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EDITORIAL ¿UN DESTINO MANIFIESTO? Dr. Mauricio Goihman Yahr* La vida de John Adams merece un estudio cuidadoso y ello ha sido hecho por Mc Cul lough. 3 Adams nació en un hogar de granjeros religiosos en Braintree, Massachusetts, en 1735. Adams fue maestro, se graduó en Harvard y ejerció el derecho. Formó parte del grupo inicial cuyo desacuerdo con las políticas de la corona inglesa llevó a la protesta, la oposición y por fin a la independencia. Adams fue integrante del Congreso primigenio, fue él quien propuso a Washington como jefe militar del ejército rebelde. Así mismo, participó en la redacción de la declaración de independencia y propuso que Jefferson redactase el proyecto de ese documento fundamental y fue uno de los firmantes del Acta como la conocemos hoy. Jefferson y Adams secundaron a Franklin en su vital misión a Francia. Sin la flota francesa, las naves británicas hubieran podido avituallar y reforzar las tropas inglesas en América y quizá la revolución hubiese podido ser aplastada. Ello, por supuesto no ocurrió y Adams gestionó luego el reconocimiento por Holanda y un vital empréstito holandés para la nueva nación. Su misión más delicada fue lograr el reconocimiento de la independencia por parte de Inglaterra. Londres firmó la paz y acordó los límites entre los Estados Unidos y las posesiones británicas del Canadá. De regreso a su país, Adams participó activamente en la política, fue vicepresidente (para la segunda presidencia de Washington) y luego fue electo como el segundo presidente de los Estados Unidos. Ocupó ese alto cargo por un solo periodo ya que Jefferson lo derrotó al intentar Adams la reelección. Se retiró entonces a su propiedad rural de Quincy en su patria chica, la cual administró y dirigió hasta su muerte. Vivió largos años, y tuvo la satisfacción de ver como su * hijo, John Quincy Adams ocupaba la presidencia de la nación en 1825. Un currículum impresionante... pero ¿cómo eran los Estados Unidos en esa época? 1.2.3 Las trece colonias no tenían una superficie mucho mayor que la Capitanía General de Venezuela. Su población para la época de la independencia no era de mucho más que tres millones de habitantes. Las tres ciudades más importantes eran Boston, Filadelfia y New York. Filadelfia era la más poblada, no excedía los treinta mil habitantes y sufría de epidemias de fiebre amarilla. Harvard fue fundada en 1638 pero en la época en la cual Adams estudiaba contaba con cuatro edificios de ladrillo, algo más de cien estudiantes y siete profesores.' Comparemos con la gigantesca Ciudad de México que tenía alrededor de un millón de habitantes al ser conquistada y cuya universidad se creó a mediados del siglo XVI. Nuestra modesta capitanía general tenía alrededor del millón de habitantes y Caracas tendría la mitad de habitantes que Filadelfia. ¿Porqué entonces fue tan distinta la evolución de los Estados Unidos de la nuestra después de la independencia? ¿Se trató acaso de un Destino Manifiesto como lo quería Mahan, que llevaba a los norteños a la grandeza y al progreso (y a los sureños a la anarquía, dependencia y regresión)? Pienso que no, que lo que hubo y hay fue una serie de eventos y circunstancias cuya sumatoria puede explicar al menos en parte lo ocurrido. La guerra de independencia norteamericana fue, cruenta. Hubo destrucción de propiedades individuales, fami- Editor Dermatología Venezolana DERMATOLOGIA VENEZOLANA, VOL. 40, Nº 1, 2002 3 lías enteras que migraron a Canadá o Inglaterra con pérdida de lo que tenían. Hubo muertos en batalla y sobre todo muchos por causa de la inexistencia o de lo primitivo del cuidado médico y de las medidas de salud pública. Hubo pues víctimas, pero no un resquebrajamiento del tejido de la sociedad como en el sur ni tampoco una pérdida del imperio de la ley. No hubo en el norte un Boyes asesinando a civiles en casas e iglesias. No hubo una guerra a muerte ni se concedieron grados militares en función de las orejas, narices o cabezas cosechadas de enemigos masacrados. No hubo una trágica emigración a Oriente ni se sacrificó la juventud estudiosa de un país en una batalla que debería ser motivo de duelo y no de júbilo. Allí en La Victoria pereció lo que debió haber sido la clase dirigente venezolana de los siguientes cuarenta años. El primer presidente norteamericano y luego el segundo crearon una imagen de la presidencia que real o no, domina hasta hoy lo que los estadounidenses piensan que debe ser esa institución. Una presidencia poderosa pero limitada por el Congreso y obediente a la Ley y al cuerpo judicial. Una imagen de justicia y de familia monogámica. Respeto a la propiedad privada y a la actividad lucrativa en el marco de la ley. El presidente es respetado pero nunca endiosado. Hubo intentos por supuesto; en un momento se pensó que el