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TERCERMILENIO # 580 CIENCIA APLICADA | CREATIVIDAD | EMPRESAS | HERALDO DE ARAGÓN Martes 21.Jun.2011 ARAGÓN>Isabel Usón: la computación al servicio de la biología molecular. PÁG. 3 LOS GANADORES DEL MES DE MAYO >Dos profesoras, un ingeniero y una gran curiosidad por el mundo que les rodea. PÁG. 7 ÍNDICES DEL CURSO 2010-11>Ciencia, tecnología e innovación tuvieron cabida entre los temas tratados en Tercer Milenio. PÁG. 8 En películas como ‘Star Trek’ (también videojuego), cámaras de teleportación actúan sobre personas y objetos. Nada parecido es posible en la realidad, pero la teleportación cuántica ha sido reproducida en laboratorio. CRYPTIC TELEPORTACIÓN CUÁNTICA >NO ES CIENCIA FICCIÓN EL CAZA MARIPOSAS No se conoce ningún proceso físico que haga desaparecer la materia aquí y la haga aparecer allá. Sin embargo, la teleportación de información cuántica es una realidad objetiva, como prueban numerosos experimentos. PÁG. 4-5 El abismo de Telma y Louise D ejarse cazar para sobrevivir, ¿tiene esa estrategia algún sentido? Si eres un oso polar y cada vez hay menos hielo bajo tus patas, si estás ya sobre un témpano menguante, a merced del mar y el sol, tal vez haya que dejarse capturar para seguir vivo. En los bancos de peces, los que nadan en cabeza sufren ma- Coordina: María Pilar Perla Mateo Patrocinan yor desgaste y se exponen más a ser atrapados por los depredadores. Más atrás, se ahorra hasta un 23% de energía. En posiciones rezagadas o centrales, los peces están más seguros pero comen peor. Los periodistas perseguimos historias. Están los recolectores y los cazadores de información. Los riesgos son diferentes. Los resultados, también. ¿Habrá que dejarse cazar para evitar la extinción de una especie, la de cazadores de información, la de exploradores del mundo? Desde un microscopio electrónico de Visítanos en tercermilenio.heraldo.es barrido, «los nuevos y fascinantes paisajes que se despliegan ante nuestros ojos nos dan una sensación de inmensidad, de enormidad, que nos hace sentir como tripulantes a los mandos de una nave espacial en misión de reconocimiento sobre un planeta lejano, o como modernos navegantes, descubriendo nuevos mundos. Y, aunque ya no nos asomamos a las bordas de carabelas, galeones o bajeles, si te fijas, verás que nuestros gestos y expresiones siguen siendo los mismos: la excitación y la emoción nos embargan (...) y, al igual que los antiguos marinos, aguzamos la vista asomándonos ahora a los monitores que nos muestran ignotos parajes sin nombre, como el de la foto, un recóndito lugar, un abismo de plástico, silicio y cristal de apenas un centímetro cuadrado». Por eso el autor de estas palabras, Manuel Gómez, tituló la foto que presentó a Fotciencia ‘Abismo de Telma y Louise’. Llegados a ese vertiginoso punto, tal vez haya que dejarse cazar y, luego, escapar del zoo. MARÍA PILAR PERLA MATEO milenio@heraldo.es twitter.com/milenioheraldo www.facebook.com/tercermilenio Edita Tercer Milenio es un suplemento de ciencia aplicada y creatividad editado por HERALDO DE ARAGÓN para el mundo de la investigación, la empresa aragonesa y la enseñanza media y superior, a los que llega con la colaboración del Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón e Ibercaja. ENPORTADA 04 MILENIO TM MARTES 21.JUN.2011 HERALDO DE ARAGÓN TELEPORTACIÓN CUÁNTICA >LA TRANSMISIÓN A DISTANCIA DEL ‘ALMA’, NO DEL ‘CUERPO’ La teleportación cuántica es un medio de comunicación a distancia sin precedentes en la historia del conocimiento y la tecnología. Existe gracias a los avances en nuestra comprensión de la física cuántica, la teoría física más exacta que se conoce a día de hoy para describir el Universo. La teleportación cuántica permite el transporte de la información cuántica contenida en un objeto, desapareciendo en su lugar de origen y reapareciendo tiempo después en su destino. Metafóricamente, lo que se transporta es el ‘alma’ del objeto, no su ‘cuerpo’. Siguiendo esta analogía, el ‘cuerpo’ de un objeto está determinado por su estructura física –atómica