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Crescenti C/ Pizarro, 28 bajo 46004 – Valencia info@crescenti.es Oligoelementos e inmunidad Una buena salud física depende de un adecuado aporte de nutrientes esenciales, entre ellos vitaminas y elementos químicos esenciales u oligoelementos, necesarios en pequeñas dosis. Para ello debe estar presente un sistema inmune que funcione adecuadamente y asegure la supervivencia del individuo a las agresiones del medio ambiente y a las alteraciones que se produzcan en el propio organismo. Son numerosos los oligoelementos importantes y entre los más estudiados en relación con la inmunidad se encuentran el selenio y el zinc. Otro oligoelemento modulador de la inmunidad pero menos estudiado es el manganeso. Selenio: El selenio es un elemento esencial involucrado en numerosas vías metabólicas cruciales mediadas por enzimas importantes para regular la función del sistema inmune y para proteger al organismo contra el daño oxidativo. Desde hace varias décadas se han llevado a cabo numerosos estudios en relación con la importancia de la presencia de selenio en la dieta y la salud. Es así como numerosas investigaciones señalan que su deficiencia se relaciona con una disminución de la inmunidad mientras que en contraste la suplementación con selenio, aún en individuos con niveles normales de este oligoelemento, tiene un marcado efecto inmunoestimulante que incluye el aumento de la proliferación de linfocitos T y de la actividad de células natural killer. Estas últimas son componentes importantes en la defensa inmunitaria y no destruyen los microorganismos patógenos directamente sino que tienen una función más relacionada con la destrucción de células infectadas y de las células cancerígenas. Existen claras evidencias sobre los efectos del selenito de sodio en pacientes con diversos tipos de deficiencias inmunológicas y nutricionales. Se ha demostrado que tanto el selenio como el zinc aumentan la respuesta de anticuerpos en la vacuna contra la gripe y en otras vacunas. Estudios estadísticos revelaron una mayor mortalidad de pacientes portadores del virus de VIH en áreas geográficas con deficiencia de selenio en el suelo. Asimismo, el empleo de selenio ha demostrado ser efectivo en pacientes con enfermedades virales graves y poco frecuentes, como la fiebre hemorrágica epidémica en la provincia de Henan, China, lográndose una reducción significativa en la mortalidad. En el suero de pacientes portadores de algunas enfermedades autoinmunes, es decir en las que está implicado el desbalance del sistema inmunológico, se ha hallado déficit tanto de selenio como de zinc. Dr. E.J.V. Crescenti, Dra V. Medina, Dra. L. Sambuco, Dra. G. Cricco, Dra. G. Martín, Dra. A.M. Genaro, Dra. G. Cremaschi, Dr. J.C. Perazzo, Dra. R.M. Bergoc. 1 Crescenti C/ Pizarro, 28 bajo 46004 – Valencia info@crescenti.es Adicionalmente, las células del sistema inmune tienen una necesidad funcional de selenio ya que este oligoelemento es un componente de la selenocisteína. Existe una familia de selenocisteínas, que son proteínas con actividad enzimática relacionadas con numerosas funciones activadoras del sistema inmune y también antioxidantes. Por otra parte, numerosos experimentos en animales han demostrado la capacidad del selenio de restaurar la pérdida de reactividad linfocitaria relacionada con la edad, por lo que su suplementación resulta beneficiosa en adultos mayores en la prevención de enfermedades relacionadas con deficiencias nutricionales, afecciones neurodegenerativas y aquellas relacionadas con el desbalance del sistema inmune. Zinc: Los niveles de zinc son muy importantes para la capacidad del organismo de generar respuestas inmunes. La falta de este oligoelemento afecta negativamente el reclutamiento de neutrófilos debido a que el zinc normalmente interviene en la inducción de la quimiotaxis o migración de los leucocitos. Se ha demostrado que el zinc afecta la diferenciación y reactividad de linfocitos T que son los responsables de coordinar la respuesta inmune. Estudios de la década del ´70 ya habían indicado que el tamaño del timo, órgano central en el desarrollo de las células T, disminuye considerablemente en niños con una baja incorporación de zinc en la dieta; en experimentos efectuados en ratas y ratones alimentados con dietas deficientes en este oligoelemento durante dos semanas, se produjo un aumento del timo cuando estos animales fueron alimentados con una dieta conteniendo niveles de zinc normales por una semana. El zinc también interviene en la citotoxicidad de los linfocitos T así como en el reconocimiento de antígenos que son las sustancias que gatillan todas las respuestas inmunes. La suplementación con zinc lleva a un aumento en el número de células NK (natural killer). También la deficiencia de zinc afecta fuertemente a la respuesta inmune mediada por células B de diversas maneras, ya que una dieta pobre en este oligoelemento reduce significativamente el número de linfocitos B y de sus precursores, así como a la producción de anticuerpos por parte de las células B. Es así como se ha sugerido la necesidad de suplementar con zinc a grupos de riesgo, como personas con sistema inmunológico deprimido y ancianos, para estimular la función inmune y para mejorar la resistencia a infecciones. Manganeso: Los estudios de la relación entre manganeso e inmunidad no llevan tantos años como los del selenio. Más recientemente, datos obtenidos en animales de experimentación han Dr. E.J.V. Crescenti, Dra V. Medina, Dra. L. Sambuco, Dra. G. Cricco, Dra. G. Martín, Dra. A.M. Genaro, Dra. G. Cremaschi, Dr. J.C. Perazzo, Dra. R.M. Bergoc. 2 Crescenti C/ Pizarro, 28 bajo 46004 – Valencia info@crescenti.es demostrado la regulación de la cantidad de linfocitos T por parte del manganeso. En ese mismo sentido se demostró que concentraciones elevadas del oligoelemento inhiben la replicación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Asimismo, es cada vez más clara la relación entre los antioxidantes y la inmunidad. Recientemente se estudió ésta relación en ratones portadores de infección viral aguda observándose que el tratamiento con un antioxidante regula a distintos tiempos la respuesta inmune durante la infección y la inmunización. También se ha demostrado últimamente que las zonas de un tejido infectado secuestran tanto zinc como manganeso, atribuyéndose estos resultados a mecanismos de defensa puestos en juego por el huésped y abriéndose así nuevas estrategias médicas nutricionales. La suplementación con el complejo antioxidante selenio, zinc y manganeso es importante entonces en desórdenes del sistema inmunológico producidos por exacerbación o por depresión de las funciones inmunes. Estas afecciones incluyen aquellas en las que el sistema inmune está alterado como esclerodermia, lupus, artritis reumatoidea y enfermedades infecciosas tanto de origen bacteriano como viral. Asimismo, esta combinación puede resultar útil para favorecer la recuperación de individuos sometidos a quimioterapia y radioterapia, que son protocolos terapéuticos que producen no solo depresión del sistema inmunológico sino también desbalance del sistema antioxidante. Referencias Chover M. Revisión de los Oligoelementos ampliada y revisada. 2008. Gráficas Papallona, Valencia, España. Chover M. Medicina ortomolecular. 2011. Editorial Club Universitario. Valencia. España. Cowgill UM. 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