Presidente (Washington) debía ser llamado, «Su Alteza, el Presidente de los Estados Unidos de América y Protector de los Derechos del mismo», al final sin embargo quedó la simple apelación de «Señor Presidente» no hubo «Ilustres Americanos» ni «Beneméritos» ni «Restauradores». No se erigieron estatuas en vida para ser derribadas en vida también. Hubo respeto y fomento de la cultura y del conocimiento. Adams fue maestro. Instruyó a su propio hijo en matemáticas; su libro de cabecera era Discursos Selectos de Cicerón. En 1812 durante la guerra con Inglaterra (más de treinta años después de la independencia) fue quemada la biblioteca del Congreso. El expresidente Jefferson proporcionó 6.707 volúmenes de su propia biblioteca para rehacer lo perdido. El Congreso pagó por esto US$ 23.950. 3 Entre nosotros Bolívar fue sin duda un hombre culto, pero Páez aprendió a leer tarde en su vida y luego... Los norteamericanos establecieron desde el principio un sistema legal efectivo y reglas de juego. Han tenido una sola y concisa constitución con enmiendas también concisas de tiempo en tiempo. El enfoque hacia la ley es uno de seriedad y acatamiento. 4 Por otra parte el pueblo y gobierno norteamericanos han creído en el país y han proseguido desde el principio una política de crecimiento y de adquisición. El tratado de paz con Inglaterra les proporcionó un vastísimo espacio en el centro y oeste de lo que hoy es su país. En 1803 adquirieron de Francia la Louisiana lo cual en realidad era la Nueva Francia; un área muchísimo mayor que la del actual estado de Luisiana. Adquirieron Florida de una España debilitada en 1819 y Alaska de Rusia más de cuarenta años después. Ciertamente hubo también adquisiciones violentas y jurídicamente difíciles de defender. En todas ellas sin embargo la posesión se acompañó de desarrollo y de progreso. Esto pudo ocurrir porque el país se abrió a la inmigración (inicialmente europea) y esa inmigración fue estable y progresista porque halló reglas de juego confiables, una razonable seguridad jurídica y la posibilidad de integración. La vida individual del inmigrante fue de lucha y muy alejada de un cuadro idílico de bondad y justicia; pero el conjunto de poblaciones tomó y aportó a la creación de la unidad y del progreso. Hubo una crisis real y terrible, la Guerra de Secesión. Los daños que ocasionó y el dolor que produjo se perciben aún en la vida social y en la economía de los Estados Unidos. No obstante allá, la unión, el orden y el progreso resultaron vencedores aún cuando espíritus inferiores desvirtuaron por un tiempo el legado de Lincoln. En resumen, la receta para el éxito parece ser, trabajo, cultura, reglas de juego respetadas, movilidad social, actitud positiva, respeto y aspiraciones hacia la propiedad, premio a la capacidad constructiva. Todo reposa en las bases creadas por un grupo de fundadores los cuales llegan a hacerse objeto de una mitología que resalta las cualidades mencionadas arriba. ¿Qué tiene que ver todo lo anterior con nuestra dermatología? Al contrario de lo que sucedió en nuestro país y en otros de la América Latina nuestra disciplina y sociedad siguieron el ejemplo norteamericano. Un grupo inicial de fundadores es dirigido por Martín Vegas, una persona consciente, con sólidos principios, libre de megalomanía, libre de verborragia. El consolida una sociedad científica y en un momento dado abandona la primacía efectiva y gana autoridad e influencia morales. La Sociedad así DERMATOLOGIA VENEZOLANA, VOL. 40, Nº 1, 2002 creada, crece sobre la base del trabajo y de la adquisición de destrezas y de una visión optimista del futuro. El crecimiento se hace en estrecha relación con el universo científico mundial con un criterio profundamente optimista pero profundamente realista. Se establece un grupo directivo que se alterna y que incorpora siempre lo mejor de las nuevas generaciones sin fosilizarse ni cristalizarse. Todo estuvo sometido a un proceso de selección lo cual impide la masificación y la oclocracia. originales vs trabajo, orden, selección, progreso, para continuar creciendo y avanzando. Los destinos manifiestos se hacen, no aparecen de modo inexorable. El progreso sin embargo es un ente viviente puede enfermar, puede desvirtuarse puede perecer BIBLIOGRAFÍA 1. No es sano sin embargo, sentirse demasiado complacidos ni hacerse descuidados. No es imposible que sobrevenga una crisis que enfrente los valores tradicionales con otros menos constructivos. La Sociedad y la especialidad deberán descansar en la fuerza de los principios DERMATOLOGIA VENEZOLANA, VOL. 40, Nº 1, 2002 Andrews EB.History of the United States.Vol. 1,Charles Scribner's Sons. New York, 1915. 2. Barker EC, Dodd WE, Commager HS. Our Nation's Development. Row, Peterson and Co. Evanston, Illinois, 1937. 3. Mc Cul lough D. John Adams. Simon & Schuster, New York, 2001. 5