en las que este se basa”. Sus ideas tampoco se reducen solo a una fidelidad material y constructiva, sino a una relación compleja respecto a cómo se exterioriza esa estructura y que espacios crea. De igual manera también compartió con Viollet Le Duc las necesidades de una “representación artística” para esta estructura. En referencia a nuestro objeto de análisis podemos encontrar una justa apreciación del valor de la estructura en las siguiente palabras de Bötticher: “En todos los estilos es la cubierta el factor que determina la ubicación y configuración de los soportes estructurales, así como también la disposición y articulación de las paredes con la cuales se cerrara el espacio, y finalmente las formas artísticas de todas estas partes relacionadas con esta”. Lo que denomina - 508 - “forma artística” responde a su noción de Tektonik, sobre la dialéctica entre Kernform y Kunstform, una relación de interdependencia constitutiva, “entre un corazón que localiza lo material, estático y funcional, y una envolvente artística orientada a poner en relieve la función del núcleo con el cual está íntimamente ligada” (Rigotti, 2009). En la prolongación de los pilotis de Hierromat, que recorren exteriormente toda la altura del edificio manteniendo una continuidad y un contrapunto con la repetición horizontal de las losas, se puede ver un detalle en el acabado del hormigón que comparte este objetivo. El encofrado deja el rastro formal de una concavidad, estilizando la forma del soporte estructural. Esa curva, junto con las grandes vigas laterales que marcan diagonales, las curvas de los balcones y las delgadas losas, enfatizan la liviandad con que asciende en vertical la repetición de losas. La expresión espacial más relevante del edificio Hierromat se puede encontrar en el primer piso que se dispone cómo una planta liberada para el esparcimiento, el juego de niños y el encuentro entre los habitantes del edificio. Como reinterpretación coincidente tanto de la planta libre entre pilotis y la terraza de la Unidad de habitación de Marsella, este espacio atraviesa las dos torres como una plataforma elevada. A la verticalidad de la estructura, esta planta libre refuerza la horizontalidad del espacio y la dirección de profundidad. Esta expresión espacial, va a sostener Evans describiendo las cubiertas de Mies pero también Schmarsow, vii es la manera más adecuada para la percepción del espacio. Siguiendo el llamado a una “imaginación espacial” de schmarsow y como un replanteo del espacio abstracto sin delimitaciones laterales característico de la arquitectura moderna; en esta planta la extensión del espacio continúa en el paisaje urbano pero es recortado por los elementos estructurales colocados en el perímetro del espacio interior siendo percibidos como figuras de hormigón a contraluz. Esta espacialidad concebida a modo de “jaula” de hormigón que altera el paisaje, puede observarse también en el Banco de Londres y América del Sur (1960-1966) con una expresividad espacial renovadora. 3. Vista planta baja y terraza 1° piso edificio Hierromat. 4. Vista marquesina planta baja Fotos suministradas por la familia Benetti Aprosio - 509 - En las teorías de Semper (Fannelli, Gargiani, 1999) encontramos el mito del origen textil del muro, esto quiere decir, de su valor simbólico como soporte de un revestimiento que cualifique el espacio más allá de su función de sostén. Inexistente el soporte del muro portante en el sistema estructural de hormigón, el revestimiento entra en una nueva dialéctica con la estructura. La envolvente en Hierromat, observada desde la óptica de Semper, encuentra su solución como relleno de la estructura, sin por eso dejar de explotar ciertas tensiones en las juntas o encuentros de materiales. La estructura crea el espacio y su delimitación lateral se encuentra a cargo de la envolvente. Con pequeños desfasajes del plano de la estructura, esta se rellena delimitando los espacios interiores a modo de “paños” entre losas, de distintas texturas, opacidades y transparencias. Los ángulos libres de los voladizos se rellenan con un muro de ladrillos a la vista con su traba tradicional. Esta presencia maciza pareciera ser contradictoria con la libertad espacial lograda por la estructura y con las búsquedas de ligereza, pero logra una tensión al evidenciar en la fachada el encuentro entre dos lógicas constructivas. La continuidad de la traba de ladrillo en la esquina del muro, punto de mayor resistencia en la construcción muraria, queda suspendida sobre una delgada losa y este esquema se repite en toda la altura remarcando su elevación. 