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REPORTE DE MAYO DE 2013 SOBRE ECONOMIA Y FINANZAS En mayo, los valores de las acciones en las bolsas europeas y de los Estados Unidos subieron entre el 2% y el 3%, y las asiáticas bajaron entre el 1% y el 2%.- Los papeles de renta fija soberana europea redujeron sus rendimientos porque los países emisores están obteniendo mejores precios por ellos debido a una pequeña mejoría en la percepción de los inversionistas sobre la futura estabilidad de dichos países, a pesar de que en mayo hubo protestas públicas en varias capitales y ciudades del Continente, para rechazar las denominadas medidas de austeridad impuestas a la mayoría de los países que han tenido que aceptar esas duras condiciones para calificar a los requisitos exigidos por los países prestamistas. El camino hacia la recuperación, una vez que la Gran Recesión terminó en el 2010, ha enfrentado dos tendencias marcadamente opuestas: la de las medidas de austeridad que lidera la Cancillera alemana señora Merkel, y la del impulso del crecimiento mediante el gasto de los gobiernos, rebajas de impuestos y otras medidas fiscales y monetarias para incrementar el consumo, cuyo más visible exponente es el Presidente Obama. En mayo, tanto el favor de los economistas como del público mundial parece haber tomado partido por ésta última, ciertamente debido al hecho de que, aunque lento y no del monto más adecuado, algunos indicadores que constituyen la esencia de esta recuperación se están dando en Estados Unidos y no en Europa, donde hasta ahora ha prevalecido el criterio de forzada austeridad como vía para el reestablecimiento de una sana economía. En efecto, por 31 meses seguidos, el índice de empleo ha mejorado en Estados Unidos. En contrario, salvo Alemania entre los países europeos, el resto de Europa padece de creciente desempleo, y algunos llegan a cifras solo registradas durante la Depresión de 1930. Por dos años seguidos Estados Unidos registra crecimiento económico, y este año posiblemente superior al 2%, en cambio Europa se reducirá en el 0.1% y en la zona del euro la reducción será del 0.4%. Y en Europa el mercado inmobiliario no sale del desplome ocurrido a partir del 2008, mientras el aumento sostenido de los precios de las viviendas y comercios en Estados Unidos es un hecho generalizado. Debido a esta realidad, en mayo se han perfilado en Europa los síntomas de un cambio en la manera para poner en la ruta de la recuperación y el crecimiento al Continente. Se percibe que la restricción del gasto de gobierno, el incremento de impuestos, la reducción de las políticas sociales, no han logrado la nivelación de los presupuestos de las endeudadas naciones, sino que por el contrario han generado desempleo, falta de crecimiento económico y empobrecimiento fiscal; las políticas de austeridad han resultado odiosas y han creado inestabilidad política y han retardado el proyecto de la unidad europea. Aunque los cambios no se evidencian de manera expresa, se percibe que los rigores se han suavizado, por ejemplo al permitirse demoras en los plazos para el cumplimiento de reducciones de salarios y prestaciones sociales y para aumentos de tributos en varios países. Quizás sea esta sensación la que ha hecho que se entre en una especie de compás de espera con optimismo, con alguna certeza de que terminarán por imponerse en Europa las políticas de desarrollo conjunto, con planes de inversión estatales, con facilitaciones aduaneras para impulsar las economías de las países del sur, abandonando las medidas de austeridad excesivas para reestablecer el empleo y los ingresos de servidores públicos, cuyo gasto podrá reactivar la economía a través de la demanda de bienes. Uno de los objetivos de este Reporte mensual es facilitar al inversionista no familiarizado con los términos de la jerga técnica-económica el comprender de qué manera pueden afectar a su portafolio los cambios que se producen en algunos indicadores de la Economía regional y mundial. En Estados Unidos, en mayo, las noticias destacaron que el informe sobre el índice de precios de las viviendas revelaba el mayor incremento de los últimos siete años, en paralelo con el informe que indicaba que el crecimiento del Índice de Confianza del Consumidor había alcanzado en el mismo mes el record de los últimos cinco años. Lo anterior, de manera simple, lo que trae es la conclusión de que la economía de los Estados Unidos se ha asentado. Lo normal será que se mantenga un crecimiento firme, aunque mesurado, y que en este escenario, las compañías, nacionales y extranjeras, que producen bienes y servicios que van a ser consumidos por el pueblo norteamericano, cuenten con un mercado estable, lo que se traducirá en utilidades, dividendos y en apreciación del valor de sus acciones. En el campo de los papeles de renta fija, que son los bonos tanto del Gobierno federal como de los municipios, y las emisiones de obligaciones de las empresas privadas, serán papeles más seguros, pues en una economía en crecimiento, tanto los gobiernos como las empresas gozarán de mejores condiciones para poder cumplir sus compromisos. Se generaliza la sensación de que el precio de las acciones corporativas se ha recuperado. La ruta que se ha seguido para llegar a esta situación ventajosa revela algunos aciertos de política fiscal y monetaria, unidos a la confluencia de actitudes de optimismo y de confianza de la empresa privada y al hecho de que, a pesar de algunos traspiés, el pueblo de esa nación cree en su capacidad de recuperación y en el liderazgo de su clase política. Aunque en Enero se reimplantaron impuestos que mermó la capacidad de gasto anual en $ 700 USD de la familia promedio, y que en Marzo el gasto público fue recortado generando despidos de empleados del fisco y municipios, se logró que los precios de las viviendas, en prácticamente toda la nación, fueran mejorando de a poco, pero en forma sostenida. Este incremento de precios tuvo sus causas: por un lado, la fuerza laboral se había incrementado por ya casi tres años seguidos, lo que hizo que poco a poco las familias se arriesgaran a gastar; por otro lado, debido a que por la Recesión se dejó de construir, el inventario de casas nuevas era bajo y muchos de los propietarios de casas, endeudados altamente, se resistían a vender a malos precios, para no encajar y liquidar pérdidas en efectivo, más la circunstancia de que se fueron consumiendo las casas puestas a remate por la banca acreedora, causó el efecto de que la demanda superara a la oferta y mejoraran los precios. Lo que se espera ahora es que esta situación se estabilice. La subida de precios deberá desacelerarse porque la industria de la construcción está poniendo casas nuevas en el mercado y la experiencia resiente de la explosión de la burbuja inmobiliaria en el 2007 y 2008 - que puede haber sido la causante de la Gran Recesión – evitará que vuelva a formarse otra parecida.