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REPARACION DE PERFORACION CORNEAL MEDIANTE COLGAJO CONJUNTIVAL DE TERCER PARPADO EN UN MOCHUELO BOREAL (AEGOLIUS FUNEREUS) Andrés Montesinos Barceló1 , María Ardiaca García1 , Sergio Barbero Rodríguez1 , Cristina Bonvehí Nadeu1 , Alicia Gomez Guijarro1 , Beatriz Teso Sanchez1 , Ekei Ferrera Alvarez1 1) Centro Veterinario los Sauces INTRODUCCIÓN Y CASO CLÍNICO / INTRODUCTION AND CASE REPORT Las aves, especialmente las rapaces, son especies muy dependientes de la visión para la localización de alimento y para su supervivencia. Los búhos en especial tienen un campo binocular muy grande debido a la disposición frontal de los ojos y a la prominencia de sus globos oculares. Estas especiales adaptaciones los hacen especialmente sensibles a los traumatismos oculares, en especial los 1–3 corneales. Cuando los tratamientos médicos no son suficientes, en oftalmología de otras especies se puede recurrir a soluciones quirúrgicas pero en las aves puede suponer un reto por la disposición anatómica de la conjuntiva. Se describe un caso de resolución quirúrgica de una ruptura corneal utilizando un colgajo conjuntival del tercer párpado y sin uso de keratoplastia en un mochuelo boreal (Aegolius funereus). DESCRIPCIÓN / DESCRIPTION Un ejemplar de mochuelo boreal (Aelogius funereus) fue llevado a la consulta para una segunda opinión debido a una inflamación de los párpados del ojo izquierdo que le apareció nada más adquirirlo, justo tras sacarlo de la caja de donde venía procedente del criador. El ave fue diagnosticada de una conjuntivitis traumática y se le había prescrito azitromicina (50 mg/kg PO SID), meloxicam (0,5 mg/kg PO BID) y colirio de tobramicina con diclofenaco tópico (QID). El mochuelo era empleado para cetrería y en un show educativo junto a otras aves rapaces nocturnas ibéricas y estaba en período de cuarentena. Era alimentado con ratones congelados y se encontraba aislado de las otras aves. En la exploración se encontró un animal en buen estado corporal (5/9; 117g) con blefaritis de los párpados del ojo izquierdo, epifora, plumas húmedas perioculares y opacidad corneal en la zona entre las 12 y 3 según la esfera del ojo. Las presiones intraoculares (IOP), medidas por técnica de rebote fueron de 13 mmHg en ambos ojos, el test de Schimer de 5 mm, no se observaron cuerpos extraños en los fondos conjuntivales y el pecten y fondo de ojo eran observables sin patologías con un transiluminador de Finnoff. La citología del fórnix conjuntival no reveló hallazgos patológicos y la tinción de fluoresceína de la córnea fue positiva en la zona afectada. Se estableció un diagnóstico de úlcera corneal superficial de origen traumático y se recetó un colirio de ciprofloxacino junto a uno de diclofenaco, ambos TID. Diez días más tarde el ave fue llevada a revisión y el propietario no la había observado mejor. El mochuelo presentaba clara fotofobia y en la exploración ocular se observó una zona edematosa protruyente de la córnea unos 2 mm con detritus y restos vegetales en toda la conjuntiva. Se anestesió al ave con sevofluorano en mascarilla con objeto de realizar una exploración detallada y mientras se observaba la lesión con una lámpara de hendidura la córnea se rompió saliendo liquido de la cámara anterior por la herida corneal. Se procedió a la intubación del animal y debido a la poca laxitud de la conjuntiva palpebral, se realizó un colgajo de conjuntiva del tercer párpado tras el corte de la misma con tijeras de iris en el borde más dorsal. El colgajo se suturó con sed de 10/0 en 4 puntos simples que tapaban la herida de la córnea. Posteriormente se hizo una tarsorrafia con sutura de nylon de 4/0 con puntos en “u” horizontal y con ayuda de tubos de silicona para disminuir la presión en la piel de los párpados. Se instauró un tratamiento con Marbofloxacina 5 mg/kg PO SID 10 días y tramadol 30 mg/kg PO BID 3 días. Siete días después el animal se quitó la sutura