y molecular– y el ‘alma’, por la información codificada en ella. TEXTO ENRIQUE SOLANO NADAQUEVERCONELCINEEn la ciencia ficción se usa el término teleportación, a secas, para referirse al viaje de los objetos en su conjunto, en ‘cuerpo’ y ‘alma’. En películas célebres como ‘Star Trek’, cámaras de teleportación hacen desaparecer a las personas de sus naves espaciales, zapatos y sueños incluidos, y los hacen aparecer en planetas lejanos, preservando sus recuerdos y peinados. Todo se transporta de un punto a otro, la estructura física y la información que, codificada adecuadamente, caracteriza la identidad de personas y objetos. Este proceso suele durar unos instantes mágicos que la televisión y el cine nos brindan con efectos especiales que sostienen nuestro ensueño, el mismo que nos impide cuestionar lo que queremos creer por el solo hecho de parecernos maravilloso e imposible. No es diferente la actitud de un científico frente a sus descubrimientos, tampoco la que alimenta nuestro mundo sentimental, existencial o estético. Al estudiar escenas cinematográficas de teleportación, cabe la pregunta sobre la ubicación y la existencia de esas personas en un instante intermedio: ¿qué pasa con ellas cuando se están yendo, cuando todavía no han llegado? Sin querer destruir la fantasía, fuente noble del placer y la creatividad, debemos mencionar que no se conoce ningún proceso físico que pueda hacer desaparecer la materia en un aquí y hacerla aparecer en un allá remoto. Es decir, no se puede teleportar el ‘cuerpo’ (estructura atómica y molecular) y el ‘alma’ (información cuántica) de un objeto. Los lectores podrían especular acerca de la conversión entre masa y energía inspirados por la teoría de la relatividad especial de Einstein, E=m·c2, pero no se conoce un proceso controlado y reversible que permita una hazaña de tal calibre. Por ahora, la teleportación del cine no existe, no tiene sustento en ninguna propiedad o teoría física, no corresponde en absoluto a una posibilidad tecnológica. La teleportación cuántica sí es una realidad objetiva, que ha sido reproducida con precisión innumerables veces en muchos laboratorios de todo el planeta. La estructura física de un objeto cuántico puede ser material, como los átomos, o inmaterial, como los fotones de luz. De un modo u otro, la información cuántica contenida en él está descrita por lo que > se denomina su estado cuántico. Son estos estados cuánticos los que se teleportan en los experimentos, representados por objetos matemáticos llamados funciones de onda. Su mera capacidad simbólica o su existencia real ha generado arduos debates durante décadas entre mentes educadas de distintas áreas del saber. Más allá de interpretaciones metafísicas, la teoría cuántica es probabilista, es decir, no es determinista, predice probabilidades en lugar de valores definidos como las leyes clásicas de la mecánica de Newton y el electromagnetismo de Maxwell. Al mismo tiempo, la física cuántica describe correctamente todo lo observado en los laboratorios y es, por tanto, la teoría física más exacta que hemos producido para describir el diálogo entre nuestro cerebro y el resto del Universo. La información cuántica tiene como unidad el bit cuántico ó qubit, del inglés ‘quantum bit’. Los qubits constituyen la base de lo que un día serían los ordenadores cuánticos ultrarrápidos, a diferencia de los bits clásicos que pululan en los ordenadores actuales. Un bit clásico puede adoptar el valor de cero o uno, un qubit puede tener un estado cuántico asociado con la coexistencia simultánea de cero y uno, haciendo uso de la llamada superposición cuántica. Esta es una de las diferencias esenciales entre la información clásica y la información cuántica. UNA TEORÍA INEXPUGNABLE La física cuántica describe correctamente el mundo microscópico, el de los átomos, y posiblemente el Universo entero. Es difícil cuestionarla, ya que ni un solo experimento científico la contradice. No es el caso de las leyes de la mecánica de Newton, cuya validez es restringida. De hecho, son incorrectas desde un punto de vista