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Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud y de las Aguas En torno a los días de celebración de la festividad del Corpus tenían lugar en Antequera las salidas en procesión del Santísimo Sacramento (Su Majestad en público) para administrar el Viático a los feligreses enfermos e impedidos de la diferentes parroquias antequeranas. Las Sacramentales radicadas en cada una de ellas tenían un papel protagonista en su organización velando por dotar a las procesiones de la mayor solemnidad. Según las crónicas de "El Sol de Antequera" correspondientes a los años cuarenta, su paso por las calles de la feligresía constituían verdaderas y multitudinarias profesiones de fe. El itinerario que había de seguir el Santísimo se engalanaba con colgaduras, embelleciéndose las fachadas y balcones de las casas con damascos, mantones y colchas de filigrana. Del Santo Viático de la parroquia de San Pedro de 1945, celebrado el domingo 10 de junio, tenemos testimonio gráfico. Un carruaje cedido por don José García Berdoy, cubierto en su totalidad de claveles rojos y otras flores, se convirtió en magnífica carroza, digno albergue del Santísimo. Comisariado: José Escalante Jiménez. Textos: Juan Campos Rodríguez — José Escalante Jiménez Fotografía: Archivo Histórico Municipal de Antequera. Organiza: Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud y de las Aguas Colabora: Excmo. Ayuntamiento de Antequera. El Corpus es la fiesta en la cual la Iglesia Católica honra la presencia de Cristo en el Sacramento de la Eucaristía. Fue establecida en 1264 por el papa Urbano IV, celebrándose el jueves sexagésimo, día después del Domingo de Pascua de Resurrección. Siguiendo el mandato de Trento, a lo largo del siglo XVI y, sobre todo a partir de principios del siglo XVII, se irán estableciendo de manera sistemática en todas las parroquias estas Cofradías Sacramentales. Independientemente, la celebración de la fiesta del Corpus correrá a cargo de los Cabildos locales, tanto civil como eclesiástico en su caso, exista o no hermandad sacramental. En nuestra ciudad se constituyen seis cofradías sacramentales entre los siglos XVI y XVII, con lo que todas las parroquias contaban con una como prescribía la norma tridentina. A este respecto debemos anotar un dato realmente singular, la primera hermandad erigida canónicamente en el seno de la Iglesia Católica es la Cofradía del Santísimo Sacramento de la Parroquia de Santa María, estando considerada como “la madre y maestra” del resto de las cofradías que posteriormente irán surgiendo. El dato nos viene proporcionado por diversas fuentes, tal vez las más significativas sean las historias locales. Además contamos con la enorme suerte de conservar su rico archivo y los privilegios y estatutos originales. Esta hermandad fue aprobada por el Obispo Diego Ramírez de Villaescusa, y sus fundadores fueron Pedro Sánchez Calcetero y su mujer Dª Luisa Díaz, en el año de 1517. El primer documento conservado son las primitivas reglas aprobadas por el referido obispo, en ellas se explica que “movidos con celo de devoción por el santísimo sacramento de la eucaristía ordenaron una cofradía la cual se llame de Corpus Christi”. Estas ordenanzas establecen, por ejemplo, que la cofradía se tiene que constituir con 50 hermanos, los elementos de culto y las obligaciones tanto asistenciales entre ellos como de culto y de propagación de la adoración a la eucaristía. EJECUTIVA SUIT NUPCIAL La procesión del Corpus antequerano de 1927 contó con una importante novedad: por disposición del vicario de la ciudad, don José Moyano Sánchez, dejan de figurar en ella a partir de aquel año las imágenes de distintas advocaciones que tradicionalmente figuraban en la misma acompañando a la custodia. Fundamentaba su decisión el vicario en que desde su llegada a la ciudad había visto que nuestra procesión del Corpus se celebraba con escaso orden y sin la solemnidad, fervor y brillantez que requería la Real Presencia de la Hostia Consagrada. El año anterior, en 1926, habían figurado en la procesión las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, de la iglesia de San Juan de Dios, y la de Santa Eufemia, patrona de la ciudad, siendo llevada esta, como marcaba la tradición, por miembros de la Guardia Municipal y conducida por el teniente de alcalde más joven. En 1942, la procesión del Corpus antequerano se reviste del esplendor de decenios atrás al recuperar la costumbre de instalar altares en las bocacalles del trayecto. Como antaño, los gremios son los encargados de instalar los altares que aspiran a los premios establecidos por el ayuntamiento. El primer premio de 1942 sería para el montado en la calle Carreteros por el gremio harineropanadero y bajo diseño del perito aparejador don Juan Burgos. Junto a este, jalonaron el recorrido los montados por los gremios de los fabricantes de tejidos; carpinteros; clase sanitaria; fabricantes de curtidos; metalúrgicos; comercio de ultramarinos y comestibles; fabricantes de materiales de construcción; abogados, notarios y procuradores; hostelería y bares; banca y seguros; hortelanos; labradores; comercio; y confiteros y fabricantes de mantecados. Solo en 1943 y 1948 se vuelven a montar altares.