de la tarsorrafia y fue traído a revisión. El ojo afectado ya aparecía turgente con una IOP de 5 mmHg fente a los 13 mm del ojo sano. El colgajo aparecía bien adherido a la córnea con buena irrigación pero el ojo aún estaba de menor tamaño que el sano. Se repuso la tarsorrafia bajo anestesia y se continuó el tratamiento antibiótico sistémico. Una semana más tarde se revisó de nuevo al búho, quitando la tarsorrafia. De nuevo la IOP estaba más baja que en el ojo sano (7 mm Hg frente 13) pero el ojo seguía apareciendo turgente. Otra vez, el colgajo ofrecía un aspecto saludable. Otra semana después y ya sin tarsorrafia, se revisó de nuevo al animal y las presiones intraoculares se habían igualado (13 mm Hg), siendo la pupila del ojo afectado mucho más reactiva y habiendo desaparecido cualquier tipo de exudado de la conjuntiva del ojo izquierdo, aprovechando la ocasión para retirar los puntos. 32 días tras la cirugía los ojos aparecían simétricos y las IOP igualadas, con pupilas de igual reactividad y se empezó a observar pérdida de pigmentación del borde del tercer párpado injertado. El fondo ocular continuaba sin hallazgos patológicos y el animal desarrollaba una vida normal siendo capaz de cazar. A los 52 días de la cirugía se revisó de nuevo al animal y tras comprobar la simetría del ojo, las IOP, test de Schimer normal y la ausencia de otras patologías en los ojos, se cortó el colgajo conjuntival bajo anestesia. Revisiones posteriores, a los 2 y 4 meses de la cirugía, siguen mostrando un ojo turgente con igualdad de IOP y con buena integración de los restos del colgajo en el tejido corneal DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES / DISCUSSION AND CONCLUSION Las úlceras superficiales en búhos suelen cicatrizar en 3-5 días, pero si las úlceras son profundas, no cicatrizan y la córnea responde adelgazando, con imbibición de agua y formando estructuras tipo keratocono, con casi inexistencia de neovascularización.4 La causa de esta respuesta en estas aves se desconoce pero se recomienda siempre un aporte vascular prolongado en el tiempo para la reparación corneal en rapaces nocturnas.1 No se ha descrito el uso de colgajos conjuntivales como único método de cicatrización en búhos según conocimiento de los autores. Se eligió el método descrito debido a la observación de la rotura corneal durante la exploración y a que no existía pérdida de tejido corneal, usando la conjuntiva del tercer párpado por su flexibilidad y por lo poco flexible de la conjuntiva palpebral en estas aves de tan reducido tamaño. No existen referencias publicadas para los test oftalmológicos en el mochuelo boreal pero la comparación con los descritos para otros búhos se tomaron como referencia, 2,5 así como las comparaciones con el ojo sano. BIBLIOGRAFÍA /BIBLIOGRAPHY 1. Gionfriddo JR, Powell CC. Primary closure of the corneas of two Great Horned owls after resection of nonhealing ulcers. Vet Ophthalmol. 9(4):251-254. doi:10.1111/j.1463-5224.2006.00476.x. 2. Seruca C, Molina-López R, Peña T, Leiva M. Ocular consequences of blunt trauma in two species of nocturnal raptors (Athene noctua and Otus scops). Vet Ophthalmol. 2012;15(4):236-244. doi:10.1111/j.1463-5224.2011.00976.x. 3. Cousquer G. Ophthalmological findings in free-living tawny owls (Strix aluco) examined at a wildlife veterinary hospital. Vet Rec. 2005;156(23):734-739. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15937240. Accessed May 18, 2016. 4. Andrew SE, Clippinger TL, Brooks DE, Helmick KE. Penetrating keratoplasty for treatment of corneal protrusion in a great horned owl (Bubo virginianus). Vet Ophthalmol. 2002;5(3):201-205. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12236872. Accessed May 18, 2016. 5. Jeong M-B, Kim Y-J, Yi N-Y, et al. Comparison of the rebound tonometer (TonoVet) with the applanation tonometer (TonoPen XL) in normal Eurasian Eagle owls (Bubo bubo). Vet Ophthalmol. 10(6):376-379. doi:10.1111/j.1463-5224.2007.00573.x.