5. Planta baja, planta terraza 1° piso y planta tipo edificio Hierromat. 6. Detalle fachada Plantas redibujadas por Federico Ricci en base a planos suministrados por la oficina de obras particulares de la municipalidad de Rosario. Foto suministrada por familia Benetti Aprosio 2. Resultados formales de una estructura de sostén como grilla El edificio de viviendas Mirador viii, se ubica a modo de “placa” en la profundidad del terreno en una ubicación privilegiada sobre la barranca del río Paraná. Su estructura de sostén se configura a modo de grilla a partir de la modulación y repetición en una única dirección de un pórtico con voladizos en ambos extremos. La modulación, refiere al hecho constructivo, los pórticos con voladizos son la manera más eficiente en sentido estático, y - 510 - las cargas en el otro sentido mantienen una luz sin excesos. También responde de cierta manera a los interiores, pero sin lugar a dudas posee un valor universal que excede cualquier referencia al edificio. Rosalin Krauss (2002, [1996]), define a la grilla por su contradicción inherente: “el poder mítico de la retícula reside en que nos hace creer que nos movemos en el ámbito del materialismo (o de la ciencia, o de la lógica), y al mismo tiempo nos permite dar rienda suelta a nuestra fe (o ilusión, o ficción)”. Esto se refiere a las propiedades conceptuales y las representaciones que estimula la idea de grilla más allá de su verificación en un hecho material. Entre estos dos polos la grilla es un soporte que se abre a múltiples e infinitas posibilidades regladas a su puntuación. 7. Planta tipo edificio Mirador Planta tipo suministrada por la oficina de obras particulares de la municipalidad de Rosario. A diferencia del sistema Domino (1914-1915) de Le Corbusier, donde la estructura retrocede permitiendo tener una fachada que se desarrolle de acuerdo a sus propias lógicas y sin interferencias con la estructura, en este caso, los elementos estructurales en sus intersecciones con los planos de fachada se manifiestan como un registro gráfico. El esqueleto portante se convierte en protagonista casi exclusivo y una vez definido, se establece la forma del edificio. En este sentido se puede mencionar como modelo estructural la propuesta de Mies Van Der Rohe para un edificio de oficinas en hormigón armado publicada en la revista G en 1923. Luego de sus rascacielos de cristal, Mies, en este caso, asigna al esqueleto estructural la resolución formal, dejando de lado la envolvente vidriada como su relleno. Los voladizos de los pórticos también terminan en el plano de la fachada recortando la carpintería de vidrio en sus intersecciones. Esta posición respecto a la estructura de hormigón, y el valor de la técnica guió a los iniciadores de la revista ABC, en una actitud que Frampton (2007, [1981]) denominó como “nueva objetividad” y que, en el uso de la estructura, se aproxima a nuestro caso de estudio. Más allá de esta primera observación sobre la grilla estructural y los modelos propuestos por el sistema Domino y el edificio de Mies; es necesario plantear algunas problemáticas que ponen en cuestión cierta ambigüedad y - 511 - complejidad respecto a la idea de grilla como configuración de la estructura de sostén. Esta, pareciera proclamar una racionalidad y una fidelidad técnica al mismo tiempo que no se puede excluir de su apreciación las consecuencias formales. Nuestro caso de análisis parece responder a una racionalidad radical en el uso de la estructura, pero esto no quita que ciertos elementos estructurales tengan claros efectos plásticos. Sobre la fachada lateral los soportes verticales tienen una mayor sección, mientras que estáticamente reciben menos carga por parte de las losas, siendo notable el ajuste para su representación gráfica en la fachada. Esta actitud pareciera acercarse, aunque no de manera literal, a las problemática planteadas por Viollet Le Duc y Bötticher respecto a la necesidad de una “representación artística” o “decoración”, de la estructura. Respecto a las implicancias de la grilla en la definición del espacio, Rowe (1978, [1956]) habla de una estructura autónoma que “perfora un espacio libremente abstraído, actuando no como su forma definitoria sino como su puntuación”. En este sentido “no hay fusión de espacio y estructura y, al final, cada uno continúa siendo un componente identificable, mientras la arquitectura no es concebida como confluencia de ambos sino más bien como su oposición dialéctica, como una especie de debate entre ellos”. Estas apreciaciones son válidas para entender la resolución espacial en el edificio Mirador. El punteado estructural en el interior no define el espacio, sino que esta tarea la cumplen de manera elocuente los tabiques que se encuentran en la fachada. Estos permiten enmarcar el paisaje y expandir los espacios domésticos, desarticulando la idea de recinto murario, de ventena y de fachada como superficie lisa y homogénea. Se apela a la transparencia y se genera un dinamismo espacial logrado por la ubicación, en una diagonal respecto a los ingresos de las habitaciones, de los paños libres en las esquinas. 