microscópico y fundamental, sin que eso afecte a que sean aproximadamente válidas y útiles en el mundo macroscópico. La física cuántica es una teoría de difícil aceptación pero inexpugnable y correcta, por ahora, siempre que se acepte que el objetivo de la física es la descripción matemática y predictiva del Universo, no la imposición de criterios que llamamos equivocadamente intuitivos. Reflexionemos, la ley de la inercia, la ley de acción y reacción, el concepto de momento angular que ayuda a describir la estabilidad de una bicicleta en movimiento y muchos otros fenómenos clásicos no son intuitivos. Basta preguntar por ellos en las calles de cualquier ciudad o universidad del mundo, a gentes de todas las edades y niveles educativos. Es verdad que el mundo cotidiano, el que llamamos clásico, nos es más familiar y cercano, pero se suele confundir la costumbre con la comprensión y la intuición. Tal vez se podría lograr que el mundo de la física cuántica acabara siendo cotidiano, si un día decidiéramos enseñar a los niños a pensar creativamente con los ‘poderes’ de la intuición científica y la ‘magia’ de la descripción rigurosa de los fenómenos del Universo. Se ha insistido mucho en que la verdad científica y las artes se oponen, cuando en realidad son dos caras de la misma moneda: la de la experiencia sensorial humana. ¿Nos hemos dado cuenta ya de que este universo, el único que conocemos, nos pertenece a todos y es nuestra única casa, independientemente de lo que somos, pensamos o creemos? Pues este universo parece estar descrito correctamente por la física cuántica. Y en esta teoría caben y son cotidianos los objetos descritos con estados cuánticos asociados a muchos lugares al mismo tiempo (la superposición cuántica), los canales cuánticos de comunicación (el entrelazamiento cuántico), la teleportación cuántica (comunicación a distancia usando canales cuánticos), la simulación cuántica (nuestro teatro cuántico) y el sueño del procesador ultrarrápido (ordenador cuántico), capaz de hacer ciertos cálculos a velocidades inimaginables para los procesadores actuales. ENRIQUE SOLANO ES PROFESOR IKERBASQUE EN LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO La teleportación del cine, en películas como ‘La mosca DEL SUEÑO AL EXPERIM REALIDADES DE LABORATORIO La teleportac propuesta en el año 1993 en la revista m física multidisciplinaria, ‘Physical Rev un grupo de físicos cuánticos: C. H. Bennett Crépeau, R. Josza, A. Peres y W. K. Wootters. se han realizado muchos experimentos impo demostrado que la teleportación cuántica es correcta de la física cuántica, que el canal cuá minado por el entrelazamiento cuántico, y q ción cuántica es una realidad objetiva. Qued mino largo hasta su implementación sistemá tal modo que cambie el paradigma de las com siglo XXI como lo hicieron las tecnologías cl nicación. No está prohibido soñar con tele cuánticas; de hecho, las comunicaciones m bancos usando protocolos criptográficos cu cerca de lo que nos imaginamos. Los experimentos pioneros se hicieron telep cuánticos de distintas propiedades de fotones de Roma (Italia), Innsbruck (Austria) y Californ dos). Su impacto científico y mediático fue tre do discusiones y polémicas entre los público > MILENIO 05 TM MARTES 21.JUN.2011 HERALDO DE ARAGÓN RESUMEN PARA LECTORES CON PRISA Teleportar materia es ciencia ficción, en cambio, los experimentos lo logran con la información cuántica codificada en ella. ■ ■ Queda un largo camino hasta que los ordenadores o las comunicaciones cuánticas sean una realidad tecnológica. Los primeros experimentos lograron teleportar estados cuánticos entre fotones, luego entre átomos y fotones, después entre átomos y átomos, y, más recientemente, entre campos de luz superpuestos cuánticamente. Un paso más en el control de la teleportación cuántica. ■ SUPERPOSICIÓN CUÁNTICA Y MEDIDA CUÁNTICA Un átomo, como cualquier objeto cuántico, puede estar en un estado cúantico asociado con dos o más posiciones a la vez. Este tipo de estado se llama superposición cuántica y su función de onda, es decir, su representación