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Cristo Luz del Mundo
Por: Pbro. Dr. Macario Ponce Correa
Frecuentemente Isaías habla de una gran luz que brilló en las tinieblas entre los pueblos
que estaban sentados en las sombras de las tinieblas, la Iglesia, a partir de esta afirmación
es consciente de que por su predicación puede y debe llevar a todas partes esa luz, la luz no
es la Iglesia, la Iglesia es portadora de la luz, cuando le presentaron a Juan XXIII el
esquema sobre la naturaleza de la Iglesia, le interesó mucho el nombre, y le puso a esa
constitución fundamental del Vaticano II, Lumen Gentium, significa Luz de las Gentes,
¿En qué consiste esta afirmación en la Sagrada Escritura?, consiste en que Dios creó la luz,
el primer día (Génesis 1), en el cuarto día, creó el sol y la luna, pero no fue la luz que
vemos hoy la que creó el primer día, es otro tipo de luz y Lacordaire (sacerdote y religioso
francés) decía que es otro tipo de luz, es la iluminación que da al Señor a todo hombre que
viene a este mundo, esa iluminación que consiste esencialmente en que hace del
entendimiento del hombre un instrumento para que iluminando los objetos que lo rodean,
los pueda captar toda persona humana, esa es la luz natural de la razón, desgraciadamente
el hombre no usa esa capacidad que se le ha dado de razonar, por eso aunque es capaz de
conocer las cosas con sus propiedades, no le interesa, usa casi exclusivamente los sentidos,
los sentimientos, los afectos, más no la razón. Desgraciadamente esto lo denigra hasta
colocarlo incluso abajo del animal, porque el animal se guía por los sentidos y por los
instintos, pero, el hombre ni siquiera usa los sentidos correctamente sino que los deforma
con el entendimiento, poniendo el entendimiento al servicio de los sentidos, pues cualquiera
que fragua el mal, los vicios, cualquier pecado, los concibe usando el entendimiento al
servicio de los sentidos. Esta acción es, por supuesto, totalmente irracional pues,
lógicamente la persona humana cualquiera que sea y en cualquier tiempo, si no usa el
entendimiento correctamente jamás llegará al conocimiento de Dios, y toda persona
humana que no llega al conocimiento de Dios es inexcusable dice en Romanos 1, 19-20; y
no hablamos aquí solo de los católicos, sino de toda persona humana en cualquier tiempo, o
cualquier circunstancia, no hablamos de la Revelación, contenida en la Sagrada Escritura,
no hablamos de la presencia de Jesús en el mundo, sino solamente de la razón, si no llegas
al conocimiento de Dios verdadero por la razón, no puedes salvarte.
Pero si observamos a nuestro alrededor veremos como la mayoría de la raza humana no
llega al conocimiento del Dios verdadero, incluso, me atrevo a afirmar que el 90% de los
Católicos no llega al conocimiento del Dios verdadero, porque se fundan solo en los
sentimientos religiosos, me siento muy bien y con eso basta, siento que Dios me habla y
con eso me basta, todo mundo inventa que Dios le habla, vean a los boxeadores, a los
luchadores, a los narcotraficantes, verán cómo se persignan y “creen mucho en Dios”,
observa lo que hacen y comprobarás que no están usando la razón, ni siquiera desde el
punto de vista puramente humano.
La religión que es la relación con Dios, es esencialmente actividad intelectual, no
sentimentalismos religiosos, no emociones, no subjetivismos sino razonamientos. Dios nos
dió a todos esa capacidad de razonar, y esa es la iluminación esencial y fundamental que
posee toda persona humana, y Dios o Jesús como dice San Juan “ilumina a todo hombre
que viene a este mundo” esta es la iluminación, por eso somos inexcusables si no llegamos
al conocimiento del Dios verdadero, porque tenemos un entendimiento que está iluminado
para eso, está hecho para eso.
La luz sobrenatural que Dios concede por medio de la Gracia, es el siguiente peldaño para
llegar a Dios, pero sólo la concede a las personas que son racionales, es decir, que ya obran
por la razón, pues Dios nunca se manifiesta en los sentimentalismos religiosos, ni en la
ignorancia, para que puedas decir que con esto llegarás al amor y al conocimiento de Dios,
eso no sucederá jamás; y como prueba tenemos a los hermanos separados, y también a
algunos miembros de la Renovación Carismática Católica, que se dejan llevar por las
emociones, pero ignoran de lo que se trata el orden sobrenatural.
No se engañen, la ignorancia no te da la fe y la ignorancia no te puede salvar, necesitas
usar la razón. Úsala para que conozcas al Dios verdadero no a la idea de Dios que tú te has
hecho o al que te enseñaron “piadosamente” en tu casa, para que conozcas al Dios
verdadero del que habla Jesús en el Evangelio de San Juan 17, 3 “Padre Yo he venido para
que te conozcan a ti único Dios verdadero, porque en eso consiste la Vida Eterna, en que te
conozcan a ti único Dios verdadero y al que enviaste a tu hijo Jesucristo” y cuando aquí
habla de conocer se refiere a razonar, implica un conocimiento profundo, no
sentimentalismos. Y esto es fundamental para formar nuestra propia fe, nuestra convicción,
nuestra adhesión profunda a las verdades que el Señor se ha dignado revelarnos, para llegar
al conocimiento del Señor, y poder así gozar aquí en la tierra de su amistad, de una amistad
verdadera fundada en las condiciones que Él ha puesto, y después de esta vida de gozar su
amistad, lleguemos a gozar eternamente de Él, no de un Dios que inventamos, sino en un
Dios que conocemos porque Él se ha dignado a revelárnoslo.