3. Voladizos En los edificios de Hierromat y Mirador se identifican referencias variadas respecto al uso del voladizo en hormigón armado. Más allá de sus particularidades formales, se observa una tendencia a integrar búsquedas diversas como el valor formal y plástico de la estructura, sus significaciones técnicas de racionalidad y un trabajo consciente en conjunto con los ingenieros. Sus soluciones son contundentes y no carecen de audacia, responden de una manera inventiva experimentando sobre modelos estructurales y sus resultados formales dentro del programa acotado de la vivienda de renta. El valor asignado a la estructura puede ser entendido como una excepción a cierta crítica de Frampton (1990) sobre una arquitectura moderna insensible a las poéticas tectónicas, prefigurada por sus referencias a las vanguardias figurativas y a “búsquedas de invenciones espaciales como un fin en sí mismo”. En ambos edificios, el voladizo adquiere un valor tectónico que más que ser una expresión en sí misma, se encuentra integrado a un sistema estructural de sostén. Lo mismo ocurre con la solución de la esquina libre, un tema que conecta a - 512 - estas obras y sus autores con una década de distancia en el tiempo. Más allá de su desafió técnico, vemos como en Hierromat, es la consecuencia de pensar en una sucesión vertical de losas suspendidas en el espacio; y en el edificio Mirador, sólo nos informa de una circunstancial interrupción de su grilla estructural. BIBLIOGRAFÍA Bötticher, C. G. W. (1992), “The principles of the hellenic and germanic ways of building. With Regard to their application to our present way of building”, en In What style should we build? The German debate on architectural style, Getty Center for the History of Art end the Humanities, United States of America. Fannelli, G., Gargiani, R. (1999), “El origen textil de la pared y el principio del revestimiento desde Gottfried Semper a la Neue Sachlichkeit”, El principio del revestimiento. Prolegómenos a una historia de la arquitectura contemporánea, Akal, España. ISBN: 84-460-1180-8 Frampton K. (1990), “Llamado al orden. En defensa de la tectónica”, en Architectural Design 60, nº 3-4. Krauss, R.E. (2002, [1996]), “Retículas”, La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos, Alianza, Madrid. ISBN: 84 206 7135 5 Rigotti, A.M (2009), “Ossature vs. carcasse”, en Rigotti A.M., Pampinella S. (comp.), Una cosa de vanguardia. Hacia una Arquitectura, A&P ediciones, Rosario. ISBN 978-950-673-758-0 (2009) “Viollet Le Duc”, en Rigotti A.M. (ed.), Teorizaciones sobre Espacio, Estructura y Envolvente, Cuaderno del laboratorio de Historia urbana n°4, Rosario. ISBN 978-987-25041-3-7 Rigotti, A.M., Pampinella, S. (2008), “Guías de arquitectura Latinoamericana: Rosario”, Clarín, Buenos Aires. ISBN 978-987-07-0405-8 Rowe C. (1978, [1956]), “La estructura de Chicado”, Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, Gustavo Gili, Barcelona. ISBN 9788425207235 Schmarsow, A. (1893), “The essence of Architectural creation”, lecture in Leipzig. i Ver testimonio en: Benetti Aprosio, C. (1999), “Luis Rébora”, 041. Los años ´50. Obras de la década, n°3, pág. 74-79, CAD2, Rosario. ii Principalmente las obras de los ateliers de Suispacha y Paraguay (1939) y el edifico de Virrey del Pino 2446 (1944) en la ciudad de Buenos Aires. iii En este sentido son emblemáticas su casa-puente (1943-1945), y principalmente su proyecto no construido para un rascacielos no basado en una grilla convencional. iv El edificio se ubica en la calle Santa Fe 1748 de la ciudad de Rosario. v Ver La Arquitectura de hoy n°1, 1947, bajo el título “Edificio de oficinas para Buenos Aires”. vi Cita de Viollet Le Duc, E., Dictionnaire Raisonné: construction rational, (Rigotti, 2009: 20). vii Ver: Evans, R. (1990), “Las simetrías paradójicas de Mies van der Rohe”, AA Files 19. Schmarsow, A. (1893), “The essence of Architectural creation”, lecture in Leipzig. viii El edificio se ubica en la esquina de calle Sarmiento y Av. del Huerto de la ciudad de Rosario. - 513 -