matemática, así lo expresa. A pesar de eso, no es necesario afirmar que el átomo está en dos lugares al mismo tiempo; es la medida la que da realidad al estado cuántico. En ese sentido, cuando se observa la posición del átomo, su estado cuántico se modifica y el átomo aparece localizado en una posición o en otra, nunca en ambas a la vez. Sorprendentemente, tampoco es necesario afirmar que el átomo estaba previamente en un único lugar, pues esto conduce a contradicciones flagrantes. Es por esta razón que los estados superpuestos cuánticamente son llamados estados no-clásicos. Esta localización del átomo, como consecuencia de la medida, sucede con una probabilidad que se calcula a partir de su función de onda con una exactitud que no conoce ninguna otra teoría. ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO: EL CANAL CUÁNTICO El entrelazamiento cuántico forma la base de los canales cuánticos de comunicación y, por tanto, de la teleportación cuántica. El entrelazamiento requiere la presencia de dos o más objetos cuánticos en lugares diferentes, en este caso: un coche aquí con Ainhoa y una muñeca allá con Borja. Cuando Ainhoa observa el color de su coche, puede encontrar que es rojo o azul, lo mismo pasa con Borja al observar su muñeca. Pero hay un detalle importante, el estado cuántico descrito en la figura requiere que las medidas de Ainhoa y Borja estén correlacionadas: siempre que Ainhoa observe que su coche es rojo, Borja verá a su muñeca de color azul; y cuando Ainhoa vea que su coche es azul, la muñeca de Borja será roja. Las observaciones tienen que mantener esa concordancia, así lo predice la física cuántica, así lo confirman todos los experimentos. a’, no existe; la teleportación cuántica sí es una realidad objetiva. 20TH CENTURY FOX MENTO ción cuántica fue más prestigiosa de view Letters’, por t, G. Brassard, C. Desde entonces ortantes que han s una predicción ántico está deterque la comunicada todavía un caática y masiva, de municaciones del lásicas de comuefonía e internet ás seguras entre ánticos está más portando estados s, en laboratorios nia (Estados Unimendo, generanos no especializa- dos y expertos. Luego llegaron los experimentos de teleportación entre átomos y fotones, así como entre átomos y átomos. Más recientemente, en Tokio (Japón), se ha logrado un paso más en el control tecnológico de la teleportación cuántica. Según un artículo aparecido este año en la prestigiosa revista ‘Science’, se ha logrado teleportar esta vez estados cuánticos de campos de luz que contienen estados no-clásicos (superpuestos cuánticamente). Este es sin duda un esfuerzo que vuelve a confirmar que la física cuántica se va expandiendo sin encontrar barreras ni evidencias de que pudiera ser falsa, por ahora. PROVOCACIÓN INTELECTUAL Uno de los autores del artículo teórico que propuso la teleportación cuántica, el físico Asher Peres, falleció hace pocos años y la comunidad científica destacó su agudeza crítica, sus contribuciones científicas y sus cualidades humanas. Nadie sabe la respuesta a la pregunta sobre adónde va la información clásica y cuántica de un ser humano cuando muere, razón suficiente para que las siguientes generaciones osen atacar el problema con ahínco. Cuentan que, ante la pregunta de un periodista de si, al teleportar cuánticamente a un ser humano, viajaría solo su cuerpo o también su alma, Asher Peres, ateo confeso, respondió: «De hecho, solo el alma». TELEPORTACIÓN CUÁNTICA La teleportación cuántica precisa de un canal cuántico. El estado cuántico que se desea teleportar es destruido por el remitente cuando este realiza una medida. Se envían entonces al destinatario dos bits de información mediante un canal de comunicación clásico. La teleportación cuántica no sucede de forma ins- tantánea, requiere de un tiempo que respeta los límites de la transmisión de información establecidos por la relatividad especial. Para verificar que el protocolo funciona, el destinatario (Borja) realiza una medida del estado cuántico teleportado y el remitente (Ainhoa) confirma el éxito de la operación.